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I. Contenidos
1. Concepto de rayo.
1.1 Haces de rayos: convergentes y divergentes.
3. Dispersión.
3.1 El arco iris.
Desarrollo
1. Concepto de rayo.
1.1 Haces de rayos: convergentes y divergentes.
Para los fines de este estudio, nos centraremos solamente en las propiedades
geométricas de la transmisión de la luz, utilizando para esto el concepto de haz
de rayos luminosos. El rayo luminoso es tan solo una simplificación apta para
describir la propagación de las ondas electromagnéticas en la mayoría de los
medios materiales.
Los haces de luz pueden clasificarse en tres tipos: divergentes, paralelos y
convergentes. Las diferencias entre las tres categorías se manifiestan
esencialmente en las relaciones de luz y sombra que producen sobre el objeto.
Haz divergente
Haz paralelo
Cuando el haz de luz es paralelo sus rayos se emiten en una sola dirección, este
es por ejemplo el caso del sol, que por hallarse a muy gran distancia con respecto
a la Tierra, ilumina a esta con un haz de radiación que puede considerarse
paralelo.
Haz convergente
Esta noción de haz luminoso nos servirá para comprender en forma más sutil los
efectos de los distintos tipos de superficies de reflexión.
Para que este fenómeno ocurra es necesario que el ángulo del rayo de luz incidente
respecto a la normal sea mayor o igual al ángulo de incidencia crítico θc. para este
ángulo, el ángulo de salida del rayo reflejado alcanzará los 90º, para todos los ángulos
de incidencia mayor que este ángulo la luz deja de atravesar la superficie entre ambos
medios y es reflejada internamente de manera total.
Ángulo Crítico
El ángulo crítico se puede calcular a partir de la ley de Snell, se puede producir una
ecuación para ccalcular el ángulo crítico.
θc = arcsin n2/n1
Antecedentes
Partiendo de que la fibra óptica transmite luz, todas las aplicaciones que se basan
en la luminosidad (bien sea por falta de esta, por difícil acceso, con fines
decorativos o búsqueda de precisión) tiene cabida este campo. Si a todo esto
sumamos la gran capacidad de transmisión de información de este medio, (debido
a su gran ancho de banda, baja atenuación, a que esta información viaja a la
velocidad de la luz, etc.) dichas aplicaciones se multiplican.
Algunas aplicaciones
Medicina En este campo son evidentes las ventajas que puede aportar el uso de
la fibra óptica como ayuda a las técnicas endoscópicas clásicas y, de hecho, están
siendo sustituidos los sistemas tradicionales por los modernos fibroscopios.
Diversos aparatos como laringoscopios, rectoscopios, broncoscopios,
vaginoscopios gastroscopios y laparoscopios, incluyen ya esta tecnología, la cual
nos permite con gran precisión la exploración de cavidades internas del cuerpo
humano.
Gracias a la exactitud que nos proporciona este medio, los sensores son un punto
bastante importante en el que se aplica la tecnología de la fibra óptica.
Iluminación Es obvio que, ante todo, lo que la fibra óptica transporta es luz. Al
margen de la información que esta pueda enviar, esta aplicación es bastante
importante, ya que, debido a sus particulares características nombradas
anteriormente, nos permite con suma facilidad iluminar zonas especiales
sometidas a toxicidades, riesgos de incendio, etc. tales como industrias
petrolíferas, explotaciones mineras, industrias de altos componentes inflamables y
muchas otras.
El ojo humano es un sistema óptico formado por un dioptrio esférico y una lente,
que reciben, respectivamente, el nombre de córnea y cristalino, y que son capaces
de formar una imagen de los objetos sobre la superficie interna del ojo, en una
zona denominada retina, que es sensible a la luz.
En la figura anterior se ven claramente las partes que forman el ojo. Tiene forma
aproximadamente esférica y está rodeado por una membrana
llamada esclerótica que por la parte anterior se hace transparente para formar
la córnea.
Tras la córnea hay un diafragma, el iris, que posee una abertura, la pupila, por la
que pasa la luz hacia el interior del ojo. El iris es el que define el color de nuestros
ojos y el que controla automáticamente el diámetro de la pupila para regular la
intensidad luminosa que recibe el ojo.
El cristalino enfoca las imágenes sobre la envoltura interna del ojo, la retina. Esta
envoltura contiene fibras nerviosas (prolongaciones del nervio óptico) que
terminan en unas pequeñas estructuras denominadas conos y bastones muy
sensibles a la luz. Existe un punto en la retina, llamado fóvea, alrededor del cual
hay una zona que sólo tiene conos (para ver el color). Durante el día la fóvea es la
parte más sensible de la retina y sobre ella se forma la imagen del objeto que
miramos.
Los millones de nervios que van al cerebro se combinan para formar un nervio
óptico que sale de la retina por un punto que no contiene células receptores. Es el
llamado punto ciego.
La córnea refracta los rayos luminosos y el cristalino actúa como ajuste para
enfocar objetos situados a diferentes distancias. De esto se encargan los
músculos ciliares que modifican la curvatura de la lente y cambian su potencia.
Para enfocar un objeto que está próximo, es decir, para que la imagen se forme en
la retina, los músculos ciliares se contraen, y el grosor del cristalino aumenta,
acortando la distancia focal imagen. Por el contrario si el objeto está distante los
músculos ciliares se relajan y la lente adelgaza. Este ajuste se
denomina acomodación o adaptación.
Un ojo normal será el que tiene un punto próximo a una distancia "d" de 25 cm,
(para un niño puede ser de 10 cm) y un punto remoto situado en el infinito. Si no
cumple estos requisitos el ojo tiene algún defecto.
.
El ojos es un sistema óptico que concentra y logra enfocar en la retina los rayos
que salen divergentes de un objeto (de otro modo los rayos salientes de un punto
no podrían recogerse sobre una pantalla para dar su imagen).
Si un objeto está situado en el punto próximo del ojo, se ve del mayor tamaño y
bajo el mayor ángulo que es posible verlo a simple vista.
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