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Tesis sobre la crisis económica española y sus consecuencias en

el Régimen político y las relaciones entre las clases


Principales conclusiones tras la V conferencia de la FT para el Estado español

1- Se agudiza la crisis económica.

El elemento más dinámico de la situación española es sin duda el


empeoramiento acelerado de la crisis económica. Desde el desate de la crisis
subprime, se agudizó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria española,
parándose el sector que hasta ahora se ocupaba de la mitad del crecimiento
económico y que había llegado a suponer el 18% del PIB. El último trimestre de
2007 ya evidenció un parón en la construcción, subidas del paro, fuerte
inflación y aumento de la morosidad. Sin embargo en los dos trimestres de
2008 todos estos indicadores se han disparado, y para lo que queda de año es
muy probable que se entre en crecimiento negativo. El último episodio, la
quiebra de Martinsa-Fadesa (la mayor inmobiliaria española), puede ser un
acelerador de la crisis, que arrastre tras de sí a más firmas del sector y
constructoras, tire abajo aún más el precio del suelo y la vivienda y acabe
afectando a la banca.

2-Fin del patrón de acumulación capitalista español.

La crisis actual es el resultado del fin del patrón de acumulación capitalista


construido en los primeros años de la democracia (que costó levantarlo dos
fuertes crisis, la de mediados de los 80 y la de comienzos de los 90) y que ha
traído los 15 mejores años para la economía española. El patrón ha estado
basado en el boom del ladrillo, el sobre-endeudamiento de empresas y familias
y el crecimiento extensivo (en base a la precariedad y la mano de obra ultra-
explotada de los inmigrantes, y a la apuesta por sectores con baja
productividad como muchos servicios). Los desequilibrios acumulados bajo
este patrón han sido el sobre-endeudamiento, el fuerte déficit comercial y la
baja productividad. Ni el Gobierno de ZP ni la oposición del PP tiene un plan
para la búsqueda de un nuevo patrón. Aún así hay lineamientos generales y
compartidos por ambos partidos sobre el qué hacer. Podemos resumirlos en
redoblar los ataques sobre los trabajadores, facilitar la reestructuración de
sectores con baja productividad (en base a la depuración), apostar por la
privatización de empresas públicas (como la gestión de aeropuertos) y
servicios (universidad al servicio de la empresa, sanidad gestionada por
fundaciones…) y no realizar grandes operaciones de salvataje sobre las
inmobiliarias y constructoras (facilitar con pasividad que este sector pierda peso
en el PIB).

3-Primeros efectos sobre la clase obrera y los paquetes anti-obreros de


ZP.

La crisis está golpeando desde el comienzo sobre la clase trabajadora. El


desempleo ha subido en casi medio millón en un año, el salario se ha reducido
por una inflación real cercana al 10% (la oficial está en el 5%) y miles de
familias han visto subir una media de 200 euros el precio de su hipoteca, algo
similar ha pasado con los alquileres. Además el golpe se siente de manera
especial sobre los trabajadores inmigrantes, que se agrupan en los sectores de
mano de obra más extensiva (construcción y servicios), el desempleo en ellos
crece al doble que entre los españoles. Además del golpe por el mismo
desarrollo de la crisis, el Gobierno ZP II tiene en su agenda toda una batería de
medidas anti-obreras. Las primeras recetas anunciadas van contra los
trabajadores extranjeros (endurecimiento del agrupamiento familiar, ampliar a
60 días la detención de ilegales y sobre todo algo que ya se viene haciendo
desde hace años, la expulsión de todo el que llega sin papeles) y buscan cortar
la llegada masiva y amedrentar al sector que más está padeciendo la crisis, así
como dividirlo de la clase obrera nacional. Por otra parte Gobierno, patronal y
burocracia sindical están negociando en casi secreto una nueva contra-reforma
laboral y otra de pensiones, como parte del paquete más estratégico de
reformas estructurales para cargar aún más las tintas sobre los trabajadores.

4- Posibles consecuencias sobre sectores de la pequeña burguesía

Asimismo el carácter “minifundista”del capitalismo español, con un 90% de


PYMES, con sectores muy atomizados y por lo tanto poco competitivos, hace
que muchos elementos de la pequeña burguesía se vean abocados a la ruina.
El Gobierno pretende en gran parte aprovechar la crisis como una oportunidad
para reestructurar determinados sectores claves como el transporte de
mercancías por carreteras que viven esta situación. Así el conflicto entre
Gobierno y gran patronal transportista contra la pequeña patronal y autónomos
puede ser solo un adelanto de otros conflictos que protagonicen estos sectores
ante la ruina que les promete la crisis y la inacción del Gobierno que busca su
desaparición como una manera de sanear el modelo español. Puede empezar
a haber una perdida de consenso entre la gran burguesía y la pequeña y media
que puede quedar muy debilitada en el desarrollo de esta crisis. Dentro de
estos sectores se encuentran también contenidos algunos trabajadores
autónomos a la fuerza, es decir que tienen que cargar con los costes de su
actividad (vehiculo, combustible, cotizaciones…) pero que dependen de una
empresa como si fueran un asalariado (son los autónomos dependientes).

5-Posibles fisuras inter-burguesas en el horizonte.

Al mismo tiempo la quiebra de Mantinsa Fadesa (desatada por la negación de


un crédito estatal, del ICO, de 150 millones para refinanciar su deuda) muestra
que no hay mucha intención ni capacidad de ZP para salvar a las constructoras
e inmobiliarias. En varias ocasiones el Gobierno ya ha manifestado que no
tiene intención de salvar constructoras ni inmobiliarias, y que la crisis puede ser
una oportunidad para restar peso de estos sectores en la economía española, y
permitir así que se desarrollen otros con más valor añadido (hablan de nuevas
tecnologías, energías renovables…). El nuevo patrón que se quiere construir
debe tener menos peso de la construcción y ZP pretende que la crisis depure
en gran parte a muchas firmas, esto puede acarrear de aquí en adelante el
surgimiento de fisuras inter burguesas que enfrenten a los sectores más
perjudicados por el cambio de patrón, un adelanto de esto podría ser el actual
enfrentamiento entre el Ministro de Economía y el de Industria sobre si se debe
o no acudir al rescate de Martinsa.

6-La UE ahoga al capitalismo español.

La política monetaria del BCE es un corsé para la situación económica


española que puede terminar ahogándola. Una misma moneda y unos mismos
tipos de interés para realidades económicas diferentes pueden llevar a roces
asumibles en periodos de bonanza, pero con el actual horizonte pueden
desatar enfrentamientos que pongan a prueba el mismo euro. Como dijo
Trichet –presidente del BCE- en unas declaraciones al diario irlandés Irish
Times ‘el BCE no cambiara su política monetaria para ayudar a paises de la
zona euro con problemas económicos como España, Irlanda o Portugal’.

7-Aumento de roces territoriales

Esta situación económica tiene sus primeras consecuencias en el Régimen. De


entre ellas destaca el aumento del enfrentamiento o la competencia entre
comunidades autónomas. Gran parte del capitalismo español es en muy alto
grado dependiente del Estado, y más en concreto de los aparatos regionales y
municipales que gestionan importantes competencias como el urbanismo o la
cesión de importantes servicios (transporte, limpieza). Así en cada comunidad
autónoma existen un buen número de firmas del ladrillo, la banca, servicios…
que hacen su principal negocio con ayuntamientos y comunidades autónomas.
La discusión versa sobre que grado de proporcionalidad ha de tener el reparto
de los fondos estatales destinados a todo lo que no son servicios esenciales
(educación, sanidad), es decir aquellos que cubren gran parte de los negocios
privados vinculados al Estado (servicios, contratas, obra pública…). En estos
momentos no se discute quien va a hacer mejores negocios, sino cuanta
capacidad va a tener cada burguesía regional para sortear las vacas flacas. El
giro soberanistas del nacionalismo catalán, o el desafío del Gobierno vasco con
la consulta de Octubre, se enmarcan en estas tensiones in crescendo.

8-Crisis del PP y posibles grietas en el PSOE y el PP en clave regionalista

Al mismo tiempo en los partidos del Régimen también se desatan las primeras
fisuras. El enfrentamiento regional puede trasladarse al PP y al PSOE, ya que
gobiernan comunidades enfrentadas entre si. La reivindicación federalista del
Congreso del PSC (Partit dels Socialistas de Catalunya-PSOE) puede ser un
anuncio de lo que se viene. En el PP sin embargo hay una crisis abierta
centrada en cual debe ser la forma para volver al Gobierno, y vinculado a que
tipo de receta debe plantearse. Rajoy ha salido ganando por el momento,
representando la postura de responsabilidad de Estado, apoyar al Gobierno en
momentos difíciles en su estrategia de captación y engaño para pasar los
planes anti-crisis. En el otro bando la estrategia defendida es la de la
continuidad respecto a la legislatura anterior, desgastar al Gobierno haciendo
bandera del ultranacionalismo español centralmente, y el modelo a defender
contra la crisis es el de Sarkozy o Berlusconi, avanzar sobre la clase obrera
generándose una base social reaccionaria. A pesar de la victoria de Rajoy en el
Congreso Nacional, los distintos enfrentamientos en los Congresos regionales
muestran a la claras que la crisis permanece latente y puede saltar de nuevo
en función de cómo se desarrolle el Gobierno ZP II y su gestión de la crisis.

9-Los intentos de estirar la herencia de ZP I.

La legislatura anterior se caracterizó por haber logrado cerrar el proceso de


movilizaciones, esencialmente juveniles, de 2001-04. La paz social de la que
ha disfrutado se combinaba con la mano dura contra los luchadores,
especialmente la izquierda abertzale (nacionalista vasca) que ha quedado muy
golpeada. Aún así el desvío de ZP se consolidó gracias en gran parte a la falta
de ataques frontales contra la clase obrera y la juventud (a la vez que la
situación económica no golpeaba como ahora) y el papel del PP que con su
retórica reaccionaria lo ubicaba como un Gobierno “progresista”. Ninguno de
estos dos factores se va a mantener. Por un lado el Gobierno tiene que
avanzar con las politicas anti-obreras por 6 años postergadas (desde el recorte
al desempleo de 2002 que fue echado atrás, salvo para los peones agrícolas) y
por el otro el PP de Rajoy ha cambiado a ser una oposición moderada y leal,
abandonado el discurso ultra de los últimos años. Aún así el Gobierno trata por
todos los medios de conservar su “aura progresista”, con mensajes como que
los trabajadores no pagaran la crisis, buscando el apoyo de la burocracia
sindical a sus planes o con iniciativas democráticas de corte progresista como
las reformas de leyes como el aborto, la eutanasia, sobre la laicidad del Estado,
el voto de algunos inmigrantes en las elecciones municipales…

10-ZP II. Un Gobierno objetiva y subjetivamente más débil.

En medio de todo esto el Gobierno de ZP está más débil que en la legislatura


anterior. La minoría parlamentaria tiene difícil solución por el descalabro de sus
socios a la izquierda (IU y ERC) y por la dificultad de acuerdos estables con los
partidos nacionalistas periféricos en medio de la disputa territorial. Puede ser
que necesite de grande pactos de Estado con el PP para poder aprobar las
medidas necesarias para sortear la crisis, lo cual minaría aún más su “aura
progresista” y lo debilitaría como mediación. Las últimas encuestas suspenden
al Gobierno y a ZP, y reducen la distancia con el PP en intención de voto tan
solo a dos décimas. Este desgaste de ZP se da a los pocos meses de asumir y
sin todavía haber lanzado ninguna medida contra los trabajadores y la
juventud. Sin duda el ZP I “progre” y que devolvió al país una paz social está
terminando. Las mediaciones del PSOE se demuestran cosméticas y vacías de
contenido real, incapaces de dar una base material sólida (en base a reformas
o medidas populares duraderas).

11-Un movimiento obrero aún débil y disperso.

En los últimos años hemos presenciado luchas importantes. Algunas con


métodos bastante radicalizados como los astilleros o el metal de Vigo, Sevilla o
Delphi en Cádiz. En general éstas, y otras menos combativas, han sido luchas
defensivas que acaban en derrotas y en las que la burocracia sindical tiene la
sartén por el mango. Mención aparte merece Cataluña, donde en el último
tiempo se han dado luchas importantes cualitativamente, sobre todo porque
han tenido una presencia importante de la izquierda sindical (sindicatos
opositores a CCOO y UGT que en los últimos años vienen ganando peso
electoral y en menor medida en el peso en algunos sectores o fabricas); las
luchas contra cierres y despidos de fabricas del metal, de contratistas de
Telefónica o la última de TMB (que objetivamente enfrentaba al Gobierno del
PSC de Cataluña). En ellas han aparecido sectores de vanguardia que ponían
en pie métodos de democracia directa como la asamblea o la formación de
órganos de lucha ad hoc (sobre todo TMB, donde además se buscó el apoyo
de los usuarios). Allí donde dirigen sectores del sindicalismo de izquierda éste
muestra sus grandes limitaciones, imprimiendo una lógica reformista, de
presión sobre el Gobierno y la burocracia sindical y muy corporativos (no
plantean la extensión del conflicto o la coordinación de las luchas, y buscan la
solidaridad más de los “movimiento sociales” que de otros sectores obreros),
que le impide convertirse en una alternativa real que evite más derrotas.
También es de destacar Madrid donde se dio una lucha importante en la
limpieza del Metro que unificó a más de 6 empresas subcontratadas
obteniendo una victoria, e igualmente entre los trabajadores de Justicia que
tras meses de huelga obtuvieron un aumento salarial de 180 euros (pedían
200). Son dos luchas ofensivas espoleadas por salario que a diferencia del
resto consiguieron buena parte de sus reivindicaciones. Todas las
experiencias, con sus distintos niveles, han permanecido aisladas entre si y
respecto al resto de la clase, con lo que no representan un avance cualitativo
en el sentido de imponer una nueva relación de fuerzas ante los duros ataque
por venir. Actualmente con el desarrollo de la crisis se están viendo
negociaciones de convenio más duras que de costumbre, en la que la
burocracia se ve obligada a dar alguna batalla, aunque sea de forma
testimonial. La demanda salarial pesa más que antes, y de hecho es el punto
de desacuerdo entre el Gobierno y la burocracia (en las negociaciones en
curso), que tiene difícil aceptarla por presión de la base.

12-Lento despertar del movimiento estudiantil universitario.

El movimiento estudiantil como caja de resonancia de las contradicciones


sociales ha actuado en los últimos años como reflejo de la pasividad traída por
ZP I. En este último curso se ha ido modificando la situación con la aparición de
un activismo de vanguardia nuevo en contra de los planes privatizadores sobre
la universidad (enmarcados en un plan europeo, Plan Bolonia). Barcelona,
Madrid, Valencia, Sevilla y Bilbao han dado procesos interesantes. Además en
numerosos movimientos sociales se hace referencia al problema de la
precariedad laboral, por ejemplo en la lucha contra Bolonia de la UB el
detonante del movimiento fueron los becarios precarios. El deterioro de la
situación económica y el desgaste inicial de ZP puede hacer que el movimiento
estudiantil recobre importancia y empiece a expresar las nuevas
contradicciones del momento. Esto es más probable aún por los planes
planteados para la Universidad, que están dentro de la estrategia
gubernamental para “modernizar” la economía española, convirtiendo a las
universidades en centros de investigación y formación laboral a bajo coste para
las empresas.

13- Situación, coyuntura e hipótesis de perspectiva.


Con esta caracterización definimos la actual situación de transitoria entre la
pasada estabilidad económica y política del primer Gobierno ZP y un futuro
panorama muy sombrío en lo económico que traerá consigo mayor
inestabilidad entre las clases y en el Régimen. Dentro de esta situación la
coyuntura es reaccionaria en cuanto a que los trabajadores están sufriendo ya
un ataque objetivo por el desarrollo inicial de la crisis, el sector más débil (los
inmigrantes) están ya viéndose atacados por el Gobierno, y éste junto con la
patronal y la burocracia sindical están “cocinando” todo un plan de reajuste
contra los trabajadores. Si bien respecto a Europa las formas de ZP se
distancian de las de Sarkozy y Berlusconi, ya que no trata de generarse una
base social reaccionaria como punto de apoyo para avanzar sobre los
trabajadores, sino que hace más uso de maniobras de captación,
objetivamente ZPII es un Gobierno más a la derecha que el de ZPI. Aún así la
situación es todavía dinámica, no definida. Podemos plantear diferentes
hipótesis:

a. Los efectos de la crisis, si finalmente la burocracia sindical acaba haciendo


frente único con ZP y no se desarrollan tendencias por izquierda que superen a
las direcciones de CCOO y UGT (bien desde dentro de los mismos o desde la
izquierda sindical), pueden ser canalizados por derecha, acentuando la división
de la clase obrera entre nativa y extranjera, y permitiendo que cale el discurso
de la extrema derecha.

b. Que la burocracia sindical de CCOO y UGT, presionadas por el aumento de


luchas salariales, se vean obligadas a romper con el Gobierno ZP, teniendo
que ponerse al frente de procesos de lucha de resistencia obrera contra los
planes anti-crisis.

c. Que la burocracia sindical de CCOO y UGT hagan frente único con ZP


provocando rupturas en su seno o el fortalecimiento de la izquierda sindical (o
una combinación de ambos procesos), abriéndose un proceso de resistencia
obrera más cualitativo. Tanto esta opción como la anterior pueden convivir con
tendencias a la derecha de segmentos de la clase obrera y sobre todo de una
parte de las clases medias. La intervención o no del movimiento obrero, y las
formas que éste adopte condicionaran en gran medida el como se desarrolle la
situación en todos los niveles.

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