Tiempo de pandemia: una interpelación para la Ética Cristiana
La pandemia del COVID-19, ha traído como consecuencia un periodo de dificultad con
problemas multidimensionales. El distanciamiento social ha cambiado nuestra dinámica, tanto laboral como escolar, incluso familiar y social, ya que de un día para otro nos hemos tenido que adaptar a una nueva realidad, en la cual, la poca interacción social ha cambiado nuestras vidas. Por otra parte, el impacto en la salud a nivel mundial y los millones de fallecidos, se traduce en un miedo constante. Lo anterior, nos lleva a hacer una retrospección de nuestra conducta y comprender la vulnerabilidad del ser humano ante el poder de la naturaleza, lo frágil que somos ante ella. La mirada antropocéntrica y el individualismo nos hace reflexionar del impacto negativo que hemos causado al ecosistema. A pesar de esto, la pandemia también puede entenderse como tiempo de fe, una luz que nos está cuestionando nuestro vivir para que nos detengamos a reflexionar, reconstruir y actuar con corresponsabilidad en medio de la crisis, es decir, nos permite ver más claramente la conexión entre nuestra salud y el medio ambiente, y nos hace conscientes de que proteger el medio ambiente es una estrategia esencial para evitar otras crisis importantes de salud en el futuro , donde la acción ética es una acción racional, que implica libertad, pero con el compromiso del respeto por el entorno y la empatía, que es una decisión que consiste en una entrega absoluta de valores condicionantes para mejorar nuestro diario vivir.