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EL PRINCIPIO DEL

“ACTOR RACIONAL”

En 1855 el jefe indio Noah sealth (Seattle) de la tribu Suwamish remitió


una carta al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce en respuesta
a la oferta de compra de las tierras de los Suwamish en el noroeste de los Es-
tados Unidos, región que es hoy el Estado de Washington. Los indios ameri-
canos estaban muy unidos a su tierra y no consideraban el tema de la propie-
dad, es más, consideraban a la tierra como la dueña de los hombres, ya que
de acuerdo a la nota, afirmaban que “la tierra no pertenece al hombre; es el
hombre el que pertenece a la tierra”.
La misiva, remitida por el jefe indio, representa un mensaje de reflexión en
favor del medio ambiente, pero también contiene aspectos como la expansión
imperialista, la discriminación racial, la exclusión y otras problemáticas iden-
tificadas por la tribu Suwamish de Seattle.
En numerosos ámbitos ecologistas, la citada nota, es considerada como "la
declaración más hermosa y profunda que jamás se haya hecho sobre el medio
ambiente", un llamado a la conciencia del hombre para con su entorno.
El contexto en el cual se desenvolvió este episodio de la historia de la humani-
dad, estaba inmerso en el “paradigma liberal” que propuso la escuela clásica
del pensamiento económico, es decir un mundo inducido por el individualismo,
la eficiencia y el derecho de propiedad privada como sus principales fundamen-
tos.
Hoy, también lo podemos entender como un cuestionamiento a la racionalidad
del hombre, ya que uno de los principios básicos de las ciencia económica esta
referido al “actor racional”, aquel individuo o agente económico que trata de
maximizar sus ingresos y reducir sus costos, a objeto de incrementar su bene-
ficio, algo que para el modelo neoliberal es un fundamento valido.
Sin embargo, en el extremo del citado modelo, el hombre trata de incrementar
sus beneficios “cueste lo que cueste”, deforestando los bosques y los animales,
contaminando las aguas, es decir atentando contra el medio ambiente y la sos-
tenibilidad de su propia vida, en este marco surge el siguiente cuestionamiento
¿Quién es el sujeto irracional?, el “salvaje” jefe indio que envío la citada nota
o el hombre blanco “civilizado”.

Gustavo Gómez
Es Economista

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