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Nº 34 IDENTIDAD ECONÓMICA
AÑO I DEL DISCÍPULO DE JESÚS
1. EL DINERO ¿Qué dice Dios del dinero? Dios no
condena al dinero sino al mal uso de él. El
• Una de las experiencias básicas y co- dinero es un medio para vivir y convivir. No
tidianas del hombre es la del dinero. es algo absoluto, no se debe vivir para él.
¿Llevo para viajar? ¿Tengo dinero en La búsqueda de la riqueza es darle culto
el bolsillo o la cartera? ¿Me alcanza el al dinero y engendra la avaricia y la usura.
sueldo hasta fin de mes? ¿Puedo aho- “La avaricia es una forma de idolatría” (Col.
rrar? ¿Tengo para salir de vacaciones? 3, 5). A los ojos de Dios el dinero enaltece
¿Con qué cubro una emergencia o en- o envilece al hombre. “Cuídense de toda
fermedad? avaricia, porque aún en medio de la abun-
dancia, la vida de un hombre no está ase-
Descubro que el hombre está vincula- gurada por sus riquezas” (Lc. 12, 15).
do necesariamente al dinero. No se puede
prescindir de él. El que no lo tiene, social- • Siendo el hombre imagen y semejanza
mente es un pobre o vive en la miseria. de Dios, el dinero debe ser una expre-
sión del amor. El tener es para dar, para
El dinero es algo que representa un va- distribuir. No es un modo de opresión
lor. El dinero vale en alguna medida. Tener personal y social sino de liberación.
dinero sirve, me da valor; con él puedo
comprar, adquirir lo que necesito. El dine- Con el dinero, la persona puede tener
ro es, también, un medio de intercambio tres actitudes. La economía personal pue-
entre los hombres. Y consiguientemente, de ser de tres formas.
engendra poder. Quién más tiene, aparen-
temente, más puede. De ahí la tentación 1) Una economía personal liberal: con
del dinero: creer que soy en la medida que mi dinero hago lo que quiero. Me perte-
tengo porque teniendo puedo. nece y lo uso como me parece. Es la pro-
piedad privada sin dimensión social. Es el
individualismo económico a nivel perso-
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nal. En occidente al menos, es el uso más Esta es realmente una tentación pro-
común del dinero. A veces se es ateo en el puesta social y culturalmente al hombre. Es
uso de los bienes. necesario tener para ser. La vida es compe-
2) Una economía personal materialis- tencia con el otro y explotación del otro. El
ta: con el dinero me doy los gustos que otro no me interesa sino en la medida en
quiero; vivo bien, cómodo, que nada me que puedo servirme de él. Se lo ha llama-
falte. Vivo del tener sin dimensión de tras- do “sistema capitalista”.
cendencia ni eternidad. Los demás no me
interesan. Los bienes están al servicio del La vida del hombre es la oculta idolatría
bienestar y el consumo. del dinero. El que tiene es como un dios:
todo lo puede. El secreto de la riqueza es
3) Una economía personal evangélica. la acumulación: cuanto más tengo, más
El dinero y lo que tengo deben ser una quiero tener y menos quiero dar. Es el pe-
expresión del amor a Dios y al prójimo. cado de la codicia que “es la raíz de todos
“Vendan sus bienes y denlos como limos- los males” (1 Tim. 6, 10).
na –dice Jesús-. Háganse bolsas que no
se desgasten y acumulen un tesoro in- De la acumulación nace el Capital
agotable en el cielo, donde no se acerca como poder económico y social. El capital
el ladrón ni destruye la polilla. Porque allí engendra, en una primera etapa, una civi-
donde tengan su tesoro, tendrán también lización individualista de la competencia
su corazón” (Lc. 12, 33-34). El dinero está llamada economía liberal.
vinculado a la vida del espíritu y su uso
está sometido al discernimiento. Lo que En una segunda etapa, la economía li-
tengo es para compartirlo. Amar al próji- beral se transforma en economía materia-
mo y al Cuerpo de Jesús es compartir los lista de producción y consumo. El hombre
bienes (cf. Hech. 4, 34-35). Esto surge de es como un animal que trabaja para pro-
la Experiencia de Dios y de su Amor en ducir y comer.
el Espíritu Santo derramado en la comu-
nidad cristiana. El instrumento de esta civilización intras-
cendente y deshumanizadora, en nuestra
hora actual, está constituido por las empre-
• La mala ubicación del hombre frente a sas internacionales y los mercados. Hoy,
la riqueza y el mal uso del dinero nos vivir la idolatría del dinero y la omnipoten-
ha llevado a crear una civilización ar- cia de la riqueza acumulada, de los mega
tificial del dinero: hacer de la riqueza capitales, es estar sometidos a la tiranía de
económica, la riqueza del hombre.
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los mercados. Es la tiranía del tener por te- el Amor de Dios, al poder, la seguridad, el
ner que engendra la frustración laboral de gozar y la apariencia que puede dar el di-
la desocupación y la miseria social en mi- nero. Esa es la tragedia del rico epulón en
llones de hombres y naciones. Al mercado la parábola del evangelio (cf. Lc. 16, 19-31).
no le interesa el hombre sino la ganancia. Jesús hace gráfica esa situación del cul-
to al dinero con una enseñanza que vale la
La Información pública nos da estos da- pena recordar. Es la parábola de la insen-
tos: del Informe anual del Banco Mundial, satez lucrativa tan propia de la economía
el 20% de la población mundial vive con llamada “neoliberal” de nuestros días. “Les
menos de un dólar por día y la mitad del dijo entonces una parábola: "Había un
mundo (2.800 millones de personas) vive hombre rico, cuyas tierras habían produ-
con menos de dos dólares por día. cido mucho, y se preguntaba a sí mismo:
«¿Qué voy hacer? No tengo dónde guar-
Consecuencia de esto: diez millones de dar mi cosecha». Después pensó: «Voy a
niños pobres, menores de cinco años, mu- hacer esto: demoleré mis graneros, cons-
rieron en 1999, la mayoría por enferme- truiré otros más grandes y amontonaré allí
dades previsibles. Y más de 113 millones todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma:
de niños pobres no asisten a la escuela (cf. Alma mía, tienes bienes almacenados para
Diario Clarín, 30-4-2001, Sec. Economía, p. muchos años; descansa, come, bebe y
9 y 13-9-2000, p. 30). date buena vida». Pero Dios le dijo: «Insen-
sato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para
quién será lo que has amontonado?». Esto
• Sobre nuestra situación histórica, Je- es lo que sucede al que acumula riquezas
sús hizo una enseñanza divina y funda- para sí, y no es rico a los ojos de Dios.” (Lc.
mental: el hombre no puede servir a 12, 16-21).
dos señores: a Dios y al dinero (cf. Mt.
6, 24). La humanidad, históricamente debe
aprender que, si el hombre vive para sí mis-
Con esto está queriendo decir que el mo en el uso de sus bienes, engendrará una
dinero tiene el poder de someter a él, la civilización de muerte y deshumanización.
vida del hombre. El hombre puede vivir El destino de la riqueza vacía de Dios es el
para ganar, tener y acumular riqueza. El ser destino de una condenación a los ojos del
humano puede hacerse un esclavo del di- Dios revelado: una civilización de aparien-
nero y hacer de la vida, un negocio. Puede cia tecnológica, una vida social mezquina
vender la riqueza eterna de su vida que es en algunos y miserable para muchos, y una
eternidad vacía de amor y de vida.
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Y en esto los cristianos no debemos lica y vivirá el amor del compartir. Desde
disculparnos. Debemos hacer una seria re- aquí, sí se puede proyectar una civilización
visión de nuestra fe si queremos los frutos del amor, con proyectos de una economía
de una nueva evangelización y de una civi- nueva nacida del Amor y del Espíritu.
lización también nueva.
Podríamos recordar muchos pasajes de tus manos. Da siempre con el rostro ra-
de la Palabra de Dios sobre los bienes. diante y consagra el diezmo con alegría.
Mencionemos, además del joven rico, a Da al Altísimo según lo que él te dio y con
Zaqueo, a Mateo, y ya en el tiempo de la generosidad, conforme a tus recursos,
Iglesia, a Bernabé (cf. Hech. 4, 36-37) y el porque el Señor sabe retribuir y te dará
caso trágico de Ananás y Zafira (cf. Hech. siete veces más.” (Ecclo. 35, 7-10).
5, 1-11). El Pueblo discipular (cf. Mt. 28, 19-20) es
El discípulo de Jesús tiene principios y el Pueblo pastoral con un laicado surgido
criterios económicos propios del Reino de de una nueva evangelización. Si se orga-
Dios. Ese es nuestro caso. Vamos a men- niza comunitariamente y es fiel a la ense-
cionar tres principios de la economía dis- ñanza del evangelio, puede generar una
cipular. nueva Civilización en el mundo.
“Sepan que el que siembra mezquina- eclesial de nuestro discipulado en las Co-
mente, tendrá una cosecha muy pobre; en munidades de vida. Y también el desarro-
cambio el que siembra con generosidad, llo de la Diaconía Familiar en los retiros de
cosechará abundantemente. Que cada novios y matrimonios y otras realidades
uno dé conforme a lo que ha resuelto en pastorales al respecto.
su corazón, no de mala gana o por la fuer-
za, porque Dios ama al que da con alegría.” En este tiempo es bueno recordar que
(2 Cor. 9, 6-7). en las Convivencias del año 1987, el Señor
nos dio la gracia de tener los “Principios de
3. EL TEJIDO NUEVO DE LA una Economía del Amor” (cf. Poniendo en
CIVILIZACIÓN DEL AMOR Común N° 29).
Si somos fieles en lo poco, se nos entre- A ellos podemos añadir los tres prin-
gará mucho. Si somos fieles en la evange- cipios que hemos enunciado recién y los
lización de nuestros bienes y en los apor- otros dos que daremos ahora, porque el
tes al Capital del Señor, se nos entregará Señor prepara los tiempos nuevos para
la gracia de gestar una nueva civilización que haya sobre la tierra una civilización
desde nuestra participación comunitaria. propia y digna de los hijos de Dios.
5. Principio de la Vida eterna. El dinero Mas bien que pueda decirnos: “Servidor
vale en la medida en que está al servicio bueno y fiel porque fuiste fiel en la adminis-
del bien y del amor al prójimo. De otro tración de lo poco entra ahora en el gozo
modo es motivo de purgatorio o de con- eterno de tu Señor”. Amén. (Lc. 12, 21).
denación (cf. Lc. 12, 15). El dinero es un lla-
mado al testimonio de que la única riqueza Pidamos al Señor, generar una nueva
del hombre es el amor de Dios. Esa es la evangelización desde el testimonio eco-
enseñanza de la vida de Jesús que siendo nómico y discipular de la comunidad.
rico se hizo pobre para salvarnos (cf. 2 Cor.
8, 9) de nuestras alienaciones. Y la del dine- Este es un tiempo para revisar la evan-
ro es una de ellas. gelización de nuestros bienes y la partici-
pación en el Capital del Señor.
De esta vida sólo nos llevaremos el amor
con que hayamos vivido y no los bienes y Como solidaridad es bueno que cada
riquezas que hayamos tenido. Lo que no Centro Pastoral de la Obra tenga la Des-
tiene sentido de eternidad, no tiene verda- pensa y el Ropero con que se ayude a la
dero sentido de realización del hombre. Por emergencia de los necesitados en el Movi-
eso la Palabra nos enseña a hacernos un te- miento o fuera de él.
soro en el cielo. “Vendan sus bienes y den-
los como limosnas. Háganse bolsas que no Debemos hacer nuestro, como expe-
se desgastan y acumulen un tesoro inago- riencia de vida, el espíritu de la colecta de
table en el cielo, donde no se acerca el la- Jerusalén que San Pablo narra y describe
drón ni destruye la polilla.” (Lc. 12, 33-34). en su segunda carta a los Corintios (cap. 8
y 9).
Que al final de esta trabajosa vida, el Se-
ñor no nos diga: Como miembros de una Comunidad
Tuviste pero no amaste. de Vida del Movimiento, debemos hacer
Buscaste tu seguridad y no el bien de una auténtica administración discipular
tu prójimo. de nuestro dinero y nuestros aportes. No
Dijiste creer y no hiciste de la comuni- hagamos como Ananías y nos guardemos
dad una imagen evangélica de Iglesia y parte del dinero que debemos poner a
de nueva civilización. disposición pastoral de los apóstoles (cf.
Hech. 5, 1-3). Con nuestras razones no va-
mos a convencer al Espíritu Santo; nos va-
mos a engañar a nosotros mismos y vamos
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