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La iglesia en que sirvo
S) Lu oración
Un aspecto iras por el cual las piedras vivas Rom:hr pai'te
activa en la edificació n del cuerpo de Cristo es por nicdio de la
oració n. C uando un cristiano piensa en la oí ació n.
naturalmente no lo hacc en terminos de penitencia. para
autoconcientizarse sobre algo, para pasar el tiempo, o para
cumplir un ritual. Entendemos que “la oració n eficaz del justo
puede mucho. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes
a las nuestras, y oró ter vienteinente para que no lloviese, y no
llovió sobre la tierra por tres añ os y seis meses. Y otra vez or ó .
y el cielo dio lluVia, y la hiei i a produjo su fruto” SUS 5. J 6— l P;
l Cr 16.1 l ; Mt 7.7; Lc 1S.1; Jn 16.24; Ef 6.18).
La iglesia en que sirvo
5. CONCLUSIONES
( l ) En el lenp•uaje eclesi5stico se LlSa iiirlclio la palabra iglesia
conto un ter inino abstracto o como una simple idea. También
se habla de ella y se ve como una yian institució n. Este capítulo
nos ha llevado a eiitendei que la iglRsia es algo concreto. tangi-
ble, i cal. Habla de ip•1esia es habla, priirei'amente. de perso-
nas. Son hombies, mujeres, niíios, jó venes, adultos y ancianos.
Son l••isDnas que vienen de diferentes lup•aies, familias,
trasfoiidos cultiii ales, sociales y econó micos.
Las piedras vivas de la iglesia
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INTRODUCCIÓ N
En los capítulos anteriores ha quedado establecido que la
iglesia cristiana hizo su aparició n en el mundo como pat te de
una acció n estrictamente divina.
La iq•1esia ha sido fundamentada y establecida sobre la per-
sona de Jesucristo como Salvador, Mesías y Señ or. y sobre el
D•‹•po apostó lico que fue llamado y encomendado por el
Señ or para darle inicio. Empezó con un grupo de judíos que
aceptaron y reconocieron a la persona y obra de Jesú s, para
luego abarcar, en muy corto tiempo. a los no judíos, o sea a los
gentiles, con lo cual también se cumplió oti a profecía (Is
49.6). La iglesia entonces abre sus puertas de par en pa’ para
toda persona y desti uye las barreras erig•idas por los hombres,
las sociedades, las razas y las culturas. De este modo se
establecen una serie de verdades fundamentales que deben
guiar la vida del cuerpo de Cristo a ti avés de los siglos y en
todas las circunstancias.
S in e mbargo con e1 correr de los airos m nc hos
acontecilnientos y personas. tanto de dentro como de fuera de
la iglesia, fueron minando sus bases. Después de veinte siglos
todavía se hacen serios y ravísimos cuestionamientos en
cuanto a sii presencia y su misió n. Algunos la ven como la
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La iglesia en que sirvo
OBJETIVOS BÁSICOS
Eri los estudios sobre temas eclesi5sticos ha peinado un
concepto que define la finalidad de la iglesia en ti es aspectos:
Finalidades de la iglesia cristiana
1. ADORAR AOIOS
Puesto que las iglesias son agrupaciones de personas que
hnn vivido una experiencia personal de encuentro con Dios
por medio de su Hijo Jesucristo y bajo la direcció n del
Espíritu Santo, la primera y verdadera relación se da eatre los
creyentes y Dios. Y el Señ or»í lo ha hecho pam que a partir
de dicha relació n, él pueda tener su testimonio en la fiem y
un medio para llegar a toda lz humaaidad.
Decía una vez un teó logo que los creyentes pasarán la
eternidad adorando al Señor; de mDdo que éste es un nsunto
de poca importancia en la situació n presente de la iglesia,
Sin embargo la relació n que tiene unn congregació n con
Dios es algo que debe meditarse muy bien. Por un lado Dios
busca ser adorado. É l busca personas que le reconozcan, le
rrean, le obedezcan y le rindan el homenaje del cual sdlo sfl es
digno (4r 4.23, 24). Si esta fuera la ú nica razó n, sería
suficiente. Lo diferente de ser cristiano radica en esa
confesió n de 1í1 Rxlstsncia de un Dios de amor, poder y
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La iglesia en que sirvo
relacionuse con sus discípulos fue como “el que sirve” (Lc
22.?7). Somos instados a seguir el ejemplo de Cristo, quien
se despojó a sí mismo para llegar a ser como un siervo (Fil
?.1-11).
La iglesia hu sido y serú perseguida por causa del
testimonio de Jesú s. Ha sido víctima, y lo serú , de muchv
injusü cias. Han hablado, y hablarú n, mal de ella (Mt5.11,12;
? Ti 3.12). Pero también es tenmda al poder, a resolver
injusticias o persecuciones por medio del poder o los medios
humanos. En Agunas ocasiones lu posesió n de bienes o
medios econó micos la hace sentirse supeÚ or. En esie sentido,
la demanda de Jesú s para su cuerpo sigue en pie: ser como su
maestro.
Como Jesú s que vino para cumplir la voluntad de su Pa-
dre, la iglesia debe ceñ irse de lamismn voluntad (Mt5.17;
Jn 4.34; 6.38). Por lo cual necesita reconocer con
clwidad culles son losfines pum los que ha sido puesta en el
mundo y debe aferrarse a ellos. Muchos objetivos y medios
le son propuestos para cumplir su funció n. Las gentes del
mundo quieren ver a la iglesia convertida en una cosa muy
diferente de lo que la Biblia propone. Pero así como Cristo
rechazó al diablo cuando éste le ofreció los reinos del mundo,
ocilando reprendió a Pedro cuando éste le insistió en no ir al
Calvario, o cuando omndo angustiado sudó “como grandes
gotas de sangre” para que se hiciera la voluntad del Padre
y no la suya, así el pueblo del Señ or debe reconocer que su
llamado es a sujetuse n la voluntad divina {Mt 4.8-10;
16.21-25; Lc
?2.41-43),
La iglesia ademú s sigue el ejemplo de Jesú s que vinoaservr
fMr 10.45). Esto es parte de lo que en el cnpftulo anterior fue
señ alado. que los cristianos deben estar “enteramente
prepuados pua toda buena obra” (2 Ti .h. 17). El servicio
empieza adenno. entre la misma familia, en la congregació n, y
luego, busca hacer bien a todos (1 Ti 5.8: Gá 6.10). Esto es lo
qtle se conoce con el nombre de diaconfç palftbra griega que
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La iglesia en que sirvo
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Finalidades de la iglesia cristiana
3. ANUNCIAR EL EVANGELIO
Si hay algo claramente especificado en la misió n de la
iglesia es lo correspondiente al anuncio o prcdicació n del
evangelio. Las primeras ó rdenes que Jesú s les dio a los doce y
a los setenta cuando les envió por primcra vez, fue en dicho
sentido (Mt 10.5-7: Lc 10.9¡.
Lo iras significativo es que sus ú ltimas ó i denes, antes de
ascender a la diestra del Padre, fuei'on también muy claras. y
son i'ecogidas por los cuatro evangelios y el libro de Los
Hechos (Mt 28.15-20; Mr 1 G.15-20: Lc 24.44-49: Jn
20.21 -23; Hch l.S).
Dichas Ordenes aSÍ CIH íls evidencian la importancia que pen
el Señ or tiene la tarea de anuncio el evangelio. por lo que la
iglesia debe toirai‘la conto algo que• debe eS(í1f en el mismo
centro de• su vida. No hay ningtin otro organismo que pueda
hacer. e cargo de esta labor. Só lo la iglesia de Jesucristo. á" el
objetivo de Dios es que llegue a toda persona, nació n, raza y
lengua porque es el ú nico camino de salvació n ya que Dios
convocm'a a toda la humanidad a juicio (He 9.27).
La cvangelizaciú n se propone anunciar pub1icamente si
Jesucristo como Salvador y Señ or. ya sea a personas. fainilÍíl5,
grupos dif”erentes. pueblos o naciones. Se debe presentar el
plan redentor de Dios a fin de que las personas lo conozcan. lo
entiendan, lo crean y lo vivan en su vida diaria (lo 1.1 J,15;
15.l9,20J.
El anuncio de las buenas nuevas debe hacer se en el poder
del Espíritu Santo. Partc de la razó n de la presencia y acció n
del Espíritu de Dios es para capacitar y dar pDdei a la iglesia a
fin de que ella sea testigo de Jesucristo, con su vida y con su
palabra (Lc *4.49). Algo que se evidencia cuando hay
derraniamientos del Espíritu en una congregació n o regió n es
que los hermanos alaban al Seíioi con libertad, experimentan
grali gozo, un deseo de conte él lOs dem5s lo que Dios ha
hecho por mcdio de su Hijo. y llevar el testimonio a otros
1ug•ores.
La Iglesia en que sirvo
Generalmente el mismo Espíritu muevR a las
rongregnciones a bascar los medios mán adecuados p«a
llegar a la gente. Sin embargo, el tiempo ha indicado que
nunque Dios levanta evangelistas de renombre, con unción
especial, el modo mús simple y efectivo, es el que se da en la
comunicación del evangelio persona a persona. Así el joven
habla al joven; el vecino el vecino; el Compañero de trabajo a
su colega; el profesional al profesional. Cada uno en su
propio ú mbito de relaciores tiene campo p ara la tarea
evangelizadora. Y es así como la iglesia expande sii
tesimoNo.
Con todo, desde el punto de vista de una congregació n, no
só lo el testimonio o evangelismo personal es lu primera acció n
que se debe y puede desplegar sino muchas oaas. como la
evangelizacidn organizada casa por casç esmdios bibFcos en
hogares, cultos al aire libre, programas de radio, distribució n
deBiblias, tratados, libros y muchas otras formas.En todo esro,
la conviKció n que los dirigentes de la
iglesiatenganacercndela importancia de esta labor, es
determinnnte para crenr conciencia, para orar
específicamente por esto, y para movilizarla en forma
sistsmú tica y permanente.
Aunque el testimonio es verbal, y se da un mensaje quR
espera una respuesta, no est5 fuera del sentido de esia labor
que Rl Espíritu Snnto conceda que los creyentes puedan hacer
señ nles en su nombre. Cuando se hacen visitns a hogares de
personas no cristianns, o se encuentran sítuaeiones difíciles
en un hogar o regidn, la oracifin de fe de los hijos de Dios
puede demos>arque Dios existe y que actiíaante lu
necesidad dela gente. Poresto o muchos se les abren los ojos
y buscnn al Señ or. Aunque siempre debemos tener presente
que hay per- sonas que aun viendola gloria y el poder del
Señ or, rechazan su miseriKordia (Mr 16.20; Heh 14.3; He
2,4; 2 Ti 1.7; Jn
14.12).
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Finalidades de la iglesia cristiana
4. HACER DISCÍPULOS
Esta labor, i grial qve la antcrior, es especít'ica (Mt 2S.lis-
201. Pero, adecrts tonya pai'te de la antei ior. Anunciar el
eviinpelio y hacer discípulos so i los caras de ama misma
iiioneda, o dos partes de una %siiia laboi’. La cvan elizació n
se i efiere si la gente no cristiiina p:u a anunci irle el evangelio,
se le presCÜ lÍÜ él Jesus CCimo Salvador. y se le brindar la
oportunidad de ci‘eer. Hacei discípulos es la etapa que sigue.
Al convertido a Jesucristo se le propone- siempre a JesFis, per o
riiioia conto el Seíior. el maestro, el modelo y la nieta de su
da. En •ste proceso se da lo que c•is otro capítulo ya fue
niencioii ido, cuando la mueva persona aprende a despo)arse
de su vieja vestidui •i pecaminosa. y se reviste de 1 i imagen de
J •sú s con la ayuda net Espíritu Santo (2 Co 3.1 S: Ro 8.29. Ef
6. CONCLUSIONES
( 1) (,En qué consiste la tarea de la iglesia? ¿,Cu5les son los
objetivos que debe peiseguir‘/ ¿Cuá l es sri misió n‘/ Todo
dirigente denominacional, pastor de congregació n, 1ídc•r y los
creyentes en general, deben tener claro este asunto. Cuando
unos y oti‘os definen bien los objetivos que persigue la iglcsia
y se dedican a alcanzai los. notan que la vida de una
congregació n es sumamente interesante y valiosa, porque
*loiifican al Seíior y se calnian los anhelos de la gente.
Cuando estos objetivos geiiefales se hacen especíticos
como ¡tor ejemplo para un añ o se proponen detei‘iniiiada
meta de crecimiento en su nielnbresía; O bien se proponen
ayudar a var ias familias para que tengan casa propia; o
establecer cierto nú meio de grupos discipulares, etc., hay
má s retos y posibilidades de ver resultados tangibles, cosa
sumamente beneficiosa. Cada congregació n en conformidad
a su propia situació n, dentro del marco genei al de objetivos,
no só lo puede ver en qrié est5 fallando. sino hacia dú nde debe
guiar sus oraciones y su trabajo niancornunado.
Finalidades de la iglesia cristiana
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La iglesia en que sirvo
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EL DE
IGLESI
A
INTRODUCCIÓN
Una de las preguntas que muchas pe sonas formulan
respecto a las iglesias cristianas evangélicas es ¿por qué
tienen sistemas de gobierno tan diferentes unas de otras‘? ¿Por
qué no hay un gobierno centralizado cono lo tiene la iglesia
cató licorromaiia? En los ú ltimos veinticinco aíios ha habido
u n in cre m en to de las i g 1 e si as c on oc i d as c o in o
“independientes”, muchas de las cualcs no tienen una forma
específica de gobienio, o bien necesitan cierto tiempo para
desarrollarlo. Muchas otras han crecido bajo la direcció n de
al ú n org an is mo ec 1 es i:ést i co con oc i d o c o mo
“denominació n”, que provee un sistema de •pob1erno, en
algunos casos sumamente rígido, en oti’o.s algo flexible.
¿Qué nos dice el Nuevo Testamento al respecto? ¿Có mo se
pueden contestar alg•unas de aquellas prep•untas? Aun m5s
importante: ¿cuú l es la mejor forma de gobierno para las
iglesias? Este es el asunto que abordareinos en este capítulo.
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La iglesia en que sirvo
Manifiestan también nuestra unidad mú ltiples actividades
conjuntas en marty v:iiáados niveles corno reuniones pasto-
rales. campañ as de evangelismo. congresos rep•ionales y
mundiales. alian7as, instituciones de for H3ílCió n pastoral de
carácter interdeilOlTlÍflü CÍOnal, organizaciones de servicio
integi adas por hermanos de di ferenies agrupaciones,
agrupac ioiies formadas para atender situaciones de
emergencia y muchas otras.
De uaneia que los cristianos evangélicos tenemos oti o
=odo de expresar la unidad sin un gobierno humano central.
Lo que afirmamos es que Jesú s es la cabeza de su cuerpo, y
ejerce su autoridad y direcció n ¡tor‘ medio del Espíritu Santo
quien ocupó su lunai’.Podemos decir con propiedad qu • el
Espíritu Santo es el vicai io de Cristo en la tierra, pue; cste, en
el más amplio sentido, tomó su lugar (Jn 14.1 ó ,26; IS.26:
16.7,13,l4: *0.2 l J. Y es El quien da unidad al cueipo.
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La iglesia en que sino
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El gobierno de la
iglesia
personales. olc'as por el envío de alp•ü n discípulo. u oli as por
una carta (Tim 1.5. l Co 1.1 l ; 2 Co l 3.1 ).
Al designar’ a las iglesias su p•obiei‘no propio, los apó stoles
quedaban más libres para ir ampliando el radio de acció n del
evangel i o. Ya desde el tiempo apostó lico se dieron
circunstancias en las cuales personas de alumna congregació n
ponían en tela de juicio y rechazaban el ministerio y autoridad
del apó stol (3 Jn 9- 10: 2 Co 7.2- 15. 10.1 -12; 1.1.1 - l5, l 6-*0).
Todo lo anterior nos l leva a hacernos una pr egunta:
¿,existen los apó toles hoy? De vez en cuando se escucha de
alguien que se considera apó stol de cierto lugar. A la luz de lo
dicho podríamos establecer las siguientes respuestas.
Primero, en el sentido esti icto, hubo doce apó stoles. Por las
cmacterísticas que el Nuevo Testamento les asigna a ellos, el
ininisiei io apostó l ico en las mismas di menciones es,
sencillamente, ii repetible. NadlC l»uede atribuirse hoy ni el
nombre. iii la autoridad espii iÍLliÍl que tuvieronaquellos.
En segundo lugar, dado que se nota en alguno que sí hay un
ministerio que quizá lo que recoge del g•rupo inicial es su
.sentido de enviado. dc mensajero, así conto una visió n niú s
amplia que la de una congregació n local, o sea del cuerpo de
Cri sto . A s í d e s e ni pe ñ a u n a í‘u n c i ó n e ii m u c h a s
con=regacionespara orar por ellas y ayudarlas en lo posible.
Descle este punto de vista podemos decir que sí ha habido y
hay hoy día apó stoles aunque no lleven el nombre ni se les
reconozca pú blicamente corno tales. Hay hermanos en
diferentes partcs del mundo que han llegado a tener ron
reconocimiento, aprecio y autoridad espiritual, que se
ut uev en e ii tre muc h as ag mpac i on e s sirv ié iido l as,
orientándolas, y vinculandolas en manchas maneras. Estos
hermanos aun cuando No ejercen ninp•ú n dominio sobi‘e las
congi'egaciones, ejercen su valÍDsa int3uencia porque se les
solici ra y porque ven en el los caracteres espirituales
especiales. Estos son ministerios al cuerpo con una funció n
muy amplia. Y at nque no se les conozca como ü ó stoles, de
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La iglesia en que sirvo
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El gobierno de la iglesia
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La iglesia en que sirvo
5. CONCLUSIONES
( 11 La iglesia tiene gobierno. Ciertamente Jesú s es sil cabeza
y el Espíritu Santo su guía. Pero esta misma verdad, es en la
mente de algunos un arma de doble filo pues se escudan detr5s
de ella para erigirse casi como pr opietari os de una
congrep•ació n. Los apó stoles nos brindan el excelente modelo
de congregaciones que, apenas nacidos, pronto llegaron a
tener una forma de gobierno que no descansaba en una per-
sona, sino más bien en equipos pastor ales y diacooales.
No hay p•obiemo perfecto. AlgUno hay que escoger y hay
que saber moverse dentro de él. usar lo ¡rara bien, y aprender a
respetar las limitaciones que impone su uso. Si un pastor
funciona en una congregació n que ha sido el resultado de un
trabajo aislado, como tantos en nuestro continente, o de una
separació n sin una estructura determinada. lo mejor es
sentarse a orar. a estudiar cu5l sistema puede servir mejor, no
a los intereses del pastor sino de la obra de Dios en ese lugar, y
proponerse a establecerlo cuanto antes.
(2) La funció n del gobierno en una iglesia cristiana. si bien
conlleva autoridad y cierta forma de poder, no puede jamas
hacerse un fin en sí misma. El gobierno busca darle forma al
grupo y organizar lo pai a que se consolide, desarrolle los
caracteres como iglesia de Jesucristo y sea ágil para quem
pl3eda alcanzar los fines que Dios le ha propueslo. Y este es
uno de los aspectos mú s importantes en toda gestió n pastoral.
t3 l Aunque la costumbre muy arraigada de un gran sector de
ip•lesias evangélicas sigue el modelo de un pastor como
autoridad principal, conviene meditar mas en el modelo del
Nuevo Testamento que lo hace mú ltiple. Un pastorado en
equipo es niú s ventajoso para la congre=‘tlció n por9ue piovee
un nú cleo intep•rador m5s amplio y hay m5s representativid•id
El gobierno de la
iglesia
de la co*repació N. Para un pastor es mucho mejor cuando
estár acompañ ado por un e•l•‹po porque oran juntos, ven lo.s
problemas juntos, toman resoluciones juntos. enfrentan los
asuntos graves juntos. Es una p•arantía para la iq1esia y para el
pastor. Desde lueq•o que estD nO puede hacei+e de la noche a la
rnañ aoa. Necesita nm proceso de comprensió n, madurriciú n y
establecimiento.
(4) A los cristianos evangélicos. dada la gran variedad de
nombi‘es y formas de gobierno que asumen nuestras
congre aciones. nos conviene pensar en todos los elementos
de base que son comunes a unos y a otros. Nos mentos
cuenta que •n lo que es central a la fe, por lo general estantos
totalmente de acuerdo. Las diferencias las marcan casi
siemprc aspectos no niedulai'es, como el tipo de cx ito que se
tiene. más pensado o m5s expresivo que otros. o la forma de
gobierno.
Por ejemplo, algunos piensan que la forma episcopal es
sólo de cielos gipos hi óñcos o católicos Pero hay
sectores como la Iglesia Metodisia Pentecostal de Chile, y
grupDs que se han desprendido de ella, que conser van la
estructui a te adicional y tienen obis Ds Con un gran poder de
decisió n. En otras organizaciones, aunque no eiiiplean el
término obispo. sin embargo el presidente o supervisor tiene
potestades semejantes.
El reconocimiento de estos aspectos y de otros puede
ayudar al desarrollo de actitudes y de relaciones para que
vivamos cada vez mas cono verdadero cuerpo de Cristo. De
este modo preparamos para la venida del Señ or “una iglesia
loriosa. qtle no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,
sino que fuese saiita y sin mancha” (Ef 5.25-27).
La iglesia en que sirvo
9?
Los dones espirituales de la
iglesia
Esto es lo particular del tema de los dones espirituales pu •s
nos lleva a considerar una serie de elementos que le dan a
ntiesti a fe y a la iglesia. distinció n y peculi0Fllild. En el
coiaiiientc- americano existe una vasta expei”iencia en este
caiiipo. El crecimiento que ha vivido la iglesia ci isÍiílQíÍ
vangélica que. segú n alumnos analistas, en cien anos pa ó de
IOS CÍflC tlCflta mil cristianos a unos 40 o 50 millones,
•videncia el modo en que la fe en la realidad diaria ha afectado
a tantísimas personas. Una muestra muy importante de que
esto ha ocurrido est5 en la for ma conto el Señ or lta derramado
sus dones sobre el pueblo de Dios.
Pero el reverso de este asunto está en las falsificaciones que
se dan respecto a los dones. del neal uso que hacen algunas
pei'sonas, pastores y conp•re íÍCione•s, lo cual nos lleva a tener
muy presente las advei tencias de Jesú s criando enseñ ó :
“Muchos nte dir5n en aquel día: Señ or, Señ or, ¿no
pi”ofetizamos en te iioinbi e, y en tU l3Olnbre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y
entonces les declarará: Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedDres de maldad” (Mi 7.22,23).
De manera que algo que es Ian precioso para la fe tiene
también su elemento de cuidado. (.En qué marco bíblico y
pi ú ctico se dan los dones espirituales?
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La iglesia en que sirvo
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Los dones espirituales de la
iglesia
hacer los cristianos, y que “Dios preparó de antemano para
que anduviésemos en ellas” Ef 2.10). Es pnra que los
cristianos sean ú tiles los unos a los otros, y ann para los no
cristianos, que se dan dichas capacidades.
Lo. abusos en la administració n de los dones, o la
falsificació n de ellos, han hecho que muchas personas
vuelvan las espaldas a esta verdad bíblica. Peio tomar’ este
camino, es igualmente peligroso, porque cieixa la vía al
manantial de =‘racia que vivifica a 'n‘leSic).Así es como
pueden caer las co n iegaciones en mimi reli giosidad
mecánica, basada en los simples recui sos humanos y por
tanto. desprovista de testimonio y efectividad en su vida y la-
bor.
por demostrú rselo, sea por medio de• Jesue-iisto como don
perfecto, o por iiiedio de esta otra gracia que son los dones.
También se puede pensar que Dios da los dones a personaje
no madui as poi que “el que comenzó en vosotros la buena
of ‘a, la pei‘feccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil l.G). El
Seiioi‘ no iisira al creyente- só lo como él es “ahora”. sino codigo
será en los añ os quc vienen. líl jor sentado que su obi a en
las personas ci'ecerú , aumentará, se p rfeccionará, por lo çu<-
se debe dad CUilHto antes oportunidad y responsabilidad a SUS
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