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1. Introducción 3
2. ¿Qué es la Agricultura Familiar? 4
3. Aportes de la AF en los países de ALC 5
3.1 AF y reducción de la pobreza 5
3.2 AF y mejoramiento de la seguridad alimentaria 7
3.3 AF y manejo sostenible de los recursos naturales 8
4. La tecnología y la innovación en la AF 9
4.1 Nivel tecnológico e innovación en la AF 9
4.2 La oferta y la demanda tecnológicas 11
4.3 Procesos de innovación en la AF de ALC 12
4.4 Rol de los distintos actores 14
4.4.1. Identificación de necesidades y prioridades 14
4.4.2. Investigación y desarrollo tecnológico 14
4.4.3 Redes y alianzas estratégicas 14
4.4.4 Información 15
4.4.5 Políticas públicas 15
5. Agenda de trabajo hemisférico en innovación tecnológica para la AF 15
6. Elementos claves para un análisis prospectivo de la innovación en la AF en ALC en un
horizonte al 2030 17
7. Conclusiones 20
8. Referencias 22
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Tecnología e Innovación en la Agricultura Familiar de América Latina y el Caribe
1. Introducción
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en
inglés) (2011) también expresa que la agricultura y el desarrollo rural son muy específicos para
cada contexto y las necesidades de investigación agrícola para su desarrollo difieren en todo el
mundo, por lo tanto, es indispensable la ejecución de políticas y estrategias diferenciadas.
La Conferencia Mundial sobre Investigación Agrícola para el Desarrollo (GCARD, por sus siglas en
inglés) intenta contribuir a una mejor comprensión de este tema y se encuentra organizando
una segunda conferencia la cual estará enfocada en los temas de prospectiva, alianzas y
capacidades para la innovación e impacto en la AF para contribuir a la reducción de la pobreza,
el mejoramiento de la seguridad alimentaria y nutricional y el manejo sostenible de los recursos
naturales.
En el marco de las iniciativas previas a la conferencia de GCARD2, el Foro de las Américas para la
Investigación y Desarrollo Tecnológico Agropecuario (FORAGRO), está organizando la sexta
reunión con el tema de “Más y mejores alianzas para la Innovación en la Agricultura Familiar de
ALC” con el objetivo de preparar una agenda de tecnología e innovación en la AF en una
perspectiva al 2030. En el marco de esta reunión, el FORAGRO facilitó una consulta electrónica
titulada “Tecnología e Innovación en la Agricultura Familiar de ALC” en abril de 2012.
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2. ¿Qué es la Agricultura Familiar?
Pese a la dificultad de aportar una definición de la AF común a todos los países de ALC y aunque
no fue un objetivo explícito de la consulta, los participantes consideraron importante
caracterizar y describir la pequeña agricultura que conocían, con el fin de proporcionar un mejor
contexto para la discusión, dados los diversos aportes que eran esperados durante las tres
semanas de consulta. Los elementos aportados por los participantes de la consulta se resumen
a continuación.
La agricultura familiar alude a aquella actividad agropecuaria que tiene lugar en explotaciones
de pequeña escala, que está dirigida mayormente al autoconsumo y al mercado interno, que
representa la principal fuente de ingresos de quienes la practican y cuya fuerza de trabajo
proviene del núcleo familiar. Esta economía tiene una producción diversificada de cultivos
básicos y presenta otras características las cuales fueron señaladas por los consultados:
Escasa vinculación con los mercados o débil articulación con puntos locales de
comercialización.
El desarrollo de la AF también estaría determinado por el tipo de tecnología utilizada (ya sea
apropiada o inapropiada), la presencia de innovaciones tecnológicas y organizacionales en los
sistemas productivos, el tipo de suelos en la que se desarrolla, cultivos, prácticas de
conservación de los recursos naturales, entre otros.
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-Acceso limitado a recursos de tierra y capital,
La agricultura familiar también es una forma de vida en la que se reúnen las experiencias, la
identidad, los valores, la unidad familiar, los conocimientos y los aprendizajes que permiten la
conformación de toda una cultura rural.
La pobreza es un fenómeno multidimensional que debe ser abordado de muchas formas. Desde
el punto de vista absoluto, la escasez de ingresos limita no solo el consumo familiar de
productos básicos sino también el acceso o la capacidad para satisfacer necesidades básicas
tales como salud y educación, entre otras (Ferreira y Lugo, 2012).
Uno de los principales aportes que fue ampliamente compartido por los participantes de la
consulta recae en la producción de alimentos que contribuye a mantener el sustento familiar, es
decir, la producción destinada al autoconsumo, en cultivos básicos tales como maíz, frijol,
tomate, yuca, entre otros. Asimismo, cuando la producción de pequeña escala tiene excedentes
al consumo familiar y coloca estos productos en el mercado interno, se permite la creación de
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mercados locales y el abastecimiento de alimentos a nivel local y/o nacional, coadyuvando al
acceso de otras familias a los alimentos básicos.
Es posible que los productores generen ingresos familiares por la venta de sus productos
excedentes, si logran vincularse con el mercado por medio de canales de comercialización
adecuados, a fin de satisfacer otras necesidades básicas además del alimento, tales como
vestido, techo, salud y/o educación.
La agricultura familiar también puede agregar valor de tipo artesanal o industrial a sus
productos e incursionar en servicios complementarios a la agricultura como el agroturismo y
turismo rural, generando alternativas económicas que son importantes para el desarrollo de las
comunidades rurales. Sin embargo, es importante notar que la AF generalmente no trabaja con
fines de maximización de utilidades, ni una orientación al mercado, sino que responde a las
necesidades y objetivos del grupo familiar.
Otro de los beneficios de la agricultura familiar que fue planteado por los consultados, fue la
generación de empleo ocasional, pues hay momentos en que es necesario contratar mano de
obra adicional y se recurre a otras familias de los espacios rurales.
Por otro lado, es de esperar que, en el caso de los agricultores familiares que disponen de
condiciones limitadas, que utilizan tecnología inapropiada, que carecen de insumos productivos,
maquinaria y mano de obra, que cultivan en terrenos ubicados en laderas y zonas de riesgo, que
utilizan tierras degradadas y fincas de baja productividad, el aporte de esta actividad sea
insuficiente para reducir la pobreza de la unidad familiar.
A lo anterior se suman la dificultad para comercializar los productos excedentes y/o la baja
calidad de los mismos, que junto con la ausencia de asistencia técnica oportuna y políticas
públicas adecuadas, enmarcan un espacio propicio para que el grupo familiar presente
condiciones de pobreza, que pueden ser perpetuadas de generación en generación.
Sin embargo, existen casos y experiencias exitosas en la AF. La pequeña agricultura que dispone
de un sistema productivo donde se hace uso eficiente de los recursos propios de la finca, por
ejemplo, para la producción biofortificada, asociada al buen uso del conocimiento agroecológico
y tradicional, permite el establecimiento de un sistema autosuficiente que contribuye a romper
el círculo de la pobreza en las zonas rurales.
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ALC. Para el logro de lo anterior, es indispensable que la institucionalidad de los países de ALC
coadyuve al diseño e implementación de políticas públicas que consideren la heterogeneidad
agroecológica y socioeconómica de la actividad agrícola familiar y que aporten herramientas
para el desarrollo de la misma con el fin de mejorar las condiciones de vida de las familias
rurales.
En comparación con otros temas tratados, hubo un gran nivel de coincidencia entre los
consultados con respecto al aporte que tiene la AF a la seguridad alimentaria.
Según la FAO (2003), la seguridad alimentaria es una “situación que existe cuando todas las
personas, en todo momento, tienen acceso físico, social y económico a alimentos suficientes,
seguros y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias alimentarias
para llevar una vida activa y sana”. En este sentido, la AF contribuye a la satisfacción de las
necesidades alimenticias del núcleo familiar en primer lugar, al producir alimentos básicos,
nutritivos y sanos. Es posible contribuir a la satisfacción de la necesidad de alimento del resto de
la población si la AF genera excedentes destinados a la venta y son colocados en los mercados
locales.
Sin duda alguna, la generación propia de alimentos por parte de la agricultura de pequeña
escala permite una mayor estabilidad en cuanto a la disponibilidad y abastecimiento de los
productos, debido a la mayor independencia de esta actividad agrícola con respecto a las
fluctuaciones que ocurren en los mercados internos y externos.
Es importante resaltar que la disponibilidad de los alimentos no es una condición suficiente para
garantizar la seguridad alimentaria; es necesario asegurar el acceso de las familias a los
productos agrícolas, por medio de precios accesibles y producción de bienes que mejoren la
dieta familiar con carbohidratos y proteínas tanto animales como vegetales.
La calidad de los alimentos producidos también fue señalada como otro beneficio de la AF. Dado
el proceso natural de la AF, se considera que los alimentos producto de esta actividad tienen
menos agroquímicos y son más sanos y nutritivos, en comparación con los cultivos provenientes
de la producción a mayor escala, donde se hace uso más intensivo de agroquímicos debido a la
mayor incidencia de plagas y enfermedades en monocultivo.
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3.3 AF y manejo sostenible de los recursos naturales
La riqueza y diversidad de recursos naturales de algunos países de ALC se considera como una
de las ventajas comparativas de la región. Sin embargo, la explotación de los recursos naturales
como resultado de la actividad humana ha ocasionado una mayor presión sobre los mismos. Las
prácticas agrícolas inapropiadas representan uno de los factores para la degradación de los
recursos naturales.
El aporte de la AF al manejo sostenible de los recursos naturales depende del tipo de actividad
agrícola y las condiciones agroecológicas en las que se desenvuelve. Para valorar este aporte, es
necesario distinguir el tipo de sistema productivo, las prácticas de manejo de los recursos
naturales y biodiversidad y el tipo de tecnologías que son utilizadas.
Una proporción de los consultados señalaron que la AF puede contribuir a un manejo eficiente y
sostenible de los recursos naturales de tal forma que no comprometa la capacidad de las futuras
generaciones para satisfacer sus necesidades. Como ejemplos del mejor manejo de los recursos
naturales que se da en la AF, se citaron los siguientes aspectos:
Empleo de insumos locales propios del espacio rural donde se desarrolla la AF.
Durante el proceso productivo no se utilizan agroquímicos de manera intensiva, ni
maquinaria especial ni otros elementos.
Producción de varios cultivos en una misma área en la unidad de producción.
Conservación de las variedades de semillas criollas, de los recursos fitogenéticos, de
especies medicinales y de la biodiversidad, en contraposición con la pérdida generada
por monocultivos extensivos y el uso de semillas homogéneas asociadas a esta actividad.
Aplicación de tecnologías limpias que permiten una baja huella de carbono.
Manejo eficiente de los recursos hídricos, incluyendo la lluvia y el riego, lo que permite
un uso más balanceado de esos recursos.
Prácticas agrícolas naturales, más vinculadas al entorno.
El aspecto del manejo de los recursos naturales en la AF tuvo posiciones divididas en la consulta.
Algunos consultados afirmaron que el empleo de prácticas inapropiadas por la pequeña
agricultura, como la tala, la quema, el cultivo en pendientes y en suelos de baja calidad,
contribuye a la degradación de los recursos naturales, en especial cuando la actividad se realiza
en tierras de baja productividad y con alta vulnerabilidad ambiental.
Asimismo, en los casos en los que la AF se desenvuelve en áreas marginales, suelos degradados
o se genera agotamiento de este recurso al utilizar el mismo espacio para todas las actividades,
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de manera ininterrumpida, se ejerce mayor presión sobre el sistema natural y la sostenibilidad
de los recursos naturales en su conjunto.
Otros consultados señalaron que es posible encontrar casos exitosos dentro de la AF en que la
aplicación de un sistema amigable con el ambiente permite el desarrollo sostenible desde el
punto de vista social, económico y ambiental.
Al igual que en los temas anteriores, es importante indicar que el aporte de la AF al manejo
sostenible de los recursos naturales no es una responsabilidad única del productor. Los actores
involucrados en la producción agropecuaria de los países de ALC, incluyendo instituciones
públicas, organizaciones de productores, agencias de cooperación y otros, pueden facilitar el
acceso a herramientas que le permitan al pequeño productor mejorar la productividad y gestión
de su finca, mejorar la calidad de vida de sus familias y contribuir al arraigo de ellos con el
espacio rural, sin degradar los recursos naturales.
4. La tecnología y la innovación en la AF
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Figura 4.1. Características del desarrollo tecnológico según tipo de AF1 en ALC
El desarrollo tecnológico e innovación de una región o país también puede caracterizarse por
factores que determinarían si una tecnología es apropiada para una unidad productiva y
aprovechable en determinado espacio geográfico podría ser inapropiada en otra unidad u
contexto. Algunos de los factores que permiten caracterizar el nivel tecnológico y la innovación
en la AF son:
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Clasificación de la AF según estratos de tamaño e ingreso agropecuario (IICA, 2009). En este documento se indica
que la AF de subsistencia se refiere a la producción agropecuaria orientada al autoconsumo con acceso insuficiente
a recursos naturales, capital e ingresos provenientes de producción propia. La AF en transición tiene mayor
dependencia de la producción propia, con acceso a mejores recursos naturales y mayor capital. La AF consolidada
es caracterizada por la explotación de recursos de mayor potencial y acceso a mercados de capital, tecnologías y
productos con mejor articulación que le permite al agricultor capitalizar su unidad productiva.
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Vinculación con el mercado y articulación con otros sectores gubernamentales.
Disponibilidad de crédito.
Por un lado, la AF tiene demandas específicas de tecnologías que sean accesibles para los
agricultores y de bajo costo, con el fin de mejorar la producción familiar. Por otro lado, la oferta
tecnológica, es generada por el sector privado en la forma de bienes privados o por el sector
público generalmente provista por institutos de investigación públicos, empresas estatales u
oficinas ministeriales, quienes desarrollan bienes públicos disponibles para todos, donde el
consumo de un individuo no excluye el consumo del resto.
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Durante la consulta, la mayoría de los participantes que se refirieron a este tema sostuvieron
que la oferta tecnológica agregada por lo general es insuficiente para satisfacer las demandas
de tecnología de la AF. La oferta es insuficiente frente a las demandas explícitas (productivas) e
implícitas a causa de los desafíos actuales del impacto del cambio climático, el calentamiento
global y el potencial incremento en los precios de los alimentos.
Esto se da por dificultades en dos vías. Por un lado, los agricultores familiares saben cuáles son
sus necesidades específicas de la región, pero sus ingresos son limitados y no tienen ni los
recursos ni las condiciones para acceder a los nuevos conocimientos tecnológicos; además
muchos tienen bajo nivel educativo, el cual, cuando se suma a la débil organización entre
productores, dificulta los procesos de innovación.
Por otro lado, señalaron que los oferentes de tecnologías tienen la capacidad técnica para
atender las demandas de los agricultores, pero no siempre se mantiene una comunicación
cercana con ellos que les permita identificar y desarrollar tecnologías apropiadas a sus
necesidades (en función de sus condiciones ambientales y productivas). Asimismo, los
presupuestos públicos de los INIA se han visto limitados en muchos países de ALC y más bien,
tienen que recurrir a fondos privados que atenderían necesidades específicas de las empresas.
En algunas regiones, inclusive, han desaparecido las oficinas que atendían a pequeños
productores agropecuarios, o el sistema tecnológico presenta un sesgo hacia los productores
más comerciales. Por lo tanto, no siempre se da una convergencia entre las demandas
tecnológicas de la agricultura familiar y la oferta tecnológica. Sin embargo, esta convergencia
puede verse facilitada por sistemas de extensión fortalecidos con un enfoque holístico e
interdisciplinario, con la capacidad para transferir tecnología adaptada a las condiciones de los
agricultores familiares o desarrolladas específicamente para ellos.
Los procesos de innovación pueden mejorarse si existe convicción y voluntad política en los
países de ALC para desarrollar la vida en los espacios rurales y se atiende y potencia la AF. Es
importante reconocer que la producción agrícola para el consumo local es tan importante como
la producción orientada a la exportación y que la familia rural es un actor económico y social
fundamental para la economía del país y para mantener la cultura rural. Según los consultados,
los procesos de innovación pueden mejorarse de la siguiente forma:
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ambientales y debe emanar desde los agricultores familiares, para que la generación
local de conocimiento sea valorada y reconocida.
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Planteamiento y ejecución de políticas y estrategias diferenciadas: Es necesario
desarrollar estrategias de acuerdo a la viabilidad económica, organización de
productores, escolaridad de los agricultores, desarrollo de las cadenas de valor y
participación del sector privado.
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Los encargados del desarrollo tecnológico deben generar espacios que cuenten con la
participación de distintos actores y sistematizar las tecnologías e innovaciones
resultantes para aprovecharlas en condiciones similares.
4.4.4 Información:
La consulta electrónica también abordó elementos para diseñar una agenda de trabajo conjunto
a nivel hemisférico que tome en cuenta las dificultades actuales de la AF así como la
intensificación de la globalización, los efectos del cambio climático, la seguridad alimentaria y el
desarrollo de nuevas tecnologías.
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-Desarrollo e innovación en el uso de recursos productivos (tierra, capital, mano de obra),
genéticos e hídricos (agua y lluvia), el patrimonio agrícola, tecnologías limpias y alternativas
tecnológicas para la AF.
-Reconocimiento y valoración del saber del agricultor familiar y análisis de las necesidades
del sector para atender las prioridades de los productores agropecuarios y sus familias,
valorar los atributos de los distintos productos de la AF, entender la pluralidad de la AF
(agroecológica, orgánica, hidropónica, nuevas tecnologías, convencional) e identificar
buenas prácticas y casos exitosos de AF.
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c) Institucionalidad y organizaciones que apoyan la AF.
La última parte de consulta tenía por objetivo definir elementos clave y/o variables críticas para
un análisis prospectivo o previsión de la innovación en la AF de ALC en el horizonte 2030. La
prospectiva es un proceso que combina enfoques de análisis de largo plazo, enfoques de
planificación y enfoques participativos (Popper, 2009), y utiliza herramientas que permite a los
actores imaginar futuros posibles, sensibilizar al público, ayudar en la toma de decisiones y
direccionar preguntas acerca de la relación entre la ciencia y la sociedad (Lattre-Gasquet et al,
2003). Por tanto, es una herramienta útil para la reflexión colectiva, la preparación educada y
para que los diferentes actores respondan de manera activa.
Del contexto actual se derivan problemas y obstáculos que enfrenta la AF cuya solución está, en
parte, fuera de las competencias o marco de acción de los propios agricultores familiares.
Adicionalmente, la realidad de los agricultores familiares merece atención especial, debido a su
diversidad y a la dinámica de sus procesos. Las limitaciones en la disponibilidad de recursos
provocan que la AF se ajuste a diferentes estrategias y cambios del entorno en el cual se
desenvuelven.
Este proceso requiere que la respuesta de los pequeños agricultores ante los cambios sea más
dinámica. Es necesario tener un adecuado entendimiento de las particularidades de la AF y su
forma de adaptarse a las condiciones en las cuales se desenvuelve para poder comprender la
lógica en la toma de decisiones de la unidad familiar.
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Los elementos destacados por los participantes incluyeron variables de tipo cuantitativo,
cualitativo, relaciones e interacciones entre actores, variables que caracterizan el contexto
presente y marcos regulatorios apropiados para potenciar la AF (Ver figura 6.1).
Los participantes indicaron que es importante realizar estudios prospectivos que consideren los
desafíos y las oportunidades con respecto al aumento de la población mundial, los procesos de
urbanización que se están extendiendo en todas las latitudes, los efectos del cambio climático y
los nuevos hábitos alimenticios.
Dentro de las variables ambientales y aquellas relacionadas con el manejo de los recursos
naturales se señalaron el uso de energías limpias, el nivel de dependencia energética, el uso y
conservación de los recursos naturales, tales como tierra, recursos hídricos y biodiversidad y la
información sobre la variabilidad climática.
Los recursos productivos de las unidades familiares, sus relaciones económicas con otros
actores y la integración con el proceso agrícola pueden volverse más eficientes y eficaces por
medio de la utilización de mejores tecnologías y la innovación. El uso apropiado de las TIC,
tecnologías con alto grado de sofisticación como la biotecnología o la nanotecnología, así como
algunas técnicas tradicionales, tienen el potencial para impactar positivamente en las variables
económicas y ambientales que rodean a la AF. Asimismo, los sistemas de información y
conocimiento agrícola son relevantes para entender y satisfacer las necesidades de la AF.
Los participantes también aportaron variables de tipo regulatorio, social e institucional para ser
incluidas en análisis prospectivos y estudio de escenarios base y futuros. A partir de este
ejercicio de búsqueda de elementos clave, es posible determinar de mejor manera las carencias
y obstáculos que presenta la AF y facilitar el diseño de políticas públicas y estrategias
diferenciadas en los países de ALC.
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Figura 6.1. Variables críticas a considerar para un análisis prospectivo de la AF en ALC
El abordaje del desarrollo de la agricultura familiar (AF) en los países de ALC no es una tarea
fácil. Para lograr esto, es indispensable conocer mejor la dinámica de trabajo de los pequeños
agricultores y las condiciones agroecológicas, socioeconómicas y culturales que caracterizan las
distintas regiones.
Asimismo, los procesos de investigación y extensión deben basarse en las necesidades y las
demandas de las familias productoras. Sus actividades deben promover la participación de los
agricultores con el fin de que ellos mismos sean actores de cambio y no solo beneficiarios de
programas asistenciales.
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Las diferencias agroecológicas, socioeconómicas y culturales de los países también justifican la
implementación de iniciativas regionales para fortalecer la AF en Centroamérica, la Región
Andina, el Cono Sur y el Caribe, así como el aprovechamiento de las redes de trabajo conjunto
que existen entre los diferentes programas, direcciones regionales y representaciones en los
países.
Finalmente, se identificaron variables para elaborar una agenda conjunta y hacer un análisis
prospectivo con una mirada puesta en el 2030. Es necesario definir colectivamente el tipo de AF
que se desea alcanzar en ese año para diseñar e implementar una ruta a seguir. Esta ruta debe
ir acompañada de un sistema de seguimiento y evaluación regional de los objetivos e
indicadores propuestos, a fin de monitorear los avances y los retrocesos de la AF en términos
económicos, sociales, ambientales e institucionales con respecto a ese futuro deseado.
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8. Referencias
FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). 2011. Hoja de Ruta
de la GCARD. Transformación de los Sistemas de Investigación Agrícola para el Desarrollo para
obtener Repercusión Mundial. Roma. IT
Ferreira F. and Lugo M.A. 2012. Multidimensional Poverty Analysis. Looking for a middle ground.
The World Bank. Policy Research Working Paper 5964. Accedido en Julio 2012 desde
http://econ.worldbank.org.
Popper, R (2009). Mapping Foresight: Revealing how Europe and other world regions navigate
into the future, Directorate-General for Research. Socio-economic Sciences and Humanities.
European Commission, EFMN, Luxembourg.
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