Está en la página 1de 1

Cadencia perfecta

Es una cadencia conclusiva que se produce por la sucesión de los grados V


(dominante) a I (fundamental). Hay dos tipos de cadencia perfecta: auténtica e
imperfecta. Para que una cadencia perfecta sea auténtica, el acorde tendrá
que estar en posición de octava (la tónica tendrá que encontrarse en el bajo y
en la voz superior) y dicho acorde no tendrá que estar desplazado, es decir,
tendrá que encontrarse en un tiempo fuerte. Si el acorde de tónica no cumple
uno de estos dos requisitos estaremos hablando de una cadencia imperfecta.
Esta cadencia tiene un carácter muy inconcluso, dado a su grado de
inestabilidad con respecto al acorde fundamental.

Cadencia plagal
La cadencia plagal es una cadencia suspensiva que enlaza
un acorde de subdominante con el de tónica. Tiene sentido resolutivo, aunque no tanto
como puede tenerlo la cadencia auténtica. Tiene un carácter post-cadencial, es decir, se
puede utilizar para confirmar una cadencia más potente como pudiera ser una cadencia
perfecta.

Cadencia rota o deceptiva


Esta cadencia suspensiva se produce cuando en la cadencia perfecta se sustituye el
acorde de primer grado por otro inesperado: suele ser el acorde de sexto grado, pero
también puede ser, a excepción del séptimo grado, cualquier otro, siendo normalmente los
acordes con función de subdominante (el segundo, o cuarto grado). El objetivo de esta
cadencia es retardar la resolución de una frase armónica. Las cadencias deceptivas
pueden ser de dos tipos: diatónicas y no diatónicas.

También podría gustarte