Gracias al trabajo, el hombre puede subsistir. Se observa que el ser humano ha
pasado de recolectar sus alimentos a ser capaz de producirlos. En la sociedad burguesa, el 90% del capital está en manos de los burgueses, la clase social que empleó las revoluciones para convertirse en la clase dominante. Para obtener este capital, los burgueses no dudarán en aprovecharse de los trabajadores, el proletariado, verdadero motor de la sociedad de nuestros tiempos. La mayoría de las sociedades no contaban con especialistas que recolectasen los alimentos, pero sí que había una división del trabajo. El trabajo se define por tanto como la posibilidad que tiene el hombre de adecuar especialmente el entorno a sus necesidades como condición a la misma supervivencia. Engels lo define como “la condición básica y fundamental de toda la vida humana, el trabajo ha creado al hombre”.