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U N A C A M PA Ñ A
DEL INSTITUTO
D I S T R I TA L
D E C U LT U R A
Y TURISMO
Rudyard Kipling
cuentos de animales
Alcaldía Mayor de Bogotá
Instituto Distrital de Cultura y Turismo
Secretaría de Educación Distrital
Rudyard Kiplimg
cuentos
de
animales
i lu s t r ac i o n e s d e o l g a c u é l l a r
a l c a l d í a m ayo r d e b o g o t á
Luis Eduardo Garzón
a l c a l d e m ayo r d e b o g o t á
El elefantito 53
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Rudyard Kipling
[12]
De cómo le salieron las barbas a la ballena
[13]
Rudyard Kipling
[14]
De cómo le salieron las barbas a la ballena
[15]
Rudyard Kipling
[16]
De cómo le salieron las barbas a la ballena
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D e c ó m o a l d r o m e da r i o
l e s a l i ó l a j o r o ba
[19]
Rudyard Kipling
[20]
De cómo al dromedario le salió la joroba
[21]
Rudyard Kipling
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De cómo al dromedario le salió la joroba
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Rudyard Kipling
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De cómo al dromedario le salió la joroba
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Rudyard Kipling
¡Negra y azul!
Al igual que a ti, a mí me podría crecer,
¡Si no tengo suficiente que hacer!
Tendremos una joroba,
Una camelluda joroba,
¡A grandes y chicos les puede crecer!
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De cómo al rinoceronte
s e l e a r ru g ó l a p i e l
Había una vez, en una desolada isla en las costas del mar
Rojo, un parsi en cuyo sombrero se reflejaban los ra-
yos del sol más que en el esplendoroso oriente. Y el parsi
vivía junto al mar Rojo, solo con su sombrero y su cu-
chillo y una estufa, una de esas estufas que tú particu-
larmente jamás debes tocar. Un buen día, tomó harina
y agua y grosellas y ciruelas y azúcar y demás, y se pre-
paró un pastel de 60 cm de ancho y 90 cm de alto que
él consideró un “comestible extraordinario” (es decir,
mágico) y lo puso en el horno porque a él sí le estaba
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Rudyard Kipling
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De cómo al rinoceronte se le arrugó la piel
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Rudyard Kipling
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De cómo al rinoceronte se le arrugó la piel
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Rudyard Kipling
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De cómo al rinoceronte se le arrugó la piel
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Rudyard Kipling
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D e c ó m o e l l e o pa r d o
o bt u vo s u s m a n c h a s
[35]
Rudyard Kipling
[36]
De cómo el leopardo obtuvo sus manchas
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Rudyard Kipling
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De cómo el leopardo obtuvo sus manchas
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Rudyard Kipling
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De cómo el leopardo obtuvo sus manchas
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Rudyard Kipling
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De cómo el leopardo obtuvo sus manchas
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Rudyard Kipling
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El elefantito
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Rudyard Kipling
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De cómo el leopardo obtuvo sus manchas
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Rudyard Kipling
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De cómo el leopardo obtuvo sus manchas
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Rudyard Kipling
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Yo soy el sabio Baviaan que dice sabias palabras,
Mezclémonos con el paisaje –sólo nosotros dos y nuestras
soledades.
Ha llegado gente en un carruaje.
Mamita está ahí...
Sí, puedo ir si me llevas –la nana no
quiere ir
¡Podemos ir a las porquerizas, y
sentarnos en las barandas!
¡Si les decimos cosas a los conejitos, los
veremos mover la colita!
Vamos, papito, no importa dónde,
mientras estemos tú y yo,
¡Y sea una verdadera excursión, de la
que no volveremos hasta la hora del té!
Aquí están tus botas (te las he traído),
y aquí están tu sombrero y tu bastón,
Y aquí están tu pipa y tu tabaco.
Salgamos de una vez, ¡vámonos rápido!
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E l e l e fa n t i to
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Rudyard Kipling
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El elefantito
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Rudyard Kipling
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El elefantito
piente-pitón-bicolor-de-las-rocas, en un
tono de voz de aterrador desprecio–.
¿Qué más vas a preguntarme?
–Disculpe –dijo el elefantito–,
¿pero tendría usted la bondad de con-
tarme qué cena él?
Entonces la serpiente-pitón-bicolor-de-las-rocas se
desenrolló rápidamente de la roca y le dio nalgadas al
elefantito con su escamosa, nudosa cola.
–Esto es curioso –replicó el elefantito–, porque mi
papá y mi mamá y mi tía y mi tío, sin mencionar a mi
otro tío el mandril y a mi otro tío el hipopótamo, me
han dado nalgadas por mi insaciable curiosidad y su-
pongo que con usted es la misma cosa.
Entonces se despidió muy cortésmente de la ser-
piente-pitón-bicolor-de-las-rocas después de ayudar-
la a enrollarse de nuevo en su roca y se alejó calientito,
mas no sorprendido del todo, comiendo melones y ti-
rando las cáscaras en derredor, porque no podía reco-
gerlas. Hasta que pisoteó lo que creyó era un tronco de
madera apoyado sobre el mismo borde del grasoso y
gris y verdoso y todo rodeado de quinos
Pero en realidad era el cocodrilo, querido niño, y
el cocodrilo guiñó un ojo, ¡así!
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Rudyard Kipling
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El elefantito
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Rudyard Kipling
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El elefantito
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Rudyard Kipling
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El elefantito
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Rudyard Kipling
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El elefantito
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Rudyard Kipling
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El elefantito
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Rudyard Kipling
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El origen de
los armadillos
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Rudyard Kipling
[70]
El origen de los armadillos
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Rudyard Kipling
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El origen de los armadillos
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Rudyard Kipling
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El origen de los armadillos
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Rudyard Kipling
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El origen de los armadillos
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Rudyard Kipling
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El origen de los armadillos
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Rudyard Kipling
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El origen de los armadillos
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Rudyard Kipling
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El origen de los armadillos
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Rudyard Kipling
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El origen de los armadillos
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cuentos de animales
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i n s t i t u t o d i s t r i ta l
d e c u lt u r a y
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biblioteca
libro al viento
bajo el número seis
y se imprimió el mes
de octubre del año
2004 en bogotá