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Según el origen del daño : los daños y perjuicios se dividen en contractuales y extracontractuales.
Daños y perjuicios contractuales: son los daños y perjuicios causados al acreedor por
incumplimiento del deudor de una obligación derivada de contrato.
Daños y perjuicios extracontractuales: son los daños y perjuicios derivados del incumplimiento del
deudor de una obligación que no proviene de un contrato sino del deber general de no causar
injustamente daños a otros.
Según la naturaleza del patrimonio afectado, tenemos daño material y daño moral:
Daño material o patrimonial: consiste en una pérdida o disminución de tipo económico que una
persona experimenta en su patrimonio.
Daño moral: consiste en la afección de un tipo psíquico moral, espiritual o emocional que
experimente una persona.
En el daño moral la doctrina suele distinguir entre aquellos daños extra patrimoniales
independientes de todo daño corporal o material de aquellos que son consecuencia de un daño
corporal (daño a la persona física ) o material.
Daño extrapatrimonial consiste en ese caso en el pretium doloris, el dolor sufrido por la persona y
las consecuencias extrapatrimoniales de ese daño que no le permitirán a la victima disfrutar
plenamente de los goces de la vida.
En general , la doctrina y jurisprudencia se inclinan por dejar al juez amplias facultades para la
apreciación y estimación del daño moral.
1-) El juez toma en cuenta para fijar la cuantía, el grado de cultura y educación de la victima ,
además de su posición económica y social.
2-) las indemnizaciones acordadas son generalmente muy moderadas , especialmente en los
países latinos, a fin de evitar un enriquecimiento sin causa.
Daño moral en Venezuela
Art 1196 establece: la obligación de reparación se extiende a todo daño material o moral
causado por el acto ilícito. El juez puede especialmente acordar una indemnización a la víctima en
caso de lesión corporal de atentado a su honor, a su reputación, o a los de su familia, a su libertad
personal , como también en caso de violación de su domicilio o de un secreto concerniente a la
parte lesionada. El juez puede igualmente conceder una indemnización a los parientes afines, o
conyugue, como reparación del daño sufrido en caso de muerte de la víctima.
Daños y perjuicios directos: tal como su nombre lo indica es aquel q viene a ser consecuencia
inmediata y directa del incumplimiento culposo de una obligación.
Según que el daño se derive del incumplimiento definitivo o temporal, de una obligación.
a-) Daños y perjuicios compensatorios son los daños y perjuicios sufridos por el acreedor de una
obligación que ha sido incumplida total o parcialmente, pero de modo definitivo por el deudor
están contemplados en el art 1271 del código civil.
El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios , tanto por inejecución de la
obligación…
b-) Daños y perjuicios moratorios; son los daños y perjuicios causados por el retardo culposo en la
ejecución de la obligación.
Los daños y perjuicios moratorios están contemplados en el artículo 1271 del código civil.
“el deudor y será condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por inejecución de la
obligación como por retardo en la ejecución”.
Según que los daños y perjuicios consistan en una disminución o en un no aumento del patrimonio
de la víctima.
El daño indirecto
a) Nociones generales
Los problemas del daño indirecto están íntimamente conectados con los de relación o vinculo de
causalidad, pues su concepto depende de la aplicación de esta noción. Precisamente, a través del
análisis de si hubo o no la relación de causalidad entre el daño y el hecho culposo que está entre
sus causas, podrá determinarse si el daño es directo o indirecto.
b) Efectos
Articulo 1275 Aunque la falta de cumplimiento de la obligación resulte de dolo del deudor los
daños y perjuicios relativos a la pérdida sufrida por el acreedor y a la utilidad que se le haya
privado, no deben extenderse sino a los que son consecuencia inmediata y directa de la falta de
cumplimiento de la obligación.
Todo daño , sea cual fuere su clase debe reunir determinadas condiciones para que pueda ser
indemnizado a saber:
El daño debe existir, es decir la victima debe haberlo experimentado y su existencia no puede ser
hipotética.
El acreedor debe demostrar que su patrimonio ha sufrido un menoscabe, por ejemplo que una
cosa se ha destruido o que se ha deteriorado.
Al daño cierto se opone al daño eventual, o sea aquel que pueda o no producirse, y mientras no se
haya producido no es resarcible.
El daño hipotético es aquel que podría producirse como consecuencia de un daño actual.
Distinto en el caso del daño futuro es una consecuencia directa y necesaria del daño actual.
El lucro cesante: El tipo de daño reconocido como lucro cesante es un caso también de daño
futuro indemnizable. Siendo la pérdida de una ganancia futura pero que era segura para la
victima; la persona que no puede seguir trabajando como consecuencia de una lesión sufre un
daño cierto: no podrá trabajar y en consecuencia no recibirá en el futuro los salarios que hubiere
continuado percibiendo, de no haber ocurrido la lesión.
La pérdida de la oportunidad
La perdida de oportunidad ocurre cuando una persona pierde la oportunidad de obtener una
ganancia realizable solo mediante su intervención porque es impedida su actuación.
La condición de certeza del daño excluye a aquellos daños cuya realización dependa de un
acontecimiento futuro e incierto, tal ocurre con el daño eventual, aquel que depende de un
acontecimiento futuro e incierto, que no se sabe si va o no a ocurrir.
El daño para poder ser indemnizado debe lesionar un derecho adquirido de la víctima.
Por ejemplo: las personas que tienen derecho a recibir una pensión alimenticia de otra pueden
reclamar el daño experimentado a consecuencia de un hecho ilícito que cause la muerte de la
persona que le pasaba la pensión (ascendiente y descendiente). La obligación de alimentos es un
derecho consagrado en la ley para estas personas.
Daño al interés
Se presenta una serie de problemas en los casos de daños que lesionen, no a derechos
consagrados en la ley, sino a un interés que tenía el reclamante y que fue reprimido a
consecuencia del hecho ilícito.
Sin embargo la doctrina y la jurisprudencia vacilan en estos casos en que se reclama el daño al
interés, por cuanto se prestan a reclamaciones inmorales o poco serias.
Casos de la concubina
Especial interés reviste en nuestro Derecho la situación de la concubina que reclama por la muerte
del concubino. En Francia no se admitía, por cuanto el concubinato es una situación de hecho que
no engendra derechos y por cuanto se considera como una relación al margen de la ley, una
relación al margen de la moral, como una relación jurídicamente torpe.
Para que la acción por responsabilidad civil exista, es necesario que el daño sufrido por la victima
no haya sido reparado. El problema se plantea cuando una tercera es la que ha indemnizado a la
víctima y entonces se hace necesario entrar a distinguir por cuales causas la indemnización fue
pagada por el tercero. Dichas causas se ha catalogado en diversos casos.
a) Si el tercero paga el daño en nombre y descargo del agente del daño, como, por ejemplo, la
indemnización cancelada por una compañía de seguros donde el agente estaba asegurado,
entonces el daño se considera indemnizado y la victima no podrá intentar acción contra el agente.
La compañía de seguro al pagar a víctima, se subroga en sus derechos y puede exigir al deudor el
pago del daño.
c) Si el tercero no tenía ninguna obligación de indemnizar , sino que asumió la carga del daño
por benevolencia , cortesía , calidad u otra similar, la doctrina y la jurisprudencia admiten que la
victima puede intentar la acción contra el agente del daño, aun cuando hubiese recibido ese pago
por parte de la persona altruista, que sería más bien una donación con motivo del accidente.
e) Lo mismo sucede con las pensiones del seguro social, o de un seguro privado , o las
indemnizaciones recibidas por la muerte del trabajador, ya que tales pagos no son indemnizatorios
y se deben independientemente de la causa de la muerte.
En principio solo el daño puede reclamarlo la propia victima y nadie puede reclamar el daño moral
sufrido por otro. Sin embargo se admite que como dentro del patrimonio de una persona forma
parte las acciones que pueda tener por reparación de un daño, dichas acciones una vez intentadas
pueden pasar a sus herederos o pueden ser cedidas por la victima mediante un acto jurídico
valido. Cuando se trate de daños personalísimos a la victima, como el que consiste en una
disminución de la capacidad de trabajo o en un daño moral, la tendencia es a no permitir que pase
a los herederos, a menos que la acción hubiese sido intentada ante los tribunales en vida de la
victima.
Sistema legal en Venezuela sobre los daños y perjuicios
En Venezuela nuestro código civil recoge los principios más importantes en materia de
indemnización de los daños y perjuicios y dentro de su articulado se refiere a los diversos casos de
civil, contractuales y extracontractuales.
No basta que el deudor contravenga o incumpla el deber de cumplir las obligaciones tal como han
sido contraídas para la procedencia de la la indemnización de daños y perjuicios; no basta con el
incumplimiento o la inejecución pura y simple de la obligación, sino que además debe ocurrir otra
condición fundamental: que dicho incumplimiento sea de carácter culposo o que el legislador le
imponga al deudor la reparación del daño independientemente de la culpa del deudor
(responsabilidad objetiva).
En nuestro código civil como principio general, la extensión de la reparación es fijada por el
legislador desde tres puntos de vista: según la naturaleza del daño, según la relación de causalidad
que vincule ese daño con el incumplimiento, y según la naturaleza de la responsabilidad.
Nuestro código civil contempla y ordena la reparación de los daños y perjuicios compensatorios y
moratorios en el articulo 1271:
El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios , tanto por inejecución de la obligación
como por retardo en la ejecución, sino prueba que la inejecución o el retardo provienen de una
causa extraña que no le sea imputable, aunque de su parte no haya habido mala fe.
Nuestro código ordena igualmente la reparación de los daños y perjuicios que en la clasificación
doctrinaria se conocen como lucro cesante y como daño emergente.
Nuestro legislador ordena la reparación de los daños directos , aquellos que son consecuencia
inmediata del incumplimiento, excluyendo a los llamados daños indirectos, aquellos que son o se
desprenden en forma muy lejana o inmendiata en inejecución de la obligación asi lo dispone el
articulo 1275 del código civil:
Aunque la falta de cumplimiento de la obligación resulte del dolo del deudor, los daños y
prejuicios relativos a la perdida sufrida por el acreedor y a la utilidad de que se le haya privado, no
deben extenderse sino a los que son consecuencia inmediata y directa de la falta del cumplimiento
de la obligación.
Las normas generales apuntadas tienen plena vigencia como principios rectores en materia de
responsabilidad civil, cualquiera q fuere su naturaleza trátese de responsabilidad contractual o
extracontractual.
Nuestro código regula también la extensión de la reparación según se trate de responsabilidad civil
contractual y de responsabilidad civil extracontractual, especialmente en casos de responsabilidad
civil delictual asi como:
En materia de responsabilidad civil contractual el legislador distingue según la naturaleza del daño
y según el grado y tipo de culpa:
La doctrina y la jurisprudencia sostienen que en materia contractual solo son reparables los daños
y prejuicios materiales, llamados también patrimoniales, excluyéndose los daños morales.
La doctrina moderna considera que el legislador exige una mayor o menor diligencia en la
conducta que debe observar el deudor al cumplir las obligaciones contractuales, grado de
diligencia que depende de la naturaleza del contrato. Al tratar la responsabilidad contractual
tendremos la posibilidad de profundizar este tema:
· Cuando los daños causador provienen de un incumplimiento debido a la culpa leve o grave
son indemnizables los que se han previsto o no previsibles para el momento de la celebración del
contrato (articulo 1274 del código civil).
El deudor no queda obligado sino por los daños y perjuicios previstos o que han podido preverse
al tiempo de la celebración del contrato, cuando la falta del cumplimiento de la obligación no
proviene de su dolo.