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Infodrogas

infodrogas.org/component/content/article/44-infodrogas/inf-drogas/16-extasis-vegetal

¿Qué es?
Durante los últimos años, han aparecido en el mercado unos productos a base de
plantas medicinales comercializados con fines lúdicos. Entre otros, cabe destacar
aquellos conocidos como "éxtasis vegetal". Según los fabricantes, se trata de productos
estimulantes de origen natural carentes de efectos secundarios, por lo que se han
considerado una alternativa "sana y segura" al éxtasis químico. Sin embargo, las
sustancias que lo componen pueden resultar peligrosas y por tanto se debería tener
precaución con su consumo.

El éxtasis vegetal son preparados de composición muy variable, constituidos por multitud
de plantas y compuestos químicos. Se comercializa como comprimidos o cápsulas de
atractivos colores.

Todos los preparados conocidos como éxtasis vegetal tienen en común la presencia en
su composición de las siguientes plantas:

Plantas ricas en cafeína, como la nuez de cola, la guaraná o el té. La cantidad de cafeína
presente en ellas oscila entre un 2 a un 6%.

Plantas con precursores anfetamínicos como la efedra, la bala o el cálamo aromático. La


efedra y la bala contiene efedrina. Por su parte, el cálamo aromático presenta asarona.

Plantas de exclusivo control médico o farmacéutico como la pasiflora, el ginkgo o el


ginseng.

Plantas desconocidas en la tradición fitoterapéutica española como el kava-kava, la


damiana, la salvia de los adivinos o el yohimbe.

Finalmente, puede aparecer sustancias químicas como la L-arginina, la fenilalanina o el


ácido gamma-aminobutírico.

El éxtasis vegetal es un estimulante de la corteza nerviosa debido a la presencia de


cafeína y de análogos anfetamínicos como la efedrina de la efedra o la asarona del
cálamo aromático.

¿Qué efectos produce?


Debido a la presencia de sustancias estimulantes, el éxtasis vegetal está contraindicado
en caso de trastornos cardiovasculares como hipertensión, insuficiencia cardiaca o
insuficiencia coronaria. Las bases xánticas, la efedrina, el ginseng y la yohimbina del

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yohimbe presentan unos efectos cronotrópicos y vasoconstrictores que pueden empeorar
los cuadros, pudiendo producir crisis de hipertensión o infarto de miocardio.

Asimismo, tampoco se debe utilizar en caso de que el individuo presente ansiedad o


insomnio, ya que todas estas sustancias pueden agravar las crisis de angustia.

De igual manera es peligrosa su utilización en caso de diabetes. La efedrina puede


elevar la glucemia, por lo que el consumo de esta droga por enfermos diabéticos puede
originar una grave hiperglucemia. Por su parte, el ginseng tiene un efecto
hipoglucemiante, por lo que puede producir una hipoglucemia severa.

Además estas plantas presentan interacciones con medicamentos, algunas de las cuáles
pueden resultar importantes.

También es muy frecuente el consumo de estas drogas con alcohol. El éxtasis vegetal
puede potenciar los efectos depresores del alcohol y llegar a producir una depresión
respiratoria.

El uso, y sobre todo el abuso de estas sustancias pueden dar lugar a reacciones
adversas como nerviosismo, temblores, insomnio, excitabilidad, cefaleas, náuseas,
vómitos, dolor abdominal, úlcera gastroduodenal, hemorragias, taquicardia o
hipertensión. En algunos casos pueden aparecer reacciones alérgicas caracterizadas por
prurito y erupciones eritematosas.

¿Qué riesgos provoca?


Aunque estos productos se han comercializado asegurando su seguridad y legalidad, se
han recogido más de 800 reacciones adversas asociadas al consumo de estos
preparados. De estos 800 casos, 17 resultaron mortales, por lo que la FDA americana
decidió prohibir la fabricación y comercialización de estas sustancias. En una revisión
sobre 140 casos de reacciones adversas en individuos consumidores de productos a
base de efedra, recogidas por la FDA entre 1997 y 1999, se estableció que en el 31% de
los casos existía una relación de causalidad directa entre el consumo de efedra y la
reacción adversa, mientras que en otro 31% era muy posible que estuviera relacionado.

De estas reacciones adversas, el 47% eran de índole cardiovascular (hipertensión,


palpitaciones, taquicardia, ictus) y 18% eran de tipo nervioso (convulsiones, insomnio).
De los 140 casos, 10 fueron mortales y 13 produjeron una incapacidad permanente del
individuo.

Guía orientativa sobre drogas para padres preocupados por sus


hijos

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En esta guía se indican unas pautas de comportamiento orientativas para los padres y
madres y se alerta sobre actitudes que la experiencia demuestra que son contradictorias.

Criterios a seguir:

1. Establecer pautas y normas de convivencia saludables, siendo ambos padres


consistentes en las mismas y yendo "a una", referentes a:

Responsabilidad en casa.
Toma de iniciativa a nivel personal, cultural, laboral, etc...
Mejorar las relaciones familiares.

Hacerle llegar al hijo, discriminando claramente las consecuencias positivas y negativas


de su comportamiento.

Entrenamiento en solución de problemas:


Definir el problema describiendo la conducta problemática y especificando la
situación en la que se presenta, reacciones de la familia ante la misma y
consecuencias que tiene.
Definir los cambios deseados para un mejor funcionamiento de la familia.
Definir la conducta problemática de forma positiva, siempre que esto sea posible.
Generar, por parte de la familia, soluciones y alternativas al problema para elegir
las más adecuadas.

Establecer los medios favorables para que las alternativas elegidas se lleven a cabo
(negociando un cambio en al relación padres-hijo, ensayando pautas de
comunicación,...)

Pautas para padres ante las drogas

Cómo prevenir con sus hijos el consumo de drogas

EVITE:

Administrar castigos severos para evitar la agresividad del hijo, porque esto puede
ocasionar que sean poco agresivos en casa y muy agresivos fuera del hogar
(=sumisión).
Ignorar los problemas escolares y personales de sus hijos porque considera que
son "cosas de niños".
Hablar como si lo supiera todo, sin escuchar sus opiniones y vivencias.
Tomar medidas de coacción, sin razonar, que limiten su libertad abusivamente.
Mantener posturas excesivamente tolerantes.
No tener tiempo para ellos.
Ocultarles información en todo aquello que les pueda afectar ahora o en el futuro.
Que dependan de usted, excesivamente y sin necesidad.
Hacer de su hogar un sitio inaguantable.
Que existan contradicciones, con respecto a la educación de sus hijos, entre el
padre y la madre.

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PROCURE:

Sentirse a gusto con ellos, participe con ellos en el ambiente familiar.


Escucharles y razonar cuando no estén de acuerdo con sus opiniones.
Seguir su rendimiento escolar y atender a los problemas que vayan surgiendo en
su desarrollo.
Ayudarles y facilitarles la comunicación con los demás.
Informar a sus hijos sobre estos temas de interés para ellos, con veracidad y
credibilidad, teniendo en cuenta su edad. Formarse para poder informar y mantener
su papel de educador.
Reducir el consumo habitual de drogas legales (alcohol, tabaco, etc...), pues no
debe olvidarse que es un modelo a imitar.
Sugerir actividades de tiempo libre, deportivas, culturales, fomentándolas desde la
familia.
Facilitar el contacto a sus hijos con asociaciones juveniles, grupos deportivos y
ecológicos, alentando su integración en estas actividades.
Fomentar la creatividad, enseñándoles a resolver posibles nuevas situaciones.

Si su hijo ya se ha iniciado en el consumo

EVITE:

Desesperarse, no todos los que se inician en el consumo de drogas se convierten


en consumidores habituales.
Culparle, ni "echarle en cara" todo lo que usted ha hecho por él.
Convertirse en perseguidor, obsesionado por seguir sus pasos.
La crítica continuada y violenta de su comportamiento.
Utilizar el castigo como único recurso para evitar que continúe consumiendo.
Acosarle continuamente con preguntas, sospechas, acusaciones, pues ello sólo
conseguiría que se aleje de usted cada vez más.
Desentenderse de él, no prestándole atención.

PROCURE:

Dialogar con su hijo analizando las circunstancias que le llevaron al consumo.


Favorecer el acercamiento de su hijo hacia usted, comportándose de manera que
su hijo vea en usted alguien en quien recurrir en solicitud de ayuda, y no alguien del
que hay que huir por temor al castigo.
Mostrarle su afecto por lo que él es, independientemente de lo que haga.
Reflexionar en común sobre lo que pueden hacer por su hijo. Intenten dedicarle
más tiempo y prestarle algo más de atención.
Entender que están ante una persona que tiene problemas y no ante "un
problema".

Si su hijo no está por dejar las drogas

EVITE:

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Ceder ante los chantajes que su hijo pudiera hacer a su familia, con amenazas de
lesionarse, delinquir o promesas de curación.
Discutir violentamente con él, haciéndole cargar con sus desilusiones, impotencias
y miedos.
Presentarse como el bueno que todo lo ha dado por él y sólo recibe disgustos a
cambio.
Echarse la culpa, exclusivamente, por lo que ha ocurrido y angustiarse por ello.
Amenazarlo, coaccionarlo, o chantajearlo para que se someta a un tratamiento.

PROCURE:

Intentar hablar con él con confianza y respeto.


Reconocer y asumir que no consume drogas porque quiere. Las drogas pueden
estar ya controlando su conducta.
Aprovechar cuantas ocasiones favorables se les presenten para que inicie el
tratamiento.
Establecer unos límites de convivencia familiar, dentro de los cuales su hijo reciba
siempre atención por parte de la familia.
Mantener la calma ante el síndrome de abstinencia sin aceptar el chantaje.

Si su hijo se ha decidido a dejarlas

EVITE:

Reprochar anteriores comportamientos (drogas, delincuencia, determinadas


amistades, etc...)
Adoptar comportamientos rígidos que implique ponerle condiciones muy difíciles de
conseguir en su estado actual.
Que su hijo le imponga sus propias condiciones para someterse a tratamiento.
Desentenderse del tratamiento que le sea prestado a su hijo

PROCURE

Acudir a profesionales cualificados que le asesoren sobre el tratamiento más


adecuado para su caso particular.
Colaborar con los profesionales encargados del tratamiento de su hijo, participando
activamente en el mismo.
Adoptar una postura comprensiva, entendiendo que su hijo es el primer interesado
en dejar las drogas.
No desalentarse si, durante el tratamiento, el comportamiento de su hijo no se
adapta exactamente a lo que usted espera de él.

Si su hijo ya no consume drogas

EVITE:

Mostrarle desconfianza. Puede retrasar su rehabilitación e incluso provocar una


recaída.

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Reaccionar con violencia ante una recaída.
Imponerle normas estrictas de comportamiento por miedo a que vuelvan a
consumir drogas.
Esperar a prestarle ayuda hasta que se aseguren de que no volverá a consumir
drogas.
"Pasarle factura" recordándole que sufrieron con su problema.

Algunas pautas que pueden ser orientativas de una adicción a drogas

Pérdida de responsabilidades.
Bajo rendimiento de la escuela, bajo nivel de atención, poca resistencia a las
clases, ausencia no justificada, descuido en su trabajo...
Aislamiento físico, tendencia a aislarse en su habitación.
Disminución de la comunicación verbal y afectiva. Enfriamiento en las amistades.
Empobrecimiento del vocabulario. Ralentizamiento en la verbalización. Repetición
de palabras y frases frecuentemente.
Abandono de aficiones.
Cambios bruscos de humor. Depresivos y taciturnos en ambientes normativos.
Trastornos del sueño con insomnio y/o pesadillas y temblores.
Pérdida de peso o apetito excesivo.
Cambio brusco en el cuidado y aseo personal.

A continuación, presentamos algunas alteraciones del comportamiento que, estudios


sobre el tema demuestran que son más frecuentes en los jóvenes que abusan de las
drogas.

I. Trastorno de conducta:

Pelearse, pegar.
Desobediente, provocador.
Arrebatos emocionales.
Impertinente, descarado.

II. Problemas de atención:

Mala concentración.
Soñar despierto.
Torpe, mala coordinación.
Absorto, mirada perdida.
No termina las tareas, falto de perseverancia.
Impulsivo.

III. Hiperactividad motora:

Inquietud, hiperactivo.
Excitable, impulsivo.
Intranquilo, agitado.
Charlatán.

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Hace ruidos raros.

IV. Agresividad socializada:

Tiene malos compañeros.


Ausente en casa.
Gandul en la escuela.
Roba en compañía de otros.
Leal con sus amigos delincuentes.
Pertenece a una banda.

V. Retraimiento ansioso-deprimido:

Ansioso, temeroso, tenso.


Reservado, tímido, vergonzoso.
Aislado, encerrado en sí mismo.
Deprimido, triste, alterado.
Hipersensibilidad, fácilmente herido.
Se siente inferior, inútil.

VI. Esquizoide-insensible:

No quiere hablar.
Aislado.
Triste.
Mira sin comprender.
Confuso.

Consejos para jóvenes


Hay que tener en cuenta que todas las drogas pueden llegar a producir dependencia
física y/o psíquica.

1. Las drogas producen, al ingerirlas un efecto placentero. Ese efecto placentero hace
que sea muy atractivo volver a tomarlas. El consumo continuado conlleva consigo el
riesgo de convertirse en hábito o adicción: deja de ser una decisión el consumir para
pasar a ser una necesidad, una dependencia. Es importante que mantengas espacios de
relación y formas de divertirte alternativas a ir siempre colocado.

2. Una vez que empiezas a realizar un consumo continuado, la dosis habitual no te hace
el mismo efecto que antes, Es el momento de dejar de consumir y plantearse una
abstinencia. Lo que ocurre es que el cuerpo se ha acostumbrado a la sustancia y
necesitas más cantidad para el mismo efecto (tolerancia). Incrementar la dosis significará
siempre un mayor riesgo.

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Por todo esto y lo que has ido viendo en las páginas de información y riesgos, te
aconsejamos que lo mejor para ti y tu salud es no consumir y si te encuentras en un
ambiente consumidor, ten en cuenta esto:

Respeta la decisión de quien quiere, como de quien no quiere tomar. Ni des ni


permitas que te den la vara. Si no quieres tomar, no tomes. Decide por ti mismo y
no te dejes presionar para consumir.
Consumir drogas en situaciones donde se tiene muy fácil el acceso a ellas supone
siempre un mayor riesgo de pasarse. Por ejemplo, para quien trabaja de noche.
En momentos de dificultades personales o depresión, las drogas, lejos de ayudar,
pueden intensificar aún más la problemática y actuar como falso refugio.
Si te ves en la situación de haber probado una droga presionado por el grupo de
amigos, es el momento de que cambies de amigos y de lugares de diversión. De
este modo ni ciertos lugares ni ciertos amigos decidirán por ti.
Un mismo consumo afecta de diferente manera a diferentes personas. Es muy
importante no generalizar y dejarse llevar por cómo afecta a otra persona y pensar
que nos afectará igual. Hay ciertos efectos secundarios o cambios de carácter que
son interpretados como algo normal cuando en realidad son advertencias que nos
indican que deberíamos iniciar un proceso de no consumo.
Con respecto a drogas ilegales no podemos saber con seguridad que pureza o
efectos potenciales tienen.
No olvides que consumir drogas ilegales en lugares públicos, puede conllevar
sanciones administrativas y/o penales.

No consumir

Ten en cuenta estas recomendaciones que deberías cumplir en todos los casos:

Conducir bajo los efectos de drogas es un riesgo para quien conduce y para los
demás.
Evita tomar si vas a realizar trabajos que por sí mismos ya comportan un riesgo.
Ten en cuenta que cuando se está colocado las cosas siempre se ven distintas y
algunas sustancias favorecen la agresividad a quien ya tiene carácter irritable, así
que tranquilidad y no meter a otros en malos rollos que no les van ni les vienen.
El sexo con drogas puede convertirse en un mal rollo. Puedes tener problemas con
la erección, o el orgasmo. Pero aún peor sería que te olvidaras de ponértelo o
ponérselo. El mejor sexo es el que no afecta a tu seguridad. Practica siempre sexo
seguro.

Consejos para educadores


Tanto la educación formal (centro escolar), como la no formal (asociaciones, centros
jóvenes...) ocupan un lugar privilegiado para poder poner en marcha actuaciones de
prevención del consumo de alcohol, tabaco y otras drogas entre los más jóvenes, pero

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antes de iniciar cualquier actividad o programa preventivo lee estas sugerencias que te
proponemos.

Sugerencias preventivas

Existen tres campos básicos sobre los que incidir en un programa de prevención: la
información, las actitudes y las habilidades sociales.

1. La información
La información es básica, pero no es suficiente.
En muchas ocasiones las personas que consumen alcohol tiene una buena información
sobre esta sustancia y cómo afecta a su organismo pero, a pesar de todo, continúan
consumiendo.

No seas alarmista.
La información que se ofrezca a los jóvenes no debe ser alarmista, sobre todo en el
alcohol, ya que la sociedad les da otra información que se contradice con ésta.

Responder las dudas y cuestiones de los alumnos.


Hay que tener siempre en cuenta que la mejor información es la que da respuesta a los
planteamientos y las dudas de los chicos y chicas con los que trabajes.

2. La importancia de las actitudes


Trabaja sobre las actitudes y creencias del consumo, fomentando una actitud positiva del
no consumo y de los beneficios de un estilo de vida saludable. De esta forma se podrá
actuar de una manera más efectiva sobre la conducta.

3. Las habilidades sociales


Éste es un tema imprescindible en cualquier programa de prevención. De esta forma
darás herramientas a los chicos y chicas para hacer frente a la presión de grupo,
favorecer la asertividad (ponerse en el lugar del otro) y poder defender sus ideas y
opiniones frente a los ofrecimientos de consumo.

Fases a trabajar en un tema de drogodependencias

Para poder trabajar un tema de drogodependencias con jóvenes y adolescentes


proponemos una serie de fases que sirvan como orientación y guión y que puedan ser
útiles; estas fases deben tratarse a lo largo de diferentes momentos y de forma
continuada durante al menos 3-4 años seguidos, ya que una vez superada una fase
conviene trabajar la siguiente, de forma que se complete la información, los
conocimientos y las actitudes conseguidas en la fase anterior:

Fase 1ª:

Proporcionar:

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Información básica del funcionamiento corporal y de cómo cuidarlo.
Precauciones que se deben seguir en casa sobre el uso de medicamentos y otras
sustancias que pueden ser dañinas.
Algunos conocimientos elementales sobre las drogas y los daños que producen.
Saber qué profesionales se relacionan con la salud.
Saber quién puede ayudar cuando tienen preguntas o dudas.

Cómo:

Comunicando las impresiones y dudas sobre enfermedades y consumo de


medicamentos.
Siguiendo las normas de seguridad elementales.
Definiendo cuándo y cómo buscar ayuda de los adultos y de profesionales.

Para:

Reconocer y valorar el cuerpo y la singularidad propia.


Crear actitudes acerca del uso de las drogas.
Dar respuesta eficaz a la publicidad y presión hacia el consumo de sustancias
tóxicas.

Fase 2ª:

Proporcionar:

Información más detallada sobre el funcionamiento del cuerpo y sus cuidados.


Conocer los tipos de medicamentos, drogas legales e ilegales, efectos y riesgos
asociados.
Saber los aspectos generales de las leyes sobre uso de drogas legales e ilegales.
Conocer quién puede ayudar cuando se tienen preguntas o dudas.
Saber los riesgos de la manipulación de jeringuillas, rulos y agujas usadas.

Cómo:

Identificando riesgos.
Enseñando estrategias para enfrentarse con la influencia de los compañeros.
Comunicándose con los adultos.
Sabiendo tomar decisiones y fomentando la asertividad en situaciones relacionadas
con el uso de drogas.
Ayudando para poder dar y recibir ayuda.
Informando sobre las precauciones básicas en el uso de medicamentos.

Para:

Valorar correctamente a uno mismo y a los demás.


Crear actitudes y creencias adecuadas sobre las drogas y las personas que usan o
abusan de ellas.
Responder a la publicidad y tratamiento que hacen los medios de comunicación
sobre alcohol, tabaco y drogas legales.

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Responsabilizarse de uno mismo y de la propia conducta.

Fase 3ª:

Proporcionar:

Información sobre drogas legales e ilegales, sus efectos y riesgos para la salud.
Conocer conceptos y terminología básica: uso, abuso, adicción, tolerancia,
dependencia, sobredosis, síndrome de abstinencia, etc.
Conocer las clases de drogas según sus efectos.
Informar de las Leyes sobre drogas.
Relacionar el abuso de drogas y deporte.
Conocer los efectos de los distintos niveles de ingesta de alcohol.
Conocer los diferentes organismos locales y nacionales que pueden proporcionar
ayuda y consejo.

Cómo:

Identificando los riesgos para la salud.


Aprendiendo a comunicarse con los compañeros, los padres y los profesionales.
Tomando decisiones adecuadas y fomentando la asertividad en situaciones de uso
inadecuado de drogas.
Sabiendo dar la ayuda adecuada cuando es necesario (por ejemplo, cómo atender
a un accidentado).

Para:

Adecuar las actitudes y creencias sobre las drogas y sus consumidores en los
distintos grupos sociales.
Solventar el impacto de los medios de comunicación y publicidad sobre las
opiniones de los jóvenes.
Implantar actitudes realistas hacia las drogas y las leyes sobre drogas.
Reconocerse a uno mismo y el papel que representa, y asumir la responsabilidad
del comportamiento propio.
Asumir la responsabilidad sobre la seguridad propia y de los demás.

Fase 4ª:

Proporcionar:

Información sobre las drogas, incluyendo su estatuto legal y sus efectos.


Consecuencias personales, sociales, económicas, físicas y psicológicas del abuso
de drogas.
Patrones de uso de drogas y su impacto sobre la comunidad.
Daños que ocasiona cada droga, la mezcla de drogas, y su uso en determinadas
situaciones.

Cómo:

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Reconociendo y valorando situaciones de riesgo.
Tomando decisiones adecuadas y fomentando la asertividad en situaciones de uso
de drogas.
Manejando los conflictos y canalizando adecuadamente conductas agresivas.
Facilitando información para aconsejar a los compañeros sobre el uso de drogas.
Dando la ayuda e información adecuada en distintas situaciones.

Para:

Superar y no ceder ante las influencias sociales y culturales sobre los jóvenes.
Promocionar actitudes adecuadas hacia las drogas, sus consumidores y los que
abusan de ellas, y hacia las leyes sobre drogas.
Conocer y cumplir las leyes sobre venta de alcohol y de tabaco.
Fomentar la responsabilidad individual sobre el propio comportamiento.

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