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¿Qué es la globalización?

La "globalización" económica es un proceso histórico, el resultado de la innovación


humana y el progreso tecnológico. Se refiere a la creciente integración de las
economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos
financieros. En algunos casos este término hace alusión al desplazamiento de personas
(mano de obra) y la transferencia de conocimientos (tecnología) a través de las
fronteras internacionales. La globalización abarca además aspectos culturales,
políticos y ambientales más amplios que no se analizan en esta nota.

En su aspecto más básico la globalización no encierra ningún misterio. El uso de este


término se utiliza comúnmente desde los años ochenta, es decir, desde que los
adelantos tecnológicos han facilitado y acelerado las transacciones internacionales
comerciales y financieras. Se refiere a la prolongación más allá de las fronteras
nacionales de las mismas fuerzas del mercado que durante siglos han operado a todos
los niveles de la actividad económica humana: en los mercados rurales, las industrias
urbanas o los centros financieros.

Los mercados promueven la eficiencia por medio de la competencia y la división del


trabajo, es decir, la especialización que permite a las personas y a las economías
centrarse en lo que mejor saben hacer. Gracias a la globalización, es posible
beneficiarse de mercados cada vez más vastos en todo el mundo y tener mayor acceso
a los flujos de capital y a la tecnología, y beneficiarse de importaciones más baratas y
mercados de exportación más amplios. Pero los mercados no garantizan
necesariamente que la mayor eficiencia beneficiará a todos. Los países deben estar
dispuestos a adoptar las políticas necesarias y, en el caso de los países más pobres,
posiblemente necesiten el respaldo de la comunidad internacional a tal efecto.

Tendencias del ingreso en el siglo XX

La globalización no es un fenómeno reciente. Algunos analistas sostienen que la


economía mundial estaba tan globalizada hace 100 años como hoy. Sin embargo,
nunca antes el comercio y los servicios financieros han estado tan desarrollados e
integrados. El aspecto más sorprendente de este proceso es la integración de los
mercados financieros, que ha sido posible gracias a las comunicaciones electrónicas
modernas.

En el siglo XX hubo un crecimiento económico sin precedente, que casi quintuplicó el


PIB mundial per cápita. Sin embargo, este crecimiento no fue regular, ya que la mayor
expansión se concentró en la segunda mitad del siglo, período de rápida expansión del
comercio exterior acompañada de un proceso de liberalización comercial y, en general
un poco más tarde, de la liberalización de las corrientes financieras. En el período
entre las dos guerras mundiales, el mundo le dio la espalda a la internacionalización
--o la globalización como se la llama actualmente-- y los países cerraron su economía
y adoptaron medidas proteccionistas y un control generalizado de los capitales. Este
fue el principal factor determinante de los devastadores resultados de ese período: el
crecimiento del ingreso per cápita se redujo a menos del 1% entre 1913 y 1950.
Durante el resto del siglo, aunque la población creció a un ritmo extraordinario, el
aumento del ingreso per cápita superó el 2%, principalmente durante la fase de
expansión de que disfrutaron los países industriales después de la guerra.

El siglo XX estuvo marcado por un notable crecimiento del nivel medio de ingresos,
pero los datos muestran a las claras que este crecimiento no estuvo repartido de
manera igualitaria. La brecha entre los países ricos y los países pobres, se amplió. Para
la cuarta parte de la población mundial más rica el PIB per cápita casi se sextuplicó
durante el siglo, en tanto que para la cuarta parte más pobre no llegó a triplicarse . Sin
duda, la desigualdad de ingresos se ha agravado. Sin embargo, cabe señalar que el PIB
per cápita no explica totalmente la situación (véase la sección IV).

IV. ¿En qué medida están integrados los países en desarrollo?

La globalización supone una integración cada vez mayor del comercio mundial y los
mercados financieros. Pero, ¿en qué medida han participado los países en desarrollo
en esta integración? Los esfuerzos de estos países para ponerse a la par de las
economías avanzadas han tenido resultados dispares. Desde los años setenta, en
algunos países --sobre todo asiáticos-- el ingreso per cápita se aproxima con rapidez a
los niveles alcanzados en los países industriales. Un mayor número de países en
desarrollo sólo ha avanzado lentamente o ha perdido terreno. Específicamente, en
África el ingreso per cápita se redujo en comparación con los países industriales, y en
algunos países disminuyó en términos absolutos. Los países que recuperaron terreno
son aquellos en los cuales el comercio exterior registró una vigorosa expansión.

Tipos de globalización: ¿cuáles son?

Globalización económica:

La globalización económica consiste en el libre comercio, es decir, eliminar aranceles y


barreras para que el capital pueda circular libremente y se cree así un mercado mundial. En
este sentido, hay que distinguir entre tres tipos de capital:

– Capital productivo:

Es el dinero que se invierte en materiales, herramientas y mano de obra.

– Capital comercial: Corresponde a las ventas y adquisiciones de bienes y servicios.

– Capital financiero: Engloba préstamos, créditos e inversiones.

En definitiva, estas capitales no corresponden a un lugar determinado, sino que circulan de


un país a otro sin ningún obstáculo. En esto tienen un gran papel los bancos y las
empresas multinacionales. Solo hay que pensar en algunas marcas que son conocidas en
gran parte del mundo para darse cuenta de que esto es cierto. Los efectos de la
globalización económica son el resultado de la creciente interdependencia de las
economías nacionales.

Globalización cultural:

La globalización cultural hace referencia a la unificación de prácticas. Esto quiere


decir, compartir valores, tradiciones e iconos. En el sentido más restrictivo del
concepto, se podría hablar solo de música, cine, literatura y arte. Sin embargo, puede
extenderse más allá, y es que aquí también entra el consumo de los mismos medios de
comunicación en diferentes países e incluso el acceso a las mismas marcas
comerciales.

Hay que destacar aquí el papel del idioma inglés como hilo conductor, que actúa como
lengua franca. Por poner un ejemplo, el semanario Der Spiegel de Alemania tiene una
versión en inglés, igual que el diario El País, de España. Gracias a esto es posible que
personas de otras muchas partes del mundo puedan consultar estas noticias y ver un
punto de vista diferente sobre varios temas. Lo mismo sucede con el cine y la
literatura: hay una gran variedad de libros y películas en inglés que van mucho más
allá de las fronteras de sus países de origen.

Globalización social y política

La globalización también se extiende al área social y política. Desde el punto de vista


social, la premisa es que todo el mundo es igual y debe ser tratado de la misma
manera, de forma independiente a su condición social, su lugar de nacimiento o sus
creencias. No obstante, a pesar de esta idea, no se puede negar que siguen existiendo
países en una clara desventaja. Esta es una tarea pendiente en la que se debe seguir
trabajando.

Desde el punto de vista político, consiste en que los países se unan para hacer frente a
problemas que se aplican al conjunto de la sociedad y no solo a una parte. Por poner
un ejemplo, se puede hablar del cambio climático que está afectando al mundo
entero. En vez de que cada país tome sus propias medidas, será mucho más eficiente
ponerse de acuerdo para actuar de forma conjunta. Esto mismo puede extenderse a un
sinfín de temas, y aquí tienen un papel clave comunidades como la Unión Europea.

Globalización tecnológica

La tecnoglobalización o globalización tecnológica es el último tipo de globalización


que se va a explicar y es el que permite en gran parte que existan los anteriores. Se
trata de normalizar el acceso a los medios tecnológicos, siendo internet su máximo
exponente. Estas circunstancias están cambiando el mundo de una manera solo
equiparable a la forma en que lo hizo la Revolución Industrial.

La tecnología permite que el conocimiento y la información traspasen las fronteras a


una velocidad que antes nunca se hubiera imaginado. De esta forma se cambia la
manera en la que las personas ven su entorno, y los países interaccionan
constantemente. La tecnología ha creado una sociedad en la que los Estados ya no son
tan independientes: están constantemente relacionados y conviven en muchos aspectos

La tecnología: un elemento clave en la


globalización
Ya se explicaba en el apartado anterior que, sin la tecnología, muy probablemente el resto
de ámbitos no se hubieran globalizado de la misma manera. En el ámbito económico, sin
ir más lejos, hay que considerar el comercio electrónico. Hay muchas marcas que envían
sus productos internacionalmente, de modo que ya no hace falta tener un local físico en
un país para acceder al público local. La gente se ha acostumbrado a comprar en línea, en
un mundo en el que las fronteras son cada vez más difusas.

Los avances tecnológicos también tienen influencia en el plano social. Es cierto que
siempre ha habido migraciones y personas que se han ido a trabajar a otros países. Sin
embargo, los dispositivos electrónicos e internet facilitan mucho este proceso, y es que
ahora es posible estar viviendo a miles de kilómetros del hogar y hablar a tiempo real con
la familia, incluso con la oportunidad de verse las caras.

Por último, hay que destacar su influencia cultural. Antes se hablaba del inglés como
idioma universal para consumir medios de comunicación de otros países. Hay que pensar,
no obstante, que años atrás solo se podían comprar estas publicaciones en soporte físico,
por lo que se hacía muy difícil llegar a la prensa internacional. Ahora solo hay que hacer
una rápida búsqueda en el ordenador, móvil o tableta para acceder a las noticias de
cualquier parte del mundo. De esta manera, se puede estar mucho mejor informado de lo
que sucede en otras partes del planeta, conociendo diversas realidades. Además, la
tecnología facilita la difusión del cine, la literatura y otros medios culturales y artísticos.

La globalización: una realidad imparable

La globalización no ha terminado su camino todavía, pero sí que ha provocado ya un


impacto notable en el mundo. Ya se ha podido ver que este no se refiere solo a la
tecnología, aunque es cierto que no hubiera llegado al punto en el que está sin ciertos
avances. Se trata de un fenómeno que afecta a todos los ámbitos de la sociedad, desde
la política hasta la economía, dando lugar a nuevos retos y oportunidades.

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