Está en la página 1de 7

IGUALDAD EN MATERIA ALIMENTARIA

Por Thomson Reuters En 29 julio, 2016 · Añadir comentario · En Jurisprudencia

HECHOS

La Cámara confirmó la sentencia que desestimó la pretensión alimentaria de la ex cónyuge y fijó


una cuota a favor del hijo adolescente de las partes.

SUMARIOS

A fin de determinar la procedencia de un reclamo alimentario entre cónyuges no debe estarse al


género del peticionante ni a la orientación sexual sino a las circunstancias del caso concreto, ello
por aplicación del principio de igualdad consagrado expresamente en el nuevo derecho
matrimonial (art. 402, Código Civil y Comercial).

La pretensión alimentaria incoada por la ex cónyuge por derecho propio debe rechazarse si nada
refiere en orden a la situación económica social existente durante la convivencia, roles de cada
uno dentro de la pareja o tareas que desarrollaba, pues, en tales condiciones, no hay elemento de
convicción que refleje las necesidades aducidas en la demanda y que generen una obligación
alimentaria en cabeza de su ex pareja, ello aun cuando los testimonios recolectados den cuenta
que durante la vida en común la situación pudo haber sido más holgada.

La cuota alimentaria —en el caso, a favor del hijo adolescente— debe liquidarse al día en que se
inició el proceso de mediación, pues una solución contraria erigiría a ese procedimiento en una
carga para el actor y desalentaría la predisposición para negociar frente a la premura de dar por
concluido el trámite previo en miras de franquear el acceso al juicio.

FALLO

Expte. 41267/2014. – “C., G. y Otro c/ R., C. A. s/Alimentos” – CNCIV – SALA C – 31/03/2016


///nos Aires, marzo de 2.016.

Y VISTOS: CONSIDERANDO:

I.- Contra la sentencia de fs. 257/259 que desestimó la pretensión alimentaria de la actora, G. C.
por sí, y fijó en $ 8.000 la cuota que deberá abonar el Sr. C. A. R., a favor de su hijo, M. A. R., se
alzan ambos. La actora funda agravios a fs. 270/281, los que son contestados a fs. 291/292, y el
accionado a fs. 286/289, contestado a fs. 297/300.

A fs. 309/312 dictamina la Sra. Defensora de Menores de Cámara.

II.- El accionado, en primer lugar, solicita se declare la nulidad de la sentencia, toda vez que la
misma se funda únicamente en normas de equidad, sin ser fuente de derecho y sin que exista
prueba alguna que establezca sus ingresos y gastos patrimoniales.

La nulidad de la sentencia, sea definitiva o interlocutoria, sólo procede cuando ésta adolece de
vicios o defectos de forma o construcción que la descalifican como acto jurisdiccional (art.253,
C .Proc.), es decir, cuando se ha dictado sin sujeción a los requisitos de tiempo, lugar y forma
prescriptos por la ley adjetiva (arts.34, inc.4 y 163, cód.cit., CNCiv., Sala C, in re “El Abuelo Loco c/
De la Serna s/ ejecución”, del 23-12-13; id.id., in re “Suárez, J. s/ sucesión”, del 13-3-14 y sus citas).

Lo dicho, bastaría para desestimar la nulidad pretendida, toda vez que no puede ser utilizada para
de las discrepancias de las partes con los fundamentos a través de los cuales los jueces de laCausa
apoyan sus decisiones en el ámbito de su jurisdicción excluyente.

En efecto, del pronunciamiento bajo estudio no se aprecia que exista un apartamiento de la


solución normativa o de las constancias de la causa que habilite la articulación de la sanción
pretendida.

III.- Dicho esto, se destaca que la actora se agravia de que se haya desestimado la pretensión
alimentaria a su respecto, como del exiguo monto reconocido a favor de su hijo, M. A. R.. Por su
parte, el accionado critica el monto asignado, pero por elevado e injustificado al no tener sustento
probatorio que lo respalde. La actora pretende se eleve a $17.000 mensuales (ver fs. 277, 1er
párrafo), en tanto el emplazado se reduzca a $2.500, con más los accesorio por el pago de cuota
del colegio y celular (ver fs. 287, in fine).-

IV.- El art. 432 del Código Civil y Comercial de la Nación, establece que “Los cónyuges se deben
alimentos entre sí durante la vida en común y la separación de hecho…”.

Estos alimentos, se encuadran dentro de la categoría de fuente legal, es decir, que es la propia ley
la que determina su procedencia. En este sentido, se recoge la posición de la doctrina y
jurisprudencia imperante durante la vigencia del art. 198 del Cód. Civil, que admitió los reclamos
de alimentos durante la separación de hecho, pues el deber alimentario entre cónyuges no
encuentra su fundamento en el deber de cohabitar, sino en el sistema de asistencia espiritual,
moral y material propia del matrimonio (conf. Kemelmajer de Carlucci- Herrea-LLoveras “Tratado
de Derecho de Familia, según el Código Civil y Comercial de 2014”, T. I, p. 265, com. art. 432).-

Se mantiene la idea de igualdad, desde que el nuevo derecho matrimonial tiene la consagración
expresa de este principio (conf. art. 402 del C.C. y C.), de modo que para determinar la
procedencia o no del reclamo no debe estarse al género del peticionante ni a la orientación sexual,
sino a las circunstancias del caso concreto, valorando las características del grupo familiar, la
distribución de los roles de cada pareja, las posibilidades de cada uno, la existencia de bienes
productores de rentas, y todo otro elemento que pueda servir para precisar la necesidad
alimentaria y la posibilidad del demandado de atender a ella (conf. ob. cit., T. I, p. 261, com. art.
432).

A partir de lo dicho, asiste razón al sentenciante al desestimar el reclamo por derecho propio que
formula la actora, desde que resulta nulo el desarrollo efectuado a los fines de dar crédito a su
pretensión, desde que nada refiere en orden a la situación económica-social existente durante la
convivencia, roles de cada uno en la pareja, tareas y/o actividades que desarrollaba, etc.

Ello, sumado a los escasos e insuficientes elementos probatorios recolectados, los que si bien por
un lado darían cuenta que durante la vida en común la situación pudo haber sido más holgada (cfr.
declaraciones de los testigos), cierto es que la actora carece de gastos en lo que a vivienda se
refiere desde que habita en el domicilio que era sede del hogar conyugal, es técnica óptica (ver fs.
184) y según dichos de los testigos laboraría de su profesión, como en casas de familia,
manteniéndose por sus propios medios (ver fs. 210, preg. 17; fs. 213, preg. 16 y fs. 225 vta. preg.
217).-

En consecuencia, visto que ningún elemento de convicción se arrió que refleje las necesidades que
vagamente se aducen en su escrito introductorio y que generen una obligación alimentaría en
cabeza de su ex pareja sobre la base de los principios antes expuestos, no cabe más que
desestimar en este punto los agravios.-

V.- En lo que hace a la cuota alimentaria fijada para solventar las necesidades del menor M. A. R.,
liminarmente se señala que el art. 265 del Código Procesal exige que el escrito de expresión de
agravios contenga una crítica concreta y razonada de las partes del fallo que el apelante considere
equivocadas.

Recuérdese que corresponde declarar desierto el recurso de apelación si los argumentos


recursivos sólo constituyen una mera reedición de las objeciones ya formuladas en las instancias
anteriores, o, en el mejor de los casos, simples discrepancias con el criterio del a quo, pero distan
de contener una crítica concreta y razonada de los fundamentos que informan la sentencia (Fallos:
324:2745).

En este sentido, el mero disenso o discrepancia con la interpretación efectuada en el fallo en crisis
sin fundamentar la oposición, no importa expresar agravios. (conf. CNCiv. Sala C, R.46.715, del 23-
5-989, entre otros precedentes).

En este sentido, véase que el escrito de agravios presentado por la actora, en este punto, no
incorpora fundamentos ni argumento alguno que autorice al Tribunal a hacer mérito respecto de
la procedencia de sus quejas, máxime teniendo en cuenta que es una exacta reproducción de su
escrito de inicio, razón por la cual se lo declara desierto.

VI.- Cuestiona el accionado la suma establecida toda vez que no tiene sustento probatorio alguno
en tanto nada se probó en orden a los gastos, como a su ingreso patrimonial.

Ahora, para la determinación del monto de la cuota no es indispensable la demostración exacta


mediante prueba directa de la capacidad económica del obligado, ya que para su apreciación
bastan las presunciones que den una idea aproximada de dicho caudal. Debe buscarse un
prudente equilibrio entre los factores que adquieren relevancia en materia alimentaria, atento a
que la cuota debe guardar relación con las necesidades que tiende a cubrir y la aptitud del
obligado para llenar tal finalidad aunque, con la prevención de que no corresponde escatimar
denuedos o medios que conduzcan al pleno acatamiento de la obligación (conf. C.N.Civ. Sala C, R.
505.277, del 08-07-2008; id. id. R.549.761 del 27-4-2010, entre otros) y que la responsabilidad
asumida con el nacimiento de los hijos exige la realización de los esfuerzos necesarios para
obtener las entradas suficientes para su satisfacción (conf. CNCiv. Ésta Sala R. 495.108 del
13/12/07; id. id. R. 597.311 del 23/5/2011).-

Tal como lo sostiene el Juzgador, la medida de la contribución paterna es superior, atento a que la
madre ejerce la tenencia de los menores y en buena medida cumple con su obligación a través de
su cuidado y atención personal, en tanto que los aportes económicos que la progenitora pudiera
efectuar no deben redundar en alivio de la obligación del padre sino en beneficio de los
alimentados

(conf. CNCiv. Sala C, R. 566.481 del 30/11/2010); y que en razón de ello, si bien es cierto que la
prestación de alimentos corresponde a ambos padres (conf. arts. 265, 267 y concordantes del
Código Civil), también lo es que deben computarse las contribuciones de la madre que, sin un
específico contenido económico, sirven para cubrir múltiples requerimientos de los alimentados
(aseo, atención, etc.) que importan una inversión de tiempo y que disminuyen la posibilidad de
generar mayores ingresos a quien los brinda (conf. C.N.Civ. Sala C, R. 566.481 del 30/11/2010; id.
id. R.596.953 del 7/5/12).-

Asimismo, es sabido que el crecimiento de los hijos aumenta sus necesidades, como así también el
incremento de la canasta familiar y de los precios en general (conf. CNCiv. Sala C, R. 588.800 del
29/5/12).

La cuota alimentaria debe guardar relación con el incremento que, es de suponer, se observe en
sus gastos a medida que su vida de relación y su actividad estudiantil se intensifiquen,
circunstancias éstas que, en concordancia con el criterio jurisprudencial prevaleciente, se suponen
ante la mayor edad (conf. CNCiv., esta Sala, R. 594.743 del 8/3/12).-
En la especie, M. A. tiene 17 años, vive con la madre en el domicilio que era sede del hogar
conyugal y asiste al Instituto Educativo Modelo cuya cuota es abonada por su progenitor (ver fs.
205).-

La accionante, en su escrito de inicio denuncia deudas que mantendría por tarjeta de crédito,
expensas y obra social, gastos por impuestos y servicios, escolares, de vestimenta, aseo, limpieza,
peluquería, como viaje que realizaría el menor a través del colegio y por el que se recauda $200
por mes.

La orfandad probatoria fue total, nada de lo dicho se probó. No obstante, y como se dijo, si se
merita en la edad del niño, se presume, aun ante la ausencia de pruebas concretas, gastos
referidos a alimentación, viáticos, salidas y vestimenta (conf. C.N.Civ. Sala C, R. 52.342 del
19/4/90; id. id. R. 66.257 del 24/5/90 y R. 495.108 del 13/12/07 entre otros).-

Por ello, en atención a la edad de M. A., las necesidades que se presume tiene como adolescente,
costos para la adquisición de bienes y servicios necesarios para su manutención, la cuota fijada por
el magistrado en $8.000 resulta ajustada a derecho y debe confirmarse.

VII.- Finalmente, se agravia el emplazado en tanto el pago de la cuota se fijó retroactivamente a la


fecha de la mediación, solicitando se retrotraiga a la fecha de la interposición de la demanda.-

La cuota alimentaria debe liquidarse al día en que se inició el proceso de mediación. Y ello así, en
tanto la ley 26.589 impone un trámite previo obligatorio a la promoción de la demanda, por lo que
es dable interpretar que la directiva impuesta por el art. 644 del Código Procesal se vio
sustancialmente modificada en este aspecto.-

Una solución contraria a la propiciada, erigiría al procedimiento de mediación en una verdadera


carga para el actor, conspirando seriamente con los fines del instituto, pues desalentaría la
predisposición para negociar frente a la premura

de dar por concluido el trámite previo en miras de franquear el acceso al juicio (conf. CNCiv., esta
Sala R. 594.743, del 8/03/2012; id.id. R.575.939 del 18/4/2012; id. Id R.615.446 del 17/4/2013 y
sus citas).
VIII.- Por todo lo expuesto,

SE RESUELVE: Desestimar los agravios y confirmar en todo lo que fue materia de recurso la
sentencia de fs. 257/259. Las costas se imponen en el orden causado en atención a los
vencimientos parciales y mutuos (art. 71 del Código Procesal). Ponderando el mérito, valor e
importancia de las tareas realizadas, etapas cumplidas, monto en juego, de conformidad con lo
prescripto por los arts. 6, 7, 14, 19, 25, 37 y 39 del Arancel se confirman los honorarios regulados
en la sentencia de fs. 257/259, a favor de la Dra. I. M. A., apelados sólo por altos; los del Dr. H. M.
T., apelados sólo por altos; los de la Dra. A. S. A., apelados sólo por altos y los del Dr. H. P. R.,
apelados también sólo por altos.

Asimismo, se modifican los honorarios regulados a favor del Dr. S. M. R., apelados por altos y
bajos, a la suma de $ 5.760.

Finalmente, de conformidad con lo dispuesto en el Anexo C: Anexo III, art.1° inc. f) del decreto
1467/2011, sólo cabe confirmar la retribución de la mediadora apelada sólo por alta, en tanto
deriva de expresa disposición legal.

Por la labor en Alzada, se regulan los honorarios del Dr. S. M. R., en la suma de $ 11.860 y los del
Dr. H. P. R., en la de $ 1.675, todos los que deberán abonarse en el plazo de diez días corridos.

La Sra. Jueza de Cámara, Dra. Beatriz L. Cortelezzi, no firma la presente por hallarse en uso de
licencia.

Regístrese y notifíquese en los términos de la Acordada 38/13 de la CSJN y a la Sra. Defensora de


Menores en su sede. Oportunamente, devuélvase.

Fdo.: BEATRIZ LIDIA CORTELEZZI – OMAR LUIS DIAZ SOLIMINE

También podría gustarte