LA INDUSTRIA EN GENERAL DEFINICIÓN DE INDUSTRIA Con origen en el vocablo latino
industria, el concepto de industria hace referencia al grupo de operaciones que se desarrollan
para obtener, transformar o transportar productos naturales. El término también se aprovecha para nombrar la instalación que se reserva a esta clase de operaciones y al conjunto de las fábricas de un mismo género o de una misma región (como ocurre, por citar algunos ejemplos, con “la industria textil” o al hablar de “industria estadounidense”). Definición de industria Si bien algunos economistas definen a la industria como “toda actividad humana dedicada a la producción de bienes”, pareciera que ello no va mas allá de una especulación de tipo semántico que impide diferenciar a la actividad manufacturera de la actividad agraria, minera, pesquera y forestal. La definición de SOMBART, que dice: “Industria es aquella actividad económica que se aplica a la preparación y elaboración de los artículos, es decir, la actividad transformadora de los bienes económicos (primarios), en la cual también se incluye la mejora y conservación de los mismos”. La industria en un sentido estricto supone el empleo de maquinaria y energía. La simple consideración de que más del 70% de todos los ingresos individuales se concentran en unos 20 países industrializados que encierran menos de la quinta parte de la población mundial, y en los cuales se concentra, además, la mayor parte de toda la energía producida en el mundo, nos dice con harta elocuencia de la importancia económica de la industria como actividad económica. En el otro extremo se encuentran los países de ingreso bajo y mediano, es decir, los países subdesarrollados o en desarrollo, buena parte de los cuales tiene como denominador común la pobreza. Esta dilatada parte de la Tierra, que se compone de más de un centenar de países, encierra alrededor de las ¾ partes de la población del orbe y sólo participa del 15% de la renta mundial. La renta media por persona en este tercer mundo es casi veinte veces menor que la del habitante medio de los países industrializados. Lo que importa para lo que se pretende demostrar respecto del papel de la industria en la vida económica moderna es señalar que en ese vasto sector de la pobreza, el grueso de la población está ocupada en la agricultura y otras actividades primarias y, por lo tanto, el desarrollo industrial allí es incipiente o nulo. Esto no debe ser interpretado como un alegato en contra de la agricultura sino todo lo contrario: no hay desarrollo posible sin tecnificación del agro; pero tampoco podrá beneficiarse el agro si, al mismo tiempo, no se produce una adecuada industrialización. Características intrínsecas de la actividad industrial Contrariamente a lo que ocurre con la agricultura, la minería y otras actividades primarias que dependen en grado sumo del medio geográfico, la actividad industrial, precisamente por el hecho de ser una actividad secundaria, es decir, de transformación de algo ya existente, creado o provisto por los sectores primarios, depende tan solo indirectamente del medio. La oferta, en consecuencia, es mas fácilmente gobernable, pudiéndosela adecuar, en cierta medida, a la demanda. En la producción agrícola, la oferta dependerá, indudablemente, de la superficie sembrada, pero tan solo en parte, porque la cantidad definitiva la decidirá un complejo de factores naturales no gobernables por el hombre, como se gobierna una fábrica. Tampoco es decisivo en la industria, ni incide apreciablemente en los costos, el espacio físico. El área cubierta por todas las fábricas del mundo resulta insignificante si se la relaciona con la superficie de la tierra emergida o simplemente con la ocupada por la agricultura. La localización industrial es la más amplia y elástica por su difusión. Los progresos técnicos y particularmente los experimentados por los sistemas de comunicación, han logrado liberar cada vez más a la industria de las limitaciones geográficas indirectas que constreñían su localización al principio de la era industrial. La geografía industrial del mundo actual nos muestra que ya no es indispensable disponer en el propio territorio de las materias primas para desarrollar determinada industria. El ejemplo más típico es el de Japón, que no poseyendo ni hierro ni carbón es uno de los principales productores de acero y el primer exportador de ese producto. Otro aspecto distintivo de la actividad industrial es que concierne a la demanda. Su elasticidad contrasta con la rigidez de la demanda de productos agrícolas (particularmente alimenticios). Como consecuencia de ello, el mercado para las manufacturas es mucho más amplio e ilimitado, puesto que crece paralelamente al aumento de los ingresos. Los alimentos, en cambio, tienen límite físico, que no va más allá de las exigencias biológicas del individuo. Los recursos humanos pueden ser más integralmente aprovechados por la actividad industrial que por la agricultura, dado que aquella no se ve afectada por la estacionalidad de las tareas que determinan periodos de gran demanda de brazos (por ejemplo, cosechas) y periodos de inactividad. Las posibilidades de aprovechamiento integral de la tecnología son casi ilimitadas en la industria. La automación es un hecho indiscutible de la fábrica moderna, que se traduce en una importante economía de costos por ahorro directo de mano de obra y por incremento de la productividad. Otra de las tendencias de la economía industrial moderna es la especialización de las empresas y la división del trabajo dentro de las mismas. Esto se traduce en un incremento de la productividad por el mayor aprovechamiento del recurso humano y del capital (herramientas, máquinas, instalaciones). La repartición de la población activa entre los tres sectores de la actividad económica constituye un indicador muy importante para apreciar la estructura económica y el nivel de desarrollo de un país. Pero ese indicador demoeconómico resulta insuficiente si no se lo completa con otros indicadores, como el consumo de acero y de energía por habitante que ya se mencionaron en otros capítulos y con las proporciones en que cada sector participa en el valor total de la actividad económica, es decir, en la formación del producto bruto interno. Conviene, al hacer este análisis, recurrir al valor agregado por cada sector, a efectos de no contabilizar dos o más veces los consumos intersectoriales. Es decir que al analizar la participación de la industria en el PBI lo hacemos a través del valor agregado por la misma, que equivale a deducir del valor comercial de toda la producción industrial lo gastado en otros sectores (materia prima, energía y combustibles), ya que estos valores aparecerán en el análisis del sector primario y del sector terciario. A mayor proporción del sector industrial, mayor ingreso por habitante; e inversamente, a mayor participación del primario, menor ingreso. Otros determinantes y factores de localización industrial Factor Humano. La industrialización es un fenómeno económico inducido e inductor de fenómenos humanos. La densidad y calidad de la población, y particularmente su nivel de ingresos, son factores favorables al desarrollo industrial y éste, a su vez, provoca la concentración de población en centros urbanos, induciendo el fenómeno del urbanismo. Pero el hombre es el elemento motor del proceso como consumidor y empresario. El capital. La industria moderna no puede concebirse sin capital físico en forma de instalaciones, equipos y maquinarias, además del capital circulante necesario para la adquisición de materias primas, partes o piezas, pago de sueldos y jornales. Inversiones extranjeras. La insuficiencia de capacidad de ahorro que deriva la situación que acaba de reseñarse, puede ser solucionada, entre otras formas, mediante las inversiones del capital extranjero, que pueden ser de orden privado o en forma de prestamos o garantías a través de organismos internacionales. En todos los casos se deberá poner especial celo para evitar la desnacionalización de empresas, así como para impedir que la “ayuda” bilateral sea concedida para obtener favores políticos y ventajas estratégicas o para incrementar las exportaciones de los países o empresas inversoras. Materias primas. El criterio clásico de la localización de las industrias en función de las materias primas y de las fuentes de energía, ya fue superado, dando paso al esquema de los costos comparados, sobre la base de las materias primas importadas. Es decir que puede darse el caso de que convengan mas instalar una industria con materias primas o energía compradas en el exterior cuando los gastos de explotación y de transporte de las fuentes propias elevan el costo de estas mas allá del precio internacional. Energía. Como ya se vio en el capitulo correspondiente, la energía es uno de los elementos indispensables del desarrollo industrial moderno; tanto que la medida de la potencia instalada o el consumo de energía por habitante es uno de los mejores indicadores del nivel alcanzado por la industria y la tecnificación rural de un país. Como factor de localización, la fuente de energía es, en cierto modo, decisiva, cuando se trata de un salto de agua para aprovechamiento hidroeléctrico, salvo que la naturaleza del producto elaborado haga que sea más costoso su transporte que el de la energía. En general, las industrias atraídas por la usina hidroeléctrica son las que elaboran electroproductos, como refinación de metales – en particular el aluminio y el cobre -, la soda caustica, etc. En general, puede afirmarse que la energía ha dejado de ser, desde hace casi medio siglo, un factor predominante de localización industrial. Esto obedece a los progresos en materia de transporte de electricidad a largas distancias y a la diversidad de fuentes energéticas. El mercado como factor de localización industrial. El mercado consumidor es, por excelencia, el elemento generatriz de la industria. Asimismo, los mercados en particular pueden ser factores de ubicación de la fábrica. Esto ocurre en diversas circunstancias. La industria como generadora de industrias Con pocas excepciones, el proceso de industrialización de los países nuevos se inicia con la elaboración de los bienes más cercanos al consumo, alimentos, textiles y otros elementos de uso corriente. La materia prima puede ser nacional o importada, y la maquinaria, en cierta medida y por razones técnicas, adquiridas en el exterior. En una segunda etapa comienza a desarrollarse el sector metalúrgico, que provee repuestos, máquinas, equipos, etc., siempre que se cuente con la adecuada protección inicial. Resulta evidente que las primeras industrias crearon el mercado de las segundas, y éstas, a su vez, originan la demanda de material siderúrgico y metalúrgico que se importan hasta tanto surjan las industrias pesadas, empezando por la siderúrgica. Concentración empresarial o concentración industrial es la agrupación de empresas a través de acuerdos, fusiones o la dependencia de participaciones accionariales a una empresa matriz (holding, trust, cártel, etc.). La concentración de empresas del mismo sector (o de la misma etapa de un proceso de producción) se denomina concentración horizontal; mientras que la de empresas de distintos sectores (vinculadas por ser clientes unas de otras) se denomina concentración vertical (la que intenta concentrar todas o la mayor parte de las fases de un mismo proceso productivo, lo que también se aplica a empresas de la misma industria pero que operan en diferentes etapas del proceso de producción). Las concentraciones, al superar los efectos negativos del denominado minifundismo empresarial, suelen generar sinergias y economías de escala; aunque, en algunos casos, sobrepasar ciertos límites de dimensiones o complejidad organizativa produce efectos disfuncionales (deseconomías de escala). Cuando la extensión del tamaño de una concentración o grupo de empresas supera las fronteras nacionales se denomina multinacional o transnacional. La geografía industrial del mundo presenta la particularidad de una sorprendente concentración, en cuatro grandes dominios fabriles: Estados Unidos, Japón, Europa occidental y la ex Unión Soviética. Esto no implica subestimar la pujante industria italiana de posguerra, ni el sorprendente progreso realizado en ese terreno por Canadá y Australia, Brasil, China y Corea. Mapa geográfica Los productos obtenidos de la siderurgia ( ), en forma de lingotes, barras, planchas, perfiles, etc., constituyen las materias primas o, mejor dicho, los productos intermedios empleados en las industrias metalúrgica y mecánica. La gama de productos que elabora la industria de transformación mecánica es prácticamente infinita, estos productos pueden ser agrupados en: material de transporte, maquinaria y equipos, utensilios de uso corriente, artefactos para el hogar y materiales metálicos para la construcción. Pero, en general, el grueso de la producción mecánica mundial se halla concentrada en unos pocos países, que a su vez poseen una importante industria pesada. Esta industria comprende las construcciones navales, la producción de material ferroviario y la industria automotriz. Estas industrias, salvo en los países nuevos, que deben desarrollar la mayor parte de su infraestructura, están en retroceso si se las compara con el ritmo impuesto en la segunda mitad del siglo pasado y principios del actual, cuando tuvo lugar el tendido del grueso de las líneas férreas y se transformó toda la flota mercante mundial para atender la profunda modificación operada entonces en el comercio internacional. Dado el gran volumen de materias primas que emplean, estas fábricas se emplazan casi siempre en las proximidades de los centros siderúrgicos. Como es natural, esto no es siempre posible, por razones obvias, en el caso de las construcciones navales, cuando la industria siderúrgica no está ubicada en un puerto. En cuanto al material rodante para ferrocarriles, las fábricas suelen instalarse sobre algún ramal, a efectos de facilitar el desplazamiento de los productos terminados, por su propio sistema de rodamiento. La construcción naval. Es una industria que depende de una multitud de industrias subsidiarias que elaboran las distintas partes. Se la encuentra muy dispersa en todos los países marítimos y las mas importantes son, como se dijo, las que coinciden con puertos siderúrgicos. La construcción del material ferroviario está adquiriendo cada vez más significación en los países en desarrollo que deben proveerse su infraestructura. En cambio, en los países desarrollados es más importante la industria de la reconstrucción y renovación del material disponible. La industria europea exporta material ferroviario al África, Asia y América Latina. En los estados Unidos se fabrica material ferroviario en los estados de Pensilvania, Nueva York, Ohio e Illinois. También este país exporta grandes cantidades a los países nuevos. La Federación Rusa y los demás países de Europa oriental tienen también grandes establecimientos especializados en ese ramo. Japón es, asimismo, un importante productor de material ferroviario, tanto de locomotoras como de vagones. . En la industria automotriz deben distinguirse las plantas de fabricación de piezas y partes de las de simple montaje de los vehículos. Las hay integradas, es decir, las que comprenden todo el proceso, aunque por lo general tampoco se trata de la misma planta. El caso más típico es el de las integradas y caracteriza la industria automovilística norteamericana, aunque también en Francia e Italia, principalmente, hay ejemplos de grandes fábricas de automotores integradas verticalmente. Es una de las industrias más concentradas geográficamente. El primer productor mundial de automotores es China que en 2014 superó los 22, millones de unidades. La producción anual de Estados Unidos en 2014 fue mayor a los 11 millones. Le siguen Japón con 9.6, Alemania con 5,7, Corea del Sur con 4,5, India con 3,8, Brasil con 3,7 México con 3,0 entre otros. Europa Occidental, que debió afrontar en un principio la insostenible competencia de los Estados Unidos con su producción en serie, reaccionó especializándose en vehículos de menor tamaño y bajo consumo de combustible y lujosos. La fabricación de maquinaria industrial. Aunque más dispersa que las anteriores, esta industria muestra tendencia a emplazarse cerca de los centros de concentración de las industrias que emplean las máquinas. Las ramas principales de la fabricación de maquinaria son la agrícola, la textil, la maquinaria de utillaje industrial (para minería, petróleo, elevadores, grúas, perforadoras, sierras, taladradoras, hormigoneras, etc.), la maquinaria vial y la destinada a zanjado y dragados de canales y puertos. Históricamente la industria de alimentación que, junto al textil, es la más antigua, presenta características muy particulares que la diferencian considerablemente de todas las demás. En primer término, es sumamente diversificada por la gran variedad de productos primarios que intervienen en la dieta tanto más “sofisticada” cuanto mayor es el nivel económico de un país. Además, es de reconocer en ella muy diversos grados de complejidad del proceso fabril que se escalonan desde la simple elaboración casi doméstica de ciertos productos (dulces, jarabes, bebidas, etc.) hasta los modernos alimentos concentrados y casi “listos para consumir.” Es por ello que esta industria, a diferencia de la textil misma, que es una de las primeras en desarrollarse en todos los países, presenta características diferentes según el nivel económico y las costumbres de cada país. Esta es tal vez la diferencia más notable con las demás ramas de la industria. También se advierten diferencias en materia de localización de las fábricas, que tampoco se dan en otras industrias. Así, como por ejemplo, las plantas elaboradas de productos rápidamente perecederos deben instalarse en el centro de la producción de la materia prima (pescado, productos lácteos, algunos frutos, vino, azúcar). Además, como en gran parte de esta industria no es un factor decisivo la dimensión de la planta, es una de las que más se adapta a la descentralización en función de los propios núcleos consumidores. Surge así una gran diferenciación entre la industria alimentaria de los países subdesarrollados – las mas de las veces los productores de las materias primas – y la de los países desarrollados. En estos últimos existe una gama cada vez mayor de alimentos envasados, congelados o deshidratados, producto de constantes innovaciones tecnológicas. Paralelamente a todo ello surge una poderosa industria subsidiaria: la de los envases, que ha pasado a convertirse en una rama especializada de la técnica de la comercialización. Entretanto, los países de escasos recursos desaprovechan gran parte de su producción por no estar en condiciones de elaborarla o conservarla. Otro aspecto importante de la industria que nos ocupa es el aprovechamiento de los subproductos y desperdicios. Es este otro signo característico de la industria desarrollada. En algunos casos el aprovechamiento de los subproductos y de los residuos requiere una instalación especial. El hecho de estar destinada a satisfacer, lo mismo que la de la alimentación, una de las necesidades fundamentales del hombre, sumado a la circunstancia de ser una industria de elaboración, es decir, basada en el simple funcionamiento de máquinas fabricadas por otras industrias, determina que la industria textil esté ampliamente difundida en la mayor parte del mundo. Por otra parte, fue la primera que se benefició con los adelantos técnicos de la era del maquinismo, como se vio en otra parte de este libro. El sector más importante de la industria textil es el correspondiente al algodón, seguido ahora de las fibras artificiales y sintéticas. La lana, que en su momento detentaba la primacía, ha pasado al tercer lugar. El mayor productor de fibras de algodón es Asia con el 63 % del total mundial, siendo el mayor China e India. En el caso particular del algodón se advierte en los últimos tiempos una marcada tendencia a emplearlo mezclado con otras fibras, especialmente las artificiales y las sintéticas. La industria de la lana es históricamente la más antigua dentro del ramo textil y uno de las primeros exponentes de la revolución industrial. Por espacio de muchos siglos, y hasta ese momento, la lana era la materia textil más generalizada. Usar tejidos de algodón era un lujo. Pero, paradójicamente, la revolución tecnológica que empieza con los telares de lana bien pronto produce la invención de la desmotadora de algodón que convierte a este producto en la más popular de las fibras por su menor costo. Nuevamente la tecnología le tiende la trampa a la lana, que debe resignar un segundo lugar a las fibras de celulosa (rayón) y sintéticas (nylon, etc.). De todos modos, cualitativamente la lana es irremplazable en la manufactura de los más finos casimires y otros tejidos y paños también insustituibles en cuanto a calidad (alfombras, tapices, cobertores de cama, etc.). Fibras artificiales y sintéticas. Las fibras artificiales (rayón) y sintéticas ha cambiado en pocos años el panorama de la industria textil en todo el mundo. Ambas han dejado atrás a la lana y siguen al algodón en el consumo mundial. Este fenómeno producto del progreso tecnológico ha causado serios inconvenientes a la clásica manufactura textil que se ve obligada a convertir parcial o totalmente sus instalaciones para adaptarse a las nuevas exigencias de la demanda y de la competencia internacional. Se trata de industrias cuya producción en condiciones ventajosas, en cuanto a costos, sólo es factible en fábricas de gran magnitud, que requieren fuertes capitales. La industria química constituye uno de los grandes pilares de la industria moderna, junto a la metalúrgica, la textil y la alimentaria. Pero sobre todo se asemeja a la siderúrgica en cuanto constituye la base de innumerables procesos a los que provee los materiales intermedios (industria pesada de la química). Asimismo, en la industria química moderna se cifran fundadas esperanzas respecto de la conservación de determinados recursos naturales mediante su gradual sustitución por productos de síntesis. Acabamos de ver un ejemplo en el caso de los textiles. No menos elocuente es del caucho sintético y, por sobre todo, el de los plásticos que reemplazan en algunos casos a la madera y prometen sustituir hasta el acero. Al examinar la industria química es preciso diferenciar dos grandes ramas: la química pesada y la química liviana. Esta se abastece de los productos elaborados por la primera y proveen materiales terminados para otras industrias o usos directos. La química pesada comprende unos pocos productos fundamentales, como el ácido sulfúrico, la soda cáustica, la soda Solvay, el cloro, el ácido clorhídrico, el amoniaco, el acido nítrico, el benceno, etc. Además, dentro de este campo se incorpora en los tiempos modernos toda una gama de productos derivados del petróleo y del carbón. Una nueva rama de química pesada es la agroquímica, que es un sector de la tecnología dedicado al aprovechamiento industrial de los vegetales en general y de los subproductos agrícolas en particular. También se la denomina quimurgia. Las características económicas y geográficas de la industria química pesada difieren fundamentalmente de las de la química ligera. La primera se concentra en establecimientos de gran tamaño y, por lo tanto, suele ser manejada por grandes empresas, muchas veces dominadas por entes internacionales. La química liviana está más dispersa y muchas veces en manos de pequeños empresarios. Producto Principales productores Acido sulfúrico Soda cáustica (hidróxido de sodio) Soda Solvay (carbonato de sodio) Cemento Caucho sintético Estados Unidos, ex Unión Soviética, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, etc. Estados Unidos, Alemania, Japón, China, ex Unión Soviética, Canadá, Francia, Italia, etc. Ex Unión Soviética, Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, etc. China, ex unión Soviética. Japón, Estados Unidos, Alemania, Italia, España, Francia, etc. Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, China, Países Bajos (Holanda), etc. Fuente: Elaborado con datos de Naciones Unidas. INDUSTRIA QUIMICA MUNDIAL Principales productos Se puede ubicar a los Estados Unidos en el primer lugar como productor de alrededor de una cuarta parte del total mundial de Soda Cáustica y Caucho sintético. La producción de cemento es otro indicador que permite establecer comparaciones. En este reglón China es el primer productor mundial, seguido de la ex-URSS, Japón, E.E.U.U., Alemania, Italia, España y Francia. En la actualidad, prácticamente toda la industria química orgánica de los Estados Unidos, y tal vez de la ex Unión Soviética, se basa en la petroquímica. La petroquímica es una rama relativamente nueva de la química que emplea como materias primas productos derivados del petróleo o del gas natural. Se inicia en los Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial, pero se desarrolla un ritmo sorprendente después de la Segunda Guerra Mundial. En Europa y en el resto del mundo la petroquímica era insignificante en la posguerra. Como es natural, esta industria tiene mayores posibilidades de expansión en países ricos en petróleo y donde están más desarrolladas las industrias que emplean como materia prima derivados de la petroquímica: Caucho sintético, materiales plásticos, fibras sintéticas, solventes, negro de humo, fertilizantes nitrogenados y toda una gama interminable de productos de la química orgánica. Ubicación de las fábricas. Las fabricas de derivados químicos del petróleo se ubican junto a los yacimientos cuando la refinación tiene lugar allí mismo o bien cerca de los centros de consumo, que es lo más corriente. En otras palabras, cerca de las refinerías. Es distinto cuando emplea gas de petróleo. En este caso la materia prima no es un derivado sino un producto en bruto (el gas), y por lo tanto la ubicación de la fábrica pude hacerse en el propio yacimiento o cualquier parte del recorrido del gasoducto. Grandes potencias petroquímicas. No caben dudas en cuanto a la preponderancia de los Estados Unidos como primera potencia mundial en el campo de la petroquímica. Para que sea así concurren los más decisivos factores: una gran reserva petrolífera, las más importantes destilerías del mundo y su poderío financiero, puesto que se trata de empresas que requieren grandes capitales. Canadá y la ex Unión Soviética son otras dos grandes potencias petroquímicas. Japón, junto con Europa occidental, integra el grupo de países importadores de petróleo. En Europa la petroquímica fue precedida por una pujante industria carboquímica, sobre todo en Alemania y en el Reino Unido. En los últimos años ha alcanzado extraordinaria importancia tanto en esos países como en Francia, Italia, Bélgica y los Países Bajos. En los países de menor desarrollo que poseen petróleo en abundancia, la petroquímica se está desarrollando desde hace poco tiempo y, por lo general, mediante la inversión extrajera de filiales de las grandes compañías norteamericanas.