Queridos amigos y amigas de la Red de Oración del Papa
Jesús nos dice “Venid a mi todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré” (Mt. 11, 28). Estas palabras expresan la solidaridad de nuestro Señor Jesucristo ante una humanidad afligida y que sufre. Y son para nosotros una invitación a imitarlo. En esta tarea de procurar alivio a los hermanos enfermos se sitúa el servicio de los agentes sanitarios, médicos, enfermeros, personal sanitario y administrativo, auxiliares y voluntarios que actúan con competencia haciendo sentir la presencia de Cristo, que ofrece consuelo y se hace cargo de la persona enferma curando sus heridas. Sin embargo, ellos son también hombres y mujeres con sus fragilidades y sus enfermedades. (Francisco, Angelus, 6 de julio 2014) Este mes el Papa nos invita a rezar por los agentes sanitarios para que el compromiso que tienen de atender a los enfermos y ancianos sea apoyado por los gobiernos y las comunidades locales. A ninguno de nosotros escapa el esfuerzo con estas personas afrontaron las exigencias de una pandemia que tomó a todos los sistemas sanitarios por sorpresa. Sistemas que para poder dar alguna respuesta a la comunidad, se apalancaron en el único eslabón que reacciona con rapidez, las personas que trabajan en el sistema de salud. Hoy, pasado el punto más álgido de la situación pandémica todos vamos retomando nuestras actividades habituales y volviendo a nuestras rutinas. La enfermedad, con sus angustias e incertidumbres ya no ocupa nuestros principales pensamientos. Todo lo que ocurre en un hospital o demás centros de asistencia sanitaria, comienza nuevamente a invisibilizarse. Es el momento en que sin darnos cuenta, todas las experiencias de servicio, dedicación, altruismo, generosidad y sacrificio…, vividas por el personal sanitario, pasará a la categoría de anécdota. Esa categoría que solo contiene historias sin personas y nos facilita el centrarnos en nosotros mismos. El reconocimiento y apoyo al personal sanitario por el que el Papa Francisco nos invita a rezar este mes sólo será posible si nosotros mismos hacemos esfuerzos sinceros por no caer en la tentación del olvido. Si en cada oportunidad que tengamos, imitando a ese agente sanitario, buscamos atender la fragilidad de alguien, damos asistencia al desvalido y por sobre todo hacemos del servicio nuestra actitud básica. No olvidar es recordar y recordar es volver a pasar por el corazón nuestras experiencias para que nos transformen. Recordemos en nuestra vida cotidiana, la generosidad y el servicio de los agentes sanitarios que con su persona dan respuesta al sufrimiento de enfermos y ancianos. ¡Oremos nos por otros! Fernando Ianchina Equipo Nacional Red de Oración del Papa Argentina - Uruguay