Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El siguiente texto tiene una indudable autoridad, al estar redactado por los propios autores
de DSM-IV y en el mismo libro.
Características diagnósticas
Prevalencia
Patrón familiar
Diagnóstico diferencial
Puede haber grandes dificultades para distinguir a los sujetos con trastorno esquizoide de
la personalidad de quienes presentan formas leves de trastorno autista y trastorno de
Asperger. Las formas leves del trastorno autista y del trastorno de Asperger se distinguen
por un deterioro más grave de la interacción social y por comportamientos e intereses
estereotipados.
Los Criterios Diagnósticos de Investigación de la CIE-10 y los criterios del DSM-IV para el
trastorno esquizoide de la personalidad son diferentes, pero definen en líneas generales
el mismo trastorno.
Criterios para el diagnóstico de F60.1
Trastorno esquizoide de la personalidad [301.20]
(1) ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia
(2) escoge casi siempre actividades solitarias
(3) tiene escaso o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona
(4) disfruta con pocas o ninguna actividad
(5) no tiene amigos íntimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer
grado
(6) se muestra indiferente a los halagos o las críticas de los demás
(7) muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad
Nota:
Si se cumplen los criterios antes del inicio de una esquizofrenia, añadir «premórbido», por
ejemplo, «trastorno esquizoide de la personalidad (premórbido)».
PSICÓPATA
Vistas las definiciones, el nombre le viene muy grande a la enfermedad, que para
entendernos lo es de carácter judicial, pero sin consistencia clínica, como dice la
Larousse. En fin, una auténtica trampa para camuflar delitos y ayudar a los delincuentes a
gozar de la libertad a la que tienen todo el derecho. El sufijo –patía, que hace referencia a
un padecimiento, no se ve así. Parece que es de esas enfermedades que no cursan con
dolor, sino que se lo causan a los sanos. ¡No todas las enfermedades iban a ocasionar
dolores y padecimientos al que las sufre! Alguna enfermedad tenía que haber de la que se
pudiese gozar! Porque ¡hay que ver lo que gozan algunos con sus psicopatías, y lo que
hacen sufrir a otros! Porque encima resulta que muchos de esos psicópatas, los sádicos,
necesitan del dolor ajeno para sentir ellos placer. ¡Qué lástima!, son unos pobres
enfermos que necesitan toda nuestra comprensión y ternura. ¿Y sus víctimas? ¿Sus qué?
Así que nada de paqoV (pázos), nada de dolor. Y de yuch (psyjé), de alma, tampoco.
Como se dice en castizo, son unos desalmados. Es que ni la medicina quiere entrar a
definir el alcance de esta palabra, porque no es propiamente una enfermedad; es un
coladero. Si es cierto que están enfermos, no hay ni por qué encerrarlos, porque casi
todas las enfermedades mentales se tratan en régimen ambulatorio, sin internamiento,
como no sean muy graves. Y por lo visto estos psicópatas de conveniencia no necesitan
ni medicación siquiera. Y se rehabilitan en seguida. Ahora que, eso sí, son muy proclives
a la reincidencia. Pero tampoco es el caso de hospitalizar a uno permanentemente porque
enferme a menudo. Ya se sabe, un enfermo, sobre todo si es psíquico, acarrea algunas
molestias que hay que aceptar.