Sismos: A lo largo de la franja de choque de las placas, llamada zona de
subducción, las presiones acumuladas hacen que las rocas se fracturen súbitamente; el rompimiento se traduce en vibraciones que son más fuertes en la medida en que la zona de falla sea mayor. Las vibraciones se desplazan en todas las direcciones como ondas sísmicas y cuando llegan a la superficie las percibimos como terremotos. Deslizamientos: Los deslizamientos son potenciales en la región Andina, principalmente en Boyacá, Cundinamarca, Risaralda, Caldas y, precisamente, en Antioquia. En total, 353 municipios se localizan en zonas de amenaza alta y muy alta de aludes, y en los cuales se concentra el 8 de la población nacional. Inundaciones: tipo de amenazas se produce principalmente en las zonas de relieve montañoso. El potencial de las lluvias y de las corrientes de agua actuando sobre los diferentes tipos de suelos y en función de la cubierta vegetal existente, condicionan el grado de las amenazas. Los glaciares generan morrenas al producirse el deslizamiento de las masas de hielo por las lenguas de los mismos, arrastrando piedras y vegetación, lo que genera peligros en las partes bajas de deposición de los materiales por el poder destructivo que acumulan durante el descenso. Los deshielos, que en la tendencia se han venido haciendo a mayor velocidad, generan grandes volúmenes de agua que sobrepasan las capacidades de los cauces, lagos y lagunas, y producen desbordes e inundaciones afectando las zonas aledañas a su paso. Volcanes: la región andina cuenta con algunos volcanes y aunque no todos están activos generas mucho riesgo a la población avalanchas: Se producen por lluvias persistentes y generalizadas que generan un aumento progresivo del nivel de las aguas contenidas dentro de un cauce superando la altura de las orillas naturales o artificiales, ocasionando un desbordamiento y dispersión de las aguas sobre las llanuras de inundación y zonas aledañas