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Recordemos que la visión convencional sobre el funcionamiento de una economía abierta supone
que las devaluaciones son expansivas.
En otras palabras, cuando sube el tipo de cambio real, aumentan las exportaciones y caen las
importaciones. De este modo, cambia la composición del producto, pero sin afectar negativamente el
nivel de actividad económica.
Es decir, domina el EFECTO PRECIO, y no el EFECTO INGRESO deuna devaluación. Vale la
condición MARSHALL-LERNER.
LA VISION CONVENCIONAL
• La economía dependiente o periférica se caracteriza por presentar dos sectores que operan bajo
condiciones de productividad muy diferentes: el sector primario “A”, capaz de producir al nivel de precios
internacionales vigente -“sector transable”-; por el otro, la industria “I”, que es “intrínsecamente no
transable”.
• Los equilibrios interno y externo se alcanzan simultáneamente, por la vía de cambios en la distribución del
ingreso que inducen ajustes en los precios relativos de modo tal de que el nivel y la composición de la
demanda sean compatibles con el pleno empleo y el balance de las cuentas externas.
LA VISION ESTRUCTURALISTA
• Relaja dos supuestos fundamentales del enfoque convencional:
- la visión del salario real como una variable de ajuste y;
- el carácter residual de las exportaciones,
• Llega a resultados marcadamente diferentes en relación a la posibilidad de que la economía alcance de
manera espontánea el pleno empleo y el equilibrio del balance de pagos.
• Emplearemos el enfoque de Diamand para ilustrar las diferencias con el enfoque convencional.
• Bajo una EPD, el sector relativamente más atrasado, la industria, es considerado un bien transable al igual
que el bien primario
• El sector I opera a un nivel de precios considerablemente mayor al internacional y, por lo tanto, su
viabilidad sólo es posible gracias a la introducción de medidas proteccionistas
• De la comparación entre los precios de autarquía y los precios de libre comercio –con - surgen tres posibles
patrones de especialización, dependiendo de las condiciones técnicas y de la distribución (en particular, del
valor que adquiera E).
• El patrón de especialización coincidirá con el que predicen las «ventajas comparativas»: la economía
doméstica se especializará completamente en la producción del bien A, mientras que el sector I no será
viable a menos que sea protegido de la competencia internacional.
• De acuerdo a la visión estructuralista, y a diferencia del enfoque convencional, no hay razón para que E
ajuste para restablecer el equilibrio externo.
En el mundo real, cualquier intento de disminuir los salaries reales enfrenta una gran resistencia. La presión
social que siempre aparece en apoyo de mayores salaries reales se multiplica en intensidad cuando se toman
medidas que intentan reducirlos. Psicológicamente, una vez alcanzado determinado nivel salarial, este se
convierte en estándar de referencia “normal” y su reducción es interpretada como una violación de los
derechos adquiridos. De esta forma, mientras la teoría económica trata a los salaries reales como una
variable de ajuste de acuerdo a las fuerzas del mercado, para las sociedades modernas su preservación es un
objetivo fundamental
• Notemos que la posibilidad de fijar exógenamente el salario real requiere, como condición necesaria,
suponer la ausencia de libre movilidad de capitales entre países. En efecto, bajo libre movilidad la economía
doméstica se vería imposibilitada de funcionar persistentemente con una tasa de interés (y tasa de ganancia)
diferente de su nivel. Cabe remarcar que los controles de capital eran característicos del régimen monetario
internacional de Bretton Woods, vigente desde la segunda posguerra hasta comienzos de los años ’70.
• El pensamiento estructuralista de Diamand se aparta del supuesto altamente restrictivo de que la economía
doméstica no enfrenta problemas para colocar sus saldos exportables al precio internacional vigente
• Frente a un déficit de cuenta corriente inicial, el aumento de E no tiene necesariamente impacto sobre el
nivel de exportaciones, que pueden considerarse autónomas
• Notemos que, si inicialmente la economía se encontraba operando al nivel de pleno empleo, una vez
eliminado el déficit externo habrá desempleo persistente.
• Ello se debe a que, a diferencia de la visión convencional, el salario real no ajusta, por lo que no entran en
funcionamiento los mecanismos que llevarían a la economía espontáneamente hacia el pleno empleo ante un
exceso de oferta de trabajo.
• Bajo una EPD el nivel de actividad de cada sector estará determinado por su correspondiente nivel de
demanda efectiva. En el caso del sector A, su producción abastecerá al consumo local de alimentos y
a las exportaciones. Mientras que las segundas pueden considerarse autónomas o independientes del nivel de
ingreso doméstico, las primeras dependerán del nivel de empleo agregado y de la participación del bien A en
la canasta de consumo de los trabajadores.
DIFERENCIACIÓN CAMBIARIA
• Es la principal recomendación de política que propone Diamand para resolver el problema de la EPD
• Implica el establecimiento de un tipo de cambio relativamente bajo para el sector primario y otro más alto
para el sector industrial, con el fin de acercar los costos internos de la producción industrial al nivel
internacional, y así, permitir que el sector exporte su producción.
• No sólo permite incrementar el nivel de producto de equilibrio interno, sino que simultáneamente relaja la
restricción externa y, por ende, incrementa el de equilibrio externo.
REFLEXIONES FINALES
• La tendencia espontánea de la economía hacia el pleno empleo y el equilibrio del balance de pagos reside
en supuestos altamente restrictivos que adopta la visión estándar: la flexibilidad salarial, la naturaleza
residual de las exportaciones y la suficiente sensibilidad de la composición de la demanda final ante cambios
en los precios relativos.
• Estos problemas teóricos, sumado a la abundante evidencia empírica de que en las economías
latinoamericanas las devaluaciones han sido históricamente fuertemente regresivas y recesivas, sugiere
descartar la visión convencional como marco conceptual relevante para dar cuenta de la realidad de estas
economías.
PREBISCH
• El cuestionamiento a las ventajas comparativas y a la necesidad de propiciar la industrialización toman tal
vez un primer carácter definido con la contribución de Prebisch (1949).
• Prebisch no cuestiona los fundamentos teóricos que dan lugar a las Ventajas comparativas:
«Es cierto que el razonamiento acerca de las ventajas económicas de la división internacional del trabajo es
de una validez teórica inobjetable». El problema es que dicho razonamiento se basa en una premisa
«terminantemente contradicha por los hechos». «Según esta premisa, el fruto del progreso técnico tiende a
repartirse parejamente entre toda la colectividad, ya sea por la baja de los precios o por el alza equivalente
de los ingresos. Mediante el intercambio internacional, los países de producción primaria obtienen su parte
en aquel fruto. No necesitan pues, industrializarse». «La falla de esta premisa consiste en atribuir carácter
general a lo que de suyo es muy circunscripto […] Las ventajas del desarrollo de la productividad no han
llegado a la periferia, en medida comparable [a los países industriales]» Esta asimetría impide el desarrollo
de la periferia porque obstaculiza el ahorro, ergo el crecimiento: «De ahí las diferencias, tan acentuadas, en
los niveles de vida de las masas de estos y de aquélla, y de las notorias discrepancias entre sus respectivas
fuerzas de capitalización, puesto que el margen de ahorro depende primordialmente del aumento de la
productividad»
• La industrialización es necesaria para elevar el nivel de vida de la periferia.
• La industrialización en AL «no es incompatible» con el desarrollo del sector primario, porque es necesario
contar con las divisas que permitan importar los bienes de capital que necesita el proceso de
industrialización.
«La industrialización de América Latina no es incompatible con el desarrollo eficaz de la producción
primaria. Por el contrario, una de las condiciones esenciales para que el desarrollo de la industria pueda ir
cumpliendo el fin social de elevar el nivel de vida, es disponer de los mejores equipos de maquinaria e
instrumentos, y aprovechar prontamente el progreso de la técnica, en su regular renovación. La
mecanización de la agricultura implica la misma exigencia. Necesitamos una importación considerable de
bienes de capital, y también necesitamos exportar productos primarios para conseguirla»
• Problema: Prebisch observa que el crecimiento de la industria y del empleo aumenta las importaciones, «y
en muchos casos, las exportaciones resultan insuficientes para satisfacer aquéllas» (p. 67)
• Prebisch ve en la tendencia secular a la caída de los términos de intercambio un obstáculo al crecimiento
sostenido de la industria.
• Cada vez se necesita un mayor volumen de exportaciones para satisfacer un cierto volumen de
importaciones.
• O dado un equilibrio en el comercio, el crecimiento de los países del centro es mayor que el de los países
de la periferia.
DEPENDENCIA TÉCNICA
• Período de posguerra (1950s y 1960s)
• Sistema financiero internacional organizado bajo las reglas de Bretton-Woods: regímenes de tipo de
cambio fijo y controles de capital
• Desequilibrios del balance de pagos se manifiestan en déficits de cuenta corriente.
• Procesos de industrialización en marcha en economías periféricas latinoamericanas.
DEPENDENCIA FINANCIERA
• Hacia comienzos de los años 70 EE.UU. abandona la paridad del dólar con el oro
• Colapsa el sistema de Bretton-Woods
• Expansión global de regímenes de tipo de cambio flotante
• Desregulación financiera y eliminación de los controles de capital
• Creciente relevancia de la cuenta capital en el balance de pagos
• Tasa de interés doméstica determinada por la tasa de interés definida por el centro financiero mundial.
• El salario real no puede determinarse simplemente por un acuerdo entre trabajadores y empresas. Si este
acuerdo es violatorio de la restricción externa, a juicio de los ahorristas y otros tenedores de activos, su
vigencia va a estar sometida a las presiones alcistas del tipo de cambio y de la tasa de interés. Los
operadores del mercado financiero poseen así un derecho de veto sobre las políticas de ingreso