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Prefacio

La historia del Perú, es difícil y penoso recordar el fragmento de la historia que estamos
obligados a contar. A finales del siglo XX de 1980, estaba marcada por el horror por todos los
acontecimientos sucedidos en la sociedad, para esto se pidió investigar, la verdad sobre los 20
años de violencia política en Perú, para esto se expone datos abrumadores en la CVR. Ellos han
concluido cifras de víctimas fatales que superan, 66 mil peruanos, los desaparecidos a manos de
los subversivos y los agentes del estado, razón por la cual se sigue hablando del tema como de
los asesinatos, torturas masivas, violaciones y la indolencia, la indiferencia de los que pudieron
impedir esta catástrofe, de cada cuatro víctimas tres son campesinos, lo cual nos hace ver como
un sector de población es históricamente ignorado por el estado y la sociedad urbana, como
vemos en estas dos décadas han sido de destrucción y muerte, pero no lo serian sin el desprecio
de los menos poseídos del país. Se muestran diecisiete mil testigos voluntarios que reconstruye
la historia de las víctimas. En ellas se encuentra insulto racial y agravio verbal a personas
humildes, también se ve el secuestro, el disparo a quema ropa por parte de los agentes de la
fuerza armada y también por parte que los dirigentes que planean aniquilar a una u otra
comunidad. Se han escrito sobre la discriminación cultural, social y económica, estas
persistentes en la sociedad. Poco han hecho las autoridades y ciudadanos para combatir ese
estigma. La Comisión exige que la justicia penal actúe de inmediato porque el deber del Estado
es defender a la población, y asegura el derecho a la vida y la dignidad de todos, pero las
fuerzas armadas han hecho todo lo contrario. La clase política que gobernó, tiene explicaciones
que dar al Perú, si no fuera por la indiferencia de quienes ocuparon los más altos cargos
públicos, esta clase política que debe asumir su culpa, es triste saber que aquellos que pedían
botos de los ciudadanos para representarlos democráticamente, en el fondo los menospreciaban
a los humildes quedaron el olvido. En el momento en que la Comisión de la Verdad y
Reconciliación fue instituida, en el Perú asistía, una vez más, a un intento entusiasta de
recuperar la democracia perdida. Sabiendo que esta no se había perdido por sí sola, fue
abandonada poco a poco por quienes no supimos defenderla, esta no se ejercía permanente por
eso se pierde la lealtad de sus ciudadanos. Para esto es necesario purificar nuestra República,
esto es el paso indispensable para llegar a una sociedad reconciliada con la verdad, con los
derechos de todos y cada uno de sus integrantes.
LOS PERIODOS DE LA VIOLENCIA
El conflicto armado que ocurrió en 1980 y el año 2000, donde más de 69000 personas perdieron
la vida como en el departamento de Ayacucho y en el departamento de Lima en el distrito de
San Isidro, Miraflores, San Borja y La Molina. Esto comenzó por el PCP-SL (sendero
luminoso) al iniciar una guerra popular contra el Estado peruano. Por otro lado, la mayor parte
de víctimas de las acciones senderistas estuvieron entre campesinos o pequeñas autoridades
locales, también hubo denuncias e investigaciones sobre la violencia a los derechos humanos,
hubo investigaciones periodísticas, parlamentarias y en menor medida, judicial
lamentablemente no hubo una sanción para los responsables. Una de las principales
características del país ha sido su frágil integración nacional expresada en la gran fragmentación
de sus espacios regionales y la falta de reconocimiento cabal de la diversidad étnica de sus
habitantes. El PCP-SL atento contra el estado peruano de poner explosivos en instalaciones
públicas en diversas partes del país, también la policía logró capturar a cientos de senderistas
(por ello, el PCP-SL se concentró más en liberar a sus presos). Dato importante que la
principal fuerza de oposición fue el partido aprista peruano (PAP). En el segundo período que es
la militarización del conflicto: es una etapa que sendero luminoso crea su autodominio ejército
guerrillero popular y realiza acciones como, ataques a puestos policiales y emboscadas a
patrullas militares. Una de las consecuencias fue el asesinato de 8 periodistas en Uchuraccay, 4
semanas del ingreso de las fuerzas armadas a la lucha contra el sendero luminoso, donde
produjo un quiebre en el conflicto al difundirse ampliamente en los medios nacionales. Cuando
fue elegido presidente Alan García Pérez cambió el discurso oficial sobre la guerra interna al
criticarse por primera vez desde el gobierno las violaciones a los derechos humanos cometidas
por las fuerzas armadas; se creó, además, una Comisión de Paz. La idea central del gobierno de
García era derrotar a la subversión sustrayéndole el posible apoyo campesino mediante el
desarrollo de políticas dirigidas a este sector y a zonas de extendida pobreza. El gobierno aprista
entendió con exagerado optimismo que el crecimiento económico de sus dos primeros años
había terminado con Sendero Luminoso, al registrarse un descenso de sus acciones entre 1985 y
1986 ya que en el año 1989 fue uno de los más difíciles de nuestra historia republicana, siendo
el clímax e inicio de un período de crisis extrema, en el que el conflicto armado interno se vio
exacerbado. Así, el PCP-SL incrementó notablemente sus niveles de violencia y movilizando
sus bases urbanas hacia la realización de ataques y atentados más violentos, frecuentes y
visibles.
Los inicios del gobierno de Alberto Fujimori mantuvieron la estrategia integral de las FFAA e
impulsó iniciativas legales para complementarla donde el 5 de abril de 1992, mediante el golpe
de Estado que quebró el orden constitucional, el gobierno de Fujimori promulgó una serie de
disposiciones que endurecieron la legislación antiterrorista (DL 25475, 25499, 25659, 25744).
A pesar del evidente declive en las acciones subversivas, resaltado por la misma propaganda
oficial, el régimen no disminuyó el número de zonas de emergencia, sino que mantuvo un
esquema de contra subversión.

ROSTROS Y PERFILES DE LA VIOLENCIA


Perú entre 1980 y 1997 vivió una época de violencia sin control, que marcó para siempre a la
nación peruana. La violencia armada del terrorismo en el Perú, no afectó a todos igualmente en
los ámbitos territoriales ni las diferencias sociales del país. Estuvo reducida en lo que
podríamos denominar los márgenes de la sociedad, es decir, la principal víctima de la violencia
fue la población campesina, de la totalidad de víctimas el 79% vivía en zonas rurales y el 56 %
desarrollaba actividades agropecuarias, lo que causo la violación de sus Derechos Humanos y
hace perder la confianza de la población en sus autoridades e instituciones, incitando a una
mayor confrontación, la CVR ha estimado que el número total de peruanos que pudieron haber
muerto en el conflicto armado interno sería de 69,280 personas, de las cuales el 75% tenía como
idioma materno el quechua u otras lenguas nativas y contaban con un nivel de educación más
bajo que el promedio nacional, en el departamento de Ayacucho se ha considerado que 26,259
personas murieron o desaparecieron. Dentro de las zonas más afectadas esta Ayacucho, a pesar
del carácter masivo en términos del número de víctimas fatales que provocaron, los principales
actores del conflicto armado interno no tuvieron un accionar totalmente indiscriminado, sino
que seleccionaban a sus víctimas las personas de 20 a 49 años representan el 66% de las
victimas específicas de las sociedades regionales o locales que fueron escenario de la violencia.
El perfil de las víctimas de los principales actores del conflicto armado interno tuvo un carácter
dinámico, condicionado por el tipo de estrategia que intentaron llevar a cabo, así como por las
características específicas de los lugares donde se desarrolló el conflicto, los ataques entre los
miembros del PCP-SL en contra de los blancos policiales y militares en todo el país, el Ejército
Peruano fue la institución que tuvo mayores bajas (60% del total de las bajas reportadas de los
agentes del Estado).La CVR ha constatado que en diferentes momentos y regiones del país,
ocurrieron actos de heroísmo y ejemplos de cumplimiento del deber por parte de policías y
militares que arriesgaron o dieron su vida en la lucha contra la subversión armada. A ellos, el
Estado y el país les debemos reconocimiento pleno. Muchas personas fueron conscientes de la
necesidad de transmitir la historia a las nuevas generaciones para que no vuelva a ocurrir los
hechos violentos, es bueno recordar y tenerlo presente; para que las nuevas generaciones
conozcan la historia y así no la repitan.
EL SURGIMIENTO DE SENDERO LUMINOSO
Carlos Iván Degregori en su primer capítulo del libro “El Resurgimiento de Sendero Luminoso,
narra cómo los predecesores de la población AYACUCHANA han sido sometidos siglo tras
siglo, primero por Los Wari, Los Wankas, seguido de los Incas y por último por los españoles
(también llamado desplazamientos étnicos), descrita por los cronistas como TIERRA MUY
DOBLADAS y de CAMINOS FANGOSOS. Describe a los HUANTINO de carácter revoltoso
y que muchas veces se han sublevado contra las autoridades locales o contra el gobierno. La
crisis económica entre 1876 y 1940 sumado a la incapacidad de los terratenientes termino por
hundir a la clase agraria, El gobierno militar de 1968 y 1980 continúo exportando pobres a la
capital. la pobreza, la explotaci6n terrateniente, la opresi6n servil y la discriminaci6n étnica nos
hablan de una estructura arcaica, donde hasta los años cincuenta persistía la estratificación
estamental en señores y siervos. La Reforma Agraria aplicada a partir de 1969, si bien incidió
solo secundariamente en la región, acelero ese resquebrajamiento. “indio" comenzaba a dejar de
ser sinónimo de siervo. A mediados de siglo la migración era casi la única esperanza de escapar
de una situación miserable y opresiva, uno de los factores decisivos para la evolución de la
regi6n en décadas recientes fue la lucha por la educaci6n y, como parte de ella, la reapertura de
la universidad. El campesino comienzo a razonar y trata de tener las mismas oportunidades que
los mestizos, estando en iguales condiciones para desempeñar cualquier ocupación. Según la
hipótesis de DEGREGORI, diríamos simplificando que durante el siglo XX un porcentaje
creciente de las poblaciones andinas deja de mirar hacia el pasado, de esperar el regreso del
Inca, tal como proponía el clásico mito de Inkarri, y se lanzó más bien con una vitalidad
insospechada a la conquista del futuro. Y allí, en un punto neurálgico, se ubica la escuela. La
servidumbre campesina continuaba vigente, hacia 1950 Los campesinos fundan una escuela y
contratan una maestra, cada colono aporta con un sol mensual para pagar a la profesora. Siendo
la reapertura de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga en 1959 un hecho que
colmo de profesores de diferentes partes del Perú, creando en ese momento dos vertientes, los
profesores de renombre, y lo profesores del PUEBLO, quien para ellos la educación era UN
PROYECTO DE VIDA, estando en estas filas el profesor Abimael Guzmán Rápidamente la
universidad tomo un giro estudiantil muy amplio, pasando de 228 alumnos a 1140 matriculados.
Conforme la universidad se distanciaba de las clases dominantes, reforzaba sus vínculos con los
sectores populares, que pugnaban por ascender socialmente. Formándose de esta manera el
primer frente de IZQUIERDA RADICAL.

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