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Salmo 32:1-6
6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.
7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás. Selah
8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos dolores habrá para el impío;
Más al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.
Introducción
En el devocional anterior pudimos ver los 5 primeros versos, donde David nos hablaba de
la bienaventuranza de aquellos que son perdonados por Dios.
La Felicidad del hombre que es perdonado, como actúa el pecado en el creyente y el
camino que debemos tomar para disfrutar de esta felicidad, que es el arrepentimiento.
Por lo tanto alguien que ha sido perdonado y ha gustado del perdón de Dios, no
escatima en compartir con aquellos que aún no lo han sido la dicha que se siente recibir
la gracia del perdón de Dios. Cuando recordamos la historia de aquellos hombres que
acercaron a su amigo y lo introdujeron por el techo de la casa para que Jesús lo pudiera
sanar, vemos como ellos al ver que Jesús sanaba a muchos, querían que su amigo fuera
sano. Y este patrón se repite en toda la nuestra vida, cuando sabemos de algún beneficio
estatal, un beneficio en el trabajo, también queremos que otros lo sepan y lo obtengan.
En esta parte del verso 6 veremos a David exhortándonos a que así como él ha sido
perdonado, nosotros también busquemos el perdón por nuestros pecados.
Para que a nadie lo ahoguen las aguas profundas del pecado, David enseña y
exhorta
Exhortación para confesión de pecado
6 Por eso, que todo santo ore a ti en el tiempo en que puedas ser hallado[g];
ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán estas a él.
7 Tú eres mi escondedero[h]; de la angustia me preservarás;
con cánticos[i] de liberación me rodearás. (Selah)
en David Dios da un verdadero ejemplo de misericordia y David lo sabe por lo
tanto dice que aquel que necesita ser reconciliado por Dios, ore al Señor en el
tiempo que pueda ser hallado, y esto es importante hermanos, porque el tiempo
limitado, siempre decimos no mañana me arrepentiré, mañana estaré mejor de
ánimo y pediré perdón… NO hermano es hoy, hoy que en Cristo hay remisión de
pecados… no tienes la vida comprada, no es tuya no te pertenece, por lo tanto
David dice que todo Santo oré al Señor, por lo tanto todo aquel que es cristiano
debe confesar su pecado y aquel que no lo confiesa tema, tema y cuestione si en
realidad es cristiano, porque si lo eres necesitas orar y tener fe en aquel que puede
perdonarte de tus pecados.
David inspirado por el Espíritu Santo habla de manera más precisa, aludiendo
individual mente a cada creyente que ha extraviado su camino.
Mostrando y enseñando cual es el camino que debemos andar, de otra manera él
dice aprenda de lo que yo viví aprendan y no extravíen su camino… Si han pecado
no encubran sus pecados, confiésenlos al Señor le perdonara, él está presto a
perdonar a un corazón humillado. Ése es el camino en que deben andar, mis ojos
estarán sobre ustedes.
Y vemos que este este gesto de David de exhortar a otros es un voto que él ha
hecho a su Señor, luego de decirle, en el Salmo
¿Qué creen entonces que hará Dios cuando los encuentre intratables?
El versículo 10 nos responde esta pregunta y dice:
10 Muchos dolores habrá para el impío; Más al que espera en Jehová, le rodea
la misericordia.
Pero, el que espera en Jehová, o como lo dice la LBLA el que confía en Jehová, el
que Cree que Dios puede salvarle, lo rodeara la misericordia…
Oh hermanos míos, la misericordia del Señor rodeara aquellos que esperan y
confían en él. Tus luchas contra el pecado, contra tus transgresiones pueden
dejarte devastado. No encuentras el consuelo y te escondes en tu justicia,
vistiéndote de ella, avergonzado.
Pero Cristo ha vestido tus vestiduras de vergüenza, de dolor y pecado. Para que tú
te vistas de su Justicia y alcances la misericordia de Dios.
Alguien podría decir: ¿Los Justos? Pero si el justo es el que practica la justicia,
bueno si fuera así David no tendría de que alegrarse, y él dice Alegraos, por lo
tanto el justo no es el que practica la justicia, sino a aquel que ha sido justificado.
Aquel hombre que ha confesado su pecado, y ha recibido el perdón.
Puede vivir una vida de gozo y jubilo
Conclusión