Afganistán

Afganistán es un Estado que fue sometido a distintas presiones, tanto endógenas

como exógenas, que lo han forzado históricamente a fronteras inimaginables y
que siguen teniendo profundos efectos sobre la gobernabilidad, la estabilidad y,
primordialmente, sobre la paz de la país afgano.
Los talibanes autodenominados como Emirato Islámico de Afganistán es un
movimiento político-religioso y organización militar islamista-Deobandi de
Afganistán, que en la actualidad dirige al territorio, tras vencer a las fuerzas
armadas occidentales y afganas en una guerra (yihad). En Occidente es
extensamente considerado como un conjunto terrorista. La doctrina de los
talibanes fue descrita como mezcla de Sharia o ley islámica basada en el
fundamentalismo deobandi e islamismo militante con las reglas sociales y
culturales de los pastúnes conocidas como Pashtunwali.
El 15 de agosto los talibanes se hicieron con el control de Kabul, retomando el
poder en Afganistán tras 20 años. Con la conquista de la ciudad más importante
afgana, la retirada de civiles que temían a un nuevo Regimen talibán se ha
convertido en la prioridad de las potencias mundiales desplegadas en el territorio,
entre ellas, España. Otros 250.000 habitantes han quedado atrapados tras la
evacuación estadounidense el 30 de agosto, que había estado controlando los
accesos al aeropuerto de la ciudad más importante afgana, la exclusiva salida
viable del territorio. Diversos territorios adelantaron su retirada de Afganistán tras
el atentado en el aeropuerto de Kabul del 27 de agosto, que abandonó por lo
menos 183 muertos y 120 lesionados y que ha sido reivindicado por el Estado
Islámico. Con la evacuación de las potencias de todo el mundo, los talibanes se
hicieron con el control de todo el territorio.
Los combatientes talibanes llegaron a las puertas del Kabul y poseen orden de no
entrar en la localidad más importante afgana, aseguró este domingo un portavoz
talibán a partir del colapso de las fuerzas de estabilidad afganas.
En Afganistán se están violando todos los derechos de las personas, más que
todo de las niñas y mujeres. La degradación de la figura de la mujer en Afganistán
crea un debate que trasciende de las controversias domésticas y que expone una
dicotomía hacia afuera: occidente/mundo islámico. Esto, paralelamente, parece
haber unido nuestra postura de inculpación frente a la barbarie universal y expone
el deber moral de repudiar lo cual a cada una de luces puede constituirse como un
flagrante ataque a la dignidad de los individuos, en esta situación, de las mujeres.