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Simplemente

Si Adán contara la ternura


que le produjo el sexo y la manzana.
Si contara que de verdad la historia es otra,
que no fue la manzana,
que no fue la serpiente,
que ni siquiera Eva tuvo el gesto de perderlo;
tal vez así quedaría establecida la extensión del mundo,
y comprenderían qué simple
es esto que nos pasa.

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