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Notas contenidos E+

¿Cuáles son las cosas a las que debo aferrarme para poder navegar por la
incertidumbre? ¿Cómo puedo seguir convocando a la gente incluso cuando
sólo podemos hacer esto de forma remota? ¿Cómo puedo seguir teniendo
curiosidad, incluso cuando estoy agotado de la educación en casa y el cuidado
de los padres y otros amigos necesitados? ¿Y cómo puedo mantener un
optimismo feroz en un momento de crisis en el país, en el trabajo y en todo el
mundo?

desde diferentes ángulos se viene configurando el significado, utilidades y conveniencia de la


llamada ciudad inteligente

significación poliédrica con múltiples aristas significativas de diversos y complementarios sentidos

La ya clásica postura de RICKERT acerca de las consideraciones de los territorios intermedios, es


decir espacios que combinan las ciencias idiográficas y nomotéticas, sitúa a las smart cities, entre
las relaciones de coordinación y colaboración para incorporar procesos de mejora a la vida en las
ciudades, engarzando la realidad histórico-social que la ciudad comporta, con fórmulas y métodos
que conjugan la tecnología y las telecomunicaciones.

el grado de inteligencia de una ciudad queda en entredicho cuando no se conecta directamente


con la experiencia de la ciudanía, del ciudadano y de la persona, es decir con la experiencia
denominada Erlebnis.

La ciudad no es inteligente si no atiende a la interioridad del hombre, no captada por medio de los
datos externos que arrojan sensores y otros mecanismos basados en la tecnología, debe actualizar
la experiencia de su realidad, por la cual la persona se capta así misma y tiene conciencia de la
experiencia viva o vivida.

versión Cultural de la Smart city

fomenta la participación ciudadana a través de la vinculación con su patrimonio cultural y el


crecimiento; la integración de la ciudadanía en el proceso de transformación y desarrollo
sostenible de la ciudad y la promoción de las capacidades y valores vinculados a los derechos
políticos sociales y culturales que aseguran mejoras en la educación y en la formación de las
personas y por ende en la ciudadanía

Se alinea el ámbito jurídico con las notas propias de la trandisciplinariedad y multidisciplinariedad


del concepto, así como con las propias de la realidad histórico social en la que se cultiva, donde
son protagonistas la crisis económica, la tecnología y la globalización

El desarrollo de una ciudadanía inteligente, la gobernanza y un vivir inteligente


ir más allá de una versión sólo eficaz y eficiente de la sociedad y de las ciudades.

como una suma de tecnologías que integradas en el tejido de la ciudad funciona constante y
uniformemente.

Aquí cobran sentido las consideraciones de LUCAS VERDÚ sobre el iusnaturalismo comunitario que
«entraña la vuelta a los valores, imprescindibles para la sociedad civil respetuosa con la persona»

LA CULTURA COMO POTENCIA AL SERVICIO DE LA CIUDADANÍA Y SU PARTICIPACIÓN EN LA


CONFIGURACIÓN DE LA CIUDAD

http:// www. Researchgate .net/publication/267764451 _Smart_ Cities


_Contradicting_Definitions_and_Unclear_Measures.

La configuración de una expresión cultural de Smart city implica recuperar la información, la


comunicación y la tecnología para el área cultural, incorporar elementos referidos a la resiliencia,
la ecología y al desarrollo, así como aspectos conectados con la innovación y el crecimiento
económico. En la Cultural & Smart city adquiren perfiles significativos inteligentes los Derechos
Humanos, la ética, la moral y el bien común. Cobran protagonismo la creatividad y los derechos
políticos, sociales y culturales que en las Smart cities han de estar no sólo asegurados, sino
promovidos y potenciados por su propia finalidad. En definitiva, la Smart city que en su expresión
cultural se pone al servicio de los Smart and smile citizens o ciudadanos felices e inteligentes, que
a juicio de STRATIGEA14 son ciudadanos creativos, participativos y flexibles.

«The concept of smart cities towards comunity development?

crear lugares que sean buenos para vivir, trabajar y prosperar

E governance and smart communities: a social learning change

Networkes communities:strategies for digital collaboration

http:// www. Intelligentcomunity.com/ theintelligent community/

efecto little brother: 9 Supone el sentimiento de ser objeto de desarrollo económico por las
empresas que se benefician de los datos y esfuerzos de los ciudadanos, véase al respecto
SCHULMAN, Miriam: «Little brother is watching you» en Business and Society Review, Blackwell
Publishers, Estados Unidos y Gran Bretaña,2003, páginas 65 a 69

encarar el desafio que supone la ecuación exacta, dice PEREZ LUÑO31, en la relación entre el
avance tecnológico y la tutela de las libertades. Es donde surgen planteamientos que la dialéctica
de los derechos fundamentales debe resolver, a favor siempre de la dignidad de la persona, en los
conflictos entre seguridad, crecimiento y desarrollo económico y los derechos de privacidad y
libertades

El Derecho estable una regulación para la convivencia pacífica en sociedad y lo hace sobre
modelos culturales que se van desarrollando con el transcurso de la historia del avance de la
ciencia y de la técnica. Como expresión normativa e institucional que regula la conducta humana
en sociedad, en relación con las ciudades inteligentes pudiera tener una participación destacada
en uso prudente de su capacidad para modificar conductas e imponer pautas de comportamiento.
Ello supondría regular las actividades que nos llevarían a las ciudades inteligentes de forma que
comportamientos que ahora son voluntarios se convirtieran en legalmente obligatorios. El
desarrollo de esta idea supera el ámbito de estas reflexiones, sin embargo se menciona pues han
sido unas ideas y reflexiones para su investigación, que se han abierto como consecuencia del
desarrollo del modelo cultural de smart city y que hemos denominado metamorfosis normativa,
donde las normas voluntarias se transforma en obligatorias por las consecuencias que promete su
cumplimiento sin cambiar su esencia a modo de la metamorfosis propia del mundo natural.

un enfoque en los que los ciudadanos, la administración y el mundo económico-empresarial


puedan colaborar realmente en el proceso de reconocimiento, fomento incluso protección de
nuevos valores socieoconómicos a partir de la ciudad en sí misma

las acciones sean más eficaces y eficientes se ven enriquecidos por los aportes que la afectividad,
la colaboración, la coordinación y la asertividad, entre otros, procuran

ciudadanos inteligentes, es decir de ciudadanos capaces de aprender, entender, razonar, decidir y


comprender una realidad.

«Conceptualizing smart city with the dimensions of technology, people and institutions

suma de las aptitudes y actuaciones individuales arrojan un resultado sorprendente en el


desarrollo de la ciudad y la mejora de la calidad de vida, lo que por ende supone un aumento del
sentimiento de felicidad colectiva que aquí mantenemos como finalidad última de las smart cities
desde el principio42.

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podemos afirmar que la ciudad presenta un carácter profundamente complejo que abarca las
siguientes dimensiones49: La económica, la social y la gobernanza…

La Smart City se compone, al ser un sistema complejo, de diferentes elementos: el elemento


ideológico, que sienta las bases de su discurso; los recursos comunicativos que permiten su
difusión y evolución; los recursos económicos, tanto en forma de financiaciones e incentivos como
nuevos modelos de negocio; los recursos tecnológicos; la parte institucional, o sea, la normativa,
protocolos, estrategias y regulaciones; los diferentes actores, tanto privados como públicos; los
objetivos y finalmente los espacios, es decir los lugares físicos y no físicos donde se desarrolla la
ciudad inteligente.

Entre las definiciones más completas de una Smart City, recordamos la del grupo de trabajo67
compuesto por Hatzelhoffer, Humboldt, Lobeck y Wiegandt, que define una ciudad como Smart
cuando las inversiones en las personas, en las tecnologías y en el transporte, alimentan un
desarrollo económico sostenible y mejoran la calidad de vida gracias a un uso inteligente de los
recursos naturales y a una mayor participación ciudadana. En cambio, Quincoces Soler prefiere
hacer hincapié en la dimensión social de la ciudad, formulando su definición de Smart City desde el
punto de vista del ciudadano: “Una Ciudad Inteligente es una ciudad Accesible, Amigable,
Asequible, Eficiente, Inclusiva, Integradora, Participativa, Segura y Sostenible” 68. Casi todos los
adjetivos utilizados hablan de una ciudad donde los protagonistas son las personas que la viven, la
cuidan y se involucran con su desarrollo según principios sustentables y de ahorro energético.

En el segundo conjunto mencionamos la definición de Gildo Seisdedos que propugna la


importancia de la flexibilidad y de la cultura, como motores de las futuras ciudades inteligentes
que describe con las siguientes palabras: “Un nuevo modelo de gestión más ligero y flexible que
llene de contenido los espacios urbanos y materialice el potencial creativo de nuestras ciudades
dinamizando la actividad emprendedora, cultural y científica que fluye por nuestras calles” 74

Seisdedos, G. (2012). “Pero, ¿Qué *** es una Smart City”, Bit n. 188, pág. 36

Detrás de cualquier catálogo de open data, panel de indicadores, cuadro de mando o city
dashboard existe un ensamblaje de instituciones, Sistemas de pensamiento, gubernamentalidad,
subjetividades, etc. que les otorgan un valor normativo no neutral ni apolítico

33 Katz, B., Nowak, J. (20189. “El nuevo localismo: las ciudades estadounidenses ante los desafíos
que Washington es incapaz de resolver”, Vanguardia Dossier n. 67, pág. 60.

35 Garau, C. (2014). “Smart paths for advanced management of cultural heritage”, Regional
Studies Regional Science n. 1, vol. 1, pág. 286.

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https://cutt.ly/6fxRYZ5

https://cutt.ly/PfxN02G

Alejandro Gutiérrez

agutierrez@cintel.org.co

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