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SEMANA 39 CICLO VI FECHA 7 DE DICIEMBRE

Recurso 1: Las plantas y el cambio climático


Las plantas son seres vivos que al igual que nosotros tienen reacciones específicas a
su entorno y medio ambiente. La interdependencia entre las actividades humanas y
las plantas es una realidad y por ello se estudia el comportamiento de cualquier tipo
de planta en respuesta al ambiente donde crece, así como a variaciones climáticas
en dichos sitios.
A esta disciplina se le llama ecofisiología vegetal y con ella se puede identificar, por
ejemplo, cómo una sequía prolongada provoca un fuerte estrés sobre las plantas,
reduciendo su fotosíntesis y el contenido de agua en sus tejidos, entre otras cosas.
Esta ciencia se ha convertido en una poderosa herramienta para diagnosticar y
monitorear el comportamiento de las plantas a un nivel muy detallado y entender su
respuesta ante el cambio climático, lo cual cobra mucha importancia en estos
tiempos para diseñar y proponer alternativas de mitigación en diversos sectores —
social, productivo, ambiental, político— a escalas local, regional, nacional y/o
internacional.
El cambio climático implica el incremento atmosférico de la concentración de gases
de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono (CO2) y metano. Aunque
estos gases se encuentran de manera natural en la atmósfera, las actividades
humanas liberan al aire una gran cantidad de estas sustancias lo cual incrementa la
temperatura media del planeta – calentamiento global – e influyen directamente en
los patrones de lluvias ocasionando periodos más largos de sequía o por el contrario
ocasionando fuertes inundaciones.
Por ello, es urgente monitorear el comportamiento de las plantas bajo estos nuevos
escenarios climáticos y responder preguntas como ¿qué tanto toleran las plantas el
incremento de la temperatura? ¿cuánto tiempo pueden estar sin agua?
¿qué sucede con plantas que crecen con una concentración elevada de CO2? Y sobre
todo ¿cómo amenaza el cambio climático la supervivencia de una planta en una
región geográfica determinada?
En la actualidad, muchos estudios se han enfocado en tratar de entender la respuesta
de las plantas cultivadas ante los posibles efectos del cambio climático. Por ejemplo,
en el trigo, una elevada concentración de CO2 puede aumentar la producción de
semillas, a partir de las cuales se fabrican harinas y sus derivados que consumimos
todos los días. En apariencia esto no sería malo, sin embargo, la cantidad de proteínas
que contienen las semillas se reduce en comparación con las producidas en plantas
creciendo a la concentración actual de CO2 en el aire.
Entonces, en escenarios donde el dióxido de carbono es elevado, se podría producir
más, pero con de menor calidad, con un producto que podría no satisfacer nuestros
requerimientos nutrimentales. Además, el costo de producción se incrementaría ya
que como se ha mencionado, el cambio climático provoca también variaciones en los
patrones de precipitación, por lo que los productores tendrán que invertir en sistemas
de riego para satisfacer las necesidades de la planta, implicando mayores costos de
producción, y por lo tanto un incremento en los precios de los productos.
Eso, solo por mencionar el ejemplo de uno de los cultivos más importantes a escala mundial,
sin embargo, no sabemos qué sucederá con las plantas que se cultivan tradicionalmente en
nuestro país —comúnmente llamados cultivos de temporal— como el maíz, frijol y calabaza,
los cuales son la base de nuestra alimentación y de las que depende la seguridad alimentaria
de mucha gente en zonas rurales.
Es ahí donde la ecofisiología vegetal puede contribuir a entender la posible respuesta
de estas plantas ante los efectos del cambio climático. Puede ayudar, por ejemplo, a
delimitar nuevas zonas de aptitud para diferentes cultivos de acuerdo a las
proyecciones de cambio climático en el país: una planta crece en un sitio particular
porque ahí encuentra las condiciones óptimas para poder germinar, crecer y
reproducirse, pero ante la variación ambiental, producto del cambio climático, podría
ya no ser capaz de crecer en la región geográfica en la que lo hace en la actualidad.
Mediante estudios ecofisiológicos se puede determinar cuáles son los rangos
ambientales temperatura, humedad, precipitación, luz en los que una planta puede
crecer.
De acuerdo con esto, pueden proponerse alternativas de manejo que permitan
continuar la producción de los cultivos, por ejemplo, mediante el uso de variedades
tradicionales que quizá podrían ser más tolerantes a las nuevas condiciones
ambientales. Muchos de los modelos que determinan las zonas geográficas en las que
puede crecer una planta, se basan en los rangos de tolerancia ambiental de éstas,
pero desafortunadamente estos datos se generan a partir de la presencia o ausencia
de una planta en un lugar determinado, no a partir de su desempeño fisiológico en
dicho lugar.
Por lo tanto, carecen de datos puntuales de la tolerancia ambiental real de las
plantas, los cuales pueden ser generados a través de estudios ecofisiológicos, tanto
en el campo como de manera experimental. Por ello, es urgente generar modelos que
incorporen esta información y que permitan determinar con mayor precisión las
zonas de aptitud para el cultivo de diferentes plantas o, simplemente, que nos
permitan conocer cómo se modificará el panorama vegetal en respuesta al cambio
climático.
Si se considera que la magnitud del cambio en el clima y por tanto en la fisiología de
las plantas depende de la región geográfica, es necesario partir de estudios finos a
escala local, principalmente en zonas altamente vulnerables a este fenómeno desde
el punto de vista económico, social y productivo.

RESPONDEMOS
¿Cómo el incremento de CO2 y metano afectan al clima?

¿Qué factores provocan estrés en las plantas?

¿Por qué la temperatura es un factor que influye en el crecimiento de las plantas?

PLANTAS COMO REGULADORAS DEL CLIMA

Aunque no se puede hablar de las plantas como reguladoras del clima global, está
claro que hay una relación entre el clima y la vegetación. Sin embargo, esta relación
es un tanto complicada porque la vegetación tiene tanto efectos de enfriamiento
como de calentamiento del clima.

La vegetación disminuye el albedo; los colores oscuros absorben más la radiación solar
y por lo tanto se refleja menos luz solar hacía el exterior. Además, al ser organismos
de superficie rugosa se aumenta la absorción. En consecuencia, cuanta más
vegetación, la temperatura local (calor transferido) aumenta más.
Pero, por otro lado, al aumentar la vegetación hay más evapotranspiración
(conjunto de la evaporación de agua de una superficie y la transpiración a través
de las plantas). De manera que el calor se gasta en pasar el agua líquida a gaseosa,
lo que conlleva a un enfriamiento. Además, la evapotranspiración también ayuda
aumentar las precipitaciones locales.
Por lo tanto es un efecto ambiguo y en determinados ambientes pesa más el efecto
de enfriamiento, mientras que en otros tiene más relevancia el de calentamiento.

Mitigación

Hoy en día hay varias propuestas para reducir el cambio climático, pero

¿cómo pueden ayudar las plantas?

Las comunidades vegetales pueden actuar como sumideros, reservas de carbono, ya


que a través de la asimilación de CO2 ayudan a compensar las emisiones. Un manejo
adecuado de los ecosistemas agrarios y los bosques puede ayudar a la captación y
almacenamiento del carbono. Por otro lado, si se lograra reducir la deforestación y
aumentar la protección de hábitats naturales y bosques, se reducirían las emisiones
y se estimularía este efecto sumidero. Aun así, existe el riesgo de que estos sumideros
puedan convertirse en fuentes de emisión; por ejemplo, debido a incendios.

Finalmente, presentar los biocombustibles: estos, a diferencia de los


combustibles fósiles (como el petróleo), son recursos renovables, ya que se trata
de cultivos de plantas destinados al uso como combustibles. Aunque no logran retirar
CO2 de la atmosfera ni reducen emisiones de carbono, evitan el incremento de este en
la atmosfera. Por este motivo no llegaría a ser una medida del todo mitigadora, pero
mantienen el balance de emisión y captación neutro. El problema es que pueden
generar efectos colaterales a nivel social y ambiental, como el incremento de precios
de otros cultivos o la deforestación para instaurar estos cultivos, cosa que no debería
suceder.

REFLEXIONAMOS
¿Cómo las plantas podrían mitigar el cambio climático?

Si las plantas requieren CO2 como materia prima para el proceso de la fotosíntesis y
este gas que forma parte de los GEI ¿Por qué el CO2 sigue incrementándose y
produciendo calentamiento global y el cambio climático?

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