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Martín Bezier

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Universidad Nacional de Cuyo
Historia Contemporánea

Trabajo Práctico Nº 3: CONSERVADURISMO

Comenzando con el análisis de los textos propuestos, nos encontramos con autores que
exponen sus ideas desde la corriente conservadora, la cual surge en Europa entre finales del
siglo XVIII y principios del XIX, orientando sus postulados a deferender la organización
política anterior que poseía Francia, en el conocido “Antiguo Régimen”, frente a los
acontecimientos originados por la Revolución francesa.
Comenzando, El autor Burke compara la evolución política de Francia e Inglaterra
exponiendo que la primera, en su evolución política no ha respetado el valor ni carácter de
las antiguas instituciones francesas, ocasionando un proceso de desestabilización social. El
plantea que se respeta a las instituciones civiles partiendo del mismo principio según el cual
la naturaleza nos enseña a respetar a los hombres en función de la edad de los mismos y a
las personas de las cuales descienden. Todas las ventajas que tenía Francia de la mano de
sus atiguas instituciones son en cierto punto obviadas, pues se plantea que los
posrevolucionarios han decidido avanzar como si jamás hubieran vivido en una sociedad
civil, teniendo la errada idea de comenzar “de nuevo”. En cambio, con respecto a
Inglaterra, el autor plantea que en dicho país se ha conservado los principios y los modelos
del viejo derecho públio (common-law), mejorándolos y adaptándolos al estado de la
sociedad presente. Esto se ve ejemplificado en el hecho de que los ingleses, desde la Carta
Magna hasta la Declaración de Derechos siempre han tenido esa constante política de
reclamar y defender las libertades como una herencia vinculada que llega a los ingleses
actuales desde los ingleses anteriores, que a su vez se transmitirá a las futuras generaciones
inglesas.
Burke considera como un error notorio la opinión de la Asamblea Nacional sobre las
características que en épocas pasadas significaron el progreso de Francia. Es imposible
sacar a relucir el tema de leyes fundamentales del país, de la imposibilidad de cambiar la
constitucón de Francia, puesto que estos nuevos “revolucionarios” simplemente no aceptan
temas como la experiencia, la antigüedad y todo lo que ello significó para el país. Esta
gente que ha decidido “empezar de nuevo”, se apoyan mucho en “la declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano” establecida en 1789 por la Asamblea Nacional. Con
respecto a este tema de los derechos del hombre, Burke expone que tales derechos son
inexistentes, pues “todo lo que un hombre puede hacer por si mismo, sin dañar a otros, es
un derecho para el”, y como tienen derecho a recibir su parte en todo lo que la sociedad
puede hacer en su favor, por medio de la combinación de la inteligencia y la fuerza. En esta
asociación los hombres tienen iguales derechos, pero no poseen el derecho a tener las
mismas cosas que otros hombres. Lo que el autor quiere exponer aquí es que estos
“nuevos” derechos establecidos son falsos, pues el hombre al nacer obtiene sus derechos,
no a través de tales actos. Según Burke, los derechos deben garantizar al hombre proveerse
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de sus necesidades más básicas y además, psicológicas (relacionado a pasiones y vicios


inherentes en las personas).
Relacionado con todo lo anterior expuesto, el autor plantea que dentro de estas instituciones
que los revolcuionarios tratan de dejar a un lado se encuentra la iglesia. Por ende, la misma
ser percibida como una iglesia institucional (es decir, una institución más que pertenece al
Estado), la cual además, es la base de la sociedad y por tal, debe ser absolutamente
respetada, en vez de ser dejada de lado con desprecio. El autor expone que una religión
unida al Estado (como institución) que enseñe a los súbditos los deberes que tienen respecto
a el, es más necesariua que en aquellas sociedades en que el pueblo se limita a sus
sentimientos privados y a la administración de sus asuntos familiares. Entonces podemos
destacar que la iglesia tendrá, según el autor, varios papeles. Como institución (y una de las
más importantes) la Iglesia debe persuadir a los ciudadanos de Francia de ser fieles a las
demás instituciones del país, pero además, la Iglesia tiene otro papel, relacionado con la
vigilicancia y control del poder terrenal, asegurando que el mismo cumpla con las leyes
divinias, evitando que el gobierno caiga en el pozo del absolutismo y se corrompa,
buscando la satisfacción personal, en vez de la satisfacción del pueblo de Francia. La
religión debe estar íntimamente relacionada con el Estado, pues el ser humano (que vive en
sociedad amparado bajo el mismo Estado) es un ser religioso por naturaleza, y por ende
abnegar de la religión o dejarla de lado sería ir en contra de los instintos naturales que
poseemos los seres humanos.
Frente a todos los temas expuestos hay otro autor que expone su opinión en sus escritos. El
autor De Maistre va a tocar el tema de la religión también, relacionándola con el gobierno
terrenal. El expone que un gobierno terrenal es legítimo si la raza creada por Dios, avanza
por si misma sin violentar a otros o cuando la unidad nacional se manifiesta como la unión
de las voluntades de las personas mas diversas. Por consiguiente, De Maistre argumenta
que quien gobierna, lo hace gracias y en nombre de DIOS, porque determinados sucesos lo
han colocado en el trono y la autoridad divina se le ha concedido para gobernar. Un
gobernante elegido “por el pueblo de Francia” es una mentira, un sacrilegio a las leyes
divinas, creándose una falsa igualdad enntre monarca y gobernados (igualdad que
naturalmente no existe, pues el gobernante es UNA persona, elegida por Dios, para
gobernar, y por dicha razón, es erroneo equiparar a esta persona con la masa gobernada).
Con las leyes pasa algo similar, pues se expone que las leyes provienen de la voluntad
superior, por ende no existe tal cosa como las leyes por “voluntad de todos” como plantean
los revolucionarios. Las leyes son eso, leyes, y como tal, no existe derecho que posibilite al
ser humano romperlas. Esta es lo que separa a las leyes de otros apartados legales como
reglas o normas. Estas últimas, en condiciones especiales podrían romperse, en cambio, las
leyes son inquebrantables.
Todo lo anterior expuesto por ambos autores nos da rápidamente y con facilidad la postura
contra revolucionaría en la que se posicionan y escriben sus ideas. Tanto Burke como De
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Maistre repudían a la Revolución francesa por su afán de abolir todo lo que ha hecho
grande a Francia según los autores. Toda la herencia, tradicón, antepasados, todo lo que
precedió a Francia y debería ser legado a las generaciones futuras, es abolido, es suprimido,
en pos del ideal “revolucionario” de unos cuantos.

Bibliografía
 Edmund Burke: Fayt, C.S. 1974. “Historia del pensamiento político., Buenos Aires,
Plus Ultra.
 Joseph de Maistre: Prelot, M. 1971. Historia de las ideas políticas. Buenos Aires, La
Ley

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