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Crecimiento económico
en dolarización:
Discusión teórica y
evidencia en Ecuador
Crecimiento económico en dolarización:
Discusión teórica y evidencia en Ecuador
Hugo Nicolás Acosta González hnacosta@puce.edu.ec
Resumen
Evidencia empírica previa señala que las economías dolarizadas tienen menores tasas de inflación y
de crecimiento económico que las economías no dolarizadas. En cierta medida, esto podría expli-
carse por la ausencia de moneda propia, hecho que imposibilita implementar una política monetaria
contra-cíclica. Al mismo tiempo, una economía dolarizada podría convertirse en ventaja, toda vez
que el gobierno no puede crear emisión inorgánica de dinero. En el presente documento se anali-
zan, desde el punto de vista teórico y empírico, la exposición y consecuencias sobre la economía
ecuatoriana ante tres shocks exógenos: (i) caída en el precio del petróleo, (ii) apreciación del tipo de
cambio y (iii) reducción en el flujo de remesas. Se demuestra que (i) y (ii) aparecen conjuntamente,
y que el ciclo de la actividad económica del país muestra una fuerte correlación con el precio del
petróleo, especialmente a partir del año 2007, con una propensión al endeudamiento en períodos
de contracción económica.
Palabras clave: dolarización, crecimiento económico, shocks exógenos, tipo de cambio, precio
del petróleo
AbstrAct
Previous literature indicates that dollarized economies experience lower rates of inflation and economic
growth compared to non-dollarized economies; it may be due to the absence of own official currency that
impossibilities countercyclical monetary policy; however, this could turn in an advantage since government
cannot print money (fiduciary). This paper analyzes theoretically and empirically the vulnerability and conse-
quences of Ecuadorian economy to three exogenous shocks: (i) currency appreciation, (ii) falling oil price
and (iii) decrease of remittances inflows. It shows that (i) and (ii) are correlated as business cycle is highly
correlated with oil price mostly since 2007, which makes it likely to contract debt in periods of economic
contraction.
Keywords: dollarization, economic growth, exogenous shocks, exchange rate, oil price
Hugo Nicolás Acosta González, Diego Xavier Mancheno Ponce [13]
INtRODuCCIóN
1
El flujo de recursos reales que obtiene el gobierno al emitir moneda.
2
Michel (2014) analiza detalladamente los costos de intervención de FED en la crisis del 2008, y su-
giere una revisión completa de esta función de la Banca Central.
3
Humphrey (2010) realiza un recuento histórico de las motivaciones de los creadores de la función de
prestamista de última instancia para los bancos centrales.
4
Domanski & Sushko (2014) advierten sobre los problemas de riesgo (riesgo moral, selección adversa
y consistencia del tiempo), en que incurre la operación de prestamista de última instancia de la Banca
Central, sobre la base de las experiencias de varios países en la crisis internacional del 2008.
economía pequeña y abierta con precios rígidos, y evalúan las pérdidas comparadas
de bienestar (o los costos sociales) sobre el ciclo económico, entre una economía
dolarizada y otras con diferentes regímenes cambiarios, ante tres tipos de shocks: (i)
de términos de intercambio; (ii) de tasas internacionales de interés; y (iii) inflación
en precios de importación. Luego de construir el modelo y calibrarlo para la econo-
mía mexicana, incorporan estos shocks y evalúan los resultados en dos escenarios
hipotéticos. El primero es una economía dolarizada. El segundo escenario compara
tres reglas de política: la primera considera ajustes devaluatorios del valor del tipo
de cambio al shock externo; la segunda, una política de objetivo inflacionario; y, la
tercera, una regla de ajuste de la cantidad de oferta de dinero. La conclusión general
es que la pérdida de bienestar para una economía dolarizada es mayor frente a una
economía con otro arreglo monetario-cambiario. Una de las razones que exponen
es que los precios de los bienes transables no pueden ajustarse, al ser exógenos, y,
dado que la economía presenta precios no transables fijos, estos tampoco pueden
contraerse ante el shock de términos de intercambio. Es precisamente esta rigidez
en los precios relativos la que se podría corregir con la devaluación en países con
moneda propia. Vale resaltar que, según los autores, los shocks afectan de manera
asimétrica al ciclo de la economía dolarizada, en relación con el de la economía
norteamericana, habida cuenta de que la política monetaria implementada por esta
última, para estabilizar su propio ciclo, puede ser perjudicial para la economía que
adoptó al dólar como moneda de curso forzoso.
Asimismo, Kwan y Lui simulan una realidad contrafactual para averiguar qué hu-
biera pasado en este mismo país si, durante la vigencia del tipo de cambio flexible,
se hubiera impuesto la caja de conversión, y si, del mismo modo, en el período de
vigencia de la caja conversión se hubiera adoptado un tipo de cambio flexible. La
conclusión es la siguiente:5
5
Traducción propia.
del producto; sin embargo, también hay beneficios; la inflación disminuye y la economía
es menos volátil (Kwan y Lui, 1999, p.42).
Esta evidencia muestra las limitaciones que presenta una economía dolarizada
para enfrentar shocks externos, pero también la alta fragilidad de su ciclo económico
ante el contexto internacional. Las crisis se profundizan, prolongan y se evidencia
una mayor pérdida de bienestar.
Del mismo modo, estos aportes conducen a buscar nuevos enfoques para apre-
ciar los impactos de la dolarización sobre el crecimiento. En especial, aquellos que
introducen una función de demanda de inversión, en el clásico estilo keynesiano. El
principio fundamental sería tratar de determinar cómo la demanda agregada afecta
al crecimiento. Según Palley (1996), una de las más importantes limitaciones del
modelo de Solow se refiere a que la tasa de acumulación de una economía, depende
exclusivamente de las decisiones de ahorro de los hogares, y que estas decisiones
son independientes del gasto de inversión de las firmas. Incluso, este supuesto im-
plica uno más fuerte: que el incremento en la tasa de ahorro se traduce automáti-
camente en un crecimiento de la tasa de inversión uno a uno. Esta construcción y
entendimiento del proceso de acumulación y crecimiento es consistente con la Ley
de Say, en el sentido de que la economía no presenta restricciones de demanda y
que, en consecuencia, esta se ajusta de manera endógena a los aumentos de oferta.
Una segunda deficiencia que identifica Palley (1966) en estos modelos está re-
lacionada con la ausencia de dinero, tanto en el modelo de crecimiento de Solow,
como en los que continúan en la corriente neoclásica; y, que, en este supuesto,
la tasa de interés está determinada por la productividad marginal del capital de
forma exclusiva. Tobin (1965) es uno de los primeros economistas que incluyen
no solo la moneda, sino aspectos relacionados con las decisiones de inversión de
portafolio de las firmas en sus modelos, en un intento por integrar los aportes
keynesianos vinculados con las preferencias por la liquidez en la determinación de
las tasas de interés.
6
Fazzari & Mott (1986-1987) recomiendan que esta función incluya las expectativas de demanda que
tiene la firma en relación con su capacidad instalada, y la habilidad/disponibilidad que tiene para
fondear su inversión, sea a través de acciones (financiamiento interno) o a través de deuda (financia-
miento externo), también denominada “prima de financiamiento externo”.
Stiglitz y Greenwald (1993) van más allá y plantean, justamente, que las fun-
ciones neoclásicas de crecimiento se basan en la hipótesis equivocada de que la
estructura financiera es irrelevante. Y, es equivocada porque, en un contexto de
información asimétrica, la estructura del sistema financiero afecta tanto el com-
portamiento de las firmas como los precios de mercado, más aún si las firmas se
encuentran en una situación de restricción de financiamiento por acciones o por
deuda. El problema central es que, bajo estas consideraciones, la tasa de interés no
será determinante para las decisiones de asignación de los recursos. Planteado en
términos más estrictos, la tasa de interés difícilmente vacía el mercado de crédito.
Este debería ser el contexto teórico más apropiado para intentar un análisis de los
impactos o, mejor, las consecuencias sobre el crecimiento de una economía sin mo-
neda propia. Por su parte, Calvo y Reinhart (1999) señalan que el esquema moneta-
rio de la dolarización “blinda” a la economía de las típicas crisis de balanza de pagos
(entiéndase crisis cambiarias), pero no de las crisis financieras. Ello, puesto que en
estas economías es la moneda de los bancos la que se usa como medio de pago. Ade-
más, advierten que la economía encuentra formas de ajustarse ante una situación
crítica de cualquier forma. Así, por ejemplo, si la dolarización elimina la posibilidad
de levantar señoreaje en un contexto de presiones de financiamiento, el impuesto
inflación puede reemplazarse por el impuesto a la riqueza o por un impuesto a los
cheques de los bancos.
EVIDENCIA EN ECuADOR
A partir de datos del Banco Central del Ecuador, De la Torre (2014) muestra la
falta de relación entre los movimientos del saldo de la balanza de pagos y los niveles
de liquidez de la economía. Posiblemente, el fundamento teórico de dicho hallazgo
esté relacionado con la endogeneidad monetaria de la escuela poskeynesiana. Ello
implica que el sistema financiero está en capacidad de acomodar, total o parcial-
mente (contraer o expandir), la cantidad demandada de dinero, sea cual fuera la
política monetaria. Se señala, como evidencia, que en las economías con moneda
propia, el peso relativo del outside money, o base monetaria, es mínimo sobre el total
del medio circulante.
A su vez, De la Torre (2014) sostiene que las variaciones en las cuentas externas
cuantificadas en el saldo de la balanza de pagos ecuatoriana, no tendrían impacto
alguno sobre la liquidez. Entonces, se podría colegir que el saldo de balanza de pa-
gos no tendría impacto sobre el ciclo económico ni sobre el crecimiento económico.
7
Precios promedio del crudo ecuatoriano y del mercado internacional. Fuente: Banco Central del
Ecuador (Información Estadística Mensual).
8
Proforma del Presupuesto General del Estado de los años 2015 y 2016. Fuente: Ministerio de Finanzas.
Jahan-Parvar y Mohammadi (2011) encuentran que los shocks (i) y (ii) usualmen-
te vienen juntos, al encontrar una relación causal negativa y bidireccional entre el
precio del petróleo y los tipos de cambio en 8 de 12 países exportadores de petróleo.
El canal de trasmisión se genera por la hipótesis de la enfermedad holandesa: los
ingresos provenientes de las exportaciones petroleras causan una apreciación real del
tipo de cambio, que disminuye la competitividad en el sector no petrolero; situación
que reduce la posibilidad de diversificar la oferta exportable. En el mismo sentido,
Fratzscher, Schneider y Van Robays (2014) encuentran que un incremento de 10% en
el precio del petróleo conduce a una depreciación del tipo de cambio efectivo real del
dólar estadounidense equivalente a 0,28%; mientras que, en el otro sentido, la rela-
ción es más débil: una caída del dólar estadounidense de 1% provoca una caída de los
precios del petróleo de 0,73%. Según Golub (1983), un incremento en la demanda de
dólares por parte de los países miembros de la Organización de Países Exportadores
de Petróleo (OPEP), no es compensado con una reducción en la demanda de dólares
de los países importadores de petróleo, por lo que habrá exceso de demanda por dó-
lares en el mercado internacional, y el dólar tenderá a depreciarse.
Existe una relación inversa entre el precio del crudo referencial West Texas In-
termediate (WTI) y el tipo de cambio del dólar con las monedas de A) Colombia,
B) Perú, C) Zona Euro y D) Reino Unido, entre enero-2007 y junio-2016. Cuando el
precio del petróleo sube/baja, el dólar se aprecia/deprecia. La relación es aún más
fuerte con los principales socios comerciales Perú y Colombia (Figura 3).
Nota: El precio del WTI está medido en dólares estadounidenses por barril, y la cotización de las mone-
das de Colombia, Perú, Reino Unido y Zona Euro corresponden a la cotización dólar estadounidense/
moneda local.
Fuente: Banco Central del Ecuador y Energy Information Administration
9
En 2015, la cuota de participación del Ecuador en la producción de petróleo de la OPEP fue de 1,7%.
10
Elaborado por el Reporte de Consistencia Macroeconómica, Facultad de Economía, Pontificia Uni-
versidad Católica del Ecuador.
11
Elaborado por el Reporte de Consistencia Macroeconómica, Facultad de Economía, Pontificia Uni-
versidad Católica del Ecuador.
Por otra parte, es posible observar la alta relación entre el crecimiento económi-
co y la evolución del precio del petróleo (Figura 6). Cuando el precio del petróleo
sube/baja, i) el consumo de los hogares, ii) la inversión privada, iii) las exportacio-
nes, y iv) las importaciones también crecen/bajan. Pero este fenómeno no solo ocu-
rre en Ecuador, sino en la mayoría de economías petroleras (International Monetary
Fund, 2015). A través de los años, el precio del petróleo ha sido altamente volátil
e impredecible, y el principal canal de transmisión es el presupuesto público. Una
regla fiscal para limitar el gasto público, en respuesta a la volatilidad petrolera, y
proteger la estabilidad macroeconómica podría resolver el problema y romper con
esta relación pro-cíclica entre el precio del petróleo, el gasto público y el crecimien-
to; por ejemplo, la constitución de fondos soberanos de inversión (Arezki, Hamilton
y Kazimov, 2011).
Desde el punto de vista político, los fondos soberanos de inversión no resultan atrac-
tivos, dado que la función objetivo de los políticos es maximizar su popularidad. La
situación se vuelve más complicada cuando los votantes han experimentado varios
períodos de alto gasto público, y sus expectativas se han ajustado a esta misma
realidad. Esto incentiva a los políticos a continuar con la misma estrategia, que
puede funcionar hasta que los ingresos del gobierno disminuyen, por ejemplo, por
una caída en los precios del petróleo. Entonces, la relación pro-cíclica mencionada
anteriormente empieza a operar con resultados desfavorables para el crecimiento
económico.
la economía, las remesas representan el 2,4% del PIB (2015). El monto que el
Ecuador recibe depende de la actividad económica en las tres principales fuentes:
Estados Unidos, España e Italia.12 La Figura 7 muestra la relación directa y positiva
entre el PIB de Estados Unidos (A), España (B), Italia (C), la ponderación de tres
países (D), y la cantidad de remesas que recibe el Ecuador. Durante el año 2009,
como consecuencia de la crisis financiera internacional, la actividad económica en
estos tres países disminuyó. Eso significó una contracción del monto de remesas
recibidas por el Ecuador, correspondiente a 25,8%, entre el primer trimestre de
2008 y el primero de 2009.
Fuente: Banco Central del Ecuador, Bureau of Labor Analysis y Banco Central Europe
12
Entre 2002 y 2015, aproximadamente el 97% del total de remesas que recibió el Ecuador provinieron
de Estados Unidos (36%), España (48%) e Italia (7%).
Para Ratha (2003) las remesas son una fuente importante y estable para el finan-
ciamiento del desarrollo. Pero, sobre todo, sugiere que las remesas pueden y deben
mejorar el crecimiento económico, en lugar de mostrar que en realidad lo han he-
cho. En el mismo sentido, Jongwanich (2007) afirma que el mérito de las remesas
está en incrementar el ingreso de las familias pobres, más que en el crecimiento de
toda la economía.
CONCLusIONEs
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