Las conductas punibles que se tramitan a través de la Ley 1826/2017
son las conductas querellables conforme al artículo 74 del Código de Procedimiento Penal y los Tipos penales expresamente consagrados en el artículo 534 del Código de Procedimiento Penal, adicionado por el artículo 10 de la Ley 1826 de 2017, delitos que sin ser querellables se rigen por el procedimiento abreviado.
El Congreso creó con esta ley, un procedimiento especial abreviado que,
si bien respeta todas las garantías al debido proceso, hace mucho más corto el procedimiento penal para algunas conductas delictivas previamente establecidas. Así, frente al grupo de delitos ya mencionados, se puede realizar un trámite mucho más expedito y ágil, que dará mejores y mayores respuestas a la ciudadanía.
Se debe tener en cuenta que, en caso de existir un concurso entre las
conductas señaladas anteriormente, se aplica el procedimiento abreviado. Sin embargo, si el concurso se presenta entre una de estas y otra en la cual se aplique el procedimiento ordinario, la actuación se rige por el ordinario. Debe recordarse que el procedimiento abreviado aplica, tanto para los casos en los que la Fiscalía actúa como acusador, como en aquellos en que lo hace un ciudadano bajo la figura del acusador privado.
El acusador privado es aquella persona que al ser víctima de la
conducta punible está facultada legalmente para ejercer la acción penal representada por su abogado. Deberá reunir las mismas calidades que el querellante legítimo para ejercer la acción penal.
Considero que la importancia de la policía judicial en estos procesos, es
que hace parte de los órganos que ejercen las labores de indagación e investigación en las conductas que se tramitan bajo el procedimiento abreviado.