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El juicio contra

Francisco Atanasio
Tzul, Lucas Aguilar,
compañeros y
compañeras de
Totonicapán

La memoria de
los años 1820-1821

José Chaclán
El juicio contra Francisco Atanasio
Tzul, Lucas Aguilar, compañeros y
compañeras de Totonicapán

La memoria de los años 1820-1821

José Chaclán
El juicio contra Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros y
compañeras Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

José Chaclán

Primera Edición, 2021


Escuela de Formación para la Democracia, NIMD

Guatemala, Guatemala.

ISBN: 978-99939-33-21-2

¡Para todos y todas fraternales saludos!

Diseño e impresión:

3a. avenida 14-62, zona 1


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Portada y Diagramación: Maite Sánchez


Revisión de textos: Jaime Bran

Este documento fue impreso en febrero de 2022.


La publicación consta de 250 ejemplares en papel bond 80 gramos.
Contenido
Introducción 1

Prólogo 7
Un proceso criminal sin defensa. Análisis y comentarios
a cargo de Pedro Ixchíu García 7
La importancia de las Cortes de Cadiz. El indulto y la puesta en
libertad de los prisioneros 12
Qué lecciones deja la sublevación del pueblo k’iche’ de 1820 a
los pueblos en general a 200 años de su conmemoración 17

Capítulo 1
La fundación de Totonicapán “Lugar de Agua Caliente” 21
El origen del testimonio del núcleo poblacional 23

Capítulo 2
Los entornos geográficos de la rebelión 27

Capítulo 3
Antecedentes al pago de los tributos 31
La colonia y el pago de tributos 31
Antecedentes al pago de tributos en San Miguel Totonicapán,
año 1820 35
Exhortación de los religiosos para que paguen los tributos 46
Los testimonios de los funcionarios públicos para que los indios
e indias paguen los tributos 47
Don José Manuel Cifuentes, Momostenango 1º de marzo de 1819 47
Pedro Valdés, San Cristóbal Totonicapán 11 de marzo de 1819 48
Juan José Muñoz cura de Momostenango y su exhortación a los
indios para que paguen los tributos Totonicapán, año de 1820 48
La cofradía y los tributos 49

Capítulo 4
Reporte de la insurrección de Totonicapán, año 1820 61

Capítulo 5
El juicio: Declaraciones de los capturados,
careo, respuesta de autoridades y solicitud de indulto 71
Declaración del prisionero Lucas Aguilar 73
Declaración del prisionero Atanasio Sul (Tzul) 76
Declaraciones de los prisioneros de San Miguel Totonicapán 84

iii
Declaraciones de testigos de San Francismo El Alto 87
Declaraciones de testigos de San Andrés Xecul 91
Declaraciones de testigos de cargo de San Cristóbal Totonicapán 95
Declaraciones de los testigos de cargo de San Miguel Totonicapán 97
Declaraciones de la prisionera Felipa Tzoc 107
Declaraciones de los testigos de cargo de Quetzaltenango, San
Miguel Totonicapán, San Cristóbal Totonicapán 109
Declaración de los prisioneros capturados en el mes de agosto
de 1820 112
Careo entre Atanasio Tzul y Dionisio Toscán
(y otras declaraciones) 116
Declaración del prisionero Domingo Can capturado en San
Miguel Totonicapán, de septiembre de 1820 123
Aporte Documental de testigos presentado ante juzgado de
Quetzaltenango (y respuesta de las autoridades) 125
Declaraciones de otros prisioneros capturados en San Miguel
Totonicapán, octubre de 1820 133
Últimas declaraciones de los testigos de cargo del pueblo de San
Miguel Totonicapán, noviembre 1820 135
La solicitud de indulto hecha por los capturados en San Miguel
Totonicapán 137

Capítulo 6
Dictamen final del caso judicial
contra de Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar
y compañeros 141

Capítulo 7
“Nostras las mugeres del pueblo de Totonicapa” 145

Capítulo 8
Mensaje Final 151

Bibliografía 155

iv
Introducción

En el año 1820, en la Alcaldía Mayor de Totonicapán culminó


una acción de rebelión social, que a través de los años la han
denominado con distintos nombres. Lo innegable, es que se
manifestó en contra de un prolongado estado de exacciones in-
controladas del cobro del entonces ya centenario pago de los
tributos: eso provocó la ingobernabilidad del alicaído Estado.
Entre tanto, en los habitantes de los pueblos directamente afec-
tados, con su ya larga experiencia acumulada de resistencia ante
las iniquidades, se acumuló la rebeldía y la resistencia que es una
ley social; junto a ello, el liderazgo y la acción india -no solo en
el citado Totonicapán- que fue el estandarte de la rebelión por
excelencia y; que al siglo XXI, es visto de reojo por los pode-
res económico-políticos-ideológicos enquistados en el poder de
decisión. Los ecos de esa rebelión sobrevivieron en la tradición
popular en diferentes épocas con distintas intensidades e iguales
vetas sociales. Y al caso, la micro burguesía semi-nacional pro-
mocionó y minimizó la acción de insurrección como un intras-
cendente alboroto de indios.

El relato que presentamos inicia con el indispensable tema sobre


la fundación de Totonicapán, o lugar de Agua Caliente, con el
agregado aporte de la imagen de “Nin Ja” y luego el nombre de
las cuatro conglomeraciones étnicas además de la k’iche’ que se
establecieron en la región.

Luego, se explica cuáles fueron los entornos geográficos en el espa-


cio físico y social en que se configuró la rebelión y que trascendió la
breve limitación territorial de San Miguel Totonicapán; al caso de
que se vieron implicados amplias extensiones del territorio y desde
luego sus poblaciones de la Capitanía General de Guatemala.
A continuación, se exponen distintos antecedentes sobre la
rebelión y el pago de tributos, que relatan los incesantes actos
de confabulación-rebelión, en el cual, se vieron involucrados
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

distintos personajes locales, en especial la tríada religiosos-civi-


les-indígenas, estos últimos que hoy son la mayoría de la pobla-
ción, todos involucrados unos por imponer el pago puntual de
los tributos y, los afectados en rebelión a lo partisano; resistién-
dose al no pago de los odiados tributos. En particular destaco la
proclamación del bando de 22 de febrero de 1819 “bando” que
fue un medio de comunicación escrito regularmente en papel y
recuerde que ese material, era un objeto escaso y controlado su
venta por su respectivo Estanco de Papel. ¡Lo insólito!, es que,
del papel, del cual escribo, haya sobrevivido a la destrucción so-
cial, o natural y hoy se conserva, y es especial para la narración
que presento con extractos del citado. Además, es sobresaliente
la anotación del escribano José Catz Chun, que hizo una síntesis
del contenido del bando, en su idioma quiché. En ese período
social fue permanente presión para que los tributarios y tributa-
rias hicieran efectivo el impopular pago de los tributos. Y para
ello, entre otras formas implementadas por el responsable local,
en este caso el funcionario alcalde mayor solicitó apoyo local de
personas de conocida presencia en la región para que dieran fe
de lo actuado en la recaudación de las gabelas. ¿Y quiénes fueron
las personas significativas? En primer lugar, los religiosos, luego
funcionarios locales de la administración pública. Por ejemplo,
el caso de Eulogio Gálvez, Vicario, Provincial, Juez Eclesiástico
y Cura por Su Majestad del Beneficio de Momostenango, quien
fue testigo presencial de los acontecimientos de insubordina-
ción, en Totonicapán en el año 1820 y escribió un importante
informe en seis documentos, mismos que por su contenido in-
formativo fueron incorporados al expediente original relacio-
nado con el juicio a Atanasio Tzul y Lucas Aguilar y por sus
contenidos expositivos que son relevantes para la reconstruc-
ción de la historia de Guatemala, los incorporo en facsímil y su
respectiva paleografía.

La exposición continúa con el Reporte de la insurrección de


Totonicapán año 1820, en el cual incluyo para el público la
portada en facsímil del original en el cual consta el proceso se-
guido contra Tzul y Aguilar, y demás involucrados e involucra-
das en la rebelión del año 1820, seguido del origen del proceso
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

que fue durante la semana santa o cuaresma del año 1820, “El
día miércoles 5 de julio de 1820, Lucas Aguilar mandó a pu-
blicar, por bando la noticia de la supresión del tributo e instó
para que devolvieran los tributos cobrados”. Y en ese atribulado
ciclo también destaca: la referencia que es la antesala para desa-
rrollar la versión de los sublevados, quienes desde la cárcel de
Quetzaltenango dictaron sus memorias.

En la exposición en la cual presento vieja documentación, pero


tiene la connotación de nueva tal cual: facsímil de la Lista de
los reos que esta fecha dirigió de Totonicapán el señor Don
Prudencio de Cozar, el testimonio del listado original de los
nombres de las personas capturadas el 2 de agosto de 1820 y la
nota de Quetzaltenango, agosto 4 de 1820; signada por el alcal-
de Mayor, Manuel José de Lara; además la lista los nombres de
treinta y siete reos que con esta fecha dirigió de Totonicapán el
señor don Prudencio de Cozar.

El proceso judicial entablado en Quetzaltenango lo desarrollo


en el Capítulo 5 titulado “El juicio”, capítulo en el que se inclu-
yen declaraciones de los capturados en San Miguel Totonicapán
realizadas en distintos momentos, las declaraciones de Lucas
Aguilar y Atanasio Sul (Tzul), presentando ambas declaraciones
notables contradicciones, mismas que generan la discusión de la
razón sobre el motivo de tales refutaciones entre los dos líderes
de la sublevación del año 1820. Continúa el capítulo de acuerdo
al orden original de expediente con las Declaraciones de los tes-
tigos de cargo del pueblo de San Francisco El Alto, seguido del
pueblo de San Andrés Xecul, San Cristóbal Totonicapán, San
Miguel Totonicapán. Al realizar la lectura de los distintos testi-
gos de cargo que se presentaron al Juzgado de Quetzaltenango
encontrará variada información y detalles al momento descono-
cidos del suceso del año 1820.

La relación continúa con un momento cumbre para nuestra his-


toria pues presento un extraordinario caso relacionado con la
captura de una mujer que el día 15 de agosto del referido año
fue sometida al interrogatorio correspondiente. Y al pregun-
tarle cómo se llamaba respondió: “Dijo llamarse Felipa Toc” y
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

del apellido lo correcto es Tzoc. Luego la prisionera Felipa Tzoc,


quien respondió en los siguientes términos que están consigna-
dos en esta exposición.

El relato de nuevo continúa con las declaraciones de los testigos


de cargo de San Miguel Totonicapán, en el cual se destaca que
en su identificación personal declararon ser: ladinos, español,
“ladino mulato” y con ellos sus respectivos oficios.

Continuando con las declaraciones de los prisioneros captura-


dos en el mes de agosto de 1820, seguido de un documento que
da razón de que hay que proceder con sigilo para nuevas captu-
ras, tal cual se ordenó desde Quetzaltenango el 29 de agosto de
1820. Que va seguido del careo entre Atanasio Tzul y Dionisio
Toscán y del referido no se llegó a ningún acuerdo, es más es-
tuvo plagado de contradicciones entre uno y otro. Sin embargo
de la nota del careo destaca sobremanera la mención de Josefa
Caxaj que estuvo involucrada en la revuelta.

Continúa la exposición con más declaraciones de los capturados


en San Miguel Totonicapán y San Francisco El Alto y en pri-
mera instancia Antonio Tzul mayor de 60, casado, indio mace-
gual, labrador, de San Miguel. El desarrollo del proceso continuó
con el careo entre los prisioneros Domingo Can, Atanasio Tzul
y Dionisio Toscán. Y resultado del mismo fue las irreconcilia-
bles contradicciones entre las partes. La exposición continúa con
los aportes documental presentados por testigos al Juzgado de
Quetzaltenango, que conoció del caso de los sublevados del pue-
blo de San Miguel Totonicapán agosto y septiembre de 1820 y
entre ellos se presentó la siguiente frase. “Francisco Atanacio Sul
que fue el que se hizo Rey”, además de los testimonios documen-
tales se destacó que Valerio Say, que por su constante alusión
fue otro de los lideres de la revuelta, haciendo la salvedad que
Say, fue originario de San Cristóbal Totonicapán. Acto segui-
do continúan las declaraciones de prisioneros de san Miguel
Totonicapán, capturados en el mes de octubre de 1820.

Prosiguiendo con la exposición se describe la solicitud y con-


cesión del indulto. El relato pergeñado llega al Capítulo VII
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Dictamen final del caso judicial contra Francisco Atanasio Tzul,


Lucas Aguilar y dada la importancia para el conocimiento de
nuestro pasado en primera instancia incluyo en facsímil la por-
tada del expediente en el que consta la prueba del indulto otor-
gado, seguido de la orden de libertad a Francisco Atanasio Tzul,
Lucas Aguilar y compañeros. Texto que está reproducido y en
el que se lee Decreto de 23 de agosto de 1820, se emitió la orden
de libertad, que está firmada por cuatro personas que dejaron
consignados sus respectivos apellidos.

Finaliza la exposición con el Capítulo VIII “Nostras las mu-


geres del pueblo de Totonicapa”, que es un ángulo de nuestro
aleccionador pasado convenientemente diluido y de ello, evalué
las notas siguientes, que a partir de esta publicación pasan a ser
una consiga de la lucha cotidiana que se manifiesta en todos
los rubros de la vida y por ende en la sociedad. Y por ello, es
particular el capítulo XII “Nostras las mugeres del pueblo de
Totonicapa”. El cual trata de la marcha que realizaron un grupo
de mujeres de San Francisco El Alto, en el año 1821, a la ciudad
de Guatemala demandando la liberación de sus compañeros de
vida que fueron capturados durante la revuelta del año 1820, en
San Miguel Totonicapán. Y de su lectura manifieste sus propias
y activas reflexiones.

Por último, la sección Bibliografía en cual incluyo la fuente de


información básica que constituyen los documentos manuscri-
tos que se resguardan en el Archivo General de Centro América
y en especial a Jorge Castellanos quien una mañana me dijo
¡aquí está este documento! y luego de observarlo para mí fue
el instante culminante; en cual le dije a Héctor Concoa, com-
pañero, amigo y colega con quien hemos recorrido archivos y
depósitos similares, ¡hace las fotos! y de inmediato en una sesión
con su cámara realizó los innumerables documentos gráficos.
Así, fue el principio de esta investigación que culminó con esta
publicación. El agradecimiento es también para la Academia de
Geografía e Historia de Guatemala, a su personal y en especial a
Paty y Cynthia, por su amistad, atención y su montón de cono-
cimientos. Además, al doctor César Solano, con quien compar-
timos mesa y enormes platicas en la Academia. Y luego a Edgar
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Batres, por viejo compañero y amigo. Así envuelto en un sinfín


de acciones cotidianas de andando y caminando en su momento
retomaba el tema lo componía y descomponía para luego reto-
marlo por último para todos todas todes que el resultado de la
lectura sea positivo y el culmen es que sí logramos saber más de
nuestro escamoteado pasado desde luego vamos pensar el pre-
sente y futuro”
Mixco, Guatemala, noviembre de 2020

José Chaclán

No’j

6
Prólogo
Un proceso criminal sin defensa. Análisis y
comentarios a cargo de Pedro Ixchíu García

El juicio contra Lucas Aguilar, Francisco Atanasio Tzul, compa-


ñeros y compañeras de Totonicapán, refresca la memoria de los
años 1820 a 1821. El texto es un valioso aporte histórico social que
José Chaclán hace de manera coherente y complementaria a otros
estudios realizados con anterioridad. Es relevante, porque aclara
algunos mitos y relatos que ha promovido la historia oficial, pues
los criollos por medio del ejército nacional cooptaron nuestra his-
toria al declarar prócer de la independencia a Atanasio Tzul e ig-
noran el papel de Lucas Aguilar, de las esposas y, de los otros líde-
res del levantamiento del pueblo k’iche’ quienes, en ejercicio de su
autogobierno se liberaron de las autoridades locales de la corona,
de la iglesia católica, de caciques y principales quienes para cobrar
el tributo crearon una estructura perversa de corrupción sobre la
cual se fundamentó el nacimiento de la república guatemalteca y,
la cual, perdura hasta nuestros días.

En el relato se deriva que fue el Alcalde Mayor de Totonicapán


el fiscal que investigó, persiguió y el juez que acusó y resolvió,
sin dar posibilidad de defensa a los imputados. Entre los pri-
sioneros, contándose en un listado de 38 personas, figuraban
Lucas Aguilar, Nicolás Aguilar, Atanasio Tzul, Antonio Tzul,
Juan Monroy, Antonio Guinea, Antonio Batz, Antonio Citalán,
Francisco Velásquez, Dionicio Sapón, José Caxaj, Francisco
Hernández Pastor, Nicolás Matul, Franco Pastor, Franco
Jiménez, Sebastián Cutz y Sebastián Son, quienes fueron tortu-
rados públicamente aunque la Constitución de Cádiz prohibía
ya la tortura y los malos tratos corporales. En el proceso penal
fueron criminalizados como indios implicados en el motín de
Totonicapán y presos en la cárcel de Quetzaltenango.

José Chaclán destaca el Proceso Judicial seguido en contra de


los héroes de la referida sublevación del pueblo k’iche’ para la
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

eliminación del pago de los tributos y evidencia el papel prota-


gónico de las mujeres indígenas de Totonicapán el cual nunca se
contó. Por ejemplo, Petrona Tzoc y María Hernández Zapón, dos
mujeres a quienes el pueblo debe rendir un reconocimiento por
sus aportes en la auténtica libertad del pueblo de Totonicapán.
José Chaclán identifica y elogia el papel de las mujeres indígenas
de San Francisco El Alto, que en los meses de febrero y marzo de
1821, dirigen un memorial con el siguiente encabezado “Nostras
las mugeres del pueblo de Totonicapán,” quienes caminaron a
pie desde San Francisco El Alto Totonicapán a la ciudad capital,
denunciando las condiciones, el abandono en que viven y recla-
man en las calles de la ciudad capital la libertad de sus esposos
y compañeros de vida, en las postrimerías de la declaración de
independencia de los criollos en septiembre de 1821.
Agradezco a mi querido amigo José Chaclán por darme la opor-
tunidad de comentar la parte relacionada al proceso judicial
que por los delitos de sedición y sublevación se siguió en la Sala
Criminal de Quetzaltenango, a partir de las declaraciones tes-
timoniales, dentro de un proceso criminal sin defensa, el cual
concentraba en una sola persona el papel de investigar, acusar
y resolver: es evidente que en dicho proceso judicial el Alcalde
Mayor de Totonicapán fue el juez que investigó, persiguió, acu-
só y resolvió, sin dar posibilidad de defensa. En el juicio penal
ordinario, todos los acusados no tuvieron abogado defensor,
curiosamente no pasó lo mismo en la jurisdicción militar a los
acusados de San Francisco El Alto. “Si el papel del fiscal encar-
gado de investigar, acusar y resolver sin posibilidad de defensa,
es a su vez el Alcalde Mayor de Totonicapán ofendido en el pre-
sente caso y este a la vez es el juez, ni Dios siendo tu abogado te
podrá salvar.” Eso es lo que muestra el referido proceso judicial.
Al proceso judicial de ese entonces, yo le denomino “El Proceso
Criminal sin defensa seguido contra Lucas Aguilar, Nicolás
Aguilar, Atanasio Tzul, Antonio Tzul, Juan Monroy, Antonio
Guinea, Antonio Batz, Antonio Citalán, Francisco Velásquez,
Dionicio Sapón, José Caxaj, Francisco Hernández Pastor,
Nicolás Matul, Franco Pastor, Franco Jiménez, Sebastián Cutz
y Sebastián Son, pues es una muestra de cómo en Guatemala se
normaliza la Injusticia”.
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

El pueblo k’iche’ exigía en las calles la eliminación de los abusos


y malos tratos físicos de los curas doctrineros en contra de los
que se convertían a la fe cristiana católica; por medio de los tri-
bunales de la inquisición se operó una persecución y muerte de
los que no asistían a la iglesia. En 1820 la Constitución de Cádiz
fue un punto de apoyo a la demanda del Pueblo k’iche’ del parti-
do de Totonicapán. Luego de la entrada en vigencia de la nueva
constitución eliminaba la Inquisición, le puso límites al poder
de la iglesia católica, le confiscó sus bienes, prohibió los castigos
corporales y dejaba únicamente la cárcel como castigo a los po-
líticos rebeldes. Estas acciones legales demuestran la distancia
entre lo que la ley dice para la administración del Estado y el
modo en que efectivamente funcionaba. Las elites conservado-
ras inventaron un eslogan que perdura hasta nuestros días: Las
leyes se acatan, pero no se cumplen.

La sublevación del pueblo k’iche’ de Totonicapán fue un hecho


público y notorio. Diversos estudios relatan que Lucas Aguilar
y Atanasio Tzul lideraron un movimiento que en diversos mo-
mentos había hecho referencia a los documentos enviados al
Alcalde Mayor de Totonicapán, que los eliminaba del pago del
tributo: el 17 de marzo de 1820 en una manifestación multitu-
dinaria reclaman el envío de la proclama de la Constitución de
Cádiz, la cual debía ser leída públicamente por el Alcalde Mayor
pero, ante su negativa, Lucas Aguilar organiza una manifestación
y por medio de bandos públicos, lee la proclama por las calles del
pueblo. El 3 de mayo de 1820 se extiende la noticia del correo que
traía la notificación del restablecimiento de la Constitución y a
principios del mes de julio del mismo año, nuevamente esperan
la proclama de la constitución a cargo del Alcalde Mayor. El día
9 de julio de 1820, en los municipios de San Antonio Ilotenango,
Chichicastenango, Momostenango, Santa María Chiquimula,
San Francisco El Alto, San Cristóbal Totonicapán, San Andrés
Xecul, Santa Catarina Ixtahuacán, el pueblo “espera los papeles”
refiriéndose a la Constitución de Cádiz para la celebración de
su restablecimiento. En esa fecha el Alcalde Mayor del Partido
de Totonicapán debía proclamarla y juramentarla públicamen-
te, acto que implicaba declarar “la abolición del tributo ante el
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

pueblo”, lo cual no ocurrió y ante la negativa del Alcalde Mayor


de proclamar el restablecimiento de la Constitución de Cádiz,
ese mismo día en una manifestación multitudinaria el pueblo, li-
derado por Lucas Aguilar y Atanasio Tzul, reclaman el respeto a
la Constitución, se revelan contra el pago del tributo, desconocen
a las autoridades locales y por aclamación popular en asamblea
del cabildo de indios, el pueblo nombra sus propias autoridades,
declara a Atanasio Tzul Rey de Totonicapán y a Lucas Aguilar lo
declara Presidente de Totonicapán.

La manifestación del día 9 de julio de 1820 fue un acto noto-


riamente público para la proclama o juramentación de la
Constitución que eliminaba la esclavitud, le ponía freno al poder
y abusos de la iglesia y eliminaba el pago del tributo. En el cabildo
de indios, luego de quitar las varas a los principales recaudado-
res del tributo, el pueblo proclama a sus legítimas autoridades
y exige a principales y caciques recaudadores del tributo, la de-
volución del dinero que habían cobrado ilegal e ilegítimamente.

El día 3 de agosto de 1820 la sublevación k’iche’ fue reprimida por


más de 1000 milicianos ladinos armados, al mando del “pacifica-
dor” Prudencio de Cozar, procedentes de Quetzaltenango, Salcajá,
San Carlos Sija, Momostenango y Santa Cruz del Quiché, quienes
usaron armas de fuego para reprimir la sublevación política, dis-
paran a matar a la población y usando las bayonetas de sus fusiles
asesinan y torturan públicamente a los líderes del movimiento.

Con la esperanza que el proceso criminal existe para garantizar-


le al pueblo el respeto de sus elementales derechos, las víctimas
denunciaron que las milicias ladinas al mando de Prudencio de
Cozar, luego de ingresar al pueblo de Totonicapán, saquearon vi-
viendas, robaron, torturaron y asesinaron, pero esas declaraciones
fueron borradas del expediente, no obstante estar probado docu-
mentalmente la muerte de Manuel Vásquez y su señora madre,
quien murió del susto. Estos otros hechos debieron ser investiga-
dos, perseguidos y juzgados, ¿quiénes fueron los autores materia-
les? La historia de Guatemala está repleta de acciones militares,
de autócratas dictadores, que han gozado de impunidad histórica.
Más o menos lo que actualmente pasa con el juicio por los hechos
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

ocurridos el 4 de octubre del 2012 en la masacre de la cumbre


de Alaska que se pretende seguir por delitos de Desobediencia,
Homicidio y homicidio en estado de emoción violenta, habien-
do prueba suficiente que demuestra que los militares portaban,
pistolas 9 milímetros, 12 fusiles tipo galil, armas de fuego para la
guerra, que en el almacén militar les dieron balas como que fueran
a una guerra y que dispararon contra la población, que causaron
la muerte de 6 personas y más de 36 heridos por arma de fuego de
alto calibre, entre otros hechos cometidos por las fuerzas armadas
del ejército nacional de Guatemala, tipificado en el Código Penal
como delito de Ejecución Extrajudicial, o sea seis homicidios agra-
vados y lesiones gravísimas provocadas por armas de fuego que
se usan para la guerra. Las acciones de fuerza del Alcalde Mayor
por medio del ejército, son la muestra de la vocación autoritaria de
la elite nacional y local conservadoras, que en la construcción de
la república dio paso a las más largas dictaduras que plagaron el
gobierno en Guatemala y que profundizaron el nivel de racismo y
subdesarrollo que actualmente vivimos.

Reprimida la rebelión, se detiene a los líderes, se les encarcela y


se desarrolla un proceso judicial por los delitos de sedición y su-
blevación armada que no se pudo probar, porque el pueblo no
estaba armado, no obstante, el Alcalde Mayor que era el juez, pre-
tendió probarlo por medio de los más de 40 testigos de cargo. En
el marco de la declaración indagatoria de Antonio Tzul hermano
de Atanasio, es relevante en este sentido, aunque el Alcalde Mayor
pretende inducir a los delitos de sedición y sublevación armada y
aplicar la pena de muerte en el fuero militar, para sentar preceden-
te contra los revoltosos y enviar una amenaza social a los subleva-
dos, la espontaneidad de las declaraciones de los presos y de los 40
testigos de cargo de indígenas principales recaudadores del tributo
de San Miguel Totonicapán, San Cristóbal, San Francisco El Alto
entre otros municipios, reconocen expresamente que la manifes-
tación del pueblo era por la celebración de la constitución y la eli-
minación del pago del tributo y que fue el pueblo el que proclamó
a Tzul y Aguilar como sus legítimas autoridades.

Las más de 40 declaraciones de los testigos de cargo no fueron


suficientes para probar los delitos de sedición y sublevación
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

armada contra los funcionarios de la corona y en contra de las


milicias del ejército. Muchas declaraciones de los principales
recaudadores del tributo dijeron desconocer esos hechos y que
solo lo saben referencialmente porque les contaron o escucha-
ron lo que otros decían. Por esa razón el interrogatorio del juez
se dirige insistentemente a preguntar sobre la forma en que
vestía Atanasio Tzul, para probar y condenar a Lucas Aguilar,
Atanasio Tzul y compañeros por el delito de usurpación de las
calidades del Rey de España, de tomar el edificio de la Alcaldía
Mayor para robarse el dinero de los impuestos y asesinar al
Alcalde Mayor a fin de justificar el envío del caso al fuero miliar
en donde se les aplicaría la pena de muerte a los rebeldes.

La importancia de las Cortes de Cadiz.


El indulto y la puesta en libertad de los prisioneros

El cambio en el ejercicio del poder hegemónico de la monarquía


española durante los años de 1812 a 1814 significó una especie
de parto con dolor para las autoridades peninsulares, para los
criollos representantes de la corona en la capital del reino y para
los comerciantes de la ciudad y para las autoridades locales, para
los curas y representantes de la iglesia católica, para las autorida-
des y mandos de las milicias del ejército, para los gobernadores
de indios, alcaldes mayores, caciques y principales recolectores
del tributo, que se vieron afectados con la entrada en vigencia
de la Constitución de Cádiz que en el mes de marzo de 1812 de-
claró la abolición de la esclavitud, la abolición de los tributos y
por el principio de igualdad los denominados naturales o indios
adquieren la calidad de españoles cuando establece formalmente
que “son españoles…todos los hombres nacidos libres y avecin-
dados en los dominios de las Españas y los hijos de estos,” limita
el poder a las autoridades de la justicia eclesiástica, militar y or-
dinaria, desaparecen los tribunales de la inquisición, confisca los
bienes de la iglesia, los declara bienes de la nación y manda quitar
o borrar de las iglesias, claustros y conventos las pinturas o ins-
cripciones por medio de las cuales se amenazaba con castigar o
aplicar penas a la población que no se convirtiera al cristianismo
o que cometiera delitos contra la santa fe católica.
12
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Las Cortes de Cádiz, con motivo de los levantamientos en to-


das las colonias españolas en América, con fecha 25 de mayo de
1812 publicaron el decreto número CLXV (165) que contiene el
Indulto General con motivo de haberse publicado la Constitución
Política de la Monarquía Española. El referido decreto de indul-
to en su contenido indica: “Las Cortes Generales y extraordi-
narias deseando señalar el plausible día de la publicación de la
Constitución Política de la Monarquía con un acto de clemencia
nacional correspondiente a tan notable suceso, han venido en
decretar y decretan un indulto general en favor de los súbditos
españoles que se hayan hecho reos de delitos, cuyas penas puedan
remitirse. El documento consta de 8 artículos y en el número VI,
indica: “VI. Queriendo las Cortes que este indulto no solo com-
prende a todos los súbditos del Rey no militares, sino también a
los eclesiásticos seculares y regulares, se comunicará a los M.RR.
Arzobispos, RR. Obispos, prelados de las Ordenes, los de territo-
rios exentos, los regulares y de cualquiera clase que sean”.

Así, por medio del Decreto CCV (205) de 5 de noviembre de 1812.


Se pone límites a las jurisdicciones eclesiásticas, castrense y ordi-
naria”, por medio del Decreto CCXXVI [215] de fecha 12 de fe-
brero de 1813 se declaran nacionales los bienes que fueron de la
Inquisición: varias medidas sobre su ocupación, y sobre el suel-
do y destino de los individuos de dicho Tribunal; por medio del
Decreto CCXXV [225] de 12 de febrero de 1813…se manda qui-
tar de los parajes públicos, y destruir las pinturas o inscripciones
de los castigos impuestos por la Inquisición, y ordena “Que todos
los cuadros, pinturas o inscripciones en que estén consignados los
castigos y penas impuestos por la Inquisición, que existan en las
iglesias, claustros y conventos, o en otro cualquier paraje público de
la Monarquía, serán borrados o quitados de los respectivos lugares
en que se hallen colocados, y destruidos en el perentorio término de
tres días, contados desde que se reciba el presente decreto”.

Conociendo del conflicto religioso y los abusos de los curas


que por la violencia imponen su sistema de creencias a quie-
nes no profesaran la fe cristiana católica, por medio del Decreto
CCXXIII, [223] de fecha 22 de febrero de 1813 se reconoce
que el tribunal –inquisitivo– ha causado daños a las familias y
13
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

herederos, pues quienes fueron llevados a la temible Inquisición,


de por vida quedaron señalados. Y en vista, de los inconvenien-
tes que eso causó decretó la Abolición de la Inquisición y esta-
blece los Tribunales protectores de la fe.

Esta información llegó a los detenidos de San Miguel Totonicapán,


San Cristóbal y San Francisco El Alto, quienes, a 18 días de su
encarcelamiento, (el día 22 de agosto de 1820) solicitaron la
aplicación de la Gracia del Indulto General contenido en el de-
creto número CLXV (165) con motivo de haberse publicado la
Constitución Política de la Monarquía Española, ante la Oficina
de Gobierno del Excelentísimo señor Presidente, por su Majestad
de la Real Audiencia en la Nueva Guatemala. Aunque en la soli-
citud de Indulto no se les logra identificar, presumo que las per-
sonas que lo solicitaron fueron: Lucas Aguilar, Nicolás Aguilar,
Atanasio Tzul, Antonio Tzul, Juan Monroy, Antonio Guinea,
Antonio Batz, Antonio Citalán, Francisco Velásquez, Dionicio
Sapón, José Caxaj, Francisco Hernández Pastor, Nicolás Matul,
Franco Pastor, Franco Jiménez, Sebastián Cutz y Sebastián Son.
El indulto fue resuelto por la Sala del Indulto ocho meses des-
pués de su encarcelamiento el día 1 de marzo de 1821 y gracias
a José Chaclán la cito textualmente: “Sala de Indulto Marzo pri-
mero de ochocientos Veinte y uno. Vistos: ”Con la Real Cedula de
Indulto de 2º… De diciembre de 1819 y el Real Decreto de 23 de
agosto de 1820. Se declara que, por las conmociones del partido
de Totonicapán, lo gozan Lucas Aguilar, Atanasio Sule, y demás
cómplices que se hallan presos; y en su conformidad póngase-
les en libertad sin costas, pasándose oficio al Señor Jefe Político
Superior con inserción de este auto para su noticia y efectos con-
venientes. Comuníquese igualmente al Alcalde Mayor del referi-
do partido por medio de certificación y oficio de la Escribanía de
Cámara para su cumplimiento. Y dese cuenta en Sala de Segunda
Instancia con los autos de la materia para las demás providencias
que demandan los incidentes que han ocurrido en este negocio.
Señores. Moreno. Bustamante. Ibañez. Lo proveyeron y firmaron
los señores de la vista doy fe. Franco Verdugo.”

En la misma fecha se puso certificación al Alcalde Mayor de


Totonicapán con inserción del anterior auto. La orden de
14
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

libertad fue ejecutada el día 8 de marzo de 1821 aunque el


contenido del indulto nunca se publicó por el alcalde Mayor
de Totonicapán. Es muy evidente la acción torpe y burda del
Alcalde Mayor por querer aplicar una ley contraria al decreto
que justificó la aplicación del indulto general por la proclama de
la constitución de la monarquía española que provocó conflic-
tos en las provincias por la liberación de los pueblos. La solici-
tud del indulto general y su resolución están contenidos en los
capítulos IV y XI del presente libro e invito al lector interesado
los identifique, lea y analice con juicio crítico, a 200 años de este
relevante acontecimiento.

Es evidente la posición política conservadora de las autoridades


locales que estaban acostumbradas a irrespetar las leyes dictadas
por la corona española durante el coloniaje y a través de las fuer-
zas de represión militar le ponen fin al ejercicio de autogobierno
de los pueblos de San Andrés Xecul, San Cristóbal, San Francisco
El Alto y San Miguel Totonicapán y en un contexto político de la-
gunas y vacíos legales, por medio del proceso judicial pretendie-
ron sentar un precedente jurídico y aplicarles la pena de muerte
a los rebeldes Francisco Jiménez y Francisco Pastor o Francisco
Paxtor los denominados indios de San Francisco El Alto, quie-
nes no corrieron la misma suerte que Lucas Aguilar, Francisco
Atanasio Tzul y compañeros. Jiménez y Paxtor estuvieron suje-
tos a la Comandancia de Armas y en la jurisdicción militar se les
siguió un proceso por los hechos relacionados con “la oposición
que hicieron a la tropa que fue del pueblo de Quetzaltenango a
Totonicapán, a su pacificación.” Cita textual.

Los defensores de Francisco Jiménez y de Francisco Paxtor, Fermín


José Peláez y José Ladislao Marroquín, ambos Subtenientes de
Milicias Disciplinadas con fecha 23 de febrero de 1821, siete meses
después de estar en prisión, solicitan la aplicación del Indulto que
se había hecho efectivo hace tres días, en favor de los “principa-
les líderes de la rebelión de Atanasio Tzul y Lucas Aguilar de San
Miguel Totonicapán, el corregidor se había negado a publicar el
decreto de fecha 19 de julio de 1820, publicado en la cabecera del
reyno, hoy ciudad de Guatemala; el cual se refiere en el proceso y
curiosamente desapareció del Prontuario de leyes de la época.
15
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

A la solicitud de aplicación del Indulto a favor de Francisco


Jiménez y de Francisco Paxtor el corregidor se opuso en base a “la
Cédula Real del 8 de febrero de 1790 y plantea una duda de com-
petencia lo que hoy se conoce como conflicto de competencia en-
tre la jurisdicción ordinaria y la jurisdicción militar. La referida
cédula indica: “Fuero de Guerra. Los salteadores o contrabandis-
tas que hiciesen fuga resistencia con arma blanca a la tropa, que
los capitanes generales empleasen con jefes destinados expresa-
mente a perseguirlos por sí o como auxiliares de las jurisdiccio-
nes reales ordinarias y de rentas, quedan sujetos a la jurisdicción
militar, y serán juzgados por un consejo de guerra de oficiales,
imponiéndoles pena de muerte y la de diez años de prisión a los
que, sin hacer resistencia, concurrieren con ellos a la función.”

En un primer momento, el corregidor indica en uno de sus ale-


gatos “la causa seguida por lo militar contra Franco Jiménez y
Franco Paxtor indios de San Francisco El Alto “por la oposición
que hicieron a la tropa que fue del pueblo de Quetzaltenango
a auxiliar al señor Comisionado Ordenador del Ejército, don
Prudencio de Cozar, comisionado por el excelentísimo señor
Capitán General para la pacificación del pueblo de Totonicapán,
a los demás a quienes se les ha juzgado por el fuero militar”

Ante la posición de los defensores, quienes argumentaron que en


el expediente no se comprobó que hubiesen maltratado a los mi-
litares, el corregidor indica que “el Ministerio Fiscal, cree propio
de la jurisdicción ordinaria el conocimiento de esa causa… El co-
mandante manifestó que “los reos atacaron a la tropa y del ataque
resultaron 40 heridos y el decreto de 2 de abril de 1782 declara, que
cuando una patrulla insultada va auxiliada de la justicia, los reos
deben ser juzgados por la jurisdicción a que pertenezcan. Pero en
resolución posterior de fecha 22 de noviembre de 1790, se manda,
que el insulto a la tropa, aunque vaya auxiliando a la justicia sea
sentenciado por la jurisdicción militar.” Lo cual demuestra que, en
un acto desesperado de la acusación, se les condene ya no por la
oposición armada sino solo por los insultos a la tropa.

El Tribunal de la Audiencia con fecha 5 de julio de 1822 resuelve


la duda de competencia y declara que las disposiciones señaladas
16
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

anteriormente y los decretos del Imperio Mexicano no son aplica-


bles a los indios Jiménez, Paxtor y compañeros, como se eviden-
cia en el siguiente orden de resoluciones para poner fin al asunto:
“Hallándose en el libre uso y ejercicio de la comandancia. Con co-
nocimiento y mandamiento de la jurisdicción ordinaria del alcal-
de mayor de Totonicapán y corregidor de Quetzaltenango, sin que
hasta ahora se haya formalizado competencia alguna, es visto, que
el primer punto anterior no necesita declaratoria. Refiriéndose al
caso de Lucas Aguilar, Atanasio Tzul y compañeros.

“En lo relativo al indulto, suponiendo que en él hacerse es con


arreglo a los decretos del Imperio Mexicano. Los indios Pastor y
compañeros, están excluidos de él; y vuestra señoría se ha de ser-
vir declarando comprendido sin condición a presentar perdón,
supuesto que no resultan condenados, ni confesos de haber heri-
do ni maltratado a nadie; se les deje en libertad, según están des-
de 18 de abril del año 1820 próximo pasado; y mediante, a que
el Comandante de armas de Quetzaltenango les excarceló por
si, y sin proceder formalidad ninguna, conforme está dispuesto,
hacerle la prevención necesaria; y que se vuelvan los cuadernos
de la actuaciones del Tribunal de la Audiencia, con noticia de la
determinación que recaiga, y el oficio de estilo. En la oficina de
Guatemala, julio 5 de 1822.” No se indica cuándo fueron puestos
en libertad consecuencia de haber declarado el perdón sin condi-
ciones y la orden de libertad de los procesados.”

Qué lecciones deja la sublevación del pueblo k’iche’ de 1820


a los pueblos en general a 200 años de su conmemoración

La importancia de las alianzas, pues los dirigentes indígenas se


aliaron con sectores progresistas en la ciudad capital con quie-
nes planifican estrategias y acciones. El levantamiento indígena
nos enseña, que la sublevación del pueblo k’iche’ de Totonicapán
no fue circunstancial como lo quieren hacer parecer los secto-
res conservadores y las elites económicas del país que actuaron
aprovechando un momento de vacíos políticos y legales. Hoy
como pueblo debemos rendir un homenaje póstumo para hon-
rar el legado que nos dejaron a 200 años de sus muertes.
17
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

El legado de las mujeres que apoyaron a Lucas Aguilar, Francisco


Atanasio Tzul y compañeros es un mensaje a la conciencia ciu-
dadana, un ejemplo de heroísmo y dignidad “para que la dig-
nidad se vuelva una costumbre” y no lo contrario. Que como
pueblos originarios hemos sido capaces de crear nuestros pro-
pios caminos para salir de la dependencia extranjera impuesta
desde la colonia española y su modelo de desarrollo local que se
recrea hasta nuestros días.

Que el pago del tributo es el antecedente de la perversa corrup-


ción que padece como un cáncer la incipiente democracia gua-
temalteca y constituye un elemento desencadenante hoy en día
en el financiamiento electoral de los partidos políticos por cuyos
medios se crea y recrea en el siglo XXI. Que se dejó de pagar
el tributo en los municipios de San Miguel Totonicapán, San
Cristóbal, San Francisco El Alto y pueblos de la región k’iche’
pero en la actualidad, se sigue cobrando de otras maneras.

Que el sistema de explotación económica y opresión social, po-


lítica y cultural hacia los pueblos indígenas y ladinos pobres en
Guatemala se reactiva y reacomoda inmediatamente después de
procesos de reivindicación política, esto lo podemos ver refleja-
do en el discurso conservador de ladinos, caciques, principales
recolectores del tributo, quienes aprendieron el castellano para
ser intermediarios de la colonización, que declararon en contra
de Lucas Aguilar, Atanasio Tzul y compañeros por la reivindi-
cación de sus derechos.

En base al relato de los hechos ocurridos, tenemos una deuda


histórica con Lucas Aguilar quien planificó, dirigió y ejecutó lo-
calmente la exigencia de sus derechos ante las autoridades locales
de la corona, reclamó a los principales recaudadores del tributo la
devolución del dinero cobrado ilegalmente, agredió a los supues-
tos ladrones y asumió el cargo que le confirió su pueblo como
el Primer Presidente de las autoridades indígenas de su munici-
pio, hoy junta directiva de los 48 Cantones de Totonicapán. Creo
que debemos honrar su memoria construyendo un nuevo mo-
numento, nombrando instituciones, escuelas, puentes, caminos
o calzadas, con el nombre de Lucas Aguilar, con la finalidad de
18
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

preservar su nombre y honrar su memoria. Asimismo el nom-


bre de las mujeres de San Francisco El Alto y los nombres de
Manuela Tzoc y María Hernández Sapón.

De la historia de los pueblos se aprende las aspiraciones por


un mundo mejor y se construye la acción política. Los pueblos
indígenas venimos reclamando el respeto y garantía del dere-
cho a la libertad e igualdad declarados formalmente desde la
Constitución de Cádiz de 1812 para la construcción de la repú-
blica guatemalteca diversa, democrática, incluyente y participa-
tiva, no obstante, es evidente la doble moral de las elites econó-
micas y políticas que declaran derechos pero no los respetan ni
garantizan su cumplimiento.

Desde el desconocimiento definen el rumbo social y cultural


del Estado Nación y manipulan la conciencia colectiva de los
pueblos. De las heridas coloniales que no hemos sanado, he-
mos heredado la profunda desconfianza social y las mezquinda-
des que no permiten la cohesión social que nos conduzca en la
construcción de un mundo en el que quepan otros, con culturas
diferentes. Considero por lo dicho anteriormente, que las elites
conservadoras han procurado directa e indirectamente negar el
conocimiento de la historia de los pueblos en su conjunto, lo cual
incide en la identidad nacional y el pobre ejercicio de ciudadanía
y participación política que ejerce la población guatemalteca.

Hoy que la academia enseña a repetir y está muy lejos del juicio crí-
tico, es necesario y urgente un proceso de formación educativo au-
téntico, planificado y ejecutado con la participación de intelectuales
valientes que se atrevan a enseñar en todas las aldeas y municipios
del departamento de Totonicapán sobre: El origen y la historia del
pueblo de Totonicapán, la comunidad, sus conexiones y límites en
el contexto municipal, nacional e internacional. El levantamiento
o sublevación del pueblo k’iche’ del partido de Totonicapán y su
ejercicio de autogobierno. El sistema de autoridades propias en los
pueblos indígenas. Que su modelo de desarrollo pasa por resolver
necesidades básicas, que pondera y discute constantemente entre
seguridad colectiva y libertad individual para el bien común. Que
para superar el fanatismo religioso las tareas imprescindibles de la
19
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

educación son como lo dijera Leonardo Boff: “aprender a cono-


cer, aprender a pensar, aprender hacer, aprender a ser, aprender
a convivir, aprender a cuidar y a espiritualizarse.” Necesitamos un
sistema educativo que desde la comunidad escolar enseñe “demo-
cracia y ciudadanía,” porque sin ciudadanos no hay democracia, el
servicio comunitario como el espacio de participación y responsa-
bilidad por los asuntos políticos, que enseñe sobre participación
comunitaria para analizar con juicio crítico, reoriente procesos
sociales y de organización de los pueblos y nos permita identificar
los discursos de los indígenas conservadores ligados al poder que
no quieren que cambien las cosas en nuestro pueblo. Que permi-
ta conocer con juicio crítico el modelo de organización propio de
los pueblos originarios, Totonicapán, es un modelo cooperativo
de desarrollo económico social propio, que sienta las bases para
aprender administrar públicamente el municipio, que sabe de
crecimiento económico y autosostenibilidad, que es una escuela
de gobierno eficiente, democracia y participación en la toma de
decisiones.

A los amantes de la historia los invito a leer este abundante


documento, seguro se la van a pasar muy bien. Utz ipetik alak.
Pedro Ixchíu García.

20
Capítulo 1
La fundación de Totonicapán “Lugar de Agua Caliente”

Indagar los orígenes de determinada población infaltablemente


implica el mito. De ello, no estuvieron exceptos los inicios de
Chwi miq’ ina’ o Totonicapán, que se remonta a Tula.1 En ella
los clanes iniciaron su última marcha en búsqueda de su asiento
definitivo: la partida comenzó a despuntar del alba, con el brillo de
la estrella Ik-o-q’ij; en otras culturas le llaman Venus.

Al primer tinamit –pueblo–, fundado le llamaron Jakawitz, actual-


mente es un sitio arqueológico al lado de Santa Rosa Chujuyub’
aldea de Santa Cruz del k’iche’.2 Luego, se trasladaron a otro espa-
cio y establecieron el tinamit definitivo o “Cumarcaaj comarca del
rancho viejo” por los Quichés”.3 En Q’umarcaaj, le correspondió
una fracción de tierra para cada uno de los: Kaviquib, Nijaibab,
Ajau K’iche’ y Sakuikuij. Simultáneamente se inició la construc-
ción de muchas casas y al centro el templo de Tojil.

Posteriormente el Amak’ Tenamit4 llamado por los k’iche’s


Q’umarcaaj y por los mexicanos –Utatlán– que fue el centro po-
lítico desde donde los citados, llegaron a controlar gran parte
del territorio de la aun jurídicamente no existente Guatemala.
Observe la imagen siguiente.

1 Chaclán, José, Manuel García Elgueta editor del Federal Indiano, Totonicapán, mar-
zo-agosto de 1883, Guatemala, 2002, Universidad de San Carlos de Guatemala,
CEFOL. “p. 77, cfr., Carranza, Jesús R. et al. Un pueblo de los Altos apuntamien-
tos para su historia 1897 Totonicapán, Quetzaltenango, 1897, p. 8; Recinos, Adrián,
Popol Vuh las antiguas historias del quiché, México 1947, p. 197; Lewis, Morgan, H.
La Sociedad Primitiva, 2ª. ed., Madrid, 1971, p. 235
2 Carmack, M. Robert, y L. Mondloch, James; trad. El Título de Totonicapán, México
1983, pp. 46-47
3 El Título. Nota 22, p. 107
4 Sedat, S. Guillermo, Nuevo Diccionario de las Lenguas K’ekchi y española,
Guatemala, ILV. Guatemala, 1971: “Amak’ Tenamit; multitud; compañeros pueblo en
general”, p. 23

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Nin ja; símil de una casa grande. “Nima castillo Chiri paysmachi
pa quiche”. Texto de 4 de marzo de 1562, y al folio 35 “Aprimero
de octubre y del año 1842 secabo [sic] este título de los común
de los yax yo escribano de cabildo Diego Gómes Toc”. La ima-
gen es una de las fotocopias propiedad del autor de este trabajo.
Por lo expuesto del mito fundacional, a concretas acciones so-
ciales, en el cual, los primigenios fundadores y fundadoras de-
jaron expuestos sus testimonios. “Y que hicimos pie y es lugar
en donde reside el Rey de los Quiché Santa Cruz, ahí estuvimos
pocos días tiempo nosotros los principales llamados o nombra-
dos Nimak Achih”.5
El año 1524 fue el parte aguas y la génesis de un colaje de “otra
nueva concepción de sociedad” que genéricamente, por oscuros
intereses denominaron “época colonial”: la inocua oración que
diluye y minimiza un complejo modo de organización social.
De la fecha 1524 transcurrieron veinte y cuatro años del escrito
de los principales y ese lapso implicó acomodos, y reacomodos
y la sui géneris estratificación de las relaciones de poder político
que se entablaron y con él los nuevos símbolos de autoridad y, en
especial, con los argumentos esgrimidos para justificar el nuevo

5 Recinos, Popol Vuh, “Quiché Santa Cruz”: “Así, pues, se han acabado todos los
del Quiché, que se llama Santa Cruz”. La nueva denominación fue inspiración del
“Obispo Marroquín quien bautizó con el nombre de Santa Cruz la ciudad española
que reemplazó a la antigua capital quiché”, p. 264

22
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

orden social. En este se conjugó la esclavitud con muestras de


feudalismo, todo en una ríspida interrelación social.

El origen del testimonio del núcleo poblacional

Remite a el siguiente testimonio: “y a jurar como es berda que en


el dicho pueblo [San Miguel Totonicapán] se quedaron los prin-
sipales que traya el Capitán don Fernando Cortés, Adelantado y
Conquistador… cuando entraron marchando en el dicho pueblo
los españoles y los casiques Umastecat6… Ayatecat7… Tlascala…
Cholula”.8
A veinte y cuatro años de culminada la primera fase de conquis-
ta militar-política-eclesiástica, en el altiplano occidental, de la
recién nacida Guatemala; los militares solicitantes en calidad de
conquistadores sin duda recordaron sus lugares de origen que se
ubican en el actual Estado de México.

Según Ernesto Chinchilla “transcurrieron los años y en el siglo


XVIII, los descendientes de los citados generaron, otro petitorio:”9
Nosotros: Sebastián y Gaspar Rodríguez10 y Joseph
Mazariegos11, con los demás caciques y descendientes

6 El Titulo. Nota 22, El Título de caciques completo se encuentra en las páginas: 211
216; en otro testimonio se nombra a: “Izmatecat” y tal nombre no se registra en los
motores electrónicos.
7 Ayateca (Tlanepango), Calnali, Hidalgo Ayateca (Tlanepango) es una población per-
teneciente al municipio de Calnali, en el Estado de Hidalgo. http://www.telepaisa.
com/pueblos.php?action=poblacion_ver&poblacion_id=126013/; Confirmando y
ampliando: en el año 1564, en un pronunciamiento relacionado con: “Justicia. El
Fiscal con los indios mexicanos, tlascaltecas y zapotecas del reino de Guatemala,
sobre el pago de tributos, 1564”. Revista Anales LII, p. 208
8 San Pedro Cholula es un municipio mexicano. Es uno de los 217 existentes en el
estado de Puebla; forma parte del Valle de Cholula y de la Zona Metropolitana de
Puebla-Tlaxcala. Su cabecera es la ciudad de Cholula de Rivadavia. Wikipedia.
9 Chinchilla Aguilar, Ernesto, “Autos en que por esta Real Audiencia se declaran libre
de tributo a los indios del pueblo del pueblo de Totonicapán”. Revista Anales XXXIX,
p. 450 y siguientes.
10 Chaclán, José, Los caciques de Chwi Miq’ina? (Totonicapán) origen, presente y fu-
turo, Guatemala, 2008; en el año 1797, fue censada la familia descendiente de los
caciques Juan y Gaspar Rodríguez quien con igual nombre y apellido, en el año
1544, fue uno de los fundadores de los caciques de Totonicapán. P. 44
11 Chaclán. Nota 30, en supra, encuentra la genealógico de la familia descendientes
del cacique Mateo Mazariegos, p. 124

23
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

del pueblo de Tlascala12 argumentaron que fueron “con-


quistadores y pobladores de esta ciudad” y del pueblo de
Totonicapán, en donde residían hasta el número de 80; y
que desde el año 1544, sus antepasados fueron auxiliares
de los principales conquistadores de este reino y poblaron
Totonicapán”13.
El periplo referido a la refundación de Chwi Miq’ ina’ o
Totonicapán de acuerdo al Título de Caciques:

En 13 días del mes de enero de allegamos en este pueblo de


San Miguel Totonicapán de la real Corona de su Magestad
a ser testigos y a jurar como es verdad que en el dicho pue-
blo se quedaron los principales de Casaltenango y los prin-
cipales de San Juan Ostuncalco y los principales de Santa
Catarina Agpasijá y los principales de Momostenango.
Todos juntos pasamos a un cerro que se nombra Kaεqui, y
salimos de aquí llegamos a uno que se nombra en la Camilla
Pache4, viene bajando donde está un árbol de ciprés que le
llaman chuiquizis, aquí empezamos a conocer una prime-
ra estancia, seguimos bajando hasta a un lugar que se llama

12 Tlascala: Es uno de los 31 estados que junto con el Distrito Federal conforman las 32
entidades federativas de México. Es el estado con la superficie más pequeña de todas
las entidades, a excepción del D.F. En tiempos prehispánicos, Tlaxcala fue una de las
naciones que logró mantener su independencia ante el Imperio Mexica. Hasta hoy si-
gue mostrando parte de su nacionalismo prehispánico. La ciudad colonial de Tlaxcala
fue fundada sobre la prehispánica en 1520 por Hernán Cortés. En el año de 1525, el
Papa Clemente VII ordenó la fundación de la ciudad novohispana de Tlaxcala bajo el
siguiente decreto; “que se erige en ciudad la de Tlaxcala para la Nueva España y su
iglesia en Catedral para un obispo que gobierne y administre”. De igual manera se le
privilegió al nombrársele sede del Primer Obispado de la Nueva España, otorgándo-
sele además un Escudo de Armas con el título de “Ciudad Muy Noble y Muy Leal”.
http://www.tlaxcala.gob.mx/index.php/historia-sp-14097
13 Chinchilla. Nota 29, en su extenso e importante artículo que aporta entre otros datos
las permanentes demandas de los k’iche’s en contra del pago de los tributos. Y en
otra referencia tomada de El Título de Totonicapán, en versión Robert M. Carmack
y James L. Mondloch, en la página 16 encuentra una foto y en su pie de la misma
consta: “Cantón Panquix, donde viven los descendientes de los auxiliares mexica-
nos que acompañaron a los conquistadores españoles de Guatemala”.

24
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Sakmaquia que también le nombran Lincha, [Lincaj] aquí


hallamos nuestro lugar en San Miguel Totonicapán.14
Podemos decir que la refundación del nuevo pueblo nombra-
do San Miguel Totonicapán de la Real Corona, en el siglo XVI,
confluyeron diferentes estamentos sociales y eso le proporcionó
el carácter multiétnico y multilingüe, confiriéndole una parti-
cularidad que le permitió, hasta el día de hoy, su vigorosa exis-
tencia. Por ejemplo la marcha del 15 de septiembre de 2021, que
fue realizada en San Miguel Totonicapán. “48 Cantones llama a
construir nueva democracia en el marco del bicentenario”.15

14 Chaclán. Nota 21, en el testimonio se menciona en cuatro ocasiones el nombre


de San Miguel Totonicapán, como la denominación común del pueblo “que adqui-
ramos ha fuerza sangre y fuego y por ser verdad y de que así ganamos nuestras
tierras y lugares en San Miguel Lin4ah [Lincaj] Totonicapán”. En Taquitzal Nota 2, p.
141, describe lo siguiente, en el año 1899, existieron LIncaj 1º, Lincaj 2º y Lincaj 3º,
luego en el año 1977, Lincaj 1º lo llamaron Palín, Lincaj 2º desapareció y Lincaj 3º
Independencia.
15 https://lahora.gt/48-cantones-llama-a-construir-nueva-democracia-en-el-mar-
co-del-bicentenario/

25
Capítulo 2
Los entornos geográficos de la rebelión

Varias fueron las poblaciones y territorios que en los años 1820 y


1821 fueron noticia en razón de los ya prolongados procesos de
rebelión en los pueblos de indios e indias, que alteraron la base
de la vida cotidiana y política de la sociedad y en especial, en la
nueva ciudad de Guatemala de la Asunción.16
Quizá el más relevante para el caso que nos ocupa fue el depar-
tamento de San Miguel Totonicapán y, uno de sus municipios del
mismo nombre que, en la actualidad, está subdividido por las
zonas urbanas: Agua Caliente, Independencia, Palin, Tenerías
treinta y seis cantones con sus respectivos parajes y caseríos. A
la jurisdicción municipal se conoce como “el pueblo Indígenas
de los 48 Cantones de Totonicapán”.17
A raíz de esta indagación se detectó y fundamentó que también
hubo intensas expresiones de rebelión en la jurisdicción del de-
partamento de Chimaltenango. Según el Diccionario Municipal
de Guatemala, Chimaltenango tiene una extensión de 1,979 ki-
lómetros cuadrados y está situado en el centro de la República
dentro de la zona lingüística kaqchikel, que es el idioma indíge-
na predominante en todo el territorio”.18
Respecto al departamento de Guatemala, en esa importante área
de influencia también se expresaron actos de rebelión anti tributo

16 Chinchilla Aguilar, La vida moderna en Centroamérica historia de Centroamérica


III, Seminario de Integración Social Guatemalteca, número, 36, Guatemala, 1977:
pp. 315-321; Academia de Geografía e Historia de Guatemala, revista Anales XXV, en
adelante. Cito Anales. El 22 de octubre de 1776 se puso en vigencia la Real orden
de 23 de mayo disponiendo que la capital asentada en el valle de la virgen se titule
“Nueva Guatemala de la Asunción”, p. 191
17 Tzaquitzal, Efraín, et al. Alcaldes comunales de Totonicapán, Guatemala, 2000, p. 19
18 Diccionario Municipal de Guatemala, CÍVICA-COMODES, Guatemala, 2000, pp.31-
35 en adelante. Cito DMG.

27
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

en los municipios de San Juan Sacatepéquez,19 Santa Catarina


Pinula20 y Santo Domingo Xenacoj21. Este departamento fue
creado por Decreto de la Asamblea Nacional Constituyente el
4 de noviembre de 1824. Está situado en el altiplano sobre la
cordillera central. Ofrece eminencias y cimas, llanuras y valles.
Tiene una extensión de 2,253 kilómetros cuadrados, con 17 mu-
nicipios… La lengua predominante es el español y en algunos
lugares se habla el kaqchikel”.22
Así, noticias de rebelión se tenían desde la región central como
zona de influencia kaqchikel, hasta el territorio en el cual el
idioma dominante es el k’iche. El “departamento de Quiché,
con un área de 8,378 kilómetros cuadrados, colinda al norte
con México… Santa Cruz del Quiché.23 En esta área territorial
se ubican los municipios de San Antonio Ilotenango,24 San
Sebastián Lemoa25 y San Gaspar Chajúl26. A su vez el área mam,
no estuvo al margen de los ecos de la rebelión, en particular en
la jurisdicción de San Pedro Sacatepéquez, en el departamento
de San Marcos27. Incluso, los sucesos políticos también se
manifestaron en regiones más alejadas y extensas como es el

19 Demarcación Política de la República de Guatemala 1902, compilada por la


Dirección General de Estadística, Tomo I, Guatemala, Tipografía Nacional, p. 6 en
adelante. Cito DPG.
20 DPG. Nota 6, p. 4
21 DPG. Nota 6, en la página 6, en el municipio de San Pedro Sacatepéquez una de sus
17 caseríos al año 1902 se llamó “Xenacoché”.
22 DMG. Nota 3, p. 71
23 DMG. Nota 3, p. 159
24 DMG. Nota 3, p. 166, El municipio de San Antonio Ilotenango le adjudican 80 kilóme-
tros de extensión y se ubica a 20 kilómetros de la cabecera, p. 166
25 DMG. Nota 3, p.155, en el caso particular de “San Sebastián Lemoa”, en la Demarcación
Política de la República de Guatemala compilada por la Dirección General de Estadística
1902. Tomo I. Guatemala, Tipografía Nacional. En la página 108 consigna el municipio
de Lemoa y su pueblo San Sebastián, que se ubicaba a una legua de la cabecera
departamental, p. 34, en el año 2002, en DMG, en la descripción del Departamento de
Quiché de página 157, no consigna a San Sebastián Lemoa y sin embargo en página
155, enuncia las lagunas de Lemoa y de la Estancia y San Antonio Ilotenango.
26 DMG. Nota 3, p. 160, el pueblo Chajul el idioma predominante es el Ixil; y le adjudican
una extensión de 1,523 kilómetros cuadrados y uno de sus límites es la República
de México. De los habitantes del pueblo: “Los chajulenses han mantenido durante el
período hispánico e incluso durante gran parte del período republicano un prestigio
que los sitúa como individuos inhóspitos y recesivos a cualquier incursión foránea”.
27 DMG. Nota 3, pp. 189-204, el actual departamento de San Marcos está situado al oc-
cidente y se le adjudican 3,791 kilómetros cuadrados y uno de sus límites al oeste es
la República de México. La cabecera departamental de San Marcos, dista de la ciudad
de Guatemala 253 kilómetros y entre la población el idioma dominante es el Mam.

28
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

caso del departamento de Huehuetenango: “Territorialmente, el


departamento de Huehuetenango es uno, de los más grandes de
la República, con una extensión de 7,403 kilómetros cuadrados.
Situado al occidente del país, limita al norte con México”.28
En el suroriente del país, el itinerario consigna a San Juan
Tecuaco del departamento de Santa Rosa.29 Y como lo he acota-
do el revuelo de la rebelión se manifestó en regiones de conside-
rable distancia de su punto de origen, pues de manera breve se
manifestaron desde Yucatán, México.30
La resonancia de la insurrección se extendió a mayores distancias
del núcleo generador, pues también se pronunciaron en el actual
San Salvador, con quién durante siglos se compartió la misma
administración política.31 De la crisis política del año 1820 se citan
actividades de descontento social en Sonsonate, Cujutepeque,
Zacatecoluca, Chalatenango, Metapán, Santa Ana, San Vicente, y,
San Miguel. Un caso particular se manifestó con la población de
Santiago Lepaerea, en la actual república de Honduras.32 Y el periplo
remite a: San Agustín Lanquín,33 San Cristóbal Acasaguastlán.34
Las noticias de la rebelión del año 1820 fueron de extensa presen-
cia territorial, al caso que incluyó Costa Rica. La razón de circuns-
cribir la información referencial remite al año 1821, en particular
al día 3 de abril del citado año cuando “se circuló la providencia
anterior, a las cuatro Intendencias, Gobierno de Costa Rica, a las
ocho Alcaldías Mayores, a los tres Corregimientos y al comandan-
te del Petén”.35 En conclusión, el proceso de rebeldía indígena de
San Miguel Totonicapán trascendió el contorno y se manifestó en
el amplio territorio que hoy conocemos como Mesoamérica.

28 DMG. Nota 3, p. 85
29 DMG. Nota 3, pp. 210-211
30 Historia del Estado de Yucatán www.yucatan.gob.mx › Yucatán.
31 Diccionario geográfico de El Salvador, tomo I., A-K, El Salvador, 1985, Ministerio de
Obras Públicas Instituto Geográfico Nacional, pp. 492-509
32 http:/español/.mapssofworld.com/continentes/centroamerica/honduras/
33 DMG. Nota 3, pp. 15-16
34 DMG. Nota 3, p. 60
35 Archivo General de Centroamérica. A 3, 37716-2569; 1820, folio 25 “El partido de
Totonicapán se opone a pagar tributos año de 1820”; el Petén, en la actualidad es
uno de los departamentos más extensos del territorio de Guatemala y en el citado
existen importantes vestigios de la antigua sociedad maya. en adelante. Cito AGCA.

29
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Mapa 1
Esquema de la provincia de Chiapas y la Capitanía
General de Guatemala siglo XVIII

El bosquejo es ad hoc para ilustrar la extensión territorial de


su momento; y la referencia es de más de treinta pueblos que
bajo disímiles circunstancias, se mencionan en la documenta-
ción consultada, y que permiten conjeturar desde el siglo XXI
la magnitud geo-étnica-política, del accionar de la rebeldía in-
dígena del año 1820, en particular en Totonicapán. Mapa http://
www.afehc-historia-centroameriCama.org/

30
Capítulo 3
Antecedentes al pago de los tributos

La colonia y el pago de tributos

En el lejano horizonte anterior al año de 1524 del calendario


Juliano, entre la sociedad que previamente se estableció y se de-
sarrolló como un pueblo y en él sus propias instituciones de po-
der-político y entre ellos no estuvieron ajenos los medios coerci-
tivos de extraer parte del producto social y se impuso el tributo
-tojonik-:

“Entraron [los k’iches] a medio día y empezaron a pelear y


les ganaron el pueblo y las tierras y no mataron a ninguno,
sino que los atormentaron y luego se dieron estos indios
achíes al cacique y ya le dieron de tributo pescado, cama-
rón y otras cositas, y de presente le dieron al cacique cacao
y mucho pataxte”.36
Su contraparte el discurso de Pedro de Alvarado:

“Entonces Tunatiw concretó la exigencia de 1,200 pesos


unidades de oro amarillo (puro) Los reyes por medio de
suplicas trataron de obtener una rebaja, hasta derramar
lágrimas ante él. Pero Tunatiw no se conmovió, sino que
les dijo: Debéis de traerme oro de calidad dentro de cinco
días. Y si no me lo traéis en ese término, entonces conoce-
réis cómo es mi corazón”.37
A partir de esos iniciales acontecimientos sucedieron otros suce-
sos sociales que le dieron vida al génesis de Guatemala. Al tema
enuncio los eslabones de la cadena. La fundación de la Villa de

36 Chaclán, José, Los diezmos y tributos del curato de Totonicapán siglos XVI-XIX. Es
un extenso trabajo al momento en versión digital. En particular Los tributos: tributa-
rios breves referencias generales. P. 5
37 Chaclán. Nota 44, p. 6

31
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Santiago de Guatemala en Iximché, 25 de Julio de 152438, fun-


dación de la Ciudad de Santiago de Guatemala en Almolonga,
22 de noviembre 152739, la Ciudad de Santiago, en Panchoy o
Pancán inició sus funciones el 13 de julio de 1543.40 El proceso
de organizar a la nueva sociedad no fue arbitraria, más todo obe-
deció a un proyecto previamente elaborado así se procedió con
una etapa fundamental para la existencia de Guatemala, pues
le correspondió a la “Reducción de las poblaciones indígenas”.41
Tal acción tuvo además de razones estrictamente económicas,
el control militar y rematando con la cuestión ideológica, como
fue el adoctrinamiento e imposición de la religión católica.

Por cédula de 10 de junio de 1540 se encarga y procura la


reunión de indios, de caseríos a pueblos concediéndoles un año
de gracia en el pago de tributos’”.42 a la anterior Real Cédula
le siguió el corpus jurídico denominado Las Leyes Nuevas, que
fueron emitidas en el año 1542, que son las normas legales para
el control y sometimiento de la en ciernes nueva sociedad, en la
cual se agregó un nuevo componente que en general conocemos
como Órdenes Religiosas, que se instalaron en las tierras recién
conquistadas y su población en proceso de sometimiento en
este caso desde lo ideológico ampliamente proclamado por las
instituciones religiosas. Franciscanos, Dominicos, Mercedarios,
Jesuitas, Belemitas, en sus ramas masculinas y femeninas y
de las cuales, cada una se regía por sus complejas estructuras
orgánicas.43
El escenario social, fue completado con la fundación de
la República de Indios y desde esa institución se requirió:

38 Estrada Monroy, Agustín, Hombres, fechas y documento de la patria, Guatemala,


1977, pp. 10-12
39 Estrada. Nota 47, pp. 16-19
40 Rubio Sánchez, Manuel, Monografía de la ciudad de Antigua Guatemala Tomo I,
Guatemala, 1989, p. 8, ver: González Marcelino, José Chaclán, Sismos en Guatemala
1524-1942, Guatemala, 1998, Universidad de San Carlos de Guatemala.
41 García Peláez, Francisco de Paula, Arzobispo de esta Santa Iglesia Metropolitana,
Memorias para la Historia del Antiguo Reyno de Guatemala, tomo primero.
Guatemala, Establecimiento tipográfico de L. Luna, 1851, en particular el capítulo
23, pp. 171-179
42 Chaclán, José, “Las tierras comunales de Chumeq’ena (Totonicapán) 1800-1821,
Guatemala, Universidad de San Carlos de Guatemala, 1997, p. 30
43 Chaclán. Nota 51, pp. 8-9

32
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

“Constituir especies de gobiernos regionales, locales (p. e, go-


bernaciones o alcaldías municipales) con jurisdicción sobre de-
terminadas extensiones territoriales”.44 Y en esos núcleos socia-
les se implantaron entre otros rangos de autoridad, los caciques45
los principales, gobernadores de indios.

Instauradas las instancias de autoridad se procedió en con-


creto a la fundación de los nuevos pueblos de indios, “el 21 de
noviembre de 1558 cuando se inició la mudanza de unos pue-
blos… a tratar de juntar los pueblos, y disponerlos en forma de
república sociable.

En el Quiché, pueblo que hoy se llama Santa-Cruz, se juntaron


Zaguaquib, Niah, Achavil, Quiché-Tamub, y otros muchos.46
El proceso continuó con la infaltable acción de las Órdenes
Religiosas, pues ellos por su medio “fueron empadronados los
indios, y tasado el tributo que cada uno había de dar, añadiendo
algo más para los gastos comunes, y se pusieron arca de depósito
con sus libros de cuentas, y el orden que en escribirlos se había
de tener”.47 Acto seguido, se procedió al cobro de los tributos y
en el eslabón final estaban los caciques quienes tuvieron el cobro
directo a los tributarios o los maceguales o la base común de los
pueblos.

El proceso del cobro de los tributos duró siglos y al igual la resis-


tencia de los indios (en especial los maceguales) en resistencia al
pago de los mismos, así la lucha fue prolongada con momentos
de sublevación en los pueblos de indios. En concreto para evi-
denciar la magnitud e importancia para las instancias en el po-
der político de cobrar tributos generados por los indios-indias
en su momento se dictaron leyes tal cual.

44 Chaclán. Nota 51, p. 8, y de esa época es el refrán “juntos, pero no revueltos los
indios sí, pero aparte”.
45 Chaclán. Nota 30, en particular los capítulos: I. La génesis de una voz, pp. 19-24, II.
Designación de los nuevos caciques de Totonicapán, y otros entornos sociales, 31-
46 y el subtítulo 7 en páginas 59-60, La república de indios, seguido del Acápite 6 de
páginas 82-83, Los caciques y cacicas de Chui meq’ ena, Totonicapán siglo XVIII, en
página 122, cuadro 17 Cacicas y familias de cacicas de Totonicapán año 1797.
46 García. Nota 50, p. 174
47 García Nota. 50, p. 253

33
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

TRIBUTOS. —Cóbrenselos cuatro reales del nuevo


servicio que deben pagar los indios. —Cédulas de
1º de julio de 1603, 24 de mayo de 1605, y 29 de
agosto de 1609. Véase la ley 16 tit. 5º lib. 6º de la
Rec. de Indias, mandada observar por las cédulas de
24 de mayo de 1759, y 22 de agosto de 1767, en las
que así mismo se declara, que en este servicio no se
comprenden las indias.48
El contenido de la cita reafirma lo que se diluyó y no fue objeto
de difusión en cuanto al cobro de los tributos, pues se generaliza
con el discurso –los indios tributarios– y sin embargo las muje-
res también fueron objeto del robo de parte de su fuerza de tra-
bajo y por lo tanto lo correcto es enunciar a los indios tributarios
y a las indias tributarias.

Sobre el destino de los tributos, las referencias señalan lo lejano


de su destino, de tal cuenta que en su momento fueron remitidos
2,393 tostones a diferentes personas del reino de España y, en
particular: a la casa profesa de San Franco de Boja de Madrid,
o también llamado Colegio Imperial. El informe tributario con-
tinúa en detalladas partidas y en ellas su ingreso y egreso. Por
ejemplo, se detalla que el tributo en dinero cobrado, de la en-
comienda de Santiago Cárdenas, recolectado en la Navidad de
1724 en el pueblo de Santa María Chiquimula Totonicapán, as-
cendió a 523 tostones que fueron remitidos al Colegio Imperial
de la Villa de Madrid. Esto implicó que el producto del trabajo
de los k’iche’ de Santa María Chiquimula, cruzó el mar trasfor-
mado en monedas de plata: los colegiales de Madrid recibieron
esos beneficios, pero también la sangre, sudor y la vida misma

48 Prontuario de todas las reales cédulas, cartas acordadas y órdenes comunicadas


a la Audiencia del Antiguo Reino de Guatemala, desde el año de 1600 hasta 1818,
formado por el Sr. Lic. Don Miguel Larreinaga, y continuado por los Sres. Licdos.
D. Felipe Neri y D. Rafael del Barrio: con un suplemento que contiene algunos de-
cretos emitidos por las Cortes de España en 1813, 14, 20 y 21, Edición Del Museo
Guatemalteco. Guatemala Imprenta de Luna, calle de la Providencia, No 2. 1857, p.
327, 071. prontuario de leyes de guate..pdf, el subrayado es de quien escribe.

34
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

de los y las kiche’s y en general de todos y todas los sometidos a


la explotación, bajo el nombre de pago de tributos”.49
Así, pues, el cobro directo de los tributos como política del Estado
existió durante siglos y en los cuales, los funcionarios coloniales
en una cadena de mando de mayor a menor en jerarquía, vela-
ron por cobrar la mayor cantidad de ingresos por gabelas. Entre
tanto, los indios y las indias en legítima defensa, implementaron
indistintas maneras de no hacer efectivo tal acción pues era en
total detrimento de su vida. Ante la rebeldía de los pueblos de
indios al no pago de tributos, los religiosos en sus discursos (en
especial desde el púlpito) no distinguieron de su prédica del ám-
bito “espiritual”, por denominarla de alguna manera y de su papel
en la arenga política en su favor y en detrimento de los afectados
y afectadas, para que pagaran los tributos.

Antecedentes al pago de tributos en San Miguel


Totonicapán, año 1820

En la segunda década del siglo XIX en San Miguel Totonicapán,


se produjeron varias manifestaciones de rebelión de los pueblos
de indios e indias, en particular contra el cobro de los tributos:
tales acontecimientos alteraron las bases de la vida política y co-
tidiana y en especial en la nueva ciudad de Guatemala de La
Asunción, desde 182050.
El único punto de petición de los rebeldes con alguna u otra mí-
nima diferencia en el contenido de los textos ante el Estado, fue
que les respondieran “si el pago de los tributos en el año 1820
estaban oficialmente vigentes o derogados”. Fue en el pueblo de
San Miguel Totonicapán y alrededores; en los cuales, se procla-
mó por voz y escrito que los tributos según la Constitución se
había suprimido el pago de los citados tributos. En tanto desde
la ciudad de Guatemala de la Asunción, sus máximas autorida-
des giraron una orden al alcalde mayor de Totonicapán para que

49 Chaclán, José, Los diezmos y tributos del curato de Totonicapán siglos XVI-XIX, ver-
sión electrónica. Pp. 92 y 118. Las negrillas son de quién escribió.
50 Chinchilla, nota 1, p. 191

35
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

impusiera el pago puntual de los tributos y acatando el man-


dato y como muestra de presión ordenó la publicación de un
comunicado que en su época fue conocido como “bando” y que
fue una forma corriente de comunicación y de eso se trata el
siguiente análisis.

Proclamación del bando del 22 de febrero de 1819

En la Alcaldía Mayor de Totonicapán, en el año 1819, se generó


un importante movimiento de agitación social provocado por
la renuencia al pago de los tributos. Por su parte, las autorida-
des religiosas y estatales en especial los funcionarios operativos
locales ingeniándose por cobrar la imposición, publicando el
referido “bando” que fue un medio de comunicación escrito re-
gularmente en papel.51

“Real agrado y para que llegue a noticia de todos se publicará por bando en
la forma ordinaria. Fecho en Totonicapán a veinte de Febrero de mil ocho-
cientos diez y nueve”.52 El documento, está firmado por: Manuel José de Lara,
Miguel Ferrer, Antonio Collado. Totonicapán 21 de febrero de 1819

Es sobresaliente la anotación del escribano José Catz Chun quien


hizo una síntesis del contenido del bando, en su idioma quiché
(el texto se encuentra en la exposición original)53 y como síntesis
de lo aseverado en Totonicapán el 22 de febrero de 1819, en la
fecha fue publicado el bando del señor alcalde mayor en idioma

51 Recuerde el lector que ese material, era un objeto escaso y controlada su venta por
su respectivo Estanco de Papel. ¡Lo insólito!, es que, el papel, del cual escribo, haya
sobrevivido a la destrucción social, o natural y hoy se conserva, y es especial para
la narración que presento con extractos del citado.
52 AGCA. A 3, 37711-2569; 1820 Gobierno Totonicapán Los señores ministros
Generales sobre que el alcalde mayor en aquel partido don Manuel Lara entere en
caja lo cobrado en tributos del tercio de Navidad. Cuaderno 1º, 3 piezas. N. 2”, el
pliego “bando” se encuentra en el folio 2-2vto.
53 AGCA. Nota 37, folio 2vto.

36
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

castellano. Luego, en un extraordinario acto de identidad y ac-


ción política los k’iche’s al pie del documento “bando” escribie-
ron “Lo publicamos en nuestra lengua, [quiché] y a toda la gente
que se pregonó; y otras hay también que no pagan comunidad a
nosotros las justicias, y firma nuestro escribano de cabildo. Esto
es lo que quiere decir la razón que en un idioma pusieron estos
indios al pie del bando: el mismo está firmado en el folio 2º por
el escribano: Jose Catz Chun.

La permanente presión para que los tributarios y tributarias hicie-


ran efectivo el impopular pago de los tributos, estaba en plena fun-
ción. Y para ello, entre otras formas implementadas por el respon-
sable local, en este caso el funcionario alcalde mayor solicitó apoyo
local de personas de conocida presencia en la región para que die-
ran fe de lo actuado en la recaudación de las gabelas. ¿Y quiénes
fueron estas personas significativas? En primer lugar, los religiosos,
luego funcionarios locales de la administración pública.54
El primer testimonio que presento corresponde a don Mariano
Ugalde55, cura Vicario del pueblo de San Cristóbal Totonicapán
de la Orden de San Francisco. Luego siguen referencias de siete
religiosos quienes, desde el púlpito, promovieron que los indios
e indias pagaran los tributos. En el mismo tono, los funciona-
rios públicos también conminaron a la población a que pagara
los tributos. A continuación, en el proceso relativo a las aren-
gas promovidas por los religiosos destaca por su trascendente
información relacionada con los tributos y en especial con una
referencia a Francisco Atanasio Tzul.

Véase el caso de “Don Eulogio Gálvez Vicario, Provincial,


Juez Eclesiástico y Cura por Su Majestad del Beneficio de

54 AGCA. A 3, 37907-2569; Año de 1819, Superintendencia General No 2º contiene


treinta y tres documentos presentados al señor Don Prudencio de Cozar, por el
alcalde mayor de Totonicapán don Manuel José de Lara, que acreditan sus dili-
gencias para cobrar el tributo que deben los pueblos. Cuaderno 3º. Ver Mérida,
Manuel Aparicio, Historia de los Altos, a través de las Actas del Ayuntamiento de
Quetzaltenango, desde 1807 a 1931, Tomo I, Guatemala, 2010, p. 98 en su recopi-
lación en la página citada, destacó en Acta de 14 de enero de 1812, en materia de
tributos. “Con motivo de una misa solemne que mandaron decir los indígenas, en
acción de gracias por habérseles eximido del pago de tributos”.
55 AGCA. Nota 37, folio 30

37
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Momostenango, etcétera”.56 Eulogio Gálvez, fue testigo presen-


cial de los acontecimientos de insubordinación, en Totonicapán
en el año 1820 y escribió un importante informe en seis docu-
mentos, mismos que por su contenido informativo fueron in-
corporados al expediente original relacionado con el juicio a
Atanasio Tzul y Lucas Aguilar y por sus contenidos expositi-
vos que son relevantes para la reconstrucción de la historia de
Guatemala, los incorporo en facsímil y su respectiva paleografía.
“Oficio del Señor Cura de Momostenango
Queda en mi poder la proclama del
Excelentísimo Señor Presidente que
Vuestra Señoría se sirve dirigirme para
que explique a mis feligreses el no ha-
berse quitado el Tributo, lo que haré
gustoso, el día que llegue a mi Curato de
Momostenango, y mientras trabajaré en
este de Chiquimula (que ahora es a mi
cargo) para ver si puedo convencerlos,
lo que dudo mucho, por que están muy
rebeldes a todo pago (No 4º folio 28)

56 AGCA. Nota 37, folios 11-11vto., No 9

38
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

No obstante esforzaré por ver si lo consigo como conseguí ayer el que fueran
a ese a cumplir con la orden de Vuestra Señoría.
Los papeles de los Cabecillas, los tienen los naturales de Momostenango me
parecen son tres, o cuatro, de estos solo vi dos, el uno en que los llamaban
para hacerles ver cierto decreto favorable a ellos, yo a media noche impedí
con mis persuasiones el que diese tal obedecimiento”(Fol. 28vto.)
39
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Después vino otro de Atanasio Zul en que les decía que si no iban mandaría
por ellos en machos de aparejo, a este sí que ya no pude impedirle pues la
mayor parte del Pueblo pidió el ir, y me pareció que por fiar más era expo-
ner dichos papeles los vi a presencia de los indios y los volví inmediatamen-
te previniéndoles que los guardasen para su tiempo. Cuando por orden de
Vuestra Señoría se estaban reuniendo las tropas, vino otro papel llamando al
pueblo para que los fuesen (Folio 29) “a auxiliar, luego que lo vieron a son

40
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

de caja se juntó el Pueblo y determinaron ir, entonces si que ayudado de la


Justicia y algunos Principales mis Fuerzas, y por la misericordia de Dios lo
conseguí hasta mantener a atajar a los que ya avían salido, pues el día que
llegó entendían esos indios que entrarían las tropas. Todavía la víspera que
entraron a ese de Totonicapán que fue el día dos, vino otro pidiendo”. 29vto.
Les fuesen a defender; pero a este ya no hiso caso la Justicia. Es cuanto tengo

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

que contestar al oficio de Vuestra señoría fecha de ayer. Dios guarde a Vuestra
Señoría muchos años. Señoría Santa María Chiquimula, y Agosto 8 de 1820.
Eulogio Gálvez. (r) Folio 30

El texto continuó en los siguientes términos y por sus revelado-


res datos incorporo la transcripción completa y calco del texto.
“Señor Don Franco Atanacio Xhul
Nosotros somos principales y demás manceguales aquí van estas dos palabras
por los dos principales que no quisieron ir a los pueblos de Totonicapán para
ir a contra de los soldados porque los justicias están pronto para llegar a
nuestra cabecera y por el dicho Juan Xchob y Juan Herrera luego se fueron
con el señor cura a que no se fueran a los pueblos y si a eso de le damos
cuenta ante Dios y vuestra mercede señor Gobernador y ya sí que se venga a
los saldados pedimos de favor a usted de llamarlo allá para un buen castigo
con eso escarmientan los dos principales porque el Juan Xchob a usted que
no más es Buen ya oyeron el Tzul más que se mata allá no tenemos que ver
con eso están Diciendo usted señor y el Alcalde primero es uno también y le
Rogamos a Dios de quitarles”. Folio 31

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

“La vara háganos el


favor porque es buen
hablador él alcal-
de Primero por eso
le mandamos de dar
la cuenta aquí se bus-
cará otro justicia no
falta principales para
acabar sus años solo
eso pedimos Dios y
de vuestra merced
señor gobernador
Dios lo guarde mu-
chos años y S Señoría
Bendiga a los princi-
pales y maceguales de
Momostenango”.57

57 AGCA. Nota 42, folios 31-31vto.

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Comentario al testimonio del cura Eulogio Gálvez

En la documentación oficial del proceso judicial seguido en con-


tra de Atanasio Tzul y Lucas Aguilar encontramos información,
tal cual el revelador testimonio escrito por el cura Eulogio Gálvez,
en ese momento en la parroquia de Santa María Chiquimula. El
cura informante dudó de la cantidad de papeles de los indios que
vio pues escribió que fueron tres o cuatro y de ellos vio dos. Y
uno de los papeles contenía un decreto en favor de los indios en
el que se exponía y se derogaba el pago de los tributos.

En cuanto a los papeles ¿esos fueron escritos por Tzul y Aguilar?


O en su caso fueron dictados por ellos a alguno de los escriba-
nos indios. Ante el contenido de los papeles y posterior la ac-
ción de movilización de los indios el presbítero accionó ante tal
situación y el religioso manifestó que eso no lo pudo impedir
pues los indios acudieron al llamado de Tzul. Luego de haber
visto el cura los papeles de inmediato ordenó que los guardaran
pues las tropas ya estaban reunidas y en marcha para San Miguel
Totonicapán. En ese momento Tzul y Aguilar preparaban la de-
fensa en contra del ataque de las milicias. Ante la agitada movi-
lización en la población el cura puso en práctica su acumulada
experiencia de persuasión en la prédica y con la inusitada cola-
boración de la justicia y algunos principales el religioso logró
inmovilizar a los indios que iban en auxilio de Aguilar y Tzul.
Ante el acontecimiento destaca la persuasión del cura, más el
incomprensible actuar de la justicia de indios y de principales
que estaba integrada por hombres encargados de tales menes-
teres entre sus coterráneos. El acto de traición no fue el único
que está registrado en la historia universal, por tanto, entre los
antepasados no fue la excepción.

La exposición de los testimonios que dejó por escrito el clérigo


Eulogio Gálvez y en particular el acento de los papeles de los
indios, marcan momentos extraordinarios de lo que sucedió en
la praxis de la sublevación. Luego, en otra fase importante de
ese proceso político, existe otro testimonio que fue escrito por
algún indígena en el pueblo de Momostenango. Y del citado fac-
símil supra expongo las siguientes reflexiones.
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

El texto inicia con el saludo “Señor Don Franco Atanasio Xhul”,


haciéndose referencia al Don, que implicaba un trato social de
distinción y respeto entre la comunidad); seguido del “nosotros
somos principales” que denota la afirmación en primera persona
y seguido del cargo político comunitario propio de los pueblos
de indios y luego el grueso de la población denominada mace-
guales, palabra de la raíz del idioma nahual. Luego continúa con
la exposición que los principales Juan Xchob y Juan Herrera fue-
ron parte importante en los pueblos de indios y ellos ordenaron
que no se movilizaran más de una fracción de la población bajo
su influencia y resultó que algunos maceguales no marcharon a la
defensa del pueblo de San Miguel Totonicapán, del avance de las
milicias. Luego, Xchob y Herrera, se hicieron presentes ante el se-
ñor cura Eulogio Gálvez y se pusieron a sus órdenes y desde lue-
go trasmitieron a sus coterráneos que no fueran a hacerle frente
a los represores y eso fue determinante para la inmediata capi-
tulación de Tzul y Aguilar. Ante lo expuesto y en letras de otros
principales, que le solicitaron a Tzul, que les aplicara un ejemplar
castigo como escarmiento y de ello se nota el poder comunitario
que Tzul había adquirido, tal cual la solicitud de quitarles la vara
de mando a las justicias Xchob y Herrera, que no cumplieron con
el mandato de Tzul. Luego concluye el documento con la tradi-
cional oración de despedida de su época. “Dios y de vuestra mer-
ced señor gobernador Dios lo guarde muchos años y Su Señoría
Bendiga a los principales y maceguales de Momostenango”.58
Durante el proceso de rebelión al mando de Tzul y Aguilar, entre
los múltiples acontecimientos de primera magnitud social que se
suscitaron está el caso antes descrito y, que es apropiado para las
conjeturas al caso y de mi especulación. Si no hubiera sucedido
el acto de traición el movimiento de insurrección se hubiera sos-
tenido por mayor tiempo y hubiera implicado otro tipo de inter-
vención militar e igual respuesta de la población. Y sin embargo
recuerde que en el núcleo del poder económico-político-mili-
tar-eclesiástico, se encontraba en las jugarretas políticas previas a
la declaración de la Independencia del año 1821.

58 AGCA. Nota 42, folio 31vto.

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Exhortación de los religiosos para que paguen los tributos

Por lo antes expuesto y en el caso particular de Totonicapán,


en la segunda década del siglo XIX, e inmerso en la rebeldía de
indios e indias de no pagar los tributos, desde el Estado se le
ordenó a los religiosos que velaran porque los rebeldes hicieran
efectivo los tributos. Ante ese mandato, la acción de los curas
no se hizo esperar y como ejemplos expongo la prédica de “Fr
Gregorio Ulloa de la Regular Observa. De N. P. Sn. Franco. Cura
Vicario de Sn Franco. el alto Xa No 6”.59 El citado en su sermón
de 8 de marzo de 1819 expresó:

Cuanto era mayor la renuencia de estos indios


por estar mal impresionados desde el tiempo de la
Constitución, poniendo y repitiendo dicho alcalde
mayor los oficios de ruego, y en cargo para que, en
el pulpito, fuera del, y por los medios más análo-
gos al misterio parroquial, se exhortase al pueblo a
obedecer las reales disposiciones del soberano, y en
reconocimiento del vasallaje, que le debe le pagase
la corta contribución que le está señalada.60
En otro sermón “Fray José Santiago Gabrielín de la Orden de
San Francisco y Vicario y Cura y Guardián de este pueblo de
Totonicapán” predicaba61
Que a pesar de la prudencia y precaución con que
los ha tratado dicho señor no ha podido lograr el
que satisfagan [el tributo] el fin pues al efecto los ha
juntado ante mí, y les ha leído y explicado la Real
orden de la materia… y puesto el Gobernador en la
Cárcel no se logró otra cosa, sino que [los indios]
andaban en pelotones y sus voces no era otras que
de alzarse contra el Señor Alcalde Mayor sino ponía
en libertad al Gobernador.62

59 AGCA. Nota 39, folio 7


60 AGCA. Nota 39, folios 7-7vto.
61 AGCA. Nota 39, folio 1
62 AGCA. Nota 37, folios 5-5vto. 6. En el original Pedro Baldes.

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Las anteriores exposiciones en resumen de los discursos de los


religiosos en demanda del pago de los tributos, entre las arengas
a los indios e indias, les recalcaban que acataran las disposicio-
nes del rey, explicándoles lo ordenado en relación al pago de los
tributos; y en algunos casos los indios realizaron actos de rebel-
día en contra del Alcalde Mayor.

Los testimonios de los funcionarios públicos para que los


indios e indias paguen los tributos

No se puede ignorar a los funcionarios públicos de la Capitanía


General de Guatemala y en este caso, a los de la Alcaldía Mayor
de Totonicapán quienes con sus alocuciones coadyuvaron a mol-
dear la vida, organización y expresiones identitarias en la región.
Los testimonios de los que fueron testigos en el ya lejano año de
1819, en razón de la resistencia al impago de los tributos, refle-
jan cómo los empleados públicos hicieron su mejor esfuerzo por
que los k’iche’s hicieran efectivo el obligado tributo. A continua-
ción, dos testimonios de los referidos.

Don José Manuel Cifuentes, Momostenango 1º de marzo


de 1819

Entre los funcionarios Sargento Retirado, Colector de Diezmos


del Partido de Totonicapán, y Administrador Particular de la
Renta de Tabacos63 Cifuentes, en su testimonio aseveró que el
alcalde mayor, no ha dejado de cobrarles a los naturales su tribu-
to “y comunidad”, además mencionó a los tributarios del pueblo
de San Bartolomé Agua Caliente, visita de esta parroquia:

“a fin de entablar la contribución, recurriendo para el efecto


a los apremios adoptados por la costumbre; y aunque de este
modo se ha conseguido establecerla hasta el día, pero ha
sido con la rebaja del cuatrocientos y treinta y cinco tribu-
tarios muertos que con lista certificada por este señor cura
y vicario don Eulogio Gálvez han acreditado los justicias”.64

63 AGCA. Nota 37, folio 12. No 1o


64 AGCA. Nota 37, folio 12

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Pedro Valdés, San Cristóbal Totonicapán 11 de marzo de


1819

En el pueblo aledaño a San Miguel Totonicapán el comisionado


para cobrar los tributos en San Cristóbal Totonicapán, en su in-
forme escribió: “certifico que el señor alcalde mayor actual des-
de que bino (sic) a esta jurisdicción repitió en todos los pueblos
comprendidos en ella el Bando sobre el pago de los Reales tribu-
tos… dirigiendo al mismo efecto las ordenes necesarias a estos
justicias para estrechar el pago a los hijos del pueblo”.65

Juan José Muñoz cura de Momostenango y su


exhortación a los indios para que paguen los tributos
Totonicapán, año de 1820

El sacerdote Muñoz en sus prédicas no distinguió el ámbito “es-


piritual”, por denominarlo de alguna manera y de su papel en
el discurso político y ello fue parte intrínseca de la esencia del
Estado político-militar-eclesiástico y de ello, que la actuación
del religioso en este caso particular reflejó en toda su magni-
tud las políticas de dominación y sometimiento que ejercieron
las organizaciones religiosas establecidas en Guatemala desde el
siglo XVI, el siguiente párrafo refleja con creces lo aseverado y
haciendo énfasis en lo siguiente: el cura Muñoz, dirigió una nota
en particular a los “Señores Justicias y Principales” del pueblo y
el asunto fue que por regla ellos no sabían leer y ante el incon-
veniente la solución fue que lo hiciera en escribano y de ello que
esos personajes fueron de primordial importancia en la socie-
dad. Seguido el contenido del mensaje del cura:

“Señores Justicias y Principales.

Han estado conmigo los hijos que habéis manda-


do, para qué presenten varios papeles los he leído,
y no me parece racional vuestra pretensión. El Rey,
nuestro señor debe ser obedecido, la ley de Dios nos
lo manda así, por la que no tenéis razón de detener,

65 AGCA. Nota 37, folios 5-5vto. 6.

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

los Tributos, y las cantidades, los Tributos son para


ayuda de tantos gastos que tiene nuestro Rey en
defendernos, sostenernos, y socorrernos. Los na-
turales, son los hijos de su casa, los privilegia, los
defiende, y no deja gasto alguno por qué hacer para
que sean cristianos. Nosotros, somos sus vasallos,
y nos hemos demostrar como tales. Y obedecer y
pagar los Tributos y comunidades, no resistías, por-
que irá el castigo es peor para la comunidad, y es a
beneficio de ustedes. Mi concejo es, que paguemos
el tributo, y la comunidad que seas obediente al Rey,
he sido vuestro padre, y los quiero no hagan nove-
dad. Presentaron al Fiscal este papel”.66
Así desde el púlpito se demandó total obediencia y eso deja en-
trever que la resistencia indígena por cualquiera de los medios
disponibles estaba horadando la organización social misma que
se hacía cada día más débil. Tal cual, pues desde distintos espa-
cios sociales y geográficos se conminó a los indios-indias a que
pagaran los tributos.

La cofradía y los tributos

Atanasio Tzul primer principal, Lucas Aguilar alcal-


de Su Señor mío Juan Monroy alcalde, Trinidad y
Franco Velasco, Juan Paz y las comunes cofradías
que años que han pensado avisar el cuento de tri-
butos y tuvimos de gasto mil pesos menos cuartillo.

Lucas Aguilar Alcalde su señor mío en su mismo


año lo halló la primera respuesta.

Y pedimos Dios las gracias el Rey nuestro señor


hora estamos obedeciendo del honro que nos hizo
nuestro señor. En 7 de julio de 1820.67

66 AGCA. Nota 42, folio 33


67 AGCA. Nota 42, folio 75, el original tiene dos rúbricas ilegibles.

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Del texto supra se reveló con prueba fehaciente que en el año 1820,
Atanasio Tzul tuvo el cargo de primer principal de la cofradía y
Lucas Aguilar alcalde de la misma institución conocida como cofra-
día y de la cual, en breve, fue una institución social de origen y “los
antecedentes más remotos de la cofradía, sin embargo, se remontan
más allá de la Edad Media y rebasan los confines del continente
europeo”.68 Y de esos orígenes y tal está consignado en la publica-
ción citada señal que por el año 1534 en la capital de Guatemala ya
existía la cofradía de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora.
Continuando con la referencia y de los datos que en su momen-
to aportó el Arzobispo Cortés y Larraz, consiga que en la Alcaldía
Mayor de Totonicapán, por el año 1775, existían 264 cofradías69 en
ese universo de instituciones de carácter económico-espirituales.
En su momento, los referidos Tzul y Aguilar estuvieron al mando de
una de las cofradías y desde ese espacio social desde luego hicieron
práctica política y presencia entre la población.

De la cita deduzco que fue un informe emitido por las autori-


dades de la cofradía, que fungían en el mes de julio de 1820 y
que como institución en su momento, informarían que tuvieron
un gasto de mil pesos en trámites relativos a los tributos y, que
Lucas Aguilar en el año 1820 emitió una respuesta relativa al
coste antes dicho. Y a continuación en un extraordinario do-
cumento en el cual se especifica y rectifica que, en San Miguel
Totonicapán, sí llevaron a cabo trámites relativos a la exacción
de los tributos y de ellos se justificó, la erogación monetaria. Y lo
expuesto tiene fundamento en el siguiente documento
En esta fecha hacemos nuestros nuestro apunte y me-
moria de lo que gastamos en el pleito de tributos y
comunidades y fueron cuarenta y tres pesos y pico
de la intervención de ninguna ayuda todo esto fue
dinero de la cofradía de Santísimo haciendo un año
ya esto fueran con aumento de ochenta y seis pesos
sin los días atrasados quienes dan fe somos los que

68 Rojas Lima, Flavio, La cofradía reducto cultural indígena, Seminario de Integración


Social, Guatemala, 1988, p. 42
69 García Añoveros, Jesús María, Población y estado socio religioso de la diócesis de
Guatemala en el último tercio del siglo XVIII, Guatemala, 1987, Universidad de San
Carlos de Guatemala, pp. 58,59

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

vimos y en año y yo que fui alcalde del Santísimo


Lucas Aguilar y alcalde Trinidad Juan Monroy jun-
tamente con los demás cofrades que dan fe.
Otros nosotros los apuntadores de Santísimo repu-
simos diez y seis pesos para ayuda de los derechos
de tributo y comunidades esto ha sido con testi-
gos que fueron dichos principales por si en algún
tiempo tuviere alguno que alegar ponemos esté
presente por haber nueva Constitución y no fir-
mamos por no saber. Parece y suman 50 y nueve
pesos-----59, otros dos pesos más que dio la cofra-
día del Chiantla y son sesenta y un pesos------61
Para que conste Franco Xavier García. (r) 70
De la exposición supra demanda los pertinentes comentarios a
saber. Primero la fecha de presentación del escrito mes de julio
de 1820, época en la cual en el pueblo de Totonicapán se vivía
una descomunal agitación social; luego se reafirma que existie-
ron gastos a causa del pleito de los tributos y de la información
se desprende otra ruta de investigación y es la constatar ante qué
organismo administrativo se llevó tales trámites. Y a continua-
ción la procedencia del dinero de los fondos de la Cofradía del
Santísimo.71 Seguido de la autoafirmación tal quienes dan fe so-
mos y en particular Lucas Aguilar, en primera persona declaró
que fue alcalde de la Cofradía del Santísimo; recalcando que en
ese momento tenía una nueva Constitución más un solitario,
pero importante dato que la cofradía de Chiantla también hizo
su aporte económico, aseveración que apunta que en otras lati-
tudes también se sumaron a la sublevación en cualquiera de sus
formas. Y de lo expuesto hoy una de las instituciones herederas
del legado histórico de la gesta política que en su momento li-
deraron Francisco Atanasio y Lucas Aguilar, le corresponde por
derecho y tradición a la Hermandad del Señor Sepultado de San
Miguel Totonicapán.

70 AGCA. Nota 42, folio, 76, las negrillas son de quien escribió.
71 https://www.google.com/search?client=opera&q=Hermandad+del+Santisimo+-
de+Totonicapán. En la actualidad la antigua cofradía del Santísimo la evolucionaron
y hoy es la Hermandad del Santísimo.

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Intercambio de correspondencia que indica liderazgo


compartido de Atanasio Tzul y Lucas Aguilar

Entre los materiales revisados se encontró correspondencia que


denotaba el rol de liderazgo ejercido por Atanasio Tzul. La siguien-
te es una destacada nota dirigida por los principales: El texto es
adecuado para continuar con la tradición de escribir tal cual la re-
lación de Santiago Momostenango, escrita por el amanuense k’iche’
Antonio Zarax en el año 1820 y dirigida a Atanasio Tzul y dado
su contenido incluyo el facsímil y su correspondiente paleografía.
Observe:

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Señor gobernador y capitán Dn Francisco Atanacio Tzul en San miguel to-


tonicapan alegramos mucho tenemos buena salud Somos principales aquí
Santiago Momostenango. Somos Seis calpules pedimos Con Dios y a vmd y en
compañía /La esposa y los niño en casa de Vmd y ahora pedimos un consuelo
Con Vmd /Como esta la nobeda y No ay noveda aya par la mal Cosa y avmd
ay buena Salud/ Vmd nos dé un buen Consuelo pa que nos contentamos no-
sotros Los principales vmd no consola por que tenemos tristes esperamos el
respuesto de vmd solo eso pedimos y suplicamos a Ds Ntro Sr Que por muchos
años Julio 23. De 1820 Antonio Zarax®”72

El mensaje en un invaluable testimonio en nuestra historia que


refleja los aflictivos momentos que se vivieron entre las poblacio-
nes. Además destaca el trato personal que le dieron a Francisco
Atanasio Tzul al nombrarle “Señor Gobernador y Capitán”, lo
que denota que Tzul fue el líder visible de la revuelta; con el agre-
gado del saludo de los principales de los seis calpules que en ese
momento existían en Momostenango. Además, le mandaron un
afectuoso saludo a Petrona Tzoc la esposa de Tzul y a los niños
de la casa; solicitándole luego información de lo que estaba suce-
diendo en la población de San Miguel Totonicapán. Por último,
la fecha 23 de julio de 1820, en plena etapa de la administración
de Tzul-Aguilar.

A la anterior nota le sigue otra de no menor importancia y como


lo anoté con anterioridad son reveladores testimonios de los su-
cesos acaecidos en el año 1820 y dada la importancia del con-
tenido de los documentos, a continuación, inserto el facsímil,
observe.

72 AGCA. Nota 42, folio 32

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Ser Alce. Justicia desde pueblo Sn Franco el alto y de Momostenango


Santiago Alcalde Justicia desd santa maría Chiquimulo poroto llego chijo
desd Pueblo Santiago momustenago /Aquí de totonicapan vengan a Ayudar
poronto chijo de los pueblo de chiqui Mulo poronto. Ahora bien soldado de
kaseltenango llegen en Totonicapán que por Dios por Marilla Santísima nos
Acon pallan”.73

El texto inicia con una convocatoria dirigida a los alcaldes


y justicias de los pueblos de San Francisco El Alto, Santiago
Momostenango y de Santa María Chiquimula, diciéndoles “pronto
hijos, aquí desde San Miguel Totonicapán vengan pronto a ayudar;
ahora vienen soldados de Quetzaltenango y llegan a Totonicapán”.
Luego la invocación: “que por Dios por María Santísima nos
acompañan”. El texto de la nota es impresionante pues denota la
aflicción y con urgencia Tzul demandó a los alcalde y justicias de

73 AGCA. Nota 42, folio 35

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

los tres pueblos citados para que ordenaran la movilización de sus


pueblos y fueran a la ayuda, es decir a la defensa del inminente
asalto de las tropas movilizadas de Quetzaltenango. El caso real
que tal llamado de auxilio no sucedió. Otra interpretación de lo
que pudo haber sucedido es parte de la especulación.

El hilo documental que sigue es único para la memoria de los


pueblos de Totonicapán y para los contemporáneos y contempo-
ráneas y para el futuro. A continuación, el facsímil.

“Esta carta se halló en una cajuela del reo Lucas Aguilar, y los cinco impre-
sos que vinieron en el correo de 8 de Julio para publicar la Constitución, los
que pasé a poder de Don Miguel Camino encargado de esta Alcaldía Mayor.
Cozar”.74

La nota fue escrita por Prudencio de Cozar, que en ese mo-


mento tenía el nombramiento de “Pacificador del pueblo de
Totonicapán” y lo sorprendente fue la referencia al reo Lucas
Aguilar, quien en una cajuela guardaba cinco impresos o cin-
co ejemplares de La Constitución, que llegó el día 8 de julio de
1820. En este caso sobresale la referencia de Aguilar, lo que con-
firma que en la praxis compartió el liderazgo en la revuelta y, por
ello, es pertinente colocar a Lucas Aguilar en el rol destacado
junto a Atanasio Tzul, compañeros y compañeras.

74 AGCA. Nota 42, folio 34, No 1, las negrillas son del que escribió.
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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

El intercambio de mensajes directos entre los líderes de los pueblos


o por medio de los escribanos, como lo anoté con anterioridad, son
testimonios que dan fe de parte de los sucesos de rebelión que su-
cedieron en Totonicapán, en el año 1820, el siguiente es un llamado
a las justicias del pueblo de San Francisco El Alto. A continuación,
en facsímil el extraordinario documento y su contenido discursivo.

“Señores Justicias del pueblo del pueblo de San Francisco El Alto y principa-
les de este pueblo harán que se vengan a este de Totonicapán, el día nueve de
este [mes julio de 1820] a oír la nueva Constitución que nos concedió nuestro
Rey y Señor que se publicará al de aquí Con mucho Cariño y amor sin pleito
otro hará Convidar a los de Momostenango que con curran al de aquí los
Principales vivan muchos años de los Señores Justicias”.75

75 AGCA. Nota 42, folio 36, en relación a la constante alusión a Momostenango. Ver,
Ri Ajq’ij Rech Tinamit Xo’lmumus. El guía Espiritual Social Maya de Momostenango,
Conferencia Nacional de Ministros de la Espiritualidad Maya de Guatemala Oxlajuj
Ajpop. Guatemala, 2006, Impresión Maya’ Naoj. La cita es en recuerdo a José Sanic
Chanchavac, quien integró parte del equipo de investigación. José Sanic, en tu me-
moria: hermano, amigo y compañero. ¡Seguimos!

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

En relación al calco del original en el pedazo de papel se observa


con nitidez al centro una línea vertical, de un doblez, luego un tra-
zo en horizontal y en ese ángulo está el siguiente texto modificado:
A los alcaldes Justicias del Pueblo de San Francisco El Alto que
Dios los Guarde por muchos años. Y Totonicapán, como el lugar
de origen del documento mismo que no está fechado. En relación
al contenido expuesto en el original es de apreciación el siguiente
comentario. De autor anónimo escrito en San Miguel Totonicapán
sin fecha, y está dirigido en particular a los señores justicias y prin-
cipales del pueblo de San Francisco El alto y a Momostenango.

El mensaje principal del texto es que los justicias y principales


se trasladaran a San Miguel, en especial el día nueve de julio de
1820, pues ese día se leyó la nueva Constitución seguido de la
oración “que se publicará al de aquí Con mucho Cariño y amor
sin pleito”. Y del texto, derivo que Tzul y Aguilar estaban ple-
namente inculcados del texto y de sus alcances que eso significó
para el pueblo de Totonicapán en particular y desde luego en
beneficio de todos. El acto, que se realizó fue trascendental en la
historia de Guatemala, pues fueron los líderes k’iche’s encarna-
dos en Francisco Atanasio Tzul y Lucas Aguilar, quienes, des-
de las reglas del Estado, hicieron uso de un derecho tal cual, el
hacer público el instrumento legal denominado “Constitución
Política de la Monarquía Española. Promulgada en Cádiz a 19
de marzo de 1812”.76 Por lo expuesto, desde mi criterio la acción
de Tzul y Aguilar y el pueblo en general que se sublevaron en
contra del sistema social, estaba más que justificado.

Y continúa los documentos de los k’iche’s con los testimonios es-


critos: “Papeles que presentaron los Alcaldes de San Francisco El
alto”.77 Por ser documentos únicos que hoy son testimonios de los
que sucedió en el año de 1820 y para que las generaciones presentes
y futuras que no tiene oportunidad de observar los originales in-
cluyo reproducciones y junto a ellas el texto actualizado. Observe:

76 https://www.google.comgt.
77 AGCA. Nota 42, No 2º en el original es un título que enuncia otro texto que incluyó en
la exposición.

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Dionisio Zapón y Dionisio Toscano y Domingo Can y Pedro Velasco compare-


cemos ante de vuestra merced, suplicando nos perdone que, aunque juntamos
con los motineros no tuvimos culpa nos llamaron y tuvimos miedo quizás nos
maten sin no vamos dijimos, pero no somos principal no supimos cómo se vino
el pleito y somos obedientes con nuestro Rey y estamos de obligar a pagamos
el real tributo, y lo pedimos perdón a Señoría y lo firmo Agustín Zapón”. (r)78

El discurso implica otra evaluación de los acontecimientos, en


voz de los cuatro testigos: Zapón, Toscano, Can y Velasco, quienes
se presentaron ante Domingo Cozar, llamado “El pacificador del
pueblo de Totonicapán” y le solicitaron su perdón pues se unieron
a los “motineros” y acudieron al llamado que les hicieron, Tzul y
Aguilar acompañado de la amenaza de causarles daño incluso la
muerte si no asistían al acto de la lectura de la Constitución en
San Miguel Totonicapán. Asimismo, dijeron que ellos no supieron
cómo se originó “el pleito” y luego recalcar su obediencia al Rey e
inmediatamente hacer efectivo el pago de los tributos, acción que
de inmediato se muestra contradictoria pues la acción de rebeldía
liderada por Tzul y Aguilar, que tuvo como consigna no hacer efec-
tivo el pago de los tributos, en contraparte por disímiles razones un

78 AGCA. Nota 42, folio 38

58
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

sector de la población estuvo a favor de concretizar el pago de los


en ese momento ya centenarios pagos por conceptos de tributos.
Esa contradicción social no tuvo su génesis en ese acto que es de
vieja data y acompañado a la humanidad desde su albor. Al caso
concluyo con la frase que todo lo articula con la máxima de Andre
Malraux “La condición humana” en su máxima expresión.

Enunciado en la brevedad del caso pues el tema de los tribu-


tos que fueron impuestos desde el siglo XVI, en el territorio de
La Capitanía General de Guatemala, en nuestra historiografía
el tema ha sido abordado con liviandad, reduccionismo al caso
generalizar con el simplismo de la existencia de los indios tri-
butarios. El desarrollo de los procesos y fines de los tributos co-
brados a indios-indias, tuvo distintos destinos y tal cual, como
se decía en el argot de su época “la gruexa tributaria”. Motivo a
que se indague en las fuentes originarias el extenso tema de los
tributos en la Capitanía General de Guatemala, desde el siglo
XVI al siglo XIX.

59
Capítulo 4
Reporte de la insurrección de
Totonicapán, año 1820

En cuanto a los vocablos y sus sinónimos, en el idioma castella-


no, la palabra insurrección tiene por lo menos cinco sinónimos
(entre ellos sublevación), quedándose estos cortos para explicar
lo que implica para un pueblo un proceso de sublevación.

En este trabajo, en el cual reflexiono que, en dos siglos trans-


curridos, el contenido del documento original ha sido esca-
moteado, desvalorizado o al caso ignorado con aviesos fines de
desvirtuar el pasado por propios y extraños, en especial a los
mimetizados zapadores y zapadoras y demás avanzadas, que han
hollado nuestras comunidades y desde luego nuestras tierras.

En este trabajo que tiene como fundamento básico el expediente


en el cual consta la memoria de aquel suceso social, que hoy
se recuerda distorsionado, minimizado o al caso caricaturizado.
Por esa y otras razones incluyo fracciones en calidad de facsímil
del original en el cual consta el proceso seguido contra Tzul y
Aguilar, y demás involucrados e involucradas en la rebelión del
año 1820.

Contra Lucas Aguilar, Atanasio Tzul y otros compañeros


por sediciosos y cabecillas del escandaloso motín de los
pueblos de Totonicapán, San Cristóbal, Momostenango,
San Francisco el Alto y Chiquimula. Juzgado Mayor. Es el
facsímil del documento original y base histórica del pro-
ceso en contra de Atanasio Tzul, Lucas Aguilar y compa-
ñeros y compañeras.79

79 AGCA. Nota 42, Portada del original consta de 180 fotos.

61
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Origen del proceso: la confusión sobre la fecha de


ocurrencia de la rebelión

Durante la semana santa o cuaresma del año 1820, al cono-


cerse que Fernando VII había sido obligado a restablecer la
Constitución de Cádiz, Atanasio Tzul y Lucas Aguilar realizaron
gestiones para confirmar la noticia. Al no encontrar respuesta de
las autoridades locales convocaron a la comunidad, al común de
maceguales y, en mi opinión, a lo que en el lenguaje de hoy se de-
nomina las bases o masas populares-. “El día miércoles 5 de julio
de 1820, Lucas Aguilar mandó a publicar, por bando la noticia
de la supresión del tributo e instó para que devolvieran los tribu-
tos cobrados”. De la oración, llama poderosamente que: “Lucas
Aguilar mandó a publicar, por bando la noticia de la supresión
del tributo” con ello se perfila el papel jugado por los dos líderes
visibles de la rebelión. En otras palabras Tzul como la cabeza
visible o el operador ante su pueblo y, Aguilar en la estrategia
política, siendo ambos dos expresiones de una misma acción.

Así se llegó “al día 12 de julio de 1820, al celebrarse en Totonicapán


la promulgación de la Constitución de Cádiz, [1812] Tzul y
Aguilar fueron nombrados rey y presidente”.80 Recuerde que
los cargos de rey y presidente fueron las autoridades de mayor

80 Nota 39, Mérida, Manuel Aparicio, Historia de los Altos, a través de las Actas del
Ayuntamiento de Quetzaltenango, desde 1807 a 1931, Tomo I, p. 98

62
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

rango en una monarquía. Y hoy los escasos reyes y reinas sobre-


vivientes son figuras que implican poder –salvo que ya nadie las
considera que fueron elegidos por alguna divinidad– y de pre-
sidente, como símbolo del poder político y de ellos en nuestro
medio social tenemos desbordantes y aterradoras experiencias.
Y, sin embargo, Tzul y Aguilar en su momento, como entes vi-
vientes en su sociedad respondieron a su entorno y actuaron,
tal cual lo demandó la coyuntura y de ello: Tzul rey y Lucas
presidente.

En cuestión de días se conmovió el sistema político que impe-


ró en la Capitanía General de Guatemala durante siglos, así que
el atrevimiento de los indios, e indias fue inaudito al extremo,
para que la cúpula del poder social cita en la ciudad de la Nueva
Guatemala de la Asunción; al extremo que para quienes ejercían
el poder económico-político-eclesiástico-ideológico, actuaran
de inmediato, y como muestra de lo expuesto existe el testi-
monio. “Título relación Alcaldes mayores- Atanasio Tzul Rey de
Totonicapán”.81 Evalué la siguiente exposición en facsímil:

El texto, aunque bastante descriptivo provoca una interrogante


¿Cuál es la duda? Jesús E. Carranza situó el acontecimiento en
el año 1815, pues la incertidumbre metódica, es que el proceso
de rebelión está fechado en el año 1820. Esto puede constatarse
en la portada del original del proceso. “Criminales Totonicapán
1820” el desliz de Jesús Carranza, o en su momento en la im-
prenta que no desvirtúa su importante trabajo.

81 Carranza, Jesús E, “Un pueblo de los Altos”, folio 60, 61, 62, complemento en “El
Federal Indiano” una tentativa de independencia proclamando los kichés Rey a
Atanasio Tzul, p. 60

63
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

La fecha de 1820 luego se confirma en el documento refirien-


dose: “Quetzaltenango Agosto cinco de mil ochocientos veinte.
[5/8/1820] El Señor don Manuel de Lara Alcalde Mayor por su
Majestad del Partido de Totonicapán. Que ayer remitió el Señor
Don Prudencio de Cozar a los reos insubordinados de aquel
pueblo y constan de la lista”. De nuevo se confirmó la fecha mes
de agosto de 1820. “Quetzaltenango Agosto 4 de 1820- Lara”

Según Pollack “durante la primera mitad de 1820, los k’che’s


del Partido de Totonicapán incrementaron su poder consisten-
temente. Mediante las luchas de cada pueblo haciendo uso de
medios legales o extralegales para reducir, evitar o rechazar el
pago del tributo, se desarrolló un movimiento que cuajaría bre-
vemente en julio de 1820”.82
En la anterior exposición de las fechas 1815 y 1820, el impasse
cronológico el año 1815 quedó desvirtuado y se confirmó la del
año de 1820, lo refuerza el siguiente testimonio: “Totonicapán
Agosto 6. De 1820 Ramón Cam, Yndio de este Pueblo no es reo,
y puede ponerse en libertad, pues nada ay contra el Cozar”.83
En consecuencia, se confirma la fecha del acontecimiento polí-
tico de rebelión en Totonicapán, sucedió en el año de 1820. La
fecha consignada de 1815 fue un desliz de Jesús E. Carranza, o ti-
pográfico y sin embargo Carranza fue originario de Totonicapán
y nos dejó su importante trabajo “Un pueblo de Los Altos:
apuntamientos para su historia: Totonicapán, Quetzaltenango”
(Tipografía Popular, 1897)

Continúa el relato de Jesús Carranza

82 Pollack, Aaron, Levantamiento k’iche’ en Totonicapán, 1829 los lugres de las políticas
subalternas. Guatemala, Autores invitados No. 18, Avancso, Guatemala, 2008, p. 135
83 Nota, 42, folio 6

64
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

La nota anterior de la creación de Carranza es una alegoría de un mo-


mento culminante recreando esa imagen de las muchedumbres, en
plena movilización por las calles de Totonicapán, en camino de la casa
de Atanasio Tzul y en voz de Carranza endilgándole el mote de “nuevo
Rey” y en segundo plano con el título de ministro Lucas Aguilar.

El caso especial de Tereso Asturias y la lista de los


capturados en agosto de 1820

En Quetzaltenango, el 22 de julio de 1820 fue elaborado un re-


porte oficial acerca del origen del alzamiento de los k’iche’s, en
particular de San Miguel Totonicapán, refiriéndose el caso es-
pecial de Tereso Asturias. A siete días de la sublevación de Tzul
y Aguilar, del 15 de julio de 1820, el 22 del mismo mes, desde
Quetzaltenango fueron reportados para ellos los inquietantes
acontecimientos políticos de carácter popular. El funcionario,
en su informe oficial atribuyó el alzamiento a “Tereso Asturias”.
¿Quién fue Tereso Asturias? ¿Asturias? Ilustre desconocido has-
ta hoy en la historiografía de Guatemala. Veamos:

“Tereso Asturias [fue] conductor de la valija que de esa


Capital [Nueva Guatemala] salió para Oaxaca [México] el
3 del corriente, [julio de 1820] sembró en estos pueblos, y
acaso en todos los de su carrera la venenosa semilla de la
sedición. Esparció en los indios la noticia vuestra señoría
que ya no pagasen tributo, ni ninguna otra contribución
porque ya el Rey lo había perdonado exigió por esta no-
ticia contribuciones no pagó los avíos, y compelió a los
indios a que en número considerable lo fuesen a acom-
pañar de pueblo a pueblo, así resulta comprobado de la
causa que por separado dijo. De todo tengo dado cuenta
al Excelentísimo Señor Presidente y con esta fecha le di-
rijo testimonio de la causa que he seguido para compro-
bar la sublevación. Yo he dado las providencias necesarias
para el resguardo de este Partido y para proceder contra
aquellos sediciosos y hacerlos entrar al Gobierno Español

65
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

solo espero órdenes superiores. Quetzaltenango julio 21,


de 1820, Muy Poderoso Señor. Juan José de Echeverría”.84
Al caso, es necesario indagar a futuro, quién fue y qué papel real
desempeñó el hasta hoy ignorado Tereso Asturias.

Retomo por su importancia destacar la cifra de treinta y siete


capturados según el informe oficial presentado el día 4 de agos-
to de 1820, y de cuya cantidad únicamente prestaron su decla-
ración siete (7) personas, incluida Felipa Tzoc: el resto, treinta
personas, no fueron interrogados85. ¿La razón? O las razones no
las puedo especular pues no tengo información fidedigna. Luego
todo sería un supuesto. Sin embargo, lo constatable e importante
es la nómina oficial de los capturados el día 3 de agosto de 1820,
en San Miguel Totonicapán.

A raíz de la intervención de las huestes al mando de Prudencio


de Cozar y la consiguiente captura de los implicados, se proce-
dió a realizar la nómina de los arrestados. Observe la fracción
del facsímil86 en cual consta de los avatares por los cuales pasa-
ron los líderes de la rebelión y junto a ellos y ellas, los capturados
y capturadas.

84 AGCA.A 1, 47154-5480; 1,820, folios 6vto.-7. Sobre conmoción de los indios de este
pueblo y otros pueblos de la misma probincia. Oficio de Calvo. en relación a la ins-
tancia correos: Prontuario, nota 55. Incorpórese a la corona el oficio de correo mayor
de Guatemala, el que, perdiendo la calidad de vendible, se administrará por cuenta
de la real hacienda, bajo las reglas prescritas y que se prescriban. —Cédula de 28 de
marzo de 1767. p. 82 Y luego: No corresponde a las cajas reales el pago de correos
extraordinarios y mensuales a Oaxaca. —Real orden de 20 de junio de 1774. p. 83
85 Prontuario, nota 57, en el apartado relativo a Interrogatorio las notas siguientes son
un ejemplo de cómo se reglamentó el tema. “de que se les hará cargo en sus re-
sidencias en caso do omisión, debiendo ser esta una de las preguntas del interro-
gatorio. —Cédula de 1 de junio de 1672”, p. 57; “—Cédula de 17 de febrero de
1804, cuyo puntual cumplimiento se encarga estrechamente por la circular de I8 de
febrero de 1805, mandando que sobre ello se haga pregunta por separado en los
interrogatorios que las Audiencias deben formar para las residencias de los Virreyes
y Gobernadores de América”, p. 156; —Por carta acordada de 10 de setiembre de
1804, se recuerda el cumplimiento de esta circular en cuanto a dichos interrogato-
rios. “Tengan obligación los Fiscales, de solicitar, cuando lo juzguen conveniente,
que se despachen en la forma ordinaria estas residencias; y se ordena a los de
lo civil, que formen un interrogatorio sencillo y claro, correspondiente a los
cargos que ejercen”, p. 294, las negrillas son de quien escribió.
86 Y, por ser el expediente básico la información aquí expuesta y que cito constante-
mente corresponde al expediente A 1, 47155-5480

66
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Facsímil de la Lista de los reos que esta fecha dirigió de


Totonicapán el señor Don Prudencio de Cozar

Francisco Atanasio Sul. x


Lucas Aguilar. x
Nicolás Aguilar. x
José Santos.
Juan Monroy
Salvador Velasco
Franco Toscán.
Antonio Guinea
Antonio Vásquez
Franco Chamorro
Tomás Yax
Anto Tzul
Anto Sitalán
Antonio Xih (Tzij)
Antonio Tzul
Franco Tzunun
Joaquín Camastun
+José Quac (Puac)
José Andrés Tiuth
+Marcelino Barrera
+José Ramón Can
Pascual Tzul
Francisco Baquiax
Andrés Puac
Franco Tzul
+Agustín Lacam
Baltasar Yax
Tomás Ixcoy
Isidro Celemente
Hernández
José Clemente
Velázquez
Domingo Tacam
José ¿Batz?
José Chunum
Juan Batz
Sebastián Cuc
José Miguel Alonso

El anterior facsímil no tiene una calidad ideal, y presenta el testimo-


nio del listado original de los nombres de las personas capturadas.
67
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

A la derecha el nombre y apellido de las citadas, los apelativos los


escribo tal como se presentan o en su caso trato de mostrar tal cual
se presentan en la imagen. Queda para académicos del lenguaje su
escritura y fonética. Y, sin embargo, por su trascendencia incluyo
el testimonio y su respectivo traslado de la nómina y la informa-
ción concerniente a la siguiente lista ordenada por alfabeto, con el
objeto de evidenciar los apellidos y el número de los involucrados.
Lista alfabética de los prisioneros presentada
en Quetzaltenango, 4 de agosto de 182087

Apellido Nombre Apellido Nombre


Aguilar Lucas Santos José
Aguilar Nicolás Sitalán Antonio
Alonso J. Miguel Tacam Domingo
Baquiax Francisco Tax Miguel
Barrera Marcelino Tiuh J. Andrés
Batz José Toscán Franco
Batz Juan Tzij Antonio
Camastún Joaquín Tziquín Antonio
Can J. Ramón Tzul F. Atanasio
Chamorro Franco Tzul Antonio
Chunúm Ignacio Tzul Antonio
Chunún José Tzul Pascual
Cuc Sebastián Tzul Franco
Guinea Antonio Tzunún Franco
Hernández I. Clemente Vásquez Antonio
Ixcoy Tomás Velasco Salvador
Lacam Agustín Velásquez J. Clemente
Monroy Juan Yax Tomás
Puác José Yax Baltasar
Puác Andrés

87 El día 4 de agosto de 1820, Manuel José de Lara, presentó a Prudencio de Cozar,


el listado de treinta y siete nombres de los prisioneros. Lara, a sazón alcalde mayor
de la Alcaldía Mayor de Totonicapán. Cfr. José Chaclán, “Las tierras comunales de
Chumeq’ ena (Totonicapán) 1800-1521, pp. 1-13

68
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Los nominados todos fueron participantes en su rol que asumió.


Luego los constantes apellidos dos Aguilar, igual número de Batz,
Chunún, Puác, Yax; luego, en número de cinco, el apellido Tzul.
Y recuerde que cantidad-calidad son inseparables: el apelativo
Tzul de jun ja winäq o familia superó al resto de los implicados
ya hayan sido amigos, militantes o compañeros. Lo cierto, es que
en el espacio-tiempo-forma fueron ¡héroes! en primera instancia
Lucas y Nicolás Aguilar y Francisco Atanasio, Antonio; Antonio,
Pascual, Franco, los cinco honorables de la estirpe Tzul.

De los capturados seis fueron interrogados: del resto no sé las


razones del por qué fueron excluidos. En el mejor de los ca-
sos, sufrieron otras sanciones que no fueron consignadas ofi-
cialmente. Y al extremo de lo especulado veinte y nueve de los
consignados de inmediato fueron aparentemente, liberados sin
cargo alguno. En la siguiente tabla consideré a los nominados
que originalmente no fueron interrogados oficialmente.
Lista de los prisioneros consignados en la nómina
original que no figuran como reos declarantes

Salvador Velasco José Puác


Salvador Velasco José Andrés Tiuth
Francisco Chamorro José Ramón Cam
Antonio Tzul Francisco Baquiax
Joaquín Camastun Francisco Tzul
¿Francisca? O
Quac [Puác] Baltasar Yax
Francisco
Marcelino Barrena Isidro Vicente Hernández
Pascual Tzul Domingo Tacán
Andrés Puác José Batz
Agustín Lacán Juan Batz
Tomás Ixcóy Antonio Tziquín
José Clemente Velásquez Ignacio Chumún
Antonio Vásquez José Chunún
Antonio Vásquez José Miguel Alonso
Antonio Tzíj Miguel Tax
Francisco Tzunum

69
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Nómina de los veinte y nueve prisioneros capturados en San


Miguel Totonicapán, el 4 de agosto de 1820 que no fueron
indagados.

Y según los mandatos de ley que se consideró en relación a los


prisioneros “Los jueces del distrito deben mandar relaciones ju-
radas de los reos que tengan en las cárceles, con toda exactitud,
y sin demoras, para los justos fines que indicó S. M. en la real cé-
dula circular de 7 de junio de 1800.—Real orden de 17 de agosto
de 1807”.88

88 Prontuario, nota 57, p. 387

70
Capítulo 5
El juicio: Declaraciones de los
capturados, careo, respuesta de
autoridades y solicitud de indulto

“Sí oyó las muchas aclamaciones del pueblo


diciendo viva Atanasio Tzul y Lucas Aguilar”.89
Prisionero Francisco Velasco 35 años.

En las últimas décadas del siglo XVIII el procedimiento básico


de la ruta aplicada por las instancias de la justicia incluía

1º Denuncia
2º Captura
3º Prisión preventiva
4º La investigación
5º Sumario necesario
6º Si era encontrado culpable se dicta-
ba sentencia, se declaraba inocen-
te y se le ponía en libertad.90

Existía todo un ordenamiento que definia los “Delitos. —Modo


con que deben proceder los jueces a la imposición de penas
a los reos de resistencia a la justicia, escalamiento de cárcel y

89 AGCA. nota 39, folios 54-54vto. Del testimonio de prisionero Francisco Velasco.
90 Aguilar, René Johnston, Anales de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala,
2007, número LXXXII, “Algunas consideraciones sobre la justicia colonial”, p, 27

71
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

otros de pragmática; las Penas” y;91 el criterio de vedad de los


testimonios.92
Luego de la captura, ocurrida en la tarde del 3 de agosto de 1820,
uno de los capturados en su declaración dijo:

En seguida examinado con juramento Ramón Cam, por


medio del intérprete, sobre el motivo de su prisión dijo:
Que a la casa de su morada llegaron la tarde del tres del
corriente los soldados y le dijeron que había piedras, y ya
lo fueron amarrando sin atender a nada y lo condujeron
a la picota en donde le dieron muchos azotes hasta que
se desmayó. Que él que habla, no se ha mesclado en cosa
alguna ni sabe quiénes lo ha hecho en su pueblo porque
todo el día se mantiene en su trabajo en el monte y que
como es mozo no tratan con el los viejos, que esta es la
verdad por su juramento expresando ser casado, mace-
gual de Totonicapán de diez y ocho años, labrador y no
sabe firmar doy fe. Lara® Joaquín de León

Entre tanto en otra versión de los acontecimientos se enunció:


“Tras algunos meses de preparación, el 3 de agosto de 1820 Cozar
dirigió a 1,000 milicianos desde Quetzaltenango, Salcajá, San
Carlos Sija, Momostenango y Santa Cruz del Quiché, por cuatro
caminos diferentes, hacia la plaza de San Miguel Totonicapán”.93
Y de las dos versiones se deriva: primero, que ya se estaban rea-
lizando capturas y, segundo; que los milicianos se aprestaban a
invadir la población de San Miguel. Lo concreto fue que con un

91 Prontuario, nota 57p. 94; y en complemento: Cuando cometan cualquier delito, po-
drán ser arrestados por pronta providencia, por la jurisdicción ordinaria que pro-
cederá sin la menor dilación a formar sumaria, y la pasará luego con el reo al juez
militar más inmediato. p. 200
92 Prontuario. Nota 57 “Los escribanos no den testimonios de los autos que no pasen
ante ellos mismos, pues de este modo pueden salir diminutos. –Cédula de 4 de
mayo de 1645, Se multa un escribano de cámara en 200 pesos, por haber dado
testimonio auténtico de unos autos sin mandato de juez. –Cédula de 24 de mayo de
1677. Se les impone la multa de 400 pesos a cada uno de los escribanos de cámara
de la Audiencia de Guatemala, por no haber guardado unos autos como correspon-
día, apercibiéndoles que hagan se firmen los conocimientos por los procuradores y
demás personas a cuyo poder pasaren los autos que entregaren, –Cédula de 27 de
noviembre de 1697”. P. 115
93 Pollack, Nota 80, p. 158

72
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

día más o uno menos, luego de la toma por las milicias se reali-
zaron indistintas capturas. El antecedente es la rectificación de
las indiscriminadas capturas que fueron ejecutadas, a partir del
día tres de agosto de 1820 y en su complemento ¿qué fue lo con-
templo la Ley?94
A continuación, las declaraciones de los prisioneros:

Declaración del prisionero Lucas Aguilar

“A continuación sacado de la prisión un hombre a quién


sin juramento se examinó por sus generales y digo. Que se
llamaba Lucas Aguilar, de cincuenta y nueve años, indio
macegual del pueblo de Totonicapán casado y de ejercicio
labrador”.95
Al inicio del interrogatorio se cometieron las inconsisten-
cias que eran intrínsecas del orden jurídico imperante en
ese momento, al caso y como criterio de verdad. No se

94 Prontuario. Nota 80 INFIDENCIA–Todos los individuos que manden ejércitos, dis-


fruten grados ó empleos militares por los insurgentes, defiendan plazas, y se ha-
yan hecho prisioneros con armas en la mano por las tropas reales: los espías, de
cualquiera clase que sean, y hayan atentado á la seguridad de las plazas, puntos
fortificados, ó ejércitos de S. M: los que se hayan ejercitado en conmover ó excitar á
la rebelión, á los pueblos tranquilos, ó contribuido de algún modo á destruir Los lu-
gares, de que perciben su subsistencia las tropas reales: los militares que habiendo
pertenecido al ejército de $, M. deserten de sus banderas y reconozcan el partido
revolucionario, aunque solo permanezcan en él sin tomar armas; y últimamente los
militares, que estando empleados por el gobierno legítimo, han continuado en sus
destinos entre los insurgentes reconociendo su gobierno, deben ser juzgados por el
Consejo de, guerra ordinario ó de oficiales generales.–Real orden de 28 de julio de
1817. P. 375
95 AGCA. Nota 42, que remite al expediente número 47155, código que he venido
citando y seguirá pues es el soporte básico de este trabajo. Folio 2vto.

73
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

cumplió con el principio del juramento.96 Cuya fórmula


fue de uso obligado en todo proceso seguido ante la ley. Y
sin embargo en este caso se obvió el trámite. “En el mismo
día el Señor Alcalde Mayor recibio juramento97 en forma
al intérprete de estos Juzgados José de Alva de usar bien y
fielmente este encargo con los indios reo y testigos que se
examinen en esta causa y firmo doy fe. Lara. Juaquín de
León”.98

El interrogatorio

Preguntado [Lucas Aguilar] si sabe o presume cuál sea el


motivo de su prisión, y quienes cuándo y cómo se ejecutó
esta dijo. Que lo puso preso la tarde del tres del corriente
[agosto 1820] el señor don Prudencio Cozar, solo porque
en casa del declarante halló una cajuela con papeles, que
habían dejado los apuntadores pasados de las cofradías del
Santísimo, y que ignora el contenido de ellos. Que estos

96 Juramento Gral. Invocación del nombre divino como confirmación de la veracidad


de una persona, al hacer una declaración asertoria, o de la sinceridad de una per-
sona al hacer una declaración promisoria. El derecho canónico latino reconoce y
regula el juramento en los cc. 1199-1204 del CIC de 1983 https://dej.rae.es/lema/
juramento
97 Prontuario. Nota 80, el corpus contiene treinta entradas referidas a juramento:
“POBRES.–Cuando se les ofrezca recurso al Consejo, el abogado ó procurador que
se les haya nombrado en las Audiencias, den cuenta de serlo y de quién es su
cliéntulo [sic], á efecto de que de oficio se les nombre agente que siga sus causas;
y se declara, que los del número deben serlo de los Indios y pobres por obligación
de sus oficios, y hacer el juramento de ello en la propia forma que lo ejecutan los
abogados y procuradores, para lo que se repartirán los espedientes entre todos por
turno, empezando por el mas antiguo»–Cédula de 30 de setiembre de 1779. F.” P.
245 y en consonancia. “Orden de 28 de agosto de 1820. Sobre remisión de causas
y reos. Toda persona en estos casos, cualquiera que sea su clase, debe dar su
testimonio, no por certificación ó informe, sino por declaración, bajo juramento en
forma, que deberá prestar, según su estado respectivo, ante el Juez de la causa ó el
autorizado por éste”. Pp. 405-407
98 AGCA. Nota 42, Joaquín de León, fue graduado en la Universidad Real y de su vida
profesional en Quetzaltenango, bien demanda una exhaustiva bibliografía.

74
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

papeles se los manifestó, al presente por alcalde mayor y


[éste] le contestó que ya había pasado su tiempo.

Preguntado quién les dio anticipado aviso de que no de-


bían pagar tributo; supuesto salió el declarante con una
invitación de indios a recibir el correo del [miércoles]
cinco de julio [1820] con costes dijo.

Que Juan Tipás le dijo que en Guatemala había oído decir


que ya estaba quitado el tributo y por éste junto fueron a
recibir el correo, quienes les dijo les traían papeles del se-
ñor presidente para que no pagaran tributo, que fuesen a
que se los entregara el presente señor alcalde mayor.

Preguntado qué autoridad tuvo el declarante para mandar


[a] publicar por bando aquellos papeles y sentencias, más
a los indios que ya no se pagaba tributo dijo, que todo se
hizo por mandado de Atanasio Tzul.

Preguntado qué jurisdicción tenía el que habla para man-


dar órdenes a los alcaldes de San Cristóbal, [Totonicapán]
para que comparecieran ante él dijo. Que no dio tal orden.

Preguntado por qué el declarante mandó ordenar a


los indios de San Cristóbal, San Francisco El Alto,
Momostenango, Chiquimula y otros que ya no pagasen
tributos dijo que, solo [a] San Cristóbal [Totonicapán]
mandó papel para que no pagasen tributo y no a los
otros pueblos que en esto hizo mal, pero que [fue] por
ignorancia.

Preguntado si el declarante paga todavía tributo dijo. Que


ya está reservado.99
Preguntado qué motivo tenía para mandarse en que se
pagase o no tributo dijo, que no se ha mandado en nada.

99 Chaclán. Nota 30, Caciques, por reservados se entendía lo siguiente. “Los reserva-
dos los que hayan cumplido la edad de 50 años, y los que acreditasen estar exentos
de pagar tributo por enfermedad y otro motivo”, p. 84

75
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Preguntado por qué, si no se ha mandado tenía en la casa


de su habitación las juntas de todos indios y los estuvo in-
duciendo a no pagar los reales tributos, como hizo con los
pueblos de San Cristóbal, San Francisco, Momostenango,
San Andrés y Chiquimula dijo, que hacían las juntas en su
casa porque es grande y por que allí querían los principa-
les Atanasio Tzul, Velasco e Isidro Socop y otros que ha
dicho en una lista que dio ayer y que no ha inducido que
los pueblos que se le preguntan.

Preguntado con qué facultades castigaba con azotes a


los ladinos e indígenas, que no seguían su partido, tanto
como de su pueblo como de otros dijo, que no ha manda-
do a azotar a nadie.

Preguntado con qué objeto el declarante y compañeros


fueron el trece de julio [de 1820] a pedir una carta al padre
fray Enrique Figueroa dijo, que se las pidieron, no sabe
por quién. Y él [Lara] por alcalde mayor mandó, suspen-
der esta declaración, que se hizo por medio del intérprete
[José de Alva] y en su dicho se ratificó expresando no sa-
ber firmar doy fe.100

Declaración del prisionero Atanasio Sul (Tzul)

En la cárcel de Quetzaltenango en día y de agosto de 1820 fue


llevado a prestar su declaración el prisionero Francisco Atanasio
Tzul, quién durante su exposición dijo lo siguiente.

“De Atanasio Sul en acto continuo por medio del intér-


prete se examinó sin juramento, a otro hombre, que exa-
minado dijo: que se llama Francisco Atanasio Sul [Tzul],

100 AGCA. Nota 42, folios 2vto., 3-3vto. Joaquín de León, fue el escribano que atendió
a los interrogados, el letrado fue residente de Quetzaltenango. Las negrillas son de
quién escribe.

76
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

casado, mayor de sesenta años, indio principal del pueblo


de Totonicapán y de oficio labrador.101
Preguntado quién lo puso preso por quién y cuándo dijo.
Que lo puso preso el señor Cozar la tarde del tres del co-
rriente [agosto de 1820] y que será porque no ha pagado
el tributo.

“Preguntado porqué mandó ordenar a los alcal-


des de los pueblos de San Francisco, San Andrés
[Xecul], Momostenango, Chiquimula, y San Cristóbal
[Totonicapán], para que no pagasen al tributo dijo. Que
no fue el declarante si no Lucas Aguilar”.

Preguntado por qué varió repentinamente de vestuario


poniéndose, casaca, sombrero al tres, medallas y bastón
dijo, que este traje se lo puso porque se lo dieron Domingo
Can y Dionisio Toscán manifestándole que era vergüenza
que así no se vistiera siendo principal.

La respuesta del acusado, en adelante es objeto de repetición y


más agregados que acuñaron, y luego se propagan crecidos y
aumentados, desvirtuando lo que no dijo Atanasio Tzul, en el
interrogatorio. Por tanto, es necesario destacar su contenido en
especial lo referido sobre su indumentaria:

Primero, el uso de casaca: la pieza de vestir en idioma español


tiene varios sinónimos.

Segundo, el uso de sombrero al tres: fue un estilo de diseño del


siglo XVIII y parte del XIX, luego en desuso.

Tercero, el uso de medallas, como un distintivo colgante espe-


cialmente de metal.

101 En la actualidad existen en funciones el intérprete o la intérprete como parte del sis-
tema oficial de justicia. Ver Organismo Judicial. Prontuario, nota 57, Comunidades
de indios. –Las existencias de este fondo, que se habían de imponer a réditos dán-
dolo a los particulares, se aplique al empréstito patriótico dispuesto para Nueva
España. –Real orden de 14 de febrero de 1810. De este fondo se deberá satisfacer
al intérprete de indios, a razón de cuatro reales diarios y reintegrables del titulado
medio real de Ministros. –Real orden de 20 de diciembre de 1816, p. 364

77
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Cuarto, sobre el uso de bastón, que en su época fue un símbolo


de distinción propio de la etnia española.

Continuando con el testimonio:

Preguntado qué autoridad tuvo para suspender al gober-


nador y alcalde 2º y nombrar otros dijo, que el declarante
y Lucas Aguilar: con otros principales mandaron llamar al
gobernador y alcalde 2º para reconvenirlos [regañar] por
la falta de cumplimiento de sus obligaciones, y que estos,
como no entendían les quitaron los bastones y el declaran-
te [Tzul] se quedó con el bastón de gobernador y la [vara]
de alcalde se la dieron a Antonio Sitalán.

Preguntado qué objeto tuvo en hacer este atentado dijo


que conoce que hizo mal, pero fue por que aquellos no
cumplían con sus deberes.

Preguntado como sí no se había advocado la autoridad


tubo atrevimiento de convocar otros pueblos dijo que: no
fue el declarante [Tzul] sino Lucas Aguilar quien convocó
los pueblos de San Cristóbal, San Francisco, San Andrés,
Momostenango y Chiquimula y que los indios de esos
pueblos iban a la casa de Aguilar y le daban dinero y no
sabe por qué.

Preguntado si Aguilar esparció entre ellos la voz de que


él mandaba dijo, que sí, porque, así lo dijo varias veces y
vio y todos le obedecieron, y le tributaban diciendo que
él había gastado mil y más pesos en ganar el pleito de que
quitaran los tributos.

Preguntado si en la capital [de la Nueva Guatemala de la


Asunción] tenía alguna correspondencia dijo que Aguilar
sabrá porqué sus hijos iban y venían a cada paso.

Preguntado qué autoridad tenía el declarante y Aguilar


para llamar indios de su pueblo y de los otros estados e
imponerles castigos de azotes y prisiones dijo que no fue
él declarante sino solo Lucas Aguilar.

78
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Preguntado si el presente señor alcalde mayor han recibi-


do mal trato o les ha grabado contribuciones e impuestos
dijo: Que no han recibido mal trato si no antes buen trata-
miento y cariño si cobrarles más de que lo acostumbrado
de tributos, comunidades y sueldo.

Preguntado por qué intentaron quitar el mando y la cabeza


al presente señor alcalde mayor dijo, que semejante espe-
cie no la dijo el declarante ni se dijo jamás a su presencia.

Preguntado con que objeto hacían en casa de Aguilar las


reuniones de los pueblos ya citados dijo, que todos iban
porque Aguilar los llamaba y les decía que ya el Rey había
quitado el pago de tributos.

Preguntado qué otras cosas trataban en estas juntas dijo


que lo ignora.

Preguntado si el declarante y compañeros dijeron a los


alcaldes indios que no cobrasen tributos, porque los ma-
tarían pues eran unos ladrones lo mismo que el presente
señor juez dijo, que no han dicho cosa alguna.

En el texto siguiente está la conocida versión de la función de toros

Preguntado porque asistía el declarante a la función de toros vestido a lo


español con bastón y medallas y le pusieron cortinas y de dosel el palio del
Santísimo dijo: Que los indios Domingo Can y Dionisio Toscan fueron los que
a ello lo indujeron y por esto accedió a todo.

La respuesta del acusado que en adelante es objeto de repetición


y agregados, que no dijo –Atanasio Tzul–. Es necesario desta-
car su contenido y en especial los símbolos: primero, cortinas, y
sus respectivos sinónimos en idioma español; segundo, dosel, es
un sinónimo de cortina; tercero, el palio del Santísimo: de palio,

79
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

concuerda con cortina y dosel; cuarto, Santísimo, es una figura


de primer orden en la simbología del culto católico.

Continuando con el testimonio:

Preguntado si algunos ladinos de su pueblo, o de otros lo


han seducido a que no paguen dijo, que no les ha sugerido
ninguno.

Preguntado si el declarante Lucas Aguilar u otros tenían


acopiado armas dijo, que ni vio, ni oyó decir cosa alguna
de esto.

Preguntado si intentaron sacar de la casa Real los tributos


dijo: Que a varios indios oyó decir que así lo aseguraba
pero que esto es falso porque jamás han pensado agraviar
a su alcalde mayor porque siempre los ha tratado bien y
con él [no] tienen disgusto. Y por no haber tratarse otra
cosa, a pesar de las varias preguntas que se le hicieron por
medio del intérprete [José de] Alba y Manuel Figueroa, se
ratificó en lo dicho y no sabe firmar doy fe. Lara Joaquín
de León.102
Las declaraciones del prisionero Atanasio Tzul concluyen con lo
siguiente:

En el testimonio de lo que en su momento habló Atanasio en ca-


lidad de prisionero; luego las distintas versiones que se cuentan,
son de la creación popular y sin olvidar las versiones con la in-
tención de minimizar y descalificar el memorable acontecimien-
to social “y con él tienen ninguno. Y por no adelantarse otra cosa
a pesar de las varias preguntas que se le hicieron por medio del
interprete Alva y Manuel Figueroa, se ratificó en lo dicho y no
sabe firman doy fe. Lara Joaquín de León”.103

102 AGCA. Nota 42, folios 3 vto., 4, 4vto.


103 AGCA. Nota 42, folio 5

80
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Tabla comparativa de las declaraciones de Lucas Aguilar y Atanasio Tzul

Lucas Aguilar Francisco Atanasio Tzul


Sin juramento 59 años, indio mace- Sin juramento 59 años, indio mace-
gual, casado y labrador. gual, casado y labrador.
1. Que lo puso preso la tarde del 3 de 1. Que lo puso preso el señor Cozar,
agosto 1820, Cozar, sólo porque en la tarde del 3 de agosto de 1820, y
su casa se halló una cajuela con pa- que será porque no ha pagado el
peles, que habían dejado los apun- tributo.
tadores pasados de las cofradías del
Santísimo, y que ignora el contenido
de ellos. Que estos papeles se los
mostró al alcalde mayor [Lara] y éste
“le contestó que ya había pasado su
tiempo”.
2. Quien les dio anticipado aviso de 2. Por qué mandó ordenar a los
que no debían pagar tributo; supues- alcaldes de los pueblos de San
to salió el declarante con una invita- Francisco El Alto, San Andrés Xecul,
ción de indios a recibir el correo del Momostenango, Chiquimula, y San
5 de julio 1820 con costes dijo. Que Cristóbal Totonicapán, para que no
Juan Tipás, le dijo que, en Guatemala, pagasen al tributo dijo. Que no fue él
había oído decir que ya estaba quita- declarante si no Lucas Aguilar.
do el tributo y por esto juntos fueron a
recibir el correo, que les dijo les traían
papeles del señor Presidente para
que no pagaran tributo, que fuesen a
que se los entregara el presente se-
ñor alcalde mayor.
3. Que autoridad tuvo el declarante 3. Por qué varió repentinamente de
[Aguilar] para mandar publicar por vestuario poniéndose casaca, som-
bando aquellos papeles y senten- brero al tres, medallas y bastón dijo.
cias; más a los indios que ya no se Que este traje, se lo puso, porque se lo
pagaba tributo dijo. Que todo se hizo dieron Domingo Can y Dionisio Toscán
por mandado de Atanasio Tzul. manifestándole que era vergüenza
que así no se vistiera siendo principal.
4. Que jurisdicción tenía él que habla 4. Por qué motivo le dieron aquellos
para mandar órdenes a los alcaldes los vestidos al declarante y no a los
de San Cristóbal, Totonicapán para otros principales dijo. Que lo ignora.
que comparecieran ante él dijo. Que
no dio tal orden.

81
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

5. Por qué el declarante mandó or- 5. Qué autoridad tuvo para suspen-
denar a los indios de San Cristóbal der al Gobernador y Alcalde Segundo
Totonicapán, San Francisco El Alto, y nombrar otros dijo. Que: él de-
Momostenango, Chiquimula y otros clarante [Tzul] y Lucas Aguilar, con
que ya no pagasen tributos dijo que. otros principales mandaron llamar
“Solo a San Cristóbal mandó papel al Gobernador y Alcalde Segundo
para que no pagasen tributo y no a para reconvenirlos por la falta de
los otros pueblos que en esto hizo cumplimiento de sus obligaciones,
mal, pero que [fue] por ignorancia”. y que estos, como no entendían les
quitaron los bastones y él declaran-
te [Tzul] se quedó con el bastón de
Gobernador y el de Alcalde se lo die-
ron a Antonio Sitalán.
6. Si él declarante paga todavía tribu- 6. Qué objeto tuvo en hacer este
to dijo. Que ya está reservado. atentado dijo. Que conoce que hizo
mal, pero fue porque aquellos no
cumplían con sus deberes.
7. Qué motivo tenía para mandarse 7. Como sí no se había advocado
en que se pagase o no tributo dijo. la autoridad tubo atrevimiento de
Que no se ha mandado en nada. convocar otros pueblos dijo. Que
no fue él declarante sino Lucas
Aguilar quién convocó los pueblos
de San Cristóbal Totonicapán, San
Francisco El Alto, San Andrés Xecul,
Momostenango y Chiquimula y que
los indios de esos pueblos iban a la
casa de Aguilar y le daban dinero y
no sabe por qué.
8. Por qué, si no se ha mandado te- 8. Sí Aguilar esparció entre ellos la
nía en la casa de su habitación las voz de que él mandaba dijo. Que sí,
juntas de todos indios y los estuvo porque, así lo dijo varias veces, y vio
induciendo a no pagar los Reales y todos le obedecieron, y le tributa-
tributos, como hizo con los pueblos ban diciendo que él había gastado
de San Cristóbal Totonicapán, San mil y más pesos en ganar el pleito de
Francisco, Momostenango, San que quitaran los tributos.
Andrés y Chiquimula dijo. Que ha-
cían las juntas en su casa porque
es grande, y porque allí querían las
principales Atanasio Tzul, Salvador
Velasco, e Isidro Socop y otros que
ha dicho en una lista que dio ayer, y
que no ha inducido que los pueblos
que se le preguntan.
9. Con qué facultades castigaba con 9. Sí en la capital tenía alguna co-
azotes a los ladinos e Indígenas, que rrespondencia dijo. Que Aguilar, sa-
no seguían su partido, tanto como de brá porqué sus hijos iban y venían a
su pueblo, como de otros dijo. Que cada paso.
no ha mandado a azotar a nadie.

82
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

10. Con qué objeto él declarante y 10. Qué autoridad tenía el declaran-
compañeros fueron el 13 de julio de te y Aguilar para llamar indios de
1820, a pedir una carta al padre fray su pueblo y de los otros estados e
Enrique Figueroa dijo. Que se las pi- imponerles castigos de azotes y pri-
dieron, no sabe por quién. Concluido siones dijo. Que no fue él declarante
el interrogatorio por él alcalde mayor sino sólo Lucas Aguilar.
se suspendió la declaración, que se
hizo por medio del intérprete y rati-
ficó Lucas Aguilar, no saber firmar.
Doy fe. Lara; Joaquín de León.
A partir de la pregunta diez, Lucas 11. Preguntado: sí del presente se-
Aguilar ya no respondió en el interro- ñor alcalde mayor han recibido mal
gatorio. Y en cambio Atanasio Tzul, trato o les ha grabado contribucio-
continuó, tal cual, se presenta en la nes e impuestos dijo:
interpelación número once.
Que no han recibido mal trato, si no
antes buen tratamiento y cariño sin
cobrarles más de que lo acostum-
brado de tributos, comunidades y
suelo.
12. Preguntado: por qué intentaron
quitar el mando y la cabeza al pre-
sente señor alcalde mayor dijo: Que
semejante especie no la dijo el decla-
rante ni se dijo jamás a su presencia.

Cronológicamente Aguilar y Tzul fueron contemporáneos uno y


otro nacieron en el año 1760. Socialmente manifestaron diferen-
cias al caso: Aguilar macegual y principal y ambos de profesión
labradores. Los dos fueron capturados el día jueves 3 de agosto
de 1820. De Aguilar, este no negó que en su casa encontraron
unos “papeles” y que pertenecían a la cofradía del Santísimo y
que los referidos fueron del conocimiento del alcalde mayor
Manuel José de Lara y ello da pauta para evaluar que lo escrito
fue del conocimiento de una de las principales autoridades de la
región. Por su parte, Tzul argumentó que lo capturaron, por que
no había pagado el tributo. Luego, ambos coincidieron que el día
5 de julio de 1820, ellos fueron a recibir al mensajero Juan Tipás,
que retornaba de la ciudad de Guatemala y que este les comentó
que el tributo estaba derogado. Las referencias de análisis son
perfectamente factibles de realizar, sin embargo, destaco el pasa-
je relacionado con la vestimenta que portó Tzul.

83
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Otra interesante revelación de parte Tzul fue que él se quedó con el


bastón de gobernador y la vara de alcalde fue para Antonio Sitalán.
Y a ella, el mismo dijo Aguilar fue él quien mandó a sus hijos a la
capital. Las declaraciones de los prisioneros en primera instancia tá-
citamente están son de notable contradicción y la aseveración no es
factible de contradecir. Sin embargo, esas discrepancias podrían res-
ponder a una estrategia para evadir la posible sanción, que iba desde
el destierro, hasta la pena de muerte. Luego, no hay indicios que indi-
quen si después de la liberación de ambos líderes, quedaron rencillas
personales o familiares, lo que es una situación por dilucidar.

Declaraciones de los prisioneros de San Miguel Totonicapán

Según la nómina original, el día 3 de agosto de 1820 fueron captu-


rados treinta y siete hombres. El interrogatorio de los prisioneros
se realizó en la cárcel de Quetzaltenango. A continuación, siguien-
do el orden original de los alegatos de cuatro de los presidiarios:
Tabla comparativa de las declaraciones de los prisioneros de San Miguel
Totonicapán

(1) Ramón Can 18, labrador, San (2) Nicolás Obispo Aguilar 27,
Miguel Totonicapán, 3 de agosto de casado, macegual, carpintero,
1820 Totonicapán, 8 de agosto de 1820
Los soldados llegaron a su casa y lo Aguilar, fue uno de los hijos de Lucas
acusaron de haber tirado piedras, lo Aguilar y expuso: que viajó a la ca-
amarraron y lo condujeron a la pico- pital de Guatemala. “Preguntado si
ta [suplicio] en donde le dieron mu- él declarante ha ido y de qué orden
chos azotes hasta que se desmalló. a la capital a traer algunos papeles
Folio 7 y con quién dijo. Que solo fue una
vez él declarante a la capital de or-
den de su padre Lucas Aguilar y de
Atanasio Tzul, en compañía de Juan
Tipás, Antonio Vásquez. Franco
Aguilar y tres indios de San Cristóbal
[Totonicapán] Manuel Sosa, Manuel
Balia y Andrés N. Que llevaron un pa-
pel y su contestación se la exhibieron
al señor Cozar”. Que se reunían en la
casa de Lucas Aguilar todas las par-
cialidades de indios quienes dijeron
que iban a marcarlos o empadronar-
los. Y manifestó que Juan Tipás trajo
al pueblo las noticias de que ya no se
pagaba el tributo. Folios 7vto. 8, 8vto.

84
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

(3) Antonio Sitalán 30, casado e indio (4) Antonio Tzul 28, casado, ma-
principal de oficio caitero, San Miguel cegual, labrador, San Miguel
Totonicapán, 9 de agosto de 1820 Totonicapán, 9 de agosto de 1820
Dijo que estaba preso porque tenía Fue hijo de Atanasio del mismo ape-
la vara de “Alcalde 2º, del principal llido; el prisionero manifestó. Que lo
Domingo Eschal” que fue capturado puso preso él señor Cozar la tarde
por Atanasio Tzul y Lucas Aguilar y le del tres del corriente [agosto] de
dieron la vara al declarante quien la 1820 y que ignora su delito. En se-
tomó por temor, pues si no la acepta- guida le preguntaron en relación de
ba lo encarcelaban y la vara de man- los “empleos” que tenían Aguilar y
do la recibió en la casa de Tzul. En Tzul respondió que no sabía que
seguida respondió que: “si vio u oyó cargos tenían y en particular destaca
decir que Aguilar manda”, “al igual si que: “Aguilar tenía muchos indios y
vio se coronase Atanasio Tzul dijo. los castigaban y que no sabe por-
Que no lo sabe”, en relación a la pu- que” y de su hermano Atanasio Tzul
blicación de los papeles dijo. “Que no sabe porque se puso vestido a
nada vio”. E igual respuesta a la pre- lo español, con sombrero, bastón,
gunta si vio multitud de indios y jus- casaca y medallas pero que según
ticias en las casas de Aguilar y Tzul. él entendió [que] el vestido se lo dio
En relación a la celebración de toros. Domingo Can y Dionisio Toscán”.
Respondió: “si vio la función de toros Folio 9vto.
que hicieron los indios y como pusie-
ron a Tzul dijo: Que, si lo vio y que
Tzul se presentó con medalla, bas-
tón, pantalón de pana y sombrero al
tres y que en el cabildo le pusieron al
frente las cortinas y el palio del sitial:
Que viendo el declarante a Tzul con
esta presentación le dio miedo y qui-
so devolver la vara pero que el ma-
cegual Juan Monroy, y Lucas Aguilar
le dijeron que no tuviese miedo que
si no era hombre con Huevos y por
esto no insistió”. Folios 8vto. 9, 9vto
AGCA. A 1, 47155-5450; 1820

De las declaraciones de los cautivos luego de sus identificaciones


generales y entre de sus particulares testimonios, destaca la de
Obispo Aguilar uno de los hijos de Lucas Aguilar que en su in-
dagatoria respondió que se reunían en la casa de Lucas Aguilar
todas las parcialidades de indios quienes dijeron que iban a mar-
carlos: El marcar significaba empadronarlos. Seguido de una
destacada revelación que demanda futuras indagaciones, pues
Obispo expuso durante su interrogatorio que viajó a la ciudad
capital de Guatemala con una delegación de seis personas, en-
tre ellas, Franco Aguilar, hermano de Obispo, señalando además
que el viaje lo realizaron obedeciendo la orden de su padre Lucas
85
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Aguilar y de Atanasio Tzul. El testimonio es por demás impor-


tante pues fue necesario previo al viaje realizar los preparativos
del mismo y que incluyeron, solventar la barrera del idioma en-
tre la comitiva pues uno o más de ellos fue bilingüe quiché y
español, un previo contacto con un funcionario de la adminis-
tración pública. Luego que le expusieron y que obtuvieron de
la reunión o posibles reuniones, ¿Qué acordaron entre partes?
Y ¿Qué retornaron a Totonicapán? Al interrogante y como res-
puesta me quedan las especulaciones.

En el testimonio del prisionero Antonio Sitalán, en ese momen-


to fue una autoridad con el rango de principal y al responder
de las razones de su captura dijo que estaba preso porque tenía
la vara de “Alcalde 2º, del principal Domingo Eschal” que fue
capturado por Atanasio Tzul y Lucas Aguilar y de tal acción le
dieron la vara al declarante quien la tomó por temor, que si no la
aceptaba lo encarcelaban, la vara de mando la recibió de las mis-
mas manos de Tzul en casa de este. En otra de sus declaraciones
respondió que: “si vio u oyó decir que Aguilar manda”, “al igual
si vio se coronase Atanasio Tzul”, a ambas preguntas respondió
“Que no lo sabe”, en relación a la publicación de los papeles res-
pondió “Que nada vio”. E igual respuesta a la pregunta si vio
multitud de indios y justicias en las casas de Aguilar y Tzul. En el
interrogatorio y en relación a la celebración de toros respondió:

“si vio la función de toros que hicieron los indios y como


pusieron a Tzul dijo: Que, si los vio y que Tzul se presentó
con medalla, bastón, pantalón de pana y sombrero al tres
y que en el cabildo le pusieron al frente las cortinas y el
palio del sitial: Que viendo el declarante a Tzul con esta
presentación le dio miedo y quiso devolver la vara pero
que el macegual Juan Monroy, y Lucas Aguilar le dijeron
que no tuviese miedo que si no era hombre con Huevos y
por esto no insistió”.

En las interrogaciones le correspondió el turno a Antonio Tzul,


hijo de Atanasio. El prisionero manifestó. Que lo puso preso él
señor Cozar la tarde del tres de agosto de 1820 e ignora su deli-
to. En seguida le preguntaron en relación de los “empleos” que
86
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

tenían Aguilar y Tzul respondió que no sabía que cargos tenían y


en particular destaca la oración siguiente: “Aguilar tenía muchos
indios y los castigaban y que no sabe porque” y de su hermano
Atanasio Tzul no sabe porque se puso vestido a lo español, con
sombrero, bastón, casaca y medallas pero que según él enten-
dió [que] el vestido se lo dio Domingo Can y Dionisio Toscán”.
Por lo expuesto y desde mi particular criterio destaca la reve-
lación del viaje de una delegación de Totonicapán, a ciudad de
Guatemala, de la Asunción por todas las implicaciones políticas
que eso pudo conllevar, pues era el año de 1820, durante el cual
se maquinaba el proceso político de Independencia.

Y otra observación relativa al número de los capturados según


listado de treinta y siete únicamente seis, fueron sometidos al
interrogatorio, relacionado con el alzamiento del mes de julio de
1820, en el cual Atanasio Tzul y Lucas Aguilar, fueron los líderes.

“Atanasio Sul”

Declaraciones de testigos de San Francismo El Alto

Además, cinco de los convocados en calidad de testigos de cargo


fueron originarios del pueblo de San Francisco El Alto. Cuatro
de ellos fueron autoridad en su pueblo y en siete días se capturó,
consignó, se interrogó a los prisioneros y se llamó a declaración
a los testigos.

87
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Declaraciones de los testigos de cargo del pueblo de San Francisco El Alto

(1) Antonio Álvarez Le preguntaron ¿por qué fueron soldados a


Indio, casado Totonicapán? Respondió: “Que porque estos se han
80, alcalde levantado en contra de las autoridades” ¿por qué con-
primero de vocó al pueblo? Y respondió. “Que luego que partió el
San Francisco correo de principios del mes de julio último, le mandó
El Alto. 10 de Lucas Aguilar al declarante [Álvarez] y demás justi-
agosto de 1820 cias, una carta para que comparecieren ante él que
les iba a comunicar cierta cosa”. Y continuó: “Que en
efecto fue él declarante y las demás justicias actua-
les y los del año próximo pasado, a ver que quería
Aguilar, quien inmediatamente le preguntó al que ha-
bló en donde estaba los tributos que había recogido y
él que habla le contestó que los tenía en su casa que
por esto le respondió Aguilar que era un ladrón que
estaba cobrando tributos que si no sabía que ya doce
años [1808] que el Rey lo había quitado y que si no
los devolvía inmediatamente le quitaría la cabeza”. Y
continuó: “Que él que habla se marchó a su pueblo
con intención de no cumplir la orden, pero luego que
llegó se le agolparon una porción de indios capitanea-
dos de Juan Oxlaj, Juan “Rainoso” y Juan Reynoso,
Baltasar Reynoso y Martín Toco a exigir el tributo o
que, si no le matarían, por cuyo temor él que declara
sacó ciento cincuenta pesos que tenía recaudados y
los repartió entre aquellos revolucionarios. Que des-
pués supo el declarante que Lucas Aguilar mandaba
papeles, pero no a la junta sino a Martín Toco y los
Reynosos, que eran los principales cabeceras de la
sedición de San Francisco [El Alto] que con posteri-
dad lo volvió a llamar Aguilar y le pidió la contribución
que se le debía a él pagar o si no le quitaba la cabeza
pero que él no los tenía y que el que habían recogi-
do esas cantidades fue Juan Oxlaj y que no procuró
evitar estos excesos de su pueblo que todos los más
indios estaban a favor de la sedición temía lo matasen
y la prueba es que Juan Oxlaj todos los días juntaba
muchos indios de su pueblo San Francisco y Juan
Rainoso los conducía a Totonicapán para que fuesen
a guardar las personas de Lucas Aguilar y Atanasio
Sul, porque Aguilar le dijo al declarante la segunda
vez que fue a su llamado que él era el Rey. Y que por
lo mismo de debían pagar y cuidar: que Justo Rainoso
llegó a San Francisco diciendo que Aguilar era el Rey
de Totonicapán y que él era de San Francisco y que
le había que obedecer en todo”. y de inmediato el
declarante dijo: “sí Atanasio Sul llamó al declarante
[Álvarez] dijo. Que no y que solo [a] Aguilar fue a
quien le habló”. Folios 9vto. 10, 10vto. 11

88
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

(2) Diego Gómez Testificó: “Que luego que pasó el correo de principios
Chaj, indio, ca- del mes de julio de 1820 Lucas Aguilar mandó una
sado 56, alcalde orden al declarante y demás compañeros para que se
segundo, de les presentaran y ante su presencia les preguntó por
San Francisco los tributos recaudados y ellos le respondieron que
El Alto. 10 de los tenía a resguardo en su casa y ante esa respuesta
agosto de 1820 Aguilar les increpó en los siguientes términos. Que los
devolviesen o les quitaban la cabeza, porque ya esta-
ban quitados y que él era el Rey que mandaba”. Ante
el requerimiento chaj, declaró por medio del intérpre-
te que por temor devolvieron los tributos recaudados
en su pueblo. Folio 11
(3) Juan López, El testigo dijo que fue llamado por Lucas Aguilar, con
indio labrador, todos los principales de su pueblo y maceguales y
mayor de 50, ante Aguilar les preguntó por el dinero de los tribu-
fue principal de tos y en donde lo tenían y –Juan López– ratificó que
San Francisco como alcalde pasado ya lo había entregado, por cuya
El Alto, de 10 respuesta Aguilar lo injurió añadiendo que era unos
de agosto de ladrones “que por ir al partir con el alcalde mayor lo
1820 recogían y se lo tomaban porque había doce años
que estaba quitado”. A lo anterior siguió. “Que des-
pués de muchas razones por no haberle entregado
[el tributo] lo mando [a] colgar Aguilar y le dieron con
tiranía crueles azotes, cuyas cicatrices manifestó, y el
escribano certifico haber visto. Y que el declarante es
alcalde pasado no vio el papel que Aguilar mandó a
los indios presentes”. El testigo agregó que Aguilar
“les dijo de palabra que él mandaba que él era el Rey
y que quitaría a las justicias que no le obedecieran…
En este estado añadió que así que llegaron a su pue-
blo [San Francisco El Alto] recaudó Juan Oxlaj, dos
reales de cada casado para remitirle al referido Lucas
Aguilar”. Folio 11

89
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

(4) Juan Declaro que: el domingo 15 de julio de 1820, atendien-


Hernández 40, do el llamado de Lucas Aguilar, fue a Totonicapán,
indio labrador, pues como alcalde pasado y en unión de las autori-
principal, de dades del año 1820 y ante la presencia de Aguilar les
San Francisco preguntó por los tributos que Hernández había recau-
El Alto. 10 de dado, a lo cual le contestó que ya los había entrega-
agosto de 1820 do a su alcalde mayor por cuya respuesta se indignó
Aguilar y le injurió con expresiones groseras hasta de-
cirle que era un pícaro ladrón, que por ir al partir con
el alcalde mayor recogían los tributos pues no debía
ignorar que hacía doce años que estaban quitados.
“En seguidas lo mando colgar y azotar con tanta ti-
ranía que hasta hoy conserva las cicatrices, que yo
el Escribano certifico haber visto”; y que el como al-
calde pasado no vio la carta que Aguilar mandó a los
alcaldes presentes porque no se lo enseñaron; pero
si le expresaron que Aguilar dijo que él era rey, que
mandaba, y que podía quitar a los Justicias si no le
obedecían. Y de regreso a San Francisco El Alto; Juan
Oxlaj, recibió: “dos reales de cada casado para remi-
tirle al mencionado Aguilar por vía de besa manos”.
Folio 11vto. 12
(5) Andrés El testigo “Andrés Gonzales” indio regidor, que fue del
Hernández, año de 1819, declaró: “Que Aguilar que era el Rey y
indio labrador, que tenía facultad para la justicia y que a él solo le de-
como de 49, bían obedecer”. Y terminó su testimonio con que Juan
San Francisco Oxlaj, cobró dos reales de cada casado para entregár-
El Alto. 10 de selos a Aguilar que esta es la verdad por su juramen-
agosto de 1820 to, en que se ratificó leído lo escrito. Folios 12, 12vto.

AGCA. A 1, 47155-5450; 1820; las negrillas son del que escribe.

En particular llama la atención la declaración de Antonio Álvarez,


anciano de ochenta años, que respondió de la razón del por
qué fueron las tropas a Totonicapán: respondió por qué en ese
pueblo se rebelaron en contra de las autoridades superiores y que
fue Lucas Aguilar quien le mandó una carta y, que por esa razón,
viajó y se reunió con el que lo acusó de ser un ladrón y otros
adjetivos. Señaló además que de regreso a San Francisco El Alto
se encontró a Juan Oxlaj y los hermanos Reinoso, acompañados
de Martín Toco, quienes le exigieron que devolviera el tributo
recolectado. Seguida de esa declaración el testigo mencionó la
palabra “revolucionarios”, hecho que llama la atención ya que el
vocablo no era de común empleo en su tiempo y tampoco parte
de la cotidianidad en el idioma quiché. Es notable además que
Álvarez haya afirmado que Lucas Aguilar le dijo que él era el rey,
90
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

agregando que el incondicional de Lucas Aguilar Juan Oxlaj,


cobró un tributo de dos reales por cada casado para remitirlos
a Lucas Aguilar. Lo expuesto modifica la percepción y permite
conjeturar: es mi apreciación que el papel que Lucas Aguilar
desempeñó en el alzamiento de Totonicapán, tiene que ser
revaluado, sin minimizar la acción de Francisco Atanasio Tzul.

Por su parte, Diego Gómez Chaj, confirmó que Lucas Aguilar le


envió una carta solicitando su presencia y que Aguilar era el rey.
Esa versión de que Aguilar era el rey al mando, la repitieron el
resto de los testigos de cargo, de San Francisco El Alto y declara-
ron en contra de Atanasio Tzul y Lucas Aguilar.

El proceso judicial seguido contra Tzul y Aguilar fue realizado


con inusitada celeridad, pues de inmediato se convocó a los tes-
tigos de cargo del pueblo de San Andrés Xecul y en la siguiente
tabla presento los argumentos de los aludidos.

Declaraciones de testigos de San Andrés Xecul

Seis fueron los testigos de cargo del pueblo de San Andrés Xecul
que declararon en contra de Atanasio Tzul y Lucas Aguilar.
Dentro de estas, Franco Chuj declaró que devolvió los tributos
recaudados pues el pueblo lo presionó y le exigió que lo hiciera,
pues ya no se pagaba el tributo; pero que por otra parte, el alcal-
de mayor los increpaba diciéndoles que el rey mandaba y que
pagaran el tributo. Asimismo, el testigo manifestó que: “Que no
tienen de él la más leve queja [del alcalde mayor] porque los
quiere administra justicia, no los maltrata y ni aún los besama-
nos recibe”.

91
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Declaraciones de los testigos de cargo del pueblo de San Andrés Xecul

(1) Franco. Chuj, Declaró. Que devolvió los tributos recaudados pues
80, casado, la- el pueblo le exigió que hiciera pues ya no se pagaba
brador, alcalde tributo. Y que el alcalde mayor los increpaba dicién-
primero de San doles que el rey mandaba y que pagarán el tributo.
Andrés Xecul, También, el testigo manifestó: “Que no tienen de él la
11 de agosto más leve queja [del alcalde mayor]por que los quiere
de 1820 administra justicia, no los maltrata y ni aún los besa-
manos recibe”.104 Folio 12vto
(2) José Minchieo, Expuso que devolvió los tributos: “por temor del tu-
indio, 70, multo del pueblo quien a gritos [expresaban] que
casado, alcalde Lucas Aguilar decía que ya estaba quitado el tributo”.
primero de San Añadió que el presente señor alcalde mayor no les
Andrés Xecul 11 ha maltratado ni ofendido en cosa alguna pues ni los
de agosto de besamanos recibe. Folio13
1820
(3) Juan Chaj, Manifestó que, por orden de Lucas Aguilar, el pueblo
indio principal y se levantó y se agolpó en gran número contra los
alcalde primero alcaldes actuales el exigir que se les devolviese el
de San Andrés tributo recaudado y en efecto lo hicieron por temor.
Xecul, en el año Y amplió: que él alcalde mayor es un juez benigno,
1819, casado recto que los ve con amor y cariño pues no recibe los
50, labrador. besamanos y que esta es la verdad. Folio 13vto.
San Andrés
Xecul, 11 de
agosto de 1820
(4) Andrés Declaró al igual que el anterior [Juan Chaj] sin añadir
Mazariegos, otra información y todo bajo juramento. Folio 13vto.
principal 50,
casado, “pa-
sado alcalde
segundo”. San
Andrés Xecul,
11 de agosto
de 1820

104 Prontuario. Nota 57 “Contribuya la Audiencia, por su parte, á que tengan efecto
las providencias que tomó el Presidente, para remediar y abolir las contribuciones,
que con el título de salutación ó besamano, exigían los Jueces de los indios, obser-
vándose estrechamente las leyes prohibitivas de tales contribuciones, derramas y
repartimientos. –Cédula de 11 de noviembre de”. p. 288, el acto de besamanos fue
otra imposición de tributos y en la actualidad en algunos actos comunitarios entre
sus autoridades, se realiza el referido acto en acción de saludo y respeto.

92
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

(5) Pedro Vásquez “juramentado en forma sin interprete él escribano del


35, casado, pueblo de Xecul Pedro Vásquez, que es bastante cas-
labrador y tellano y examinado como los anteriores dijo. Que a
escribano de pesar que el presente señor alcalde mayor les expli-
su pueblo. San có que no venían quitando los tributos les mandaron
Andrés Xecul, un recaudo de Totonicapán diciéndoles que ya no
11 de agosto se paga tributo, por lo que se amontonó el pueblo e
de 1820 hiso que los alcaldes devolviesen el tributo recauda-
do quienes lo verificaron por temor del pueblo”. Que
están contentos con el presente señor alcalde mayor
por que los trata bien y no tiene ir quejarse de él pues
ni los besamanos recibe y que es la verdad por su
juramento. Folio 14
(6) Guillermo Dijo: que el común de maceguales de San Andrés
Reyes, español, después de ir todos los días al pueblo de Totonicapán
viudo 65, maes- forzó a los alcaldes a que devolviesen los tributos que
tro de escuela. habían recaudado y como lo ejecutaron, diciendo
San Andrés que ya estaban quitados. Que los mismos macegua-
Xecul, 11 de les hicieron su función de toros y gritaban viva Lucas
agosto de 1820 Aguilar, que es nuestro rey. Que él declarante se ocul-
tó temeroso de que le matasen y como el día siguien-
te [12 de agosto] amanecieron las tropas de Sija en
Salcajá y se aquietaron los indios de Xecul y que no
volvieron a hablar y él declarante los exhortó a que
no se mesclasen. Que de oídas supo que algunos in-
dios fueron a guarecer la persona de Aguilar porque
decían de que era el rey, pero no puede señalar a per-
sonas”. Folios 14-14vto.
AGCA. A 1, 47155-5450; 1820

Minchieo declaró que devolvió los tributos “por temor del tu-
multo del pueblo quien a gritos le indicaba que Lucas Aguilar
decía que ya estaba quitado el tributo”. Al igual que el anterior
testigo, también argumentó en favor del alcalde mayor. Su testi-
monio amplía la versión sobre que Lucas Aguilar mandó a decir
que no se pagara el tributo y que el pueblo se levantó contra sus
autoridades exigiendo que se les devolviese el tributo recaudado
y, que en efecto así lo hicieron. Al igual que los anteriores testi-
gos justificó la administración del alcalde mayor expresando que
es un juez benigno, recto “que los ve con amor y cariño pues no
recibe los besamanos” y que esta es la verdad.

Un caso particular fue el del escribano del pueblo Pedro Vásquez,


“que es bastante castellano”: esta persona declaró que el presente
alcalde mayor les explicó que no se habían quitado el cobro de

93
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

los tributos, les mandaron un recaudo de Totonicapán diciéndo-


les que ya no se paga tributo, por lo que se amontonó el pueblo
e hizo que los alcaldes devolviesen el tributo. Al igual que los
anteriores testigos avaló la actividad del alcalde mayor.

Otra declaración de una figura de notoria presencia en un pue-


blo fue la del maestro de escuela. Él declaró que el común de
maceguales viajó todos los días al pueblo de Totonicapán y que
forzaron a los alcaldes a que devolviesen los tributos que habían
recaudado como el argumento que ya estaba quitados. Y los ma-
ceguales lo celebraron con una función de toros “y gritaban viva
Lucas Aguilar, que es nuestro Rey”. Concluyó el testigo men-
cionando a las tropas de Sija en Salcajá, lo que provocó que los
indios de Xecul no volvieron a hablar y él declarante los exhortó
a que no se mezclasen; que de oídas supo que algunos indios
fueron a guarecer a la persona de Aguilar porque decían de que
era el rey, “pero no puede señalar a personas”.

94
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Declaraciones de testigos de cargo de San Cristóbal


Totonicapán
Declaraciones de los testigos de cargo del pueblo de San Cristóbal
Totonicapán105

(1) Miguel Ixcó, Sin interprete por “ser bastante castellano” entre-
alcalde gó una lista que se agregó con los nombres de los
primero de principales sediciosos de su pueblo. Preguntado
San Cristóbal que sabía de la sedición respondió que no sabe más
Totonicapán. 11 porque se mantuvo fuera, en Quetzaltenango hasta,
de agosto de cinco días después de salir las tropas de San Miguel
1820 Totonicapán. Y amplió su declaración. Que del alcalde
mayor no tiene queja pues les trata bien y que no les
ha impuesto gravamen. Folio 14vto
(2) Andrés Declaró que: “Lucas Aguilar impuso a dos reales de
Vásquez cada casado para tributo de Aguilar. Que iban multi-
Son, alcalde tud de indios a guardar la persona de Aguilar y Sul
segundo de que decían eran el Rey y presidente”. Él declarante,
San Cristóbal dio diez y ocho pesos que Aguilar le exigió de tributo
Totonicapán. 11 y fue a recibirlo él hijo de Aguilar a su propio pueblo
de agosto de llevando muchos indios de escolta. Finalizó con la ob-
1820 servación. “Que no ha recibido mal trato de su alcalde
mayor sino mucho amor y buena administración de
justicia”. Folio 16
(3) Macario Expuso que: Lucas Aguilar, convocó a los macegua-
Hernández, les de su pueblo a que no pagaran los tributos y les
casado 51, manifestó, que él era rey que él mandaba y que re-
principal de caudaron dos reales de cada casado para tributo de
San Cristóbal Aguilar. Ampliando el testigo: “Que lo golpearon bas-
Totonicapán. 11 tante en el acto hicieron que el alcalde 1º devolviese
de agosto de los tributos”. Además, que todas las noches ocurrían
1820 muchos indios a resguardar las personas de Aguilar y

105 En el año de 1674 el pueblo de San Cristóbal Totonicapán fue erigido como curato,
pues ha tenido un crecido aumento de población y por tanto pueden tener un cura
doctrinero y se amplio la descripción con que el pueblo de San Miguel Totonicapán,
tenía mil indios tributarios y cuando un pueblo tenía 400 tributarios se necesitaba de
la presencia permanente de un cura doctrinero para su mejor adoctrinamiento y en
otra justificación “encarga la administración de los Santos Sacramentos y la instruc-
ción y enseñanza en la Doctrina Christiana, y misterios de nuestra Santa Fe Católica,
a los indios naturales de estas indias, para que a estas nuevas y recientes plantas del
jardín de la Iglesia Catholica no les falte el riego, y agua de la Sana doctrina”. Seis
fueron los testigos de cargo que fueron llamados a prestar su testimonio en relación a
los sucesos de la rebelión comandada por Tzul y Aguilar. En particular las respuestas
de Miguel Ixcó, demanda su ampliación.

95
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Sul y que “los principales motores” de San Cristóbal


Totonicapán son los de la lista que presentaron el al-
calde primero. Concluyó su declaración en favor de
su alcalde mayor, pues no han recibido malos tratos,
sino muy buena administración de justicia, pues no
los extorsiona en nada. Folio 16
(4) Cristóbal Tixtó, Sin interprete por “ser muy castellano” dijo: “Que por
indio principal convocatoria que Lucas Aguilar indio de Totonicapán
80, comercian- hizo a los maceguales de San Cristóbal se convoca-
te, de San ron estos contra su alcalde hasta hacerlos devolver los
Cristóbal tributos que habían recaudado estropeando en este
Totonicapán. 11 acto a los principales que se apusieron dando de pa-
de agosto de los a estos y entre ellos al declarante que sufrió varios
1820 palos. Que en seguidas los maceguales capitaneados
de los que constan de la lista que presentó el alcalde
1º Tixtó, recogían contribución para llevarle a Aguilar
e iban también indios a resguardarle porque decían
que era el Rey”. Concluyó con la observación que del
alcalde mayor no tiene motivos de queja pues los trata
bien y no les recibe ni los besamanos. Folio 16vto.
(5) Cristóbal Tuilá, Indagado como los anteriores refirió el hecho en los
indio principal, mismos términos y circunstancias que Cristóbal Tixtó,
casado 35, sin añadir ni quitar y que es la verdad por su juramen-
labrador, de to. Folio 17
San Cristóbal
Totonicapán. 11
de agosto de
1820
(6) Baltasar Ixchiug, Sin necesidad de interprete por “ser muy castellano”
el indio prin- examinado como los anteriores reprodujo en todas
cipal, casado sus partes lo expuesto por Cristóbal Tixtó, sin añadir
52, lanero. ni quitar cosa alguna expresando ser la verdad por su
San Cristóbal juramento. Folio 17
Totonicapán. 11
de agosto de
1820
AGCA. A 1, 47155-5450; 1820

A continuación, se presenta la lista de los principales mo-


tores de la sedición levantados en el pueblo de San Cristóbal
[Totonicapán] que presenta el Alcalde 1º que deben redimirse a
prisión”. Y el referido documento lo presento en facsímil.

96
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Manuel Sosa, preso en


Valerio Say, preso en
Sebastián Son
Juan Chachalac
Manuel Puac
Diego Torres
Juan Xec
Franco Ordóñez
Juan Calinias
Juan Chay
Juan Son
Mariano Guanón
Ignacio Chanax
Franco Tecum
Tiburcio Chanax
Santiago Chiguil
Cristóbal Poy.
Quetzaltenango, agos-
to 11 de 1820,
Miguel Ixcó Folio 15

Declaraciones de los testigos de cargo de San Miguel


Totonicapán

En la relación de los acontecimientos políticos que sucedieron


en San Miguel Totonicapán, en el año 1820 y en el cual los lí-
deres Tzul y Aguilar, fueron protagonistas indiscutibles lo que
motivó su captura y luego en el proceso fueron convocados a los
testigos de cargo para que, prestaran sus declaraciones.
“Totonicapán trece de agosto de mil ochocientos veinte
Mediante a hallarme [Manuel José de Lara] en esta cabe-
cera por la secuela de esta causa, debía de mandar y man-
dé se examinen los testigos que puedan y deban deponer
tanto de la clase de maceguales, como de ladinos habili-
tándose el día por ser feriado en atención a la gravedad
y magnitud de la causa. Así lo proveo yo él alcalde ma-
yor por su majestad de estas provincias de Totonicapán
y Huehuetenango actuando con testigos de asistencia por
falta de Escribano doy fe Lara® Joaquín de León. ®106

106 AGCA. Nota 42, folio 17


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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Declaraciones de testigos de San Miguel Totonicapán

(1) Buenaventura Gobernador actual del pueblo ante los testigos y por voz
Pacheco, mayor de interprete. Dijo que, durante la recaudación de tribu-
80, casado, labra- tos, comunidad y sueldo, encontró resistencia en el pue-
blo al pago de dichas contribuciones, por la influencia y
dor, gobernador consejos de Lucas Aguilar, Atanasio Sul y Juan Monroy,
del pueblo de San que dijeron: “que ellos harían que el tributo no se pagara,
Miguel Totonicapán, aún que les quitaran la cabeza”. Y ellos publicaron haber
13 de agosto de concurrido al rey quien les despachó una carta libertán-
1820 dolos del pago los tributos y que la carta había costado
mucho dinero. Y por esa situación Prudencio de Cozar,
en marzo o abril, los llamó desde Quetzaltenango para
explicarles que fuesen obedientes y pagasen sus con-
tribuciones. Ante lo cual le respondieron que no tenían
necesidad de ir a hablar con ninguno, pues si algunos
querían tratar con ellos el asunto, viniese al pueblo pues
que nadie los mandaba y que si el declarante y las demás
justicias querían cobrar el tributo los mataría y le quitaría
también la cabeza al alcalde mayor. Y que tres eran los
que encabezaron y llevaban la voz en las disposiciones
fue: Lucas Aguilar, pues en su casa se hacían las juntas
“nombrándose presidente y Atanasio Sul fiscal Rey”. Y a
la pregunta si vio a Tzul ponerse una corona contestó que
nunca le vio con ella, pero sabe que se la puso una noche
en su casa y fue el viernes inmediato después del domin-
go en que hubo procesión y publicaron los papeles de la
Constitución. A lo cual, siguió luego de la coronación, de-
mostraciones públicas de alegría, nueve tardes de toros
y música de tambores y salvas de cohetes. Que de esta
fecha en adelante Sul se presentó en algunas ocasiones
vestido de soldado, con sombrero, como usan los espa-
ñoles, con una medalla al cuello y un bastón: Que Tzul se
lo quitó al declarante, habiéndolo mandado llamar con
unos principales a la casa de Tzul quien le dijo que en-
tregara el bastón o que también lo iban a colgar, azotar:”
lo que no se verificó por haber intercedido el “maestro de
coro Juan Menchú que había ido en compañía del de-
clarante”. Así el testigo manifestó que ha oído decir que
Lucas Aguilar, convocó a los pueblos para ayudar en el
motín y si también les exigía dinero contestó: que ignora
sí por escrito, o de qué modo fueron llamados, pero pre-
sume que, si por los muchos indios que entraban princi-
palmente de noche a resguardar la persona de Aguilar, y
también la de Sul, y que es cuanto a las contribuciones
oyó decir que él referido Aguilar en efecto exigió dos rea-
les por cada casado. Continuando el testigo afirmando
que Lucas Aguilar y Atanasio Tzul tomaron el mando del
pueblo e hicieron que los naturales, ignoraran al alcalde
mayor, con desprecio desde que llegó el correo que trajo
los papeles de la Constitución y que ya no ocurrían a po-
ner sus pleitos en el despacho del alcalde mayor al igual
que ante él declarante y Aguilar y Tzul, se presentaban en
público con mucha grandeza, como que cuando asistie-
ron a corrida de toros, pues mandaron adornar el cabildo
con cortinas y formaron un dosel con el palio de “Nuestro
Amo”, [santísimo] haciendo una especie de trono donde
se sentaba Tzul; y añadió que al exponente lo trataron mal
y aborrecieron porque no quiso cooperar, al igual que a
su escribano. Folios 17vto. 18

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

(2) Lucas Méndez, Manifestó que: Lucas Aguilar y Atanasio Sul, divulgaron que
mayor de 60, ca- ya no se pagaba el tributo y por estarlo cobrando, “Aguilar
sado, labrador, al- dio de patadas en el estómago al que declara, diciéndole
calde San Miguel también que los justicias y él alcalde mayor eran unos la-
Totonicapán, 13 de drones y que los habían de matar”. Además que: Aguilar
agosto de 1820 hacia frecuentes juntas en su casa a las que concurría su
compañero Sul y en ellas como es público y notorio, se tra-
taba de quitar el tributo, no solo en este pueblo sino en los
demás del “Partido despachándoles cartas o avisos y con-
vidándoles para viniesen a unirse, principalmente desde
que vino el correo que trajo los papeles de la Constitución”,
al cual salieron a encontrar algunos y entre estos, Juan
Tipás hasta Argueta y Las Cumbres, habiendo entrado con
dicho correo todos juntos como amotinados y disparan-
do cohetes y que así se recibieron los papeles. Y también
mandaron avisos a los pueblos de Xecul, San Cristóbal
Totonicapán, San Francisco, Momostenango y Santa María
Chiquimula diciéndoles que viniesen por un despacho, en
el cual decía se habían quitaban los tributos. Que Aguilar
les hizo creer que habían venido los referidos despachos
por solicitud suya y que también el rey le había despachado
una carta quitando las contribuciones y que todo le había
costado mucho dinero, por lo que impuso a los pueblos
que habían de traerles en pago dinero que el declarante
ignora a cuanto ascenderán; pero que, si sabe que las
estuvo recibiendo y que, en Totonicapán, se juntó a razón
de dos reales por cada casado. Luego de los declarado el
testigo continuó: “Que el Domingo inmediato a la llegada
del correo Aguilar y Sul dispusieron salir en procesión para
publicar los papeles de la Constitución habiendo salido Sul
en aquella con uniforme de soldado, sombrero de Español
y una medalla colgada: Que enseguida hubieron toros y
que en el cabildo pusieron unas cortinas y arriba el palio
de Nuestro Amo, bajo del cual se sentaron el referido Sul
con Aguilar y otros: Que igual aparato tenía Sul en su casa
para sentarse, diciendo que él era el Rey y Lucas Aguilar
el Presidente”. Siguiendo el testigo con su relato agregó.
“Que muchos días antes de la llegada del correo, los reci-
bió Aguilar y Sul y demás sus compañeros Martín Canastuj,
Juan Yax, Andrés Cutz, Francisco Velasco, Juan Tipáz,
Sebastián Tacán, José Caxaj, Dionisio Ajpacajá y otros va-
rios de las parcialidades de Lincaj y Pachaj, convencieran
a manifestar públicamente sus irrespetos, despreciando e
insultando al gobernador al que declara, a su compañero
él alcalde segundo Don Domingo Ixchal y aun así él Alcalde
mayor, llegando a tanto su atrevimiento que mandaron sol-
tar los reos que la Justicia tenía en la cárcel”. Y que los
rebeldes se portaron más escandalosos después de la lle-
gada del correo con la Constitución, al extremo que Tzul le
quitó el bastón al gobernador Pacheco y la vara al alcalde
segundo Ixchal y que se la entregaron a Antonio Sitalán,
“añadiendo el declarante que el mismo Sitalán, Atanasio
Sul, Andrés Cutz, Martín Canastuj, y otros dos que ya son
muertos y se llamaban Ramón Tumax y Domingo Aguilar,

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

fueron los principales cabecillas del motín acaecido en el


tiempo de Don Narciso Mallol, contra el Reverendo Padre
Cura Fray LuiS Moreno, por lo que la Real Audiencia man-
dó que quedasen escritos los nombres de aquellos para
castigarlos bien sí volvían a hacer otro alzamiento”. Luego
de publicada la Constitución, Tzul se puso la corona, según
aseguran todos los más, pues el declarante no lo vio, pero
que antes los pueblos venían de noche a hacer guardia en
la casa de Tzul y Aguilar para que no los capturaran y que
estaban avisados “también para que vinieran juntos cuan-
do comenzó a advertirse que habían de venir [los] solda-
dos”. Folios 18vto. 19, 19vto.
(3) Domingo Ixchal Por medido del interprete respondió si sabe por qué mo-
46, jabonero, ca- tivo se halla en este pueblo ¿el señor don Prudencio de
sado, alcalde se- Cozar, con soldados? Respondió que fue por el motín
gundo. San Miguel hecho por: Lucas Aguilar, Atanasio Sul, Juan Monroy,
Totonicapán 14 de Martín Canastuj, Baltasar Par, José Caxaj, Franco
agosto de 1820 Canastuj, Sebastián Tacán, José García, Francisco
Velasco, y los mandaderos correos de estos Juan Tipás,
Nicolás Tumax, y los escribanos José Par y Francisco
García; que este motín se hizo para matar al gobernador
y a las justicias legitimas al alcalde mayor, por el cobro
tributos y tenían dispuesto que le quitarían la cabeza o
llevarme a la sabana para sacarme las tripas diciendo
que por ladrón como lo era don Prudencio de Cozar y
todos los de Quetzaltenango y por cuyo motivo no quis-
ieron ocurrir a este pueblo cuando dicho señor Cozar los
mandó llamar: Que Aguilar y Sul desparramaron entre la
gente de Totonicapán y de los pueblos de Chiquimula,
Momostenango, San Francisco, San Cristóbal y San
Andrés Xecul y los demás de la alcaldía que el del rey de
España envió un despacho y una carta para que no se
pagara los tributos obligado a los justicias de los pueblos
a que devolvieran el dinero recaudado; pero ellos les im-
pusieron al mismo tiempo el besamanos y contribuciones
para pagarse del mucho dinero que habían gastado en
ocurrir a España y para ajustar cincuenta pesos de grati-
ficación que le ofrecieron al correo que trajo los papeles
de la Constitución. Que por disposición de Aguilar y Sul
se publicaron por las calles y se leyeron por medio del
escribano Francisco García. “en las cuatro capillas de la
Estación grande y en el cabildo”. Además, pusieron corti-
nas y el palio de “Nuestro Amo formando como trono en
que se sentaron Lucas Aguilar y Atanasio Sul y otros de
los cabecillas rodeados de algunos indios de los pueblos
de fuera que les servían de custodia”. Y que Atanasio Sul
se presentó en los toros del mismo modo que había sa-
lido con Lucas Aguilar, ambos a caballo en la procesión,
vestido con casaca de soldado, sombrero de español,
con espada en la cintura y una medalla al cuello como
gobernador tal cual, era el modo solía estar en su casa y
siempre bajo el dosel asistido de la parcialidad de Lincaj
y Pachaj como lo vio el declarante cuando fue llamado
por el mismo Sul para quitarles el bastón de gobernador

100
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

actual a: Buenaventura Pacheco y la vara de justicia al


mismo que declara y que esto sucedió el martes inme-
diato al domingo en que hicieron la procesión y también
oyó el declarante: que dijera que así como a él y al gober-
nador le habían quitado la vara y el bastón, me lo iban a
quitar al alcalde mayor para en la misma noche del día
martes lo matarían, para cuyo efecto estaban embozados
los de San Francisco, San Cristóbal y los demás pueblos
porque les habían hecho creer que yo era un ladrón y que
ya no mandaba, siendo ellos solamente los que tenían
autoridad para castigar y que solo a ellos se les diese
obediencia. Que Lucas Aguilar, aunque era el principal ca-
becilla y que disponía de todo y se llamaba “Presidente, y
Atanasio Sul se llamaba el Rey o Fiscal Rey” como el mis-
mo se lo dijo a quién declara, quien asegura, que aunque
él no lo vio pero sabe que la noche del viernes después
del martes en que le quitaron la vara, Atanasio Sul se
puso en su casa la corona que le dio el alcalde de Santa
Cecilia Francisco Velasco que decía ser sargento. Y que
todas las noches venían de los pueblos a hacerle guardia
a Sul y Aguilar y que cuando supieron que podían venir
soldados, los llamaron para que vinieran a defenderlos y
que las convocatorias, así como el aviso de que ya no se
pagaba tributo por cuenta de ellos, llegaron a otros pueb-
los del partido de Huehuetenango. Luego el testigo con-
tinuó que por que le quitaron la vara de justicia y a quien
se le entregaron, contestó que muchos días antes de que
se recibiesen los papeles de la Constitución, ya Lucas
Aguilar y Atanasio Sul estaban mandando y atropellaron
su compañero Lucas Méndez, por parte de Aguilar dán-
dole fuertes patadas en el estómago, así como disponien-
do a su arbitrio de la libertad de los reos, pues a unos los
mandó a la cárcel. Concluyó el testimonio del testigo con.
Que lo referido es todo cuanto sabe y la verdad, como
la ha declarado por el juramento que hecho tiene en se
afirma y ratifica expresando. Folios 20, 21vto.
(4) Martín Cobocaj Respondió sin interprete por ser indio castellano, si sabe
60, escribano del o conoce quien o quienes fueron los principales cabezas
cabildo, casado, la- de la sublevación, contestó que Lucas Aguilar y Atanasio
nero y labrador. San Sul. Y que Aguilar “comenzó a hacer el partido con las
Miguel Totonicapán, cofradías y el segundo [Tzul con] las parcialidades de
14 de agosto de Lincaj y Pachaj”; pero esto por empeño del referido
Aguilar; y que entre los dos usurparon la administración
1820
de justicia al gobernador y al alcalde segundo Domingo
Ixchal, por que rondaban el pueblo y cobraban el tribu-
to, por cuyo motivo trataron de quitar al alcalde mayor
convocando para el efecto a los pueblos circunvecinos,
de quienes estuvieron haciendo contribuciones en dinero
para Aguilar, así como haciendo guardia en la noche, en
la casa de Atanasio Sul, y quien decía a los pueblos ser
rey y Lucas Aguilar presidente. Además, que Sul cuando
salió a publicar los papeles de la Constitución fue mon-
tado a caballo, con casaca y sombrero de soldado es-
padín, bastón y medalla al cuello y que a los días, se puso

101
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

según dicen públicamente la corona de Señor San José,


y su mujer, la de Santa Cecilia, sentándose bajo dosel así
como se sentó en el cabildo en el que tenía uno formado
del palio del Santísimo que era nuevo pues hace poco
tiempo lo habían dado las capitanas de la cofradía y fi-
nalmente Lucas Aguilar y Atanasio Sul quisieron tener el
mando absoluto, a cuyo efecto sedujeron a los pueblos
enviándoles convocatorias y haciéndoles creer que por
ellos se había quitado el tributo. Folios 21vto. 22
(5) Agustín Sapón El testigo fue escribano en el año [1817 y sin necesidad
48, casado, de de interprete por ser castellano dijo: que Lucas Aguilar
oficio cintero y la- y Atanasio Sul son los que han movido el alzamiento en
brador. San Miguel este pueblo, y acordando con los de más de este partido
Totonicapán, 14 de y el de Huehuetenango expresándoles que por ellos se
agosto de 1820 habían quitado los tributos. Que Atanasio Sul cuando fue
alcalde primero en el año de 1816y no los quiso cobrar
y solo recogió de cada tributario siete reales que el que
declara también los pagó y que fueron: cuatro reales de
comunidad, uno de sueldo y dos para el sustento del pá-
rroco: Que al que declara lo llevaban muy mal Aguilar y
Sul por que propuso que se reanudasen las contribucio-
nes, llegando a tal extremo el rencor que le tenían que el
mismo Sul acompañado de muchedumbre pasó a casa
del declarante para golpearlo; pero que no los vio por no
hallarse en el lugar, sino en Quetzaltenango: Que es pú-
blico y notorio que Aguilar y Sul se hicieron del mando de
este y de los pueblos circunvecinos, quitando el bastón al
gobernador y la vara al alcalde segundo Ixchal, dejando
a Lucas Méndez por que habiendo estado algún tiempo
enfermo, no se metía en nada; que también es público y
notorio que Lucas Aguilar, se llamó presidente y Atanasio
Sul, rey, quien y que por voz publica dice y sabe que una
noche en su casa se puso la corona de señor San José
y su mujer la de Santa Cecilia sentándose bajo dosel, así
como en el cabildo, pero que no lo vio: Que lo dicho es
cuanto sabe y toda la verdad en que se afirma y ratifica
por el juramento que ha hecho. Folio 22vto.
(6) Nicolás Bulux Y preguntado de que sujetos ha oído lo que acaba de
65, casado, labra- declarar y dijo. Que “ ronogel tinamit” de las parcialida-
dor y fue goberna- des de Lincaj y Pachaj, es decir que toda la gente de las
dor en 1819, San mismas parcialidades que lo han hablado en la plaza y lo
Miguel Totonicapán, andan hablando en todas partes, que del mismo modo
15 de agosto de se dice en todo el pueblo haberse coronado Atanasio en
su casa con la corona del Señor San José el viernes en
1820
la noche después del domingo en que se publicaron los
papeles de la Constitución pero que el declarante no lo
vio, pero que si vio a aquel vestido como soldado con
espadín en la cintura medalla y bastón pues así salió
cuando se publicaron los papeles: Que hoyó decir que
Sul se sentó en l cabildo bajo el palio de nuestro amo y
que del mismo modo se mantenía en su casa y que aun-
que el declarante no entró a ella pero si vio las guardias
que tenía de los pueblos inmediatos y oyó el clarín que le

102
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

tocaban como en señal de grandeza, y que también vio


guardias en la casa de Lucas Aguilar: Que oyó decir ha-
berle quitado el bastón al gobernador actual Pacheco y la
vara de justicia señor alcalde segundo Ixchal ezntregán-
dola a “Antonio Sitalán quién el declarante sabe de cierto
advirtiéndoles a esta última revolución, y haber sido uno
de los cabecillas en la que se hizo contra el Reverendo
Padre Fray Luis Moreno en tiempo de Don Narciso Mayol
habiéndose acompañado dicho Sitalán con Atanasio Sul,
Andrés Cuc, Martín Canastuj que son los que están vivos
y cuyos nombres quedaron escritos en la Real Audiencia:
Que lo declarado es lo que sabe y la verdad lo que se
afirma y ratifica por el juramento hecho. Folios 23, 23vto.
(7) Baltasar Ajpacajá Manifestó que fue alcalde primero del pueblo en el año
59, labrador, San de 1819, y que sabe y le consta que los principales ca-
Miguel Totonicapán, becillas de la revolución son Lucas Aguilar, Atanasio
15 de agosto de 1820 Sul, Juan Monroy, Martín Canastuj, y Baltasar Par sien-
do, Aguilar el primero y principal entre estos en cuya
compañía ha estado Isidro Socop y José Par y Antonio
Sitalán alcalde segundo pues tomó el lugar de Domingo
Ixchal a quién Atanasio Sul y Lucas Aguilar despojaron
violentamente de la vara de justicia así del batón del go-
bernador a Ventura Pacheco y luego queriéndolos azotar.
Y de inmediato Lucas Aguilar y Atanasio Sul obligaron al
gobernador antepasado a que entregara lo que hubiese
recaudado por cuenta de tributos, y teniendo recogidos
cincuenta pesos seis reales los entregó Bulux por temor
que lo mataran como querían hacerlo con el declaran-
te y demás pasados Justicias y lo tienen quieren hacer
la gente de las parcialidades de Lincaj y Pachaj con el
gobernador y justicias actuales incluido el alcalde mayor
luego que se retiren los soldados que con este mismo fin
Lucas Aguilar había convocado a los pueblos inmediatos
haciéndoles creer que no debían pagar tributo mediante
a que por él ya había quitado el Rey de España. Que des-
de que Aguilar fue alcalde de la Cofradía del Santísimo
comenzó a revolver el pueblo empezando por los otros
cofrades quienes llamados por el alcalde mayor a la celda
del padre cura formaron pleito hasta golpear al declarante
y demás Justicias en presencia del padre fray Enríquez:
Que después continuo Aguilar seduciendo no solo a este
pueblo. Sino haciéndoles creer que él era quien mandaba
de cuyas resultas y aún lo demás que les había contado
le traían dinero y venían a hacer guardias en su casa, así
como también iban a la de Sul a quienes a son de clarín
le hacían muchos honores lo que el mismo declarante vio
por sus ojos cuando pasaban por aquellas calles, oyendo
públicamente que Sul era Rey y que se había coronado
en su misma casa con la corona de Señor San José en la
noche del viernes inmediato al domingo que se publica-
ron los papeles, y que también oyó decir que a más de la
corona de Señor San José habían llevado la imagen de
Santa Cecilia para ponérsela a la mujer del referido Sul:

103
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Que este se paseó y estaba en la sala de su casa en la ha-


bía colgaduras con vestido de español, bastón y medalla,
del mismo modo que se sentó en el cabildo bajo el palio
del Santísimo concluyendo con que quien sabe y le cons-
ta que Antonio Sitalán no solo esa parcial de Aguilar y Sul
en este último motín, sino también uno de los principales
cabecillas acaecido contra el reverendo cura fray Luis
Moreno cuando mandaba Don Narciso Mayol por lo que
quedaron archivados en la Real Audiencia los nombres
del mencionado Sitalán y de sus compañeros Atanasio
Sul, Andrés Cuc, y Martín Canastuj, y que esto es cuanto
sabe y la verdad en que se afirma y ratifica y en virtud del
juramento que tiene dado. Folios 23vto. 24,
(8) Tomás Reyes Alcalde Segundo de este pueblo de Totonicapán en el año
Chabaloc 61, casa- próximo pasado por voz del mismo interprete y por ante
do, labrador. San los testigos de asistencia le recibí juramento yo él alcal-
Miguel Totonicapán, de mayor y habiéndolo hecho en forma por Dios Nuestro
15 de agosto de Señor y una señal de su Santa Cruz bajo el cual enterado
1820 de su gravedad ofreció decir la verdad en lo que sepa y
fuere preguntado, y siéndolo punto por punto según el
tenor de la antecedente declaración reprodujo en todas
sus parte añadiendo solamente que por orden de Lucas
Aguilar se le volvieron a Mateo Par tres pesos, a Domingo
Can dos pesos, y a Lucas Tepeu diez reales de tributos
que había pagado, fuera de los cincuenta pesos seis rea-
les que entregaron junto últimamente con las prendas que
habían recogido de los que debían de aquel ramo, ha-
biéndolo hecho así por temor de que no lo matasen, pues
hasta la mujer de Aguilar que se llama María Hernández
llegó a pegarle con una raja de leña al compañero del que
habla Baltasar Ajpacajá. Que lo dicho es la verdad en que
se afirma y ratifica por el juramento. Folio 24vto.
(9) José Cachún Natural de este pueblo, y escribano que fue de cabildo
36, casado, chama- en el año 1819, y por voz del interprete y juramentado en
rrero, San Miguel forma enterado de la gravedad del juramento en lo que
Totonicapán, 15 de supiere y fuere preguntado y examinado por el tenor que
agosto de 1820 los tres anteriores testigos reprodujeron en todas sus par-
tes lo mismo que ellos sin añadir ni quitar expresando ser
todo en que se ratifica por el juramento que tiene hecho.

104
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

(10) Juan Menchú Sin necesidad de interprete por ser muy castellano y jura-
63, casado de oficio mentad o en forma impuesto de la gravedad del juramen-
músico, maestro to ofreció decir verdad en lo que sepa y fuera preguntado,
de coro, comer- y siéndolo conforme los anteriores expuso de conformi-
ciante de tejidos de dad que aquellos tienen dicho expresando sí que cuan-
lana, San Miguel do el declarante tuvo que ir a casa de Sul a componer
un pleito que tenía del ganado que se toreó en la plaza
Totonicapán, 15 de
con cuyo motivo pudo liberar al Gobernador Pacheco y al
agosto de 1820
alcalde Ixchal. Vio con sus propios ojos que la sala don-
de estaba Sul tenía colgaduras y un sitial formado de un
palio viejo del Santísimo pero que advirtió que ahí esta-
ba un retrato del señor Rey Fernando Séptimo y que un
poco más afuera de dicho sitial estaría sentado Sul de
chaqueta de paño “brolstar” ensartadas con el bastón en
la mano; y que para el día de la Sangre de Cristo, en la
noche tenía Aguilar y Sul avisado a los pueblos para que
viniesen y me sorprendieron a mí el Alcalde mayor con el
designio de hacerme volver los tributo que había cobrado
y darme la muerte. y es cuando sabe y puede declarar
ratificándose en la verdad de su exposición en virtud del
juramento. Folios 25, 25vto.

En el pueblo de San Miguel Totonicapán, que fue la cuna de los


líderes de la rebelión Francisco Atanasio Tzul y Lucas Aguilar,
sucedió que sus hermanos de sangre en número de diez perso-
nas declararon en contra de Tzul y Aguilar. Y cuatro de ellos,
fueron autoridad su comunidad y entre ellos se presentaron: un
jabonero, escribano de cabildo, un cintero, chamarrero y músico
maestro de coro.

De las exposiciones de los testigos en primera instancia debe se-


ñalarse la extensa declaración de Buenaventura Pacheco, quien
en ese momento era el gobernador de indios: este personaje
acusa del no pago de los tributos por la influencia y consejos
de Lucas Aguilar, Atanasio Sul y Juan Monroy, siendo notable
en primera instancia la mención Aguilar. Además, la mención
de Juan Monroy entre los líderes de la revuelta y la mención
al hecho de que publicaron una carta en la cual constaba que
estaban eximidos del pago los tributos y que la citada carta les
había costado mucho dinero: además en especial declaró que
en la casa de Lucas Aguilar se hacían las juntas, “nombrándose
a Aguilar presidente y Atanasio Sul como fiscal Rey”. Respecto
a la divulgada versión de que si vio a Tzul ponerse una corona,
el testigo contestó que nunca le vio con ella, pero sabe que se la
puso una noche en su casa y fue el viernes inmediato después
105
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

del domingo en que hubo procesión y publicaron los papeles


de la Constitución, seguido de la coronación Tzul, con demos-
traciones públicas de alegría, nueve tardes de toros y músi-
ca de tambores y salvas de cohetes. Se concluye que al testigo
–Buenaventura Pacheco– lo trataron mal y aborrecieron porque
no quiso cooperar, al igual que a su escribano.

A su vez, en su calidad de autoridad, el testigo Lucas Méndez


declaró que Lucas Aguilar y Atanasio Tzul popularizaron que ya
no se pagaba el tributo y que las reuniones se hacían en la casa de
Aguilar, con la concurrencia de Tzul y, que en ellas, se trataba el
tema de ya no pagar el tributo en todos los pueblos, mandándose
cartas o avisos advirtiendo que los citados tributos ya no se pa-
gaban. El testigo señaló que Aguilar aprovechó para imponer un
pago que el declarante ignoraba a cuánto ascenderán pero, que
sí sabe, que las estuvo recibiendo. Además, que Tzul y Aguilar
demandaron protección para que no los capturaran pues ellos
estaban enterados que “también para que vinieran juntos cuan-
do comenzó a advertirse que habían de venir [los] soldados”.

En calidad de testigo, Domingo Ixchal dijo en su declaración


que el motín fue realizado por Lucas Aguilar, Atanasio Sul,
Juan Monroy, Martín Canastuj, Baltasar Par, José Caxaj, Franco
Canastuj, Sebastián Tacán, José García, Francisco Velasco, y los
mandaderos correos de estos eran Juan Tipás, Nicolás Tumax,
y los escribanos José Par y Francisco García. Además, declaró
que Aguilar y Tzul convocaron a los pueblos de Totonicapán,
Chiquimula, Momostenango, San Francisco, San Cristóbal y San
Andrés Xecul y los demás de la alcaldía, para no hacer el pago de
los tributos. Indicó que Lucas Aguilar, aunque era el principal
cabecilla y se llamaba “Presidente, Atanasio Sul se llamaba el
Rey o Fiscal Rey”. Y en la declaración se hizo mención que en la
convocatoria para que no se pagaran a los tributos también se
informó a otros pueblos del partido de Huehuetenango. Por su
parte el testigo Martín Cobocaj, respondió que Lucas Aguilar
“comenzó a hacer el partido con las cofradías y el segundo [Tzul
con] las parcialidades de Lincaj y Pachaj”; y que los dos usur-
paron la administración de justicia al gobernador y al alcalde
segundo y por eso en la noche resguardaba de Atanasio Tzul
106
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

“y quien decía a los pueblos ser rey y Lucas Aguilar presiden-


te. Además, que Sul cuando salió a publicar los papeles de la
Constitución fue montado a caballo”.

En conclusión, en esa etapa del proceso seguido contra Tzul y


Aguilar, las capturas se realizaron el día 3 de agosto de 1820: al
día siguiente fue elaborada la correspondiente nómina de dete-
nidos en la cual constaban treinta y siete nombres de hombres,
que fueron encarcelados. Ese mismo día fue indagado y liberado
Ramón Can y de esa fecha al día quince de agosto fueron indaga-
dos los prisioneros antes enunciados. Igualmente fueron presen-
tados los testigos de cargo correspondientes, quienes entre ellos
manifestaron declaraciones totalmente contradictorias, salvo
que los ampliamente señalados Atanasio Tzul y Lucas Aguilar,
fueron los responsables del levantamiento del año 1820.

Declaraciones de la prisionera Felipa Tzoc

Preguntada cómo se llama, dijo llamarse Felipa Toc

Aunque en la nómina de los capturados en San Miguel


Totonicapán el 3 de agosto de 1820 no figuraba el nombre de
ninguna mujer, el día 15 de agosto fue sometida al interrogatorio
correspondiente Felipa Toc

Enseguida yo, él alcalde mayor hice sacar a una


mujer que estaba en arresto por disposición del
señor Comisario Ordenador Don Prudencio de
Cozar, comisionado por el excelentísimo Señor
Capitán General, para viniese con las tropas de
Quetzaltenango, a pacificar los movimientos tu-
multuarios de este pueblo de Totonicapán y sin
juramentarla, por estar en calidad de reo por voz
del mismo intérprete preguntada por qué motivo

107
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

estaba presa dijo: Que porque venía juntamente con


su marido Atanasio Sul [Tzul].

Preguntada como se llama Dijo, llamarse Felipa


Tzoc mayor de cincuenta años y natural de este pue-
blo de San Miguel Totonicapán.

Preguntada que delito tenía su marido para que


también a ella la pusieran presa107, respondió que
decían que se había hecho Rey de Totonicapán, po-
niéndose una corona pero que es mentira, aunque
es verdad que todas (las) gentes que iban allí le de-
cían que era Rey y lo respetaban como tal, de cuyas
resultas su marido se afligía mucho y aún en oca-
siones lloraba: Que el [que] más se lo decía y se lo
decía también a las gentes era Juan Tipás asegurado
que el mismo le había traído el título de la capital:
que es verdad que los pueblos venían de noche a ha-
cer guardia pero que era en casa de Lucas Aguilar,
y aun que a su marido también le hacían guardia,
solo era los de Momostenango y los principales de
Totonicapán: Que en casa de Lucas Aguilar, se ha-
cían las juntas para que no se pagase el tributo y
que a estas juntas no asistía su marido y que quien
dijo que los papeles que habían venido por el correo
quitaban el tributo fue Francisco García.

Preguntada sobre otras cosas conducentes a acla-


rar los hechos y que constan de las declaraciones
que convienen en la causa: Dijo: que es cierto, que
los principales colgaron [en] la sala de su marido
con cortinas y sallasallas [sic] y que no da razón de
más porque como mujer ella se encontraría en la
cocina moliendo y haciendo otras cosas propias de

107 Prontuario. Nota 57, Se aprueba lo determinado por la Audiencia, a solicitud del
Cabildo de Guatemala, sobre los impuestos de cuatro reales en cada carga de pa-
nelas, y veinticinco pesos anuales sobre cada juego de trucos, para la construcción
de casas consistoriales, cárceles y casa de recogidas, con ciertas restricciones.
–Cédula de 27 de junio 1795. Pp. 35, 40, 286, 345, el nombre correcto para cárcel
de mujeres fue casa de recogidas. Las negrillas son del que escribe.

108
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

su obligación. En este estado, yo él alcalde mayor


mandé suspender está declaración en que se ratificó
la exponente, y no sabiendo firmar hice lo yo con
los testigos de asistencia por no haber escribano.
Lara. Josef Antonio Godínez. José Nicolás Díaz.108
El caso de Felipa Tzoc es emblemático: no fue registrada la fecha
de su captura y de su excarcelación. Sostengo que el proceso fue
una enorme iniquidad superlativa y una de las tantas arbitra-
riedades largamente acumuladas en cuanto a la aplicación de la
justicia en este caso.

Declaraciones de los testigos de cargo de Quetzaltenango,


San Miguel Totonicapán, San Cristóbal Totonicapán

En la nómina constan cinco declaraciones de igual número


de testigos de cargo que fueron indagados en el mes de agos-
to de 1820. Entre las particularidades destaca que uno de los
testigos fue originario de El Tejar, Chimaltenango y residente
en Quetzaltenango y tres fueron de San Miguel Totonicapán y
Antonio Echevarría de San Cristóbal Totonicapán. Entre ellos
cuatro españoles a excepción de José Enríquez 60, “ladino mu-
lato”, “español”.

108 AGCA. Nota 42, folio 25, el vocablo “sallasallas” remite a saya.

109
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Declaraciones de los testigos de cargo de Quetzaltenango, San Miguel


Totonicapán, San Cristóbal Totonicapán

(1) Don Mariano Rodríguez declaró que es vecino del Tejar y residen-
Rodríguez, ma- te en Quetzaltenango y en relación a la sublevación
yor de 40, casado, de los indios del pueblo de Totonicapán dijo. Que
español tratante, 14 de agosto, Llegó al pueblo referido para vender
Quetzaltenango, 17 de de expender dos cargas de panela y comprar algún
agosto de 1820 trigo y que por eso entró a varias casas de indios en
las que observó unas reuniones de varios de ellos
y que estaban inquietos y que uno le preguntó sí
era cierto que, además de las tropas iban negros,
a lo que contestó ignorarlo. Y corre la voz de que
los indios alzados, al momento de que retirándose
las tropas se lo van a pagar los ladinos y caciques
asegurando uno de los rebeldes que todos están
como muy sentidos por los muchos que han muerto
a la entrada de las tropas. Y que, los indios aparen-
tan sumisión y sosiego por temor de la fuerza de las
tropas pero que cuando sean retiradas se volverán
a sublevar. Folios 41, 41vto.
(2) Don José María Porres, vecino del pueblo de Totonicapán y exami-
Porres 34, español, nado como los anteriores sin haberle leído la de-
comerciante, San claración de Estanislao Elgueta, refirió los hechos
Miguel Totonicapán, en los mismos términos que éste sin faltar en cosa
18 de agosto de 1820 alguna y solo añadió que supo que los indios tenían
muchas armas para defenderse pero que las tenían
por los altos; y que todo es la verdad por su jura-
mento en que se ratificó. Folio 44
(3) José Enríquez 60, Declaró: que efectivamente ha habido motín y que
“ladino mulato”, “es- este fue sostenido por Atanasio Sul, Lucas Aguilar,
pañol”, tejedor, San Dionisio Sapón, Franco Tacán, Franco Chunún,
Miguel Totonicapán, José Tacán, Franco García, otro Franco Chunún,
18 de agosto de 1820 Gaspar Soc, Esteban Yax, José Méndez y refirió los
hechos en los mismos términos y circunstancias
que don Estanislao Elgueta. Folio 44vto.
(4) Antonio Chavarría Respondió: que le consta la conducta de Valerio
25, casado, teje- Say109 y sobre el hecho que refiere el alcalde Miguel
dor, español, San Ixcó en su carta que se ha agregado dijo: que el ci-
Cristóbal Totonicapán, tado Valerio, unido a Manuel Sosa han andado en el
18 de agosto de 1820 motín de Totonicapán y San Cristóbal, pues el decla-
rante supo que Valerio aseguró que la contribución
de un real de cada tributario de los de San Cristóbal
era para las fiestas que se iban a hacer y que Say era
uno de los aliados de Tzul. Folios 46, 46vto.

109 Chaclan. Nota 30, ver cuadro 3, Nómina de quince caciques de Totonicapán nom-
brados el 13 de enero de 1544, uno de los fundadores fue Gabriel Say. P. 44,

110
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

(5) Valentín Alvarado Alvarado, examinado como los anteriores reprodu-


40, tejedor espa- jo en todas sus partes cuanto dijo don Estanislao
ñol, de San Miguel Elgueta y añadió que: no mataron al alcalde mayor
Totonicapán, 18 de porqué se vino a este pueblo pues no querían los
agosto de 1820 indios que al declarante le fueran a pedir el vesti-
do de militar con que andaba Tzul, a nombre del
alcalde mayor y no pidió que se lo devolvieran por
temor a que lo matara pues los indios tenían ofre-
cido hacerlo con todos los ladinos sí defendían al
citado señor alcalde mayor o sublevarse en algo
que fuese contrario a sus planes del nuevo gobier-
no entablado. Folio 46vto.

AGCA. A 1, 47155-5450; 1820;

El testigo Rodríguez declaró que llegó a Totonicapán el 14 de


agosto, a vender dos cargas de panela y compra de trigo y que
por eso entró a varias casas de indios en las que observó reunio-
nes y que estaban inquietos y uno le preguntó si era cierto que,
además de las tropas iban negros, a lo que contestó ignorarlo. Y
corre la voz de que los indios alzados, al momento que se retiren
las tropas se la van a pagar los ladinos y caciques asegurando los
rebeldes que todos están muy sentidos por los muchos que han
muerto a la entrada de las tropas. Y que, los indios aparentan
sumisión por temor de la fuerza de las tropas pero que cuando
sean retiradas se volverán a sublevar. Por su parte a la declara-
ción de Porres, la equipararon con la de Estanislao Elgueta110 y
solo añadió que supo que los indios tenían muchas armas para
defenderse pero que las tenían por los altos en alusión en parti-
cular a Quetzaltenango. Continuando con el análisis de las de-
claraciones de los testigos: José Enríquez, amplió la nómina de
los lideres del motín y al igual que los anteriores remitió su de-
claración a la de Estanislao Elgueta. En cuanto a la declaración
de Antonio Chavarría, de San Cristóbal Totonicapán aludió al
involucramiento que tuvo Valerio Say y Manuel Sosa con los
amotinados y declaró que en San Cristóbal dieron un aporte
para las fiestas que hicieron Tzul y Aguilar. Por último, recti-
ficó que Miguel Ixcó mandó una carta en la cual se incluye a
Valerio Say, como uno de los rebeldes. El último de los testigos

110 Chaclán, Nota 21, en el Federal Indiano, presenta una extensa bibliografía de Manuel
García Elgueta, sucesor del nombrado Estanislao Elgueta.

111
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

fue Valentín Alvarado, en su declaración repitió lo que en su


momento manifestó Estanislao Elgueta. Agregando que los in-
dios tenían sus planes del nuevo gobierno establecido.

El desarrollo del proceso judicial continúa siguiendo la presen-


tación original del expediente y le corresponde a una nueva serie
de prisioneros que fueron llevados a presentar su respectiva de-
claración. Y de la cual, es necesario hacer las siguientes observa-
ciones, los capturados indagados no figuran en la lista original
de 3 de agosto de 1820 y de ello, sucedió que las capturas siguie-
ron en los días posteriores y de ellos son los que a continuación
presento en síntesis sus respectivas declaraciones.

Declaración de los prisioneros capturados en el mes de


agosto de 1820
Declaración de los prisioneros capturados en el mes de agosto de 1820

(1) Dionisio Indico que oyó del cura que estaba en la lista de los ca-
Sapón 30, casa- becillas de Totonicapán por haber asistido a dos juntas
do, tejedor natural en casa de Atanasio Tzul y otras dos en casa de Lucas
de Totonicapán, Aguilar y por eso trató de ocultarse. que quien lo con-
23 de agosto de vocó a las juntas fueron Lucas Aguilar y Atanasio Sul:
1820 Indico que la primera junta fue en casa de Lucas y se
trató de imponerles a todos que habían de estar unáni-
mes y conformes en las disposiciones y que se iban a
tomar con amenazas de azotes al que se opusiera.
En la segunda reunión en la casa de Lucas en la cual
les dijeron: Aguilar, Tzul y Juan Monrroy que cada casa-
do tenía que entregar dos reales cada uno para cohetes
del señor presidente y el señor fiscal en lo que obede-
cieron poniendo cada uno sobre la mesa dos reales.
Indico que la tercera reunión fue en la casa de Atanasio
Tzul donde se trató de mandar componer “un retrato
del Rey” y se lo dieron al pintor Teodoro Bustamante.
Preguntado si oyó que en las juntas a que asistió se tra-
tase de tributo respondió que les dijeron los cabecillas
y principales que estuvieran advertidos que ya no se
pagaba tributo, alcabala ni ningún otro derecho, y que
no oyó otra cosa.
Ante la pregunta del por qué no dieron parte de estas
juntas al alcalde mayor pues, en caso de alguna duda
sobre el pago de tributo debieron hacérsela presente,
dijo “Que como los principales del pueblo a quien el
declarante y sus compañeros rinden obediencia así lo
dispusieron no les quedó arbitrio de noticiarlo al señor

112
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

alcalde mayor y que solo de lo dicho tratasen que es-


tas juntas comenzaron desde el mes de marzo de este
año, por el cuarto viernes de cuaresma en el pueblo de
San Antonio Ilotenango de resultas de que uno que no
sabe su nombre y está ahí de escribano aseguró a Sul,
Aguilar y otros que yo no se pagaba tributo pues hacen
siete años que estaba quitado y que él declarante tenía
los papeles por lo que los principales de Totonicapán le
cogieron tema y el por recelo los obedecían en todo”.
Preguntado si supo o vio que de estas juntas remitiese
Sul o Aguilar algunos papeles a los otros pueblos con-
vidándolos para que se alzasen o con otro motivo dijo
que no vio ni supo de los papeles que se le preguntan
pero que si los remitieron porqué el declarante vio que
en casa de Lucas y Sul se juntaban un número crecido
de indios de los pueblos de San Cristóbal Totonicapán
que llenaban la plaza.
Y luego, continuó con su testimonio ante la pregunta: si
sabe o vio que los cabecillas tuvieren algunos papeles o
libros en que sostienen sus juntas dijo que vio el declaran-
te en el libro de la cofradía del Santísimo llevaban apuntes
de unos mil pesos que tienen gastados en la solicitud de
no pagar tributo cuyo libro existe en poder del Macario
Barrena alcalde actual de la cofradía del Santísimo.
En la última pregunta respondió lo siguiente. “si sabe
que Atanasio Sul y Lucas Aguilar se hubiesen reasumi-
do el mando titulándose Sul Rey y Aguilar Presidente, a
lo que resultó que hiciesen fiestas de toros y otras de-
mostraciones dejando los dichos el vestuario que acos-
tumbran y poniéndoselo a la española dijo: Que como
tiene dicho por estarse confesando y hallarse su casa
muy distante no vio cosa alguna en cuanto al mando y
sí que hubo fiestas de toros a las que asistió Sul vestido
con casaca, calzón, botas y sombrero elástico y que en
el cabildo donde se sentaba le adornaban con cortinas
de saya arriba como dosel y colgadas y que Lucas no
vario traje.”. Folios. 51, 51vto., 52, 52.vto. 53, 53vto.
(2) Franco Velasco Dijo que lo puso preso la justicia de su pueblo el 22
35, casado, indio de agosto de 1820 y lo remitieron a esta cabecera por
macegual, labra- orden del alcalde mayor e ignora el motivo.
dor, San Miguel Interrogado de sus proyectos con Aguilar y Sul res-
Totonicapán, 25 pondió que desde el cuarto viernes de cuaresma
de agosto de fue cuando llegaron las justicias de Santa María
1820 Chiquimula con mucha gente del pueblo con el fin de
manifestarle al teniente don Ambrosio Collado que
había venido de la capital un papel sobre que debían
pagar todas las contribuciones al escribano de in-
dios de Totonicapán y, para que leyese dicho papel
y a así que concluyó el escribano, les hizo ver a los
indios que era verdad que debían pagar el tributo.

113
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Ante la respuesta los de Chiquimula aseguraron que no


era el mismo papel que había venido pues que ya era
cierto que se había quitado el tributo con cuyo motivo
Matías Cobocaj tomó la voz diciendo que aquel papel
era el mismo que se había leído y Lucas Aguilar se acalo-
ró contra Cobocaj y se fueron a las manos y en seguida
todo el tumulto de gente que estaba dentro de la casa de
Collado se puso en movimiento y en aquella turbación
quitaron de una mesa que estaba en la sala de Collado
muchos de los papeles que en ella había gritando que
era un ladrón con otras expresiones insultantes contra él
los justicia y el alcalde mayor y por esto y porqué en el
escándalo decían que se le quemara la casa a Collado.
Indico que después de este viaje “el declarante hizo
otro a la misma capital acompañado de Atanasio Sul,
Juan Tipaz y Juan Vasques llevando un papel
para el excelentísimo señor presidente también sobre
tributos pero habiéndolo recibido el escribano de cá-
mara don José Ramón Zelaya este les dijo también que
el tributo no estaba quitado y así que lo pagaran y que
le dejasen los papeles que debían para el señor fiscal”.
Y luego de nuevo en otra ocasión viajaron a la capital y
el que declara no fue sino fue Nicolás Aguilar y no sabe
de otros que hicieron el viaje.
Preguntado de nuevo por qué si todas las noticias que
habían traído de la capital eran que debían pagar el tri-
buto, salieron a recibir el correo que llegó a Totonicapán
el seis de julio y quienes fueron, hasta donde y que hi-
cieron y expresó que los que fueron a la fiesta de San
Juan a Comalapan, trajeron la noticia de que el tributo
se había quitado y que persuadido de que el correo
la había de traer salieron él declarante él yerno de
Monrroy y Juan Tipaz, hasta la cumbre y Lucas Aguilar
y Atanasio Tzul, hasta la orilla del pueblo y que cuando
bajó el correo se juntaron y vinieron seguidos de mu-
chas gente del pueblo y que al pasar de Juan Monrroy,
que está en la misma orilla al pueblo con dirección al
paraje que nombran chocolate.
El interrogatorio continuo con la pregunta si después
de la llegada del correo hicieron juntas en las casas
de Aguilar o Tzul y que trataron en ellas dijo: Que oyó
decir que si las había pero que como no concurría a
ellas no supo lo que se trataba y luego supo que Lucas
Aguilar despachó un papel por cordillera convocando a
los pueblos y que estos aunque no los vio él declarante
oyó decir que venían a hacer resguardo a Aguilar y Tzul:
Que no supo ni vio que Sul se coronase Rey aunque si
lo vio vestido de soldado y con bastón: Que aunque no
supo que llamaran Rey a Sul si oyó las muchas aclama-
ciones del pueblo diciendo viva Atanasio Sul y Lucas
Aguilar”. Y de inmediato le preguntaron que oficio

114
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

tenía Tzul y Aguilar una vez que les aclamaban con


vivas y portaban bastón vistiendo traje contrario a su
clase dijo: Que no sabe que oficio tenían ni porqué los
clamaban. el interrogador continuó preguntado por qué
ponían a Tzul y Aguilar cortinas y dosel del palio del
Santísimo, una vez que no tenía empleo alguno dijo:
Que lo ignora, aunque si vio a aquellos en la fiesta de
toros con las cortinas y dosel que se dice. Folios 53vto.,
54, 54vto., 55

AGCA. A 1, 47155-5450; 1820

En el desarrollo del proceso judicial y en la fase de interrogación


a los prisioneros, los cuales por sus extensas declaraciones y por
la amplitud de sus datos expuestos, manifiesta que ambos es-
tuvieron involucrados en la sublevación. Por ejemplo, Dionisio
Sapón, fue capturado por el capitán Manuel Carrascosa en la
casa de Nicolás Can, cuando realizaban una reunión en compa-
ñía de otras personas. Y en su momento –Sapón– dijo haber asis-
tido a dos reuniones en la casa de Atanasio Tzul, e igual número
en la casa de Lucas Aguilar y los convocantes a las reuniones
fueron Lucas Aguilar y Atanasio Tzul. Indica que en la primera
reunión realizada en la casa de Lucas Aguilar, se les informó
que todos tenía que aceptar las órdenes emitidas. Prosiguió el
declarante que el tema fue que les dijeron los cabecillas y prin-
cipales que estuvieran advertidos que ya no se pagaba tributo,
alcabala ni ningún otro derecho por lo que todos contribuyeron
con lo que se les dijo en estos de ser cierta la libertad de tributo,
y que no oyó otra cosa. En la extensa declaración del prisionero
dijo: “Que como los principales del pueblo a quien el declarante
y sus compañeros rinden obediencia así lo dispusieron no les
quedó arbitrio de noticiarlo al señor alcalde mayor y que solo
de lo dicho tratasen que estas juntas comenzaron desde el mes
de marzo de este año por el cuarto viernes de cuaresma en el
pueblo de San Antonio Ilotenango de resultas de que uno que
no sabe su nombre y está ahí de escribano aseguró a Sul, Aguilar
y otros que ya no se pagaba tributo pues hacen siete años que
estaba quitado y que él declarante tenía los papeles por lo que
los principales de Totonicapán le cogieron tema y el por recelo
los obedecían en todo”. Para luego continuar haciendo declara-
ciones entre otras: Que en el libro de la cofradía del Santísimo
115
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

llevaban apuntes de unos mil pesos que tienen gastados en la so-


licitud, del costo de no pagar tributo cuyo libro existe en poder
de Macario Barrena alcalde actual de la cofradía del Santísimo.

Por su parte Franco Velasco, en calidad de prisionero manifestó


que lo puso preso la justicia de su pueblo, por orden del alcalde
mayor el 22 de agosto de 1820, e ignora el motivo. Luego el in-
terrogado dijo que Lucas Aguilar y Atanasio Tzul, mandaron al
declarante –Franco Velasco– a la capital acompañado de: José
Par, Juan Vásquez y Juan Tipaz con un papel para el señor fiscal
quien en vista de él les dijo que el tributo se debía pagar y así que
lo fuesen entregando aunque fuere poco a poco al alcalde mayor.

En la dinámica generada por las indagaciones a los prisioneros y


de sus respuestas generó, que se ordenaran nuevas capturas, tal
cual se ordenó desde Quetzaltenango el 29 de agosto de 1820, que
con el mayor sigilo se capture a los siguientes indios Juan Tipás,
Isidro Sacap, Domingo Can, Dionicio Toscán, Francisco García,
Juan Oxlaj, Juan Reynoso, Baltazar Reynoso, Martin Canastuj,
Juan Yax, Franco Velasco, Sebastian Tacam, Jose Cajal, Dionisio
Ahpacaja, Andrez Cutz (AGCA. A 1, 47155-5450; 1820; folios
55, 55vto). Además de los que consta en la lista se ordenó remitir
en calidad de testigos a Juan Vasques, Franco Aguilar, Manuel
Balia, Juan Menchú, Juan Cam y el yerno de Monrroy”. Al igual
se ordenó que Mariano Barrena entregue respectivo el libro que
se expresa. La orden de captura fue emitida por el alcalde mayor
Manuel José de Lara.

Enunciando las vicisitudes generadas por la sublevación y por


consiguiente sus repercusiones y en particular con las capturas,
que dieron paso a las respectivas indagaciones de los prisione-
ros. Y de los cuales a continuación los presento.

Careo entre Atanasio Tzul y Dionisio Toscán (y otras


declaraciones)

Continuando con la exposición en su unidad, forma y tiempo


en el tribunal que llevó el proceso y que estuvo integrado por el
alcalde mayor de Totonicapán, Manuel José de Lara, el licenciado
116
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

que ofició de escribano Joaquín de León y el traductor, entres sus


particulares consideraciones de acuerdo a la coyuntura que se
generó luego de las indagaciones a los prisioneros se presentó un
momento particular, tal cual se muestra en el siguiente facsímil.

AGCA. A 1, 47155-5450; 1820; folio 58vto. Quetzaltenango septiembre once de


mil ochocientos veinte

Del texto fechado el 11 de septiembre de 1820, en Quetzaltenango,


se indicó que en el proceso seguido en contra de los prisioneros
Dionisio Toscán y Atanasio Tzul, el tribunal no tenía suficientes
elementos de prueba para formularles cargo alguno. Además, se
indicó que la cárcel no estaba en condiciones de seguridad para
mantener separados a Toscán y Tzul y de ello deduzco que am-
bos mantuvieron encontradas relaciones personales. En razón
de los incidentes entre ambos reos en el tribunal decidieron que
ambos se presentaran a un careo111 y el mismo fue realizado en
la misma fecha en la cual estuvieron frente a frente los prisione-
ros supra indicados. Ver Capítulo V numeral 2. Declaración del
prisionero Francisco Atanasio Tzul y en la tabla 8, Declaración

111 Prontuario. Nota 57, El acto de la confrontación, cara a cara la ley imperante en ese
momento lo consideró desde las siguientes circunstancias. “8o Siendo la evacua-
ción de citas impertinentes e inútiles un abuso introducido con grave perjuicio de
la brevedad de las causas, se declara por regla general: que los Jueces no deben
evacuar más citas que aquellas que sean necesarias o convenientes para la ave-
riguación de la verdad, en el asunto de que se trate, observándose lo mismo en
cuanto a careos, reconocimientos y demás diligencias de instrucción. Artículo 10 del
capítulo 5o de la ley de 9 de octubre de 1812, p. 408

117
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

de Dioniso Toscán. Y el resultado de la confrontación siempre


en consonancia con el texto original se consignó lo siguiente:

En acto continuo él Señor alcalde mayor sien-


do presentes a los procesados Atanasio Sul [Tzul]
y Dionicio Toscán leído les respectivamente por
medio del interprete lo que les corresponde de sus
declaraciones dijeron: Que sus dichos son ciertos
y verdaderos, que están escritas como las dijeron:
Que se ratifican de nuevo: Y que, aunque Sul [Tzul]
se procuró mantener firme en su dicho le contra-
dijo Toscán y a así se mantuvieron sin adelantarse
cosa alguna aclarándose que llevó el recado se llama
Josefa Caxaj. En lo dicho se ratificaron y no saber
firmar doy fe—Lara ® Ante mi Juaquín de León®112

Preguntado Domingo Can por qué depusieron al Gobernador y Alcalde


2º dijo que lo ignora y aunque se le hicieron varias preguntas no se ade-
lantó nada por lo que mandó él Señor alcalde mayor mandó suspender
esta declaración mandando se formara careo de éste con Atanacio Sul y
Dionicio Toscan quienes por medio de los intérpretes se les leyera a los
tres sus respectivas deposiciones y enterados se ratificó de nuevo Sul
pero Can y Toscan manifestaron que se le presente por delante Antonio
Sul para comprobar que este fue quién les pidió el vestido diciendo que
él Rey mandaba que Atanasio así se vistiese. Habiendo comparecido
Antonio e informado de todo dijo: que aunque es cierto que propuso a
Domingo Can que era menester que su padre Atanasio Sul se vistiera no
le expresó con que traje sino con su ropa que tenía y su capa pero que
Can le repuso que menester que se pusiera casaca: Que Antonio dijo que
sí era bueno pero que no tenía vestido y que Can ofreció solicitar el ves-
tido como lo hizo no teniendo Toscan que haber ido a traer el vestido:
Atanasio Sul convino en ello diciendo que solo se vistió y que él fue quién
mandó solicitarlo y no fueron Can y Toscan como había supuesto. En lo
dicho se ratificaron todos y no saben firmar doy fe”. Folios 63, 63vto. 64

AGCA. A 1, 47155-5450; 1820

112 AGCA. Nota 42, folio 56vto.

118
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

En las declaraciones Atanasio Tzul confirmó sus declaraciones


y eso provocó que Domingo Can y Dionisio Toscan, solicitaron
que se presentara ante ellos y así confrontar a Antonio Tzul quien
en su momento dijo que el rey ordenó que su padre Atanasio se
vistiera con ropa a lo español, acto seguido por voz de Atanasio
Tzul y que quedó por escrito Tzul aceptó que él se vistió y se
responsabilizó y exculpó a Can y Toscan, tal lo había declarado.
Así se dio por finalizada en el juzgado la respectiva deliberación.

Luego se confirmó lo expuesto las relaciones personales entre


Tzul y Toscán, fueron irreconciliables y como resultado de las
declaraciones, resultó un dato nuevo y de particular importancia
pues se señaló que: Josefa Caxaj fue la mujer que llevó el men-
saje de Atanasio, para que Toscán, pidiera el traje y de ello, que
ella fue otra de las mujeres que tuvo su activa participación en
movimiento de sublevación y sin duda otras anónimas.
Otras declaraciones de los prisioneros capturados en San Miguel
Totonicapán y San Francisco El Alto en el mes de agosto de 1820

A la pregunta: “¿sabe o presume el motivo de su pri-


sión dijo? Que sabe es por la sublevación de su pueblo
y por qué el declarante asistió como seis ocasiones a
las juntas que se hacían en casa de Lucas Aguilar que
(1) Antonio luego que se concluía la junta en la casa de su herma-
Sul [Tzul] ma- no Atanasio Sul [Tzul] decían a los que a ella asistían
yor de 60, casa- que era forzosos fuesen a la casa de Aguilar como en
do, indio mace- efecto iban: Que siempre sostenía Aguilar que ya no
gual, Labrador, se pagara, [tributo] aunque hacían diariamente juntas
San Miguel no asistió el declarante a todas por qué no siempre
Totonicapán, 11 les citaban a ellas”. En relación a la coronación dijo
de septiembre de que no lo vio pero que si lo decían en general en el
1820 pueblo y de la vestimenta que su hermano portó “Que
vestido de casaca y lo demás a lo español con bastón
y medalla. Que el declarante le comentó por el traje y
le contestó Atanasio que [lo] había de hacer pues así
[lo] quería el pueblo pues decía que él era su cabeza”.
Preguntado con que objeto bajaban los pueblos co-
ligados a resguardar a las personas de Aguilar y Tzul
todas las noches expresó. Que, aunque de las casas
de los que se preguntan vio gran número de indios
día y noche no supo con qué objeto se reunían tantos
de su pueblo y cuantos de los complicados y que se
reunieron en la casa de Aguilar más de cien indios; y
en relación de que, si los indios tenían armas para

119
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

enfrentar a las tropas, respondió que de eso nada


supo. Y del sitial a su hermano y Aguilar, en sus casas
y cabildo dijo: Que es cierto le pusieron colgaduras de
cortinas y en lugar de sitial el palio del Santísimo y que
esto lo hicieron los dueños de las capillas pero que
ignoraba como se llamaban. Folios 56vto., 58, 58.vto.
(2) Franco (1) Preguntado quién lo puso preso dijo: “Que lo
Ximenes, mayor de aprendieron los alzados no sabe que fecha por iba en
30, soltero, indio unión de muchos indios cuando entraron las tropas
macegual, labra- en Totonicapán” y luego le interrogaron sobre lo que
dor, San Francisco iban a hacer tantos indios reunidos y quién los convo-
El Alto, 11 de sep- có y para que dijo. Que fue Justo Renox o Reynoso
tiembre de 1820 quién los convocó diciéndoles que iban a traer carga
a Totonicapán. Preguntado como si iban a traer carga
iban tantos y atacaron a la avanzada que puso el señor
Cozar hasta herir a algunos soldados dijo: Que, aun-
que fueron muchos indios no sabe por qué y como él
declarante iba atrás no vio el principio de la revuelta
que los indios hicieron a los soldados y sí tomó “un fu-
sil a los soldados heridos pero que a éste lo mataron y
le quitaron el fusil” Preguntado en que casa de su pue-
blo se reunieron a formar juntas quienes asistían que
trataban y si Renox o alguno otro indio de Totonicapán
les previno que se armasen para resistir la fuerza y en
defensa de su insistencia dijo: Que no sabe dónde se
juntaban ni quienes ni menos lo que trataban: “Que no
sabe quién los convoca porqué Renox era el que los
conducía y a éste le obedecían porqué el pueblo de-
cía que Renox era el que mandaba el pueblo a pesar
de que no tenía ningún cargo de justicia preguntado
sobre varias cosas concernientes a todo contesto ig-
norarlo. Folios 58vto., 59
AGCA. A 1, 47155-5450; 1820

En el proceso interrogatorio realizado a los prisioneros estos


manifestaron notables contradicciones: también se revelaron
momentos desconocidos de lo que ocurrió en la revuelta del año
1820, tal cual el caso de Antonio Tzul, que figura en la lista de los
capturados el 3 de agosto del citado año.

Este interrogado declaró que era hermano de Francisco Atanasio


Tzul y por el texto expuesto Antonio respondió con entereza
que previo a la sublevación él asistió talvez a seis reuniones que
se hacían en casa de Lucas Aguilar: que luego que se concluía la
junta en la casa de su hermano Atanasio Tzul y, en ella discu-
tían que era necesario ir a la casa de Aguilar y este les recalcaba
que ya no se pagara el tributo. Dentro de las declaraciones de
120
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Antonio indica que cuando le preguntaron si los indios tenían


armas para enfrentar a las tropas, respondió que de eso nada
supo.

En el mismo día fue interrogado el prisionero Franco Ximenes


quien respondió que lo capturaron “los alzados no sabe que
fecha por iba en unión de muchos indios cuando entraron
las tropas en Totonicapán” seguido de que fue Justo Renox o
Reynoso quién los convocó diciéndoles que iban a traer carga a
Totonicapán. Y consultado del por qué atacaron a la avanzada
de las tropas que puso el señor Cozar hasta herir a algunos sol-
dados dijo “aunque fueron muchos indios no sabe porqué y, que
como iba atrás, no vio el principio de la revuelta que los indios
hicieron a los soldados y sí tomó un fusil a los soldados heridos
pero que a éste lo mataron y le quitaron el fusil”.

El interrogatorio continuó con la pregunta en qué casa de su


pueblo se reunieron a formar juntas quienes asistían que tra-
taban y si Renox o alguno otro indio de Totonicapán les avisó
que se armasen para resistir la fuerza y en su defensa dijo que
no sabe dónde se juntaban ni quiénes ni menos lo que trataban:
“Que no sabe quién los convoca porqué Renox era el que los
conducía y a éste le obedecían porqué el pueblo decía que Renox
era el que mandaba el pueblo a pesar de que no tenía ningún
cargo de justicia preguntado sobre varias cosas concernientes a
todo contesto ignorarlo.

La dinámica del proceso y dentro del mismo surgieron datos


que amplían los clichés, que se crearon y son de constante divul-
gación y de ello, es la siguiente nota que es parte del proceso, en
primera instancia el texto del original:

Señor alcalde mayor Doctor y Maestro Don Manuel José


de Lara, septiembre 4 de 1820, mi muy amado padre y
señor días hace que estoy por dar noticia a vuestra merced
de los disgustos, que padezco, pero no me ha sido dable,
ahora, le digo a vuestra merced de cuando Valerio Say, se
hallaba preso, todo el pueblo, se hallaba afligido, debían a
pagar solos, el tributo, ahora desde que salió uno no viene

121
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

a dejar el tributo, yo no lo salgo a juntar porqué me expon-


go a que …. no atendido … el pueblo se halla al… Miguel
Ixco.113
Del texto escrito por Miguel Ixcó, en el año de 1820 tenía el car-
go de alcalde primero de San Cristóbal Totonicapán y fue el que
escribió y delató en una nómina a sus paisanos y los acusó de ser
los rebeldes de San Cristóbal. Y el caso, no fue el único y accio-
nes como esa no son privativas de una sociedad en particular es
más son de común denominador en todas las civilizaciones y en
diferentes épocas y disimiles situaciones. Y de ello, que desde en
Guatemala, desde el siglo XVI, sucedieron hechos similares pues
siempre existieron los incondicionales.

“Los miembros de la aristocracia indígena, caciques


y principales, tendrán bajo su responsabilidad la
administración interna de la llamada ‘República de
Indios’… Ellos desempeñaban, pues dos funciones
vitales para los europeos: garantizarles, en la inme-
diato, la movilización de la mano de obra indíge-
na (haciendas, minas, obrajes) y, más en general,
encuadrar políticamente a los indios ‘aculturarlos’
para asegurar, de este modo, la perpetuidad de la
dominación europea”.114
La nota no admite refutaciones que demuestren lo contrario y de
ello salvo que la parte no es el todo, pues siempre se presentan
los opuestos y por consiguiente en el interior de las sociedades se
generan enormes muestras de resistencia social. En ese ambien-
te, el caso de Ixcó correspondió al siglo XIX y a una actitud indi-
vidual entre la población que fue incondicional a los españoles
y con junto a ellos defendieron sus intereses y los particulares.

Y continuando con la exposición original que se encuentra in-


mersa en el proceso judicial seguido contra Atanasio Tzul y Lucas
Aguilar y luego de sofocada la rebelión el ambiente al seno de la
población local se quedó colmada de incertidumbre y se hicieron

113 AGCA. Nota 42, folios 61, 62


114 Lienhard. Nota 66, p. 65

122
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

presentes las contradicciones, tal cual sucedió el 21 de agosto de


1820, Feliciano Reyes, manifestó que venía de Quetzaltenango,
como a las dos de la tarde y pasando por el pueblo de San Juan
Olintepeque, le salieron los indios de San Cristóbal Totonicapán:
Santos Puac y su hijo Juan Puac y ambos lo increparon al tenor
y mayor altanería, gritándole ¡que en dónde estaban mis solda-
dos! Y que se las pagaría que era un ladrón, al igual que el señor
don Prudencio Cozar. Y en razón de esas amenazas y que ya no
duerme en su casa y que piensa vender sus bienes y avecindarse
en la nueva Guatemala.

De inmediato la solicitud de Feliciano Reyes fue atendida por las


autoridades superiores en los siguientes términos. “que pronta-
mente pasaron la casa de dichos indios y que no los encontraron
más de una india la que queda presa hasta el tanto vea su mer-
ced lo que mejor convenga pues estos están apasionados con
nosotros y es preciso ver como libra la vida es cuanto le noticio
para su gobierno. Dios guarde a su merced muchos años siga y
agosto 21 de 1820 su más afectísimo servidor que besa sus ma-
nos. Feliciano Reyes”. 115 Y de la nota se desprende además las
discordias entre los habitantes porque unos participaron en la
sublevación y otros estuvieron en contra de la rebelión, luego
la referencia de trasladarse a la ciudad de Guatemala y entre lo
sobresaliente fue la captura de una mujer y de la cual, siempre
permanecerá en anónimo y sin embargo fue una víctima de la
indiscriminada represión.

Declaración del prisionero Domingo Can capturado en San


Miguel Totonicapán, de septiembre de 1820

Domingo Can ma- A las preguntas formuladas respondió que lo captura-


yor 50, macegual, ron por orden alcalde mayor e ignora el motivo.
labrador, San Miguel Luego a la pregunta recurrente “si el declarante dio a
Totonicapán, 13 de Atanasio el vestido de casaca y para que se vistiera y
septiembre de 1820 con que objeto dijo: Que el declarante dio la casaca por-
qué Antonio Sul, hijo de Atanasio, le dijo al declarante

115 AGCA. Nota 42, folios

123
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

se la fuere a solicitar para ponérsela a su padre porqué


así había venido mandado se vistiese: Que por esto fue
el declarante a pedirla alquilada a Valentín Alvarado”.
Y el interrogador insistió: “si él que habla unido con
Dionicio Toscan vistieron a Sul aquel traje diciéndole
era vergonzoso que así no se vistiera dijo: Que es
falsa la pregunta”.
Luego de la respuesta le formularon lo siguiente “que
empleo tenía Sul para vestírsele a lo español”, dijo:
Que era voz pública en su pueblo que Atanacio Sul era
el Rey y que por esto se vestía así y que también su
casa toda estaba colgada de cortinas como también el
cabildo en donde hacían sitial del palio del Santísimo”.
Continuó la indagación preguntándole que oficio te-
nía Lucas Aguilar dijo: “y que era compañero de Tzul
y que se decía en el pueblo que era el Presidente”.
A la pregunta si vio que Tzul y Aguilar, convocaron a
los otros pueblos y si estos bajaban protegerlos dijo:
“que no lo vio porqué se mantenía en el monte, pero
sí lo oyó decir”. Y que la razón del levantamiento fue
porqué Lucas Aguilar manifestó que ya no se pagaba
el tributo. Y al prisionero le formularon otras pregun-
tas y de las cuales respondió que no sabía, alcalde
mayor mandó suspender esta declaración mandan-
do se formase careo:
“Preguntado [Domingo Can ]por qué depusieron al
Gobernador y Alcalde 2º dijo que lo ignora y aunque
se le hicieron varias preguntas no se adelantó nada
por lo que mandó él Señor alcalde mayor mandó sus-
pender esta declaración mandando se formara careo
de éste con Atanacio Sul y Dionicio Toscan quienes
por medio de los intérpretes se les leyera a los tres
sus respectivas deposiciones y enterados se ratificó
de nuevo Sul pero Can y Toscan manifestaron que se
le presente por delante Antonio Sul para comprobar
que este fue quién les pidió el vestido diciendo que él
Rey mandaba que Atanasio así se vistiese. Habiendo
comparecido Antonio e informado de todo dijo: que
aunque es cierto que propuso a Domingo Can que
era menester que su padre Atanasio Sul se vistiera
no le expresó con que traje sino con su ropa que te-
nía y su capa pero que Can le repuso que menester
que se pusiera casaca: Que Antonio dijo que sí era
bueno pero que no tenía vestido y que Can ofreció
solicitar el vestido como lo hizo no teniendo Toscan
que haber ido a traer el vestido: Atanasio Sul convino
en ello diciendo que solo se vistió y que él fue quién
mandó solicitarlo y no fueron Can y Toscan como ha-
bía supuesto. En lo dicho se ratificaron todos y no
saben firmar doy fe”. Folios 63, 63vto. 64
AGCA. A 1, 47155-5450; 1820

124
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Aporte Documental de testigos presentado ante juzgado de


Quetzaltenango (y respuesta de las autoridades)

El manuscrito consta de dos partes la primera es el testimonio de:


Justo Basques, (sic) Juan Santos Monrroy y José García. Los in-
dicados presentaron su versión de lo que sucedió en San Miguel
Totonicapán: lo primero que manifestaron fue que “Francisco
Atanacio Sul que fue el que se hizo Rey” (las negrillas son del
original), seguido que no se hizo ninguna otra mención de los
nombres de los líderes, al caso Lucas Aguilar.

Excelentísimo Señor Justo Basques y Juan Santos


Monrroy y José García, ante vuestra señoría pare-
cemos y decimos con demás propiedad respeto y
sumisión que habiendo habido en nuestro pueblo
[San Miguel Totonicapán] la novedad de Francisco
Atanacio Sul que fue el que se hizo Rey en la lle-
gada de la tropa a nuestro pueblo se han ido todos
los tributarios de dicho pueblo por respeto de los
soldados pensando no fueran a buscar a todos los
del pueblo y habiendo entrado los soldados mata-
ron a Manuel Basques con bayonetas y a la madre
también del muerto la mataron también del susto.

Excelentísimo señor nosotros como tímidos hemos


validonos del amparo paternal de vuestra excelencia
a fin de que nosotros seamos balidos con el amparo
de vuestra excelencia a que nuestro pueblo no ten-
ga nuestra justicia con nosotros novedad ninguna,
pero nosotros tenemos familia, mujer e hijos a quie-
nes hacerles falta, lo uno y lo otro traemos de tropa
no ha y es porque no había quien pagase tributos de
su majestad.

Por tanto a vuestra excelencia suplicamos rendi-


damente por las entrañas de la Virgen Santísima
a atender a estos sus pobres desvalidos ignorantes
a que se nos perdone por amor de Dios estas mo-
lestias ya sabemos que vuestra excelencia es muy

125
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

piadoso mayormente con los naturales como noso-


tros, de que lleguemos a nuestro pueblo y que la jus-
ticia no nos pegue cuero por habernos presentado
al señor gobierno

Por tanto rendidamente pedimos a vuestra excelen-


cia que se nos despache luego a nuestro pueblo con
el Decreto que convenga que en ellos recibiremos y
merced= excelentísimo señor no sabemos firmar—

Decreto

Excelentísimo señor. =

En el escrito que antecede lo que hay de cierto es lo


siguiente. Presos el día tres de agosto el mencionado
Zul, Aguilar y varios reos principales se buscaron
por sus causas los demás yendo una partida de tropa
armada en solicitud de Justo Basques su hermano
Manuel acometió con arma blanca y no fue preciso
darle un bayonetazo para contenerlo murió ocho
días después y a muy dudoso si puede la herida o
de alguna picardía que la familia hizo con él para
recriminar como es común en los indios pues no
me dieron ellos parte de tal hecho hasta después que
falleció La herida fue única lo que prueba que se le
dio para contenerlo. La muerte de su madre por el
susto hasta que vi el escritorio tuve la menor noticia
y la tengo por falsa como lo es que por no dar de
comer a los soldados hicieron al citado nunca salió
algunos de estos armados sin oficial sargento a cabo
que los mandase y así es clara la impostura como
otras de que ya he dado cuenta a vuestra excelencia
nuevamente y ahora añado como prueba que la osa-
día de los indios que en mi poder tengo un cuchillo
grande que en la sala de mi habitación tenía empu-
ñado Luis Reina y con la mano en la espalda uno de
los tales a tiempo que me iba a hablar se lo quitó mi
centinela y me lo entregó que me di por aturdido mi

126
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

tal ocurrencia se menciona en unir partes oficiales e


vuestra excelencia y ahora lo expreso por conducir
a este informe.

Asegurando a vuestra excelencia que lejos de mal-


tratar o extorsionar a los indios se les trató por todos
los que fuimos con sobrada indulgencia y piedad
que no merecían y que quizás ninguna otra tropa
a sus … hubiera cumplido mejor las ordenes de
vuestra excelencia y las respectivas del comandante
de Armas Oficiales y señor suavidad Con ellos que
es cuanto elevar a noticias de vuestra excelencia =
Quetzaltenango doce de septiembre de mil ocho-
cientos veinte= señor don Prudencio de Cozar=

Erratas entre líneas =Excelentísimo señor= raído=


día tres de= vale=

Concuerda con su original de que se certifica y lo


hice sacar en virtud de lo mandado en decreto de
este día proveído por el señor alcalde mayor de
Totonicapán en la causa de sublevación a su majes-
tad. Quetzaltenango septiembre trece de mil ocho-
cientos veinte.

Concuerda con su original de que se certifica y lo


hice sacar en virtud de lo mandado en decreto de
este día proveído por el señor alcalde mayor de
Totonicapán en la causa de sublevación a su majes-
tad. Quetzaltenango septiembre trece de mil ocho-
cientos veinte. Folios. 65, 65vto., 66, 66vto., 67

Luego se destaca que a partir de la entrada al pueblo de la tropa


los tributarios se fueron del pueblo, situaciones que no fueron la
primera y la forma de resguardarse que los habitantes de un pue-
blo se fueron a las montañas, esa acción de autodefensa implicó
que la que el pueblo –tinamit– quedó desolado.

Ocupado el pueblo por la tropa, de acuerdo al testimonio, ma-


taron a Manuel Basques con bayonetas: por lo manifestado
127
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Basques fue una de las víctimas de manos de la soldadesca, mis-


ma que también de igual condición social que el fallecido es de-
cir que se cumple la premisa la lucha al final es –de pobres con-
tra pobres–. En alusión de “Basques” en la actualidad la aldea
Vásquez es una pujante localidad de San Miguel Totonicapán y
en esa razón asumo que Manuel Basques, es un mártir, de Los
Vásquez.

Y luego el tema del pago de los tributos con la referencia que no


había en el pueblo quién los pagara. Concluye la solicitud con
el lenguaje común de la época: “suplicamos rendidamente por
las entrañas de la Virgen Santísima a atender a estos sus pobres
desvalidos ignorantes a que se nos perdone por amor de Dios” =
excelentísimo señor no sabemos firmar.

A la solicitud y en calidad de respuesta fue emitido un Decreto


desde el Palacio de Guatemala, en 28 de agosto de 1820, en el
cual se pidió al Comisionado Prudencio de Cozar y al Alcalde
Mayor del Partido de Manuel de Lara, con la orden que no se
siga el nuevo juicio y perjuicio contra los indios por la tropa.

Excelentísimo señor. =

En el escrito que antecede lo que hay de cierto es lo


siguiente. Presos el día tres de agosto el menciona-
do Zul, Aguilar y varios reos principales se busca-
ron por sus causas los demás yendo una partida de
tropa armada en solicitud de Justo Basques su her-
mano Manuel acometió con arma blanca y no fue
preciso darle un bayonetazo para contenerlo murió
ocho días después y a muy dudoso si puede la he-
rida o de alguna picardía que la familia hizo con él
para recriminar como es común en los indios pues
no me dieron ellos parte de tal hecho hasta después
que falleció La herida fue única lo que prueba que
se le dio para contenerlo.
La muerte de su madre por el susto hasta que vi el
escritorio tuve la menor noticia y la tengo por falsa
como lo es que por no dar de comer a los soldados
128
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

hicieron al citado nunca salió algunos de estos ar-


mados sin oficial sargento a cabo que los mandase
y así es clara la impostura como otras de que ya he
dado cuenta a vuestra excelencia nuevamente y aho-
ra añado como prueba que la osadía de los indios
que en mi poder tengo un cuchillo grande que en la
sala de mi habitación tenía empuñado Luis Reina y
con la mano en la espalda uno de los tales a tiempo
que me iba a hablar se lo quitó mi centinela y me lo
entregó que me di por aturdido mi tal ocurrencia se
menciona en unir partes oficiales e vuestra excelen-
cia y ahora lo expreso por conducir a este informe.

Asegurando a vuestra excelencia que lejos de mal-


tratar o extorsionar a los indios se les trató por todos
los que fuimos con sobrada indulgencia y piedad
que no merecían y que quizás ninguna otra tropa
a sus … hubiera cumplido mejor las ordenes de
vuestra excelencia y las respectivas del comandante
de Armas Oficiales y señor suavidad Con ellos que
es cuanto elevar a noticias de vuestra excelencia =
Quetzaltenango doce de septiembre de mil ocho-
cientos veinte= señor don Prudencio de Cozar=

Concuerda con su original de que se certifica y lo


hice sacar en virtud de lo mandado en decreto de
este día proveído por el señor alcalde mayor de
Totonicapán en la causa de sublevación a su majes-
tad. Quetzaltenango septiembre trece de mil ocho-
cientos veinte.

Concuerda con su original de que se certifica y lo


hice sacar en virtud de lo mandado en decreto de
este día proveído por el señor alcalde mayor de
Totonicapán en la causa de sublevación a su majes-
tad. Quetzaltenango septiembre trece de mil ocho-
cientos veinte. Folios. 65, 65vto., 66, 66vto., 67

129
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

El proceso judicial demandó la presentación de documentos


en los cuales, se diera fe de los sucesos ocurridos y desde luego
sus diferentes versiones y en esa etapa procesal se presentó el
siguiente: “Se dice que uno indios de Totonicapan vinieron aquí
cuando la surdisima exaltación de que un fingido Rey [vino]a
convocar a esta cabecera, pero respondieron estos naturales que
ellos no conocían más Rey que al de España”.116 El texto continuó
con la siguiente exposición. Al alcalde mayor Manuel José de
Lara. 16 de septiembre de 1820

Hoy mismo voy a entregar a vuestra merced el


tributo en compañía de todos los principales ante
quienes no quiero pedir cosa ninguna contra mi
compadre Manuel de Sosa ni menos contra de
Valerio Say en esta virtud y de no estar estos cas-
tigados y ser estos los más alzados y primeros de
motín no me interesó yo de su libertad esto se lo
digo a vuestra merced por si ha acaso a este efec-
to se reduce la orden de vuestra merced fecha trece
para que comparezcamos los alcaldes ante vuestra
merced para averiguar no sé qué según expresa la
orden vuestra merced siendo a este efecto le suplico
a vuestra merced que por mí no se les liberte sal-
vo lo que vuestra merced mande pero si le dijo que
para mayor insolentarlos y que me quiten más an-
tes la vida pues Manuel Sosa ya entregado el tributo
que los entregaron los principales dijo que ya estaba
entregado y que solo estaba para que se acabase el
pleito que entregara el bastó pues era ya el goberna-
dor por s u Rey.117
La nota que fue remitida desde el pueblo de San Cristóbal
Totonicapán y en ella se muestra la cooperación que, de parte
de la autoridad de indios del referido pueblo, manifestó en favor
de las autoridades oficiales personificada por el alcalde mayor
Manuel José de Lara, a quien le manifestó que ellos de inmediato

116 AGCA. Nota 42, folio 68


117 AGCA. Nota 42, Folios 69, 69vto.

130
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

en compañía de todos los principales no le van a pedir y acusar


a Manuel de Sosa y Valerio Say, que no han recibido castigo al-
guno a pesar de ser ellos los principales incitadores y rebeldes de
San Cristóbal. Concluyendo el exponente Miguel Ixcó, que de
acuerdo a su parecer a los sindicados no se le debe de poner en
libertad, salvo el criterio del alcalde mayor.

El proceso siguió en la fase de presentación de documentos que


en calidad de pruebas de los sucesos de rebelión ocurridos en
San Miguel Totonicapán y de la misiva que fue remitida al “Señor
alcalde mayor Don Manuel José de Lara Doctor y Maestro”. En la
cual le respondían en atención a la orden que el referido les giró
y a ello le respondieron los siguiente

de los asuntos de Antonio y Alonso Ziquines hice


comparecer al cabo José Tenas que quedó en la
guardia y en su declaración declara haber sido di-
cho Alonso habiendo venido en la tarde herido dijo
que dicho Alonso era uno por cuya virtud se fue a
aprender al indio a su casa y habiendo llegado al
cuartel con él se le mandó declarar y declaró que
su hermano Antonio lo había conquistado para el
caso por lo que se ocurrió ir a presentar a dicho su
hermano Antonio y Alonso todo esto lo dijo. Ante
varios señores que estaban en mi compañía que
son los siguientes. Luis Sosa, Domingo Rivera, y el
Regidor Santos Basques, y así él señor Alcalde ma-
yor determine lo que halle por conveniente Sacaja
[Salcajá] septiembre 15 de 1820 Dios Nuestro señor
guarde a vuestra merced muchos años quien sus
manos besan. Enrique Estrada.118
En el desarrollo del proceso en la etapa de testimonios y de sus
declaraciones conocemos interioridades, entre las cuales está la
manifestada en la nota supra. En relación a los hermanos Antonio

118 AGCA. Nota 42, folios. 70, 71vto. En el expediente original se encuentra el dictamen
forense de los milicianos que resultaron heridos y lesionados durante los aconteci-
mientos del año 1820, en San Miguel Totonicapán. De lo sucedido dejo la nota pues
no incluyo esa información en este trabajo.

131
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

y Alonso Ziquines –Tz’iq–, compareció el cabo José Tenas, quien


fue uno de los heridos en el zafarrancho y de ello acusó a Alonso
Tzi’iq y por tal fue capturado y luego declaró que hirió a Tenas
por influencia de su hermano Alonso. Y por testigos estuvieron
cuatro personas, así luego de lo actuado se demandó que sea el
alcalde mayor quien decida lo conveniente, destacando que lo ac-
tuado fue el Salcajá, bajo la responsabilidad de Enrique Estrada.

En similar temática y de acuerdo al orden original de presenta-


ción en la siguiente nota se dio cuenta de lo siguiente.

Al alcalde mayor Manuel José de Lara, 9 de sep-


tiembre de 1820, los solicitantes le pidieron auxilio
a los cabos y sargentos de este pueblo los quienes
de inmediato procedieron con la captura de Valerio
Say y Manuel Sosa y de urgencia se los remitieron
al alcalde mayor “para que los castigue según el
mérito de su gran delito, quedo con la mira de los
demás que vallan cayendo para remitirlos a vuestra
merced. Y firmaron los responsables: Miguel Ixcó y
Andrés Basques [sic] Son.119
Al igual tenor que la anterior y a la misma autoridad se le informó
que se cumplió con su orden remitida en los siguientes términos.

Participó a vuestra merced como uno de los reos que


vinieron ayer que es el tal Valerio [Say] ha dicho que
en la capital querían ver a los que peleaban y les ha-
ría saber si no era cierto que el tributo se quitaba y
otras cosas que habló atropellando a todos esto fue
al público en el cabildo y no ha venido un ladino
avecindado en [San Andrés] Xecul quien nos traído
unas noticias muy fatales de las juntas de los indios
de dicho pueblo por lo que este debajo de todo sigilo
piensa dar cuenta a su ilustrada merced el que man-
dare a vuestra merced si es posible el día de mañana
me conteste vuestra merced par mi gobierno y que

119 AGCA. Nota 42, folios 73, 73vto.

132
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

mande lo que guste a su afectísimo hijo seguro servi-


dor que sus manos besa. Andrés Basques Son. Miguel
Yxcó. Se ofrece más que Dios guarde a vuestra mer-
ced muchos años Salacajá, 10 de septiembre de 1820
los alcaldes Eusebio Gamboa y Felipe de León.120
De las revelaciones de los informantes destacaron la presen-
cia del prisionero Valerio Say, que por su constante alusión lo
identificó como otro de los líderes de la revuelta, haciendo la
salvedad que Say, es originario de San Cristóbal Totonicapán. Y
por las declaraciones del aludido este manifestó que en la capital
querían reunir a los revoltosos y les indicarían que “les haría
saber si no era cierto que el tributo se quitaba y otras cosas”,
esa frase supone que de una y otra forma tenía alguna forma de
tener constante o esporádicamente haciendo las salvedades co-
rrespondientes a las formas de comunicación imperantes: men-
saje a caballo, o viaje a pie. Y por último se destaca la belicosidad
del prisionero. Andrés Basques Son. Miguel Ixcó.

Declaraciones de otros prisioneros capturados en San


Miguel Totonicapán, octubre de 1820
Declaración de los prisioneros capturados en San Miguel Totonicapán,
octubre de 1820

(1) José Cachaj más de 60, ca- (2) Antonio Guinea mayor de 50,
sado, leñatero de San Miguel indio matador de cerdos, San
Totonicapán, 25 de octubre de Miguel Totonicapán, 25 de octu-
1820 bre de 1820
(3) Juan Monroy más 60, casado, in- (4) Tomás Yax más 60, viudo, labra-
dio de 60, tejedor de chamarros dor de San Miguel Totonicapán,
de San Miguel Totonicapán, 26 de 26 de octubre de 1820
octubre de 1820
(5) Antonio Bax más 50, casado, la- (6) Juan de Dios Oxlaj más 50, indio,
brador, San Miguel Totonicapán, chamarrero, de San Francisco El
30 de octubre de 1820 Alto, 30 de octubre de 1820
(7) Sebastián Cuc 47, casado, ofi- (8) Nicolás Matul 35, casado oficio
cio tratante de San Cristóbal chamarrero, San Francisco El
Totonicapán, 30 de octubre de Alto, 2 de noviembre 1820
1820
AGCA. A 1, 47155-5450; 1820;

120 AGCA. Nota 42, folios 72, 72vto.

133
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

José Cachaj dijo que los caciques lo capturaron en su casa, que


pagó dos reales de contribución y que también trabajó en re-
paración de los corrales para celebrar la tarde de toros: reafir-
mó que efectivamente de los pueblos por la noche protegían las
casas de Aguilar y Tzul. Y que en el pueblo se comentaba que
ya no se pagaban los tributos. A su vez, Antonio Guinea refirió
que con los demás principales fueron hasta el Calvario a recibir
las tropas y luego lo capturaron sin saber la razón; y que en la
casa de Tzul y Aguilar se les dijo que ya no se pagaba el tributo
explicando que de Guatemala le dijeron que ellos eran los que
mandaban, que Tzul se vestía con casaca, sombrero al tres y con
medalla y al igual supo que Tzul y Aguilar mandaron papeles
a los pueblos y, como resultado, muchos indios le resguarda-
ban las casas. Agrego que Tzul se presentó con casaca con bo-
tas, sombrero al tres y medalla que en su casa tenía sitial y que
dio un real como muchos e ignora la cantidad que recibieron.
Luego, Juan Monroy dijo que lo pusieron preso los soldados y
en casa de Atanasio Tzul y Lucas Aguilar ser realizaron “juntas
o calpules”: declaró que todos los lunes las tuvieron en casa de
Lucas Aguilar y en otros días en la casa de Tzul, pero a lo que se
trataba en ellas no respondió de lo que sucedió.

Tomás Yax expresó que lo capturaron en la Casa Real, luego lo


llevaron a un cuartel en el cual lo torturaron en la picota y le pre-
guntaban por las escopetas y el dinero que tenían: que después lo
pusieron en la cárcel y luego sin más lo pusieron en libertad. El
caso de Yax es el único al que le preguntaron por armas y dinero.
Antonio Bax al igual que al anterior lo capturaron los soldados,
además vio que había reuniones en la casa de Tzul y Aguilar más
no supo a qué se trataba y con un gran número de indios salió a
recibir el correo Mariano Asturias, y que presenció que Tzul se
presentó con casaca, sombrero elástico, bastón medalla y que vio
que de los pueblos bajaban todos los días muchos indios que lo
cuidaban porque iban a llegar las tropas a Totonicapán.

Juan de Dios Oxlaj, de San Francisco El Alto, en su extensa de-


claración fue el único que mencionó que, de Nueva España, hoy
México llegó al pueblo un documento en el cual decía que se ha-
bía quitado el tributo. Además, dijo que Justo Renoj y el escribano
134
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Chaj en el pueblo juntaron a los indios y los llevaron a la casa del


prisionero y juntos trataron de pedir una contribución para las
fiestas que se ha habían de tener por haber quitado el pago del tri-
buto. Además, que de San Francisco El Alto, viajaron Juan y Justo
Renoj y hablaron con Tzul y Aguilar y que a ambos los cuidaban
en sus casas por la noche ocho hombres y dormían en ellas porque
estos decían que tenían miedo. Sebastián Cuc de San Cristóbal
Totonicapán, fue un comerciante y estaba comprando hilo el día
que llegaron los soldados lo apresaron y mandaron a azotar junto
con otros muchos y al siguiente día los enviaron a esta cárcel de
Quetzaltenango ignorando su delito. Y que Atanasio Tzul y Lucas
Aguilar les dieron un papel para que los llevasen a sus justicias
de San Cristóbal Totonicapán, pues en el papel contaba que ya
habían quitado el tributo con lo el declarante lo recibió y efectiva-
mente lo condujo y entregó a sus alcaldes.

Nicolás Matul de San Francisco El Alto, manifestó que lo apre-


saron las justicias de su pueblo e ignora la causa y ni la presume.
Y que en su pueblo hubo algunas juntas de los naturales y si
asistió a ellas y en cuatro o cinco estado en la casa de compa-
dre Juan de Dios Oxlac. Y que en una ocasión fue a la casa de
Atanasio por haberlo llevado Justo Renoj. Que Justo Renoj los
juntó en San Francisco El Alto el día que llegaron las tropas a
Totonicapán y Renoj los llevó al pueblo y al llegar a la cumbre
hoy Alaska, en donde apartan los caminos dijo Justo se diesen
prisa pues ya llegaban los soldados y que ellos iban a pelear.

Últimas declaraciones de los testigos de cargo del pueblo


de San Miguel Totonicapán, noviembre 1820

(1) Buenaventura Pacheco 80, (2) Domingo Ixchal 46, casado, ja-
gobernador casado, labra- bonero alcalde segundo, San
dor del pueblo de San Miguel Miguel Totonicapán, 14 de no-
Totonicapán, 15 de noviembre viembre de 1820
de 1820
(3) Mariano Barreno 52, matador, (4) Francisco Tacán 60, casado, la-
San Miguel Totonicapán, 14 de brador, San Miguel Totonicapán,
noviembre de 1820 14 de noviembre de 1820
AGCA. A 1, 47155-5450; 1820;

135
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Buenaventura Pacheco dijo que por las influencias de Aguilar,


Tzul y Juan Monrroy los indios no pagaban los tributos y la ra-
zón que ellos decía que el rey les mandó un papel el cual decía
que ya no pagaba tal tributo. Y que el líder principal era Lucas
Aguilar pues en su casa se hacían las reuniones y que luego de
la publicación de la Constitución Tzul se presentó vestido de
soldado, con sombrero, como usan los españoles, con una me-
dalla al cuello, y un bastón. Así como presume el declarante que
Aguilar mandó unos papeles para que fueran a resguardar a la
persona de Aguilar y Tzul.

Domingo Ixchal reveló que los mandaderos o mensajeros del co-


rreo fueron Juan Tipás, Nicolás Tumax y con ellos los escribanos
José Par y Francisco García y en gastos de los referidos pidieron
juntar cincuenta pesos por llevar los papeles de la Constitución y
por orden de Aguilar y Sul se publicaron por las calles y se leye-
ron por el escribano de ellos Francisco García en las cuatro capi-
llas de la Estación grande. Luego la repetida imagen que presentó
Tzul: se presentó en los toros del mismo modo que había salido
con Lucas Aguilar, ambos a caballo en la procesión, vestido con
casaca de soldado, sombrero de español, con espada en la cintura
y una medalla al cuello como gobernador. Ampliando el relato,
con la versión que Tzul se puso en su casa la corona que le dio el
alcalde de Santa Cecilia Francisco Velasco; y como dato nuevo
involucró a otros pueblos del partido de Huehuetenango.

Mariano Barreno fue indagado para que respondiera de las acu-


saciones que le hizo Dionisio Sapón y respecto manifestó: que
es falsa en todas sus partes pues el libro de la cofradía que ha te-
nido es el que mostró alcalde mayor que lo interroga en relación
a los gastos de la cofradía del Santísimo y no otro alguno. Que
lo dicho es verdad por su juramento. Francisco Tacán también
respondió por la alusión que le hizo José Enriques afirmando
que Atanasio Tzul le dijo al declarante y otros que también de-
ben contribuir con dos reales para los gastos del pleito sobre
no pagar tributo, a lo que el exponente comentó estar corriente
pero no dio ni un cuartillo. Que a la casa del mismo Tzul asistió
dos ocasiones. Con el objeto que se expresa, y la otra a pagar tres
pesos y reales, de [la] cofradía en la que estaba Tzul solo, y que
136
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

esto es lo mismo que es cierto de la cita y falso lo demás de ella y


la verdad por su juramento hecho.

La solicitud de indulto hecha por los capturados en San


Miguel Totonicapán
Atanasio Tzul
Sebastián Zon En la nómina de diez y nueve
hombres que figuran en la presentación del Lucas Aguilar
memorial que fue dirigido al alcalde mayor Nicolás Aguilar
Manuel José de Lara, en un ejercicio compa-
Juan Monroy
rativo con la lista inicial de los capturados y
fechada en 4 de agosto de 1820, únicamen- Antonio Güinea
te coinciden tres reos de apellido Tzul, dos Antonio Batz
Aguilar. El resto, diez y nueve, no constan
en la lista y de ello, que fueron capturados Antonio Zitalán
en fechas posteriores a la indicada. A conti- Franco Velásquez
nuación, párrafos del texto original:
Dionicio Zapón
“[nosotros] indios complicados en Antonio Tzul
el motín y presos en esta cárcel de
José Caxaj
Quetzaltenango, como más haya lugar
ante su merced decimos que la piedad Antonio Tzul
que con que nuestro augusto soberano Franco Hernández
desde su regio solio está atendiendo a
[roto] Pastor
los infelices presos que como nosotros
gimen bajo el duro peso de sus delitos Nicolás Matul
[y] está vigente en consentir los in- Franco Pastor
dultos que ha expedido y se ha publi-
cado el 1º en este de Quetzaltenango, Franco Jiménez
el 24 de julio último [1820] y el 22 del Sebastián Cutz
corriente enero 1821”.121

121 AGCA. Nota 42, folio 79. Las negrillas son de quién escribió.

137
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Del texto, en primera instancia el trazo caligráfico denota expe-


riencia de escritura, seguido del uso de los vocablos por ejemplo
–solio–, mismo que hoy en nuestra época no es de referencia co-
mún para designar trono, seguido que en la exposición los presos
reconocieron que sus acciones de rebelión según los ordenamien-
tos del Estado, ellos cometieron un delito.122 Y no menos inusual
para un reo común y para la época emplear el vocablo indulto.123
De acuerdo a la exposición los prisioneros estaban plenamen-
te enterados que tal acción de indulto se había publicado en
Quetzaltenango, el 24 de julio último de 1820 e indica que fue
promulgado en plena efervescencia de la rebelión, seguido de
la segunda referencia a decreto del indulto el 22 de enero 1821,
y con ello se denota que los prisioneros enlistados seguían en
cautiverio en la cárcel de Quetzaltenango. Analizado el primer
párrafo del documento original continúa la petición formulada.

No nos hace muy inocentes de aquellos excesos,


pero tampoco tendrán a los ojos de la ley todas las
malicias que esta pide para que se nos dé un castigo
del mismo modo que poseyéramos una educación
capaz de hacernos discernir con juicio.

122 Prontuario. Nota 57, “1Oo Como el único objeto de los sumarios es y debe ser la
averiguación de la verdad, averiguada quesea plenamente, por la comprobación
del cuerpo del delito y por la confesión del reo, ó por el dicho conteste de testigos
presenciales, de modo que se pueda dar cierta sentencia, debe terminarse el suma-
rio, y precederse al plenario desde luego. Año 1812”. P.408 y en la misma relación
la referencia siguiente: “PRESIDIOS. –Se declara que los presidios pertenecen á
la Capitanía general y que esta debe conocer de los delitos cometidos en ellos.
También le pertenecen los reos que se fugaren de ellos, siempre que después de
la fuga no hayan cometido otros delitos de que deba conocer la justicia ordinaria.
—Cédula de 27 de agosto de 1807”. P. 386
123 En el escrito original se utilizaron vocablos propios de la jerga propia del Derecho y
por consiguiente, de empleo restringido a situaciones particulares que escapan de
la vida cotidiana entre la población Tal el uso del término: “INDULTO. –La sala de
indulto se compondrá de dos maestros de la Real Audiencia, nombrados por el pre-
sidente y del Fiscal, en las Audiencias en que no haya Sala del Crimen. –Real cédula
de 7 de agosto de 1807. Cuando los dos Ministros discorden sobre si el reo debe ó
nó gozar el indulto Presidente toca nombrar otro que dirima la discordia. –Cédula de
7 de agosto de 1 807. En el cumplimiento y ejecución de los reales indultos, debe
observarse la práctica de la corte, en cuanto sea adaptable á las circunstancias de
cada país. –La misma cédula. –También declara que corresponde á la Audiencia
la declaración de indulto de los fugos de presidio, aun cuando no hayan cometido
delito posterior”. P. 374

138
Por el contrario, señor alcalde mayor [los prisione-
ros] nacidos en los montes y criados solo acostum-
brados a un grosero ejercicio y a tratar con nuestros
padres y compañeros habituados también como
nosotros a complacerse con las bestias no es po-
sible que con tales principios lo bueno de lo malo
ni que por lo mismo suframos la pena de la suerte
que debiera un hombre civilizado y criado en una
sociedad, a leyes siempre han visto con equidad a
los de nuestra clase y están llenos los para que nos
con aquella compasión que exige y aunque en el día
nuestro sabía …, indios en tal grado de este benefi-
cio que son menos sucesores porqué nosotros esta-
mos en el mismo estado de ignorancia que es la que
nos priva de conocer nuestra felicidad temporal.

A la Real Sala de la Audiencia está encargada por el


artículo undécimo del último indulto la declaratoria
de esta gracia. En la justificación de aquel superior
tribunal esperamos que viéndonos con clemencia
nos la aplicará pues desde luego lo imploramos y
sumisión en cumplimiento de citado artículo como
juez de primera instancia se sirva remitir a vuestra
excelencia este escrito los autos para su declaración.
Por tanto. A su merced suplicamos dignamente se
digne proveer como pedimos que es justicia etcétera.
No sabemos firmar.
Quetzaltenango veinte y cinco de enero de 1821
Dese cuenta a la Sala del Indulto Lara
Lo proveyó mandó y firmó el Señor Alcalde Mayor
de Totonicapán por ante mi doy fe. Escribano
Joaquín de León.124

124 AGCA. Nota 42, folio 79vto.

139
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

El texto final del discurso fue totalmente auto recriminatorio y de-


gradante que sin duda fue propio del asesor de la nota misma que
no fue firmada. En conclusión, el caso seguido contra los rebel-
des de Totonicapán del año 1820, se estaba dirimiendo en la ma-
yor institución de la aplicación de justicia como fue la Audiencia
Territorial. Seguido con la particularidad que, fue el mes de enero
de 1821, que inicia y corre el año decisivo de la Independencia.

140
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Capítulo 6
Dictamen final del caso judicial contra de
Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar y
compañeros

Quienes en primera instancia conocieron el caso y, dada su ex-


traordinaria gravedad, según lo plantearon los funcionarios es-
pañoles que de inmediato conocieron la situación, decidieron
remitir lo actuado a la Audiencia Territorial en la ciudad de
Guatemala de la Asunción, para que sus autoridades superiores
emitieran el dictamen final y la situación legal de los capturados.
Y de lo expuesto el dictamen final con base en el documento
original fue el siguiente. Observe el título del expediente:
Criminales Totonicapán 1821; Los Naturales de este
Pueblo implorando la gracia del indulto por la con-
moción. 19 Relator. Balero de Calixto.
La portada reza que la solicitud del indulto fue pedida a ruego
de súplica y gracia y la citada la podía conceder quién ejercía el
poder. Luego continúa el argumento en los siguientes términos:
Sumario del motín de los pueblos de Totonicapán.
En 3 piezas acompaño a vuestro el sumario sobre el escan-
daloso motín de los pueblos de Totonicapán, y sus ane-
xos y de cuyo recibo se servirá vuestra darme aviso. Dios
guarde a vuestra, muchos años. Quetzaltenango, enero 26
de 1821. Manuel José de Lara.
Señor don Franco. Verdugo
Escribano de Cámara del Crimen.125
Luego de contratiempos y entrampes burocráticos, ya haya sido
por tradición, o deliberadamente planificado, los documentos
del proceso en tres “piezas” vocablo que implica documen-
tos manuscritos y de los cuales, he incorporado fracciones de

125 AGCA.A 1, 47156-5480, 1821, Criminales Totonicapán 1821 Los naturales de este
pueblo implorando la gracia de indulto por la conmoción. 19 Relator Balero.

141
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

facsímil en apoyo del argumento y las referencias de los respec-


tivos códigos de identificación.

Solicitud para que en la Audiencia Territorial dictamine si


procede el indulto.
Excelentísimo Señor.
Elevo a vuestra excelencia en 3 piezas la causa contra va-
rios indios del Partido de Totonicapán, para que vuestra
excelencia en su vista se digne determinar si gozan de la
gracia del indulto a que se han acogido.
“Aunque el artículo 2º del indulto exceptuar los delitos de
esta clase, con todo como he omitido elevarla a vuestra
excelencia en beneficio de estos reos, esperando de la jus-
tificación de ese Supremo Tribunal, que alguno de estos
lo declara vuestra excelencia comprendida en cuya gracia
sea con la calidad de que por algún tiempo no estén en
este Partido”.126
Quetzaltenango enero 26 de 1821
Excelentísimo Señor
Manuel José de Lara.127
El documento oficial, en el cual se solita el perdón, está fecha-
do en Quetzaltenango el día 26 de enero de 1821 y, en específi-
co, solicita la aplicación del indulto con una condición que los
implicados fueran desterrados de la jurisdicción en cuya gra-
cia sea con la calidad de que por algún tiempo no estén en este
Partido.128 En otras palabras, expulsar de la región y del área de
influencia a los sindicados. Por lo tanto, quedó excluida la pena
de muerte y se aceptó el recurso de indultar o congraciarse con
los sindicados.

126 Prontuario, nota 57, cuando se escriba a los Secretarios del Consejo de Indias, se
les debe dar el tratamiento de Señoría que les corresponde, como a individuos que
son del mismo Supremo Tribunal. –Reales orden y cédula de 20 y 27 de noviembre
de 1786. Otras referencias de la instancia superior de justicia, se presentan en, pp.
325, 380, 404
127 AGCA. Nota 141, folio 2
128 En la administración colonial y sus denominaciones administrativas el partido fue
una de ellas ver: Gustavo Palma Murga, coordinador, La administración político-te-
rritorial en Guatemala una aproximación histórica, Guatemala, 1993, Universidad de
San Carlos de Guatemala, Escuela de Historia.

142
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Conocida oficialmente por las autoridades judiciales el primero


de marzo de 1821, en un lapso de ocho meses, que corrieron de
agosto de 1820 a marzo de 1821, se aplicó el referido la orden o
el acuerdo de la libertad de Tzul y Aguilar129. La prueba que acla-
ra cuál fue el final de la sublevación y descarta todas y cada una
de las conjeturas que hasta hoy sobreviven y es tarea de largo
plazo explicar ese trozo de nuestra historia.

Por lo antes escrito consideré y analicé la siguiente nota en el


facsímil, que es una prueba irrefutable de lo que sucedió a los
líderes y compañeros del proceso de rebelión del año 1820.

Por consiguiente, consideré:130

Señor don Franco. Berdugo. [sic] Escribano de Cámara


del Crimen de diciembre de 819, y el RL. Decreto de 23
de Agto.
De 820. Dijeron: se Declara que por las Conmociones
Del Partido de Totonicapán, lo gozan Lucas Aguilar,
Atanacio Sule, y demás cómplices que se halla presos; y en
su Conformidad póngaseles en libertad sin
Costas, pasándose Oficio al Señor Gefe Político Superior.
Con inserción de este auto para su noticia y efectos con-
venientes. Comuníquese igualmente al Alcalde mayor del
referido partido por medio de certificación y oficio de
la Escribanía de Cámara para su cumplimiento. Y dese

129 AGCA. ota 367, folio 3


130 Prontuario, nota 57, Escribanía de Cámara del Crimen—Se tendrá presente para
su dotación, al tiempo de formar la Audiencia, sus ordenanzas conforme á la ley de
9. de diciembre de 1812. pp. 369-370, la alusión al vocablo cámara tiene cuarenta
referencias en distintas páginas.

143
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

cuenta en Sala de Segunda Instancia con los autos de la


materia para las demás providencias que demandan los
incidentes que han ocurrido en este negocio.
Señores. Moreno. Bustamante. Ibáñez
Fundamentos del proceso del indulto a Francisco Atanasio Tzul y Lucas
Aguilar, y demás implicados

No Acción
1º En el año 1821; Los Naturales de este pueblo implorando la gracia del indul-
to por la conmoción. Invocaron a las autoridades superiores para que co-
nocieran su solicitad de indulto y en la Sala del Crimen conocen la solicitud.
2º En Quetzaltenango el 26 de enero 1821, en tres expedientes, del cual consta
el sumario sobre el motín de los pueblos de Totonicapán y sus anexos, y de
cuyo recibo se espera la respectiva notificación de recibidos.
3º “En el mismo lugar y fecha se conoció la solicitud y gracia del indulto de
los implicados. En beneficio de estos reos, esperando de la justificación de
ese Supremo Tribunal, que alguno de estos lo declara vuestra excelencia
comprendida en cuya gracia sea con la calidad, de que por algún tiempo
no estén en este Partido de Totonicapán”. El indeterminado plazo “algún
tiempo” no permite especular cuanto tiempo duró la expulsión del pueblo.
4º En la Nueva Guatemala de la Asunción, el 12 de febrero de 1821, se dio
acuse de recibo de la solicitud de indulto.
5º En la Nueva Guatemala de la Asunción, el 1 de marzo de 1821, en la Sala del
Indulto Se declara que, con las conmociones del partido de Totonicapán,
lo gozan Lucas Aguilar, Atanasio Sule, (sic) y demás cómplices que se
hallan presos; y en su conformidad póngaseles en libertad sin costas.
Certificación y oficio de la Escribanía de Cámara para su cumplimiento.

El contenido del texto es determinante, no permite dudas de su


mandato y del cual fue el final de la emblemática revuelta de los
indios del año 1820, y de la cual esa etapa fue finiquitada en el
año de la firma de la Independencia de 1821; en dos acciones po-
líticas diferentes que en ese momento coyunturalmente se con-
jugaron. Y a continuación las autoridades superiores de la aplica-
ción de la justicia, por medio de los responsables, que conocieron
y dictaminaron que los implicados Tzul y Aguilar fuesen dados
en libertad. Observe en el siguiente facsímil los nombres y firmas
de los señalados, que emitieron el dictamen de libertad.

144
Capítulo 7
“Nostras las mugeres del pueblo de Totonicapa”131

Las mujeres también fueron protagonistas de los procesos de


sublevación política del año 1820: en este caso, demandaron a
donde correspondía la excarcelación de sus respectivas parejas,
que fueron capturados por haber sido parte de la sacra acción de
la rebelión de los oprimidos de siempre.

Luego, de amnistiados, los prisioneros de San Miguel


Totonicapán, y entre ellos, a los líderes Francisco Atanasio
Tzul y Lucas Aguilar, el escenario político se trasladó al pue-
blo de San Francisco El Alto, que en la actualidad se ubica a
18 kilómetros de la cabecera departamental –San Miguel–. El
caso, de la demanda femenina tuvo su razón de ser luego del
enfrentamiento entre los –alteños– y las milicias, que al mando
de Prudencio de Cozar, reprimieron a los sublevados que ac-
cionaron políticamente tal como ocurrió en el citado pueblo de
San Miguel Totonicapán. Sin embargo, fueron los k’iche’s, de
San Francisco El Alto quienes acudieron al llamado de auxilio
de Tzul y Aguilar, y en atención al citado los líderes decidieron
enfrentar a los milicianos en el paraje La Cruz y; de cuya acción,
los vencedores capturaron a los comandantes de la resistencia y
luego hechos prisioneros.

Ante esos hechos y de los cuales, aún tenemos que ahondar más
y cabe preguntar ¿Qué papel desempeñaron las mujeres? Y en
este caso, socialmente caracterizadas como esposas. Al interior
de las familias k’iche’s del año 1820, en San Francisco El Alto,
ellos, con todo su derecho conspiraron y ellas directamente sí
participaron plenamente y emitieron opinión que excelente y

131 AGCA. Nota 140, folio 4

145
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

si guardaron silencio, al igual, con un solo gesto aprobaron el


accionar de sus compañeros de vida y de lucha política.

Ellas, en lo alto de San Francisco El Alto, se reunieron132 en cual-


quier lugar que haya sido, en el camino, bajo un árbol, a la ori-
lla del río, en un recodo de la nave de la iglesia no importó, lo
descomunal, lo impactante, fue el acto de pensar la demanda,
la rebelión contra los moldes mentales impuestos por siglos de
siglos al caso.

Y contra ese pesado lastre de la doctrina ellas dijeron ¡Vamos!


¡Caminemos! A la ciudad de Guatemala, y reclamemos la liber-
tad de sus compañeros de vida y de lucha.

¿Cuántas emprendieron la marcha?, no lo sé, no importa, una,


dos, tres, o las que hayan sido, ellas en pie de lucha, en primer
plano, en primera persona y en contra de todas las dificultades
y dentro de esas. El idioma fue una berrera, sin embargo, cabe
especular el bilingüismo o lo básico del idioma castellano y la
razón pudo ser su contacto con el comercio.

Otra interrogante ¿Quién escribió el documento? ¿Fue él o ella?,


¿Quién plasmó el discurso y en él las ideas expuestas? De esto
último, existe la prueba original que consiste en un papel escrito
y en él observó en primera instancia el trazo calígrafo que no
fue de un experto o profesional de la técnica de la escritura, sin
embargo, considero que sus conocimientos y práctica del uso de
los instrumentos para la escritura fue de nivel intermedio y esos
saberes fueron propios de un escribano del pueblo. Por todo lo
elucubrado, lo real es que existe una prueba en la cual se plasmó
la hazaña de “Nostras la mugeres del pueblo de Totonicapa”.

El viaje luego de hablar, consensuar, conspirar ellas procedieron


a emprender la marcha. ¿Cómo fue la salida en silencio? ¿Hubo
muestras solidarias de apoyo? ¿Incredulidad? ¿Indiferencia?
Lo cierto es, que ellas, se aprestaron a emprender el viaje a lo

132 Estrada Monroy, Agustín, Popol Vuh, Guatemala, 1973, p. 27, Primera narración “Y
dixeron, cuando consultaron, y cuando pensaron, se juntaron, hicieron consejo”, ex-
periencia, no les faltaba sus antepasadas, hacía siglos que practicaron la discusión
previó a tomar una decisión previó a entrar en acción.

146
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

desconocido cuyo destino se cubría por el correo oficial en 4


días, ahora ellas para la misma distancia el doble de días.

Y desde las alturas de San Francisco El Alto ellas se aprestaron a


iniciar la caminata acompañadas de su ligero equipaje y atuen-
do, el primero el maletero, o el tanate133 amarrado en la espalda
o en la cabeza; luego en el referido el totoposte134 como el sus-
tento cotidiano para los días de marcha. Entonces ellas vestidas
con harapos y los pies descalzos y así bajaron al alba, de San
Francisco El Alto, e hincaron sus poderosos pies en la tierra del
Camino Real que las llevó a la Nueva Guatemala de La Asunción
en el año de 1820; la marcha en silencio pasó por Quetzaltenango,
Totonicapán, Sololá y en ella nuevos sonidos propios del Zutuhil,
y el kaqchiquel luego Chimaltenango, Sacatepéquez, Mixco y del
Camino Real a la Calle Real de la ciudad de Guatemala.

Y en el último tramo a lo desconocido a la burocracia al núcleo


del poder, poder en mengua, pero al fin con cuota de poder. De
ellas, en la ciudad en su momento descrita como: “La capital
de Guatemala que por mucho tiempo se llamó la Corte era por
el año 1861 aún más triste que hoy. Pocas de las calles estaban
empedradas y eran muy raras las banquetas…, Se iluminaba la
ciudad con velas de sebo…, Los desagües iban a flor de tierra”.135
Y las viajeras en donde pernoctaron, ¿acurrucadas en alguna
plaza?, ¿Bajo las estrellas? En particular vieron el nixtamalero y
ellas cual, fantasmas vivos marcharon, y marcharon las asistió la
fuerza, la decisión y el indomable espíritu de lucha de ayer, de
hoy y siempre. Y hoy, en reconocimiento a la primera marcha
de demanda realzada por mujeres, sólo mujeres en nuestra his-
toria. Observe:

133 tanate. (Del nahua tanatli). m. Am. Cen. Lío, fardo, envoltorio. || 2. Hond. y Méx.
Mochila, zurrón de cuero o de palma. Dile. op. cit. nota 55
134 totoposte. (Del nahua totopoch, bien tostado). m. Am. Cen. y Méx. Tortilla de maíz
o fracción de ella muy tostada. Dile. es Dc. El mismo se remojaba básicamente en
agua para su masticación.
135 Salazar, Ramón, A. El tiempo viejo recuerdos de mi juventud, Guatemala, Universidad
de San Carlos de Guatemala, 2010, pp. 15-18

147
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

“Excelentísimo Señor
Nosotras las mujeres del pueblo de
Totonicapán como más halla lugar ante
vuestra excelencia con el más profun-
do respeto y sumisión comparecemos y
decimos que cuando la revolución de
Totonicapán.
Que hace ocho meses que el señor alcalde
mayor.
Se sirvió informarse de dichas novedades
que en tal pueblo aconteció, el cual des-
pués de averiguado el acontecimiento de
dicha novedad.
Se sirvió el señor alcalde mayor dar parte
a vuestra de lo acontecido mirando, que
estos tenían delito se pusieron en apremio,
el cual hasta [esta] fecha [se] hallan en
el estado de la inocencia lo que queremos
excelentísimo señor es que vuestra exce-
lencia se sirva mandar.
Se juzguen nuestras causas conforme las
leyes, Constitución, que la nueva ley pre-
viene en consecuencia, de lo prevenido ha-
cemos a vuestra excelencia. Este ocurso.
Por tres ocasiones, hace con esta que a vuestra excelencia nos presentamos
por la misma materia que ahora expresamos, no tenemos en la ocasión quién
nos suministre con el sustento necesario, nosotras las mujeres en todo somos
desdichadas, y no podemos sacar fuerzas donde no las hay.
Por tanto, a vuestra excelencia pedimos suplicamos se sirva conceder esta
gracia que imploramos para que por medio de su superior orden se sirva
poner en libertad que en ello recibiremos todo bien y merced. Excelentísimo
señor. No sabemos firmar.

148
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Otro si decimos que hace veinte días que estamos en atención de vuestra ex-
celencia y no hemos logrado hasta la presente y suplicamos se nos despache
luego porque no tenemos con que sostenernos en esta capital Que es favor
que merecemos.136

El documento supra no está fechado y ellas consignaron que


veinte días tenían de permanecer en la ciudad de Guatemala,
de la Asunción y que por lo prolongado de su estadía ya le era
al extremo difícil seguir permaneciendo en la capital. Y en ra-
zón, de la primera consignada en la documentación oficial fe-
cha de 27 de febrero de 1821, deduzco que las mujeres de San
Francisco El Alto, llegaron a la ciudad de Guatemala el día 7
de febrero del mismo año. Y durante ese ciclo ellas realizaron
todas las gestiones que estuvieren a su alcance y desde luego lo
que les permitía la barrera del idioma pues ellas hablantes del
idioma quiché y desde luego la burocracia en español y en las
instancias administrativas prosiguió el consabido papeleo buro-
crático y del cual en primera instancia. En 1 de marzo de 1821,
en la Audiencia de Guatemala, en la misma fecha indicada el
memorial presentado por las mujeres indígenas en favor de los

136 AGCA. Nota 140, El texto expuesto breve en cuanto su extensión que por centurias
pasó desapercibido o no le pusieron mayor interés por cualquiera de muchas razo-
nes, es desde mi opinión un monumento a heroicidad de las mujeres de Guatemala,
por su eterna lucha por la vida.

149
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

presos por la sublevación de Totonicapán, el asunto del memo-


rial de las mujeres fue sometido a los trámites burocráticos y
habían transcurrido los meses pues en agosto de 1821, estaban
conociendo del tema. Mismo del cual al momento no sabemos
su resolución y qué sucedió con las mujeres de San Francisco El
Alto, pues el expediente citado no continua y por tanto concluye
esa etapa del proceso de la otra lucha por las mujeres.

El cierre y final de este apartado no puede ser más que el sonoro


y potente.

“Nostras las mugeres del pueblo de Tutunicapan”.137

137 AGCA. A 1, 47156-4580; 1821, la referencia invita al interesado, interesada a indagar


y enfrentarse a testimonios originales en los cuales se razón de nuestra historia.

150
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Capítulo 8
Mensaje Final

Transcurrieron doscientos años de la memorable acción de re-


beldía de los hombres y las mujeres del pueblo de Totonicapán.
Pues del año 1820 al 2020, medimos dos siglos, y hoy en el últi-
mo año citado, presento al conglomerado y en especial a la po-
blación en general de Totonicapán, ya sean presentes o ausentes,
pues el pasado es de todos y todas, al igual que la construcción
del mañana.

Y de esa acción pasada tomamos nota para no cometer los erro-


res de ese pasado, tal cual lo demanda, organización y la acción
política-social de nuestro siglo XXI. La presentación del texto y
su contenido también va dirigido para todos los habitantes, con-
glomerados en pueblos, villas, caseríos asentamientos precarios
o en donde estén en la batalla por vivir. Para todos, el ejemplo
del pasado Tzuliano y de todos los que se involucraron en la ac-
ción por deshacerse de un mal de los muchos que los que les
fueron impuestos, y hoy siguen infectados en desmedro de las
mayorías. ¡El capítulo final no está cerrado!

Los hombres y mujeres, que fueron protagonistas en ese ya leja-


no año de 1820 y no importando cuál fue el lugar que ocuparon
en la acción social, sí guardaron silencio, fueron cómplices en
solitario o decididamente pasaron a la acción un largo recono-
cimiento. Y con ello, dejar constancia de los líderes y lideresas
visibles de primera fila. Entre ellos la pareja Francisco Atanasio
Tzul y Felipa Tzoc, Lucas Aguilar y María Hernández, los des-
cendientes de ambas parejas. Y desde luego a todos y todas, que
se hicieron y dijeron presentes en la lucha.

Una razón y que no fue la única, pues de ellas existieron y se


acumularon a partir del año 1524, pues como es hartamente sa-
bido ya las huestes invasoras en especial que un día se embarca-
ron allende del mar. Pronto estaban hollando otro suelo y con
ello, destruyendo otros seres humanos que se habían organizado
151
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

socialmente según su particular criterio y circunstancias que los


rodeaba. Con esos antecedentes los invasores en general impu-
sieron entre otras taras pensar el mundo, y en lo material la im-
posición de tributos y de los cuales extrajeron la vida misma de
los y las afectas a tal pago.

Así, bajo esa exacción de fuerza empezaron la nueva forma de


contar los años y con ellos, los tributos también los fueron modi-
ficando y con ellos, la población sometida sufrió un notable des-
censo. Y, sin embargo, los y las sometidas también esgrimieron
sus especiales armas de resistencia, y una de ella fue el notable
aumento de la población y con ello las formas de resistencia anti
tributo y otras cargas de sometimiento. Por ello, la lucha por el
no pago de los tributos, fue una constante, por los siglos ya haya
sido con notable intensidad o de bajo ímpetu, sin embargo de
que resistieron, resistieron. Así se llegó al siglo XIX, en el cual los
herederos de la conquista estaban llenos de atribulados recuer-
dos de sus antepasados posiblemente hayan sobrevivido lápidas
mortuorias; y de la cuna original como siempre estaba más allá
del mar, y en esa tierra también se generaron notables descon-
tentos sociales.

Entre tanto, en esta tierra en especial en la Capitanía General


de Guatemala, las acciones de descontento social, con distin-
to grado de intensidad se sucedieron al que en distintos años.
Entonces, a esas muestras de desasosiego social también los
afectados implementaron sus estrategias de aplacamiento; junto
a ello, en esa cúpula de poder también se mostraron las grietas
de inconformidad entre partes. Prueba de ello, fueron los recam-
bios en la conducción política de la sociedad misma que en al-
gún momento la bautizaron como —colonial—, voz que escon-
de una descomunal realidad social que se estructuro por siglos.

Así, en ese espacio social, la mayoría harta de la iniquidad larga-


mente acumulada y en el momento de coyuntura decidió pasar
a la praxis, y en el justo momento se hicieron presentes con ma-
yor énfasis en Totonicapán los líderes y lideresas, que asumieron
su especial decisión y convicción social y de pueblo. Así, en el
cuarto viernes de cuaresma del año de 1820, en San Antonio
152
El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Ilotenango, se encendió la llama del llamado a la confabulación,


pues el cúmulo de contradicciones así lo demandó.

Transcurrieron los días cuaresmales y se hicieron presentes


en San Miguel Totonicapán, en acción de rebelión Francisco
Atanasio Tzul y Lucas Aguilar, como dirigentes visibles del ac-
cionar de insurrección, misma que fue apoyada entre la pobla-
ción. Y recuerde que el descontento social, trascendió los límites
del territorio de Totonicapán, pues ya haya sido con mayor o me-
nor intensidad de que se manifestaron lo hicieron, tal cual en el
hasta hoy para la mayoría de la existencia de un pueblo que se
llama San Antonio Leparea, en el actual Honduras.

La acción de rebelión fue eso, una muestra de descontento acu-


mulado y necesitaba un resquicio de escape, pues no está por
demás insistir que no todo fue lineal tal cual lo describen los ma-
nuales; pues en la acción y previo a ella, no se sentaron a discutir
la metodología de acción política-ideológica y con ello, qué mo-
delo de sociedad construir y la orientación política de la misma.
El caso real, fue que los sublevados dijeron no queremos pagar
más tributos, ¡no más tributos! Se acabó, pues entre los lideraz-
gos y su entorno social, no había impregnado otra concepción
de la sociedad y su régimen de organización social. Y de ello, que
entre el liderazgo prendió la confusa figura de Rey, en primera
instancia y luego de la de presidente.

Por todo, a doscientos años de la formidable rebelión con to-


dos sus errores internos, y desde luego con todas las armas del
Estado feudal, ya hayan sido políticas-ideológicas; y de hecho
fueron las milicias ordenadas a reprimir el descomunal accionar
de la población, aunque algunos pagaron su audacia con cárcel y
vejámenes, su decidida acción por sacudirse una parte de las ini-
quidades se demostró y ejecutó con la conducción de Francisco
Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros y compañeras.

La lección de hace doscientos años, está dada y como está de-


mostrado en ese lapso de años, de manera esporádica se han su-
cedido muestras de justa rebeldía, no está demás rememorar los
treinta y seis años y más de lucha interna que nos abatió.

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

Hoy recordamos el accionar de los hombres y mujeres del año


1820, que pasaron de la confabulación a la acción, misma que
quedó truncada y con ello recordar que únicamente dar un paso
atrás para dar hacia adelante.

Y, hoy junio de 2021, hago un profundo recuerdo de enormes


compañeros y compañeras que dieron un paso al frente, y muchos
se trasformaron en esencia y vida pues se involucraron por la vida.

¡La acción de 1820 está inconclusa!

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El juicio contra Francisco Atanasio Tzul, Lucas Aguilar, compañeros
y compañeras de Totonicapán. La memoria de los años 1820-1821

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El juicio contra Lucas Aguilar, Francisco Atanasio
Tzul, compañeros y compañeras de Totonicapán,
refresca la memoria de los años 1820 a 1821. El texto
es un valioso aporte histórico social que José Chaclán
hace de manera coherente y complementaria a otros
estudios realizados con anterioridad. El texto es
relevante porque aclara algunos mitos y relatos que
ha promovido la historia oficial, al declarar prócer
de la independencia a Atanasio Tzul e ignorar el
papel protagónico de Lucas Aguilar, de las esposas
y, de los otros líderes del levantamiento del pueblo
k’iche’: esta resistencia liderada por Tzul y Aguilar,
en ejercicio de su autogobierno y, apegándose a las
innovaciones de las Cortes de Cadiz, se opuso al
pago de tributos promovido por las autoridades
coloniales y apoyado por la Iglesia católica. El texto
nos recuerda que de la historia de los pueblos se
aprenden las aspiraciones por un mundo mejor y se
construye la acción política colectiva.

Pedro Ixchiu

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