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 El primer día, Dios creó los cielos y la tierra.

 La palabra
cielo hace referencia a todo aquello más allá de la tierra, es
decir, a todo aquello que se encuentra en el espacio
ultraterrestre. En el primer día no se especifica de que esta
hecha la tierra, pero si se hace mención a que ya existe el
agua. Luego Dios separó la luz de la oscuridad, nombró a la
luz día y a la oscuridad la llamó noche, y con ello el creador
hizo que cada día hubiera luz durante unas horas, y después
la oscuridad volviera unas horas.
 El segundo día, Dios creó el cielo. El cielo funcionaba como
una barrera que separaba el agua de la atmósfera terrestre, y
el agua de la humedad que encontramos en el cielo, creando
un firmamento.
 El tercer día, Dios creó la tierra seca. Es decir, los continentes e islas que e
llamó a las grandes masas de agua “mares” y a la tierra seca la llamó “tierra”. El m
eran autosuficientes, y con ellas lleno de vida la superficie terrestre.
 El cuarto día, Dios creó las estrellas y los cuerpos
celestes que habitaban en el espacio. Gracias a ello el ser
humano podía registrar el tiempo, especialmente gracias al
Sol y a la Luna, que permitían saber si era de día o de noche.
 El quinto día, Dios creó a todas las criaturas que habitaban
en el mar, y al mismo tiempo también creó a las criaturas
aladas. Todos estos animales son las primeras criaturas que
recibieron la bendición de Dios. Todas ellas recibieron el don
de poder reproducirse, gracias a lo cual podían perpetuar su
especie.
 El sexto día, Dios creó a todas las criaturas que viven en tierra
firme, siendo uno de ellos el hombre. Dios diseñó al hombre a su
imagen y semejanza, les bendijo para que se reprodujeran, llenaran
la tierra, y la gobernaran sobre el resto de especies. En este día
Dios termina con toda su obra, y pensó que todo lo creado era
bueno de gran manera.
 El séptimo día, Dios descansa debido a que su creación ya
está terminada. Dios descansa el día 7, un día que es muy
especial para el pueblo de Dios, al ser un día de descanso.
Qué es la reproducción en los animales?

La reproducción es el conjunto de procesos biológicos mediante los cuales los seres


vivos producen nuevos individuos semejantes a sí mismos, miembros de su misma especie. El
proceso reproductivo puede darse a partir de uno o dos individuos progenitores (reproducción
asexual y sexual respectivamente).

Los procesos reproductivos varían enormemente dependiendo de la especie y del reino al que


ésta pertenezca. Así, por ejemplo, las  plantas los hongos se reproducen mediante mecanismos
significativamente distintos a los de los animales.
Sin embargo, la reproducción de todos los seres vivos tiene un rasgo en común,
independientemente del reino al que pertenezcan: se rige por el principio de la
autoperpetuación de las especies, es decir, que a través del proceso reproductivo los
integrantes de una especie produce nueva descendencia para conservar su material
genético y perpetuar el ciclo de la vida.

Existen dos tipos de mecanismos reproductivos, que son utilizados dependiendo de la


especie y de las condiciones en que los individuos se encuentren: los mecanismos
asexuales y los sexuales.

 Los mecanismos asexuales. Son aquellos que permiten a un individuo


reproducirse por su cuenta, sin necesidad de otro progenitor ni la intervención
de células germinales (también llamadas gametos) como los espermatozoides y
los óvulos. En la reproducción asexual existen distintos tipos de mecanismos de
autoreplicación (como la fisión binaria o la fragmentación) y todos ellos tienen
en común la producción de nuevos individuos que son genéticamente idénticos
al progenitor, o sea, clones. Estos mecanismos tienen ciertas ventajas, como lo
económicos y simples que son, y la rapidez con que puede suceder la división.
Sin embargo, no aportan variabilidad genética a la especie (ya que toda la
descendencia es idéntica entre sí y al parental), por lo cual permiten márgenes
evolutivos muy rígidos y lentos.
 Los mecanismos sexuales. Son aquellos que implican la participación de
individuos de los dos sexos ya que requieren de la unión
de células reproductivas o germinales provenientes de un ente masculino y otro
femenino, para fusionar sus materiales genéticos y dar origen a un cigoto. Al
desarrollarse, esta nueva célula producto de la fusión dará lugar a un nuevo
individuo, cuyo código genético será distinto a los de sus progenitores. Si bien
la reproducción sexual tiene un costo energético mucho mayor, requiere más
tiempo y produce menos cantidad de individuos, presenta una gran ventaja por
encima de la asexual: permite la variabilidad genética, que resulta clave para el
proceso evolutivo y la adaptación de las especies a las nuevas condiciones de
vida. Sin esta variabilidad, los cambios en las especies tomarían mucho
más tiempo, ya que requeriría de mutaciones espontáneas del ADN, algo que
ocurre muy esporádicamente.

Dependiendo de si es sexual o asexual, los mecanismos de reproducción animal implicarán


determinados procesos bioquímicos, celulares e incluso sociales. Estos procesos necesarios
incluyen la adquisición de la madurez sexual del individuo y un hábitat idóneo para
reproducirse y, en el caso de los mecanismos sexuales, la obtención de un compañero o
compañera idóneo para reproducirse, para luego proceder a la cópula, la fecundación, la
gestación y el nacimiento.

Dependiendo de la especie y del mecanismo, se podrá dar origen a uno o varios


descendientes según sea el caso.
Ver también: Reproducción de los peces

Reproducción asexual en animales

Las planarias pueden reproducirse asexualmente dividiendo su propio cuerpo.


Si bien la mayoría de los animales se reproducen sexualmente, la reproducción animal no
es estrictamente sexual, y muchas especies disponen de mecanismos asexuales (de uso
regular o de emergencia) para reproducirse. Sin embargo, vale aclarar que esta clase de
reproducción se observa en las especies animales más primitivas y, por lo general, simples
ya que aunque es más costosa y exigente la reproducción sexual es mucho más conveniente
para la mayoría de las especies.

La reproducción asexual siempre engendra individuos genéticamente idénticos al


progenitor y existen distintos tipos:

 Bipartición. Ocurre cuando el animal, generalmente unicelular, se divide a sí


mismo en dos mitades idénticas, cada una de las cuales dará origen a un
descendiente joven. Es el caso, por ejemplo, de las planarias.
 Escisión. Este procedimiento también ocurre cuando algunos individuos
pierden un miembro o una región del cuerpo, que al regenerarse permite el
surgimiento de dos individuos completos idénticos, como ocurre con los brazos
de las estrellas de mar.
 Gemación. Consiste en que al individuo maduro le nace un bulto o “yema” en
alguna región de su cuerpo, que crece y se desarrolla hasta formar un individuo
nuevo e idéntico, y que puede entonces desprenderse del cuerpo del padre y
llevar una vida independiente, o quedarse adherido y formar una colonia. Este
es el mecanismo reproductivo de los corales y las esponjas marinas.

Más en: Reproducción asexual


Reproducción sexual en animales

Los animales ovíparos nacen de huevos fecundados.


En esta categoría veremos aquellos mecanismos que involucran la unión de dos
progenitores distintos y separados (procedimientos biparentales) y también aquellos
mecanismos excepcionales que, en ciertas especies, permiten la reproducción sexual a
partir de un único y mismo progenitor (hermafroditismo y partenogénesis).

El rasgo distintivo común de todos los mecanismos mencionados previamente, es que


implican la necesidad de creación de gametos: células sexuales diferenciadas, o sea,
óvulos en el caso de la hembra y espermatozoides en el caso del macho, que al unirse
dentro o fuera del cuerpo materno (dependiendo de la especie), dan lugar a la formación de
un individuo nuevo.

La fusión de un óvulo con un espermatozoide da lugar a un cigoto que origina un


nuevo individuo (aunque vale aclarar que en la mayoría de los animales, la hembra
produce más de un óvulo, lo que permite la formación de más de un cigoto).

Existen distintas formas de reproducción sexual:

Según el lugar donde se produce la unión de los gametos:

 Apareamiento por fecundación externa. Ocurre cuando el encuentro entre los


gametos no ocurre dentro del cuerpo de la hembra, sino en el medio ambiente.
En ese caso, el desarrollo embrionario también es externo y los cigotos y
embriones se desarrollan dentro de huevos, que son blandos y deben
permanecer en el agua para no secarse. Este mecanismo es característico de los
animales ovulíparos (los peces).
 Apareamiento por fecundación interna. Ocurre cuando el encuentro de los
gametos se da dentro del cuerpo materno, después del coito durante el cual el
macho introduce físicamente su esperma en el sistema reproductivo de la
hembra. Dentro de la hembra los cigotos se desarrollan hasta cierto punto,
dependiendo del tipo de nacimiento de la especie:
 En animales ovíparos. La hembra fecundada procede a depositar
los huevos en el medio ambiente o en algún tipo de nido, donde
maduran hasta liberar las crías ya formadas.
 En animales vivíparos. No existen huevos, sino que las crías se
desarrollan dentro del cuerpo materno (en un saco uterino) hasta su
formación completa, y son finalmente expulsados al medio ambiente
a través del parto.
 En animales ovovivíparos. La hembra lleva los huevos fecundados
dentro de su cuerpo, hasta el momento en que eclosionan y entonces
las crías son liberadas al medio ambiente.

Según si interviene uno o dos individuos:

 Reproducción biparental. Son mecanismos reproductivos que involucran a un


macho y una hembra, que ya han alcanzado la madurez sexual, y que mediante
diferentes procedimientos ponen en contacto sus gametos para dar vida a una
nueva generación de miembros de la especie. Es el caso de la reproducción de
los mamíferos, incluido el ser humano.
 Reproducción por hermafroditismo. Algunas especies animales poseen
adultos monoicos, o sea, que poseen los dos sexos a la vez y, por lo tanto,
pueden actuar como hembras o como machos según la ocasión lo amerite,
pudiendo incluso llevar a cabo una autofecundación: el individuo adulto
fertiliza sus propios gametos femeninos, cuando no están dadas las condiciones
para que lo haga otro miembro de la especie. Sólo algunos invertebrados como
los anélidos, gusanos y caracoles, y algunas especies de peces y de ranas son
capaces de reproducirse de este modo.
 Reproducción por partenogénesis. Muchas especies capaces de reproducirse
de manera biparental, pueden hacerlo también mediante un procedimiento
alternativo, que es la partenogénesis y que es, en sentido estricto, asexual. En
este caso, un gameto femenino no fecundado se desarrolla hasta formar un
embrión genéticamente idéntico a su progenitor, dando vida a un individuo
nuevo, clónico, pero haploide (que posee la mitad del genoma de su
progenitor). Muchos artrópodos, como las hormigas, se reproducen de este
modo: la hembra reina es fértil, a diferencia de las obreras, y tras aparearse con
el macho puede fecundar sus huevos y producir nuevos miembros de la colonia,
que son siempre hembras y diploides (genoma completo). Los machos, en
cambio, son producidos de manera esporádica y son haploides, ya que su única
función es fecundar a la reina, razón por la cual se les conoce como zánganos.
Cultura inca

Qué fue la cultura incaica?


Se conoció como la civilización inca, civilización quechua o la cultura incaica (a veces
también escrito inka), a una de las culturas precolombinas más importantes. Esta
civilización regía un poderoso Imperio en Sudamérica cuando llegaron los
conquistadores españoles en 1532.

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Este Imperio incaico fue la mayor organización política precolombina de América, y
floreció entre los siglos XV y XVI. Se extendía desde la costa pacífica sudamericana hasta
las cimas andinas, y desde los actuales territorios del Ecuador, Colombia y Perú, hasta los
de Bolivia y parte Chile y Argentina.

Su capital era la ciudad sagrada de Cusco, en el actual territorio peruano. Desde allí,
dominaron la región hasta su caída frente a los españoles en 1540, quienes encabezados
por Francisco Pizarro acabaron con el modo de vida quechua y dieron inicio al Virreinato
del Perú. Hubo focos de resistencia incaica (los llamados Incas de Villacabamba) hasta
1572.

Los incas fueron los descendientes más tardíos de una de las cunas de la humanidad,
ubicada en Norte Chico, entre Chile y Perú. Junto a la mesoamericana, esta fue la
expresión originaria humana más importante de América.

Mucha de su cultura pervive todavía, en regiones sudamericanas de importante


presencia indígena. También se conserva en relatos y tesoros recuperados durante la época
colonial que prosiguió a la conquista.

Puede servirte: Cultura azteca

Origen de la cultura inca


La civilización incaica surgió formalmente hacia el siglo XII d. C., con el asentamiento
de las familias fundadoras en el valle de Cusco, provenientes de la cultura Tiahuanaco o
Tiwanaku bajo asedio de sus enemigos Aymaras. Luego de dos paradas en Huanacancha y
Pallata, estos grupos encontraron refugio en Cuzco.

Los primeros asentamientos asimilaron por la fuerza a las tribus pre-incaicas de la región,
incorporándolas a lo que los incas denominaron el Tawantinsuyu (en quechua “las cuatro
partes”), que es como llamaron en su lengua al naciente imperio. Así desarrollaron una
poderosa urbe prehispánica que llegó a albergar a varios miles de habitantes.

Según la tradición incaica, el guerrero Manco Cápac fue el organizador y primer


regente de los incas en Cuzco, protagonista de uno de los principales mitos fundacionales
incaicos, en el cual se le describe a él y a su esposa Mama Ocllo como fruto de la unión en
el Lago Titicaca de la diosa Quilla, la Luna, y el dios Inti, el Sol.

Ubicación de la cultura inca

La cultura inca se extendió por la costa occidental de Sudamérica.


La civilización incaica floreció en el centro-oeste de Sudamérica. En sus momentos de
mayor poderío llegó a controlar los territorios de Ecuador, Perú, Bolivia, parte de
Colombia, norte de Argentina y de Chile, especialmente en la región costera y en el
piedemonte andino.

Allí gozaron de la enorme variedad ecológica de los Andes. Además, supieron dominar las
a veces áridas condiciones de vida para construir una serie de civilizaciones florecientes,
de las cuales el Imperio incaico fue su última y máxima expresión.

Características de la cultura inca


Además de Machu Picchu, la arquitectura inca se observa en sitios como Ollantaytambo.
Los incas fueron la última gran civilización precolombina de América, en gran medida
porque supieron recoger e integrar los conocimientos científicos, artísticos y
tecnológicos de sus antecesores, y potenciarlos.

Su lengua, el quechua (kechwa o kichwa) aún persiste entre las antiguas poblaciones de


su Imperio, y formaba parte de las lenguas oficiales o vehiculares del mismo, junto al
aymara, mochica y poquina, lo cual hace suponer que su cultura tenía importantes tratos
con sus pueblos vecinos.

En su apogeo construyeron una obra arquitectónica de importancia, de la cual aún


persisten ruinas como las célebres del Machu Picchu, entre otros vestigios en sus
principales ciudades como Písac, Ollantaytambo, o la fortaleza ceremonial de
Sacsayhuamán, a dos kilómetros de Cuzco.

La escultura, la música, la literatura y la pintura fueron artes muy cultivadas por los Incas,


junto a la textilería, orfebrería y la cerámica, con fines prácticos y también ceremoniales.
Destaca su ritual de momificación, especialmente para preservar cuerpos de reyes y nobles
fallecidos, los cuales eran exhibidos durante ceremonias rituales para recibir la veneración
de su pueblo.

Organización social de la cultura inca


La sociedad incaica se estructuraba en base al Ayllu, concepto que podría traducirse
como linaje, comunidad, genealogía, parentesco o casta. Es decir, la tenencia de un
antepasado común, real o mitológico hermanaba a los ciudadanos y los organizaba
para emprender el trabajo, como la agricultura comunal, el servicio militar, etc.
Cada Ayllu tenía un curaca o jefe, que lideraba al resto por ser un anciano sabio, y
un sinchi, guerrero y comandante elegido entre los pobladores más fuertes.

Esto no significa que no hubiera clases sociales. De hecho, la nobleza y el pueblo estaban


bien diferenciados en la sociedad incaica, teniendo cada una distintos niveles jerárquicos,
del siguiente modo:

 Nobleza. Conformada por héroes militares, sacerdotes o ciudadanos ilustres, así


como por los curacas de nacionalidades derrotadas, que obedecían al Imperio y
representaban la aristocracia local, sometida por los incas. La nobleza distinguía
entre:
 La realeza o corte imperial. Entre ellos el monarca (inca) y su
esposa (coya), y los príncipes legítimos (auquis).
 Los nobles de sangre. Descendientes de los reyes incas y
funcionarios de alto rango del Imperio, como gobernadores,
sacerdotes, etc.
 La nobleza por privilegio. Donde estaban los ciudadanos cuya
actuación destacada en la guerra, el sacerdocio u otras artes les había
ganado el título de ciudadano noble.
 Pueblo. El común de los habitantes del imperio incaico, dedicados a labores
pedestres como la siembra, la pesca, la artesanía o el comercio. Dependiendo de
su oficio o condición podían llamarse:
 Huatunrunas. Campesinos y ganaderos.
 Mitmaqkunas. Colonizadores y conquistadores de nuevas tierras.
 Yanas. Siervos y prisioneros de guerra.
 Mamaconas. Mujeres textileras y cocineras que podían ser esposas
secundarias del Inca o de otras autoridades.
 Pampayrunas. Prisioneras obligadas al ejercicio de la prostitución.
 Pinas. Esclavos y prisioneros de guerra sometidos al Estado para
labores agrícolas.

Organización política de la cultura inca


Los incas tuvieron una de las organizaciones políticas más avanzadas de toda la América
precolombina. Se trataba de una monarquía, pero con un altísimo nivel de
compromiso respecto al bienestar de sus súbditos, garantizando de un modo u otro la
satisfacción de todas las necesidades básicas: alimento, vivienda, vestido, salud y sexo.

Lejos de ser una monarquía absolutista a la europea, el Imperio incaico era regido por
una diarquía, es decir, dos monarcas, uno en Cuzco alto (Hanan cuzco) y otro en Cuzco
bajo (Harin cuzco).

El primero controlaba especialmente los aspectos cívicos, políticos, económicos y militares


(el Sapa Inca), y el otro concentraba el poder sacerdotal (el Willaq Umu), y si bien su
jerarquía era levemente menor, era también influyente en las decisiones imperiales.
Los demás cargos políticos, ocupados por la nobleza, se organizaban de la siguiente
manera:

 El Auqui. Se trata del príncipe heredero, que ejercía el cogobierno junto a su


padre como una forma de preparación para el cargo. Era escogido entre todos
los hijos varones del Inca y la Coya, de modo que era designado por mérito y
no por mayorazgo.
 El Tahuantinsuyo Camachic. El Consejo Imperial, estaba compuesto por
cuatro apus, que gobernaban cada uno de los cuatro suyos o regiones del
Imperio: Chinchansuyu, Cuntinsuyu, Antisuyu y Collasuyyu. Estos estaban
respaldados por 12 consejeros secundarios.
 Los Apunchic. Esto es, los gobernadores, con atribuciones político-militares,
que respondían directamente al consejo o al Inca, y que eran garantes de
estabilidad en sus regiones.
 El Tucuirícuc. Su nombre significaba “El que todo lo ve”, y era una suerte de
veedor y supervisor imperial, que controlaba a los funcionarios de cada
provincia y estaba facultado para asumir, en caso de ser necesario, la autoridad
local.
 El curaca. El jefe de cada ayllu o comunidad, equivalía más o menos a un
cacique. Generalmente era el más anciano y sabio de su pueblo, aunque podía
ser designado por las autoridades expresamente. Era quien se ocupaba de
la justicia, la recolección del tributo y de mantener el orden.

Economía de la cultura inca

Además de la agricultura, los incas desarrollaron la ganadería de camélidos.


Su aparato productivo era fundamentalmente agrícola. Se asignaba por comunidad o
ayllu, turnándose en el cultivo solidario de las parcelas (en un sistema de terrazas muy
particular), el cultivo de las tierras del Rey y el cuido de sus rebaños, y la labor para
el Estado que consistía en trabajar en obras públicas: caminos, puentes, templos, palacios,
etc.

La economía de los quechuas era estricta y diligentemente controlada por el Estado. El


trabajo era obligatorio y proporcional a la edad. Además de la agricultura, estaba el
servicio militar, obligatorio para todos los hombres, y la labor de mensajería o chasquis,
que podía comunicar distintas regiones del imperio rápidamente mediante un sistema de
relevos.

Se estima que cultivaron más de ochenta especies vegetales, como la papa (casi 200


variedades), el maíz (domesticado de modo independiente al mesoamericano), el camote,
la quinua, la ruba, el tomate, el maní, la mandioca, la palta y el frijol.

También cultivaron plantas textiles como el algodón y el magüey, o recreacionales como el


tabaco y la coca. La labor ganadera consistía en la cría de camélidos andinos como la
alpaca, la llama o la vicuña, y la pesca se realizaba en lagos y sobre todo en las costas del
Pacífico.

Por otro lado, el trueque era una actividad fundamental, tanto dentro del Imperio como
con las comunidades vecinas, y sus rutas de intercambio se extendían hasta más allá de las
fronteras imperiales. Se piensa que la navegación comercial incaica habría llegado hasta
tierras tan lejanas como las actuales Panamá y Costa Rica.

Religión de la cultura inca


Como otros pueblos precolombinos, el quechua era profundamente religioso y sus ritos
místicos formaban parte importante de la cotidianidad y de sus festividades. A
diferencia de las religiones europeas, no tenían un dios padre central, aunque un lugar
destacado de su culto era dedicado a Wiracocha.

Eran politeístas y panteístas. Tenían un panteón de divinidades locales, regionales e


imperiales, a las que correspondían fenómenos naturales como el sol (Inti), la luna (Mama
Quilla), el relámpago (Chuqui illa).

Otras deidades representaban ideas mucho más complejas como la Pachamama (diosa


madre de la tierra y la fertilidad), Pachacámac (dios fecundador de la tierra y causante de
los sismos y del cultivo).

Su comprensión de lo divino giraba en torno al concepto de camaquen, una suerte de


fuerza vital que animaba todo lo que existe, presente inclusive en los muertos,
las montañas y en los seres sagrados.

Además, tenían lugares de culto conocidos como huacas, a cargo de los sacerdotes que


además cumplían con funciones oraculares, organizaban ofrendas, celebraciones y
sacrificios. Estos últimos generalmente involucraban animales, hojas de coca y raras veces
humanos.

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