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JUGAR COMO

AMOR
Claves en Leonardo Polo para entender el trabajo
desde la sobreabundancia

LUIS SALAS

© Polymath

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Prólogo

Este e-book tiene como base mi escrito inal para el


Curso de Formación Superior en La Filosofía de Leonardo
Polo impartido por la Universidad de Navarra y que cursé
de septiembre de 2021 a enero de 2022.

Me gustaría compartir algunas notas aclaratorias para


que puedas entender y disfrutar más de este escrito.

En primer lugar, no pretende ser un instructivo ni


mucho menos un libro de negocios. Es simplemente una
mirada fresca al fundamento mismo del trabajo desde el
pensamiento (claves) del ilósofo español: Leonardo Polo
(Madrid 1926-2013).

Leonardo Polo es el ilósofo más completo que he


leído. No quiere decir que supere a otro ilósofo; más
bien ayuda a profundizar más en la ilosofía. En particular
a mí me atrapó porque la explicación de que el ser
humano es cuerpo y alma; me hacía mucho ruido, se me
quedaba muy corta y pensaba que tenía que haber algo
más. Por otro lado, saltar a Dios también se me hacía un
salto muy grande. Polo profundiza en nuestra existencia,
en nuestra forma de conocer, en los radicales humanos:
amor personal, conocer personal y libertad personal.

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Leonardo Polo propone un método ilosó ico llamado


‘abandono del límite mental’. Esto ante el idealismo
moderno que imperaba en su tiempo y provocaba que
objetivizáramos a la realidad. Esto es pretender que
podemos controlarla y darnos fundamento a nosotros
mismos. Lo que curiosamente provoca un vacío y no
poderse encontrar. Además de no vivir en la realidad vivir
justo en el idealismo moderno que no lleva a ningún lado.

Todo buen ilósofo tiene un método y una teoría del


conocimiento, en este caso como decimos de Polo es ‘el
abandono del límite mental’. Por ejemplo, Nietzsche no
tenía un método; entonces estrictamente no es un
ilósofo. Sin quitar que haya aportado al pensamiento
moderno. Pero también se quedó en el límite mental.

Polo propone cuatro principios (vías) para el


abandono del límite mental. El primer principio es el de
los primeros principios para hablar acerca de la
Metafísica. Bastante interesante que en este escrito lo
tocaremos más bien muy poco o casi nada. El segundo
p r i n c i p i o e s e l p r i n c i p i o d e c i e n c i a s o b re l a
concausalidad física. Muy interesante porque habla sobre
el movimiento; y cómo la realidad está viva, en
movimiento y no objetivada como los idealistas creen, no
sabía que podíamos llegar por la vía de la Filosofía pero
llegamos. De hecho se toca a Newton, como bien sabes,
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existen los ilósofos de la Naturaleza entre ellos Newton.


‘Principa Mathematica’, ¿te acuerdas? Haré muy poca
referencia a ello. Más bien hablaré del tercer y cuarto
principio. Más sobre el tercero, en concreto. El principio
de sabiduría que da pie a la Antropología Trascendental y
sigue la vía aristotélica tomista para prácticamente
evolucionarla. Finalmente el cuarto principio, el principio
de sindéresis que da pie a la Ética.

Esta Antropología Trascendental parte de que el ser


humano es un ser que va más allá de su existencia física;
de hecho, a esta le llama esencia que es la realidad del
mundo y a su cuerpo y genética le llama naturaleza
humana. Mientras que la persona es su intimidad
personal, lo que hay dentro de él, lo que impulsa
nuestros actos. A esa intimidad personal que la considera
una novedad radical, se encuentra el acto de ser
personal. Esto es el núcleo o el corazón de la persona,
que lo vuelve irrepetible y por tanto haciendo a cada
persona distinta en su intimidad.

En segundo lugar, como decía Leonardo Polo, el


ilósofo, tiene que ilosofar, estar abierto a entablar un
diálogo y escuchar y re lexionar. Incluso sin que los
ilósofos se conozcan en persona. ¿Cómo pudo hablar
Santo Tomás de Aquino con Aristóteles o bien San
Agustín con Platón? Leyendo sus escritos, re lexionarlos,
contestarle y escribir. La buena ilosofía no se agota,
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sigue creciendo, sigue avanzando. Finalmente, la ilosofía
lo que busca es encontrar más verdad. Este era el in de
este Curso de Leonardo Polo, encontrar más verdad,
crecer. Efectivamente, seguir aportando a la sabidurías
colectiva porque estamos en hombros de gigantes como
diría el mismo Issac Newton.

En tercer lugar, al ser una profundización (si es que le


puedo llamar así) en el pensamiento de Polo cara al
trabajo; tiene muchas citas de Polo y es un trabajo más
académico a diferencia de mis anteriores e-books.

En cuarto y último lugar, no soy ilósofo. Me gusta la


ilosofía, me da mucho, me amplía el conocimiento, da
sabor a la vida, de ahí que sabiduría y sabor estén
íntimamente ligadas. La ilosofía suma a la vida; le da
sentido y dimensión. Por tanto si eres ilósofo no te
esperes tanta exactitud y si no lo eres; bien buscas sólo
el sentido práctico de negocio no es tu escrito. Pero que
impráctico es estar todo el día trabajando, produciendo
sin saber para quién se trabaja, porqué y aún más qué
quiero hacer en la vida. Qué impráctico es no
encontrarse en esta vida y qué impráctico es cerrarse
sólo en uno mismo. Si buscas esto último, este sí es tu
escrito.

Ya estás advertido, que lo disfrutes.


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Introducción y Planteamiento

El trabajo es un tema central en la esencia del ser


humano. La mayoría de las personas no se encuentran
enganchadas a su trabajo (apenas un 29% según
Stealcase). Este trabajo inal pone su punto de partida en
ver al trabajo desde el amor personal, desde la
sobreabundancia como nos ilustra Leonardo Polo. ¿Cómo
reorientar al trabajo desde ahí? Aquí lo veremos.

Palabras Clave del articulo:

Juego
Amor Personal
Trabajo
Sobreabundancia
Fiesta

Índice:

Planteamiento
¿Por qué se quiere hablar de esto?
El origen del trabajo y visión reduccionista del trabajo
El trabajo desde la sobreabundancia
Vías al trabajo como Sobreabundancia
Conclusión

Planteamiento

Siempre me ha llamado la atención los comentarios que


dicen que el trabajo es una mera necesidad, o que el
trabajo es una mera carga; o bien que si te gusta tu
trabajo es que te has sacado la lotería. Se me hace tan
absurdo el planteamiento como también tan absurdo
invertir un tercio de tu tiempo en algo que no te gusta a
cambio de recibir un pago.

Llevo un poco más de siete años acompañando a las


organizaciones en su Cambio Organizacional y fruto de la
experiencia y las conversaciones con los clientes cada
vez me convenzo que el cambio, más que exterior; esto
es, en prácticas y metodologías de trabajo, viene
principalmente de dentro.

¿Qué tan dentro? ¿Es una cuestión de actitud? ¿Es una


cuestión meramente de voluntad y optimismo? Bien, ¿es
una carrera de poner la mejor cara y disfrazarla del
concepto actual tan estirado y machacado de la
resiliencia? Sospechaba que es algo que viene algo de
más adentro; y que no queda sólo a la buena voluntad.
Fue aquí cuando apareció Leonardo Polo y su concepto
del amor como sobreabundancia que me dió muchas
luces para relacionarlo con el trabajo.

¿Por qué se quiere hablar de esto?

El trabajo profesional abarca al menos un tercio del


tiempo de nuestras vidas. Por lo tanto conviene que lo
empleemos bien y no sólo lo veamos como obligación
sino como un medio de realización. Como consultor de

innovación y Cambio Organizacional es común


enfrentarse con personas muy preparadas, incluso con
muy buenas intenciones pero apagadas, cansadas y
desencajadas de su trabajo. El trabajo forma parte de la
esencia y es una manifestación humana de lo que
llevamos dentro. Si no queremos que sea un mero
voluntarismo, vale la pena profundizar si vemos el trabajo
desde el amar personal. Sí, puede ser manifestación de
ese gozo. En lo personal, yo disfruto mucho de mi trabajo
y no por loco, sino porque respondo a algo más alto. Me
encantaría poder profundizar en esto porque creo que
puede hacer mucho bien a mis colegas, a mis clientes y a
cualquier persona que quiera leerlo. Además que se dé a
conocer a más personas el impacto de la Filosofía Poliana
y el impacto que tiene también en la empresa.

El Origen del Trabajo y Visión Reduccionista del Trabajo

El trabajo le es propio al ser humano. El mismo Génesis


(1: 26-31) hace su introducción: “Él creó al hombre para
trabajar con Él en el mundo. Dios plantó un jardín y puso a
Adán en él para cultivarlo y mantenerlo.” Igualmente Dios
trabajó durante seis días y al séptimo día descansó. El
trabajo que surge de las manos del Creador no puede ser
malo. Al contrario, incluso al inalizar cada día de trabajo,
según el Génesis: “Vió Dios que era bueno.” Sin embargo,
una de las consecuencias del pecado original es que a
partir de entonces el ser humano: “trabajará con el sudor
de su frente.”

El trabajo forma parte de la realidad del ser humano. Es


algo que no se puede omitir, que es evidente y lo
podemos comprobar todos los días.

Podríamos ponernos negativos y pensar que el trabajo y


nosotros mismos estamos condenados a trabajar. Por
otro lado, si nos ponemos a pensar; cada meta que nos
planteamos conlleva un esfuerzo y un trabajo. Por
ejemplo: correr un maratón. Por más preparados que
estemos o tengamos un físico espectacular; bien, por
más que nos guste, preparar un maratón cuesta esfuerzo
y mucho. Lo mismo, si estamos en un trabajo que nos
guste mucho, igualmente cuesta. Entonces, pareciera ser
que el problema no es la naturaleza misma del trabajo.

Nos va a costar, porque nuestra naturaleza y recursos son


limitados. Pero el trabajo no es un castigo, ni algo malo,
simplemente nos cuesta, nos cansa e implica esfuerzo.

Por tanto viendo el origen del mismo del trabajo, no es


un castigo, es un llamado, forma parte de la esencia
humana; y es verdad cuesta. ¿Entonces qué ocurre
actualmente?

Hoy en día el trabajo, en muchos lados, parece todo


menos humano. Es muy común escuchar en el trabajo
comentarios como: “tus asuntos personales, los dejas en
casa no nos interesan, aquí somos profesionales.” Por otro
lado, bien es cierto que existe mucha literatura y
movimientos al respecto que buscan una aproximación
más humana al trabajo1. Son muy buenas intenciones que
se aplauden pero bien es cierto que se quedan a nivel
esencia y no profundizan tanto en la antropología
trascendental2 y el acto de ser les queda aún muy lejos;
no lo llegan a descubrir.

Plantear hoy en día en distintos escenarios que el amor y


el trabajo están íntimamente ligados podría parecer una
locura o una insensatez. Principalmente porque se ha
malinterpretado al amor o bien se le reduce a una mera
manifestación física; y al trabajo, como decíamos,
muchas veces se le considera como un castigo, bien, se

1 Responsive Organizations: www.responsive.org, Reinventing Organizations:


www.reinventingorganizations.com, Corporate Rebels: www.corporate-rebels.com,
Reimagina 2030: www.reimagina2030.lat, Holacracy: www.holacracy.org,

2 SELLÉS, J.F. “El pensamiento social que de ordinario se suele trabajar omite la
precedente consideración, no sólo porque suele presentarse escindido de la ética, sino
sencillamente porque desconoce la antropología trascendental.”; Los tres agentes del
cambio de la sociedad civil: Familia, Universidad y Empresa, Madrid, 2013, p. 2

ve como algo aburrido y absurdo o bien como una mera


necesidad de sobrevivencia y sostenimiento.

Uno de los planteamientos de este escrito es seguir la


visión de Leonardo Polo de pasar del amor como
necesidad al amor como sobreabundancia; e
igualmente al trabajo no verlo desde la necesidad y de
mera sobrevivencia sino verlo, igualmente, desde la
sobreabundancia. Como bien dice Juan Fernando Sellés:
“Uno no ama porque le falte algo que necesita, pues amar
es dar generosamente. Por ejemplo, cuando una madre
quiere a su hijo no busca compensaciones, sino que da
sin reservas.”3

Tendríamos que ver el fundamento mismo del trabajo.


Bien sabemos que el trabajo forma parte de las
manifestaciones humanas, como todo lo social que no
corresponde al acto de ser humano (la intimidad). Pero a
la vez las manifestaciones humanas dependen, como
dice el profesor Selles4, de las facultades inmateriales y
en segundo lugar de las corpóreas. Por tanto podremos
decir que el trabajo, al ser una manifestación humana,
depende del acto de ser mismo, concretamente de su
amor personal. Si queremos refundar el trabajo tenemos
que hacerlo desde ahí, el trabajo fundamentado en el

3 JUAN FERNANDO SELLÉS, Antropología para inconformes, Ediciones Rialp,


2011 p. 596

4JUAN FERNANDO SELLÉS, Los tres agentes del cambio de la sociedad civil:
Familia, Universidad y Empresa, Madrid, 2013, p. 4

amor. El amor es lo más propio, superior y profundo del


ser humano5, es lo más alto del acto de ser6.

Teniendo esto en cuenta, podríamos preguntarnos: si el


amor es lo más propio del ser humano, ¿porqué se le
extrae tan a la fuerza del trabajo? En otras palabras,
también podríamos decir que a la persona misma se le
extrae del trabajo porque la persona sin amor no se
entiende. Como diría Joseph Ratzinger: “Quien intenta
desentenderse del amor se dispone a desentenderse del
ser humano.” Por t anto podríamos decir, que
continuamente a la persona se le es apartada del trabajo;
incluso algunas veces hacer una mera referencia del
amor hace temblar.

No expondremos las razones de fondo porque se extrae


el amor del trabajo. Razones podrían ser muchas:
desconocimiento del tema en general, ignorancia de la
Antropología Trascendental, miedo, etc. Lo que sí
podemos ver en este escrito son algunos fenómenos y
algunos efectos de extraer el amor del trabajo, como la
misma despersonalización y la deshumanización.

Hoy en el trabajo y en la vida misma pareciera que


viviéramos en un mundo de mínimos, de mero
cumplimiento. Incluso las relaciones personales se han
convertido en relaciones de pactos. Esto es, “yo hago
esto y tú haces lo otro y todo va a estar bien.” Como si le
quitáramos sabor y movimiento a la vida.

5 SELLES, J.F. “En rigor, el amor personal es tan radical que podemos decir que la
persona es amor.”, Antropología para Inconformes, Ediciones Rialp, 2011, p.597

6 SELLES, JF. “El amor personal no cabe sin el previo conocer personal, sin libertad
y sin co-existencia, pero es superior a ellos.”, Ibid, p.599

Igualmente en el trabajo pareciera que le estamos


quitando amor, sentido y sabor al trabajo. En el mundo
del trabajo esto se re leja en cumplir sólo mínimos. Por
ejemplo: meras certi icaciones: como puede ser: ‘Great
Place to Work’. Por supuesto que todo mundo quiere un
mejor lugar para trabajar pero sólo ponerle una marca de
cumplir es quedarnos muy cortos. Bien las evaluaciones
de clima laboral que se hacen una vez al año, como un
mero proceso formal. Bien cumplir sólo con las
condiciones del contrato. Esto es, no hacer nada más a
favor de la persona. Bien sólo quedarse en las
prestaciones que marca la ley. Lamentablemente esto es
objetivar la realidad del trabajo dinámico, cambiante y
desconocer a la naturaleza humana. Porque la realidad
cambia, estamos en movimiento y porque todos llevamos
una sabiduría dentro.

Conocer la Filosofía de Leonardo Polo me ha ayudado a


ver el trabajo de un manera más profunda, humana e
incluso divertida. Un primer paso en este descubrimiento
fue toparme con su obra: ‘Lo radical y la libertad’. La
libertad desde el punto de vista moderno (Hegel, Kant y
Marx principalmente) hasta nuestros días se plantea sólo
desde un punto de vista meramente pragmático, que el
radical moderno lo llama: principio de resultado7. Esto es,
se le considera al ser humano como el resultado de su
actividad y que sin ella el ser humano es nada. Desde
esta perspectiva, sólo entiende que somos libres en la
medida en que producimos y creamos.

7 LEONARDO POLO, Lo radical y la libertad, Cuadernos de Anuario Filosó co,


2005, p. 11

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Por otro lado, los clásicos entienden a la libertad como la
capacidad de elegir bien, más profunda que la visión
pragmática. Esto es, para los clásicos se es libre en la
medida que se toman decisiones y añade un adjetivo;
esto es, en la medida en que sean buenas decisiones. Sin
embargo, los griegos por otro lado desprecian a lo
temporal8; y como decimos en este escrito el trabajo es
una manifestación humana y no lo podríamos dejar
fuera9. Además que ayuda al perfeccionamiento de la
persona misma, de sus colegas y del mundo mismo. Sin
embargo no es el fundamento y por supuesto no es
tampoco lo más radical del ser humano. Por tanto esta
perspectiva de los clásicos de la libertad también queda
incompleta.

Leonardo Polo añade y pone a la libertad como un


transcendental personal, es decir, que ya nos viene dada.
Polo de ine a la libertad como: “la capacidad de no
desfuturizar el futuro.10” Entiende a la historia desde la
libertad como el discontinuo de comienzos libres. Que la
historia recomienza con cada ser humano; porque lo ve
como una novedad en sí misma. Por tanto en este
sentido lo radicalmente nuevo no es la invención humana
sino la persona misma. No es una libertad que depende
de otras libertades; porque no es libertad; es un
constante comenzar; sólo depende de Dios, del
Creador11. Por tanto si el ser humano es una novedad en

8 Ibid, p. 52

9 “La importancia del trabajo es muy grande y las viejas descali caciones hoy no se
podrían aceptar teniendo en cuenta que la laboriosidad es una virtud.” Ibíd. p.53

10 Ibid. p. 57

11 Ibid. p. 59
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sí misma, nos topamos con personas irrepetibles, con
libertades irreductibles, ya hablaremos un poco más
delante en este escrito. El ser humano se la pasa
reclamando la libertad hacia afuera cuando debería
reclamarse a sí mismo. Debería mirarse, depende de su
mirada propia y pasar el límite mental y no sólo valorarse
por lo que produce o bien no sólo depender o pensar
que se trata de conquistar su libertad, esto es desde una
comprensión meramente voluntarista.

El mundo del trabajo de hoy se queda en la libertad


moderna, esto es en lo meramente pragmático; es decir,
en valorar sólo lo que me lleva a producir. Es verdad que
si una organización no vende y no da buenos resultados
no podrá sobrevivir. Es verdad, que necesitamos crear
mejores productos, es verdad que necesitamos perder
menos tiempo en las organizaciones. Las organizaciones
son un re lejo de que la persona por su naturaleza tiende
a su propio desarrollo; como dice el profesor Sellés: cada
persona humana es constitutivamente creciente12. Es
parte de querer crecer, y querer manifestarse al mundo
exterior. El problema es cuando buscamos meramente el
resultado por el resultado. Esto ha contagiado
igualmente al Foro Económico Mundial en la elección de
las habilidades del futuro teniendo una orientación sólo a
las habilidades para el trabajo13. Esto también tiene un
impacto en las universidades que caen en el juego del
pragmatismo, de buscar el mero resultado o buscar
solamente habilidades “prácticas”, en lugar del

12 JUAN FERNANDO SELLÉS, Los tres agentes del cambio de la sociedad civil:
Familia, Universidad y Empresa, Madrid, 2013, p. 236
13 https://www.weforum.org/agenda/2020/10/top-10-work-skills-of-tomorrow-how-
long-it-takes-to-learn-them/
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profundizar e ir a más; parece que se ponen sólo al


servicio de la empresa y lo meramente contingente. Las
universidades deberían de descubrir más verdad teórica
y en las empresas descubrir más verdades prácticas. Por
tanto como dice el profesor Sellés la universidad será
superior a la empresa puesto que la verdad teórica es
origen y in de la práctica14. Pero hoy en día, tal parece
que el ‘unus et diversus’ (propio de la universidad) se va
haciendo una realidad de otro tiempo; parece más bien
que son pluridiversidades sin una unión. Como bien dice,
el profesor Juan Fernando Sellés: “la despersonalización
se ha institucionalizado en todos los ambientes.”

Sin embargo, esta visión de la libertad está muy


impregnada en el mundo del trabajo. Entender la libertad
sólo desde el punto de vista pragmático es reducir al ser
humano a la producción y a lo meramente externo. Esto
es, sólo me eres útil en la medida en que produces. Se
tienen manifestaciones tan coloquiales en el mundo del
trabajo como llamar “mano de obra” a los obreros,
(solamente me importan tus manos); bien tener un
departamento llamado: “Recursos Humanos” o “Capital
Humano”. Como si el ser humano fuera una mera
transacción. No nos dejan descubrir el valor intrínseco
del trabajo y tiene que buscar la diversión en otra parte;
en algo externo; en ese necesitar porque se encuentra
hueco. Comienza el aburrimiento y la angustia que está
debajo de la diversión, como dice el profesor Sellés15,
que surge cuando se da cuenta que no puede divertirse y

14 JUAN FERNANDO SELLÉS, Los tres agentes del cambio de la sociedad civil:
Familia, Universidad y Empresa, Madrid, 2013, p. 167
15 JUAN FERNANDO SELLÉS, 33 Virtudes Humanas según Leonardo Polo,
EUNSA, 2020, p. 126
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va dando saltos de un lado a otro. Siendo como ese


porcentaje del 11%16 que repudia abiertamente su trabajo.

Por otro lado, aunque entendiéramos la libertad en el


sentido clásico, esto es: ‘la capacidad de elegir bien’; nos
quedaríamos igualmente muy cortos. Si
contempláramos, aunque no es sólo eso, que la persona
trabaje voluntariamente en un trabajo y lo haya elegido;
si nos quedaremos con esta de inición de libertad. Aún
así, podríamos seguir viendo datos de escándalo en el
mundo del trabajo actual en México: sólo el 22% de los
trabajadores se encuentra enganchado con su trabajo17;
60% se encuentra se encuentra desconectado; y un 18%
repudia su trabajo. Aunque no varía mucho este
porcentaje de estar enganchado en el trabajo a nivel
mundial, sólo el 29% se encuentra enganchado a su
trabajo.

Por lo tanto podemos ver una gran crisis en el trabajo.


Primero al verlo como un castigo o como una carga;
segundo al entenderlo como una mera necesidad de
supervivencia; tercero ver al ser humano incompleto,
extraerlo como una manifestación del ser personal y
verlo sólo en un sentido pragmático; y también es
insu iciente ver al trabajo como una mera elección, como
una cuestión meramente volitiva. Sumado a la invasión
de toda esta forma de pensar a las universidades que no
entienden del todo bien su papel.

16 Informe Stealcase: https://info.steelcase.com/global-employee-engagement-


workplace-report?utm_campaign=2016-WPR-Campaign-
En&utm_medium=360Issue&utm_source=Steelcase.com#introduction

17 Ibid
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El Trabajo desde la Sobreabundancia

La tesis de este trabajo es: cambiar al trabajo de la


necesidad a la sobreabundancia. Viendo lo que hemos
contado hasta ahora pareciera una encomienda muy
difícil de realizar. No se está llamando a que como
empresa cambiemos; aquí se busca un llamamiento
personal; y comenzar desde el acto de ser. De esa
apertura del conocer personal, de responder a ese amar
personal y sólo desde ahí.

Por lo que me queda acudir a mi experiencia personal y


ver qué luces nos puede dar la ilosofía de Leonardo Polo
en esta encomienda. A lo largo de mi experiencia como
consultor de Cambio Organizacional y facilitador en las
organizaciones me he topado con organizaciones sin
alma, rígidas, tóxicas, con miedo, encerradas en sí
mismas. Por otro lado, también me he encontrado con
organizaciones abiertas, en movimiento, receptivas y que
se respira un ambiente en donde las personas se pueden
brindar más y mejor e incluso divertirse en su trabajo.
¿Qué hay de diferente en estas organizaciones? ¿Por qué
estas organizaciones disfrutan y otras no? ¿Porque
algunas organizaciones consideran que el trabajo no
puede ser divertido o bien consideran que sólo la
seriedad es sinónimo de profesionalismo?

Si no nos podemos divertir en una manifestación que es


tan esencial al ser humano y que nos lleva tanto tiempo
es que probablemente no estamos divirtiéndonos por
dentro. Aquí se encuentra el quid de este escrito
sustentado en el libro de Juan Fernando Sellés,
‘Antropología para inconformes’ en su último capítulo
sobre El Amar Personal18; cuando menciona lo siguiente:
‘Una de las manifestaciones más humanas del amor es
jugar. Jugar es gozar el sentido de la libertad humana.
Jugar es lo contrario de necesitar. En lo radical, el
hombre no es un ser necesitante, sino que sobra
respecto del necesitar. El hombre no necesita
radicalmente, es decir, como ser, porque su ser lo ha
recibido. Más bien es lo contrario: sobrar. Si sobra, da; y
ese es el meollo de la iesta. Ser persona es ser iesta.”
Basado en el planteamiento siguiente de Leonardo Polo:
“Cada hombre es iesta, soy iesta porque soy un regalo,
un don de Dios.”

De esto se desprenden distintos conceptos


fundamentales para este escrito. En primer lugar, la
manifestación de jugar. ¿De dónde nos viene, de dónde
nos brota? En segundo lugar, la sobreabundancia, ¿Se
puede vivir de la sobreabundancia? En tercero, la iesta.
¿Qué es iesta? ¿Dónde se encuentra ubicada, cómo
manifestación o es algo más alto? Finalmente, también
nos surge la pregunta: ¿cómo podríamos vivir como
iesta y si esto se podría transmitir al trabajo?

Comenzando por el juego, podemos decir que: el que


juega está alegre, le brota como algo natural. Leonardo

18 JUAN FERNANDO SELLÉS, Antropología para inconformes, Ediciones Rialp,


2011 p. 598
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Polo dice que el que no ve la vida como un juego la pasa
mal. “El que sabe que la vida es un juego, entonces está
alegre. La alegría del espíritu...es algo grande que tiene
que ver con la esperanza...El que juega espera. No
solamente espera sino que le gusta jugar19”. Incluso
Leonardo Polo, pone al juego en paralelo con la ética y lo
ve como algo que dura toda la vida, entre más se juega,
más ético sé es y al mismo tiempo va humanizando al ser
humano. Igualmente ve al juego como un no necesitar,
dice: “El juego lleva consigo un sobrante que se entrena
para ser empleado en una línea irrestricta de
crecimiento.20” Por tanto el juego pareciera que no nos
hace menos, al contrario nos ayuda a ir a más, nos ayuda
a crecer desde que somos niños21.

La sobreabundancia es propia de aquel que ve la vida


como regalo, como diría Polo, porque ya lo ha recibido
todo. Entonces quien se siente así, como la vida recibida
es porque ha aceptado su propia vida, ha aceptado su
persona, no le hace falta nada más. Se siente amado, y se
siente y se sabe libre. De ahí que Leonado Polo considere
a la persona como un además, como añadidura, como
decíamos anteriormente, como novedad radical: “El
hombre da de sí, el hombre añade. Es una intimidad en
apertura, que siempre vuelve a brotar, y por lo tanto se
desborda, es efusiva.”22” Por tanto la sobreabundancia, es

19 LEONARDO POLO, Escritos de Psicología, pro manuscrito, p.172

20 LEONARDO POLO, Quién es el Hombre, p.105

21 SELLES, J.F. “Lo que, sobre todo, los padres pueden aprender de sus hijos es que
siempre se juega, es decir, que es constitutivo al juego el que no termine nunca
de nitivamente. De ahí que el niño no se aburra ni se desespere.” Los tres agentes del
cambio de la sociedad civil: Familia, Universidad y Empresa, Madrid, 2013, p. 116
22 LEONARDO POLO, Persona y Libertad, EUNSA, p.112
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vivir siendo mejor humano, dándose, entregándose, y


estando abierto. Siendo el jugar una manifestación de
esa sobreabundancia, de ese carácter efusivo, se
desborda, y se sale de sí.

Podríamos profundizar igualmente en la iesta. Polo la


pone como un estado que su espíritu es capaz de
alcanzar; está a nivel personal, consiste en la alegría del
amor23. Juan Fernando Sellés, hace una jerarquía de
menor a mayor sería: el juego, la diversión y la iesta. El
juego, es una dimensión manifestativa de las acciones
externas humanas; la diversión en la esencia del hombre
y la iesta, es sobretodo, en la intimidad personal. “En el
plano de la intimidad, el juego es la iesta.24” El juego a
nivel personal es iesta del profesor Sellés la pone como
la forma más alta de vida25.

Si acudimos al acto de ser, tendríamos que comenzar


con el radical más alto que es el amar personal
tendríamos que comenzar por la aceptación. Si habíamos
dicho que la persona ante todo es amor; tendría que
aceptarse primero como es, como un don; como ese
regalo; como ese don de Dios que dice Polo. Ese don,
como hijo que es la persona, que nunca deja de serlo
entonces esa aceptación equivale a no dejar de amar, al
menos que quiera dejar de ser persona26. Si no se acepta
el don que es, la persona comienza a despersonalizarse;

23 LEONARDO POLO, Epistemología, creación y divinidad, p. 322

24 JUAN FERNANDO SELLÉS, 33 Virtudes Humanas según Leonardo Polo,


EUNSA, 2020, p. 128

25 Ibid. p. 124

26 JUAN FERNANDO SELLÉS, Antropología para inconformes, Ediciones Rialp,


2011 p. 612
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sino, no se podrá dar; cierra el paso a la efusión; no cabe
dar sin un don. “La persona humana es un don creado
que se acepta como un dar destinado a ser aceptado.27”

Sólo aceptándose tal cual es, podemos crecer. De ahí


que sea una llamada personal a aceptar la vida que se
nos ha sido regalada; como es. No implica que no
hagamos más y nos conformemos. Es decir, en esencia
no nos podemos conformar puesto que estamos
llamados a crecer y además que podemos crecer
irrestrictamente. Pero si el acto de ser, está por encima
de nuestras manifestaciones humanas no podemos
avanzar si no nos aceptamos desde nuestro acto de ser.
La persona humana es siempre ser segundo, puesto que
es criatura, no puede darse sin haber aceptado
previamente28.

El amar personal tiene tres dimensiones: dar, aceptar y


don. Se da cuando se acepta. Como bien nos decía el
profesor Sellés no podemos dar nuestro ser puesto que
dejaríamos de existir; de ahí que no podamos encontrar
en otro ser humano nuestra réplica; sólo Dios lo puede
hacer29, es decir, sólo Él nos podría abrazar por entero.

En cuanto a los dones. Dentro de la triada de las


dimensiones del amor encontramos al don. Los dones los
añadimos sobre nuestra naturaleza como sobre nuestra

27 Ibid. p. 616

28 Ibid. p. 614

29 SELLES, J.F. “Quien puede aceptar enteramente ese dar personal sólo es Dios (no
otra persona creada). Si es así, el dar personal humano descubre no sólo que Dios existe,
sino que Dios es la aceptación amorosa increada e irrestricta.” Ibid. P. 615-616

esencia30. El trabajo es uno de esos dones. Leonardo


Polo hace una anotación fundamental que: “El trabajo es
la acción humana que a través el hombre se perfecciona
como hombre a la par que perfecciona a la realidad
física.31” Además apunta el ilósofo que el hombre añade
porque sobreabunda; porque la persona es dar. El trabajo
se incluye en la naturaleza humana, está en función de la
mejora de la esencia humana y ésta en orden de la
persona; por tanto todo en la misma esencia humana.

30 Ibid. p. 617

31 LEONARDO POLO, Conocimiento y Trabajo en Cuadernos Empresa y


Humanismo, Pamplona, p.8
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Vías al Trabajo como Sobreabundancia

a. El conocer personal

Al momento que vamos avanzando por este escrito nos


podríamos preguntar: ¿Existe esta conciencia de que
somos dones en nuestro lugar de trabajo? ¿La mayoría de
las personas se aceptarán; conocerán sus dones y darán
en consecuencia? Es muy difícil contestar esta pregunta.
Como bien veíamos la Antropología Trascendental se
desconoce de ordinario: y por otro lado veíamos que es
un llamado personal. Este escrito puede ser justo eso,
una invitación o una concientización. Esta invitación justo
a que comencemos a ver a las personas como dones,
con un acto de ser personal, como una novedad radical.

¿En este mundo del trabajo hay quienes ya lo viven desde


la sobreabundancia? ¿Se podría hablar al menos quizás
no a conciencia pero sí que haya una aceptación de ese
acto de ser y se re leje como una manifestación exterior?
Igualmente tendríamos que preguntar directamente a las
personas. Lo que sí acudiendo una vez más a mi
ex p e r i e n c i a p e r s o n a l c o m o c o n s u l t o r ; e n l a s
organizaciones que trabajan diferente hemos encontrado
a p e r s o n a s q u e h a n t e n i d o p re v i a m e n t e u n a
transformación personal o bien profundizan en sus
personas y ven en los otros más allá del mero
pragmatismo. Quizás efectivamente sin llegar al

conocimiento de la Antropología Trascendental sin


embargo están en constante apertura.

Es en este punto es donde se nos abre el trascendental


personal que no habíamos tocado hasta ahora: el
conocer personal. Que justo en este punto de este
escrito nos puede dar luces. Mismas que quizás sean tal
cual estas luces que iluminen a estas personas que viven
más profundamente. El conocer personal es el conocer
humano a nivel de acto de ser; esto es, la persona
humana vista como conocer32. Al igual que pasa con el
amar personal que no hay ninguno igual, todos somos un
conocer personal distinto. Distinto sin embargo que
todos compartimos, puesto que todos somos un acto de
ser personal. Porque todos tenemos el hábito innato de
sabiduría que supera todos los saberes.

Este conocer en acto viene desde Aristóteles y lo


denomina intelecto agente; en palabras de Polo es el que
permite la forma más alta de vida humana33. Aristóteles
ubica al intelecto agente como separado e inmortal, ni
mezclado con el mundo ni con el cuerpo humano. Para
Aristóteles es un conocimiento superior, lo denomina
como el intelecto capaz de hacerse todas las cosas,
semejante a la luz34. En el pensamiento aristotélico tiene
todo el sentido y lo mismo ocurre en la ilosofía poliana
que continua con lo que los ilósofos habían dejado de
lado, el intelecto agente, considerándolo como un

32 JUAN FERNANDO SELLÉS, Antropología para inconformes, Ediciones Rialp,


2011 p. 555

33 Ibid p. 556

34 ARISTÓTELES, De Anima 1 III, cap. 5


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trascendental personal. Tiene todo el sentido ya que la
inteligencia es una potencia y tiene que haber algo que
esté en acto que active a esta potencia. El entendimiento
agente activa a lo que denomina a Aristóteles el
entendimiento paciente o posible. Algunos podrían
confundirlo con la intuición, podrían confundirlo con el
sentido común; bien algunos podrían tratar de encontrar
la causa de la inteligencia en la neurociencia o en otras
pseudo ciencias. De nuevo hemos querido bloquear a la
Antropología Trascendental y todo aquello que hable o
induzca a lo trascendente.

Una buena vía a este trabajo como sobreabundancia;


como este abandono del límite mental en el trabajo y
pasar del metro pragmatismo; bien ir más allá del ver el
trabajo como necesidad o supervivencia pues justo
puede ser el conocer personal que todos compartimos.
Es verdad, que cada vez más se abre el camino hacia la
sabiduría o en algunos círculos se le reconoce como algo
más alto que la inteligencia; bien nuevamente no se
contempla o se trata de eliminar la Antropología
Trascendental. Bien es cierto que dentro del mundo del
Diseño y la Innovación existe el término Inteligencia
Colectiva35 que es la manera de resolver retos con el
input de los agentes implicados en los proyectos; o los
llamados stakeholders. Bien es cierto que desde nuestra
consultora de Cambio Organizacional e Innovación, la
llamamos justo Sabiduría Colectiva36 con toda la
intención para distinguirla de meros puestos de trabajo,
títulos y para hacer hincapié que todos la llevamos

35 https://www.youtube.com/watch?v=0Pb-brVzwjw

36 www.polymath.com.mx/nosotros

dentro con independencia de nuestro grado académico.


Bien es cierto, que puede ser una obviedad que una
persona tenga más experiencia de vida, que una persona
académica, a veces resulta un poco incómodo para
directivos y ciertos empleados que se le ponga en igual
de condiciones con alguien que tenga un puesto de más
bajo nivel. Cierto que no hay apertura hacia afuera; y no
han pasado del límite mental de la inteligencia o de la
mera abstracción.

En in si nos viéramos como personas con dones, con


apertura podríamos crear verdadera Sabiduría Colectiva.
Como bien dice el profesor Sellés: “La colaboración
promueve que la empresa sea ‘un juego de suma positiva'
no ‘un juego de suma cero’, y en menor medida ‘una resta’
la cual acarrea la quiebra de la empresa.37” Incluso llega a
decir que sin colaboración no hay belleza en la
organización; ya que faltaría a uno de los tres elementos
que la componen: a la armonía en este caso (los otros
dos: claridad y proporción). Por lo tanto podríamos decir
que además de divertirnos y trabajar desde la
sobreabundancia podríamos además crear un trabajo
bello.

No cansarnos de actuar nunca. Hacer caso esa luz que


todos llevamos dentro, a este conocer personal y actuar.
Como bien dice Polo, y esto es un re lejo también de esta
sobreabundancia, vale la pena formular mejor el
principio: ‘haz el bien, actúa’; porque si seguimos con el
principio clásico de: ‘haz el bien y evita el mal’ nos
quedaríamos cortos; no superaríamos el límite mental.

37 JUAN FERNANDO SELLÉS, Los tres agentes del cambio de la sociedad civil:
Familia, Universidad y Empresa, Madrid, 2013, p. 268
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Estaríamos esencialmente sólo sobreviviendo; nos
estaríamos quedando en el mero deber, en lo que se
espera no en lo que no, se espera. No es un deber
añadido, sino la expansión de la libertad, que persigue el
bien38.

b. Coherencia de nuestro acto de ser con nuestras


manifestaciones

Impulsados por nuestro conocer personal, por esa


apertura, por esa luz. Como dice Leonardo Polo: sin la
transparencia intelectual no es posible hablar de
intimidad como apertura hacia dentro39. Esta apertura
hacia dentro la he visto manifestada en fundadores de
organizaciones o emprendimientos que funcionan y
trabajan desde la sobreabundancia. Porque es algo que
llevan dentro; en su acto de ser y se desbordan poniendo
este trabajo como don. Incluso las personas que los
conocen, dicen: “Es que tu emprendimiento (o tu trabajo)
hace todo el sentido contigo. Es muy auténtico.”

Bien, decimos que cara al mundo exterior, a la esencia; el


amar personal no puede ser trascendental sino que se ha
de manifestar en obras; porque no puede dar su persona
puesto que dejaría de existir. El trabajo es parte de esas
obras, es un don. Si se acepta y responde a ese amar
personal, se da y si se está abierto a esa luz40, en el
conocer personal; y desde nuestra libertad personal;

38 LEONARDO POLO, Obras Completas XI, p.279

39 LEONARDO POLO, Antropología Trascendental Tomo I La Persona Humana,


EUNSA, 1998, p. 226

40 “Se busca hacia dentro, no hacia fuera, puesto que el intelecto personal no es una
luz iluminante, sino una luz transparente.” Ibid. p. 218

aceptar ese don y desde ahí podemos empujar desde


nuestro querer yo a los subsiguientes actos voluntarios y
hábitos de la voluntad41. En este caso la voluntad de
llevar a cabo ese trabajo que nos brota desde nuestro
acto de ser. Esto no es un voluntarismo que es sesgado
sino una coherencia, actuar desde el amar personal;
desde la aceptación. Puesto que el amor humano
necesariamente se demuestra en obras: “Obras son
amores y no buenas razones.” Que hace coherencia con
ese núcleo, con eso que es lo más nuestro. Hay una
coherencia y una armonía. Podríamos decir que como
dice el profesor Sellés en cuanto a la belleza de la
organización; hay una belleza en nuestro trabajo; si
tenemos claridad, la proporción y la colaboración
cuando invitamos a los demás desde nuestro trabajo.

En este sentido podemos ver casos de emprendimientos


que responden a esta coherencia entre el acto de ser
personal y las manifestaciones humanas; siendo el
trabajo como don.

Uno de estos emprendimientos es Blooders42. Una


plataforma de donación de sangre que está cambiando la
experiencia de la donación de sangre. Atendiendo a un
problema en concreto la escasez de sangre en los
hospitales de México. Surge del ver una necesidad y sea
actúa en consecuencia. Desde el corazón ayudando a
más personas.

41 Ibid. p. 230

42 www.blooders.org

Otro de los emprendimientos que nos llaman la atención


es La Fiesta de los Libros43. El amor por los libros y por
identi icarse tanto con la lectura y no quererlo guardar
para sí por parte de su fundadora. Que responde a su
llamado por ser escritora, a sus dones de escribir; y
mediante su emprendimiento se busca fomentar la
lectura infantil uniendo a familias. No por un
voluntarismo sino porque nos brota compartir y leer;
hacer de la lectura divertida y unitiva. Haciendo
coherencia incluso con el concepto que se explicó aquí
de iesta: ese estado del espíritu, esa alegría del amor,
desde el plano de la intimidad personal donde el juego es
iesta. Podemos ver el corazón noble puesto en acción.

Así podríamos destacar otros ejemplos como: el de


Ricardo Semler y SEMCO44; donde se les da autonomía
completa a los colaboradores y donde se les permite
asignarse las vacaciones que gusten y además han ido
creando colegios para las familias de escasos recursos
de Brasil con esta ilosofía. También tenemos el caso de
Buurtzorg45 fundada por Jos de Blok, esta unión de
enfermeros que funcionan en equipos autodirigidos que
en Países Bajos ha revolucionado la Seguridad Social y
que buscan que los cuidados comiencen de dentro hacia
fuera: desde la familia, vecinos y hasta después
hospitales.

43 https://www.instagram.com/la estadeloslibros/

44 https://ricardosemler.com/

45 https://www.buurtzorg.com/
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Lo mismo podríamos decir que desde Polymath46, a


partir de una visión más integral de la persona, de las
organizaciones y del trabajo mismo nos ha permitido ir
evolucionando y contagiando este espíritu a nuestros
clientes. De paso ayudarles a mejorar su estrategia, sus
equipos y sus implementaciones. Naciendo del amor
personal, aceptando los dones recibidos y
manifestándolos en el trabajo que hacemos. Conectando
desde ahí con nuestros clientes, colaboradores y
entorno.

Son emprendimientos y organizaciones que brotan del


corazón y sin duda es una vía a trabajar desde la
sobreabundancia. Haciendo una mejor vida a los demás,
siendo añadidura a la sociedad; además que conlleva la
realización de esa persona que inicia con esa iniciativa y
los que se van sumando.

c. Enseñar a vivir desde la sobreabundancia

En este tema vale la pena ijar la atención en los niños.


Parece que todo el tiempo son iesta, sobreabundancia y
aceptación. Como diría el Doctor Francisco Moya
(creador de la Palingenesia) en su TEDxTalk: “El criterio de
la nueva persona es amor. Si alguien quiere saber lo que
es amor tiene que bajar al nivel de niño.47” Ya que todo es
aceptación la inteligencia y voluntad se va formando con
el tiempo, al nacer, como dice Polo, éstas facultades
están en tabula rasa. De tal manera que podemos

46 https://polymath.com.mx/

47 TEDxPaseoSantaLucía ‘Más Allá de Nosotros’ 2019: https://www.youtube.com/


watch?v=E6ZzWqmTSW0&t=108s

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hacerlos conscientes de ese criterio de amor, de esa


Antropología Trascendental desde pequeños.

Enseñar a jugar desde pequeños que el mismo Polo, le


atribuye al padre y a la madre. Quizás no seamos
conscientes del valor del juego; de la aceptación que ya
como veíamos se da en el hijo al ser su criterio de
actuación; y la aceptación de los padres al niño como
dones. Sumado al juego que como dice Polo: “El valor
pedagógico del juego estriba en que vincula los afectos a
la actividad, y de este modo se empieza a percibir la
necesidad de las reglas en la conducta, y también se
aprende a ganar y a perder48.”

Sin duda en este educar en la sobreabundancia, en el


crecimiento y ver la vida como un regalo, como iesta se
encuentra el papel fundamental de los padres.
Manteniendo la iesta como es, un estado de la intimidad
personal. Esto contrasta mucho con muchos colegios de
educación primaria que siguen dando una educación
meramente racional o bien que tiende al mero
pragmatismo. Sin duda la primera infancia tiene mucho
qué decir; y desde aquí surge, como podemos ver, otro
reto: llevar el espíritu de iesta y mantener el espíritu de
un niño.

48 LEONARDO POLO, Ayudar a Crecer. Cuestiones losó cas de la educación,


EUNSA, 2006 p. 94

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Conclusión

Como bien decíamos en este escrito es un llamado


personal primero a la aceptación de parte de la propia
persona. Bien como hemos venido insistiendo ante esta
ola de Pragmatismo, de pseudo ciencias y de querer
quitar cualquier atisbo de trascendencia en el ser
humano, se desconoce la Antropología Trascendental.

Da tremenda paz que el ser humano tiene un acto de ser


personal y un hábito innato de sabiduría aunque el ser
humano lo sepa, lo ignore o pase de él. Podríamos
construir desde ahí: en fomentarlo, ahora que nosotros
que somos conscientes. Impulsar así mismo a los
emprendimientos que brotan del corazón e impulsar a
nuestros hijos a encontrarse, jugando, siendo iesta
también nosotros.

Vale la pena examinar nuestro acto de ser: conocer qué


hay ahí; si está necesitante o superabundante;
preguntarse si hay aceptación. Seguro como diría
nuestro ilósofo Polo: “Si la persona en su intimidad, ‘acto
de ser’ es superabundante, son manifestaciones acordes
con ella las que aportan a la sociedad, no las que no
añaden nada o las que restan49.”

49 JUAN FERNANDO SELLÉS, 33 Virtudes Humanas según Leonardo Polo,


EUNSA, 2020, p. 122
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Si no hay aceptación no podemos jugar; si no podemos


jugar será difícil invitar al juego profesional a crear
Sabiduría Colectiva.

Por tanto cabe hacer un llamado a la alegría bien


fundamentada desde el nivel personal; desde el amar
personal porque no se consumirá; porque la clave la
libertad es alegría50, y a nivel personal inagotable; no es
como la energía o la resiliencia es algo mucho más
grande y real. Es algo que le brota al ser humano; en el
fondo estaremos no sólo entendiendo la libertad sino
viviendo la libertad. Viviendo desde la sobreabundancia;
haciendo verdaderas obras desde el corazón. Haciendo
del trabajo un re lejo de nuestra sobreabundancia.

50 LEONARDO POLO, Persona y Libertad, p.157


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Sobre el Autor

Luis Salas es fundador de Polymath. Es consultor en


Cambio, Agilidad y Diseño Organizacional, creador de
contenidos y coach de Public Speaking. Es organizador y
c u ra d o r d e T E Dx Pa s e o S a n t a Lu c í a . E s h o s t d e
¡Reinventándonos Podcast! Es parte de los consultores
internacionales invitados de The Ready. Es profesor de
profesional del TEC de Monterrey. Ha trabajado con
organizaciones nacionales e internacionales de distintos
tamaños. Es Máster en Derecho de Empresa y Licenciado
en Derecho por la Universidad de Navarra. Tiene un
Management Program por IESE Business School y un
Certi icado en Diseño Organizacional por CEDIM. Cree
irmemente que podemos cambiar nuestro entorno si
creamos los ambientes adecuados donde las personas se
puedan brindar y crecer más y mejor.
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