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CALIGRAMA

Las figuras literarias son formas no convencionales de utilizar las palabras de


manera que, empleadas con sus acepciones habituales, se acompañan de
algunas particularidades fónicas, gramaticales o semánticas, que las alejan de ese
uso habitual, por lo que terminan por resultar especialmente expresivas.

como figuras literarias, las figuras retóricas son recursos literarios imprescindibles
para crear narraciones únicas, originales y con estilo propio. Si te preguntas
cuáles son las principales figuras retóricas y cómo se usan, a continuación
encontrarás una completa guía sobre ellas. Además, recuerda que si la literatura
es tu pasión, en nuestra escuela podrás encontrar el Máster en Máster en
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conocimiento sobre las mejores técnicas y ejercicios para redactar de manera
profesional y creativa.

ENSAYO
La batalla de Bomboná o Cariaco (7 de abril de 1822) fue un enfrentamiento militar
librado en el contexto de las Campañas del Sur, donde se enfrentaron las fuerzas
de la Gran Colombia, lideradas por el Libertador Simón Bolívar, y del Imperio
español, con victoria de las primeras.

El 9 de octubre de 1821, el Libertador y presidente de la Gran Colombia, Simón


Bolívar, salió de Cúcuta dejando el poder ejecutivo en manos de su
vicepresidente, Francisco de Paula Santander, mientras viajaba por Pamplona y
Tunja hacia Santafé de Bogotá.13 Durante el trayecto estudia los recursos de las
provincias neogranadinas y ordena a los gobernadores poner atención a los
regimientos de La Guardia que vienen de Santa Marta. A finales de mes, estando
en Bogotá, empieza a organizar las fuerzas con las que planea una campaña
definitiva contra Popayán.

Su plan era enviar 900 soldados de los batallones Bogotá y Neiva en el bergantín
Sacramento y la fragata Grant. Al día siguiente, debían salir otros 300 en el
bergantín Ana y esperando para después otros 1.000 reclutas del Cauca y La
Guardia.18 La idea era embarcarse en Buenaventura para viajar a Guayaquil y
desde ahí atacar Quito, evitando las enfermedades, guerrillas y deserciones que
se producirían si marchaba por Patía, Juanambú y Guáitara. Además, de ese
modo aseguraría la soberanía grancolombiana de Guayaquil.19 En tanto, con 230
soldados
En Buenaventura, los dos batallones esperaban embarcarse cuando llegaron
cartas del general Antonio José de Sucre avisando que el capitán general
neogranadino había salido de la costa de Chocó con la corbeta Alejandro y cuatro
buques menores para bloquear la costa.

Bolívar ordenó a que esos cuerpos y La Guardia marcharan por Neiva y Guanacas
en dirección a San Juan de Pasto. El 26 de enero, se trasladó a Popayán,25 pero
aún no llegaban los refuerzos de La Guardia y el presidente calculaba que
demorarían otro mes, pero el clima podía desgastar completamente a su división
en ese lapso.

El combate comenzó a las 14:00 del 7 de abril, con el ataque por la derecha del
general Valdez y el batallón Rifles,81 unos 600 efectivos.45 Tuvieron que subir por
la orilla de la quebrada, muy arriba encontró un paso difícil que se tomó mucho
tiempo atravesar.82 Llegaron a la parte baja de la colina y lideraron dos
compañías82 que atacaron a tres a cuatro compañías del Aragón,8384 que
estaban atrincherados en tres baterías. Eran la 1ª compañía, al mando del
teniente coronel Carlos Ramírez, y la 2ª, dirigida por el teniente coronel Tomás
Wright, atacaban los reductos ubicados en el flanco. El resto de la unidad,
encabezada por el coronel Arturo Sanders, se movía más lento por el terreno para
atacar al centro del Aragón,8586 forzando al enemigo a retirarse a la trinchera
más arriba.82

Mientras tanto, Torres había permanecido a la espera78 con 600 soldados de los
batallones Bogotá y Vargas.81 Bolívar se acercó a este último y le ordenó: «Sin
que almuerce la tropa, tome Ud. aquella altura, y yo vuelvo volando con las
fuerzas que están en la reserva».7880 El general Torres le entendió mal y ordenó
a sus soldados comer la ración que llevaban en sus mochilas. Cuando el
Libertador volvió y vio a la tropa descansando con sus compañeros combatiendo,
le dijo al general: «Entregue Ud. el mando al coronel Barreto, que seguramente
cumplirá mejor que Ud. las órdenes que se le den». Torres desmontó de su
caballo, tomó un fusil y proclamó: «Libertador, si no soy digno de servir a mi patria
como general, la serviré al menos como granadero». Esto conmovió a Bolívar, que
lo abrazó y le devolvió el mando.7887

A las 15:3087 cargaron contra el centro realista, soportando fuego de fusiles y


cañones mientras atravesaban los árboles cortados y el puente hasta llegar a los
pies de la colina, donde estaban los realistas parapetados disparándoles.88 A la
media hora, con Torres y todos sus oficiales, menos seis, heridos o muertos y
altísimas bajas entre la tropa, quedaron inmovilizados.8187 El fuego monárquico
es tan intenso que el general Torres es herido y deben repasar el puente para
buscar resguardo.73 Se decide que el Bogotá ataque la izquierda enemiga por la
quebrada de Cariaco bajo las órdenes del teniente coronel Joaquín París,
sufriendo fuertes bajas por los fusiles y cañones enemigos que le disparaban
desde tres puntos bien defendidos mientras intentaban cruzar la quebrada.89 Le
seguía el Vargas, dirigido por el teniente coronel Pedro Antonio García, por un
camino que no podían transitar más de 4 soldados a la vez, superando la
quebrada con un enorme número de bajas y alcanzando unas posiciones desde
donde esperaron la ayuda del Vencedores.90 A medida que cada comandante era
herido, el mando de la columna se fue transmitiendo en el siguiente orden, uno
tras otro: el general Torres, los tenientes coroneles Lucas Carvajal, Joaquín París,
Ignacio Luque y Pedro Antonio García, y los sargentos mayores León Galindo y
Federico Valencia.88 Al final, con todos los altos mandos heridos, la columna
debió ser mandada por los oficiales de menor rango.91

Para las 17:30 horas el combate seguía igual de encarnizado, con el Bogotá
reducido a 74 sobrevivientes y el Vargas a menos de 7082 (este último, estaba
formado por 309 soldados, 17 oficiales y 2 jefes al inicio del combate; sólo su 4ª
compañía quedó intacta, pues fue dejada en Consacá).90 Entonces se dio un
cese al fuego porque el humo impedía ubicar a los oponentes. Finalmente, media
hora antes del anochecer, el presidente se dio cuenta de que la línea enemiga
estaba cortada, así que ordenó a su reserva cargar81 diciéndoles: «¡Batallón
Vencedor, Vuestro nombre solo basta para la victoria; corred y asegurad el
triunfo!».93 El Vencedor subió en veinte minutos las posiciones enemigas, pero
padeció la muerte de 80 soldados y muchos heridos.81 A la vez, el teniente
coronel venezolano José Ignacio Pulido había sido puesto al mando del Bogotá y
el Vargas, reunió a los supervivientes y ayudó en ese tercer ataque.94

Entre tanto, los realistas estaban más preocupados de resistir al Rifles en la


derecha pues enviaron a dos compañías del Aragón a ayudar990 a cargo del
teniente coronel Pantaleón del Hierro.86 Otras fuentes dicen que en ese sector
habían 300 soldados del Aragón y el Cataluña, 200 pastusos y un cañón.85 Los
soldados republicanos clavaron las bayonetas para subir por las rocas828185 y
asaltaron la trinchera que estaba cerca de la cima, muriendo el capitán
Felherstenhaw de un bayonetazo al salta en la zanja, y siendo heridos los
tenientes Vicente G. de Piñeres y Justo Franco y el alférez Ramón Bravo;
perdieron 55 soldados entre muertos y heridos en ese sector. Para coronar la
victoria, el abanderado Domingo Delgado enarboló el estandarte en la cima82 a
las 18:15 horas.73 El coronel Sanders se había perdido con algunos soldados del
Rifles en la subida de la cuesta, llegando después de haberse ocupado la cima por
dos compañías que les precedieron.95 Poco después ocupaban el campamento
realista.96

Ahora, el batallón Rifles podía flanquear el centro enemigo, pero no se atrevieron


a avanzar pues era de noche y no conocían el terreno, importándoles poco que
brillara la luna. García, quien marchaba a ayudar a su flanco derecho, se dio
cuenta de que la oscuridad le favorecía y aprovechó para retirarse con 70
hombres.9 Al percatarse, Valdez avisó al presidente, quien proclamó: «¡Viva
Colombia! ¡Viva la libertad!».93 El resto de los realistas retrocedieron a las
órdenes de Del Hierro, a las 02:00 horas del 8 de abril, abandonando el campo de
batalla y la artillería9 en dirección a Yacuanquer97 aprovechando una fuerte lluvia
nocturna, presintiendo que los patriotas podían cortarles la retirada en cualquier
momento. Al amanecer se encontraron con su comandante en la hacienda La
Guaca.98

Por la oscuridad, Bolívar no se enteró de sus éxitos hasta las 00:00 horas, cuando
le llegó un mensaje de Sanders

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