Al pasar el evento estresante entra en juego el sistema nervioso parasimpático, el
cual en conjunto con el nervioso autónomo segrega otras hormonas, como la
noradrenalina, que relaja el cuerpo.
El sistema nervioso es el modulador de nuestra capacidad adaptativa a los
cambios del medio interno y externo. El sistema nervioso simpático está implicado en las funciones homeostáticas que requieren gasto de energía; es el que nos prepara para una situación de peligro o estrés. El sistema nervioso parasimpático es el encargado de almacenar y conservar la energía; nos permite recuperarnos tras haber pasado una situación de estrés. Ambos bien "afinados" sustentan la vida y la supervivencia.
Además de los sistemas anteriores existe otro, el sistema inmunológico, que se
encarga de defender nuestro cuerpo de las enfermedades y puede verse afectado en situaciones de estrés prolongado o intenso.
Cognitivas
Involucra aspectos del pensamiento, como la toma de decisiones, memoria, fluidez
del pensamiento y lo que pensamos sobre nosotros.
Incapacidad para tomar decisiones.
Incapacidad para solucionar problemas. Confusión. Distracción. Dificultad para concentrarse. Olvidos frecuentes. Ideas o pensamientos que no se van de tu mente. Conductuales
Involucra las acciones que efectuamos, como las que se enuncian enseguida:
Tartamudear o hablar de forma atropellada.
Fumar y beber más de lo habitual. Abusar de medicamentos para relajarse. Agresividad. Risa nerviosa. Arrancarse el pelo nerviosamente. Morderse las uñas. Actividad física exagerada. Desórdenes alimentarios (comer en exceso o de menos). Dificultad para dormir. Dificultad para relajarse. Dificultad para respirar.