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Modelo de Prochaska y Diclemente

Los estadios representan la dimensión temporal, es decir, cuándo cambia la gente. Al ayudar a
alguien se debe considerar el momento particular en el que se encuentra. Se postula que para lograr
el cambio, una persona debe pasar por etapas bien definidas y predecibles, las cuales deben ser
respetadas para facilitar el proceso.

Para alcanzar el éxito en el cambio, resulta fundamental saber en qué etapa se encuentra la persona
con relación a su problema, con el fin de diseñar procedimientos específicos que se adecuen a cada
sujeto. En otras palabras, lo que se busca es la relación terapéutica y el tipo de intervención
adecuados para cada persona dependiendo del estadio en que se encuentre.

1. Precontemplación: es probable que el paciente concurra por constricción externa (orden judicial,
familiares, etc.), manifestando negación del problema y sin considerar realmente el cambio.  El
riesgo de abandono aquí varía entre un 40% y un 60%, e incluso a un 80% en casos relacionados
con el consumo de sustancias.

2. Contemplación: el sujeto reconoce tener un problema, se muestra más receptivo a la


información en cuanto a su problema y las posibles soluciones, aunque vacila en cuanto al momento
de iniciar el cambio, dudando aún sobre sus beneficios.

3. Preparación: en esta etapa la persona se halla lista para la actuación, habiendo dado algunos
pasos en pos del objetivo.

4. Acción: se refiere al momento en que se hacen más evidentes los pasos que se toman para lograr
el cambio. Su duración es de 6 meses.

5. Mantenimiento: sigue a la acción y dura otros 6 meses, el propósito en este estadio radica en


sostener los cambios logrados a través de la modificación del estilo de vida y la prevención de
recaídas.

6. Finalización: el cliente ya no necesita de la utilización de ningún proceso de cambio a fin de


impedir la recaída o el regreso al problema.

Es importante destacar que, al intentar cambiar un problema, gran parte de los sujetos recaen al
menos una vez en el proceso, pero la mayoría de ellos suele volver a empezarlo desde la etapa de
contemplación o preparación, para luego pasar a la acción. Es por esto que se dice que el cambio no
sigue un patrón lineal, sino más bien uno en espiral. La mayoría de los sujetos incorporan nuevas
estrategias y conocimientos a partir de los experimentado en las recaídas.
También es primordial que el terapeuta recuerde que los estadios del cambio son específicos para
cada conducta-problema.

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