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Noche 1 17/mayo2021

Abre los ojos, me dije a mi misma esa mañana. Con las manos en la baranda, respirando hondo,
profundo quería absorber el mar, que se veía lejano, brumoso, quieto. Quería absorberlo y
llenarme de la quietud marina. La ciudad padecía gélida bajo el encanto de la enfermedad, uno
que otra persona paseaba a su mascota, solo se podía ver la correa, el animal inquieto y una
persona cuyo rostro tapaba la mitad de la mascarilla. Ya no se escuchaban a los niños jugar, las
risas se perdían en cada poste, en cada reja al jugar la pinta, la escondida 123 por mí, pegaban las
manitos en el cemento del alumbrado, ya no se oía correr, ya no se oían gritar con la pelota. Las
manitos se perdían adentro de sus casas, hipnotizados frente a las pantallas, llenos de azúcar y
frustración. La ciudad no brillaba, se veían a lo lejos en los cerros las sirenas muy tarde por la
noche, una que otra micro pasaba a diario, el ruido del motor se perdía en la bruma, y era casi
imperceptible. Respiré y el aire frío entro en mi nariz, sentí dolor, dolor de ser parte de la bruma.

Noche 2 Octubre 8

Nos sentimos muertos, son tiempos de caos y una debilidad se apodera de nuestros cuerpos que
sobreviven inerte a los estímulos. La música hoy logró abrir ese espacio entre mi alma y los
recuerdos.

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