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“AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN


NACIONAL”
UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO

CURSO DE QUECHUA I

LITERATURA QUECHUA

DOCENTE:

ALUMNA:
 Khayrell Alejandra Robles Arzubialde

 Montes Nicole

CUSCO – PERÚ
2018
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INTRODUCCIÓN
Con el presente trabajo de investigación, buscamos dar a conocer sobre la literatura
quechua, los auto
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Literatura Quechua
La Literatura quechua nombra a la manifestación literaria que se desarrolló en

dicha lengua nativa y plurinacional, desde la época de los incas hasta la actualidad.

El quechua o Runa Simi, ha servido para los textos, generalmente en versión oral, y

luego de la presencia hispánica, en forma escrita.

1. Características de la literatura Quechua:

 Anónima - Oral: En muchos casos, no existía autor definido. La literatura era

mantenida por la tradición oral, pues no existía la escritura fonética.

 Agrarista Colectiva: La base económica del Imperio Incaico fue la agricultura.

Por ello las actividades derivadas de la agricultura y la ganadería constituian

la fuente de inspiración para las composiciones.

 Musicalidad y Danza: Durante las ceremonias, la coreografía era variada; ella

era acompañada por la flauta, la quena, el pinkullo,la tinya, el huancar y los

pututos.

 Panteísmo-Cosmogónico Religioso: El congénito panteísmo del indio se

adhiere con tal fuerza a la tierra sobre la cual se mueve, que hace imposible

separarlos.

 Espíritu Animista: En todos los géneros los incas dotaban de cualidades

humanas a la naturaleza.

 Clasista: Dos tendencias:

a) Literatura cortesana
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La enseñanza de todas las manifestaciones literarias se daba en el yachayhuasi o

yachay wasi y estaba a cargo de los amautas, maestros encargados de transmitir la

cultura oficial del Imperio a las elites gobernantes.

Destacan los cantares épicos, composiciones sobre los dioses, los orígenes de

los incas y las gestas de cada Inca. Nos han llegado varias versiones sobre los

ciclos míticos de Wiracocha y los Hermanos Ayar, así como de la hazañas y

conquistas de algunos incas como la leyenda de los pururaucas, el rapto de Yahuar

Huaca, la cobardía de Urco, etc.

b) Literatura popular

Era transmitida por el haravicu, expresaba el sentimiento de los pueblos. Las

formas líricas venían con acompañamiento musical, incluso vinculadas con la danza;

el vocablo taki significa a la vez canto, música y baile. Podemos mencionar al arawi

o harawi (cualquier género de canción, aunque después se convirtió en un canto

amoroso), el haylli (similar al himno europeo), el wawaki (canto dialogado), el wayñu

o huayno (fusión de danza, música y poesía), la qhashua (baile alegre y festivo), el

ayataqui (canto fúnebre), el huaccataqui (canto ritual a las huacas), el aymoray

(canto de súplica para obtener buenas cosechas), el wanka no se tiene concepto

exacto pero se dice que es similar a la elegía europea) y saura taqui (canción de

burla o mofa).

2. Tradición oral prehispánica:


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La literatura quechua conoció un alto desarrollo en tiempos prehispánicos con

numerosas formas líricas, épicas, narrativas y dramáticas o casi dramáticas. Se trata

de un conjunto que no nos ha dejado textos escritos, pues solo lo ha hecho a través

de la información y compilación realizada por algunos cronistas, predicadores y

funcionarios coloniales. Fue por lo tanto, transmitida oralmente. Estas

manifestaciones formaban parte del quehacer cotidiano. Funerales, fiestas,

parrandas nupcias, peleas, guerras, entre otros. Estaban enmarcadas en una

ritualización expresada a través del arte.

3. Literatura quechua en la época de la colonia española:

Los primeros autores que usaron el quechua, por lo menos parcialmente, y fijaron

las tradiciones orales en sus obras escritas, sobre todo en traducción castellana,

fueron Felipe Guamán Poma de Ayala y el Inca Garcilaso de la Vega. Para escribir

el quechua se usaron modificaciones del alfabeto español. Casi todos los textos

quechuas de esta época fueron religiosos, entre ellos la Doctrina cristiana en

castellano, quechua, aymara y puquina, el primer libro impreso en el Perú en 1584.

Una excepción fue el manuscrito de Huarochirí escrito por encargo del obispo

Francisco de Ávila para luchar contra la idolatría y el paganismo, que contiene mitos

recopilados en la provincia de Huarochirí.

En la Colonia fueron también escritos los dramas anónimos Apu Ollantay, la

Tragedia del fin de Atahualpa y una elaboración dramática del Hijo pródigo, que

fueron representados en el teatro del Cusco a inicios del siglo XVIII.


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Un poeta importante que luchó por la independencia y cayo en el combate contra

los españoles fue Juan Wallparrimachi de Potosí, que pese a ser bilingüe escribió

solamente en quechua.

4. Drama quechua del siglo XX:

A principios del siglo XX, casi nadie de los quechuahablantes podía leer o escribir.

Había sólo muy pocos autores en lengua quechua, y el drama fue su modo de

expresión principal. Los más importantes entre ellos fueron:

 Nicanor Jara (Sumaqt'ika, "Flor hermosa", 1899)

 El cura Nemesio Zúñiga Cazorla (Qurich'uspi, "Mosca dorada" [que es el

nombre de un protagonista], 1915 y T'ikahina, "Como una flor", 1920)

 José Félix Silva Ayala (Yawarwaqaq, 1919)

 Luis Ochoa Guevara (Manco II, 1921)

 José Salvador Cavero León (Yana puyup intuykusqan, "Rodeado de nubes

oscuras", 1938; Rasuwillkap wawankuna, "Los hijos del [cerro] Rasuwillka",

1945)

 Artemio Huillca Galindo (Puka Walicha, "Valeriana roja," 1950).

Mientras que la mayoría de esos dramas fueron ambientados en el Imperio

incaico, el autor puneño Inocencio Mamani rompió con esta tradición: Los

protagonistas de sus dramas Sapan Churi (1926) y Tukuypaq munasqan (1927) son

personas del mundo contemporáneo, y las obras fueron escritas en quechua puneño

moderno.

5. Poesía quechua desde la independencia:

Después de la Independencia, la literatura quechua sufrió negligencia.


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A fines del siglo XIX, Luis Cordero Crespo, luego presidente del Ecuador, escribió

poemas en quichua y un diccionario quichua-castellano-quichua.

En el Perú, el poeta Andrés Alencastre Gutiérrez (1909-1984), más conocido

como Killku Warak'a, publicó su colección Taki parwa en 1952.

José María Arguedas, que también recopiló muchas canciones y muchos cuentos

quechuas, parcialmente junto con Jorge A. Lira, y escribió (en castellano) sobre el

mundo indígena, tradujo el manuscrito de Huarochirí del quechua al castellano en

1966. Publicó también unos textos en quechua como Pongoq Mosqoynin en 1965.

Jesús Lara (Bolivia) recopiló poesías,cuentos, leyendas y mitos como "Kuniraya

Wiraqocha y Kawillaka" en su libro "La Literatura de los Quechuas"

La poesía quechua cuenta con dos importantes referentes en Ranulfo Fuentes y

Víctor Tenorio, ambos destacados docentes de la Universidad Nacional San

Cristóbal de Huamanga y promotores de actividades literarias en Ayacucho, con

especial énfasis en la poesía y narrativa en quechua, idioma que hablan cinco

millones de peruanos, como nos lo recuerda la breve introducción de este nuevo

volumen de la colección Biblioteca de Cultura Quechua Contemporánea.

Ranulfo Fuentes (Ayacucho, 1940) ha reunido en Llaqtaypa harawin (Poesía de

mi pueblo) diversas odas acerca de los entrañables vínculos entre el hombre y la

naturaleza, así como las tribulaciones y alegrías del habitante de los Andes. Autor de

diversos cancioneros, Fuentes utiliza la forma típica del cuarteto para ensalzar al

telúrico río, la majestad del cóndor o la ternura de la flor silvestre. El poeta

homenajea las labores del campo y el amor como manifestaciones de la unión y

solidaridad que deben existir entre los seres frente a la adversidad.


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Víctor Tenorio (Huamanga, Ayacucho, 1941) practica la poesía visual, lo cual en

cierto modo rompe en el plano formal con un estándar, al disponer los vocablos

quechuas con evidente afán lúdico. Autor de diversos poemarios y libros de cuentos,

así como estudioso de la tradición oral, su poesía se distingue por la conversión del

impulso creativo y caótico en palabra concreta que renombra al mundo.

Musquykunapa qillqan (Escritura de los sueños) se divide en dos partes: “Musqusqa

harawikuna” (“Poemas soñados”) y “Sunqupa harawinkuna” (“Poemas del corazón”).

Conciencia de la existencia, el erotismo y la valoración de las costumbres populares

constituyen los principales ejes de la poética de Tenorio. Podemos considerar este

volumen como un valioso aporte al conocimiento de la poesía quechua reciente y

como una muestra más por superar aquel prejuicio sobre la poesía andina, cuyo

estudio se detiene sólo en la era prehispánica o la Colonia. Gracias a la obra de

importantes investigaciones, no sólo desde el punto de vista antropológico, sino

también a partir de la posición de los estudios literarios, la poesía escrita se

convierte en el rostro viviente de la cultura, a pesar de las trabas ideológicas que

impiden su mayor circulación.

Frente a la carencia de ediciones críticas que nos ayuden a situar la actualidad de

la poesía escrita en quechua, el esfuerzo editorial de la Universidad Nacional

Federico Villarreal, que ha institucionalizado un premio nacional para este género, es

una buena noticia.

Actualmente, pudiera citarse el elenco de los poetas en quechua más activos,

conformado por Gloria Cáceres Vargas (* 1947) de Ayacucho (Riqsinakusun,

Munakuwaptiykiqa, Yuyaypa k'anchaynin), Dida Aguirre García (* 1953) de


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Huancavelica (Jarawi, Qaparikuy), Hugo Carrillo Cavero (* 1956) de Apurímac

(Yaku-unupa yuyaynin), Odi Gonzales (* 1962) del Cusco (Umantuu, Upa) y Ch'aska

Anka Ninawaman (* 1973), una autora de Yauri (Provincia de Espinar, Cusco) con su

colección Ch'askaschay (Poesía en quechua, 2004), y en Ecuador el poeta Ariruma

Kowii (* 1961) de Otavalo.

6. Textos quechuas en prosa:

Textos más extensos en prosas existen sólo desde mediados del siglo XX.

Jorge A. Lira utilizó los cuentos recopilados en el valle del Vilcanota en su obra

propia publicada en 1975, Isicha Puytu y cuentos del alto Urubamba de 1990. Otros

cuentos recopilados y trabajados son Unay pachas de Rufino Chuquimamani de

Puno, Pirumanta qillqasqa willakuykuna de Carmelón Berrocal de Ayacucho y Unay

willakuykuna (1992) de Crescencio Ramos de Huancavelica.

Una autobiografía de los campesinos Gregorio Condori Mamani y Asunta Quispe

Huamán, que vivieron en una hacienda en el Cusco, fue recopilada por Ricardo

Valderrama Fernández y Carmen Escalante Gutiérrez en 1982.

Obras originales en prosa fueron publicadas sólo en los últimos tres decenios.

José Oregón Morales (* 1949) de la provincia de Tayacaja (Huancavelica) publicó

ocho cuentos cortos bajo el título Loro qulluchi ("Exterminio de loros") en 1994. En

dos historias cuenta de su infancia en un pueblito de los Andes, mientras que las

otras son basadas en cuentos tradicionales.


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Porfirio Meneses Lazón (1915-2009) de Huanta, que también tradujo las colección

Los heraldos negros de César Vallejo (Yana kachapurikuna), publicó en su libro

Achikyay willaykuna (Cuentos del amanecer) seis cuentos cortos cuyos contenidos

son problemas actuales de su región y en los cuales desarrolló su propio estilo

literario.

Macedonio Villafán Broncano del Callejón de Huaylas es el primer autor que

escribió en quechua ancashino. Junto con Perfirio Meneses recibió el Premio de

cuento del Concurso Nacional de Literatura Quechua por su cuento en 22 páginas,

Apu Kolkijirka. En este relato, el narrador es el "Cerro de Plata" (Kolkijirka) que

cuenta la historia del pueblito Cutacancha.

En 2016 el escritor Pablo Landeo Muñoz de Huancavelica (nacido en 1959)

publicó Aqupampa, la primera novela quechua sin traducción al castellano, que trata

de la migración a la ciudad en el contexto de la violencia del Sendero Luminoso.


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CONCLUSIONES

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