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¿Qué es la prisión preventiva?

La prisión preventiva es una medida de carácter excepcional que sólo puede


aplicarse cuando exista un peligro cierto de que el imputado intentará entorpecer
la investigación o se fugará.

Qué es la prisión preventiva en Chile?


En tal sentido, la prisión preventiva consiste en una medida cautelar personal
inserta en un proceso penal y en cuya virtud se priva de libertad a un imputado en
forma indefinida, sin que dicha privación constituya una condena o pena.

¿Cuánto dura la prisión preventiva en Chile?


de procesos complejos, el plazo límite de la prisión preventiva no durará más de 18
meses (Artículo 272). condenatoria, hasta 6 meses más (Artículos 241 y 242). para cada
delito, ni exceder de 2 años (artículo 230).

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Prisión preventiva
La prisión preventiva o prisión provisional es una medida cautelar de carácter
excepcional, tomada en situaciones de necesidad extrema, mediante la cual
un juez dispone privar de su libertad ambulatoria a una persona, durante el curso
de un proceso penal en el que se encuentra acusada, sin que exista una sentencia
judicial condenatoria firme, con el fin de prevenir eventuales acciones que puedan
dañar a terceros o la marcha del proceso.12 En caso de resultar condenada a
una pena de prisión, el tiempo durante el cual la persona estuvo detenida
preventivamente, debe computarse para establecer el momento de cumplimiento
de la pena.3 En caso de no resultar condenada o que el tiempo durante el cual la
persona permaneció detenida exceda la pena, la mayoría de las legislaciones no
establecen compensación alguna. Esto ha creado debate si realmente debería ser
remunerada el costo de oportunidad perdido suceso en el tiempo de la
investigación de una persona inocente4 El carácter excepcional y extremo de la
prisión preventiva se debe a que se trata de una medida punitiva ante o extra
delicturn,5 que afecta el principio de presunción de inocencia6, garantía que
constituye uno de los pilares del Estado de derecho. El abuso creciente de esta
medida en los Estados modernos, con su consecuente lesión del Estado de
derecho, ha llevado a reclamar que la misma esté sujeta a estrictos controles que
impidan la arbitrariedad y discrecionalidad de la misma. 17

Requisitorios
Son criterios por lo general bastante parecidos en todos los países:

 que se trate de delitos de cierta gravedad determinada de antemano por la ley,


aunque la Corte Interamericana de Derechos Humanos también ha resuelto
que esa sola circunstancia no es suficiente para justificar la prisión preventiva; 8
 probabilidad o verosimilitud de los hechos;9
 que exista riesgo de fuga, o de entorpecer la investigación. 8
 que prisión de la persona acusada sea absolutamente indispensable para
conseguir el fin deseado y que no exista una medida menos gravosa para
alcanzar el objetivo propuesto;8
 que el daño inherente a privar de la libertad a una persona presumida inocente
no resulte desproporcionado frente a las ventajas que se obtienen mediante de
la prisión;8
 que las razones del juez se encuentren suficientemente explicadas y
fundadas;8

Críticas
Dos son las críticas principales contra esta medida:

 Es contraria al principio de presunción de inocencia, puesto que pena


al acusado aún antes de que se haya demostrado su culpabilidad, siendo
imposible de reparar el daño que se le cause en el caso de que finalmente sea
declarado inocente. Dicho daño puede referirse a la imagen, reputación, vida
laboral y privada de los imputados.10
 En la mayoría de los países se abusa cada vez más de esta medida cautelar,
tanto en el número de presos como en la duración de la misma: 10
De hecho, si contemplamos el funcionamiento efectivo de los ordenamientos
penales, y de un modo ejemplar el del italiano, son más bien la abolición de la
pena y la justificación en su lugar de instrumentos de control extra-penales los que
hoy se manifiestan como fenómenos más inquietantes. La pena propiamente dicha
-como sanción legal post delictum y post iudicium- es cada vez más en Italia una
técnica punitiva secundaria. La prisión preventiva, y por otro lado el proceso como
instrumento espectacular de estigmatización pública antes de la condena, han
ocupado ya el lugar de la pena como sanciones primarias del delito o más
exactamente de la sospecha de delito. Y la cárcel ha vuelto a ser bastante más un
lugar de tránsito y de custodia cautelar, como era en la época premoderna, que un
lugar de pena.

wikipedia
Uno de los objetivos de la Reforma Procesal Penal fue darle aplicación eficiente al
poder punitivo del Estado. El sistema jurídico procesal en Chile vio la necesidad de
realizar una modificación al modelo del antiguo procedimiento penal, el cual se
caracterizaba por ser eminentemente escrito y secreto. Pero si bien la falta de
transparencia y confianza, en las decisiones adoptadas que existía en el sistema
antiguo eran evidentes, hoy en día la forma como se llevan a cabo las penas y el
modo y condiciones en que esto se hace, son muchas veces invisibles o ignoradas
por todos nosotros; aun cuando el, no desconocido, principio inspirador de la
referente reforma, que es la oralidad, lo encontramos consagrado en el artículo
primero del Código Procesal Penal, como principio básico de dicho código. Se
asegura a toda persona el derecho a un juicio previo, oral y público. Siendo así la
manera más legítima y eficiente para que el tribunal funde su convicción.
Conjuntamente, surge la discusión de que hoy en día existe gran hacinamiento de
presos en los recintos penitenciarios y es más discutible aún el tema, en cuanto a
que si bien el porcentaje de presos sin condena ha disminuido, la mayoría de los
recintos continúan aún teniendo un número mayor de presos preventivos que
condenados, sin mencionar todos los inconvenientes que esto acarrea. Se ha
intentado encontrar soluciones a este problema, se han dado muchas alternativas
y vías de solución, sin embargo esto no ha sido suficiente y se hace inminente y
necesario que se presione aún más. Es así como se hace necesario por una parte
que uno de los principales desafíos de nuestro país sea dar lugar a la prisión
preventiva en delitos que realmente lo ameriten y no a menoscabar aún más su
condición de reclusos, siendo el recinto penitenciario un lugar que en vez de
cumplir su función resocializadora termine por infringir de igual manera los
derechos que estas personas alguna vez transgredieron. Con la presente tesis se
pretende describir, de la forma más explícita posible, como opera la prisión
preventiva en nuestro país y como se ve relacionada directamente con la situación
actual del sistema penitenciario chileno, específica!llente el de los presos
preventivos. Con estudios e investigaciones que serán llevados a cabo por medio
del resultado de dichas experiencias, dando a conocer una información fidedigna.
Es necesario recurrir a las fuentes doctrinales, jurisprudenciales y por supuesto
que a las legales, las cuales ser irán desenvolviendo a medida que avanza la
investigación. De esta manera el estudio se centralizará en la indagación de
alternativas para la prisión preventiva, puesto que si la misión de ésta es
puramente excepcional y cautelar, por qué muchas veces se transgreden sus
derechos y se pone en riesgo su integridad. Diversos estudios dejan en evidencia,
la significativa cantidad de reclusos preventivos en los recintos carcelarios, por
cuanto resulta necesario analizar medias alternativas a estas medidas cautelares,
que puedan ser utilizadas en la práctica sin vulneran los derechos del imputado y
sin poner en riesgo la integridad del ofendido.

 http://repositorio.unab.cl/xmlui/handle/ria/10535 FD - Trabajos de Titulación


Pre-Grado
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Prisión preventiva: ¿El último recurso?

Columna de César Bunger R., Abogado Unidad de Corte Defensoría Regional Metropolitana Sur.

Mucho se ha escrito acerca del tema de la seguridad ciudadana y la puerta


giratoria. Al respecto el eje central de la discusión lo constituye la prisión
preventiva, por lo mismo y para poder centrar un poco la discusión es útil revisar
cuales son los requisitos que hacen procedente que un juez decrete la prisión
preventiva de una persona.

El artículo 140 del Código Procesal Penal establece que para que se decrete la
prisión preventiva son necesarios tres requisitos: que se encuentre acreditado el
delito; que existan antecedentes que permitan presumir que la persona ha tenido
participación en el delito; y que se encuentre justificada la necesidad de cautela,
es decir, que existan diligencias investigativas que pueden verse obstruidas por el
imputado y que su libertad es un peligro para la seguridad de la sociedad.

Es en este último punto donde se genera mayor discusión y polémica, ya que el


legislador ha establecido ciertos criterios que permiten al juez determinar cuándo
se está frente a una persona que es peligrosa para la seguridad de la sociedad.
Dichos criterios son que la pena asignada al delito sea de cinco años y un día o
más; que el imputado haya sido condenado anteriormente por un delito que tenga
igual o mayor pena; cuando éste tuviese procesos pendientes; o cuando se
encuentre condenado cumpliendo su pena en libertad (con beneficio de firma o
reclusión nocturna).

Junto con lo anterior el derecho chileno tiene un principio rector en materia de


prisión preventiva, que emana de la Constitución Política y de tratados
internacionales, y es que ella sólo puede ser decretada como último recurso, esto
es, cuando no existan otras posibilidades de asegurar la presencia del imputado
en el juicio y por ende sea imposible que cumpla la sentencia condenatoria.

No obstante, si uno revisa las cifras y estadísticas acerca de los procesos penales
en Chile, se puede observar cómo en la actualidad la prisión preventiva ha pasado
a ser la primera medida cautelar que se decreta en contra de las personas que
cometen un delito.

En la práctica, muchas veces se adopta un criterio que no está establecido en la


Ley, y se analiza que si una persona, en el evento de ser condenada, va a poder
optar a algún beneficio alternativo o si por el contrario va a tener que cumplir la
pena de manera efectiva y en base a ello se decreta la prisión preventiva.

Esto ha provocado que en muchos casos las personas que estaban en prisión
preventiva por delitos menores (penas inferiores a cinco años), salgan de la cárcel
con su pena cumplida e incluso habiendo pasado más tiempo al que realmente se
les condenó.

Este dato no deja de llamar la atención y no puede ser sino una voz de alerta que
nos invite a reflexionar en torno a que las prisiones preventivas no pueden ser
automáticas al momento de tener que decidir si una persona queda libre o presa.

Siempre va a existir un conflicto entre, el interés de la sociedad por que los


culpables de un delito sean efectivamente castigados, y por otro lado los derechos
de la persona imputada y su libertad, sin embargo, en este punto siempre
debemos tener presente que cada persona tiene derecho a que se le presuma
inocente y a poder estar en libertad mientras dure el proceso, estando sometida 
ciertas restricciones, pero no por ello podemos pensar que las prisiones
preventivas debe ser la regla general, sino que por el contrario, siempre en caso
de dudas debe prevalecer la libertad.

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