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Se le ha confundido algunas veces a la soberanía con el poder político siendo que la soberanía

es el origen del poder y éste una expresión de la soberanía.

Para hablar de poder político, la lectura nos dice que está constituida por la fuerza social y esta
no es más que la unión de las fuerzas individuales de todos los ciudadanos, La sociedad que no
solo es conjunto de fuerzas, sino también de voluntades, y esta combinación constituye el
poder de una manera positiva y la más sólida garantía de los derechos sociales e individuales
en general

Dicho lo anterior nace la definición del poder público siendo esta la voluntad general de los
ciudadanos empleando la fuerza social Y Para que este poder exista, es preciso que la fuerza se
halle al servicio del derecho

El poder político en el cuerpo social es necesario para sostener sus derechos, para cumplir su
voluntad, para plantificar reformas, para conservar su dignidad.

Un elemento importante del poder político es la fuerza social y ella no es más que un elemento
físico y ciego que colocado del lado de la autoridad constituye el poder donde es de grande
importancia pero que será altamente perjudicial a los intereses sociales si se pone al servicio
del despotismo o de los abusos.

El poder público, según esto, existe radical y exclusivamente en la nación misma, como parte
integrante de su soberanía, por lo que siempre será íntegro en el cuerpo social y hallándose
como el modo en que la nación manifiesta su voluntad.

Por lo que también nos dice que, si el poder público es la voluntad general empleando la
fuerza social, resulta también que todo sistema de gobierno o todo gobernante que no cuente
con la voluntad general, solo cuenta con la fuerza este por consiguiente violenta y oprimen a la
sociedad sobre la cual ejercen su acción administradora o directiva.

El poder público es indelegable e intrasmisible por lo que permanece siempre en el pueblo, en


el cuerpo social,

Poder público es la más importante porque a ella está íntimamente ligada la suerte de las
naciones.

DERECHOS QUE EMANAN DEL PRINCIPIO DEL ORDEN

LA MAYORÍA
La mayoría es una idea social, una fe social, que se manifiesta por la opinión del
mayor número, siendo esta así una manifestación respetable en sí misma, esto por la
idea que representa, idea que es encarnada en el sentimiento de todos los pueblos, en
todos los tiempos, por lo que se hace una relevante referencia a la frase: vox populi,
vox Dei (que significa “la voz del pueblo, es la voz de Dios”). Es entonces que
bajo la fórmula de la igualdad de voluntades, queda establecida que la ley de la
mayoría (por medio del sufragio universal claro está) da a cada ciudadano el derecho
de manifestar su voluntad. Siendo así que la mayoría es la ley que dirige el cuerpo
social. Donde también cabe resaltar que por el hecho de que esta exista en todos los
tiempos posee un carácter de legitimidad incontrovertible. 

Cabe resaltar ahora que las naciones, así como los individuos, deben ser dirigidos por
las prescripciones de la moral y del bien, las cuales claro, son interpretadas por la
inteligencia social y realizadas por la voluntad común. Pero como ya sabemos, la
inteligencia social y la voluntad común no son más que la interpretación dada por la
mayoría de las inteligencias y la resolución tomada por la mayoría de las
voluntades, respectivamente. Es así que basándonos en lo susodicho, se afirma que 
los hombres ciudadanos (los que claro, son miembros de la sociedad) son todos de
igual naturaleza, por lo que todos están dotados de los mismos derechos. Entonces
también, la dignidad de todos es idéntica y ninguno puede atribuirse sobre otro, título
alguno de superioridad; siendo entonces así incuestionable que el conjunto de
ciudadanos tiene la facultad para organizarse y gobernarse como a estos mejor les
parezca. Siendo esto el derecho de todos.
Ahora bien, para ser miembro activo de la sociedad y formar parte de la mayoría, se
necesitan dos condiciones: 
1. Poder para juzgar de los asuntos públicos, o sea instrucción. 
2. Moralidad. Lo cual pues es natural, porque pues  no puede emitir opinión el
que ignora lo que estas cuestiones significan (cuestiones sociales o políticas);
ni tampoco será válido el voto de aquel que este esté inmerso en vicios y no
tenga reglas morales o lo vendiese o emitiese su voto a sabiendas que esto va
en contra los verdaderos intereses del país.
Mientras que por otro lado, entenderíamos a la mayoría como poder social, como el
mayor número entre aquellos que en la sociedad poseen la facultad y el derecho de
emitir una opinión.

Otro punto importante que resaltar acerca de la mayoría es que, el derecho de la


mayoría no es ni puede ser tampoco violento u opresivo contra aquellos que no
piensan de la misma manera o dan su voto en contra; resaltando que estos son los
que constituyen la llamada “minoría”; a lo cual Rosseau refiere que es de los
individuos o de las minorías que parte siempre la iniciativa de los descubrimientos o
reformas cuya acción es preciso respetar, y que es la sociedad o la mayoría la que,
aceptándolos y sancionándolos en seguida, los hace suyos y los convierte en prácticos
y obligatorios. Es por ello que la minoría debe tener pleno ejercicio de sus derechos
cardinales: Osea que la minoría debe ser libre y usar esta libertad para convencer
y obtener la aprobación del mayor número, y además debe ser respetada mientras
se conserve en el camino de su labor inteligente y patriótica. Entonces es así que los
derechos de la minoría se convierten en indispensables, esenciales en la práctica
social; puesto que si estos derechos fueran desconocidos, la opresión pesaría sobre
todos y no sólo sobre algunos. 

Finalmente podemos decir que la mayoría es la ley primitiva de las primeras


sociedades, donde el mayor número debió organizar y mandar. Y pues en la
actualidad la mayoría posee un inmenso poder que es expresado por medio de la
opinión pública, donde cuyo poder es tal que pueden inclinar la frente hasta a
los gobiernos más arbitrarios y violentos. Concluyendo así que la mayoría  es una
ley tan sencilla como admirable en sus efectos, y que sin ella, la organización social es
imposible. 

LA AUTORIDAD Y LEGITIMIDAD,,rober

La autoridad exige el orden que en toda sociedad haya personas que manden y
personas que obedezcan; pero como las que mandan son esencialmente iguales a las
que obedecen, menester es que la ley determine esta relación. Cabe resaltar que, la
autoridad es la primera emanación de la soberanía, he ahí su carácter social y sólo así
puede ser considerada como legítima. De esta forma, la autoridad es considerado
como el poder de dirigir y derecho para dirigir, para que exista tal derecho es
necesario que sea legítimo y este puede serlo a través de la expresión de la verdad. 
En relación a la verdad, para el hombre no hay verdades absolutas sino de tiempo y
lugar, es decir, existen para él verdades relativas o sociales; además las verdades
útiles y de aplicación son, pues, las únicas que forman el dominio de la ciencia política,
puesto que la política se ocupa de las verdades relativas al hombre y en armonía con
la naturaleza. Asimismo, el hombre puede buscar la verdad a través de dos modos: en
sí (a criterio individual) y o fuera de sí (criterio general, al de la mayoría),  pero ¿Cuál
de estos criterios es el preferible? las antiguas escuelas, estaban encerradas en el
círculo individual; sin embargo, fue La Mennais el primero que restableció la paz en
esa lucha “Cada uno de vosotros, les dijo, quiere encontrar la verdad en sí mismo y no
encuentra sino la duda (…) Vengo pues a anunciaros la verdad y os la anuncio, no
como el intérprete de mi propia ciencia, que declaro insuficiente, como la vuestra, sino
como el representante del género humano (...) vosotros no tenéis sino vuestra propia
autoridad: yo tengo la autoridad de todos (…)”.  Resulta que, ya sea que se emplee los
sentidos, el sentimiento o la razón para buscar la verdad, al fin esto sólo puede
obtenerse con el asentimiento que la mayoría le preste. La verdad fundamental por
excelencia es que toda verdad no es sino el resultado de las creencias y de los
conocimientos de la mayoría; esta verdad fundamental es inmutable; es decir, la
mayoría expresa siempre la verdad, pero la verdad expresada, es esencialmente
relativa y variable. Para la sociedad no hay verdades absolutas así como  no hay
errores absolutos: erróneo sólo es lo que contraría las resoluciones de la mayoría que
es la autoridad y verdadero lo que las confirma.

La anterior doctrina es, además, moralizadora; pues si la política aceptase verdades


absolutas, siendo el fundamento de éstas la razón individual, una vez que fuesen
proclamadas por un hombre, tendrían que ser aceptadas por la sociedad. Y entonces
volveríamos a los tiempos antiguos y las naciones de nuevo se verían sumidas en el
desorden y el caos; porque el individuo o los pocos individuos que proclamasen esa
verdad tendrían, a título de tal, el derecho de exigir su aceptación, y es absurdo
conceder a los pocos el derecho de imponer sus opiniones a los muchos. 

La nación en virtud de su soberanía, es árbitro de sus propios destinos y puede por


consiguiente establecer en su organización política comisionados con atribuciones
diferentes. Todo comisionado recibe su mandato del cuerpo social y de él proviene el
derecho con que desempeña su encargo. Este derecho emanado de la nación,
constituye la autoridad; y así la autoridad viene a ser una cosa clara, tangible y que se
encuentra al alcance de toda inteligencia. A la teoría desarrollada va intrínsecamente
unida la teoría de la legitimidad; en el cual implica que lo que expresa la verdad es
legítimo, y como la verdad social sólo puede ser expresada por la opinión del mayor
número entre los capaces, entonces, puede existir legitimidad si en ella descansa el
asentamiento de la mayoría o la soberanía nacional. 

PODER PÚBLICO..jorge
Se le ha confundido algunas veces a la soberanía con el poder político siendo que la
soberanía es el origen del poder y éste una expresión de la soberanía.
Para hablar de poder político, la lectura nos dice que está constituida por la fuerza
social y esta no es más que la unión de las fuerzas individuales de todos los
ciudadanos, La sociedad que no solo es conjunto de fuerzas, sino también de
voluntades, y esta combinación constituye el poder de una manera positiva y la más
sólida garantía de los derechos sociales e individuales en general
 Dicho lo anterior nace la definición del poder público siendo esta la voluntad general
de los ciudadanos empleando la fuerza social Y Para que este poder exista, es preciso
que la fuerza se halle al servicio del derecho
El poder político en el cuerpo social es necesario para sostener sus derechos, para
cumplir su voluntad, para planificar reformas, para conservar su dignidad.
Un elemento importante del poder político es la fuerza social y ella no es más que un
elemento físico y ciego que colocado del lado de la autoridad constituye el poder
donde es de gran importancia pero que será altamente perjudicial a los intereses
sociales si se pone al servicio del despotismo o de los abusos.
El poder público, según esto, existe radical y exclusivamente en la nación misma,
como parte integrante de su soberanía, por lo que siempre será íntegro en el cuerpo
social y hallándose como el modo en que la nación manifiesta su voluntad.
Por lo que también nos dice que, si el poder público es la voluntad general empleando
la fuerza social, resulta también que todo sistema de gobierno o todo gobernante que
no cuente con la voluntad general, sólo cuenta con la fuerza esté por consiguiente
violenta y oprimen a la sociedad sobre la cual ejercen su acción administradora o
directiva.
El poder público es indelegable e intransmisible por lo que permanece siempre en el
pueblo, en el cuerpo social,
El poder público es la más importante porque a ella está íntimamente ligada la suerte
de las naciones.

PROGRESO..miluchis
El buen Rousseau dijo en un momento de desesperación: «¡Si existiese un pueblo de
dioses, se gobernaría democráticamente!»; lo que prueba que en ese instante le faltó
la fe en el progreso, olvidando que podía existir un pueblo de ciudadanos. Condorcet
más firme en sus creencias, aliviaba sus momentos de proscripción pensando en la
perfectibilidad humana, cuya marcha contemplaba absorto y feliz aun en sus últimos
momentos. Víctor Hugo, el gran poeta, rasga sublime y elocuentemente el velo del
porvenir en sus Cartas del Crepúsculo, proclamando el progreso como una ley y la
perfectibilidad como un hecho; y Mazzini, el ángel tutelar de Italia, estableciendo que el
progreso es el fin de las sociedades
El progreso tiene sin duda su origen en la inteligencia, en ese don precioso de la
realización del tipo más noble que existiera en la mente divina y que con igual facilidad
penetra en el oscuro caos del pasado, examina los hechos del presente y tiene fija su
mirada en el misterioso campo del porvenir. Y la idea del progreso influye de tal
manera en las aspiraciones del hombre y en sus destinos sobre la tierra, que,
conduciéndolo a profundas meditaciones, no sólo sirve de agradable materia a las
reflexiones de su espíritu, sino que parece satisfacerlo completamente c
constituye el progreso en su noción más general. Pero, si el progreso es la condición
esencial de la existencia de todos los seres creados, en ninguno de estos se
manifiesta bajo formas más claras que en el hombre, que es el que más se aproxima a
Dios. Hablamos, se entiende, de los seres reales, no de los seres hipotéticos
 El progreso se halla, según esto, en relación con las leyes particulares del hombre y
de la sociedad; es decir, con la existencia personal y social del ciudadano: bajo el
primer aspecto consiste el progreso en la conformidad de la inteligencia y la voluntad
con las leyes de la moral y del bien; bajo el segundo, en la misma conformidad de las
inteligencias y voluntades sociales con las leyes constitutivas del cuerpo político o
social
La historia del progreso humano es la historia de la humanidad que no cabe en los
límites de este trabajo. 
La política progresó desde esa época a grandes pasos. Gaspar de Real, Bynkershock,
Tracy, etc., la adelantaron. Haller emprendió la Restauración de la Ciencia Política y
Lord Baonghan en su filosofía política (1815) trata extensamente y con buen criterio
los problemas sociales. A virtud de estos trabajos y de otros muchos que omitimos
enumerar se produjo el movimiento casi universal Europeo de 1818 que
desgraciadamente fue sofocado por el poder y la astucia de los soberanos y por la
infidencia de Luis Napoleón
El progreso es la ley variable pero sólida de la humanidad y no puede detenerse por
sí, ni hay poder humano que pueda detenerlo, por grandes que, al parecer, sean los
elementos de que esté rodeado. El porvenir pertenece a la democracia pura, al
Derecho Político general.

REFORMA..dívar
La causa de la reforma es contemporánea de la primera fundación de las sociedades,
y la razón es clara. Cuando se engaña en lo que cree, la experiencia lo advierte y del
malestar que el error produce nace la necesidad de corregirlo, de reformarlo. De este
modo, la sociedad se mueve entre dos corrientes: la imperfección en los hechos, la
perfectibilidad en las ideas.
Com nosotros sabemos en nuestra sociedad se da la guerra civil y las revoluciones, es
por ello que el estado tiene el deber de evitar esas violencias que siembran la
turbación y la desgracia en las naciones
Entonces ¿que se podría hacer frente a una institución o una constitución que ha
dejado de ser efectiva? , la respuesta es muy sencilla, reformarlas teniendo en cuenta
las costumbres y las ideas contemporáneas para que así tenga éxito la reforma.
La reforma es, según esto, el corolario del progreso y una expresión neta de la
soberanía nacional.
En todo Estado libre, la reforma tiene sus órganos, que deben hallarse siempre
expeditos y sin traba alguna. Los órganos de la reforma son: la discusión, la prensa, el
voto. 
El progreso en efecto ´proviene de la inteligencia y la reforma de la voluntad nacional
expresada por la mayoría, mientras que el progreso recorre las diversas regiones , la
reforma se encuentra con diversas complicaciones para que se pueda dar, por lo que
esta debe sondear el espíritu público y estudiar las circunstancias locales y los
intereses generales de la humanidad.
Para concluir podemos mencionar que hubieron grandes reformadores, entre ellos
buenos y malos, como buenos podemos citar a Moises, el cual sacó a su pueblo de
egipto y Jesucristo , El que nos dio la redención de nuestros pecados y como malos
reformistas podemos citar a Martin Lutero quien dividió a la Iglesia Católica , la cual en
ese tiempo era una sola.

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