Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Siembra
2022
SIEMBRAS 2022
CAMINO HACIA EL PRIMER AMOR
INTRODUCCIÓN GENERAL
En el marco de la visión que hemos recibido en este 2022, nuestro anhelo es que
podamos permitirle a la gente espacios en los que pueda decidir volver y retomar su
primer amor, es por ello que este paquete de siembra tendrá como objetivo volver a
las primeras obras, aquellas que vienen producto del recordar y del arrepentimiento.
Para lograr lo anterior, cada mes tendrá estos tres pasos implícitos: El recordar será
el tiempo de tema, el arrepentirse la determinación y la consagración y el volver a las
primeras obras estará en el espacio de la reproducción, en donde queremos que se
retomen las primeras obras en lo personal, en lo ministerial y respecto a la siembra
del CSJ.
Para nuestra facilidad, cada tema contará con una ficha técnica en donde habrá una
breve descripción y con diferentes pasos que nos llevarán a que el proceso en la
gente sea más completo.
Esperamos que este paquete sea de gran bendición y respuesta en cada ministerio y
sede de nuestra familia de la ICT.
Encontrando
deleite en Dios
MARZO
Ficha técnica
Título: Encontrando deleite en Dios
Síntoma: No sé deleitarme en el Señor
Breve descripción del tema: se abordan los beneficios de deleitarse en Dios, la decisión
personal de restaurar la comunión y evidencias en la vida práctica de una vida de
deleite.
Encontrando
deleite en Dios
Observación
Ubicar previamente debajo de 4 sillas las siguientes frases (verificar que en esas sillas
queden ubicadas personas):
Se les pide a las personas que tienen las frases que las lean en voz alta y que digan su
opinión, y en qué piensan al leer cada frase.
No hay duda de que Dios se deleita con nosotros, se deleita en su creación y en todo
lo que ha hecho para nosotros: “pues tu Dios está contigo y con su poder te salvará.
Aunque no necesita de palabras para demostrarte que te ama, con cantos de
alegría te expresará la felicidad que le haces sentir” (Sofonías 3:17 TLA).
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Marcos 12:30).
Si bien, existen otras cosas en nuestra vida que nos producen alegría y satisfacción,
nuestro amor al Señor debe superar cualquier vínculo humano que podamos
establecer con alguien o con algo.
1 Curso de Formación 3. Módulo I. Los tres esenciales para mover montañas. Lección 1: Principios en que se basan los tres
factores. Pág. 61
1. Beneficios de cultivar el deleite en Dios
Permanecer en el primer amor solo es posible cuando nuestra comunión con Dios
trasciende lo rutinario, cuando le damos prioridad e importancia al tiempo que
dedicamos a la oración y el estudio de su Palabra, cuando nos enfocamos en lo que
Él es, más que en lo que puede darnos, y cuando entendemos que para esto fuimos
creados, para estar con Él, para disfrutarle, conocerle y amarle. “Dios mío, sólo una
cosa te pido, sólo una cosa deseo: déjame vivir en tu templo todos los días de mi
vida, para contemplar tu hermosura y buscarte en oración.” (Salmo 27:4 TLA).
1.1. Experimentar gozo y salvación (Salmo 22:8, Isaías 61:10). El deleitarnos en Él nos
impulsa a una dimensión de dominio sobre los problemas, aprendemos a tener gozo
en medio de la dificultad y veremos la mano de Dios obrar a nuestro favor. No
podemos olvidar que los momentos críticos de nuestra vida son los más propicios
para ver la Gloria de Dios.
1.2. Ver los deseos de nuestro corazón cumplidos (Salmo 37:4). El verdadero deleite
en Él nos hace perder de vista lo que queremos, para anhelar lo que Él desea. Sin
embargo, el amor de Dios hacia nosotros es tan grande, que en su soberanía concede
los anhelos de nuestro corazón, siempre y cuando estén alineados a su voluntad, y
esto se logra en la medida en que nos deleitamos en Él.
1.4. Ser prosperados (Nehemías 9:25). Cuando nos deleitamos en Dios y su Palabra,
no nos mueve la dádiva o el interés de recibir algo, nos mueve el amor; y el Padre al
ver nuestra dicha de estar con Él nos permite prosperar y crecer en todas nuestras
áreas, disfrutar del fruto de nuestro trabajo y ver la abundancia y plenitud de su
reino.
2. ¡Volvamos a deleitarnos!
Es probable que tengamos momentos de nuestra vida en los que nos alejamos de
Dios; sin embargo, esto no significa que hemos perdido nuestra condición de hijos,
pero lo que sí se ha fragmentado es nuestra relación y comunión con Él. Al estilo del
hijo pródigo, necesitamos restablecer nuestra comunicación (oración y estudio de
la Palabra), porque de lo contrario no podremos disfrutar de la vida abundante, ni
encontrar plenitud y satisfacción.
“Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los
jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre!
Volveré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra
ti. Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como
jornalero’”.» Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba
lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo
abrazó y lo besó” (Lucas 15:17-20 NTV).
La Biblia es más que un manual, no podemos ignorar el Espíritu con el que fue
escrita, ¡está viva, se mueve!. Curiosamente, cuando en la misma Biblia se habla de
leer la Biblia se relaciona con el deleite, no con el aburrimiento. “Sino que en la ley
de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche” (Salmo 1:2).
Cuando los rabinos enseñaban la Biblia a niños y adolescentes, antes de empezar a
leerla los invitaban a meter la punta del dedo índice en miel y luego la probaban. La
idea de los rabinos era transmitir que la Palabra de Dios es un deleite y se debe
2
disfrutar, como se disfruta la miel que destila de un panal (Salmo 19:10 NVI).
¿Te encanta escuchar la voz de tus hijos? ¿Te gusta escuchar a tu pareja o a algún
amigo especial? Así debe ser con la palabra de Dios. Nuestro creador quiere hablar
con nosotros, anhela compartir su corazón y pasiones con nosotros, sus hijos; pero
tenemos que fomentar esa conexión. Sería imposible exagerar la importancia de
deleitarse en cada palabra que procede de la boca de Dios. ¿Estamos encontrando
tiempo para profundizar en su palabra y deleitarnos en lo que Él nos dice? “¡Cuán
dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca” (Salmo 119:103).
Si bien, nuestra oración puede ser espontánea y salir de lo profundo del corazón,
debemos cuidarnos de hallarnos divagando en nuestra mente, con nuestras
emociones a la deriva, al punto de hacer oraciones que no son eficaces. La Palabra
de Dios nos aterriza, es un lugar seguro, porque no está sujeta a nuestros caprichos,
le da “esqueleto” a nuestras oraciones y nos permite hablar el lenguaje que nuestro
Padre mejor entiende. Su Palabra nos protege de caer en oraciones egoístas,
superficiales y débiles.
Nos encanta ver a Dios obrar, pero no nos gusta seguir los senderos correctos, y esto
es un grave error. Conocer los caminos de Dios es conocer su corazón, y si no
tenemos idea de lo que son, estamos desubicados. Debemos aprender a confiar en
su soberanía, en sus planes para nosotros, deleitarnos con sus caminos, no importa
lo desconcertantes que nos parezcan en un momento dado, Él siempre está en
control y tiene lo mejor para nosotros.
Cuando contemplamos una puesta de sol, cuando disfrutamos de los animales, las
plantas y toda la naturaleza, debemos reconocer que ha sido la mano poderosa de
Dios quien dio forma y vida a todo lo que vemos.
Tomarnos el tiempo para adorarle mientras somos testigos de sus maravillas, es una
manera práctica y real de deleitarnos en Él. Y qué mejor que hacerlo mientras
traemos a memoria algunas porciones bíblicas que nos hablan de su grandeza.
“Cantad entre las gentes su gloria, Y en todos los pueblos sus maravillas” (1 Crónicas
16:24). “Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho
maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza” (Isaías 25:1).
(En este momento hacemos una pausa activa pidiéndole a todos que puestos en pie
cantemos y meditemos en la siguiente canción: https://youtu.be/__loFA0eJw0)
4 Ibíd. Pág.119
Aplicación Teoterápica
Cuando hemos dejado el primer amor, el deleite ya no caracteriza nuestra manera de
acercarnos a Dios, sino la rutina, la insatisfacción, el temor o la dureza.
El deleite es el único camino para cultivar una comunión viva y eficaz, es la manera
en que nuestro Padre quiere que le conozcamos y nos acerquemos a Él.
Determinación
Entregar a cada persona una hoja y un lapicero (se sugiere un modelo para el fondo,
a continuación). Se les pide que escriban una carta de amor a Papá Dios en la que
expresen admiración, amor, gratitud, etc. No será una carta para colocar peticiones,
será exclusivamente una carta de reconocimiento. En el momento de la oración se les
pide que la lean.
Consagración
Orar llevando a las personas a asumir el compromiso de reparar y/o fortalecer su
relación con Dios. Se sugiere usar la siguiente canción para este tiempo.
https://youtu.be/XQKUO97mFa4