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12/3/22, 12:20 La suerte de un embargo trabado en bienes comunes después de disuelta la sociedad conyugal por divorcio del deudor

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María Sara Rodríguez

La suerte de un embargo trabado en bienes comunes


después de disuelta la sociedad conyugal por divorcio
del deudor
"...La tercería de posesión que pretende que se libere del embargo la cuota-parte que corresponde a la
mujer en los derechos comunes debería acogerse. Disuelta la sociedad conyugal por divorcio el marido
responde con sus bienes de las obligaciones sociales (...)Esto no impide que posteriormente el deudor
demande a la mujer para que contribuya a dicha deuda..."
Miércoles, 14 de agosto de 2019 a las 12:51 | Actualizado 11:51
María Sara Rodríguez
Por sentencia de 4 de junio de 2019 (Rol 4902-18-INA) el Tribunal Constitucional desestima el requerimiento de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad deducido por una mujer, tercerista en un juicio ejecutivo de cobro de pagaré contra el
que fuera su marido. La gestión pendiente es un recurso de casación en el fondo ante la Corte Suprema. El Primer Juzgado
de Letras de San Carlos ha rechazado la pretensión de la mujer de que se alce el embargo sobre la cuota-parte que a ella
corresponde en derechos que son comunes por haberse disuelto la sociedad conyugal que tenía con el deudor. La Corte de
Apelaciones de Chillan confirma.

La norma legal que la requirente considera inaplicable es el artículo 1740, numerales 2º y 3º del Código Civil (CCch). A su
juicio, la aplicación de esta norma resultaría inconstitucional por infringir la garantía del artículo 19, numeral 3º CPR. La
requirente alega que por esta norma se vería obligada a responder de obligaciones de las que no tuvo conocimiento, sin un
procedimiento racional y justo dirigido contra ella. El tribunal rechaza el requerimiento de inaplicabilidad. Entre los
fundamentos, se afirma que la razón para rechazar el recurso estaría en que la comunidad entre la requirente y el deudor no
se ha liquidado (Cons. tercero), pero, sobre todo, que el artículo 1740 CCch no es norma que se considere infringida en la
gestión pendiente (Cons. séptimo). A todas luces procedía rechazar. Es más, se trata de un recurso que podría haber sido
declarado inadmisible in limine litis, pues el artículo 1740 CCch no es norma decisoria de la litis en la gestión subyacente, ni la
aplicación de esta norma puede considerarse que vulnera garantías constitucionales. El artículo 1740 CCch simplemente
declara las obligaciones a que está sujeta la sociedad conyugal.

Con todo, interesa la gestión pendiente que motiva este requerimiento. El deudor se encuentra ejecutado por no pago de un
pagaré suscrito el 8 de mayo de 2012. La sociedad conyugal se disuelve por sentencia de divorcio de 4 de abril de 2014. El
embargo contra el que reclama la tercerista se traba en derechos adquiridos a título oneroso por el marido durante la
vigencia del régimen, pero la medida se concreta el 15 de enero de 2015, transcurridos meses de encontrarse firme o
ejecutoriada la sentencia de divorcio. ¿Tiene derecho la mujer para pedir el alzamiento del embargo en la parte que afecta a
su cuota-parte en los derechos comunes? Para responder a esta pregunta hay que distinguir su situación antes y después de
disuelta la sociedad conyugal.

Antes de disolverse la sociedad conyugal “el marido es, respecto de terceros, dueño de los bienes sociales, como si ellos y sus
bienes propios formasen un solo patrimonio, de manera que durante la sociedad los acreedores del marido podrán perseguir
tanto los bienes de este como los bienes sociales; sin perjuicio de los abonos o compensaciones que a consecuencia de ellos
deba el marido a la sociedad o la sociedad al marido” (artículo 1750 CCch). El Código Civil se preocupa de reiterar: “La mujer
por sí sola no tiene derecho alguno sobre los bienes sociales durante la sociedad” (artículo 1752 CCch). Una consecuencia de
esto es que, frente a terceros, no hay comunidad durante la vigencia del régimen. Por tanto, la mujer no podría deducir
tercerías de dominio ni posesión para obtener que se levanten embargos decretados sobre bienes que, respecto de terceros,
son del marido.

La situación cambia al disolverse la sociedad conyugal. En ese momento cesa la administración del marido (artículo 1749
CCch) y cesa la identificación de los bienes sociales con los bienes del marido (artículo 1750 CCch). Solo por renuncia de la

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mujer a los gananciales “los derechos de la sociedad y del marido se confunden e identifican, aun respecto de ella” (artículo
1783). Mientras esto no ocurra, se forma un estado de indivisión que reconoce a cada uno de los dos cónyuges igual cuota-
parte en los bienes sociales (artículo 1774 CCch).

Las obligaciones se dividen igualmente por mitades (artículo 1776 con relación al artículo 1354 CCch). Sin embargo, “la mujer
no es responsable de las deudas de la sociedad, sino hasta concurrencia de su mitad de gananciales” (artículo 1776, inciso 1º
CCch). Esto es lo que se denomina beneficio de emolumento.

Disuelta la sociedad conyugal, los que estaban casados tienen copropiedad en los bienes comunes y esta comunidad es
oponible a los terceros acreedores del marido y de la mujer. Se ha levantado el velo que reputaba al marido dueño de todos
los bienes (artículo 1750) y que impedía a la mujer ejercer derechos sobre los bienes comunes (artículo 1752). La disolución
no es motivo para el que marido se exonere de responsabilidad por las deudas sociales (artículo 1778 CCch). Sin embargo, a
partir de la disolución de la sociedad conyugal responde con su cuota-parte en los bienes comunes y con otros bienes propios
suyos, “salvo su acción contra la mujer para el reintegro de la mitad de estas deudas, según el artículo precedente” (artículo
1778 CCch). El artículo 1777, precedente, se refiere a la responsabilidad de la mujer por las deudas sociales que, según dicha
norma, está limitada “hasta concurrencia de su mitad de gananciales” (artículo 1777).

A consecuencia de la disolución de la sociedad conyugal el marido responde como deudor con sus bienes, incluida su cuota-
parte en los bienes y derechos comunes. No responde con los bienes de la que fuera su mujer, en los que se incluye la cuota-
parte de esta en los derechos comunes. Esto es sin perjuicio de su derecho a repetir posteriormente contra ella, para que
contribuya a esas obligaciones “hasta concurrencia de su mitad de gananciales” (artículo 1777).

En definitiva, un efecto inmediato de encontrarse disuelta la sociedad conyugal al momento de la traba del embargo es que la
mujer puede ejercer derechos sobre la cuota-parte que le toca en los bienes comunes. Entre otros, pedir la partición (artículo
1317 CCch) e interponer tercerías para que se libere dicha cuota-parte de embargos por acciones dirigidas contra el marido,
quien sigue responsable por las obligaciones sociales (artículo 1778). Disuelta la sociedad conyugal, por obligaciones sociales
que tienen por titular al marido los acreedores también podrían perseguir a la mujer, pero esta puede “probar el exceso de la
contribución que se le exige, sobre su mitad de gananciales, sea por el inventario y tasación, sea por otros documentos
auténticos” (artículo 1777).

En consecuencia, la tercería de posesión que pretende que se libere del embargo la cuota-parte que corresponde a la mujer
en los derechos comunes debería acogerse. Disuelta la sociedad conyugal por divorcio el marido responde con sus bienes de
las obligaciones sociales, entre los que se cuenta su cuota-parte en los bienes comunes; pero no responde con la cuota-parte
de la mujer. Disuelta la sociedad conyugal el patrimonio del marido solo se confunde con el de la mujer por renuncia de los
gananciales (artículo 1783 CCch).

Esto no impide que posteriormente el deudor demande a la mujer para que contribuya a dicha deuda “hasta concurrencia de
su mitad de gananciales” (artículo 1778 CCch). El artículo 1740 que parece haber decidido, en parte, la sentencia cuya
invalidez se pide, demuestra que la obligación era social. Pero no obliga a la mujer con sus bienes, incluidos los que tiene en
copropiedad con el deudor después de disuelta la sociedad conyugal. Su responsabilidad es una cuestión posterior de
contribución a las deudas, que se liquida entre los partícipes de la indivisión.

Desde otro punto de vista, la cuota-parte del deudor en una indivisión es embargable, según el artículo 2465 CCch. Según el
artículo 524 CPC, el acreedor puede pedir que se rematen estos derechos sin previa liquidación o, alternativamente, puede
exigir que se liquide la comunidad con intervención suya. El adjudicatario de la cuota-parte pasa a ocupar el lugar del deudor
en la indivisión y tiene todos los derechos que a él correspondían, incluido el de pedir la partición (artículo 1317 CCch). Si se
embarga y adjudica la cuota-parte del deudor en bienes singulares, el adquirente deberá atenderse a las resultas de la
partición. La adquisición subsistirá solo si el bien se adjudica al deudor, pero si se adjudica a un tercero, por el efecto
declarativo de la adjudicación cae el embargo y actos posteriores a él como si fueran sobre cosa ajena. El efecto declarativo y
retroactivo de la adjudicación borra los actos realizados por un indivisario en perjuicio de otros, como los embargos o
gravámenes (Cf. SOMARRIVA, Indivisión y partición, 5ª ed. actualizada, pp. 425-497).

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