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MÓDULO II / 73

Uso de tierras integrando cultivos y


crianzas con bases agroecológicas
Eulogio Muñoz
Instituto de Ciencia Animal (ICA), Cuba
ica@sj.esihabana.cu

Desde mediados de la segunda mitad del siglo XX ha predominado como criterio de


avanzada la especialización de agroecosistemas de monocultivos dependientes de insu-
mos químicos contaminantes y crianza intensiva de una sola especie y raza animal
susten-tados con alimentos externos y competitivos con las demandas humanas
(Muñoz, 1997 y Muñoz et al, 1993). No obstante, la práctica de hacer uso de tierras y
otros recursos na-turales de los sistemas agrarios mediante la combinación espacial y
temporal del cultivo de plantas de ciclo corto, anuales, arbustos y árboles perennes,
así como la crianza de diferentes especies animales, ha perdurado como modelo de
producción en diversos medios geográficos y con culturales diferentes.
El uso diversificado e integrado de la tierra, con el manejo los recursos del
agroecosistema y la introducción de las prácticas de cultivos y crianzas dentro del
conjunto de procesos biológicos, sociales y económicos, puede permitir una
recuperación de la fertilidad perdida en los suelos y contribuir a restablecer los
equilibrios naturales que sustentan una alta productividad total y un ambiente de
bienestar apropiado para la supervivencia de la creciente población humana (Monzote
y Funes Monzote, 1997). El conjunto de prácticas utilizados para el manejo de este
modelo y la naturaleza de su racionalidad le imprime a la agricultura créditos de
sostenibilidad en el propósito del desarrollo rural. Además, contribuye con el resto de
la sociedad con los servicios y la seguridad alimentaria que demandan las crecientes
urbes, lo que fortalece su papel en el crecimiento económico de la región o país.

Perspectiva
Su perspectiva descansa en la racionalidad en el uso de los recursos, la productividad
total por encima de la de un rubro específico, la seguridad en alimentos para las
crianzas y la búsqueda del uso eficiente de la energía que fluye al sistema. Se
sustentan en los flujos de intercambio y las fortalezas de las interacciones que se
establecen entre sus com-ponentes, en el conocimiento acumulado y ancestral
vinculados e incorporando los nuevos conocimientos, aportados por la ciencia actual,
que favorecen las condiciones para un ambiente apropiado para la vida en la tierra.
Estos procesos deben guiarse por los agri-cultores (figura 1) con la correspondiente
influencia familiar y social del entorno específico. (Espinosa, 1971 y Toledo, 1993)
En la percepción de estos modelos, los residuos y rastrojos de la producción vegetal de
las áreas cultivadas, los pastizales y los barbechos así como el estiércol, la energía y
actividad de los animales, tienen un elevado valor como insumos en los procesos
productivos y en el balance de la economía total del sistema, realizado finalmente a
través de las cosechas y productos de los animales. Acorde con esta perspectiva a los
agricultores les interesa no sólo obtener el máximo rendimiento en cosecha vegetal
como son granos, raíces, tu-bérculos frutas, etc., sino también cuánto residuo o
rastrojo pueda convertir en alimento para la crianza y cuánto estiércol tendrá
disponible para mejorar la fertilidad del terreno para las próximas cosechas.
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Figura 1. Diagrama conceptual. Flujos e interacciones que sustentan los modelos de cultivo y
crianza dentro de una misma empresa agraria.

Aplicación de fundamentos agroecológicos


Obtener un diseño y manejo de los modelos de uso de tierra y recursos naturales del
agroecosistema, donde se integren cultivos y crianzas impone aplicar múltiples funda-
mentos agroecológicos (Venegas y Siau, 1994); entre los más decisivos están:
• Busque altas tasas de reciclado.
• Alcance una máxima tasa de captación de energía por vía de la fotosíntesis activa
en espacio y tiempo.
• Optimice y alcance el máximo de intercambio de energía y materiales entre sus
componentes.
• Mantenga una baja tasa respiratoria, menor que la tasa de fotosíntesis que permita
alta acumulación de fitomasa.
• Alcance óptimos niveles de captación y retención de agua y realice su manejo y uso
racional.
Estos cinco fundamentos mantienen una estrecha interdependencia, pero
jerárquicamente están determinados por la capacidad del agroecosistema para captar
y retener energía y la habilidad del agricultor para optimizar los procesos de reciclar
nutrientes (Crespo y Arteaga, 1984 y Crespo y Rodríguez, 2000), intercambiar la
energía captada y retenida, facilitar la conversión y el intercambio de materiales entre
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los componentes del sistema y por supuesto captar, retener y utilizar con racionalidad
el agua.
La existencia misma y la productividad de todo agroecosistema están gobernada y
dependen del flujo de energía que llega a su entorno, de la cantidad que se fija en él a
través de la fotosíntesis y de la que recorre cada uno de sus componentes bióticos (co-
munidad de plantas y fauna productiva y acompañante) así como de la fracción
energética que aun permanece en tránsito y que está presente en los residuos,
rastrojos vegetales y en la estructura corporal de la fauna (figura 2).

Figura 2. Representación conceptual del flujo de energía que permite la existencia y


productividad del agroecosistema.

De la energía captada en el agroecosistema depende la vida y es una función de la ca-


pacidad de fotosíntesis de su comunidad de plantas en un ambiente dado, mientras
que en la cantidad que se retiene intervienen las pérdidas en los procesos respiratorios
y de combustión. El arte de hacer agricultura agroecológica incluye:
• Diseño y manejo de una comunidad de plantas con alta capacidad para la
fotosíntesis,
• Propiciar ambientes de bienestar para lograr bajas tasas respiratorias en los organis-
mos vivos,
• Reducción de los procesos de combustión
• Incorporación de prácticas que permitan aumentar la cantidad de productos útiles
para los humanos por unidad de energía retenida (figura 3).
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Figura 3. Representación conceptual de una cadena para optimizar el uso de la energía en el


agro-ecosistema.

Principios, atributos y prácticas


Un conjunto de atributos y principios caracterizan y gobiernan el funcionamiento de
los agroecosistemas integrados con reducida dependencia externa y altas posibilidades
de recuperarse de los impactos negativos, provocados por la naturaleza o impuestos
por las acciones antrópicas o de animales ajenos. Cuatro de estos principios rectores
son:
• Garantía máxima de la autosuficiencia en alimentos.
• Compatibilidad entre cantidad de biomasa alimentaria, tamaño y requerimientos
de los rebaños o grupos de animales en la crianza, especialmente herbívoros
domes-ticados.
• Alternancia de los terrenos bajo cultivos de ciclo corto y anuales con pastizales.
• Arborización y manejo una población con adecuada distribución espacial de sus
plantas en todo el agroecosistema
Una de las claves del éxito está en que el agricultor busque alcanzar la máxima
suficiencia en alimentos dentro del agroecosistema, evalúe y ponga en práctica
alternativas tecnoló-gicas e innovaciones sobre una base más diversificada y ajuste el
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número, las especies y las razas de animales a la cantidad y calidad de alimentos
disponibles. (Pezo, et al, 1992; Muñoz, 1997).
El tamaño de los rebaños podrá crecer en la misma medida que la cantidad de
alimentos crece y las especies a criar estarán en función no sólo de la cantidad de
alimentos sino también de su tipo. Por ejemplo, una unidad de ganado mayor (UGM),
con peso vivo equivalente a 500 kg necesita diariamente 15 kg. de materia seca (MS).
Si disponemos de 30Kg. podremos tener 2 UGM pero si contamos con sólo 20 Kg.
entonces podríamos mantener una sola unidad de ganado sin depender de entradas
externas.
Si en el ejemplo anterior el alimento disponible está compuesto solamente por pastos
y forrajes no podríamos pensar en incluir en la crianza gallinas dado que estos
alimentos no son digeridos por las aves. Si el agricultor desea incluirlas entonces
implementará la producción con granos y otros alimentos apropiados con el
consiguiente uso diversificado de sus tierras. Como quiera que la crianza de animales
demanda un suministro diario de alimentos durante todo el año, cada agricultor toma
decisiones acordes con la esta-cionalidad climática en el medio geográfico específico
donde actúa y plantea las es-trategias para aprovechar al máximo la capacidad de
fotosíntesis de la comunidad de plantas de su agroecosistema.
Las prácticas y alternativas son diversas y no siempre aplicables de manera universal;
cada agroecosistema funciona en un óptimo que mucho tiene que ver con las
condiciones de clima regional. Por ejemplo, en Cuba, los tipos de climas difieren entre
las regiones montañosas, las llanuras y alturas interiores y las llanuras costeras (Tabla
1).
Tabla 1. Tipos de condiciones climáticas de Cuba.

Tipos y subtipos de climas


Indicadores
I II III
promedios
1 2 3 4 5 6 6a 7 8 9
Precipitación >3400 2500 1900 1600 1400 1200 1200 1000 800 <600
media anual en mm 2501 1901 1601 1401 1201 1001 1001 801 601
Precipitación en el 70 80 82 82 86 86 60 86 85 86
período lluvioso en
% de la anual 48 60 75 70 70 70 50 60 60 60

Días con lluvia ≥ 1 140 120 100 90 80 100 80 60


>130 <60
mm anual 100 90 80 75 60 70 50 40
Evaporación media 1600 1800 1800 2000 2100 2200 2300 2300 2300 2500
anual en mm 1200 1200 1400 1800 1800 1800 1800 2200 2200 2200
23 23 24 25 26 27 28 28 28 30
Anual
17 16 20 23 24 25 25 25 25 25
Tempera- enero 23 23 24 25 26 27 28 28 28 30
tura media (inv.)
del aire, °C 17 16 20 23 24 25 25 25 25 25
julio 25 25 27 28 28 29 30 30 30 30
(ver.) 22 18 25 25 26 27 28 27 28 28
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I. Montañoso con humedecimiento alto y estable, baja evaporación y temperaturas frescas.


II. Llanuras y cayos con humedecimiento estacional relativamente estable, alta evaporación y
altas temperaturas.
III. Llanuras y cayos con humedecimiento insuficiente e inestable, muy alta evaporación y
muy alta temperatura.
Adaptado de: Nuevo Atlas Nacional de Cuba, 1989.

Por tanto, en cada agroecosistema tendrán que diseñarse y ejecutarse las prácticas
según estas condiciones y no por una regla universal. También, en el óptimo de
funcionamiento están presentes las metas, aspiraciones, cultura y conocimientos de
los agricultores, gru-pos familiares y su entorno social. Por lo general, las prácticas y
alternativas se relacionan con:
1. Fomentar, mantener y manejar la diversidad de la comunidad vegetal, mediante:
• La asociación de gramíneas y leguminosas como componentes fundamentales de
los ecosistemas de pastizales y cultivos para forrajes.
• El intercalamiento, en áreas de pastizales, plantas de rápido crecimiento en el
inicio y durante las épocas donde se puede alcanzar la máxima capacidad de
fotosíntesis.- Por ejemplo, para las condiciones climáticas de Cuba, entre los
meses de mayo y octubre donde ocurre el 80% de las precipitaciones, la
temperatura es más alta y hay mayor duración de la luz.
• El fomento, mantenimiento y manejo de la arborización en los diseños de campo
para cultivos, pastizales y forrajes, donde se aprovechen los espacios no
cultivables y se propicie la captación de energía y luz a diferentes alturas
(CLADES, 1993; Muñoz y Alfonso, 1995; Altieri, 1997; Pérez y Codice, 2000).
2. Equilibrar y estabilizar la disponibilidad de alimentos en el agroecosistema con
accio-nes tales como:
• Selección de cultivos apropiados para las épocas donde escasean las
precipitaciones y utilizar racionalmente el agua disponible en sistemas de
cultivos intensivos en es-pacios reducidos.
• Compensación de la época de bajos rendimientos con productos acumulados como
reservas; por ejemplo, fibras, azúcar, almidones, proteínas, grasas (Tabla 2).
• Aprovechamiento óptimo de los alimentos en la época de máxima potencialidad
de fotosíntesis para estimular el crecimiento de animales herbívoros jóvenes,
finalización en el engorde, y máxima productividad de las curvas de lactancia
3. Mantener e incrementar la fertilidad de los suelos con un uso óptimo de las tierras
disponibles practicando:
• Rotaciones de áreas, debidamente lotificadas, con pastos y cultivos de ciclo
corto, alternando leguminosas y otras especies.
• Intercalamiento de cultivos compatibles en el mismo espacio.
• Producción de fitomasa no comprometida con la alimentación de los herbívoros,
ni con la comercialización y destinada sólo a mantener y proteger el
agroecosistema. Por ejemplo: producción arbórea, abonos verdes y cultivos de
cobertura, dejando parte de los rastrojos de las cosechas en el terreno, etc.
• Realización del pastoreo en forma rotacional en pastos perennes, pastorear sobre
los rastrojos en lugar de recogerlos y ofrecerlos a los animales fuera del campo
de cultivo. Realizar pastoreo controlado sobre cultivos de cobertura y abonos
verdes.
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4. Aumentar la cantidad de productos útiles para los humanos y la cantidad de
trabajo por cada unidad de energía retenida en el agroecosistema:
• Organización de cadenas de uso de los alimentos y los residuos, reciclando
materia-les. Por ejemplo, a partir del total de energía retenida en el cultivo de
granos, obtener cosecha de uso directo en humanos y productos de la crianza
animal (figura 3).
5. Reducir la tasa respiratoria de los organismos del agroecosistema mediante
prácticas que garanticen ambientes de bienestar y reduzcan el estrés, tales como:
• Suministro de sombra natural con árboles a los agroecosistemas de pastizales.
• Reducción o eliminación el movimiento de animales en horarios con altas
tempera-turas.
• Suministro de sombra, natural o artificial, a las hortalizas y plantas con requeri-
mientos moderados de radiación solar y temperatura.
• Oferta de abrigo a animales pequeños (gazapos, cerdítos, polluelos, etc.) en las
pri-meras semanas de nacidos.
• Garantizar el espacio vital apropiado para cada especie y categoría animal y su-
ficiente cantidad y calidad de alimentos y agua. Reduzca la competencia.
• Practica de un manejo amistoso de los animales, sin golpeaduras, atropellos ni
pro-vocación del miedo.

Tabla 2. Ejemplo de algunas plantas, propicias para acumular reservas aprovechables en el


período de más baja capacidad de fotosíntesis sin irrigación y almacenados in situ.

Período de Principal producto y Momento de uso


Tipo de Momento
máxima nutriente como alimento
plantas de siembra
fotosíntesis almacenado para la cría
noviembre-abril
Caña de azúcar mayo – sept. mayo – octubre Azúcar y fibra
todo el año
noviembre-abril
Pennisetum mayo – sept. mayo – octubre Fibra
todo el año
Sorgo agosto - sept. agosto - nov. Grano y fibra noviembre a febrero
Yuca febrero – mayo mayo – octubre Raíces y fibra noviembre-abril
Malanga abril – mayo mayo – octubre Tubérculos – Almidón noviembre-abril
Ñame abril – mayo mayo – octubre Tubérculos – Almidón noviembre-abril
Sagú abril – mayo mayo – octubre Rizomas - Almidón noviembre-abril
Mucuna abril – Agosto mayo – octubre Grano – Proteico febrero-abril
Gandul abril – mayo mayo – octubre Grano - Proteico diciembre-marzo

¿Cómo lograremos agroecosistemas equilibrados?


Los herbívoros y en especial los bovinos, no podrán tener acceso al total de la fitomasa
producida ni tampoco las necesidades de alimentos para los rebaños pueden estar por
encima de las disponibilidades. Cuando ello ocurre se produce una peligrosa cadena de
dependencia externa, se reducen las tasas de reciclado de nutrientes y aparece la in-
fertilidad en los suelos, el sobrepastoreo, la erosión y el bajo índice de captación de
ener-gía solar y agua en el interior del agroecosistema; aumenta el estrés de los
organismos vivos y con ello la tasa respiratoria tiende a incrementarse y superar la
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tasa de foto-síntesis; se agudiza el riesgo de la pobreza, el abandono del terreno y el
empeoramiento de la calidad de vida de los agricultores.
Para modelos de agroecosistema de uso integrado de la tierra, el diseño y manejo de
la comunidad de plantas garantizará cumplir con la relación siguiente:
Ft = Fhd + Fm + Fp
Ft: Es el volumen total de fitomasa producida y acumulada por la comunidad de
plantas.
Fhd: Es la parte de la fitomasa destinada a los herbívoros domésticos.
Fm: Es la parte de la fitomasa de mantenimiento del agroecosistema donde se incluye
aquella que consumen otros herbívoros de la vida silvestre, microconsumidores y
descomponedores. Se incluye también la fitomasa para autoconsumo humano.
Fp: Es la parte de la fitomasa que da cobertura y protección al agroecosistema; no
está omprometida en forma inmediata con el consumo ni la descomposición, sino que
permanece retenida por mucho tiempo sin entrar en la cadena alimentaria. Juega un
papel muy importante en el mantenimiento de los parámetros del microclima
apropiado para la vida de los organismos.
En cada tipo de condición climática habrá un potencial específico de producción y
acumulación de fitomasa tanto en cantidad como en calidad. Cada agroecosistema
tendrá sus propios valores acorde con el comportamiento de las comunidades de
plantas diseñadas y manejadas por agricultores diferentes. Agroecosistemas ubicados
en regiones con tipo de condición climática II en Cuba (ver Tabla 1) tienen mayor
potencialidad natural para acumular fitomasa, a partir de cultivos herbáceos que
aquellos ubicados en con-diciones climáticas tipo III. Los componentes botánicos, en
términos de especies de plantas en la comunidad vegetal serán diferentes y por
consiguiente la cantidad y tipo de fitomasa acumulada también lo será.
Sin embargo, en ambas condiciones el volumen de fitomasa total producida (Ft) tendrá
que distribuirse acorde con lo descrito, los valores proporcionales a aplicar en la
anterior relación están alrededor del 40% para Fhd; 35% para Fm y 25% para Fp. Esto es
del total de fitomasa no comercializable como alimentos y productos útiles a los
humanos.
Es preciso fijar algunos límites de hasta donde tendrán acceso los herbívoros a las
diferentes fuentes de fitomasa total producida en el agroecosistema (Tabla 3). Es
recomendable para los forrajes de corte practicar la devolución de los sobrantes del
ganado y el estiércol colectado en el establo así como dejar en los surcos el follaje de
uno o dos cortes durante la época de máximos rendimientos en años alternos.

Tabla 3. Algunos indicadores para utilizar la fitomasa producida en los agroecosistemas con
crianza de herbívoros.

Nivel máximo de acceso Nivel mínimo dejado al suelo


Fuente de fitomasa
(%) y a la comunidad de plantas
Rastrojos fibrosos de cosechas 30-40 60-70
Pastizales 70-80 20-30
1
Forrajes de corte 80-85 15-20
Abonos verdes y cultivos de
25-35 65-75
cobertura pastados
Árboles y arbustos forrajeros 30-60 40-70
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Árboles, cercas vivas 30-40 60-70


Árboles frutales y maderables Solo podas ocasionales
1
Devolver sobrantes y estiércol del ganado estabulado, dejar follaje entre surcos en uno o dos cortes de
la época de máximo crecimiento.

Cuando el balance de forraje y de otros alimentos indique que se producirá un déficit,


el agricultor podrá tomar varias decisiones, pero si desea mantener equilibrado el
agroeco-sistema sin altos riesgos de pérdidas económicas procederá a “eliminar los
animales sin respaldo pleno de alimentos”. Si los mantiene, será en detrimento de:
• La fertilidad y la vida en el suelo.
• Las reservas de las plantas y su capacidad de fotosíntesis.
• La productividad total del agroecosistema.
• La futura autosuficiencia en alimentos.

Escala y diseño
Los modelos de uso de tierras de manera diversificada e incluyendo cultivos y crianzas
pueden conducirse a diferentes escalas y con diseños muy variados de acuerdo con
múl-tiples factores como son:

• La tenencia de tierras
• Características físico-geográficas del terreno
• Los recursos naturales disponibles
• Los recursos financieros y de producción
• Las metas y aspiraciones de los agricultores
• La localidad y el entorno sociocultural
Sus diseños se fundamentan en la organización espacial y temporal de sus
componentes, (Venegas y Siau, 1994) de manera que se potencien los flujos e
interacciones favorables para cumplir los principios y fundamentos discutidos. Todo
diseño de agroecosistema incluye:
• Delimitación precisa de los límites externos o linderos.
• Parcelación interna rigurosa con límites firmes entre lotes o campos.
• Comunidad de plantas con composición botánica diversificada y flexible.
• Espacio para manejo y control de los animales en cría.
• Área e instalaciones sociales y para manejo de productos.
Es aconsejable lograr en el diseño organizar los espacios agrícolas siguientes (Muñoz,
1997):
• Cultivos de ciclo corto y anuales
• Pastizales perennes
• Áreas de forrajes perennes
• Cultivos perennes y/o reserva forestal
Cada espacio requiere de atributos que le confieren fortalezas y créditos de sostén-
bilidad; entre ellos son importantes:

• Seguridad para las comunidades de plantas (cercados seguros contra animales)


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• Que la comunidad de plantas pueda utilizar diferentes intensidades de luz y
explorar varios estratos del perfil del suelo.
• Que la comunidad de plantas pueda producir y acumular alimentos que estabilicen
la disponibilidad anual.
• Que estén presentes en cada espacio los árboles con una distribución que facilite
el cumplimiento de los atributos precedentes.
• Que los espacios de cultivos de ciclo corto, anuales, pastizales y áreas de forrajes
puedan alternarse en rotación, cada cierto tiempo, de manera predeterminada y
pla-nificada.
• Que los animales herbívoros puedan pastar espacios con rastrojos de cosechas,
abonos verdes, cultivos de cobertura y vegetación espontánea sin dañar el resto de
los campos.
La práctica de empastar y someter al pastoreo rotacional los espacios que
permanecían con cultivos de ciclo corto y anuales por varios años o viceversa, le
imprime una dinámica beneficiosa al manejo de la fertilidad del suelo, al control de la
vegetación espontánea que entorpece el desarrollo de los cultivos y a la interrupción
del ciclo biológico de insectos y organismos potenciales como plagas y enfermedades
de los cultivos y los animales (CLADES, 1993).
El suelo sometido a la labranza continuado para los cultivos de ciclo corto pierde,
además, la estructura y aglomerados que facilitan el crecimiento de las raíces,
características que los pastizales bien diversificados y manejados contribuyen a
restituir, a la vez que se propicia la acumulación de materia orgánica.
También es favorable practicar el pastoreo rotacional en lotes que por varios años se
dedicaron a forrajes perennes sometidos al corte y acarreo del follaje y luego de
algunos años de pastoreo conducirlos con cultivos de ciclo corto alternando plantas
abonos verdes o cultivos de cobertura.
Etapa de acumulación y recuperación Etapa de descarga de fertilidad y
de los suelos bajo pastoreo extracción por los cultivos de ciclo corto
• Los pastizales mantienen los suelos cu- • La excesiva labranza deteriora la
biertos, evitan la erosión y mejoran la estructura grumos y reduce los niveles de
infil-tración del agua. materia or-gánica del suelo
• Se produce una alta velocidad en los
• Se propicia una mejora de la estructura
del suelo empastado y sometido al niveles de extracción de nutrientes de las
pastoreo rotacional. capas superiores del perfil del suelo.
• Hay alta propensión a dejar los suelos sin
• Se puede propiciar la fijación de
nitrógeno si se incluyen leguminosas en el cobertura por largos períodos.
pastizal. • Se acumulan grandes cantidades de se-
• Se activa el reciclado de nutrientes y la
millas de plantas espontáneas que germi-
acumulación de materia orgánica si no hay nan y se desarrollan a la par de los
sobrepastoreo. cultivos de ciclo corto compitiendo
fuertemente por el espacio, los
• Los animales pueden controlar muchas nutrientes, la luz y el agua.
plantas de la vegetación espontánea que
• Se incrementan las tasas de aparición y re-
entorpecen el desarrollo de los cultivos de
ciclo corto. producción de insecto y organismos
poten-ciales como plagas y
• Se interrumpen ciclos biológicos de enfermedades.
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muchos insectos y organismos potenciales • Se reduce el banco de semillas de plantas


como plagas y enfermedades de los no consumibles por los animales y se in-
cultivos de ciclo corto y anuales. terrumpen muchos de los ciclos reproduc-
• Se pueden incrementar los niveles de tivos de vectores y parásitos del ganado.
plan-tas no consumibles por los animales y
de vectores de enfermedades como son
los ácaros o garrapatas y otros parásitos.
• Durante esta etapa la tierra continúa en
uso con aportes económicos a través de los
pro-ductos animales.
Sin embargo, si los campos se empastan sólo con gramíneas, se realizan prácticas de
pastoreo continuo y sobrepastoreo, se mantienen sobrecargas en terrenos muy hume-
decidos o encharcados o se practica la quema de los pastizales pueden empeorarse las
condiciones del suelo e interrumpirse el periodo de acumulación y recuperación.

Prácticas que contribuyen a acelerar la Prácticas que contribuyen a retardar la


pérdida de fertilidad del suelo pérdida de fertilidad del suelo
• Quema de los rastrojos de cosechas, • No quema de rastrojos de cosechas,
vegetación espontánea y pastizales. vegetación espontánea ni pastizales.
• Preparación del suelo con inversión • Preparación de suelos con labranza mínima
del prisma y mullido con picadora o o cero.
rastra de discos. • Mantenimiento de la cobertura del suelo.
• Dejar el suelo sin cobertura por • Siembra de cultivos en asociaciones con
largos períodos. participación de leguminosas.
• Siembra de monocultivos, • Rotación de cultivos e inclusión de abonos
principalmente de gramíneas. verdes o cultivos de coberturas.
• No practicar la rotación de cultivos • Hacer pastar los animales sobre los
de manera planificada ni la rastrojos de cosechas, abonos verdes,
inclusión de abonos verdes o cultivos de cobertura y vegetación
cultivos de coberturas. espontánea, así como propiciar que se
deposite la mayor parte de sus excreciones
en los campos de cultivos.

Cada día se hace más evidente la necesidad de un uso intensivo, pero racional de la
tierra y demás recursos naturales para procurar satisfacer las demandas humanas y
disfrutar de una alta calidad de vida producto de un desarrollo armónico y sostenible.
La práctica de administrar empresas agropecuarias integrando cultivos de ciclo corto,
anuales y perennes con las crianzas presenta una perspectiva favorable, por cuanto,
reduce los niveles de dependencia, aumenta la capacidad real de reciclado de
nutrientes a bajo costo energético y reduce el potencial contaminante por quemas de
rastrojos, acumulación de residuales de los animales, reducción de las necesidades de
uso de medios químicos sintéticos para controlar plantas que compiten con los
cultivos, insectos y organismos potenciales plagas y enfermedades tanto para plantas
como para animales.
Algunas alternativas tecnológicas, proceso y productos de la ciencia más actuales
incorporados e insertados a la conversión agroecológica de los sistemas agropecuarios en
Cuba
• Cría artificial inserción y potenciación de organismos para uso como biorreguladores en el
manejo agroecológico de cultivos y crianzas.
• Nuevos clones de plantas de cultivos resistentes a condiciones edafoclimáticas adversas, a
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plagas o enfermedades obtenidos por técnicas biotecnológicas, de propagación in vitro,
injertos entre otras técnicas científicas actuales.
• Producción de organismos simbióticos fijadores de nitrógeno, micorrizas y otros que
potencian la capacidad productiva de los agroecostemas.
• Nuevas razas de animales y mejora genética de poblaciones en las condiciones
agroecológicas tropicales que permiten incrementar el potencial productivo de los sistemas
con crianzas.
• Familia de aperos de labranza mínima y vertical incorporada a los sistemas de manejo
agroecológico de los suelos.

El manejo de estos modelos demanda como principal insumo el conocimiento y la


aptitud creativa de los agricultores, más que excesivos niveles de insumos y permiten
un cons-tante proceso de innovación e inserción de nuevas tecnologías y productos a
favor de fortalecer la base de los recursos naturales de los agroecosistemas.

Referencias
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