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CORONAVIRUS

Yo pensé que esta pandemia del coronavirus iba a repercutir en la conciencia


de la gente, para ser mejores personas.

Empezando por los políticos, ¿Cómo es posible que 5 o 6 cerebros dirigentes


del pueblo, aprueben la muerte de niños indefensos que los encuentran en una
parte donde no tienen escapatoria?

Mujeres: no se dejen creer de los hombres queriendo pasar un minuto de


placer para convertirlo en toda una vida de dolor.

Sicarios: la plata es una bendición cuando es bien ganada con el sudor de la


frente, y sacrificio. La plata ganada matando, robando, extorsionando,
vendiendo droga maldita eso no dura en el bolsillo, además produce
maldiciones, enfermedades y muerte.

Guerrilleros: no creo que durante el tiempo que han estado delinquiendo,


haciendo desplazar a los humildes campesinos trabajadores con sus familias,
eso les produzca felicidad.

Políticos: el poder también enferma, el queso es grande porque los ciudadanos


lo hacemos para bien de todos, no lo repartan solo para bien de sus intereses.

Médicos, enfermeros (ras): ese don de servicio que Dios le dio no lo usen para
mal, solo por unos pesos que les va a traer ruina, me refiero haciendo abortos.

Sacerdotes: ustedes son nuestros intermediarios entre nosotros y Cristo, denos


ejemplo de vida, porque de lo contrario, si continuamos imitando el mundo, ya
saben dónde vamos a parar.

Niñas, de 10 a 20 años: la castidad es la más valiosa de su vida, no la


desperdicien porque se les convierte en su mejor fracaso. Pídanle a Dios que
les de fuerza para resistir la tentación (valorícense).

Enfermos: no reneguemos porque esto nos sirve de prueba para humillarnos


ante nuestro Creador, quien es el medio divino, no solamente el cuerpo
necesita comer, el alma también (Juan 6, - 47 – 57, léalo), soy testimonio de
esto.

Consejos de un amigo que desea el bien para todos.

Incognito.
HUMILLARSE

Hoy Miércoles de Ceniza es un día especial para humillarnos ante Cristo,


arrodillarnos y pedirle perdón por nuestros pecados, y recordar que somos
polvo y en polvo nos vamos a convertir.

Dios no se engrandece, Él sigue siendo el mismo, Él nos enaltece, porque


estamos reconociendo que somos pecadores, y por eso le pedimos perdón.

Él sabe de todas nuestras necesidades y nos mira con ojos de misericordia.

Señor: perdóname que me he creído que no necesito de nadie, soy prepotente,


sin tener en cuenta que tú eres el que me da las fuerzas, sin ti no puedo hacer
nada.

Hoy te pido que tengas piedad de mí, que soy un pecador, que no soy
merecedor de estar en tu presencia, de hoy en adelante, quedo en tus manos
porque todo se lo debo a ti.

Gracias señor por la vida que me has dado hasta hoy, y te doy gracias por la
que me vas a dar de ahora en adelante.

Gracias padre, recuerda siempre que soy tu hijo (hija) y no olvides que soy
hechura de tus manos.

Gracias, gracias Señor. (amen)

Convirtámonos y creamos en el evangelio.

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