Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Producto
Plancha para impronta No. 2
Augusto Solórzano
Miguel Uribe
María de los Ángeles González
DE LO SOCIAL AL DISEÑO
Pensando en Diseño a partir del campo social. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
María de los Ángeles González
9
El italiano lo consigue luego de sus grandes fracasos tanto sociales
como artísticos y amorosos; lo logra cuando su obra cambia de valor
simbólico en la sociedad donde vive. Es seguro que el ‘error’ fue su
maestro en aquellos años, pues fue quien catalizó sus sensibilidades más
profundas –Bernini supo, como ninguno, tallar en piedra- y también, el
responsable de su maestría técnica.
10
Así pues, esta colección de textos quiere recoger tanto lo uno como
lo otro. Con modestia, pretenden acercarnos a la ‘plenitud’ en algún mo-
mento de nuestras vidas y a una decidida actitud provisional en nuestros
postulados. Principalmente, procuran ser un homenaje al catalizador
de lo uno y lo otro: el ‘error’. La idea de la compilación que tengo el
honor de presentar en un formato de cinco libros -que a su vez son
cinco improntas: Diseño e imagen, Diseño y producto, Diseño y sentido,
Diseño y ciudad y Diseño e historia4 - nace de una idea surgida como
mecanismo para enmendar y, sobre todo, ridiculizar una manera de ver
un error. Fundamentalmente, es un esfuerzo, primero, por comprender
en el ‘error’ una posibilidad y, segundo, para poner en vergüenza a todo
aquel que se ahoga en señalamientos, sin resolverlos más que con el acto
romano de lavarse las manos.
“(...) huye, Adso, de los profetas y de los que están dispuestos a morir por la verdad,
porque suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes que la
propia, y a veces en lugar de la propia. Jorge ha realizado una obra diabólica, por-
que era tal la lujuria con que amaba su verdad, que se atrevió a destruir la mentira.
Tenía miedo del segundo libro de Aristóteles, porque tal vez éste enseñase realmente
a deformar el rostro de toda verdad, para que no nos convirtiésemos en esclavos de
nuestros fantasmas. Quizá la tarea del que ama a los hombres consista en lograr que
éstos se rían de la verdad, lograr que la verdad ría, porque la única verdad consiste
en aprender a liberarnos de la insana pasión por la verdad (...)”.
Guillermo de Baskerville 5
4 En estos textos, recojo el trabajo de varios colegas de varias universidades del país: Universidad de los Andes,
Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Universidad Autónoma de Occidente, Uni-
versidad Nacional y Universidad del Valle.
5 ECO, U. (1994). El nombre de la rosa. Barcelona: Narrativa Actual. Pág. 463.
11
LAS NUEVAS COMUNIDADES A PARTIR
DEL CONSUMO
Augusto Solórzano
Universidad Nacional de Colombia1
Introducción
Tres son las afirmaciones que hacen las veces de hilo conductor en
este texto. La primera, ratifica que más importante que la generación
de productos, el diseño realmente debe producir significados que estén
orientados a mejorar la calidad de vida y facilitar la interacción entre
las personas. Esta consideración deriva en segundo lugar en que los
significados que surgen de aquí resultan ser las bases estructurales del
sentido común y de un sentir común que le reclama al diseño convertirse
en un derecho generalizado, una esfera democrática, o si se quiere, una
episteme puesta al servicio de la eficiencia, el confort y el intercambio
simbólico y comunicativo entre diferentes culturas. Por último, esto nos
lleva a pensar que el caldo de cultivo del diseño es la comunidad y no una
estrecha franja de público que ha convertido al diseño en un instrumen-
to diferenciador de clase y una vitrina de la distinción social.
1 Este texto hace parte del proyecto Historia social de la gráfica en la dictadura militar en Colombia 1953-1957
inscrito en el sistema de Información de la Investigación de la Universidad Nacional de Colombia, Facultad de
Arquitectura, Escuela de Artes, Sede Medellín.
De esta descripción inicial, resulta evidente que en la actualidad el di-
seño orienta la voluntad humana en tanto que solidifica un suelo común
de pasiones, creencias e ideologías. Ello es posible porque su objetivo
principal es el de satisfacer necesidades y resolver problemas concretos
que surgen en la vida cotidiana. Su lógica, es responsable de instaurar
relaciones entre lo que el hombre necesita y lo que sus sentidos le pro-
porcionan. Parecería que esta lógica también reivindica una necesidad
humana, que es precisamente, el sentir complacencia frente a la belleza
y el agrado de las cosas prácticas. De acuerdo con ello, ha de concebirse
el diseño como la articulación de estética y comunicación, funcionali-
dad y belleza, que se estructura sobre una base común.
Pese a la importancia que esta forma de belleza tiene para los acuer-
dos sociales y la construcción de las relaciones sociales alrededor del
gusto, la teoría estética tradicional, preocupada principalmente por el
arte, terminó por ubicarla en un renglón secundario. Sólo cuando el di-
seño es visto como el mecanismo encargado de programar el deseo en las
sociedades del consumo, esta historia empieza a dar giros inesperados.
2 HIPIAS, 188e-290c.
14
Hoy cuando todo lo relacionado con la estética goza de una carta de
acreditación y se propone como una forma de comprensión de la exis-
tencia, el diseño transforma el panorama sociológico tras reconocer que
la forma, la apariencia y la función de los objetos y de las imágenes es un
asunto ligado a la vida y a la estructura social del hombre.
15
Este principio general también aparece esbozado en el parágrafo
cuarenta y dos de su Crítica del juicio (2007). Vinculado a éste, también
ha de resaltarse el parágrafo dieciséis en el que se hace una clara rei-
vindicación del vínculo que existe entre la belleza y la utilidad. A ella se
referirá Kant como belleza adherente. Su extrema agudeza para identifi-
car la dimensión práctica de lo bello, de lo agradable y de lo útil, revela
una dimensión antropológica del problema del gusto cuyo eco atraviesa
la esencia misma del diseño.
16
comunidades de artesanos, aprender estas cosas, reforzaba el sentido
de pertenencia, solidaridad y honestidad. Es por esto que la perspectiva
de la belleza adherente trazada por Kant, conserva intacto este aroma
de la comunicabilidad. A través de ella, el filósofo quiere reivindicar el
sentido ético y un fuerte sentimiento de comunidad que se establece a
partir del trabajo y de la producción de cosas bellas y útiles. Como tal,
esta es la definición más general de la belleza adherente, una forma de la
belleza que puede ser entendida como la reivindicación de la utilidad
de las cosas que, en busca del desarrollo de la forma, pueden suscitar en
nosotros el sentimiento de agrado.
17
demostrable. En el ámbito estético, la conjunción entre belleza y utilidad
que se pliega en los objetos, hace que en torno a una y otra haya una
confluencia en nuestros modos de sentir. De ahí que la sociedad actual,
deba reconocer una forma de vinculación entre los sujetos que se da a
partir de los objetos de uso diario. En esta comunidad del sentir, se parte
de la premisa de que los juicios de gusto que promueven los objetos
tienen como escenario de fondo la diversidad. A pesar de ello, la utilidad
que prestan los objetos se asume como un punto de partida en común, y
es en tono a éste que también es posible discutir sobre la belleza.
18
que vincula la belleza con la utilidad de las cosas y hace de éstas una
forma de la experiencia que, a medida que transformamos, también nos
transforma; en definitiva, una belleza que puede ser concebida como el
estuche en el cual se resguardan los valores, los consensos y donde el
uso de los útiles, permite a los hombres participar de una perspectiva
en común.
Esta noción de belleza nos devuelve a las primeras formas del capita-
lismo, en las cuales aparece un tímido interés por construir un paradig-
ma de eficiencia y productividad. De él, es que se deriva el posiciona-
miento del confort como principio rector de la cotidianidad actual. A la
par de este objetivo, fue construyéndose una cultura del hedonismo que
halló en la distinción simbólica de los objetos una cantera de disfrute
que terminó resquebrajándose cuando empieza a hacerse notorio una
democratización del consumo cuya cúspide es la activación de emocio-
nes y experiencias nuevas.
19
vinculantes que les permite a los hombres comunicarse, relacionarse
y juntarse naturalmente. Para lograr este objetivo, es necesario volcar
la mirada hacia algunos pensadores como Maffesoli (1990) (2005)
(2007) y Lipovetsky (1994) (2000) (2003) (2007) quienes sientan
sus propuestas en el descubrimiento de nuevas formas de sociabilidad,
tras apoyarse en la idea de que ésta puede generarse a partir del gusto
por las formas, lo efímero y lo banal. Este planteamiento, que de plano
involucra a la belleza prosaica, vincula desde la ruta estética, aspectos
que atañen a lo social, lo público y la política.
20
Si la estética volcó su mirada en torno a una vinculación basada en la
distinción, es hora de reconocer que el espacio público se ha ampliado
y que la belleza del objeto pliega en su interior aspectos relevantes para
esa vinculación que se da a partir de la belleza y el gusto. Hoy cuando
abiertamente se habla de una comunidad emocional (Mafessoli, 1990),
es el momento de volver la mirada hacia la experiencia sentimental,
particularmente, esa experiencia que genera un placer derivado de las
cosas prosaicas, de los objetos de uso, de los productos masivos, de las
marcas, del deleite que ofrece el decorado de los espacios y tantas otras
cosas más.
21
De ahí que hoy en día se hable del factor emocional como el para-
digma del diseño posindustrial. En torno a los objetos del diseño se ha
creado una posibilidad para llegar al entendimiento mutuo fundamen-
tado principalmente en los juicios de opinión y menormente en los de
creencia. En relación a ello, ha de señalarse que aun cuando en torno a
opinión no sea posible exigir la validez de los acuerdos, ésta promueve
una forma de la comunicabilidad que no es irrestricta y que se puede
justificar a partir de criterios tan volátiles como la emocionalidad, que le
otorga su validez pública.
22
a partir del cual se construyen identidades y se confirma la pertenencia
a un grupo social.
Sin embargo, el principal problema que ha acarreado la adquisición,
posesión y experiencia consumista es que la producción de bienes no
camina acompasada de la oferta de trabajo, y el desequilibrio que ello
trae constituye precisamente la base de los mayores problemas sociales
que se enfrentan hoy. El hecho de que el trabajo ya no sea el eje de
construcción del destino propio y que tampoco sea sinónimo de esta-
bilidad crea un terreno inseguro entre quienes ejercen libremente su
derecho a consumir y quienes caminan tímidamente por sus márgenes.
En definitiva, esta inestabilidad se refleja en todos los sectores sociales y
hace que el sujeto navegue en el picado mar de la zozobra y la inestabi-
lidad sobre lo que puede suceder mañana; de hecho, es una caracterís-
tica de la época actual. Además, las antiguas instituciones que ayudaban
a la construcción de la identidad, es decir, los panópticos sobre los que
se erigió la socialización son concebidos hoy como recuerdos lejanos de
una época disciplinada, aburrida y carente de placer.
23
Hoy, cuando gracias a la cúspide de la tecnificación amplias franjas de
la población disfrutan de los beneficios que ofrecen las grandes marcas,
es importante analizar cómo está vinculada la libertad de elección con
un sistema productivo que aleja a los bienes de consumo cada vez más
de la uniformidad. El mejor modo de presentar este problema es a través
de la siguiente enunciación:
[La] actual ampliación de las gamas de productos diferenciados posibilita una forma de consu-
mir personalizada al alcance de todos los segmentos, que a su vez se corresponde con un estilo
de vida concreto. Además, si no se tiene suficiente con las gamas que el sistema productivo es
capaz de ofrecer, también se puede recurrir a personalizar uno mismo el objeto en cuestión.
Así se extiende la tendencia a que los consumidores personalicen los artículos estandarizados
que poseen, a fin de convertirlos en objetos diferenciados y exclusivos (BRÄNDLE, p. 95).
24
“La emoción no ya como un simple fenómeno psicológico o como el suplemento del alma
sin consecuencias, sino como la estructura antropológica cuyos efectos quedan por apre-
ciar. Esto nos lleva a visualizar que la idea obsesiva de estar-juntos es esencialmente una
“relianza” mística sin objeto particular. Tal como se puede considerar que el arte es una
forma pura, es posible considerar a la sociedad como una simple facultad de agregación. En
este sentido la emoción estética puede servir de cimiento” (Meffesoli, 2007. pp. 24-25).
25
vinculación social que surgen a partir de la manera en que se configu-
ran las experiencias alrededor del consumo.
historia mientras otros ponen el énfasis central en la teoría o el trabajo de campo […] para facilitar esas intersec-
ciones, creo que el estudio del diseño como cultura debería organizarse alrededor de temas y no de disciplinas
académicas convencionales” (MARGOLIN, 2009, pp. 25-26).
26
Actualmente, cuando se reconoce de manera abierta que la belleza
es un valor inherente a todos y cada uno de los productos culturales,
estas consideraciones sobre la emocionalidad resultan significativas para
pensar el tema del ser en común. En esta realidad policontextual, lo bello
se convierte en un foco de simpatía que hace posible explicar la manera
en que se relacionan los hombres, partiendo de la concepción de indivi-
duos con preocupaciones y expectativas diferentes como base. En efecto,
en términos estéticos, el poder compartir sentimientos y expectativas
con los otros se debe principalmente a una valoración diferente de la
belleza que se vincula con la utilidad, el confort, el agrado y la novedad.
27
Considerado así el asunto, ha de buscarse otras alternativas para en-
tender que hoy existen nuevas formas de comunidad, nuevas lógicas de
vinculación y, sobre todo, nuevos motores que alimentan la comunicabi-
lidad del gusto. En esta dirección vale rescatar los aportes de la historia
del diseño y, más aún, los criterios de análisis que los estudios en diseño
proponen para comprender las transformaciones culturales derivadas de
la emocionalidad, el narcisismo y lo efímero.
Así las cosas, Maffesoli (1996) traza una nueva ruta para las formas
vinculantes que surgen en torno al consumo y propone como aglutinan-
te social una deontología capaz de considerar lo efímero, lo equívoco y
lo oscuro, y la grandiosidad que estos factores tienen para la sociabili-
dad. Es oportuno ahora acatar su sugerencia de “alejarse un poco para
delimitar, con la mayor lucidez posible, la sociabilidad que emerge ante
nuestra mirada”, sintetizada en las siguientes palabras:
Así, a la moral del “deber ser” podría suceder una ética de las situaciones. Ésta, o más
valdría decir éstas, se fijan en la pasión, en la emoción, en una palabra, en los afectos
28
de los que los fenómenos humanos están formados. [...] conviene elaborar un saber “dio-
nisíaco” que esté lo más cerca posible de su objeto. Un saber capaz de integrar el caos,
o al menos de concederle el lugar que le corresponde. Un saber que sepa, por muy pa-
radójico que pueda parecer, trazar la topografía de la incertidumbre y del azar, del
desorden y de la efervescencia, de lo trágico y de lo no racional, de todas las cosas
incontrolables, imprevisibles, pero no por ello, menos humanas. [...El saber dionisía-
co,] sin justificar ni legitimar nada, puede ser capaz de captar el hormigueo existen-
cial cuyas consecuencias no se han acabado de medir (Maffesoli, 1997, pp. 13-14).
29
Semejante a lo sucedido en el siglo XVIII, cuando la burguesía sentía
que los lazos de unión se habían debilitado en razón del egoísmo y el
anonimato; la sociedad actual vuelve a volcar su atención sobre el tema
de la comunicabilidad que surge a partir de los juicios de gusto, llevan-
do a su máxima expresión el factor emocional. No es fortuito entonces
el valor que éste tiene en todos y cada uno de los productos culturales
de hoy, lo que reafirma lo emocional como el eje central del consumo
en tanto permite identificar la capacidad común de los hombres para
establecer una vinculación social.
30
Asimismo, todo esto corrobora que el consumo está fuertemente em-
parentado con la dimensión originaria de la estética que tiene como ejes
el intercambio comunicativo, el gusto, el afecto y la opinión. Se abre así
un camino abonado para pensar nuevas formas de acuerdo que ponen
sobre el tapete un hecho contundente: la reivindicación de una sensibi-
lidad que promueve una concepción discursiva de la comunicabilidad.
A través de dicha sensibilidad, es que surge un pluralismo social, hilo
que hilvana lo efímero, lo emocional, el espectáculo, la seducción, la
extensión de la democracia, el entretenimiento y tantas otras cosas más
que identifican las dinámicas del consumo de hoy, en resumidas cuen-
tas, todas esas cosas que conciernen al ser en común y que se convierten
en las preocupaciones centrales de las comunidades actuales.
31
Bajo este panorama el discurso de la estética intenta cada vez más,
centrar su mirada en la cultura material y en la comprensión de diversos
fenómenos cotidianos que se generan a partir del diseño. De aquí, que
no sea fortuito su auge, ni tampoco la creciente teorización que sobre
este campo se viene haciendo en los últimos años7. En respuesta a la res-
tricción que durante poco más de dos siglos hizo el arte de la estética,
hoy el diseño ha empezado a enarbolar las banderas de la sensibilidad
mostrando que ésta es algo vivo, que no puede ser apartada de la reali-
dad cotidiana y que es posible hablar de una dimensión más amplia de
la belleza que vincula el agrado y la utilidad. Bajo este punto de vista,
indudablemente, la estética, reafirmada como la base de los intercam-
bios sociales que apela a los objetos como mecanismos que posibilitan
la conexión entre el hombre y la naturaleza y el hombre con el hombre,
recupera un terreno que le había sido confiscado en la Modernidad.
Todo esto, ha sido posible gracias a una valoración diferente de la uti-
lidad referida al objeto, pero también de la expansión del campo esté-
tico, una expansión que perfila nuevas formas de comunidad formadas
a partir del gusto y de la empatía que surge al compartir las ideas y los
proyectos en común.
32
imaginarios, su verdadera dimensión se encuentra en las relaciones y en
su capacidad para fortalecer los intercambios sociales como fenómenos
sensibles. Por esta razón, no es de extrañar el porqué un autor como
Selle8, limite su perspectiva a señalar que “en la actualidad, los com-
ponentes estéticos de los objetos, desempeñan a menudo un papel más
relevante en la competencia de mercado o en la esfera del consumo que
su mismo principio de construcción y su valor utilitario” (Selle, p, 15)..
Esta restricción de la estética también puede verse reflejada en el pen-
samiento de Jordi Llovet, cuando acuña el concepto de valor de uso es-
tético (Llovet, p. 58) para hacer referencia al vínculo indisociable entre
estética y utilidad que tutela al objeto contemporáneo. Sin desconocer
la grandeza de estas enseñanzas teóricas, es el momento de ampliarlas
en aras de edificar una ideología contemporánea del diseño, cuya re-
levancia se incrementa cuando éste se enfoca en temas referidos a la
humanidad. Tal vez este es el camino para que el diseño llegue a ocupar
los lugares vacíos que dejan las instituciones, los poderes hegemónicos y
los discursos verticales y desgastados de la ética y de la política.
33
dimensión de la estética prosaica y se valoran las actividades creativas
del hombre común (el bricolaje), se teoriza sobre la cultura material
y sobre la importancia de hacerse responsable del desecho que pro-
ducen las sociedades de la abundancia y sobre todo, se acuñan nuevos
conceptos como el de obsolescencia programada que desde ya dejan
avistar nuevas trazas para una ética alrededor del consumo. Tales son,
en síntesis, los parámetros de un territorio estético que se configura a
partir del diseño y de los intercambios sociales que éste promueve en el
seno de la vida cotidiana.
34
sin excepción alguna, esto es responsabilidad de todos y cada uno. Por
esta razón, no es equivocado decir que reconocer las relaciones que se
establecen en torno a cualquier objeto de uso, debe abrir las puertas a un
espacio democrático en cuyo epicentro la estética, la belleza, el agrado
y la utilidad constituyen un reino integrado a la vida.
35
promotor del consumo indiscriminado y de haber unificado bajo su tu-
tela todo tipo de experiencia, entre ellas, el turismo, el amor, la religión
y demás. Si se volcara la mirada a las referencias que Gadamer (1996)
hace sobre el lenguaje, acerca de que éste es la condición fundante y
fundamental de la experiencia, valdría la pena pensar lo mismo con
respecto a un lenguaje del objeto. Como bien lo realza la hermenéutica
del siglo XX, esta condición fundante hace parte integral del consenso,
pues al fin de cuentas, es el escenario cultural donde los distintos agen-
tes llevan a cabo el proceso de intercambio social y es el objeto el que
promueve distintas formas del diálogo y el canje de ideas y opiniones.
Alrededor suyo, se tejen toda clase de acuerdos y desacuerdos que son
compartidos con los demás. Descubrir el lenguaje del objeto, es descu-
brir también la riqueza poética, el patrimonio inventivo y su infinita
potencia emocional que constituye una expansión del horizonte estético
prosaico y que permite actualizar, vivificar y difundir el espacio com-
prensivo del sentido común.
36
belleza. Hoy, las críticas a las corrientes filosóficas que restringían el
arte a una actividad, son cada vez más fuertes y mejor argumentadas. Y
es que sin lugar a dudas, la época actual, enfrenta la inminente marcha
de una dimensión mítico-religiosa a una poética-estética. El paso de la
estética actual, reivindica la belleza como una fuente de placer que ha
de ser consumida en el presente mismo.
37
vida cotidiana. Particularmente, su propuesta puede entenderse como un
llamado de atención por abrazar la llegada del pluralismo artístico. Real-
zar filosóficamente un objeto tan prosaico como una caja de madera que
ha sido diseñada con fines comerciales y pintada apelando a los mismos
procesos industriales, legitima de cierta manera que el arte tiene validez
y sentido en cualquier dirección.
38
el diseño surgen en la sociedad de consumo. A partir de esto, la iden-
tificación, la creación y la recepción, aparecen en sus más variadas for-
mas dentro de una sociedad compleja que considera innecesario seguir
afianzando la distinción entre un Gran arte y otro que, como el diseño,
en apariencia, no lo es. Emerge desde aquí, la necesidad imperiosa de
darle validez filosófica a las expresiones de la industria cultural masiva.
En esta tarea, los aportes de cada uno de estos pensadores son impor-
tantes, pues sus argumentaciones reivindican un acercamiento entre el
arte y la vida, entre el diseño y la vida.
39
en un primer plano los vínculos sociales y se pregunta si seguir produ-
ciendo de la manera como se viene haciendo, tiene sentido y de si existe
una mejor manera de consumir en la que el diseño, en lugar de generar
más necesidades y de promover el deseo incontrolable por el consumo,
atienda a las necesidades reales de las personas y se enfoque en crear un
telón de fondo para el bienestar, el mejor trato y la ética de la felicidad.
Puesta la lupa sobre esta pregunta, es posible empezar a analizar la ma-
nera en que nuestra sensibilidad percibe los distintos acontecimientos
globales, así como también, la forma en que las experiencias que de ellos
se derivan, contrastan o afectan nuestros vínculos sociales, nuestras for-
mas de habitar el mundo y de configurar otros universos de significado.
40
a la hermosa copa de cristal que vemos en un hipermercado, la razón
interna determina que la belleza que apreciamos de ellas, se desarrolla
de la misma fuente de la que cual ésta ha surgido: la vida cotidiana.
41
BIBLIOGRAFÍA
Baudrillard, jean. El crimen perfecto. Barcelona: anagrama, 1996.
Brea, José Luis. Las auras frías: El culto a la obra de arte en la era pos-
moderna. Barcelona: anagrama, 1991.
Carroll, Nöel. Filosofía del arte de masas. Madrid: Antonio Machado libros.
2003
Danto, Arthur. El fin del arte. Después del fin del arte. el arte contempo-
ráneo y el linde de la historia. Barcelona: Paidos. 1999.
Selle, Gert. Ideología y utopía del diseño. Barcelona: Gustavo Gilli, 1973
“La sociedad como agrupación ideal, que quiere saberse idéntica; para ello sacrifica la
personalidad, establece la media y nos hace sentir mortificados con aquello y aquellos que
se separan de esa media. Al masificar lo que considera idéntico (como ocurre con los pro-
ductos), la sociedad sólo reproduce un promedio de nuestras capacidades con las tendencias
que señala la norma. La cultura occidental ha exacerbado muchas de las normas de exclusión
y patología de las comunidades que conquistó con su pensamiento; también premió al objeto
con un papel protagónico, castigando al sujeto con el papel secundario.”
48
particulares de cada ser humano y los traduzcan en componentes de
diseño integrados a los procesos productivos.
49
perspectiva el papel tradicional del diseñador deberá cambiar; el en-
foque del profesional encargado de la configuración de los objetos y
sistemas de comunicación debe reconocer este cambio constante de
acuerdo a la realidad del consumo y la producción: nuevos usuarios,
nuevos medios productivos tendrán como consecuencia nuevos enfo-
ques en la práctica del diseñador, tal vez llegando a ser un profesio-
nal en la determinación de los gustos y necesidades individuales de los
usuarios y no como configurador de productos a partir de su propia
voluntad o talento.
Este nuevo enfoque del diseño prevé que las reglas del consumo
están rompiendo el paradigma de la masificación metódica del mercado
y están impulsando el rescate y la potencialización de las características
individuales de cada consumidor como ser individual. Estamos ya muy
lejos de las épocas donde se ofrecía un solo producto sin variaciones po-
sibles, donde el mercado estaba regido por la oferta y avanzamos hacia la
definición de cada usuario como un mercado. El reto para el diseñador
y para los involucrados en estos procesos, es entender la dinámica actual
de oferta de productos, como un momento histórico donde, de los pro-
cesos de mercadeo y producción masivos deben evolucionar hacia un
futuro más acorde a las necesidades individuales, entendiendo este en-
foque como una de las dos posibilidades: por un lado está la producción
para mercados globales, tratándose de “más de lo mismo” (definición de
nichos de mercado solo que a escalas globales) y por otra parte la satis-
facción real de necesidades individuales. En este momento la realidad
histórica y tecnológica marca múltiples posibilidades en la aplicación
del diseño, por lo que corresponde a los profesionales de estas discipli-
nas, evitar cometer el error de desconocerlas y no emprender un camino
de adaptación a este nuevo contexto donde podremos ser proactivos,
con una actitud propositiva en búsqueda de resultados beneficiosos para
la industria, el ambiente y los usuarios.
50
Corresponde al diseñador y a la industria detectar la incongruencia
que presentan los principios psicológicos de desarrollo de la personali-
dad (relacionados con la configuración de una ambiente propio e indi-
vidual) contra la imposibilidad del sistema productivo para permitírselo
a un costo razonable. Es necesario ubicar como necesidad apremiante
para el diseño industrial hacer viable en un futuro una respuesta a los
deseos individuales a costos razonables.
El producto personalizado
“Las empresas deberán convertirse en una especie de genio de la lámpara: saber cuáles
son los gustos y preferencias de sus usuario y aprender a proporcionárselos. Imaginar lo
imposible y encontrar una manera de llevarlo a cabo”.
51
está revolucionando los ámbitos de la producción: busca aplicar la tec-
nología de manufactura a la reducción en el costo de la diversidad. La
personalización masiva se fundamenta en el uso de procesos flexibles
y estructuras organizacionales que elaboran una gran variedad de pro-
ductos y servicios personalizados al precio de la fabricación en grandes
volúmenes5, el objeto de la personalización masiva es crear variedad y
productos personalizados a través de flexibilidad y rapidez de respuesta
al cliente. Sin embargo existe una brecha entre lo que se entiende como
personalización y lo que realmente sucede en la dinámica actual de mer-
cadeo de productos y servicios, originada por la imposibilidad de dar a
cada cliente lo que este desea mediante el actual esquema productivo.
De este modo, la personalización masiva requiere procesos modulares
tendientes a ofrecer diversidad limitada a combinación de componentes
estandarizados de producción masiva, tiende a reemplazar gradualmen-
te a la fabricación masiva añadiendo más valor a cada producto, a mayor
nivel de personalización los lotes de producción se reducen por menor
cantidad de clientes y los medios de producción se tornan más costosos
y se requiere hacer cambios en las líneas y maquinarias.
52
Las personas ya no quieren gran número de alternativas y por esto, la
personalización aparece como una perspectiva no solo deseable desde
el punto de vista humanista sino inevitable desde la evolución del mer-
cadeo. Según Schwartz (2005),“Cuando la gente no tiene opciones, la
vida resulta casi insoportable. Conforme aumenta el número de opciones
disponibles –como sucede en nuestra cultura de consumo- , la autono-
mía, la capacidad de control y la liberación que conlleva esta variedad
resultan estimulantes y positivas. Pero con la abundancia de opciones
empiezan a surgir los aspectos negativos de tener que enfrentarse a
una multitud de posibilidades. Y según aumenta el número de opciones,
los matices negativos se multiplican hasta producirnos una sobrecarga.
Llegados a este punto, la capacidad de elegir ya no nos libera, sino que
nos debilita, incluso podría decirse que nos tiraniza” (p. 75). La alter-
nativa es la personalización de los productos, como la nueva frontera en
la competencia entre empresas para estos entornos competitivos, puesto
que esta asume que se conoce bien el producto y el mercado, así como
el hecho de tener técnicas de fabricación ya optimizadas; así es posible
orientar la organización hacia el exterior.
53
son los aspectos más importantes en las decisiones relacionadas con los
procesos de diseño; fundamentalmente la sociedad reconoce el diseño
industrial como disciplina dedicada a la creatividad, la innovación y la
producción; es una actividad vinculada a aspectos estéticos y funcio-
nales de los productos factibles de producción seriada; básicamente,
consiste en dar forma estética a ideas relacionadas con funciones más o
menos prácticas o simbólicas.
54
“proyecciones de sus deseos”. Las respuestas objetuales pueden crear
dilemas éticos que no deberían ser desconocidos por los profesionales
de diseño, por los maestros de diseño y por ende por los futuros profe-
sionales en el diseño.
55
personalización como una mirada ética a la configuración del entorno
material de cada usuario en su individualidad.
56
simbolización: palabras escritas, habladas, números e imágenes que son
resultado del desarrollo del conocimiento).
57
tiempo: sin importar que tan maravillosas sean, el objeto deberá estar
ligado de manera real a los intereses individuales, con el cual se creen
lazos positivos y duraderos y no el objeto -éxito de ventas y consumo-
que será desechado por una nueva generación de modelos cada vez más
novedosos y atrayentes.
58
“La individualidad no es una categoría objetiva o abstracta, sino una categoría subjetiva
e íntima que sólo puede predicarse del ser humano en tanto que es humano...Kierekgaard
contrapone la categoría de la individualidad a la de masa. Según su punto de vista, el ser
humano puede sucumbir fácilmente a la masa, a la reiteración de lo mismo, puede padecer
fácilmente un proceso de homogeneización. Cuando esto ocurre, se vulneran gravemente sus
posibilidades, sus potencialidades naturales. En tanto que miembro de la especie humana, el
ser humano participa de unas características comunes con los otros miembros de su misma
especie, pero en tanto que ser libre y abierto a la trascendencia, el ser humano está llamado a
ser una individualidad única e irrepetible, una existencia distinta y singular en el conjunto
de la realidad. Para alcanzar este horizonte, se requiere un arduo trabajo de purificación
y de recogimiento”.
(p. 29).
59
prospectivos y que desconoce los aspectos económicos y productivos)
de un mundo donde cada usuario obtenga exactamente lo que desea,
de acuerdo a su gusto desarrollado y libre (no alienado, impuesto y
definidos por las líneas estandarizadas de producción), donde no haya
límites a las características solicitadas de los objetos … el aspecto del
mundo cambiaría hacia la variedad casi infinita, un gran abanico de con-
figuraciones del mundo material como expresión de la individualidad
no restringida.
60
“De los énfasis temporales en los modos de pensar los objetos y sentir su utilidad –desde
un sistema de creencias peculiar- surge el esquema con el que los diseñamos y utilizamos.
De estos énfasis –matizados por el entorno y las opiniones de cada comunidad, y el poten-
cial de representaciones y usos del objeto- surgen la extraordinaria variedad de soluciones
para un mismo diseño, sus diferentes utilidades y la variedad, aun mayor de disposiciones
hacia ellos. No es de extrañar que existan objetos que se crean, se escogen, se utilizan y se
piensan, más por “bellos” que por “cómodos”, más por “atractivos” que por “resistentes”,
más por las modas que por ser útiles; son objetos funcionales pero feos, feos pero resistentes,
baratos pero malos, eficientes pero complicados; costosos y finos para unos, y sin importancia
para otros; diseñados “según los dictados del mercado” (aunque el mercado se comporte
según los dictados de un grupo pequeño) o “de acuerdo a las normas técnicas” (aunque los
parámetros no tengan nada que ver con las condiciones específicas del lugar y la gente). No
es de extrañar entonces que se impulsen proyectos y diseños que –se nos dice- “son símbolos
del progreso y el bienestar”, aunque para crearlos, adquirirlos y disfrutarlos se condene al
retroceso y a la marginación a otros”.
(p. 65).
61
FIGURA 1: Esta figura, está basada en la famosa curva de Gauss que aparece insistentemente en
la definición de nichos de mercado según percentiles para medidas de mobiliario, gustos, etc.
En este caso la uso para evidenciar la existencia metódica de usuarios desatendidos. El modelo
mismo los identifica y delimita para su exclusión.
62
FIGURA 2: ciclos de vida del producto para la empresa. De un modelo de estandarización de pro-
ductos (a) se avanza hacia la “personalización” (c) que atiende los aspectos individuales de cada
persona, pasando por los actuales procesos de personalización masiva (b). Vale la pena notar
que en el conjunto de tres gráficas propuestas, los volúmenes en ventas (representados por el
área sombreada) resultaría ser relativamente equivalente para los tres modelos.
64
El camino histórico hacia la personalización
El proceso de la industrialización de los productos ha causado gran-
des transformaciones en la relación que el hombre ha tenido con los ob-
jetos con que se rodea y la transformación de su medio para procurarse
un ambiente más confortable (Ver Figura 3). Desde los inicios, en la
producción se le confiaba al artesano los pasos y procesos y decisiones
para la configuración de los productos, pasando luego a una industria
manufacturera que permitía un cierto grado de especialización en cada
una de las labores requeridas y luego al maquinismo donde se pasa
el proceso productivo de un taller a las fábricas (primero basando sus
procesos en el maquinismo, luego en el fordismo y finalmente en la
robótica). Cada uno de estas transformaciones y grandes cambios en la
mentalidad del consumidor o usuario de los productos, paralelamente
ha requerido esfuerzos por parte de los planificadores de la configura-
ción de los objetos para satisfacer las expectativas de los usuarios finales;
siempre limitados por la realidad productiva de cada etapa del desarro-
llo tecnológico de la humanidad.
65
hacía visible la identidad económica y social de las personas, los actos
de compra en nuestras sociedades expresan ante todo las diferencias
de edad, los gustos particulares, la identidad cultural y personal de los
agentes, incluso a través de los productos más triviales…
66
67
FIGURA 3. Línea de tiempo elaborada para evidenciar el desarrollo de la “cultura del consumidor” logrando en cada
época avances en la identificación de sus verdaderas necesidades a la vez que el desarrollo tecnológico le permite
hacer factible la satisfacción de las mismas.
para satisfacer estas nuevas necesidades detectadas y que éste mercado
le resulte económicamente atractivo.
68
FIGURA 4. Respuestas individuales en equipos de cómputo que evidencian la necesidad que
manifiestan usuarios por objetos personalizados con características no previsibles por métodos
http://www.gizmos.es/wp-content/uploads/2007/07/modding
69
2006, p. 23). Desde los homínidos se reflexionaba sobre los productos
resultantes de la creación humana, tal vez de manera más consciente
que lo que se nos permite hacer hoy en día. El diseño, el mercadeo y la
producción requieren posibilitar a los usuarios intervenir de forma cada
vez más directa en la configuración de los objetos que serán parte de
su ambiente artificial.
70
Esta reflexión abre opciones a nuevas formas de trabajar desde pequeñas
empresas “artesanales” para un mercado cada vez más consciente de su
necesidad de individualidad y el valor de sus diferencias).
71
manera recuperar la ilusión que despertaba en el cliente pensar que:
“este producto está configurado y dirigido exclusivamente para mí”. El
objeto concreto (que ya existe) es evocado como suficiente o bastan-
te bueno para lo que se pretende. El deseo se satisface por vía de lo
conocido. Pero si no hay objeto tal –o desconocemos su existencia-,
entonces se activa una segunda instancia: imaginar los arquetipos y las
metáforas –función y sentidos, utilidad y significados- deseados operan-
do en una combinación de diseños conocidos, en cosas o mecanismos
ideales” (MARTÍN JUEZ: 2002, p. 145), a medida que el consumidor
reconoce más sus gustos y necesidades de desarrollo de su personalidad,
se hace consciente de esta ilusión.. acá esta el escenario nuevo e ideal
de la personalización, un nuevo enfoque de alguna manera opuesto a
la producción en masa que invalida las posibilidades de encontrar las
respuestas individuales. “La fuerza del consumidor exigente se notará
hasta en lo más alejado de la cadena de producción… somos dueños del
mercado, tenemos la sartén por el mango y las empresas a nuestros pies”
(NORDSTROM. & RIDDERSTRALE: 2006, p. 91).
72
Es necesario para el diseñador poder identificar su ambiente de tra-
bajo cambiante y en continua evolución. “Al exaltar los ideales de la
felicidad privada y el ocio, la publicidad y los medios potenciaron con-
ductas de consumo menos sometidas a la autoridad del juicio de otro,
--promovieron-- un modelo de consumo de corte individualista (…). El
consumo “para sí” ha reemplazado al consumo “para el otro” siguiendo
el incontenible movimiento de individualización de las expectativas, los
gustos y los comportamientos” (LIPOVETZKY: 2007, pp. 35, 37). Nues-
tras posibilidades se aumentan a la vez que los mercados se especializan
más y más; en un futuro cercano, el diseño será el encargado de deter-
minar cuan posible le resulta a la empresa adaptar su tecnología para sa-
tisfacer las necesidades humanas de diferenciación e individualización,
reconociendo el hecho de que donde las perspectivas de la empresa
actualmente se cierran desde el punto de vista comercial o tecnológico,
las personas responden con iniciativas personales, modificando lo que
el mercado les provee y adaptándolo a sus gustos y necesidades.. yendo
mucho más allá de lo que el mercado de personalización aparente y
comercialmente viable les ofrece y forzando a la industria a evolucionar
hacia la verdadera satisfacción de sus necesidades.
73
(KOTLER: 2006, p. 17). Mediante tareas repetitivas y procesos inflexi-
bles que apuntan a satisfacer comercios a escala, la producción en masa
iniciada por Ford, privilegia sobre todos los aspectos del producto su
disponibilidad y bajo costo; siendo así, los usuarios deben sacrificar su
individualidad, deseos particulares y gustos.
74
nichos de mercado que empresas pequeñas con infraestructuras flexi-
bles les permita atender.
75
Esto resulta un reto abrumador para la producción que debe enfren-
tar cada vez mayor y mayor flexibilidad y variedad en sus productos.
Pero también puede ser entendida como una gran oportunidad para las
pequeñas empresas más flexibles y dinámicas, para la creación de nuevos
mercados y para una manera de enfrentamiento a los monopolios. Como
se anotaba anteriormente, las empresas pequeñas orientadas al producto
personalizado, les es posible alcanzar nichos de mercado no atendidos
por las empresas dedicadas a la producción masiva. Como lo expresa
Norman:
“¿De qué modo puede la empresa mantenerse a la cabeza del mercado? ¿Cómo seguir todos
los cambios e incluso anticiparse? ¿De qué modo conseguir actualizar la mayoría de las
líneas necesarias de producto? Para las empresas de la competencia, sin embargo, estas
mismas cuestiones son otras tantas oportunidades. Las pequeñas empresas pueden ser ági-
les, moverse rápidamente en ciertas áreas y usar enfoques que las grandes empresas, más
conservadoras, dudan en aplicar. Las pequeñas empresas pueden ser atrevidas, diferentes y
estar dispuestas a experimentar. Pueden sacar partido de los intereses del público, aunque
el producto al principio solo lo compren unos pocos. Las grandes empresas procuran experi-
mentar por vía indirecta, a través de divisiones más ágiles y más pequeñas, que, a veces, se
presentan bajo nombres singulares con la finalidad de hacerlas parecer independientes de la
empresa madre. En general, este campo de batalla siempre cambiante y continuo del mercado
de consumo, en el cual la moda, el estilo, lo moderno y en boga puede ser tan importante
como lo esencial”
(NORMAN: 2004, p. 78).
76
La gente necesita experiencia creativa; hoy día, diseñar no es aten-
der sueños y necesidades de las personas, que no se sienten bien como
simples “consumidores”. Aunque no lo expresen de modo abierto al ser
una necesidad “tácita”, las personas quieren ser “co-creadores”, tienen
necesidad de sentirse creativos. El nuevo “diseño de la experiencia” que
tenemos que hacer se debe enfocar en la gente común, quienes son los
expertos en la vida, el trabajo, los juegos, el aprendizaje, etc. La investi-
gación para el desarrollo de nuevos productos se alejó de la “innovación
para el bien de la innovación”, y se trasladó hacia “la innovación más
relevante para la vida de las personas”. Utilizando la experiencia del
usuario, cambiaremos de manera significativa el proceso de diseño y el
papel de los futuros diseñadores, que deben entender la necesidad de
cambio de su rol a medida que el rol del usuario evoluciona, como lo
define Sanders (2008) de “clientes” y “consumidores” en los años 80s,
“usuarios” a principios de los 90s hasta a “adaptadores”, “participantes”
o “co-creadores” en nuestros días.
77
FIGURA 8: Metamorfosis del consumidor. Fuente: NORDSTROM Y RIDDERSTRALE.
Funky Business, pág. 90
FIGURA 9: Celular personalizado. Una personalización “artesanal” realizada por el mismo usua-
rio; fuente: http://asterofis.blogspot.com/2008/05/enchulame-el-celular.html
78
FIGURA 10: Transporte personalizado. Una personalización “profesional” desarrollada en el
Taller de proyectos de Diseño Industrial de séptimo semestre por estudiantes del Departa-
mento de Diseño de la Facultad de Artes Integradas de la Universidad del Valle, aplicando los
principios de la personalización. Para el desarrollo de los casos de producto personalizado para
el transporte, se tomó como respaldo el diseño centrado en el usuario mediante el método de
investigación cualitativa, que tiene como característica principal considerar al ser humano como
elemento central de su actividad. Los datos que dieron origen a las variables formales y funcio-
nales de cada proyecto, se recogieron en el campo a través de medios naturales: preguntando,
visitando, observando, escuchando, estudiando la realidad en su contexto, interpretando los
fenómenos, la rutina, las situaciones problemáticas de acuerdo con los significados que tienen
para los usuarios de productos. Se produjeron así datos descriptivos (las propias palabras de las
personas, habladas o escritas, y la conducta observada) con el objetivo de explicar consistente-
mente las formas en que estas personas comprenden, narran, actúan y manejan sus situaciones
cotidianas relacionadas con la problemática a abordar desde la investigación aplicada, haciendo
énfasis en lo individual. El diseño de cada uno de los objetos personalizados contó con la partici-
pación constante del futuro usuario durante todas las etapas de desarrollo, desde las reuniones
iniciales para el planteamiento de las necesidades particulares (ocio, recreación, deporte, trans-
porte…) hasta la configuración final de partes, componentes, elecciones de color, componentes,
etc. CASO 1: transporte recreativo para un usuario de la tercera edad: (izquierda). La necesidad
de brindar equilibrio, el gusto personal particular por su “silla mecedora”, permitió definir
una geometría y construcción particular del asiento y del objeto en general. CASO 2: transporte
como medio de ejercitación para joven estudiante: (derecha). Las consideraciones generales
aportadas por el método personalizado, como el deseo expresado por el futuro usuario de apro-
vechar el tiempo dedicado al transporte para ejercitarse al máximo, dio origen a un transporte
propulsado por manos y pies. En los dos casos se evidenció la utilidad de acercarse al usuario
para entender sus necesidades particulares lo que permite propuestas alternas diversas de una
configuración de transporte por energía humana muy diferente a la bicicleta tradicional.
79
En NikeiD, Reebok customized shoe, y Puma.com, el consumidor di-
seña sus propias versiones de zapatos mediante los estudios de diseño en
línea. Una vez los consumidores han creado sus propios diseños en este
estudio virtual puede guardar su diseño en una casilla virtual y com-
partirlo si lo desean con otros consumidores. Luego de haber ordenado
los zapatos, estos son realizados y enviados directamente al hogar del
consumidor.
Estas empresas muestran la idea de que el consumidor puede crear
su producto, aunque sea solo bajo una gama de posibilidades de elec-
ción de color limitada que se aplica a un grupo aún más limitado de
modelos de zapatos preestablecido. Sin embargo, el éxito comercial de
este concepto evidencia el deseo del consumidor por formar parte de
la configuración de sus productos. El cliente que participa en este tipo
de escenarios de participación en la configuración de sus productos,
podría a menudo revelar nuevos modelos de negocio, nuevos servicios,
nuevas oportunidades, nuevos procesos y nuevos productos que serán de
utilidad para muchos clientes.
80
Se requiere una nueva perspectiva, “que permita a los clientes indi-
viduales co-construir activamente sus propias experiencias de consumo
a través de una interacción personalizada, y así co-crear un valor único
para sí mismos” (PRAHALAD & RAMASWAMY: 2005, p. 33). Como las
experiencias de los consumidores no sólo están influidas por las empre-
sas, sino por los consumidores y sus comunidades, el valor entonces lo
crean empresas y consumidores en conjunto, donde el mercado es el
gran foro de creación conjunta de valor. De la misma manera, la veloci-
dad y facilidad de las relaciones con los clientes, (que les permita par-
ticipar directamente para fomentar nuevas ideas y mejorar los actuales
productos y los procesos de negocio) es un camino para el aprovecha-
miento del capital intelectual y las ideas de clientes y socios.
81
El consumidor es ahora un potencial diseñador- innovador y la em-
presa no solo escucha sus sugerencias sino que las busca. Por el cam-
bio de mentalidad de los consumidores, las empresas están obligadas
a tenerlos en cuenta, no pueden actuar ignorándolos. La creación de
valor conjunta se centra ya no en el producto mismo (resultado de este
proceso) sino en la relación del producto con el consumidor, el lograr
personalización, la sensibilización del producto para que este logre ser
significativo para el usuario. El proceso de diseño y el de producción
no se llevan a cabo de manera aislada, se apoyan y trabajan de manera
conjunta. Los procesos de diseño y su análisis técnico y comercial se
llevan a cabo de manera paralela, haciendo que todos los aspectos del
ciclo de vida del producto se tengan en cuenta desde el momento de su
concepción como necesidad de un usuario, hasta sus costos, procesos de
fabricación, materiales, etc.
82
usuario en el proceso de especificación y diseño de los nuevos produc-
tos personalizados: ¿cómo establecer una comunicación efectiva con los
clientes?, ¿cómo obtener información precisa y fiable sobre el produc-
to?, ¿cómo generar rápidos presupuestos y compromisos de entrega?,
¿cómo obtener rápidamente información, transmitirla y generar res-
puesta rápida de los departamentos de producción y de los proveedores?
Las personas que van a ser finalmente usuarias de los objetos deben
conducir sus propios diseños a la medida de sus conocimientos, habili-
dades e intereses. Las personas con altos niveles de participación, van a
intervenir en mayor medida en la configuración de sus objetos, llegando
en caso excepcionales a ser autores únicos; las personas con baja parti-
cipación en el proceso de diseño, igual aparecerán como fuentes de in-
formación al expresar sus deseos y necesidades de manera más o menos
abstracta como insumo para el trabajo del diseñador. En la gran gama de
usuarios y objetos es donde se deberá desarrollar matrices semánticas y
herramientas de traducción en componentes de diseño. Como resultado
de la intervención de los usuarios y su participación en la definición
de los aspectos formales y funcionales de sus propios objetos, se puede
prever una nueva estética de la experiencia, una estética cada vez más
ajustada a deseos y gustos individuales (que podrían revelarse como
extremadamente diversos), pudiendo impugnar la estética del diseño
tradicional. Esta nueva estética será acorde a las necesidades y expecta-
tivas diversas de la gente y deberá ser reconocida por los diseñadores.
El grado de participación del “cliente” en el proceso de diseño es una
de las características principales de los diferentes enfoques de la perso-
nalización de los productos, ya sea desde aplicaciones muy superficiales
(como eligiendo opciones o configuración de atributos de un catálogo)
hasta especificar sus requerimientos de manera personalizada, detallada
y única. En este sentido, se deberán tener en cuenta las diferentes moti-
vaciones identificadas que conducen a diferentes tipos de personaliza-
ción: influenciadas por el tipo de producto y por el mercado. La clave
es captar los atributos que el cliente está interesado en personalizar y
posteriormente comprobar si la empresa está en condiciones de ofrecer-
lo en tiempo, forma y precio.
83
a utilizar su propia creatividad para ampliar la creatividad de otras per-
sonas. Son como los define Sanders, los adaptadores, los participantes y
co-creadores. La innovación es un proceso que requiere en el contexto
actual, dinámicas de trabajo conjunto y participativo. No es correcto
formar a diseñadores orientados al trabajo individual basado en su pro-
pio talento. La formación profesional del diseño refleja una tendencia
natural (visible en todas las disciplinas) al desarrollo gradual de su co-
nocimiento por una complejidad creciente de sus funciones prácticas,
desarrollo epistemológico y metodológico; por lo que es necesario abrir
espacios de reflexión que aborden propuestas prácticas sobre estrategias
para incorporar nuevas competencias y conocimientos en los estudiantes
y profesionales, que más allá de su formación tradicional (en materiales,
procesos, ergonomía, composición), tendrán que reconocer al ser hu-
mano en su infinita diversidad como centro de su conocimiento.
84
Las diferencias en la concepción del ciclo de vida de los productos
entre lo definido por la mercadotecnia y los usuarios, permite encontrar
alternativas a la concepción del modelo de consumo actual. El producto
como negocio cumple etapas siempre variando su “valor” desde su crea-
ción hasta su declinación y muerte; el producto como objeto cumple
sus etapas también perdiendo su “valor” desde su planeación hasta su
desecho o reciclaje. El objeto personalizado podría mediante procesos
de personalización revalorarse y escapar a la obsolescencia.
FIGURA 12: Ciclo de vida del objeto personalizado frente al objeto como material y como
negocio. Elaborada para evidenciar que la personalización del objeto (al crear vínculos con el
usuario), puede hacer que éste se “revalore” y conserve su valor durante periodos más largos
de tiempo.
85
El descenso en el nivel de ingresos de la población, al igual que una
marcada tendencia al aumento de la conciencia ecológica en el consu-
mo, se refleja en una marcada atención e interés creciente de los con-
sumidores hacia la conservación de los recursos mediante maneras inte-
ligentes de ahorrar dinero que mantienen o incluso mejoran los niveles
de calidad de vida. El diseño personalizado apunta en ambos sentidos
de manera clara, al dar respuestas a las necesidades individuales y crear
mayor apego con los productos extendiendo su vida útil. Las actitudes
sobre el consumo están cambiando. Los conceptos de “obsolescencia
planificada” y “residuos” aceptados frecuentemente en la última parte
del siglo XX, están dando paso a formas más prudentes y conscientes
de consumo. El aumento de los costos energéticos y la desaceleración
de la economía mundial han alentado a los consumidores a reflexionar
sobre sus pautas de compra, uso y desecho, por lo que, elevar la calidad
de los productos es vital para responder a estas necesidades percibidas.
El diseño personalizado podrá ser sinónimo de diseño consciente.
Hoy en día, es común para los países, las instituciones y las políticas
oficiales celebrar la diferencia. Los principios básicos de esas políticas
son compatibles con los principios del diseño personalizado ya que se
constituyen en una acción para alentar la valoración de la diversidad
humana. En 1981, el autor francés-norteamericano microbiólogo y ecolo-
gista René Dubois declaraba que la diversidad hace de la tolerancia más
que una virtud, convirtiéndola en un requisito para la supervivencia;
esta declaración ha impregnado las sociedades en todo el mundo y ha
contribuido al aumento de las actitudes que respeten y promuevan la
diversidad. Las Naciones Unidas en su “Informe sobre el Desarrollo Hu-
mano 2004” llama a respetar la diversidad y la construcción de socieda-
des más incluyentes mediante la adopción de políticas que reconozcan
las diferencias culturales y las políticas multiculturales. Hacer factible el
diseño personalizado mediante la “personalización” puede convertirse
en componente clave de la sostenibilidad social, mediante el desarrollo
de productos que promuevan la felicidad, la seguridad, la libertad, la
dignidad y el afecto mediante el apoyo a la diversidad social.
86
los productos reduciendo su obsolescencia, sino que tiene fundamentos
desde le mercadeo, el diseño como negocio y la fabricación: los pro-
ductos que hasta la fecha son normalizados y estandarizados, serán
capaces de cambiar para satisfacer las necesidades de los individuos
bajo los costos unitarios de producción en masa. Debido a que la “per-
sonalización” busca aplicar la tecnología de manufactura a la reducción
en el costo de la diversidad y se fundamenta en el uso de procesos
flexibles y estructuras organizacionales que elaboran una gran variedad
de productos y servicios diversos al precio de la fabricación en grandes
volúmenes, las empresas dedicadas a ella requieren una gran flexibilidad
y rapidez de respuesta al cliente. Esto resulta ser una oportunidad para
pequeñas empresas flexibles, que pueden ir más allá en sus relaciones
con el cliente, ajustando sus ofertas según los deseos individuales, crean-
do nuevos mercados y enfrentando los monopolios ya que les es posible
alcanzar nichos de mercado no atendidos por las empresas dedicadas a
la producción masiva.
87
BIBLIOGRAFÍA
LIBROS
C.K. Prahalad y Venkatram Ramaswamy, Gestión/MIT, Boston: Sloan Ma-
nagement Review, 2005.
ARTÍCULOS
Gilmore, J. H. y Pine II, B. J. The Four Faces of Mass Customization. Bos-
ton: Harvard business review, 1997. p. 92-94.
Hart, C. Made to Order. Marketing Management, Vol. 5, No. 2, 1996. p.
17-20.
Torralba Roselló, Francesc. Individualidad versus globalización. De nuevo.
Barcelona, España: Universidad Ramon Llull, Publicado en Revista “El
Garabato” No, 12. México, octubre de 2000.
REFERENCIAS DE INTERNET
Bruce Nussbaum. “¿Los diseñadores son enemigos del diseño? Los di-
señadores apestan”. Conferencia ofrecida en el Parsons School y publi-
cado en Business Week en marzo 2007. http://teorias-dcv.blogspot.com/
(2008).
Elizabeth B.-N. Sanders & Pieter Jan Stappers, March 2008. Disponible
en línea en: http://journalsonline.tandf.co.uk
Sanders Elizabeth & Stappers Pieter Jan. “Co-creation and the new
landscapes of design”. www.maketools.com. http://journalsonline.tandf.
co.uk , 2008
89
DE LO SOCIAL AL DISEÑO
Pensando en Diseño a partir
del campo social
María de los Angeles González Pérez
Universidad de los Andes
92
cotidianidad de cualquier comunidad. Entiéndase comunidad en los
mismos términos de los que habla Bauman (1994):
“Son comunidades imaginarias, (...). Como carecen de elementos aglutinantes del contacto
cara a cara, las clases, géneros4 y naciones no llegan por sí mismos a ser grupos; es preciso
hacer que lo sean. La imagen de una clase, un género o una nación, como comunidad, como
un cuerpo unificado, coherente y armonioso de personas con ideas y sentimientos similares,
debe ser impuesta a la realidad con la que choca, y esa imposición exige que las evidencias
contrarias sean suprimidas o ignoradas como falsas o insignificantes. Exige, además, una
permanente prédica de unidad por parte de unos interesados en darle carácter de grupo,
que formula lo que significa pertenecer a la comunidad, insiste en la unidad, señala las ca-
racterísticas reales o imaginarias que todos los miembros comparten (costumbres, lenguajes,
tradición) como base para la cooperación”.
93
un breve recorrido histórico para situar el rol del diseñador frente a la
propuesta de valor del diseño que se ha implantado en la disciplina en
los últimos sesenta años, para luego presentar las competencias que se
instauraran en este ejercicio. La segunda posición descansa en los con-
ceptos de campo social, capitales y habitus que Bourdieu nos presenta y
que nosotros tomamos para el curso de Estudio 4. Y finalmente, la ter-
cera es la articulación de los conceptos de Bourdieu con el pensamiento
de diseño y creativo, con la que se apuesta nuevas salidas o soluciones a
los problemas u oportunidades que nos dan las comunidades dentro de
un proyecto de diseño. En la explicación se darán algunos ejemplos de
los que se han trabajado en el curso desde el momento en que se inició,
segundo semestre de 2007.
Posición
Recorrido histórico para situar el rol del diseñador
frente a la propuesta de valor del diseño en los últimos
sesenta años.
Si miramos en una línea del tiempo que nace en la década de los
años cincuenta del siglo pasado y termina al día de hoy, podemos ver
cómo el rol del diseñador ha cambiado a raíz de la propuesta de valor
vigente en cada momento. Steinberg (s.f.) habla de la pirámide de valor
de diseño en cuatro niveles que se ubican durante este periodo: utilidad,
eficiencia, experiencia e ideología, siendo esta última la que determina
nuestra actual actuación.
94
una persona creativa y expresiva que había dado forma al producto in-
dustrial, pero su reconocimiento en el medio laboral era prácticamente
inexistente.
Grafica No1. Línea de tiempo entre los planteamientos dados en la pirámide de valor del diseño
de Steinberg y el rol del diseñador de Valtonen9.
9 Zapata, Freddy, González, Maria de los Angeles y Rivera, Jaime (2010). Investigación para una disciplina del
diseño. Cali: Universidad Icesi.
10 Esta afirmación hace referencia, por una parte, a la influencia que tuvo Víctor Papanek (1925-1998), sobre la
profesión a nivel mundial. Él afirmaba “el diseño debe satisfacer las necesidades humanas mediante la funciona-
lidad y la estética, a la vez que debe respetar la naturaleza”. Por otro lado, Henry Dreyfuss fue quien centró sus
estudios en los problemas dados en la relación de la figura humana con la máquina, sostenía que la eficiencia del
trabajo era el resultado de esta unión.
11 El término ergonomía fue acuñado en la década de 1950 para describir los factores humanos se inician durante
la Segunda Guerra mundial y dieron lugar a las normas para el diseño de equipos militares. En 1960, la Biblioteca
de Whitney del Diseño publica una guía de los datos y registros de ergonomía militares.
95
A partir de este momento, la profesión del diseño toma un carácter
más científico, al tener que comprender con mayor exactitud al usuario
en la usabilidad. Esta dimensión permitió evaluar el éxito o el fracaso del
producto. Por tanto el diseñador comienza a tener responsabilidad ya
no solo en la producción sino en la lectura que hace del usuario bajo
la perspectiva de satisfacer las necesidades; según Lipovetsky (2007)
cambian las relaciones entre el productor-cliente-vendedor; la garantía
del producto está en manos del productor de la marca; las empresas
aumentan el presupuesto destinado a la publicidad; y se va configurando
lo que hoy es el consumidor moderno.
12 Hoy en día el papel de director de diseño se ha ampliado a la definición dada en 1980 en función no solo a la
diversificación del diseño sino a la visión de las empresas (Valtonen, s.f.).
96
Para los años noventa la importancia de las marcas toma significado
para las empresas, por lo que el diseño y la gestión evolucionan hacia la
experiencia. El diseñador que crea experiencias, promueve e identifica el
papel estratégico del diseño dentro de la empresa, de igual forma coor-
dina la propuesta de valor que va desde la definición del concepto hasta
la resolución del último detalle referido al cliente. La atención se centró
en conseguir que el cliente se vincule a la marca desde el nivel emocio-
nal, en lugar de comprar un producto sólo para una necesidad funcional.
97
el fenómeno de la globalización. Ha sido claro que en cada década los
diseñadores se han esforzado activamente en participar de la dinámica
que se está trabajando desde la empresa o negocio y la sociedad mis-
ma. Él ha potenciado su impacto en el proceso, convirtiéndose en un
personaje que crea ventajas competitivas para una sociedad que va es
pos de cambio. Valtonen (s.f.) en esta década habla del diseñador como
impulsador de la innovación.
98
Gráfica 2. Línea de tiempo en paralelo con el valor del diseño y el rol del diseñador17
Como se puede ver en el mismo gráfico, varios son los teóricos que
han tratado de darle explicación o definir la investigación desde la prác-
tica. Owen (2007) por su parte identifica las características del pensa-
miento creativo y posiciona con otros teóricos el concepto de pensa-
miento de diseño, igualmente presenta los escenarios en que se mueve
la práctica del diseño en relación a otras formas del pensamiento con
otras disciplinas; nos referimos a las comparaciones que se dan entre
el pensamiento analítico-sintético, y real–simbólico. Ver gráfico No 3.
Discriminación de las formas de pensamiento.
Por otra parte, nos muestra que el pensamiento diseño juega sobre
varios principios: la interdisciplinaridad, la incertidumbre y la comple-
jidad. Principios que están presentes en los proyectos a través de la ge-
neración de múltiples soluciones a un mismo problema, visión sistémica
y equilibrio entre lo factible y lo utópico, pero lo que le otorga mayor
relevancia a esta forma de pensamiento es su enfoque centrado en el
usuario, a partir del conocimiento que se crea en el proceso de transfor-
mar la experiencia del cliente o la comunidad, así como el pensamiento
creativo. El trabajo que se da por parte del diseñador en términos de
tener sensibilidad, actitud hacia el cuestionamiento permanente, tomar
riesgos, curiosidad, dedicación, voluntad para trabajar, pensamiento
17 Zapata, Freddy, González María de los A. & Rivera Jaime (2010). Investigación para una Disciplina de Diseño.
Cali: Universidad Icesi.
99
asimétrico (convergente-divergente)18, entre otras, es parte del pen-
samiento creativo. Con estos principios se da la base para desarrollar
nuevas órdenes que singularizan la solución.
“La innovación social surge de la creatividad aplicada a resolver problemas más humanos,
situaciones de mayor alcance y cuyo objetivo principal no se orienta únicamente a la produc-
ción y obtención de riqueza, sino a causar cambios duraderos de comportamiento y de vida”
(Juárez 2009).
100
aprender a escuchar, guiar, delegar, medir, los comportamientos de los
usuarios,así lo expresan Fernández & Bonsiepe (2008). Para el pro-
grama de Diseño de la Universidad de los Andes las competencias del
diseñador están integradas de manera simultánea a todos los cursos, en
cada nivel o semestre con los respectivos objetivos. Para el curso del
énfasis de Estudio 4 (comunidad) que vamos a exponer, se aprecia en la
tabla No 1, la clara intención que se quiere tener, relacionar al diseñador
como un actor que piensa la sociedad a través del ejercicio profesional
y que formula soluciones ideales, utopías o realidades acordes con su
forma de interpretar los fenómenos sociales de las comunidades para las
que proyecta y pertenece.
101
En esos términos y ya para finalizar este breve recorrido, se puede
entender que la propuesta de valor de diseño, enmarcada en la ideología,
a la que hace referencia Steinberg (s.f.) en su último nivel, apunta a la
construcción de experiencias transformadoras en pos al desarrollo del
capital humano21 y social, no solo de los individuos o las comunidades
en las que se actúa sino también de los diseñadores; lo que en últimas
se busca es sostenibilidad (efectividad, eficiencia), en el sentido de acu-
mular valor para la sociedad en conjunto, a través de producir cambios
o soluciones novedosas a problemas sociales y funcionales, para así al-
canzar el anhelado bienestar que todos deseamos.
Posición
Conceptos de campo, capitales-relaciones y habitus de
Bourdieu
La primera pregunta que nos surge es ¿por qué abordar un curso de
diseño con los planteamientos que nos ofrece Bourdieu? En la medida
en que este Estudio trabaja con individuos adscritos a una comunidad,
se hace necesario entender no solo al individuo con sus particularida-
des sino las relaciones que se dan entre ellos. Para ello se requiere de
herramientas que nos permitan identificar, leer y analizar situaciones
referidas a las dinámicas que allí se experimentan.
102
entender la acción relacional de los individuos a través de los compor-
tamientos que tienen en su entorno, nos permite aclarar la actuación de
los diseñadores para trabajar en proyectos relacionados, entre otros con
la innovación social.
Por otra parte Bourdieu (1988b) dice que hay una homología entre
las prácticas de un campo con otro, por lo tanto las manifestaciones
concretas de una estructura, posiblemente se vean reflejadas en otro
campo, por lo tanto, abordar el estudio de la comunidad a través del
campo social es posible.
Por otro lado, el autor nos dice que la noción del sujeto social, se
construye en los contextos concretos y en sus prácticas con otros, lo que
da pie a la concreción de su segundo concepto: los capitales. Bourdieu se
refiere al capital social, capital cultural, capital económico y capital sim-
bólico que cada individuo ha construido o adoptado a través de su vida.
103
disposiciones que son parte de la expresión de los sujetos mismos, dan-
do origen a las condiciones en que la sociedad se reproduce.
El campo
Como ya se dijo, el campo es un espacio específico en donde suce-
den interacciones. Bourdieu mira al campo no solo como un lugar sino
como una instancia en la que se establecen relaciones objetivas entre
posiciones (capitales), las disposiciones y la toma de posición (habitus)
entre los actores. Es decir, los individuos juegan relaciones de alianza,
cooperación, conflicto, dominación entre otras y de manera indepen-
diente de la existencia física (personal) y de los agentes25 que la ocupan.
104
del fútbol en su cancha; en el juego se configuran relaciones objetivas
entre las posiciones de cada actor: cada uno de los jugadores entre sí
y con el árbitro, cada jugador con cada integrante del cuerpo técnico,
el árbitro con cada hincha, etc., cada posición potencia los recursos o
capitales de cada actor en relación al valor que estos poseen, ya sea para
su acceso o no al juego dentro del campo. Moreno (2003) por su parte
nos da otro ejemplo que complementa el anterior las posiciones sociales
pueden ser como las notas musicales, que no pueden tomar un valor
preciso, mientras no estén en un pentagrama determinado; la relación
con las otras notas se da por el pentagrama, pues es allí donde se crea el
sistema de intervalos.
26 Las jerarquías no son consecuencias de desigualdades sociales sino producto de diferencias “naturales”, es
decir, que las diferencias económicas y culturales tienen un origen natural, Moreno (2003).
105
La distancia social y la distancia física son en principio diferentes.
El campo puede estar determinado por un límite físico más no por un
límite social. En los campos del retén o el recreo, claramente se ven las
posiciones. Miremos: si un conductor (1) es ilegal y vivo tendrá un com-
portamiento o posición con respecto a otro conductor (2) legal y vivo,
lo mismos sucede con un niño (1) obeso y lento en relación con otro
niño (2) delgado y ágil; lo que suceda en cada campo está en función
a los interés que cada actor ejerce sobre la práctica (posición), en este
sentido se darán las tensiones de las que Bourdieu habla.
27 No hay que indagar en las singularidades de las diferencias reales, sino las particularidades de las historias
colectivas.
106
El capital social hace referencia a todas aquellas condiciones o
recursos que tiene un sujeto de participar y colaborar activamente
con otros individuos, ya sea de su propio colectivo, comunidad o
grupo social. “Tales recursos son utilizados por las personas como
instrumentos para aumentar su capacidad de acción y satisfacer
sus necesidades, al tiempo que facilitan la coordinación y coo-
peración entre aquéllas en beneficio mutuo”28. El capital social
se mide a través de las construcciones que se hacen en función
de la confianza y reciprocidad, que contribuyen a la cohesión, el
desarrollo y el bienestar de la sociedad, así como a la capacidad
de sus miembros para actuar y satisfacer sus necesidades de forma
coordinada en beneficio mutuo29.
Por otra parte, el capital cultural es un instrumento de poder bajo
la forma de un conjunto de cualificaciones intelectuales produci-
das por el medio familiar y el sistema escolar en que el individuo
actúa. Este se puede acumular a lo largo del tiempo y también
permite la reproducción social. El capital cultural definido por
Bourdieu se presenta bajo tres formas distintas: en el estado incor-
porado o interiorizado, es el capital que se adquiere bajo la forma
de disposiciones duraderas, se construye a través del tiempo du-
rante los eventos de socialización, como por ejemplo la capacidad
para expresarse en público, hablar correctamente, entre otros; en
el estado objetivado, el capital cultural se define bajo la forma de
bienes culturales, cuadros, libros, diseños, instrumentos, maqui-
naria, los cuales son la huella o la realización de planteamientos,
posturas, teorías, etc.; y finalmente en el estado institucionalizado, el
capital cultural toma una forma particular, la cual se puede ver en
los títulos dados en la escolarización por ejemplo. Estos le confiere
28 Diccionario de acción comunitaria y cooperación al desarrollo, recuperado el 28 de septiembre de 2011 en:
http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/29
29 El capital social está compuesto por los siguientes recursos: a) Las redes sociales, como son los lazos de paren-
tesco, las redes comunitarias informales, las organizaciones sociales, etc. El mantenimiento de estos vínculos re-
quiere una inversión de tiempo y dedicación, pero permite obtener beneficios en forma de flujos de solidaridad,
capacidad de defensa de intereses y derechos, obtención de información (la cual resulta determinante para la
capacidad de decisión y actuación del individuo), etc. b) Las normas sociales (de voluntariedad, altruismo, com-
portamiento) y derechos comúnmente aceptados, así como las sanciones que los hacen efectivos y, c) Los vínculos
de confianza social, la cual garantiza un entramado de obligaciones y expectativas recíprocas que posibilitan la
cooperación. Estas relaciones pueden abarcar también las de autoridad, consistentes en la cesión consensuada a
un líder de poderes para gestionar problemas colectivos. Diccionario de acción comunitaria y cooperación al desa-
rrollo, recuperado el 28 de septiembre de 2011 en: http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/29
107
al capital cultural las propiedades y garantías que supuestamente
califican al actor30.
Los anteriores dos capitales (social y cultural), son transformables
en capital económico y simbólico. Son capitales que se manifiestan
bajo la efectividad que presentan en el campo. El capital económico
hace referencia entonces a los recursos que se alcanzan desde
la naturaleza económica, entre los que se encuentra el dinero al
ocupar un lugar preeminente por su papel de equivalencia uni-
versal. El capital simbólico, como ya se dijo, se define desde los
otros capitales o hay quienes lo precisan bajo las propiedades que
una persona alcanza en términos de prestigio, reputación, fama,
notoriedad, honorabilidad, buen gusto, autoridad, etc. Así enten-
dido, el capital simbólico no es más que la representación de los
otros capitales31.
Lo anterior nos deja ver como la relación entre los capitales, entre
varios actores, da origen a una red de relaciones en múltiples sen-
tidos. Se pueden dar transacciones entre capitales: comprar libros,
ir al cine o adelantar estudios de postgrado es la evolución del
capital económico a capital intelectual en un mismo individuo;
enseñar diseño en la universidad es una transacción de capital
intelectual a capital económico para el profesor de manera relati-
vamente inmediata, como para los estudiantes en un futuro; ser re-
conocido como un buen profesional en diseño ante la comunidad
de diseñadores es una conversión del capital intelectual a capital
social, simbólico o económico, dependiendo de la situación.
30 Bourdieu, Pierre (s.f.). Los estados del capital cultural, recuperado el 28 de septiembre de 2011 en: http://
sociologiac.net/biblio/Bourdieu-LosTresEstadosdelCapitalCultural.pdf
31 Puede tratarse en algunos casos como capital material.
32 La construcción de los capitales de cada actor en el campo social se realiza a través de entrevistas a profun-
didad y observación etnográfica.
108
Gráfica No 5. Relación entre capitales. Campo retén de policía
109
Toda acción se orienta entonces a inculcar a través de comporta-
mientos precisos y singulares, una conducta relacional frente a los
otros y a las cosas, a la vida y al mundo que una vez inculcado y
constituido puede reproducir comportamientos con unos mismos
principios. Este sería el caso de valores susceptibles de ser here-
dados gracias a la cultivación sistemática y constante, creando de
esta manera rasgos definitivos de la personalidad individual. Estos
rasgos son los que llama Bourdieu como disposiciones constitutivas.
El habitus es un haber que se transforma en ser, a tal punto de
tener la impresión de haber nacido con estas disposiciones, con
maneras y estilos que nos caracterizan. Todo agente es socialmente
programado para ejercer una serie de funciones o roles dentro del
espacio social donde se desarrolla.
Podemos hablar del habitus primario, el cual se constituye de las
disposiciones más viejas, es durable y se adhieren a la personali-
dad del sujeto o agente, a tal punto que sus experiencias son filtra-
das por éste. El habitus secundario es el conjunto de disposiciones
que son adquiridas posteriormente, gracias a la adquisición de los
capitales.
El habitus del ejemplo que se ha venido exponiendo de manera
simplificada, está articulado a los múltiples sucesos que se generan
especialmente entre el policía 1 y los conductores. Explicaremos
solo dos de los comportamientos que en campo se dan: por una
parte la acción del policía 1 ante la solicitud de dinero, es juzgada
por el conductor 2, lo que genera confrontación y rechazo no
solo hacia el agente, sino hacia la institución que él representa; la
condición del conductor 2 es de vulnerabilidad ante la posición
de autoridad (capital simbólico) del policía 1, reclamar sobre la
conducta le traerá consecuencias en términos de procesos, acusa-
ciones, compra de testigos y pérdida de tiempo, ya que su objetivo
es romper la dinámica de soborno que en el lugar se presenta. Por
otra parte, la conducta del conductor 1 con el policía 1 es repro-
ducida si ningún tipo de sanción inmediata, lo que lleva a que la
conducta se repita. Por lo tanto, el ambiente que se vive en este
campo es de ilegalidad y permisión. El habitus de este ejemplo
podría llamarse de tensión negativa, por las explicaciones dadas.
No obstante, existen habitus en otros campos que por el contrario
duraderas, estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes”.
110
reflejan tensiones positivas y que para el caso de los proyectos del
curso, determinan dinámicas hacia el fortalecimiento y replica de
los arreglos, patrones o modelos que los actores generan.
Bajo este acercamiento los estudiantes conocen la realidad de la
comunidad, el propósito es entonces encontrar otra mirada a las
oportunidades de intervención o definición del problema. Luego
se desarrolla el proyecto de diseño y se plantea el escalonamiento
que va a seguir la propuesta. Si bien todas las etapas del proyecto
son importantes, la delimitación del campo, el estudio de los capi-
tales y su interrelación y la definición del habitus se constituyen
en el marco que fundamenta todo el proyecto.
Posición.
Bourdieu y pensamiento de diseño
“La vida de una sociedad está en función de su actividad creadora” (UNESCO).
34 Para Saikaly (2005) es clara la diferencia en los procesos que se dan entre las ciencias humanas, las ciencias
sociales y el diseño. Dice que éste se mueve sobre cuatro ejes: sensibilidad, invención, validación e implementa-
ción.
111
Los cuatro estilos de aprendizaje no son ajenos al modelo presen-
tado por Owen, ya que trabajan sobre las fronteras disciplinarias
expuestas por él. Al igual que Kold, él sugiere que el proceso de
diseño tiene elementos analítico-sintéticos que operan también en
el ámbito teórico-práctico. La fase analítica de diseño, se centra en
la búsqueda y el descubrimiento, mientras que la fase sintética de
diseño, se centra en la invención y las decisiones. El movimiento
entre los ámbitos teórico-práctico da origen a la comprensión del
mundo a partir de la práctica que se convierten en ideas o teorías
abstractas, luego se regresan al ámbito de la práctica en forma de
solución sintética.
112
Gráfica No 6. Estilos de aprendizaje
35 Tampoco podemos olvidar que las teorías y los métodos de diseño en los últimos tiempos se han enfocado a
proporcionar una visión integrada del problema y de la solución de diseño; el proceso de formulación y conse-
cuentemente la resolución de problema implica el juego de múltiples disciplinas
113
Gráfica No 7. Proceso iterativo de generación de soluciones
Observación
Para el caso que estudio que nos compete, el primer cuadrante
de observación, tiene como objetivo acercarse a la comprensión
profunda del campo social. La indagación o levantamiento de la
información (datos) se realiza a los actores bajo la perspectiva de
los capitales definidos por Bourdieu. Utilizamos los instrumentos
que nos ofrece el método etnográfico: observación participante
(simple, natural y artificial) y entrevistas conversacionales y a pro-
fundidad, para acercamos a la comprensión de los fenómenos so-
ciales36, es decir que le otorgamos especial importancia al desen-
volvimiento de los individuos en lo cotidiano del campo, a la vez, a
lo que éstos piensan, sienten y dicen, sobre sus comportamientos,
representaciones, como ya se explicó.
En esta fase se recoge una considerable cantidad de datos en for-
ma de: notas de campo, transcripciones de entrevistas, fotografías,
video, registros de audio y dibujo, entre otros. La información está
enfocada hacia los actores con sus capitales, por lo tanto los datos
36 El enfoque etnográfico se toma bajo el principio de involucrar al estudiante de diseño en el mundo de los
actores del campo social.
114
están estructurados bajo la siguiente guía de observación (ver ta-
bla No 1. Guía de observación para el campo social en la práctica
-presenta alguna de las preguntas que se pueden hacer-), la cual
muestra dimensiones y elementos de la observación. Las dimen-
siones hacen referencia al acto como acción, la actividad como el
conjunto de los actos o al evento que articula las actividades que
se da en la práctica del campo (el evento se da dentro del campo
social y no puede confundirse con el campo); el estudiante según
el caso selecciona la dimensión que necesita observar, como los
elementos que le ayudan a estructurar los contenidos que definen
los capitales de los actores.
115
El proyecto que se desarrolla durante el semestre nace de un
campo social pero este surge de una comunidad directamente o
de temáticas específicas. Para la comprensión cualquiera caso es
necesario hacer una indagación adicional, que permita entender
aspectos que se hace de los actores. Acá se vale de fuentes prima-
rias y secundarias. Si hablamos por ejemplo de la comunidad de
ancianos, se requiere conocer cómo son definidos, en qué lugares
se encuentran, cuáles son sus necesidades, quiénes han escrito
sobre ellos, etc.
Cuando se habla de un proyecto que surge de una temática, es
esencial antes de abordar la comunidad y seleccionar el campo
social, entender de qué se trata. Una temática que se trabajó en
el curso fue el aislamiento social. Aquí los estudiantes tuvieron
que comprender a qué se refería el tema, luego seleccionaron la
situación para identificar el campo con la comunidad que iban a
trabajar. Salieron proyectos relacionados con el maltrato que se da
sobre los niños obesos en el campo del recreo o matoneo en niñas
que usan la tecnología para agredir a otras, aislamiento en niños
que son separados de sus padres por causas de violencia intrafa-
miliar y que luego son dejados en hogares de paso o aislamiento
que sufren los adictos al juego o la droga.
116
Gráfica No 8. Proceso de innovación
117
El valor entonces proviene de la práctica y la relación que se da
entre los actores con sus representaciones.
Marcos
118
Si bien la anterior línea potencia la oportunidad, ésta nos coloca
sobre un problema en términos de deficiencia o desequilibrio,
así como ya se había expresado en el proyecto del retén de con-
trol policial. Los proyectos con los estudiantes nos han permitido
reconocer entre diversas formas de desarrollo dos perspectivas
en esta línea: en la primera se busca equilibrar los capitales de
uno de los actores y en la segunda, se trabajan, las tensiones o
disposiciones que se viven entre todos los actores y sus capitales
en el campo. El proyecto seleccionado para la primera perspectiva
parte de un campo determinado, es una trayectoria que vive un
ludópata desde el momento que sale de su trabajo hasta llegar a
la fundación que lo apoya en su tratamiento. En este espacio de
tiempo y lugar, el adicto comparte el campo con tres actores más:
el banco donde tiene la cuenta, las casas de empeño y los casinos,
por lo que su habitus está relacionado con el riesgo y la tentación.
Los estudiantes deciden diseñar una aplicación para celular que
busca potenciar el capital simbólico del adicto y mantener con
esto la concentración en los puntos críticos del viaje.
Para la segunda perspectiva de esta línea podemos citar el proyec-
to de un campo relacionado a la experiencia que se vive en una
sala publica de video juegos en la que los visitantes llegan a jugar
por lo general solos y no comparten con nadie la experiencia de
entretenimiento, por lo que se llega a definir un habitus de ais-
lamiento social y funcional tanto del jugador como de los actores
del establecimiento. En este proyecto los estudiantes deciden tra-
bajar sobre la experiencia colaborativa de un dispositivo que lleva
a los jugadores a compartir en el mismo espacio una competencia,
potenciando así el capital social y simbólico.
Los ejemplos hasta ahora expuestos a groso modo, dan cuenta de
las historias que pasan a crearse en el campo sintético de los impe-
rativos a través del habitus. Algunas de ellas (historias) son vistas
desde la línea de tiempo del evento (ver gráfica No 9. Ejemplo
infografía de línea de tiempo y relaciones de capitales), por lo que
la información de las relaciones y los capitales se cruzan en un
entramado complejo, que sin embargo permite encontrar aspectos
y puntos relevantes del habitus y por supuesto de la innovación .
119
120
Gráfica No 9. Ejemplo infografía de línea de tiempo y relaciones de capitales. Campo semáforo con niño pidiendo limosna37
37 Polo Daniela & Calderón Paola (2011). Infografía proyecto menores desplazados. Bogotá: Universidad de los Andes, recuperado en diciembre 2 de 2011 en http://menoresdesplazados4.
blogspot.com/
Vale aclarar en este punto que la mirada que se sigue en todos los
proyectos es la bottom- up en la medida que se busca trabajar con el ha-
bitus del campo que está determinado por las relaciones de los capitales
entre los actores. El enfoque top-down va sobre las estrategias de esca-
lonamiento que se dan en los cuadrantes de imperativos o de soluciones.
Imperativos
El estilo de aprendizaje en esta fase es el convergente. Las habilidades
están sobre el dominio de la conceptualización abstracta y la experi-
mentación activa, capacidades que permiten tomar decisiones basadas
en la búsqueda de soluciones a los problemas u oportunidades. En este
sentido, el proceso se traslada del cuadrante de los marcos al cuadrante
de imperativos (ver gráfica No 8. Proceso de innovación) con las his-
torias procesadas desde el habitus con los hallazgos de valor dados en
relaciones y los capitales, los cuales serán llevados hacia la construcción
del concepto de diseño.
38 Clasificación extraída en la charla dada al piloto del taller integral del programa de Diseño Industrial. Univer-
sidad de los Andes (Peña, Cesar 2007).
121
estudiantes definieron el concepto nuevo sistema de retén39, el cual se
inscribe sobre la dimensión sociológica-filosófica con el diseño de inte-
racción hacia nueva experiencia, se valen de la dimensión morfológica
en los aspectos funcionales y estéticos para lograr la materialización de
un dispositivo que está conectado a la red de la institución, el que a su
vez, determina un proceso que minimiza la participación de algunos de
los capitales sociales del policía como del conductor en el proceso de
colocar el comparendo, reduciendo la posibilidad de soborno y abuso de
autoridad como se da en el caso con el conductor 2. De esta manera se
está contribuyendo a la transparencia de los procesos de la institución
a la que pertenece el policía y se trabaja sobre los derechos y deberes
de los ciudadanos.
39 El proyecto nuevo sistema de retén fue elaborado por las estudiantes Andrea Muñoz González, Sara Rueda
Mejía, Andrea Catalina Jiménez y Gabriela María Bejarano Sánchez.
40 El proyecto reto a la tentación del juego fue elaborado por las estudiantes Paola Andrea León Acosta, Julio
Cesar Guerrero Defelipe y Natalie Pacheco Pérez.
122
En estos como en los otros casos, ha sido necesario, antes de entrar
a diseñar, conocer referentes que están inscritos bajo el concepto. Los
estudiantes se dan cuenta que existen productos y servicios con diversos
enfoques que tendrán que analizar y comparar con su planteamiento
para lograr perfilar sus respuestas como diseñadores, pues fácilmente se
encontrarán con soluciones dadas por otras disciplinas.
Soluciones
Finalmente el proceso vuelve al enfoque de lo concreto (ver gráfica
No 8. Proceso de innovación), es decir que el estilo del aprendizaje
complaciente (ver gráfica No 6. Estilos de aprendizaje) define la expe-
riencia y la experimentación activa en términos prácticos, en este caso
con los actores-usuarios, a través de concreción del diseño o solución
sintética, creativa, competitiva y diferenciada.
123
de una nueva solución. Bajo este último escenario es posible que el gru-
po vuelva a reunirse para liderar de manera unificada la propuesta po-
tencialmente viable, por lo tanto en el cuadrante de solución, se busca
especificar la propuesta hacia un prototipo de alta resolución.
Por otra parte, la propuesta puede ser escalonada a uno de los tres
actores de la sociedad (sociedad civil, sociedad productiva o Estado),
esto quiere decir que algunas de ellas pueden vincularse a una de estas
instancias. Hay varios ejemplos que se pueden citar: el primero, surge
en un campo delimitado por un puesto de arepas en la puerta de un
establecimiento. El lugar es reconocido por los actores-consumidores
como exitoso por la calidad del producto y lo económico que es; en el
estudio de los referentes, los estudiantes reconocen los mismos capitales
sociales, económicos, intelectuales y simbólicos, en otros espacios de
ciudad con el mismo éxito en comida típica (empanadas, pasteles, jugos,
envueltos, entre otros), lo que los lleva a proponer la elaboración de un
41 Miller & Tilley explican que las relaciones están cargadas usualmente de dos formas de poder: el poder para
transformar y el poder sobre dominación (citados por McGuire & Paynter, 1991).
42 Algunas de estas cualidades pueden venir desde los capitales del cuadrante de observación.
124
certificado de calidad y tradición, el cual deberá vincularse a la norma-
tividad y regulación del Estado. Además la propuesta se articuló también
a los programas de rutas turísticas regulados por las agencias de viaje de
la ciudad. Además del certificado fue necesario diseñar el manual para
la certificación y los elementos que se otorga a quienes cumplen con la
norma y el reconocimiento a la tradición.
125
BIBLIOGRAFÍA
Alonso, Luis E. (2005). El estructuralismo genético y los estilos de vida:
consumo, distinción y capital simbólico en la obra de Pierre Bourdieu. La
era del consumo (pp. 185-241). Madrid: Siglo XXI de España editores,
S.A.
Bonilla-Castro, Elsy & Rodríguez Sehk, Penélope (1995). Más allá del
dilema de los métodos (pp.118-129). Bogotá: Ediciones Uniandes, 2000.
Bourdieu, Pierre & Wacquant, Loic J.D. (1995). La lógica de los campos,
Habitus, illuso y racionalidad (pp. 63-97). Respuestas por una antropolo-
gía reflexiva. Ciudad de México: Editorial Grijalbo.
126
Fernández, Silvia & Bonsiepe Gui (2008). La enseñanza del diseño. Tra-
yectorias de los cambios en Europa. Historia del diseño en America Lá-
tina y el Caribe (pp. 300-307). São Paulo : Editora Blücher.
127
Valtonen, Anna (s.f.). Six décadas- and six different roles for the industrial
designer. Recuperado 30 de septiembre de 2011 en: http://www.tii.se/
reform/inthemaking/files/p89.pdf
Zapata, Freddy, González Maria de los A. & Rivera Jaime (2010). Inves-
tigación para una Disciplina de Diseño. Cali: Universidad Icesi.
128
LOS AUTORES
Miguel Uribe
Augusto Solórzano