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Date: March, 26 2021

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A nivel mundial el manejo y gestión de cuencas hidrográficas ha sido de gran relevancia debido a los problemas ambientales que surgen
por efecto de las actividades humanas. En 1978, se creó una metodología de planificación que trata sobre los impactos del desarrollo y
cambios ambientales que se originan con la evolución de las unidades hidrológicas, centrándose en las consideraciones ambientales y los
esfuerzos políticos, sociales, económicos y tecnológicos que buscan un mejoramiento en el bienestar de la población humana[1]. Fallas &
Gutiérrez en 1992, contemplaron los conceptos de restauración y uso de áreas que fueron afectadas por desastres naturales y la
aplicación de medidas físico-legales y administrativas que permitieron la estabilización de procesos hidrológicos y socioeconómicos de las
cuencas[2]. En 2001, Umaña & Padilla, realizaron un análisis a un grupo de docentes acerca de las razones de deterioro de la
microcuenca La playa-Boyacá, Colombia, mediante una guía pedagógica ambiental. El 80% reconoció como problema la falta de
participación, pertenencia y compromiso. Por lo tanto, es necesario que todos los actores sociales de la microcuenca, comprendan el daño
ocasionado y elaboren estrategias para el mejoramiento[3]. Mas tarde, Gray en el año 2002, afirmó que las cuencas hidrográficas son un
instrumento de gestión apropiado para reducir y poder asumir desde el punto de vista económico, los múltiples impactos ambientales y
territoriales que, de otra manera, resultan inabordables a costos razonables[4]. En 2004, Avalos et al., realizaron un análisis a la cuenca
Lerma-Chapala; México, en el cual establecieron que se debe comprender la estructura, el funcionamiento y la distribución de los
ecosistemas que la conforman, para ello, se dio un enfoque físico-geográfico permitiendo una visión integradora de todos los componentes
naturales, que proporcione la fragilidad y vulnerabilidad ambiental desde un punto de vista ecosistémico[5]. Asimismo, Dourojeanni, definió
que el manejo de cuencas requiere una gestión fina, donde la participación de las personas es vital para tener éxito [6]. En el siguiente
año, Díez, mencionó que los Regímenes de Caudales Ecológicos constituyen una herramienta fundamental en los Planes de
Ordenamiento de Cuencas, al posibilitar un manejo del agua racional que compagine sus distintos usos y preserve la funcionalidad del
ecosistema fluvial[7]. En el año 2006, Barrientos, examinó el uso histórico de las cuencas para impulsar el desarrollo, y las condiciones que
posibilitan la participación local dentro de políticas nacionales descentralizadas, ya que el autor las considera a estás, como la manera de
garantizar el desarrollo sostenible, la conservación y recuperación de las unidades hidrológicas[8]. Por otra parte, según Lanzos &
Hernández, en su estudio de la Cuenca Hidrográfica la Floresta- La Novita, Bogotá-Colombia, encontraron que las zonas más
deterioradas, son aquellas donde existen procesos antrópicos como la presión urbanística con un 35% aproximadamente [9]. Barrientos en
el año 2007, en su investigación toma la idea de que las microcuencas hacen parte de microrregiones, es aquí donde el termino hace su
uso de unidad de planificación, en la cual la autonomía y estabilidad es generada por los subsistemas económicos y socioculturales. Hizo
mención de los problemas ambientales relacionados a las cuencas, los cuales son: erosión por el cambio de pendientes, el uso de
fertilizantes químicos, la ganadería, cultivos, etc., y rescató el hecho que el 87% de los suelos en promedio con capacidad forestal no
tienen ningún tipo de protección[10]. Por otra parte, Jaimes et al., consideraron que el ser humano no es solo un productor, sino también
un receptor de los impactos provenientes de su entorno físico, biológico y social, teniendo en cuenta que los efectos negativos que recibe
son consecuencia de sus propias acciones[11]. Para el año 2008 Sanabria & Diaz, presentaron un plan de manejo ambiental (PMA), el
cual se desarrolló en tres etapas: inventario, diagnostico ambiental participativo y planificación prospectiva, en donde se detalló, actualizó y
precisó aspectos ecológicos, económicos y sociales de la cuenca, utilizándose esa información para problemas ambientales y destacar el
hecho de que los PMA se sitúan como estrategias de gestión integral de cuencas optando por horizontes del desarrollo sostenible y
asegurando la disponibilidad del recurso hídrico[12]. Consecutivamente, Daza & Sanabria, el mismo año, identificaron que el 68% de las
rondas hídricas en Paipa, Colombia, eran afectadas por los conflictos de uso del suelo y que gracias a esto se da paso a la formulación de
planes, programas y estrategias en pro del manejo ambiental. Para la identificación utilizaron los sistemas de información geográfica (SIG)
y los planes de ordenación territorial, sin embargo, recomendaron la guía de los límites de cuencas hidrográficas para la delimitación de la
zona[13]. Luego, en el 2009, Dourojeanni, aportó que una de las características que ha primado sobre la gestión de las cuencas y a su vez
orientado la formulación de leyes sobre el recurso hídrico, es la prevalencia de posiciones ideológicas por sobre las decisiones sensatas
necesarias para lograr un buen manejo de estas unidades hidrológicas[14]. En el año 2010, La Secretaría de la Convención de Ramsar,
consideró que para mejorar la integración de los humedales en el manejo de las cuencas hidrográficas, era necesario tener en cuenta tres
esferas principales: un entorno de política, legislativo e institucional, programas de comunicación, educación, concientización y
participación, como también secuenciación y sincronización de las actividades de planificación y manejo de los diversos sectores
encargados del uso de la tierra, los recursos hídricos y los humedales[15]. Aguirre, en el año 2011, afirmó que el concepto del agua debe
ser abordado como base del desarrollo de la vida y a través de su manejo adecuado se puede influir en la protección de otros recursos
naturales, por lo anterior se propone empezar por la gestión de los recursos hídricos cuando se trate de cuencas hidrográficas[16].

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