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San Agustín de Hipona

Enéadas: «Antes de todo cuanto verdaderamente es, hubo el Uno, o el Uno mismo
antes de que hubiese ser uno…; el Uno antes de toda existencia, antes de toda
existencialidad y, sobre todo, antes que todo lo inferior, antes que el ser mismo, pues,
a toda existencialidad, a toda sustancia, a toda subsistencia e incluso inteligencia…
Primera causa de todos los principios, principio de todas las inteligencias,
preinteligencia de todas las potencias, fuerza más rápida que el movimiento mismo y
más estable que el mismo reposo». Este reposo que es un movimiento inefable, este
movimiento que es un reposo supremo, este Dios que es a la vez praeintelligentia,
praeexistens, praeexistentia […].

San Agustín supo restablecer al Dios cristiano en el plano del ser, concebido como
indivisible del uno y del bien.

El neoplatonismo es el suelo sobre el que San Agustín funda su doctrina.

Fuentes: Su madre Mónica

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