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Primer misterio

Misterios gozosos: La Anunciación (Lc 1, 28).


Misterios dolorosos: La Oración en el Huerto (Lc
22, 44-45).
Misterios gloriosos: La Resurrección (Mc 16, 6).
Misterios luminosos: El Bautismo de Jesús (Lc 3,
21-22).
África es representada por el color verde de sus
selvas.

Intención: Para que el continente africano viva el


momento presente como un momento propicio, un
tiempo de salvación para África, y para que la
Iglesia en África, colmada de alegría y gratitud por
la fe cristiana, prosiga su misión evangelizadora.
Guía: El color verde simboliza las inmensas selvas
africanas y es el color sagrado de los musulmanes.
“África, -dijo el Papa Juan Pablo II-, constituye una
verdadera reserva de numerosos y auténticos
valores humanos. Está llamada a compartir estos
valores con otros pueblos y naciones, y a enriquecer
así a toda la familia humana”.
Los mártires de Uganda y los ciento setenta
misioneros asesinados en el territorio de la actual
República Democrática del Congo, sembraron la
semilla de la esperanza.
Padre Nuestro.
Ave María.
Gloria.
María, Reina de las misiones. Ruega por nosotros.
Oración: Con el corazón lleno de afecto por África, tan necesitada de auxilio de amor,
elevemos
nuestras plegarias para que colme esta tierra de
gracias y bendiciones. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Segundo misterio
Misterios gozosos: La Visitación (Lc 1, 41-45).
Misterios dolorosos: Los azotes en la columna (Jn
19, 1).
Misterios gloriosos: La Ascensión (Mc 16, 19).
Misterios luminosos: Las bodas en Caná (Jn 2, 1-
3).
Asia es vista en el color amarillo de su tierra y de
su gente.
Intención: Para que la Iglesia en Asia tome
profunda conciencia de las complejas realidades
de ese continente y responda a la voluntad de Dios
como la comunidad de discípulos de Jesucristo, en
medio de las realidades sociales, políticas,
religiosas, culturales y económicas tan diversas del
inmenso continente asiático.
Guía: El color amarillo significa la tierra del sol
naciente, y el continente de las antiguas
civilizaciones. En China fue donde comenzó
nuestro testimonio misionero, nuestra primera
misión, y donde san José Freinademetz se hizo
chino entre los chinos para vivir el amor, el único
lenguaje que entiende toda la humanidad.
Padre Nuestro.
Ave María.
Gloria.
María, Reina de las misiones. Ruega por nosotros.

Oración: Oh, Virgen de la ternura, abraza a estos


numeroso/as hijo/as tuyo/as y que la sangre de sus
numerosos mártires sea semilla de nuevos
cristianos. Amén.
Se puede agregar un canto apropiado.
Tercer misterio
Misterios gozosos: El nacimiento del Señor
(Lc 2, 7).
Misterios dolorosos: La coronación de espinas
(Mt 27, 28-29).
Misterios gloriosos: La venida del Espíritu Santo
(Hch 2,4).
Misterios luminosos: El anuncio del Reino de Dios
(Mc 1,14.15)
América es identificada por el color rojo de sus
mártires.
Intención: Para que la Iglesia en América viva el
encuentro con Jesucristo vivo como camino para
la conversión, la comunión y la solidaridad y para
que el Espíritu Santo, don de Cristo en el misterio
pascual, la guíe para ser discípula misionera de la
vida abundante de Jesús y en él todas las personas
tengan vida.
Guía: El color rojo por su gran cantidad de mártires
que han derramado su sangre, a la vez que recuerda
a los primeros habitantes de América del Norte,
los pieles rojas.
Oremos para que América del Norte y la Iglesia de
estos países tomen conciencia de su importancia
al haber sido favorecidas con tantas oportunidades
de progreso y cultura, y para que el sacrificio de
Martín Luther King y tantos otros apóstoles de la
no- violencia y de la fraternidad humana, produzca
frutos abundantes.
Dediquemos también nuestro tiempo e interés a
América Latina y el Caribe, el espacio del
continente donde las distancias son enormes: son
países con gran mayoría de jóvenes, el 45% de la
población no supera los 22 años de edad.
“Recobremos, -dice el documento de Aparecidapues,
‘el fervor espiritual. Conservemos la dulce y
confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando
hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo –
como Juan el Bautista, como Pedro y Pablo, como
los otros Apóstoles, como esa multitud de
admirables evangelizadores que se han sucedido
a lo largo de la historia de la Iglesia – con un ímpetu
interior que nadie ni nada sea capaz de extinguir.
Sea ésta la mayor alegría de nuestras vidas
entregadas’ (EN 80). Recobremos el valor y la
audacia apostólicos”.
Padre Nuestro.
Ave María.
Gloria.
María, Reina de las misiones. Ruega por nosotros.

Oración: Oh, Madre nuestra de Guadalupe,


intercede por tus hijo/as de América, para que, por
medio de tu Hijo, puedan encontrar la verdadera
liberación. Amén.
Se puede agregar un canto apropiado.
Cuarto misterio
Misterios gozosos: La presentación de Jesús en el
Templo (Lc 2, 22-23).
Misterios dolorosos: Jesús con la cruz a cuestas
(Jn 19, 17).
Misterios gloriosos: La Asunción (Ap. 12, 1).
Misterios luminosos: La Transfiguración de Jesús
(Lc 9, 28-31)
Europa es representada por el color blanco desde
donde nace el “viento” (Polo Norte)
Intención: Para que la Iglesia en Europa recupere
el vigor de la fe que la llevó a evangelizar el mundo
entero, y para que la acción misionera dentro y
fuera del continente sirva para reavivar la
esperanza de sus Iglesias, afectadas a menudo por
un oscurecimiento de la esperanza.
Guía: El blanco nos recuerda el Polo Norte, desde
donde nace el viento, el soplo del Espíritu Santo
que inspiró a San Arnoldo Janssen a la fundación
de la gran familia misionera que nos reúne.
Europa es el continente donde nuestra
Congregación se desarrolló durante los primeros
años y del que salieron los primeros misioneros
para evangelizar a otros continentes. Ahora,
pareciera que es el continente donde el cristianismo
no tiene nada que decir o hacer, pero sería un gran
error si pensáramos así; sería ignorar la realidad.
Invoquemos la intercesión maternal de María, para
los cristianos de este continente renovando el
espíritu misionero, sean testigos alegres y
solidarios de la Buena Noticia de Jesús.
Padre Nuestro.
Ave María.
Gloria.
María, Reina de las misiones. Ruega por nosotros.
Oración: Oh, Virgen Santísima, concede a estos
hermanos/as nuestros/as de Europa la voluntad de
reavivar su fe en Jesucristo para que renueven el
ardor misionero como en los tiempos pasados.
Renueva su vida familiar, dales dirigentes audaces
y sabios y pon en sus corazones la humildad
necesaria para ir más allá de sus fronteras. Amén.
Se puede agregar un canto apropiado.
Quinto misterio
Misterios gozosos: El niño hallado en el Templo
(Lc 2, 46).
Misterios dolorosos: La crucifixión (Lc 23, 48).
Misterios gloriosos: La coronación de Santa María
Virgen (Jn 15, 10-11).
Misterios luminosos: La institución de la Eucaristía
(Mt 26,26-29)
Oceanía es identificada por el color azul de su
infinito mar.
Intención: Para que la Iglesia en Oceanía muestre
a todos los pueblos del continente a Jesús, Camino,
Verdad y Vida (Jn 14, 6), y les invite a encontrarle,
a creer en él y a proclamarlo Señor de todos, y para
que ella misma anuncie a todas las naciones la
verdad revelada por Jesús y viva en plenitud la
existencia que Jesús le ha concedido.
Guía: El color azul nos recuerda las inmensas islas
esparcidas en las azules aguas del Océano Pacífico.
El continente de Oceanía es el más pequeño y el
menos poblado.
También reúne a diversas tradiciones religiosas y
culturales. En la isla, Molokai, predicó el Evangelio
entre los leprosos el famoso Padre Damián de
Veuster, que pasó a la historia como el apóstol de
los leprosos.
Padre Nuestro.
Ave María.
Gloria.
María, Reina de las misiones. Ruega por nosotros.
Oración: Oh Virgen de los Mares, como Madre
buena, conduce a todos/as tus hijos/as al encuentro
con tu Divino Hijo para que tengan salvación. No
permitas que tus misioneros pierdan el ánimo ni
la certeza de que un día también en Oceanía
brotarán comunidades vivas y apostólicas. Amén.
Dios te salve reina y madre… Amén.
Oremos: Señor Dios, cuyo unigénito Hijo con su
vida, muerte y resurrección nos consiguió el premio
de la salud eterna, danos a los que recordamos estos
misterios del santo rosario imitar lo que contienen
y alcanzar lo que prometen por el mismo Jesucristo,
Nuestro Señor. Amén.

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