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Mi nombre es Julián Rodríguez natural

de Tarancon provincia de Cuenca, pero

actualmente vivo en Alcorcón donde

trabajo como aparejador para una gran

empresa constructora de este país. A mi

cargo trabajan 8 operarios con todos me

llevo bien bastante bien y nunca he tenido

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ningún problema. Soy soltero tengo un

piso, donde vivo solo y hasta ahora no

tengo problemas ni económicos ni

personales de resonancia. Habiéndome

presentado comenzare a relatar lo que yo

llamo la odisea de mi vida.

Ángel Suárez, uno de mis operarios,

nos dio la noticia que iba a ser padre, su

mujer dio a luz a un niño que los lleno de

felicidad a la pareja, era su primer vástago

y quiso celebrarlo por todo lo alto, invito,

como no podía ser de otra manera, a todos

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los que trabajábamos con él en la obra que

estábamos realizando.

Ángel ilusionado después de ver que

su hijo y su mujer estaban bien, lleno de

orgullo prometió que la celebración iba a

ser un día grande, mientras repartía puros

entre todos los compañeros que entre

abrazos, risas y bromas le dábamos la

enhorabuena. Nos citó, no sin insistir que

no podía faltar nadie, al domingo de la

semana siguiente para asistir al bautizo.

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Aquel domingo me desperté y empecé

a prepararme para asistir a la celebración.

Salí de casa con tiempo para llegar sin

prisas al lugar de la celebración, después

de la ceremonia religiosa nos instaron a

reunirnos en el lugar que habían preparado

para la celebración del evento. Cuando

llegamos me vi sorprendido de ver la

cantidad de gente que allí nos habíamos

reunidos, no soy propenso a frecuentar

estas reuniones, desde que salí de mi

pueblo, y debo decir que me sorprendió

gratamente. Ángel me presento a su mujer

y a su hijo recién nacido, les di la

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enhorabuena, alabe lo bonito que era el

niño y me retire buscando un refrigerio. La

gente se reunía en corrillos donde se oían

risas y chascarrillos entre cervezas, vinos y

aperitivos, allí estaban mis compañeros de

trabajo y gente nueva para mí que en un

primer momento era un poco reticente a

juntarse con gente desconocida, pero que

según la fiesta se iba alargando las

reticencias eran menos y los asistentes se

fueron mezclando y presentándose entre

sí.

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Julián me presento a su prima

empezamos a charlar y conocernos, yo no

sé el tiempo que paso pero creo que

estuvimos hablando casi toda la fiesta

hasta la hora que tuvo que irse, me sentía

a gusto hablando con ella y ella estaba a

gusto conmigo y cuando llegó la hora de

despedirnos nos dimos los teléfonos para

llamarnos y poder quedar otro día.

Cuando llegue a casa me puse cómodo

y empecé a pensar en la chica que había

conocido, Rosa como me dijo que se

llamaba, Me había caído bien, buen quien

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dice bien podía decir que algo más que

bien, me había gustado, era algo más

joven. En un primer momento pensé que

no pasaba nada si ella no me llamaba,

pero acto después decidí que si ella no me

llamaba al final de la semana la llamaría a

ver que me decía y pedirla que

quedáramos e ir a verla, con este

pensamiento me fui a la cama, al día

siguiente había que volver a la obra.

Al día siguiente que nos encontramos

todos en la obra, unos con mejor cara y

otros con síntomas de haberse pasado

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algo más de la cuenta en el convite.

Comentamos lo bien que lo habíamos

pasado el día anterior y dimos las gracias a

Ángel por la invitación y lo bien que nos

habían tratado ese día, pero el mundo

seguía girando y el trabajo no se hacía

solo, con lo que nos pusimos a trabajar

pasando la semana sin más

acontecimientos que no fuese nuestro

trabajo.

Llegó el viernes y durante la semana

no había tenido noticias de Rosa. Durante

toda la mañana navegaba en un mar de

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dudas, no sabía si llamarla, por lo que

podía decirme o si se acordaría de mí.

Ese viernes no tenía pensado salir por

donde normalmente acostumbro por lo que

pensé que sería mejor llamarla.

Cogí el teléfono, marque el número y

después de algunos tonos alguien cogió el

aparato al otro lado de la línea, una voz de

mujer se puso al teléfono, pregunte por ella

y la voz me dijo que era ella misma quien

había cogido el teléfono. Me presente y

entre algunas risas nerviosas y frases

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triviales la propuse que nos viéramos el

domingo por la tarde, para mi regocijo me

contestó que no tenía ningún

inconveniente que el domingo a partir de

las 5 lo tenía libre, así nos despedimos

esperando en que el domingo nos

volveríamos a ver.

Cuando colgué el teléfono estaba un

poco nervioso, no sé la razón pero tenía

ganas que llegara cuanto antes el día y la

hora de nuestra cita.

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Llego el momento del encuentro, fue

muy cordial y un poco inquietante, hacía

tiempo que no me sentía con este pequeño

desasosiego. Nos sentamos en una

terraza, después de pedir nuestras

consumiciones empezamos a hablar. Rosa

empezó a contarme que trabajaba como

secretaria en Barreiros, una empresa

dedicada a la construcción de automóviles

y camiones, ya llevaba 5 años muy a gusto

en la empresa, además de alguna otra

curiosidades de su vida como que le

gustaba cambiar de ropa cuando se podía

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y de más pequeñas cosas de su vida

diaria.

Yo empecé diciendo que la dije ya

cuando nos conocimos que era aparejador,

de un pueblo de Cuenca y que trabajaba

en la construcción en una empresa donde

llevaba 7 años. En cuanto a mi familia le

conté que había perdido a mis padres

hacía ya, que solo me quedaba un

hermano y un sobrino pero vivían en el

pueblo. En lo referente a mi persona le

comente que vivía en Alcorcón solo en un

piso de mi propiedad entre otras

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vaguedades, no me quejo de la vida que

llevaba sin problemas económicos ni

personales.

Así pasamos la tarde, todo muy normal

llegó la hora de marcha nos dimos las

manos y quedamos en llamarnos eso si

esta vez le tocaba a ella llamarme a mí,

entre risas me dijo que lo haría.

Cuando me quede solo pensé en que

las cosas podían salir bien, tenía un poco

de miedo de como seria, la próxima cita

con Rosa.

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Yo no estaba acostumbrado a estar

con chicas, no había tenido nunca novia,

esta vez la chica me gustaba algunas

cosas de lo que decía no las veía bien

aunque eran de poca importancia, ahora

solo me quedaba esperar, la tocaba a ella

llamarme así que solo tendría que esperar

su llamada.

Pasaron los días, llegó el jueves y sonó

el teléfono lo cogí y era Rosa, entre risas

me decía que no se había olvidado que la

tocaba ella de llamar y así lo había

demostrado, la conversación se alargó

hablábamos de todo lo que habíamos

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hablado la vez anterior y poco más porque

volvimos a quedar el sábado en vernos. Al

colgar el teléfono, note que deseaba que

estuviéramos otra vez juntos al igual que

yo.

Llegó el sábado y nos vimos como

estaba previsto, nos saludamos y

comenzamos a pasear sin un plan

establecido, mientras paseábamos

aproveche para preguntarle que pensaba

de nuestros encuentros y casi sin dejarla

contestar le propuse la posibilidad de dar

un paso más allá y vernos como novios no

ya como amigos, me miro con una

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expresión mezcla de la sorpresa, miedo y

alegría me contestó que si yo quería que

podíamos intentarlo.

Empezamos a comunicarlo a todo el

mundo aunque era un secreto a voces, ya

se lo figuraban.

Los encuentros se hicieron más

frecuentes, también cambiaron nuestras

conversaciones que se hicieron mas

intimas así como algún arrumaco en la

oscuridad del portal donde dejaba a Rosa

después de pasar la tarde juntos.

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El tiempo pasaba y la relación iba

viento en popa y yo me sentía muy a gusto

cerca de Rosa. Una tarde justo antes de

coger las vacaciones, en uno de los

frecuentes encuentros que teníamos salió

en la conversación la idea del matrimonio.

Rosa me dijo que teníamos que casarnos

pronto porque sería lo mejor. Yo con la

edad que tenía me parecía bien así que la

dije que cuando volviéramos de las

vacaciones lo haríamos.

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Así fue tan pronto como llegamos de

las vacaciones nos pusimos manos a la

obra, lo preparamos como si fuera de

urgencia.

Llegó el día del acontecimiento fue

maravilloso, nos reunimos la familia,

amigos y gente a la que yo no conocía y

que hasta el momento creo que no volví a

ver, para celebrarlo.

Nos fuimos a vivir a mi piso de

Alcorcón que estaba muy bien para los

dos. Rosa le dio el toque femenino que

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necesitaba, ella seguía trabajando en su

empresa y yo seguía en la mía todos tan

felices había mucho trabajo.

En mi trabajo empecé a darme cuenta

de la cantidad de material que pedía a las

empresas de materiales y pensé que si

pusiera un almacén de materiales de

construcción me los compraría a mí en vez

de a un tercero con lo que sacaría unas

ganancias más suculentas después de

pensarlo bien se lo comenté a Rosa que

me le parecía una buena idea.

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Empecé por buscar un local y pusimos

lo que habíamos pensado, fue un acierto

porque nos iba de perlas, hasta el punto de

que Rosa se iba a pedir una excedencia

para que llevar el almacén, aunque estaba

embarazada y pronto tuviéramos que

buscar a otra persona para quedarse en el

almacén aunque ella seguiría

supervisándolo y con la idea de que

cogiera de nuevo las riendas después del

parto. Las ventas fueron como teníamos

pensado, entre los pedidos que hacia yo

desde mis obras y los que nos hacían

particulares y otras empresas de

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construcción la facturación subía junto con

la ilusión de nuestra vida en común y el

nacimiento de nuestro hijo.

Rosa dio a luz un niño al que le

pusimos de nombre Carlos. Rosa tuvo que

dejar de ir a trabajar en la oficina para

atender al niño y tuvimos que hacer

algunos cambios. José, que se encargaba

del almacén, de la entrega y la recepción

del mismo paso a la oficina y encontramos

una persona para que se hiciera cargo de

lo que hacía José.

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Había veces que yo pensaba en dejar

mi puesto y hacerme cargo del almacén de

materiales pero luego me daba cuenta que

mi mejor cliente era la empresa en que yo

trabajaba que me daba ganancia solvente,

eso sí de vez en cuando me daba una

vuelta cuando estaban los empleados que

tenía para charlar con ellos del negocio

que teníamos entre manos, los sábados y

domingos los empleaba en mirar las

cuentas de los libros.

Llegaron la época se vacaciones y en

vez de irme de vacaciones me quedé para

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ir todos los días a ver la ruta del almacén y

viendo su marcha me di cuenta de que se

perdían en algunos pedidos por no poder

llevarlos directamente a la obra.

Hablándolo con José me di cuenta de que

necesitábamos un pequeño camión para

su reparto y que las ganancias y los

clientes fuera mayores, llegue a casa y se

lo comenté a Rosa, estuvo de acuerdo

dándome la razón aunque por otra parte

también me decía que el niño necesitaba

mucha ropa y otras cosas y para ella

también necesitaba de todo como un

abrigo un poco decente, terminamos por

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decidir que lo del camión lo dejaríamos un

poco más tiempo y cuando pasaran unos

meses lo compraríamos porque sin el

camión perderemos dinero y eso no nos

convenía para intentar engrandecer el

negocio.

Pasaron dos años, Rosa solo se

dedicaba al niño, ya tenía 3 años pensé

llevarla al macen y viera que de verdad nos

hacía mucha falta el camión. Yo después

de mucho pensar había tomado la decisión

de dejar de trabajar en la empresa que

estaba trabajando hasta ahora, pediría la

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baja para empezar a trabajar en el

almacén, aunque lo de irme de esa

empresa no la hacía mucha gracia, cuando

le comunique mi decisión no dijo nada.

Así empezó mi trabajo en el almacén

momentos después de dejar de trabajar en

la empresa que siempre estuve.

Compramos un camión no muy grande

y claro que se notó, los pedidos subieron

más de un 25% de mejora. Así tuvimos un

año más que bueno porque las ventas

cada día subían más. Rosa empezó

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preocuparse por la educación de Carlos ya

era hora de llevarle al colegio y me

comento el llevarle a un colegio privado

porque siempre aprendería más y mejor,

cosa que a mí no me gustaba demasiado

Pero por evitar el primer enfrentamiento lo

acepté, a partir de ese día Rosa llevaba al

niño todos los días al colegio. Allí se

encontraba con las madres de otros niños.

Rosa empezó a cambiar me decía que

la ropa no le gustaba tenía que usar otro

estilo de vestir, no quería ser menos que

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las otras madres, al fin dinero había así

que hiciera diera la gana.

El almacén caminaba viento en popa

porque había trabajo en la rama de

construcción de sobra, no podíamos perder

la ocasión de aprovechar ese tiempo, el

camión también iba de maravilla y ya

estaba pensando comprar un tráiler, ir

hasta Castellón para comprar todos los

artículos de cerámica lo que nos ahorraría

gastos de transporte. Lo pensé y se lo dije

a Rosa, empezó diciéndome que había

otras cosas más importantes que teníamos

que hacer, comprar una casa o chalet

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porque el niño necesitaba estar con otros

niños de más nivel con el pretexto que en

esos barrios la gente esta más educada y

el niño tendría más posibilidades.

En un principio yo no la hacía ni caso

porque no veía la necesidad, pero todos

los días a partir de aquí no me deja en paz

ni un momento con sus comentarios, para

que me dejara en paz la dije que estaba de

acuerdo si primero comprábamos un

tráiler, necesario para el negocio y que

sería el que pagara la casa que tanto

ansiaba, después cuando ella quisiera

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compraríamos la casa, dio por bueno el

trato.

Compramos el camión grande, tuve

que buscar un conductor para transportar

todo el material que por aquí se usaba.

El niño iba creciendo y cada día nos

dábamos cuenta que era bastante

inteligente y las notas eran siempre muy

buenas por lo que estábamos muy

contentos. Rosa no se olvidaba el trato que

hicimos y reiteraba que nos teníamos que

ir de Alcorcón para que nuestro hijo tuviese

más oportunidades ya que en barrio donde

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vivíamos los vecinos no estaban a la

altura.

Un día le dije a Rosa que si tenía

tantas ganas de irse tenía que ser la que

buscará lo que tanto deseaba. Ahí empecé

a pensar que la mujer que yo conocí no se

parecía a la mujer con la que vivía, ni a

nadie que yo conocía, miraba a los vecinos

por encima del hombro y comprendí que

quizás me había equivocado.

El día que el niño cumplió los 10 años y

la madre dijo que tenía que hacer la

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Primera Comunión, bien, la conteste, y

empezó los preparativos, aquello fue un

tirar la casa por la ventana, a resultas mi

boda comparada con la comunión fue una

minucia de las grandes, alquilamos un

salón casi que no cabemos de la gente que

éramos pero ella era tan feliz que todo

estaba justificado. A la comunión no pudo

venir mi padre porque hacía 7 meses que

había fallecido, los que si vinieron fue mi

hermano, mi cuñada y mi sobrino, que se

sintieron como peces fuera del agua sin

conocer a nadie pero parece ser que se lo

pasaron bien.

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La celebración no hizo que Rosa se

olvidara de la casa y volvió a la carga

dándome la paliza, ya por fin la dije que

empezara a buscar, mientras yo seguía

con mi almacén que era dónde estaba más

a gusto y me quitaba la ansiedad que me

provocaba el tema de la casa.

A los pocos días, Rosa me dijo que en

la calle del río Tajo había estado viendo un

hotelito, muy bonito, no es muy grande

pero que para nosotros tres era suficiente,

era de un notario que se mudaba a

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Cáceres y le corría prisa el venderlo, yo no

sabía qué hacer, si decirla que no quería

saber nada de todo eso porque veía que si

seguía diciendo a todo que sí no sé a

dónde iríamos a parar, así que la dije que

sería lo último que haríamos, no estaba

bien que no tuviéramos voluntad para

ahorrar, algo que podía pasarnos a

nosotros o al niño y tendríamos que tener

un colchón en caso de apuro.

Al final fuimos a verlo y la verdad es

que no estaba nada mal pero había dos

cosas que no me gustaban, en esos

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barrios por las calles no ves casi a nadie y

otra es que toda esa gente no son de la

forma de pensar que soy yo, pero no quise

complicarme la vida, la hice ver algunas de

las pegas que se veían venir pero ella no

veía nada más que el chalet y estar entre

la gente pudiente y eso a mí no me

gustaba porque el rico es rico y tú por

mucho dinero que tengas siempre te

consideraran un pobre.

Al final compramos la casa yo no

conocía a nadie, hablé con Rosa diciendo

la que se diera cuenta de que barrio

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habíamos escogido era un error que

estábamos muy solos pero Rosa se

contentó diciendo que no me preocupara

porque ella se encargaría de cambiar la

situación. No se equivocaba porque al

poco tiempo ya tenía confianza con una

vecina del chalet de al lado, para lograrlo

vigilo a que peluquería iba. Rosa empezó a

frecuentar la misma peluquería, allí Rosa

se presentó como que era nueva en el

barrio y así empezó la amistad entre las

dos, la vecina en plan presentación

invitaría a otras vecinas a tomar café en su

casa para que empezara a relacionarse.

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A los pocos días se presentaron los

vecinos de al lado junto con otros amigos

del vecindario.

Llamaron y yo fui a la puerta los

conocía solo de vista, Rosa al oír la

conversación se apresuró a llegar a la

puerta para recibirlos, parece ser que los

había invitado a tomar café, les invite a que

pasaran y Rosa se convirtió en la anfitriona

de la casa, los invito a que se sentaran

mientras ella ponía el café en el fuego.

Mientras esperábamos la llegada del café y

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las pastas nos fuimos presentando, el

primero fue mi vecino Julián y su mujer que

estaba ayudando a Rosa a preparar el

refrigerio, Ángel un cirujano y su mujer

Isabel. Tuvimos una amena conversación

con lo que me quedo un buen sabor de

boca, antes de irse Ángel nos propuso que

la semana siguiente eran ellos los que nos

invitaban a nosotros a pasar el fin de

semana en un chalet que tenían el pueblo

El Espinar y que así conoceríamos la

casita que tenían a ver si nos gustaba.

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Rosa no tardo en estar de acuerdo con

el plan de fin de semana, ella no se daba

cuenta que quizás fuese muy pronto para

profundizar en la relación porque ellos no

sabían como éramos, sí a que nos

dedicábamos, que ya dije yo, porque no

me fiaba que mi mujer dijera si era conde

general, marqués o hasta ministro. De

todas las maneras y después de poner

algunas excusas que cayeron en saco roto

aceptamos la invitación.

Llegó el fin de semana y nos pusimos

en marcha hacia el chalet del señor Ángel

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y su mujer, nos pidieron ir en su coche

porque éramos cinco y su coche. Llegamos

al pueblo y su chalet estaba cerca y al

verlo fue lo que más me gustó, desde mi

ojo profesional, pasamos un buen día pero

yo no dejaba de pensar en el embrollo en

el que me había metido Rosa.

Paso bastante tiempo tranquilos con un

buen paso del negocio, las nuevas

amistades, Rosa mas tranquila y el niño

con sus estudios pero solo era un

espejismo la crisis volaba sobre nuestras

cabezas empezó a tocarnos de lleno, la

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construcción fue la primera en estar

afectada, lo que nos hizo tomar la decisión

de despedir a tres de los obreros que

teníamos, vender el camión grande y yo

quedarme solo el almacén.

A Rosa la puse al día en lo que nos

estaba pasando, ella de primera no se lo

creía pero al ver que el camión lo había

vendido lo primero, se dio cuenta de lo que

estaba empezando, me dijo que

tendríamos que poner en venta el chalet

porque no quería que la gente se enterará

de nuestra situación, así estuve casi un

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mes y una tarde estando en casa sonó el

timbre, Rosa abrió, era señor Ángel nos

dijo que había visto el cartel que se vendía

y paso a preguntar qué pasaba y Rosa

antes que yo dijera nada le contesto que

teníamos que irnos porque nos teníamos

que hacernos cargo de una sucursal en

Tarragona y como era para siempre aquí

ya no hacíamos nada, ahí la razón por lo

tenemos puesto el cartel de su venta.

El señor Ángel empezó diciendo que

tiene un cuñado hermano de su mujer que

le gustaría vivir por esta zona y que si llega

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las condiciones que pueda pagar que se

queda con él, yo le dije que podía venir a

verle cuando quisiera que hablando se

entiende la gente. El señor Ángel desde

casa llamo a su cuñado que le dijo que no

tardaría en estar aquí cuando, llegó sé que

saludaron y empezamos a hablar de

precios, le pedí lo que sabía que no me iba

a pagar porque la vivienda había bajado y

no valía lo que a mí me había costado,

este hombre me dijo que él sabía que la

vivienda de hoy no era la de hace un

tiempo atrás antes de la burbuja pero que

ahora los precios estaban como estaban y

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como podía comprender no me daría mas,

yo comprendía que tenía que bajarlo

porque pero era mucha la pérdida pero me

convenía terminar de una vez en esta

historia que mi mujer me metió sin yo ni

comerlo ni beberlo, tragué saliva y salimos

corrieron las lágrimas. Le pedí que me

dejara tiempo para sacar nuestras

pertenencias, me dijo que no había

problema teníamos unos días para arreglar

la documentación del chalet y quedamos

para el día siguiente.

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Tan pronto como el tío se fue el señor

Ángel quiso enterarse más de la prisa de

mí salida de la casa, pero allí tenía Rosa

para decirle las causas a su manera.

Tan pronto como el señor Ángel se fue

marche para el almacén en Alcorcón y dije

a Rosa que cuando volviera el nuevo

comprador que le dijera lo que se le

antojara que yo no estaba en casa, yo me

iría al almacén para empezar buscar

alguna solución, por ver si esta vez había

un poco más de suerte que el día anterior.

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Ese día el almacén le tenía cerrado, no

fui a comer a casa se me quitaba el

hambre comiéndome las calles del pueblo,

había muchos pisos que se vendían unos

por una causa por otra no daba con la

razón de que no me convenía quedarme

con alguno, ya bien entrada la tarde me fui

a dar una vuelta y casi encima de la tienda

del almacén había un letrero que decía, se

vende y el teléfono para en caso de que le

interesara solo había que llamar. Llame al

teléfono que estaba en el cartel y me

contestó una señora, pregunté por el piso

ella me dijo que tenía dos dormitorios

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grandes, comedor, cocina y el servicio

completo, con calefacción me comento que

si estaba con interés de verle que esa

tarde no podía ser pero que al día

siguiente podía estar a las 10, y a esa hora

quedamos en vernos.

Me fui para casa para ver qué había

pasado con el que nos había comprado la

casa la pregunté a Rosa, me contesto que

había estado en casa sobre las 12, para

justificar mi ausencia le había dicho que

me tuve que ir a la empresa para dar

información del traslado a Tarragona y que

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era el motivo de haber tenido haber

vendido la casa para trasladarnos a esa

ciudad, el hombre lo entendió por decirle.

El hombre marcho esperando que le

llamaremos al otro día, yo tenía que estar a

las 10 para ver el piso dije a Rosa que

viniera a ver la vivienda por si no la

gustaba me dijo que si quería ir conmigo

pero lo dijo de mala gana aunque quería

solucionarlo todo antes que los vecinos

descubriesen.

Cuando llegamos la señora ya nos

estaba esperando subimos al piso que era

el segundo, llamamos, nos abrió una mujer

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que nosotros no conocíamos y nos dijo que

nos estaba esperando. Nos te enseño el

piso, era pequeño pero estaba bien para

meterse a vivir, con un buen pintado. Nos

contó que no había ningún problema de

documentación ni nada que lo impidiera, mi

mujer me decía que no le gustaba pero

que de momento nos quedábamos con él,

yo pienso que el decir ella que si era por

las ganas que tenía por encubrir su mentira

frente a las nuevas amistades.

Nos trajeron los muebles, la mitad no

valían porque todos nos caían grandes así

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que aprovechamos los que podían entrar

en el piso y los demás los venderíamos.

Rosa no se hacía, el cambio era superior a

ella, pero tenía que comprender que en

nuestra vida tenía que haber un cambio.

Yo por las mañanas me levantaba y me

iba a pasar la mañana almacén de

materiales, no digo vender porque la

verdad es que no me lo llego a creer que

esta crisis afectara tanto a la construcción,

que me entrará tanto dinero y de la noche

a la mañana no sacaras ni para tabaco.

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Cuando llegue a casa a mediodía y me

dice mi mujer que la dé dinero para poder

ir al mercado, yo la di lo que tenía que no

llego ni a 30 € me respondió que con eso

no tenía ni para comprar el pan, yo intente

hacer la comprender que las vacas gordas

ya no estaban en nuestro corral teníamos

que hacer otras cosas más importantes

que lo de comer poco o mucho.

Esa semana tuvimos que arreglar

primero la del chalet y también lo del piso y

eran muchos papeleos los que había que

arreglar cuando vi que todo había

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terminado descanse de tal manera que

parecía otra persona, a mi hijo todo lo que

hicimos le parecía bien porque él sabía lo

que nos estaba pasando y nos dijo que

pensaba de salirse de la Universidad y

buscar trabajo para ayudarnos en lo que

pudiera y le dijimos que él estaba en una

situación que no podía dejarlo porque le

quedaba solo 2 años para terminar la

carrera y no se le ocurriera hacer esa

barbaridad porque nosotros ya veríamos

cómo conseguir una solución. Cada día

que pasaba las cosas iban de mal a peor

entonces le dije a Rosa que la única cosa

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que teníamos que hacer es pensar la

forma de ponernos a trabajar y buscarnos

la vida donde sea que así no podíamos

seguir, la respuesta de Rosa no se hizo

esperar y no pudo ser más clara, me

respondió que eso ni lo sueñes esa la

respuesta que tuve y que las cuentas no

salían era porque yo no había sabido hacer

bien mi trabajo. Estas palabras, a mí me

sentaron muy mal y empezó la primera

guerra, iba a ser larga y dura porque no sé

puede consentir que me dijera todo eso, la

replique que si estábamos así era ella la

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culpable porque querer aparentar cuesta

mucho dinero. Fue el inicio del fin.

A partir de entonces todos los días

teníamos broncas porque estábamos

acostumbrados a tirar el dinero y ahora

que no teníamos ni para comer se hacía

muy cuesta arriba, de lo malo a lo bueno

se lleva bien pero de lo bueno a lo malo se

lleva mal, muy mal. Casi no nos miramos,

así no se podía seguir y llego lo que tenía

que llegar, no se podía seguir de esa forma

la dije que si no cambiaba la única solución

sería la separación. No la puedo sentar

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peor y me contestó que no me preocupara

que ya tuviera la solución. Nos quedamos

los dos como mudos y no volvíamos a

hablar hasta otro día cuando volví del

trabajo y la di el dinero que había sacado

en el día, la di 43 € y la respuesta fue con

esto no vamos a tener para ir de

vacaciones no la conteste para no salir otra

vez a gritos. Pasaron unos 3 meses las

cosas ni se arreglaban y se empeoraban

ya la entregaba lo que iba sacando de la

tienda pero por querer seguir a ver si

cambiaba el panorama empecé a no pagar

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el alquiler de la tienda porque llegó el día

de pago y si pago no llevo nada a casa.

Pensé que no había otra solución que

ponerse los dos a trabajar donde sea y de

lo que sea, pero ya me había dicho que

eso de trabajar nada y que mi obligación

era ganar para mantenerla, no para

matarla de hambre, no la dije nada, salí de

casa sin decirle nada y me fui al almacén

que era donde mejor estaba.

Estando en el almacén tranquilo me

llegó lo que nunca pensé que iba a tener,

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una gran sorpresa, llamaron a la puerta, fui

a abrir y me encontré con dos policías que

me preguntaron si yo era Julián Rodríguez,

les respondí, que si yo soy, a lo que me

pidieron que por favor les acompaña a

comisaría que tenía que declarar de una

denuncia que tenía en contra mí.

Recogí, cerré la puerta de la tienda y

salimos hacia la comisaría. Llegamos, me

hicieron pasar una habitación. Con una

mesa y dos sillas, invitándome a

sentarme.

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Empezaron por preguntarme si tenía

algún problema con mi mujer, de primeras

no comprendía nada, yo pensé que me

preguntarían por los recibos del alquiler de

la tienda, pero a cambio me comunicaron

que había una denuncia por maltrato a mi

mujer. Cuando escuché esas palabras me

quedé anonadado, mudo, no sabía que

decir ni que pensar creí que estaba

soñando porque en la verdad no podía ser

realidad pasarme eso a mí, casi sin tener

fuerza para hablar les dije que tenían que

haberme confundido con otra persona

porque yo con mi mujer, no es que

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tuviéramos una relación idílica pero jamás

habíamos tenido una relación tan mala

para llegar a tener que denunciar me dé

ese delito. La policía me comento que

ninguno maltratador reconoce que lo es, en

este caso la denuncia estaba acompañada

por la firma de una persona como testigo

por lo que tenía que pasar por un juez para

que dictara lo que tenían que hacer

conmigo.

Yo todavía no me lo creía seguía

pensando que estaban equivocados bueno

después de mucho tiempo me dijeron que

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podía marcharme pero no me aclararon ni

cuándo ni dónde se produjeron los hechos

por los que se me acusaba. Me fui para

casa iba como sonámbulo esto no lo podía

digerir, pensaba en la reacción que iba a

tener cuando la tuviese enfrente.

Pensé que si fue la que denuncio,

porque lo había hecho, yo no soy de esa

calaña, me serene un poco subí las

escaleras con la determinación de salir de

aquella casa y no volverla a ver. La dije

que aquello había sido la gota que había

colmado el vaso que habíamos terminado.

59
Ella me sorprendió con su respuesta,

ahora me das el dinero que quieres,

haciendo esto primero te tienes que ir de

casa y al mismo tiempo me tienes que

pagar lo que te ponga el juez para mí y

para lo que te ponga para nuestro hijo

cada vez me quedaba más sorprendido, no

creía lo que estaba escuchando hasta

donde llegaba la mujer que tantos años

habíamos estado juntos, como no me

había dando cuenta de ese monstruo,

perverso y manipulador. Cuando vino mi

hijo a casa yo le estaba esperando para

60
contarle todo lo que su madre estaba

haciendo, le dije que se sentará, le conté

todo lo que había pasado y él se echó a

reír diciéndome que no me creía nada

porque tenía que ser una broma. Ella que

estaba presente contesto a su hijo

diciéndole lo hago porque tu padre me

tiene sin dinero y si sigue así no nos va a

dar ni para comer y denunciarle el juez le

va a obligar a pagarnos a los dos lo que

sea necesario para que podamos vivir.

Mi hijo se puso de pie y le dijo pero

mamá eso que denunciaste es mentira y si

61
eso entera la policía la perjudicada eres tú

arreglarlo hablando que así no se van a

arreglar las cosas como nosotros podemos

hacerlo, ahora el tendría que declarar que

es mentira lo que tú dices te perjudicó a ti y

si declaro en contra perjudicó a mi padre y

si no digo nada perjudicamos todos por lo

que os pido que lleguéis a un acuerdo y

ganamos los tres.

Rosa que no podía retirar la denuncia

porque lo hecho está y que sea lo que Dios

quiera así que no había arreglo de nada

62
todo seguía igual, solo había que esperar

lo que tenía que pasar.

Salió el juicio y me pusieron el castigo

que tenía que abandonar mi casa y no

acercarme ni en 500 metros de la casa lo

que se creaba un problema y es que mi

puesto de trabajo estaba a menos de esos

metros, me permitieron que de poder

entrar pero con un castigo de tener que

pagar una cantidad de dinero que me sería

imposible de pagar todos los meses por mi

mujer y por mi hijo por estar estudiando y

estar en el domicilio de la madre.

63
Pensando de donde sacar el dinero, no

sé qué iba a pasar porque de la tienda no

sacaba ni para pagar el alquiler de la

tienda, pensé que no me iba a librar de ir a

la cárcel y quizás esa fuese la solución, sin

casa, sin trabajo, lleno de deudas allí por lo

menos la comida y la cama la tenía segura.

Así pasaron los días yo dormía en la

tienda con el miedo que un día vinieran a

echarme por impago del local. Vino a la

tienda mi hijo, un sábado, le pregunté qué

había pasado y me dijo que no pasaba

64
nada que su madre había estado otra vez

en el juzgado a reclamar el dinero, dice

que tienes que pagar nos, por lo demás sin

importancia. Él me dijo que en las

discusiones que tiene con ella al respecto

la dice que culpa es suya por poner

denuncias solo con el afán de conseguir un

dinero y un estatus totalmente

incompresible en aquellas circunstancias.

Algunas veces llego a casa, me

contaba, y no está y cuándo vuelve me

dice que está en casa de una vecina y

nada más yo no quise decir la nada solo le

65
pregunte como estaba él y que sentía por

lo que estaba pasando que ya me gustaría

pagar lo que me habían impuesto y así que

me dejara en paz de una vez.

Una mañana acudió el dueño del

almacén y me dijo que al final que iba a

hacer porque él tenía que saber en qué iba

a terminar los problemas que tenía. Mi

problema era grande porque lleva varios

meses sin pagarle y como no podía

pagarle nada le propuse un trato que era

que se podía quedar con todo el material

hasta cobrar el dinero que le debía y el

66
resto peritarlo, partirlo en dos y una parte

para cada uno, mi parte me la pagaría y él

se quedaría con todo el material. Total que

llagamos a un acuerdo y me puso una

condición que era que podía seguir en el

almacén hasta que se terminará de

arreglar todo el papeleo y marcharme al

terminar, todo esto se perito y me pagó

30000 €.

Llame a mi hijo para que se pasar por

el almacén para contárselo, llegó el sábado

estaba como loco por verle para decirle lo

que había pasado y preguntarle si le

67
parecía bien porque mi hijo era buena

persona y un chico que si sabía lo que

estaba pasando en nuestra casa, ese día

le esperaba más pronto y al contrario al

final llego más tarde, nos saludamos y le

volví a preguntar lo de siempre me dice

que a su madre no la hace ni caso,

parecemos extraños viviendo en la misma

casa entonces empecé a decir le tengo

que contarme lo que me atrevido hacer no

sé si está bien o mal pero esto ya está

hecho le conté todo y hasta el dinero que

cobre y como había decidido dividir el

dinero que había podido conseguir, lo he

68
repartido esta forma 5000 € para tu madre

5000 para mí y 10000 para que pudiera

seguir con sus estudios y el resto le

dejamos para una urgencia. Le pregunte

por su madre y me contesto que casi no la

veía porque los medios días no estaba en

casa y si tardaba se iba a dormir, no sabía

nada así que no quise preguntarle más.

No encontraba trabajo corría todas las

empresas constructoras de algunas de las

que antes eran de nosotros habíamos

llevado los materiales pero todas me

contestaba lo mismo que la crisis, así unos

69
y otros igual todos pensé irme al pueblo y

tal vez mi hermano podía echarme una

mano porque a mi edad también una es

una pega para encontrar trabajo pero

estaba mi hijo en Madrid yo no podía estar

sin verle así que quitaron las ganas de

irme al pueblo, pero tampoco lo descarte

totalmente.

Llevaba sin saber nada de Rosa y

pensando que no la había pagado nada

eso era algo raro, ni del juzgado tampoco

había tenido noticias por lo menos en dos

70
o tres meses, por lo menos me daba un

poco de aire.

Tuve una pequeña chapuza pero de

poca importancia, de los 5000 € que me

quedé casi que no me quedaba, gracias a

la chapuza sino que hubiera sido de mí

pero algo se arregló de momento. Era

sábado y venía mi hijo a verme era el único

día en que me hacía feliz, esperaba a ver

qué noticias me contaba. Le abrace y le

pregunté cómo estaba, me dijo que llevaba

muchos días sin saber nada de su madre,

yo en esos momentos me quedé

71
sorprendido que su hijo llevaría días si

tener noticias de ella, qué pasa con esa

mujer que tantos quebraderos de cabeza le

está trayendo ya que hasta su hijo no

sabía nada de su madre. Me pregunto si yo

sabía algo y le dije como me preguntas eso

sí tú sabes que desde que me mandaron

que tenía que dejar la casa no la he visto

así que no tengo ni idea de dónde puede

estar, y me dice que le diga la verdad

porque lleva 5 días sin saber nada si por

su casa eso no es para pensar muchas

cosas.

72
Yo me quedé de piedra porque mi hijo

estaba pensando que yo había hecho algo

a su madre entonces le mire de frente y le

dije Carlos, yo te digo que no sé nada de

ella porque desconfías de mis palabras

porque a mí nunca, que no me has

encontrado una mentira. Me contesto que

era muy raro que ella no acudiera a casa

aunque algunas noches acudiera más

tarde pero no faltó nunca, eran 5 días y si

pasa algún día más tendremos que

denunciar su desaparición.

73
Estuve de acuerdo pero yo no podía

hacer nada porque estaba separado y él

era el que tenía que denunciar, yo le

apoyaría en todo e iría donde hiciera falta,

yo no tenía nada que temer y así quedo

toda la conversación.

Él se fue un poco mosca cuando

pasaron unos 8 días estaba terminando en

desalojar el almacén y se volvieron a

presentar dos policías, pensé,

inocentemente, que si no había aparecido

el culpable de toda su desaparición ese era

yo, era la verdad y así fue me dijeron que

74
les tenía que acompañar a la comisaría

que tenía que declarar. Los acompañe a la

comisaría, yo tranquilo como si no pasará

nada, mi conciencia estaba tranquila, volví

la misma habitación de la primera vez, me

dijeron que me sentará, enfrente de mi

sentó una persona, no era de los que me

acompañaron, era la primera vez que le

veía. Empezó la batalla lo primero que me

pregunto que donde estuvo usted el día 5.

Yo sabía por dónde iban los tiros

porque le dije a mi hijo que denuncia la

desaparición de su madre, yo estaba

75
durmiendo en mi coche para estar al

menos a 500 metros, era lógico que el

primer sospechoso era el maltratador,

según la denuncia, por eso se presentaron

en busca mía, casi que lo estaba

esperando pero no sé nada de esa mujer y

podían hacer de mi persona lo que quieran

pero yo no podía ayudarles en nada y si mi

mujer aparecía les daría las gracias si

fueran tan amables de que me lo

comunicarán.

El Señor que me hacía las preguntas

sonrío, no dijo nada del tema, solo fue a lo

76
suyo y siguió con su rollo y que ya estaba

yo demasiado liado con todo lo que estaba

pasando, con todas las mentiras que para

él le estaba diciendo, lo que me hizo saltar

al policía que me preguntaba que si me

veía así, de esa forma que prefería que

me metiera en la cárcel o me dejará

tranquilo. El señor me dijo que me podía ir

pero que estuviera localizado, como si me

pudiera esconder sin un duro en el bolsillo

y con la conciencia tranquila.

Salí de la comisaría y me fui para el

coche, era mi oficina, mi dormitorio desde

77
que termino mi paso por el local de

materiales. Llamé a mi hijo para ver si

había aparecido su madre que aunque

para mí cuanto menos supiera de esa

mujer será mejor porque ha sido la peor

persona que había conocido y que más

disgustos me había dado. Mi hijo me dijo

que no sabía nada y había ido dos veces a

la comisaría y que tampoco sabían nada.

Le dije que no se preocupara todo se

arreglaría, lo que tenía que hacer es que

cuenta del banco que le hice, no la tocara

a no ser que te haga falta para tus estudios

y que su madre cuando apareciera se

78
pusiera a trabajar como lo intentaba yo

tocando en todos los sitios que me podían

dar trabajo.

Yo seguía durmiendo en el coche

porque los 5000 me tocar me tocaron

cuando vendí todo lo que teníamos ya no

quedaba casi nada. Cuando tuve que dar

las llaves del almacén de materiales llore

como un niño cuando le quitan un juguete

sin razón, no pude evitarlo nadie me

estaba viendo pero llore hasta que mis ojos

se quedaron secos. Empecé a dormir en

el coche, es muy duro, lo digo para la

79
persona que tenga la suerte de tener que

haberlo, piensas que cualquier persona te

puede robar o agredirte, no sé si puedes

acostumbrarte lo que sí te digo es que tu

cabeza no deja de pensar una y otra vez

tener otra forma de vivir, ni borracho podía

pensar que esto me pasaría a mí, maldigo

el día que conocí a Rosa no sé si con

razón o sin ella pero yo estaba muy bien

antes de conocerla, pero ya no se podía

volver atrás, por lo menos si tuviera la

suerte de encontrar trabajo me buscaría

una patrona y dejaría el coche pero eso el

tiempo era quien tenía que decirlo.

80
Mi hijo vino a verme al no estar en la

tienda, él sabía dónde podía encontrarme,

el coche, le conté que ahora dormía en el

coche. Cuando escucho esas palabras se

le corrieron las lágrimas, mi cuerpo en ese

momento me dio un escalofrío, que triste

es ver a un hijo llorar por la situación

penosa de un padre sin que pueda hacer

nada, yo no podía vivir en la casa aunque

su madre no estuviera allí, le dije que no se

preocupara, manteniendo el tipo, estaba

buscando trabajo y algo saldría, dormir en

81
el coche no estaba tan mal, algún día nos

despertamos de esta pesadilla.

Carlos no paraba de llorar, te daba

pena solo verle el hijo que conoció a sus

padres cuando los dineros sobraban y

verlos ahora, no creía que eso estuviese

pasando. Nos abrazamos, lloramos y

quedamos para el sábado siguiente a ver

si ya había aparecido esa señora y por lo

menos un problema se habría solucionado.

A los dos días de la visita de mi hijo

volvieron a visitarme los agentes

82
uniformados para llevarme a aquella

habitación que parecía reservada para mí

en comisaria, me volvieron a preguntar no

antes de contarme, el interrogador, que el

también había pasado lo mismo que yo y

que me comprendía, con un tono amigable,

que su había pasado mucho con su mujer.

Me pregunto que al principio parecía

que era una buena mujer y que si la tuve

que pagar y qué tal se lleva con su hijo

total que querían saber más que yo mismo.

Les conteste que ni sabía nada ni quería

saber nada de esa señora que me dejaran

83
en paz, pero ellos seguían y seguían yo no

sabía ya que decirle, intentaba que me

contradijera de alguna manera con tanta

inquina que irritaba con tanta pregunta, ya

les dije que no había tenido nada con ella

solo que desde que la conocí tenía encima

la ruina, lo que quizás les daba alas para

seguir, yo perdí la noción del tiempo. Me

preguntaban mucho que a lo mejor estaba

muerta y siempre mentando la muerte y así

ya no sé cuánto tiempo más hasta que se

hartaron me dejaron irme para casa, bueno

para el coche, me dijeron que no saliera de

casa lo que hizo que brotara una sonrisa,

84
volví al coche estuve en él un rato y salí

después un poco a la calle para intentar

oxigenarme un poco.

Llegó el sábado estaba contento

porque era el día que venía mi hijo a verme

cuando llego nos abrazamos como

siempre y pregunto cómo me había ido la

semana, yo le dije que los guardias que

me habían llevado a la comisaría y me

habían vuelto loco con tanta pregunta pero

yo no sabía nada y así se lo hice saber. Mi

hijo también me conto que estuvo en la

comisaría y le preguntaron mucho de cómo

85
se llevaba con su madre y que relación

había en casa antes este follón, él dijo que

teníamos problemas económicos y que lo

único que quería era que su madre

apareciera para resolver este equivoco.

Yo aunque no quería no deseaba

volver a ver a su madre porque tenía

razones suficientes para odiarla deseaba

que apareciera para que los guardias me

dejarían tranquilo que sería lo mejor que

me podía pasar, ahora la única alegría que

tenía es que los sábados viene mi hijo a

verme aunque se me cae el alma a los pies

86
cuando veo su cara al verme en la

situación en la que me hallaba. Cuando

llegó el hijo y vio a su padre en el coche se

le notaba porque era que seguía sin

trabajar me preguntó que cómo estaba y

se había pasado algo de lo de su madre le

dije que los guardias, me volvieron a

llevarme a comisaría a preguntar como

siempre y que yo conteste como siempre

que no sabía nada.

Mi hijo dijo que a él también le llevaron,

le preguntaron que algo tenía que saber de

su madre él les dijo que aunque él no se

87
lleva bien con ella no dejaba de ser su

madre, así pasamos la mañana

consolándonos los dos y por lo menos

dándonos algo del apoyo que

necesitábamos, llegó la hora de partir y mi

hijo se marchó porque tenía que estudiar

yo tenía que seguir buscando trabajo, no

deseaba seguir viviendo en el coche no

dejaba de pensar que mi suerte fuera tan

mala pero que tenía que aguantar como

fuese, ya me habían arruinado la vida

ahora solamente quedaba intentar subir la

cuesta.

88
No tardaron mucho en volver, la policía,

otra vez los tenía encima y empezaron con

lo de siempre les dije que había estado

buscando trabajo todo el día y les di las

señas de esas empresas que había

visitado pero no las hicieron ni caso. Uno

de los guardias me dijo que sabían lo que

había hecho con mi mujer y que tarde o

temprano terminaría confesando la verdad,

aunque mi hijo lo estuviese tapando y que

con la ausencia de mi mujer me ahorraba

pagar a lo que me había castigado el juez,

al oír esto me dieron ganas de reír, vivía en

un coche como se imaginaban que podría

89
pagar apareciese o no, que como me

llevaba con mi hijo y son muchas cosas

más entonces yo muy tranquilo y les dije

que no sabía nada ni quería saberlo. No

sabía ni si estaba viva o muerta pero lo

que sí quiero es que me dejen en paz y no

saber nada de esa señora, al final me

dejaron irme de casa, me broto la sonrisa

porque ellos ya sabían que mi casa era el

coche.

Al quedarme solo pensé que en la lista

de sospechosos y que no tenían otro que

no fuese yo, el culpable, no pensaba en

nada mas, así que creo que para que se

90
encuentre algo voy a tener que ser yo el

policía para averiguarlo ya que ellos saben

quiénes.

Llegó el día de la visita de mi hijo.

Cuando llegó le vi un poco raro me

empezó en hacerme preguntas, quizás

más fuertes que las que me hacían los

policías, me decía, que desconfiaba de mí

era muy difícil que su madre pudiese

desaparecer sin que nadie supiera nada, ni

tener enemigos y que la única persona

eres yo papa. Yo pensé que viéndolo

desde fuera parecía tener razón de

91
sospechar de mí pero si piensas desde la

sospecha se pierden muchos enteros. Yo

le juré y recure que no sabía nada de su

madre ni había visto a nadie que se la

pareciera. Me daba rabia que mi propio hijo

conociéndome como me conocía y

jurándole como lo hice todavía pensará

que yo hubiera hecho alguna cosa en

contra de su madre. Así que me quede mal

pensando que podía estar pasando con

esa mujer, cosa que a mí no me importaba

pero no me entraba en la cabeza y lo peor

es que todo el mundo me culpaba a mí, por

lo menos lo pensaban hasta que se

92
descubra dónde estaba o que le había

pasado a mí me amargarían la vida.

Pasaron seis o siete días y vuelvo a

tener la visita de la policía, otra vez, vuelta

a la comisaría, Ya me sabia el camino a la

habitación de la tortura, así fue, allí no

encontré al policía que siempre me

interrogaba hoy era otro guardia, más duro

incluso que el anterior. Empezó

diciéndome aquí no estamos para perder el

tiempo quiero saber dónde tienes a Rosa y

que ha pasado con ella y no hagas la

pantomima porque tarde o temprano

93
tendrás que decirlo porque nosotros

sabemos que los animales como tu son

unos cobardes y que al final no pueden

reprimir confesar su vil delito, así que no te

hagas el listo porque por las buenas o por

las malas nos lo tienes que decir, así que

cuanto más tardes más grande será la

pena, suelta a la verdad que te estoy

escuchando. Yo mientras el policía

hablaba pensaba que podía decirle a este

tío que pueda creerme porque de otra

forma no me va a dejar salir de aquí.

Después de amenazarme y decir que me

iba a quedar entre rejas por mucho tiempo

94
me dejo salir, me fui sin saber dónde ir

estuve dando vueltas hasta que me canse

y volví a mi coche a partir de ese día,

empecé a sospechar me estaban vigilando

porque como yo soy que de los que ya no

me fío de nadie empecé a fijarme en las

matrículas de los coche que no eran

habituales donde tenía el coche aparcado

y matrículas de coches que se cruzaban en

mi camino, me encontraba con el mismo

coche en diferentes lugares por cualquier

calle me las encontraba así que está visto

que soy el sospechoso número uno.

95
Este día no fui a trabajar, para una

chapuza que me salía, quería a mi hijo no

sé por qué el podía sospechar de mi pero

era así, de su madre no tenía ni idea

dónde estaría ni que sería de ella lo que sí

puedo decir es que me tiene loco, no

puedo pensar los motivos por los que mi

matrimonio me saliera tan mal. Porque

pensando de mi forma de vivir con ella yo

no había tenido culpa de nada solo la mala

suerte que tuvimos con la crisis pero

después podíamos haber intentado

mejorar nuestra situación pero su ambición

no era la de volver a levantarse sino la de

96
no bajarse del pedestal donde nos

habíamos subido.

Ese día pensé que mi hijo no vendría

porque después de declarar y teniendo en

cuenta sus sospechas lo normal es que no

volviera pero me equivoqué porque le vi

llegar. Dude como saludarle pero fue un

saludo normal, como siempre, no sabía si

decirle lo de los policías pero le dije si él

había hecho algo que no fuera a la rutina

diaria, él me dijo que lo nuevo que tenía

era que desde hacía unos días estaba

saliendo con una chica. Hacia 4 días que

97
había conocido a una chica y desde ese

día se ven a diario y está muy ilusionado

pero lo de los policías no me comento

nada de nada.

Yo con mis chapuzas seguía bien ya la

estaba terminando y andaba detrás de otra

obra un poco más grande, si eso me salía

lo primero que haría era buscar una

patrona para poder dormir mejor que me

pueda lavar la ropa en casa y vivir mejor

esto parecía que podía mejorar.

98
Al mes de que estuve en la comisaría

me vuelven a notificar que tengo que ir a

porque me tienen que hacer algunas

preguntas pensé esta vez sí que me dejan

en la cárcel pero tenía que ir, no me

quedaba otra. Llegue a la comisaría me

metieron donde siempre, me senté en mi

sitio, como siempre y esta vez en el

guardia que se dirigió a mí de forma

diferente, más cordial, más amable, a mí

esto me dio mala espina y frente a mi

asombro me calmo y me ofreció la mano,

le mire porque no creía lo que estaba

viendo le vi sonriente y siguió me alegrará

99
decirle que usted llevaba razón de que no

sabía nada de su mujer porque ya dimos

con ella y le comunicamos que vive en

Aranjuez con un señor.

Estuvimos hablando con ella y nos dijo

que se fue de su casa porque no la pagaba

lo que el juez había dictado que no había

cobrado ni 1 € y tenía que vivir, esos si a

todo tren como quería, además con su hijo

no se hablaba, así que no tenía que dar

cuentas a nadie.

100
Estaba escuchando al policía y no me

creía lo que me estaba contando, mis ojos

se llenaron de lágrimas y empezó a salir

toda la tensión acumulada en todos

aquellos meses, ya no sé si lloraba de

emoción, alegría o rabia, pero por fin

estaba libre de toda sospecha, le dije que

todo lo que había pasado quién me lo

pagaba aunque la verdad me sentí, como

una pluma del peso que me había quitado

de encima.

Ya no tenía que aguantar a la mujer

que tantos disgustos me había dado en

101
esta vida, pero lo mejor era que no la vería

en mi vida.

Lo primero era llamar a mi hijo y darle

la noticia de que había aparecido su madre

su madre y viniera para decirle todo lo que

los policías me habían contado.

Cuando se enteró acudió a ver me con

una alegría que no cabía en su cuerpo,

cuando llego nos unimos en un fuerte

abrazo, lloramos los dos como niños pero

de alegría, al fin todo estaba resuelto me

pidió perdón por haber desconfiado de su

102
padre, varias veces abrazándome y

besándome, yo le decía que no importaba

que comprendía su desdén pero que esto

se había terminado que nuestras vidas

seguirían su viaje y esto sería una

experiencia para unirnos más si cabe.

Había hablado con su madre y no quería

saber nada de nosotros ella ya tenía su

vida, por lo que me ofreció ir a vivir a

nuestra casa, como él dijo, de donde

nunca tenía que haber salido y de su

madre no quiere saber nada porque

bastante daño los ha hecho a los dos.

103
Así que parece que en esa familia

llegará la felicidad. La vida da muchas

vueltas hay que pensar en todo lo que

puede pasar, espero que no le pase a

nadie y creo que por lo menos a mi hijo le

servirá de lección para toda su vida.

Carlos dice que se quiere casar y que

se me quedara en casa hasta que tengan

el primer hijo y después compraran otro

piso o lo que pueda, él quiere quedarse

solo el tiempo que pueda vivir y descansar

de todo el sufrimiento que pasamos todo el

tiempo que estuve casado con esa señora.

104
Tanto Julián como Carlos no han vuelto

a saber nada de ella ni lo han intentado

averiguar.

105

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