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F u n c io n e s d e l le n g u a je , c a te g o ría s y tip o s d e te x to
La fu n ció n expresiva
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cia un numerosísimo auditorio, que, en traducción y en lo que a
las expresiones culturales se refiere, tiene derecho a que se le ayu
de en cierto modo dándole claves culturales más próximas.
2. Las manifestaciones o textos autoritativos. Aquí cabe todo tipo de
textos que reciba su autoridad del alto estatus o de la fiabilidad y
competencia lingüística de sus autores, textos que, a pesar de no
ser connotativos sino denotativos, suelen llevar el “sello” personal
de sus autores. Son manifestaciones típicamente autoritativas los
discursos y documentos políticos de ministros o líderes de parti
dos, los estatutos y documentos legales y los escritos científicos,
filosóficos y “académicos” de autoridades reconocidas.
3. Las autobiografías, ensayos y correspondencia personal. Estos tex
tos son expresivos cuando se trata de efusiones de tipo personal,
cuando los lectores quedan en un último plano.
Otras áreas de
conocimiento
o sucesos
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y modismos estereotipados, colocaciones corrientes, sintaxis normal,
expresiones y “faticismos” coloquiales: el cauce por donde discurre ha
bitualmente el lenguaje. Los componentes personales constituyen
—aunque son sólo una parte— el elemento “expresivo” de un texto ex
presivo, y un traductor no los debería normalizar nunca en una traduc
ción. (Como ejemplo de texto expresivo, véase Parte II, texto núm. 3.)
La fu n ció n informativa
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n ò r d i c o , f r a n c é s , c lá s i c o ) y h a e s t a d o e n c o n t a c t o í n t i m o c o n g r a n
v a r i e d a d d e l e n g u a s : n o h a y q u e o l v i d a r q u e s e h a “l l e v a d o ” a c a s i
t o d a s l a s p a r t e s d e l m u n d o y e s e l p r i n c i p a l t r a n s m i s o r d e la t e c n o l o
g ía , y q u e n o h a e s t a d o s o m e t i d o , e x c e p t o e n u n p e q u e ñ o p e r í o d o
d e l s i g l o XVIII, a c a s i n i n g u n a p r e s i ó n p o r p a r t e d e a u t o r i d a d e s a c a d é
m ic a s .
Sin embargo, quisiera destacar dos aspectos: primero, que los tex
tos “informativos” constituyen la mayor parte del trabajo de un tra
ductor en nómina de organismos oficiales, multinacionales, empresas
privadas y agencias de traducción; y segundo, que una gran parte de
estos textos carecen a veces de exactitud y están mal escritos, y es el
traductor generalmente el que tiene que “corregir” los datos o los
hechos y el estilo (véase Capítulo XVIII). Así que, a pesar de los viejos
dichos (“la traducción es imposible”, etc.), la mayoría de las traduc
ciones actuales son mejores que sus originales..., o al menos, debe
rían serlo.
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tricas o simétricas, las de poder o igualdad, las de mandato, petición
o persuasión.
El segundo factor es que estos textos deben estar escritos en un
lenguaje de pronta comprensión para el lector. Y por lo que a la tra
ducción respecta, hay que decir que debemos repasar el nivel lin
güístico y cultural del texto en la LO antes de asignarle un impacto
pragmático. Simple y llanamente, Gardez-vous d ’une blessure narcis
sique.
Casi ningún texto es meramente expresivo, informativo o vocati
vo. La mayoría abarca las tres funciones, aunque sea una sola la que
resalte. Sin embargo, la función expresiva, hablando en sentido es
tricto, no tiene lugar en un texto vocativo o informativo..., si está allí
es solo inconscientemente, como “infravida”. La mayor parte de los
textos informativos o tienen un hilo vocativo que los recorre —es vital
para el traductor coger ese hilo— o la función vocativa se reduce a
una sección particular de recomendación, opinión o juicio de valor;
es difícil que un texto sea meramente informativo, esto es, objetivo.
Un texto expresivo, por otra parte, llevará siempre alguna carga de
información y un componente vocativo, que variará (sigue siendo
tema de debate entre críticos y traductores), según —al menos en par
te— el porcentaje de sus componentes “universales” y “culturales”.
Así pues, “expresivo”, “informativo” y “vocativo” son epítetos que se
usan únicamente para mostrar el énfasis o el “empuje” (Schwerpunkt)
de un texto.
Hasta aquí lo único que he hecho ha sido proponer tres principa
les tipos de texto. En el capítulo siguiente hablaremos de los métodos
de traducción que precisan, y ahora consideraremos las funciones del
lenguaje según Jakobson: la estética —llamada por Jakobson “poéti
ca”—, la fática y la metalingüística.
Esta función está ideada por el lenguaje para agradar a los senti
dos, primero por su sonido real o imaginario y luego por sus metáfo
ras. Claro que también contribuyen de forma importante el ritmo, el
equilibrio y contraste entre las oraciones, las cláusulas y las palabras.
Los efectos sonoros son los inventariados por la estilística: onomato-
peyas, aliteraciones, asonancia, rima, metro, entonación, acento, etc.
Algunos de ellos desempeñan un papel importante en la mayoría de
los tipos de texto, papel que se convierte en importantísimo en poe-
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sia, versos macarrónicos, canciones infantiles y publicidad (sobre
todo en los anuncios rimados de la televisión: “A mí, plin: yo duermo
en Pikolin”). En muchos casos es imposible “traducir” los efectos so
noros, a no ser que uno transfiera las unidades lingüísticas pertinen
tes : siempre es posible recurrir a cierto tipo de compensación. En la
traducción de textos expresivos —en especial, la poesía—, están
muchas veces en pugna la función expresiva y la estética, la “verdad”
y la “belleza”..., la fealdad de la traducción literal y la hermosura de la
traducción libre.
Los verbos descriptivos de movimiento y acción, como describen
una modalidad, son ricos en efectos sonoros (“musitar”, “susurrar”,
“galopar”, etc.), pero no son difíciles de traducir, a menos que “falte”
la palabra en la otra lengua, o lo que es lo mismo, que exista un vacío
léxico, que puede ocurrir ya que ésta es una característica universal
de las lenguas.
En los versos macarrónicos y trabalenguas (“Donde digo digo no
digo digo, sino que digo Diego”. Ein Wiesel sass a u f einem Kiesel in
mitten einem Bachgeriesel. A ferret nibbling a carrot in a garret) el
efecto sonoro es más importante que el sentido. Asimismo, en la can
ción infantil (“El cocherito, leré / me dijo anoche, leré...”) y en la li
teratura parnasiana del arte por el arte (véase Levy 1969) de finales
del XK (Gautier, Verlaine, Swinburne, J. M. de Heredia, Dowson,
etc.), la “belleza” eufónica está por encima de la “verdad”. En otros
textos la función expresiva prima sobre la función estética, pero una
traducción “fea” puede anular el objetivo del texto.
La metáfora es el nexo de unión entre la función expresiva y la
estética, y, gracias a las imágenes que evoca, es además el único vín
culo entre el lenguaje y cuatro de los cinco sentidos corporales: con
la producción de símbolos olorosos (“rosa”), gustátiles (“comida”),
tactiles (“piel”) y visuales (todas las imágenes), además de los sono
ros (“pájaro”, “campana”), materia de que está hecho el lenguaje, la
metáfora conecta por la vía del lenguaje la realidad extralingüística
con el mundo de la mente. Lo que quiere decir que la metáfora origi
nal, al ser un componente tanto expresivo como estético, se debe
mantener intacta en traducción.
En tanto que las cuatro funciones que acabamos de ver están rela
cionadas con el texto en su totalidad, las dos siguientes, la fática y la
metalingüística, sólo suelen afectar a una parte del texto.
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La f u n c ió n f á t ic a
La fu n c ió n metalingüística
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