EI Josefigo
flex ae
peers aeSUMARIO
AL LECTOR
ORACION A
SAN JOSE
“UNA JORNADA
CON SAN JOSE”
SAN JOSEMARIA
ESCRIVA DE BALAGUER Y SAN JOSE
JOSEFOLOGIA
“LA MAS ALTA VOCACION”
pag
10
12
14
... Al lector...
Estimados Josefinos:
ila historia ni las pocas hagio—
graffas, que de él se han escri-
to, han estado acertadas al
transmitirnos la efigie fisica y
moral de San José.
Nos han legado de él una imagen fria,
débil, desconocida, que “ni hace ni dice
nada” cuando, en realidad, fue un
caracter vigoroso y fuerte; humilde y
sereno a la vez.
Con San José siempre hay que hacer
una excepcidn. Indefectiblemente le
damos el calificativo de “el santo
amado de Jestis”, el que tuvo la dicha de
tenerlo en sus brazos, besarlo, cuidar-
lo y muchas otras cosas que ningtin
otro santo ha podido experimentar.
Pero en esto nos quedamos a mitad de
camino, no atisbando mas que uno de
los aspectos de su personalidad poli-
facética. Y, sia esto afiadimos el amor
inmenso que le profesaba la Santisi-
ma Virgen, entonces... la “unién hace’
la fuerza” y se convierten, para todos,
en gufas seguros para llegar a Jesus.
Pero, atin, hay mas. La Iglesia, que no
acostumbra a conceder dos fiestas al
mismo santo, hace una excepcién
honrosa con San José: 19 de marzo,
San José Patrono de la Iglesia Universal y 1
de mayo, San José Obrero.
Este es San José, el “modelo” que hoy
se propone a todos los cristianos para
que, cada cual, aprenda la leccién que
le corresponde.
San José se nos presenta como un
santo imitable. La amable suavidad de
sus modales le dan un equilibrio cons-
tante y una armonia espiritual perfec-
ta. Su vida entera fue la clara investi-
dura, recibida del cielo, de recordar al
mundo la memoria de Jestis y su acep-
tacién total de la Voluntad de su
Padre.
Por todo esto y por mucho mas, amé-
mosle nosotros también; amémosle
con todo nuestro coraz6n y con todas
nuestras fuerzas; amémosle con
singular predileccién sobre todas las
cosas y sobre todas las criaturas; amé-
mosle no por un momento o por un
interés, sino siempre y en toda ocasién
Si conociéramos a San José cuanto lo
amariamos; cuanto hariamos por
extender su culto,
jAmalo, merece la pena!
La Redaccién.ME COBI]O BAJO. TU SOMBRA,
6 6 SAN JOSE
iSan José!
‘Tit has sido el drbol bendito
puesto por Dios,
no para dar fruto, sino para dar sombre...
Sombra protectora a Maria, tu Esposa,
Sombra de Jestis, que te llamé “padre”
yal que te entregaste del todo.
Tuvida, tejida de trabajo y de silencio,
me ensena a ser eficaz
en todas las situaciones.
Me ensefia, sobre todo, a esperar
enla oscuridad firme de la fe.
Siete dolores y siete gozos
resumen tu existencia;
‘fueron los gozos de Cristo y de Maria,
‘expresin de tu donacién sin limite.
Que tu ejemplo me acomparie
en todo momento:
qi Florecer donde la Voluntad del Padre
MW mehaplantadoy
‘saber esperar.
| Entregarme, sin reservas,
| hasta que la tristeza y el gozo
7 an se
A SAN JOSE nisMeditacion
JOSEFINA
anto Patriarca... |Admite-
nos a pasar una jornada
contigo y sé, en ella,
nuestro guia para saborear la pro-
fundidad de tu alma y la sencillez de
tu conducta!
“Nazaret, donde se habia criado...” diria
San Lucas de Jestis... |Cudntas cosas
en tan pocas palabras! Dios oculto en
una aldea “cridndose” a la sombra de
San José. Qué pincel de artista 0,
mejor atin, qué alma de santo no
seria necesaria para una obra tan
delicada como es esbozar el retrato
moral de San José en una de sus
jornadas?
San José.se levanta muy temprano.
Quizds la Virgen y Jestis dormirfan atin
jQué dulce y pura seria su mirada a
aquellos dos Soles que con suavidad
respiraban atin dormidos... Y da princi-
pio a su oracién de plegaria y medita-
cién: “Yahvé, ti abrirds mis labios y mi
boca pronunciard tu alabanza...”, dirfa. ¥
asi por unas horas mas
Entre tanto, ya se habria levantado la
Virgen y le serviria un pequefio desa-
yuno para empezar su faena diaria y,
aparentemente, mondotona
En su modesto taller empieza su
trabajo constante, duro, realizado a
conciencia. Tiene presente a Dios ya
aquellos dos Seres que Dios ha coloca~
do “bajo su cuidado...” Vida misteriosa
la de San José en aquellos afios. Vida
llena de oleadas que fluyen y reflu
yen. De repente, la paz y el silencio
del taller se interrumpen con los
“suaves gritos de jtibilo” del Nino
Jestis, que vendrfa a abrazar y besar a
su “padre” y darle una alegria. Des~
pués se dirigirfa a un rincén, lleno de
virutas, para observarlo y aprender
su oficio. La conversacién de ambos,
apacible y suave, se mezclaria con el
cepillar de San José con su garlopa
éQuieres aserrar esta tabla, hijo?... Con
qué alegria cogeria Jestis el instru-
mento bajo las manos encallecidas de
San José, para que no se hiciera dafio
y dirigirle... San José “ayudando a
Dios” a serrar una tabla...! Seria un
perfecto carpintero que le sustituiria
a él en su partida. Jestis se le queda
mirando de nuevo..
éQué lefa en el alma de San José en
estos momentos? Da tarea para
nosotros! Muy perplejos nos veria
mos si tuviésemos que resolver cual
seria la virtud que con mas brillo
aeresplandeceria en él. ¢Tal vez su fe
arraigada como los cedros del
Libano, mucho mas que la de Abra-
ham?... Seria su virginal pureza
tehusando, cuanto pudiese, marchi-
tarla? 20 aquella humildad sin limi-
tes que lo Ilevaba continuamente a
sentirse “esclavo de su Senior”?
San José, siempre modesto, reserva-
do, silencioso, ansioso de permane-
cer en “segundo plano” después de
Jestis y Maria. jQué diferencia con los
padres de los grandes héroes alar-
deando, tal vez, de las hazafias de
sus hijos!
éQué diriamos de la serenidad de su
espiritu y el valor de su dnimo en todo
Jo que Dios le enviaba? {Se notarfaen
él contradiccién, mal genio o refu-
tarle a Dios?..
2Y qué dirfamos de su obediencia tan
confiada, tan sublime, “lanzada
continuamente” a ver la Mano de
Dios mas alla de lo evidente? Senci-
llamente heroica. |Qué no veria Jestis
en San José en ese taller olvidado y
silencioso!
Alrededor del mediodia seria el
almuerzo. Antes y después, como
siempre, la accién de gracias al
Sefior, dador de todo bien, ante
aquellos sobrios manjares que con
tanta delicadeza prepararia la Virgen
a diario. Para San José, aquellos
momentos de descanso junto a Jestis
y Marfa serfan como un remanso de
cielo que llenarian su alma de una
delicia a la vez humana y divina
Y, después de algunas horas mas en
el taller, terminaria la jornada a la
puesta del sol. De nuevo en familia
——
haciendo las oraciones ultimas al
Dios Omnipotente, entregandose al
suefio en el silencio de la noche
nazarena.
iQué serenidad de espiritu en su ofre-
cimiento diario al Sefior! sAmbicio-
narfa algo su alma suave y mansa? La
piedad nos dice que no. San José, al
comprender toda la extensién del
oficio que se le confiaba, ni se deja
sobrecoger de miedo ni se deja
dominar por el jibilo descontrolado
Todo en él se mantiene en una
circunspeccién y alegria moderadas;
siempre duefio de si. Su vida, en cada
momento, ms interior que exterior.
iQué dificil imaginarnos el retrato
interior y exterior de San José!
Como seria una jornada junto a él?
Los evangelistas fueron muy sobrios
en darnos pinceladas de su vida. Aun
asi, descubrimos un alma de una
incomparable belleza. No haria
nada, fuera de lo comun, en su vida
como “cabeza de familia”. San José
es ms sencillo de lo que nos imagi-
namos
Qué dificil se nos hace imitar a los
santos en sus “grandes peniten-
cias”; imitarlos en sus pocas “horas
de suefio”... pero, qué sencillo
imitar a San José en el fiel cumpli-
miento de la Voluntad de Dios en:
“una jornada comtin y corriente”bat Corn omc re
vA A rfaa San J
x “Yo me lo imagino joven, fuerte, quizd
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de la energfa humana. Sabemos que no
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nos aparece como un hombre apocado o
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entarse con los problemas, salir
Tt CML CCC eg CC
asumir con responsabilidad e iniciativa
CIMT eN am enna
ie |
*GRACIAS QUE SAN JOSE CONCEDE A
suds devotos
» Aquellos que lo invoquen
obtendran de Dios, por su interce-
sién, el don de la castidad y no
seran conquistados por la tenta-
cidn de los sentidos.
» Recibiran gracias particula-
res para liberarlos del pecado.
» Obtendran una verdadera
devocidn a la Santisima Virgen.
» Tendran una buena y feliz
muerte y, en todo momento deci-
sivo, seran defendidos contra los
ataques de satanas.
» Seran liberados, cuando sea
conveniente para ellos, de los
sufrimientos corporales y encon-
traran ayuda en sus aflicciones.
>> si estan casados, serdn
bendecidos con descendencia.
>) sus devotos seran especial-
mente protegidos contra las insi-
dias de los demonios, que tienen
extremo temor del nombre glorio-
so de San José.
Dada la grandeza de su vocacién en
la proteccién, sustento y cuidado
(eC yoe- NV Col eommnSreveVe CS Tee TR
Jestis, como cabeza de la Sagrada
Familia, podemos pensar que Dios
ease te teey srostere ticles
Tanto der-CeoKed lta W PTC CLaE
cabo tan noble misi6n en la vida
“La mas alta vocacion”
Y, con seguridad, podemos con-
templarlo como un modelo sub
me de paternidad y un pilar de
fuerza que, sin duda alguna, pro-
voca un “miedo terrible” a |
poderes de la oscuridad, dada la
sublime tarea encomendada a su
cuidado.
“Si fijamos la mirada en la vida de cualquier otro santo, siempre encontraremo:
hechos extraordinarios. Sin embargo, en San José, nada destaca en particu
Su vida estaba oculta en Dios. El marco de su vida era lo corriente, lo sencillo,
| de cada dia. Vivi6 cumpliendo con fidelidad y exactitud el deber de cada dia. No
hizo otro apostolado. gSabes cual fue el apostolado de San José? Amar, ams
mucho. Por ahi tenemos que empezar” }
(Cfr. P. Rodrigo Molina)
j ——
aeoe Ejército Blanco
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