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LA CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA

La clasificación taxonómica agrupa a los seres vivos tomando en


cuenta varias características estructurales, moleculares,
citológicas y fisiológicas.

Además, la ciencia ha desarrollado técnicas para estudiar el


origen evolutivo a nivel molecular, lo que permite una
clasificación sistemática.

Los componentes de los sistemas de clasificación taxonómica

Los sistemas de clasificación taxonómica permiten organizar a


los seres vivos en diferentes grupos teniendo en cuenta las
características que comparten.

Esta organización se hace de forma jerárquica, es decir, cada


grupo grande está compuesto por otros más pequeños y se van
modificando a medida que se avanza en el conocimiento de la
diversidad biológica.

Los sistemas de clasificación están compuestos, principalmente,


por tres elementos: el carácter taxonómico, las categorías
taxonómicas y el taxón.

El carácter taxonómico

Los caracteres o características que contribuyen a la descripción


taxonómica se conocen como caracteres taxonómicos o
sistemáticos.

En la actualidad se tienen en cuenta los caracteres


morfológicos, fisiológicos, citológicos y moleculares para
clasificar a los seres vivos dentro de algunos de los grupos que
establece el sistema de clasificación.
Caracteres morfológicos: hacen referencia a la forma del
organismo. Son los más utilizados por los taxónomos porque se
pueden identificar a simple vista.

Caracteres fisiológicos: hacen referencia a las características de


las funciones vitales del organismo, por ejemplo, al tipo de
reproducción, a la forma de obtener nutrientes, entre otras.

Caracteres citológicos:

hacen referencia al tipo de células de las cuales está


conformado el organismo; lo citológico se refiere al estudio de
las células.

Caracteres bioquímicos y moleculares: hacen referencia a las


características bioquímicas y genéticas del organismo, por
ejemplo, el número de cromosomas, la composición de la
sangre, etc.

Las categorías taxonómicas

Los niveles de organización del sistema de clasificación se


conocen como categorías taxonómicas. La categoría
taxonómica más pequeña es la especie.
Las especies se agrupan entre ellas por criterios de semejanza y
parentesco para formar los géneros; estos se agrupan para
formar las familias; las familias se agrupan para formar
órdenes; los órdenes conforman clases; las clases conforman
filos; los filos se agrupan en reinos; y los reinos constituyen los
dominios.

El taxón

Los diferentes grupos de individuos que conforman una


categoría taxonómica reciben el nombre de taxón; por ejemplo,
el Reino Animal es una categoría taxonómica conformada por
diferentes taxones como los anfibios, los reptiles, los
mamíferos, etc.

La clasificación basada en dominios y reinos


La clasificación actual de los seres vivos muestra lo que se
puede considerar una sección en el tiempo actual del árbol
evolutivo.

Proporciona información sobre los grupos de seres vivos que


existen hoy en día y permite inferir las relaciones entre los
taxones actuales y los extintos.

LA CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA

La taxonomía y la sistemática están en continuo cambio; los


métodos moleculares son cada vez más precisos y dan cuenta
de las relaciones de parentesco entre las especies.

Por esta razón, no es extraño que puedan darse cambios en la


ubicación taxonómica de especies, e incluso de categorías más
grandes como familias y géneros.

La clasificación en dominios

Carl Woese propuso en 1991 una nueva jerarquía taxonómica:


el dominio. Woese y un equipo de investigadores clasificaron a
los seres vivos en tres grandes grupos o dominios: Bacteria,
Arquea y Eucariota.

Dos dominios, Bacteria y Arquea, incluyen a los organismos


procariotas; el tercer dominio, Eucariota, incluye a los
organismos eucariotas y está subdividido en cuatro reinos:
Protista, Hongo, Plantae y Animales

Woese planteó que el árbol de la vida se había dividido en tres


ramas antes de que se originaran los hongos, las plantas y los
animales, y que el antiguamente denominado Reino Monera en
realidad estaba conformado por organismos de dos clases
diferentes a las que denominó Bacteria y Arquea.
Las bacterias y las arqueas tienen características similares al ser
observadas al microscopio; pero presentan grandes diferencias
en sus características estructurales y bioquímicas, tales como la
rígida pared celular de las bacterias, formada por
peptidoglucano, ausente en las arqueas.

Las arqueobacterias (o dominio Archaea) incluyen procariotas


que viven en ambientes extremos como altas temperaturas,
elevada concentración de sal, baja concentración de oxígeno y
bajo pH; por ello se les conoce como extrem filas.

La mayoría es heterótrofa y diversa en sus requerimientos


nutricionales; tienen paredes celulares que no están
compuestas por peptidoglucano, y los lípidos de su membrana
celular son hidrocarburos de cadena ramificada y no ácidos
grasos, como en las bacterias.

La nueva clasificación por dominios se basa en el análisis


comparado de las secuencias de nucleótidos de un tipo de ARN
ribosómico.
La clasificación por reinos

Durante el siglo XX, el sistema de clasificación experimentó


varios cambios. El perfeccionamiento de los microscopios y la
investigación sobre organismos unicelulares permitieron
establecer que dentro de los organismos procariotas, antes
denominados monera, pueden diferenciarse dos grupos muy
disímiles: las arqueas y las bacterias.

Estos dos dominios son también dos reinos en los cuales se


encuentran organismos procariotas. Por lo tanto, se describen
seis reinos: arquea, bacterias, animales, plantas, hongo o fungi
y protistas.

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